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Rockers' romance por Lukkah

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Notas del capitulo:

¡HOLA, HOLA, PICHONES! :D:D:D:D:D

Aquí os traigo la tercera entrega de este fantástico doujinshi, porque del fic no voy a decir que es maravilloso que es mío y suena muy egocéntrico xDDD. además, si es una imitación de algo que está hecho, muy maravilloso no puede ser porque no tiene la magia de la primera impresión, no sé si me explico xD.

¡VIVA LA ORIGINALIDAD!

Y después de este pequeño paréntesis sin mucho contenido lógico, pasamos a la lectura.

Por cierto, me he dado cuenta que en la anterior entrada os puse el link del dou, pero como suy una negada para las tecnologías, no ha salido el link como tal, así que si lo queréis ver habrá que copar y pegar todo el texto... Sí, soy una lumbrera :D.

En fin, que no os enredo más y os dejo con la lectura, que cada vez se va poniendo más y más interesante :3.

El verano había transcurrido tranquilo. Los tres meses de vacaciones se habían hecho muy cortos para unos, y muy largos para otros. Uno de los que pensaba así era Trafalgar Law, que se había ido como siempre con su padre a la montaña. A ambos les gustaba el clima templado del lugar en esa estación, aunque en invierno también volvían para disfrutar del frío y la nieve. Law había nacido en la ciudad, pero extrañamente se sentía conectado con el norte. Y como se había ido de vacaciones con su padre no pudo ensayar apenas con Kid. Oh, su adorable pelirrojo. Cada día que pasaba se sentía más y más enamorado.


Pero por fin habían comenzado las clases de nuevo, y volvería a ver al rockero porque las bandas habían quedado en ensayar todas las semanas en el South Blue High School después de las clases, ya que, como eran una banda más consolidada, podían disponer de las instalaciones cuando quisieran. Sin embargo, para desilusión del moreno, todos allí conocían su amor por Kid salvo el propio Kid, que vivía en su mundo. Aunque esto tampoco era culpa suya, pues Law no se atrevía a confesarle sus sentimientos.


Y esa tarde, como casi todas, las tres bandas estaban ensayando como de costumbre en el instituto de los rockeros, en una sala habilitada con un par de sillas solo para que los instrumentos cupieran perfectamente.


-Oye –apuntó Nami con cara de fastidio-, ¿qué pensáis sobre eso?


-¿Eso? –preguntó Sanji sin comprender a su pelirroja amiga.


-Eso de ahí –dijo señalando a la parejita feliz. Ahí estaba Kid enseñando a Trafalgar a tocar la guitarra, como le prometió el día del concierto. Pero claro, Law estaba más pendiente del profesor que de sus enseñanzas, sobre todo ahora que iba bien arreglado con el uniforme escolar. Le quedaba como un guante.


-¿Todavía no avanzan? –preguntó el rubio con algo de sorna, aunque sabía de sobras la respuesta. Como todos allí.


-¡Agh, no! –exclamó la mujer exaltada pero sin llamar demasiado la atención-. ¡Y me ponen de los nervios cada vez que los veo!


-Pobre Law –intervino Bonney-. Lo siento por él, parece que será un amor no correspondido para siempre.


-Es que Kid es un despistado y no se entera de nada –dijo Luffy con mucha seriedad, cruzando sus brazos, como si sus palabras fueran una verdad absoluta.


-¡Tú no eres quién para hablar! –le gritaron todos alrededor suyo, pero al moreno pareció no importarle. Él era feliz siendo así.


-Me pregunto si podríamos hacer algo… –continuó la pelirroja en su mundo-. Como crear una ocasión especial o una oportunidad para Law…


-¡ESO ES! –exclamaron Bonney y Luffy a la vez entusiasmados. Eran tan amigos que, en una milésima de segundo, sus mentes se habían puesto a maquinar lo mismo, ignorando las caras de sorpresa de unos, de miedo de otros, y el suspiro acusador de Killer, quien había permanecido callado escuchando la conversación para proteger (si fuera necesario) a su mejor amigo.


Los grupos continuaron ensayando, y cuando hicieron un descanso, los amigos vieron el momento perfecto para poner su plan en marcha. Nami, que era la cabeza pensante allí (a falta de Robin que había salido con Franky), fue la encargada de pensar un plan y organizar los cometidos de todos para que saliera según lo previsto. Luffy y Drake fueron a por unos zumos para todos a una de las máquinas expendedoras del pasillo, y por supuesto, pidieron ayuda a Kid mientras el resto se quedaba en la sala.


-Sólo estáis comprando zumos –se quejó el pelirrojo, le habían apartado de su dulce chico de canela-. ¿No podíais hacerlo vosotros?


