Estaban jugando en la puerta de la iglesia, a pesar de que Zoro no cree en nada, Sanji lo convenció (Sanji todavia no creía en nada).
- ¡No, así no! - gritó el ojiazul, Zoro puso un juguete mal.
- ¡Pero se ve mejor! - vio que casi llora - ¡no, está bien así, no llores!
- P-pero, t-tú... - sólo tenía los ojos cristalizados.
- No llores, se despintara el azul zafiro de tus ojos - tomo su mano - vamos a seguir jugando.
- B-bueno...
Siguieron jugando, sin embargo, tres siluetas aparecieron, no se podía ver quienes eran.
- ¿Quién de los dos es Kuroashi Sanji, Kuro? - preguntó un hombre, se veía ridiculo con ese saco de plumas rosas.
- Es el rubio, Doflamingo - le contesto otro de cabellos negros y gafas del mismo color.
- Pues dudo que sea de los Kuroashi.
- Vaya, vaya ¿así que esté es el mocoso? - tomó a Sanji de la camisa, después lo soltó. Era una chica joven, de unos 17 años. Perona.
Los dos niños ni se dieron cuenta que estaban ahí.
- Así que... - Kuro entro a la iglesia.
***
A unos minutos regresaron, Doflamingo regreso con una sonrisa.
- ¿Están seguros? - dudo la chica pelirosada.
- Claro - le respondio Doflamingo con su aún sonrisa.
- Entonces, hay que llevarnoslo, tenemos el permiso firmado obliatoriamente.
Dentro de la iglesia se podían escuchar sollozos, pero... ¿de quién...?
- ¡¿Cómo les explicaremos?! - se preguntó.
- ¡Callaos de una vez!, seguro lo entenderan.
- ¡Pero soy su tutor!
- ¡Pero aparentemente ellos son los ministros del Reino Aoi, entiended Rocinante, no teniaís opción!
- P-pero... Mihawk... - no se aguanto más, sollozo de nuevo - ¡tengo que salvarlo! - corrió a la puerta. La abrió.
Afuera...
- ¡No se lo pueden llevar! - le suplico a Kuro.
- Por favor, dejadme hablar con ellos...
- Ya no es posible - les dijo Kuro.
Como acordaron los ministros, Perona tenía que llevarse a Sanji.
- ¡Porfavor, solo unos minutos!
- ¡Denme a Sanji!
- Oto-chan...
- Ah, Sanji...
- Solo un momento - miro a Kuro, y éste asintio en silencio, luego volvio al menor - escucha, Sanji, no puedo evitar que estás personas te lleven con ellas, pero sabes que te quiero, a pesar de que no eres mi hijo, yo te quiero... por eso te pido, que seas fuerte, porfavor... - lloró un poco.
- ¡Sí, oto-chan!, ¿solo qué cuánto tiempo será?, ¿unos minutos? - miro su rostro - ¿más?
- Tenemos que llevarnos al niño - tomó a Sanji del brazo.
- ¿Oto-chan? - lo alejaron de Rocinante.
- Mihawk... ¿a dónde llevan a Sanji? - le preguntó el peliverde al ojiamarillo.
- Al castillo... - su voz se escuchaba preocupada.
- Genial, ¿y cuándo regresara para seguir jugando conmi...?
- Ya no regresara... - lo interrumpio.
- Pe-pero... es mi amigo ¡no se lo pueden llevar! - intentó no llorar.
- ¡Suéltenme! - se escapo del agarre, fue ínutil.
- ¡Sanji! - corrió hacia él, Mihawk lo detuvo - ¡no se lo lleven! - lloró a cantaroz - ¡porfavor no se lleven...! no... porfavor... yo lo quiero...
- ¡Zoro! - también lloró - ¡Zoro! ¡Zoro!
- Porfavor, no se lo lleven...
- ¡Yo también te quiero Zoro! - le sonrió.
- Sí... sí algún día vuelves... ¿jugaremos otra vez? - sus ojos mostraron ilución.
- ¡Claro! ¡te lo prometo!
- ¡Yo también!
Sanji entró a la carroza de Perona. Avanzó la carroza, lejos... de él...
- Padre... - lo llamó - quiero... quiero aprender Kendo para poder ser de los guardias del castillo, y poder proteger al siguiente principe.
- Si eso quereís...
- Entonces, soy su alumno Mihawk-sensei...
- Vamos a casa, ahí os enseñare.
<< Castillo Aoi>> (Nota: ¿que todo debe de llevar aoi?)
- ¡Deja de llorar niño! - le gritó Perona.
- Pe-pero... extraño a Zoro-san...
- ¡Pues olvidate de él, no lo volveras a ver! ¡él es un campesino y tú serás el principe!
- Pe... pero...
- ¡Cállate, tú eres de la realeza, no debes amar a un campesino, y mucho menos a un hombre, no es normal que un hombre ame a otro!
- "¿Éste... éste es el lugar donde estaré toda mi vida...? ¿sin ver a Zoro-san, sin oto-chan y sin jugar con otros?... que alguien me salve de aquí, no quiero ser como los principes del Reino ¡no quiero serlo!"
***
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
...Tú eres el principe y yo tu sirviente soy, destinos dividos, lamento de los dos, sí es para protegerte, sí es por esa razón, no importa lo que he de hacer, yo el malvado seré...
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- ¿Así que... éste es el castillo? - se detuvo, vio el castillo y después entró - espero no perderme, haha...
- Detente ahí - le dijo un guardía, apuntando su espada.
- Tranquilo, solo vengo a ser un guardía también - tomó la espada del filo sin cortarse para que la bajara.
- Adelante.
Camino, lejos de ese tipo. Sus pasos resonaban en todo el lugar.
- ¡Pero su Alteza, no podemos hacer eso!
- ¡Ya te dije que son mis ordenes!
Detuvo su caminar ¿por qué?, vio que de uno puerta saliá alguien, era rubio.
- Disculpe mi inpertenencia su Alteza - le hizo una reverencia con la mano derecha en el pecho - espero que no sea descortez con usted.
- Zo... - comenzo a llorar - ¡Zo...! - se lanzó a sus brazos, haciendo que los dos cayeran al piso - ¡Zo...! ¡ZORO!
- Hahaha... hola, Sanji - también lo abrazo.
- ¡Zoro, Zoro, Zoro...!
- Hey, no llores, ya he vuelto.
- ¡Gracias, gracias!
- ¿Por qué?
- Por aver vuelto... te extrañe...
- Te lo prometí... yo también te extrañe Sanji.