-Estamos comprando para mucha gente, así que necesitamos a alguien para que nos ayude a llevarlos –sonrió Luffy despreocupado mientras sacaba los zumos de la máquina y se los iba pasando a Drake y Kid-. ¿Y cómo va Law? ¿Está mejorando?


-Sí… –contestó el pelirrojo con un brillo especial en sus ojos mientras cogía un brick de zumo y una sonrisa leve se escapaba de sus labios-. Aprende muy rápido, y pronto será capaz de cantar y tocar la guitarra a la vez.


-Si puede tocar bien, entonces será realmente cool –continuó el moreno ya con los zumos en su poder, echando a andar hacia la sala acompañado de Drake-. Trafalgar es muy guapo, y también puede cantar, así que las chicas seguro que caerán como moscas.


-Bueno –intervino Drake-, ya hay gente cortejando a Law… Aunque en realidad son chicos porque, bueno, nuestro instituto es sólo para chicos.


-¡Tenías que habernos dicho eso antes, Drake! –exclamó el menor con un gracioso mohín totalmente fingido.


-¡He estado todo el rato diciéndolo! –contrarrestó el chico de gafas algo molesto.


“¡Parece que está funcionado!”, pensó Luffy con una sonrisa cómplice en su infantil rostro. Kid, que caminaba delante de ellos, había escuchado religiosamente la conversación por tratarse de Law, y ahora que había descubierto aquello, su humor había cambiado por completo. Despedía un aura que advertía a todas luces no molestarle. Luffy se rió por lo bajinis, era realmente fácil sacar de sus casillas a Kid.


Mientras tanto, dentro de la sala, el plan continuaba.


-Law –lo llamó Sanji con su teléfono en la mano-, perdona por interrumpir tu práctica, pero tu móvil está sonando.


-Oh, gracias –contestó el moreno mientras dejaba de tocar y cogía su aparato, pues no se había percatado por estar enfrascado en el ensayo-. ¿Qué pasa, Penguin-ya?


En ese preciso momento, los chicos entraban por la puerta, Kid en primer lugar. Ni siquiera escuchó a Bonney cuando le pedía un zumo porque en lo primero que se posaron sus ambarinos ojos fue en Trafalgar, que estaba hablando por teléfono con una expresión tranquila y relajada. Demasiado tranquila y relajada. Incluso dulce. Y eso sí que no iba a permitirlo. Nadie le decía ese tipo de cosas a su chico, cualesquiera cosas que le estuvieran diciendo para que pusiera esa cara tan feliz.


Tremendamente molesto, el pelirrojo agarró el teléfono y lo colgó, para asombro de todos los presentes. Tenía una expresión demasiado seria como para decirle algo, y todos allí conocían a Kid y sabían que cuando se cabreaba era mejor dejarlo en paz hasta que se desahogase. Pero sin duda aquello les pilló por sorpresa, se habían quedado helados.


-¿¡Q-Qué estás haciendo, E-Eustass-ya!? –preguntó Law tan sorprendido como el resto mientras veía cómo el pelirrojo colgaba la llamada-. P-Penguin-ya…


-Eh… –y entonces Kid pareció darse cuenta de lo que acababa de hacer. Aun así, se sentía celoso, y muy molesto, por alguna razón que él mismo desconocía-. Lo siento –se disculpó algo sonrojado, y le devolvió el teléfono a su dueño. “¿Por qué me siento así de repente?”, pensó.


Miró a Law, quien no le quitaba ojo de encima con una cara muy triste, como un cachorrito abandonado. Joder, con eso Kid sólo se sintió peor.


-Bueno… –comenzó de nuevo el rockero para intentar arreglar las cosas-. ¿Era alguien importante para ti?


-¿Eh? –la pregunta sorprendió al tatuado-. Es sólo un amigo de la infancia…


Todos allí esperaron la reacción de Kid, aunque como Nami había predicho, estaba celoso.


-Entonces está bien –dijo Kid con una media sonrisa, aunque su rostro todavía seguía serio. Y esa seriedad fue la que puso nervioso a Law, que no se perdonaría jamás haber hecho enfadar a su querido Kid.


-¿¡E-Ehhh!? –Law estaba completamente descolocado. Seguro que había hecho mal en coger la llamada. “Oh, no, Eustass-ya se enfadó de verdad”, pensó mientras deseaba que la tierra se lo tragase y no volviera a ver la luz del día. Totalmente alarmado se giró hacia el resto de compañeros, los cuales intentaban disimular no estar pendientes de su escena-. ¿E-Está prohibido utilizar móviles aquí dentro?


“Este chico es tonto”, pensó Nami mientras le sonreía intentando mantener sus ganas de darle una buena torta para que se espabilara de una vez. No lo entendía, pero Kid ligaba. Es decir, a ella no le parecía atractivo, pero conocía a muchas chicas de su instituto que estaban loquísimas por él. Y si Law no se daba prisa, acabarían adelantándole.


-Trafalgar, vamos a continuar ensayando –dijo Kid para zanjar el asunto, pues sabía que había hecho el ridículo de forma exagerada, y amistosamente le revolvió los azabaches cabellos al tatuado, algo que en realidad hacía para poder tocarle ese sedoso y resplandeciente pelo.


-¡C-Claro! –contestó el otro sonriendo, algo que pocas veces hacía, sintiendo sus mejillas ruborizarse por el mero hecho de pensar que esa mano que le revolvía juguetona y despreocupadamente el pelo era la de Kid. 


Y los amigos comenzaron a tocar de nuevo. Al cabo de un rato, al ver que todo había vuelto a la normalidad y su plan había fracasado estrepitosamente, Nami habló:


-¿Eso ha sido todo? –preguntó algo molesta-. ¿Kid no debería estar más como “Law es mío”, sabéis? Estaba esperando que se llevara a Law-kun a una clase vacía para…


-Al final resultó ser mucho más simple de lo que esperábamos –intervino Drake, el único sensato del grupo junto con su compañero de banda, Basil, pero como era muy callado, parecía que ni siquiera estaba con ellos-. ¿Pero no es suficiente haber conseguido que Kid se diese cuenta de sus sentimientos hacia Law? Aunque no hagamos nada más, estoy seguro que ellos sabrán apañárselas solos… Law parece feliz.


Y todos se giraron para ver a la parejita, que continuaban ensayando enfrascados el uno en el otro sin darse cuenta que estaban siendo el centro de atención. Ahí estaban ambos, Kid sentado en una silla tocando una sinfonía sencilla y Law, sentado enfrente de él, muy atento a los virtuosos dedos del pelirrojo mientras le sonreía estúpidamente.


-Supongo que sí –suspiró la pelirroja abatida-. De todas formas, ¿no están esos dos un poquito-demasiado cerca…?


Al día siguiente, en la puerta del instituto, como todas las mañanas, Trafalgar se encontró con sus amigos, y no pudo eludir la llamada de la tarde anterior.


-¿Qué pasó con la llamada de ayer? –preguntó el moreno inquisitorialmente, porque en realidad Penguin le había llamado para nada en concreto.


-El amor estaba llamando a tu puerta –contestó el otro eludiendo a su amigo, y aceleró el paso para entrar en clase. Si seguía interrogándole, el pobre acabaría confesando que fue Sanji quien le pidió que le llamara.


-¿Qué? –volvió a preguntar Law anonadado. ¿Desde cuándo le hablaba con interrogantes? ¡En todo caso era él quien hablaba de ese modo!


-¿Qué pasa aquí? –intervino Shachi con cara de póker, que no se enteraba de nada.


-¿Sabes qué le pasa a Penguin-ya, Shachi-ya? –cambió de tema el moreno, viendo como su amigo continuaba andando solo en dirección a clase. Algo ocultaba.


-No sé, desde que está con ese chico actúa de forma rara… –suspiró el castaño de gafas-. Será cosa del amor, que lo ha vuelto un poco tonto.


-E-Espera, ¿qué chico? –¿Cuántas cosas se estaba perdiendo ahora que pasaba las tardes ensayando con Eustass-ya?


-Ya sabes, el rubio que toca en la banda del South Blue High School –explicó el otro como si nada-. Y si no te lo crees, ahora verás.


Y Shachi corrió tras Penguin para quitarle el gorro estirando del pompón, logrando que el castaño se revolviera enfadado y le gritara intentando recuperarlo. Pero Shachi volvió con Law para esconderse tras él utilizando al tatuado de escudo.


-¡Mírale el cuello! –le gritó emocionado a Trafalgar por haber logrado su objetivo-. ¡Lo lleva lleno de marcas!


Penguin se tapó la zona más rojo que un tomate, y huyó entre la multitud en dirección al baño para arreglarse el pelo de forma que le tapase completamente los besos que Killer le daba. Maldito rubio pervertido, ¡sabía que no tenía que haberle dejado hacérselas!

Notas finales:

¿Qué os ha parecido?

Esa Nami, qué aguda es cuando quiere... Y qué fácil es calar a Kid xDDDDD. Y qué tonto es Trafalgar que no sabe leer entre líneas xDDDDDDDDDDD. En fin, creo que ghan hecho a los protagonistas poco avispados, pero oye, así es más gracioso xDDDD.

Y lo siento, pero no pienso cambiar las personalidades xD. OoC para todos!

En fin, espero que os haya gustado. Un besazo amores! <3<3<3


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