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Batman deja de ser Batman por Polaris

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Notas del capitulo:

Pues aquí, con un nuevo capitulo. muchas gracias por todos sus comentarios. los que aprecio mucho.

 

 

            Bruce no podía pasar todo el día sin hacer nada... Podía pero no lo dejaría hacerlo. Había recibido la visita de servicios sociales ya que unos vecinos (Y aún no sabía cual) llamaron a la casa de servicios infantiles alegando situación de abandono en el domicilio. ¡Ridículo! Dejaba a Bruce en la noche para salir a patrullar (Sin Damian o Tim, Gótica estaba sola y el crimen nunca descansaba, al menos que él supiera.) MIENTRAS DORMIA... ¿Se entendió la palabra clave? No iba a la escuela porque no necesitaba una... No duraría mucho tiempo en ese cuerpecito... O con él. Pero nuevamente, no era una cosa que podría explicar a servicios sociales.

            La tarada de turno, una estudiante dando sus prácticas, tocó su timbre, se pasó con pena, reviso su departamento (Y daba gracias a dios que aún no terminaba de mudar todas sus armas, si, las que tenía fetiche por colgar en las paredes) miró dentro de su refrí e inspecciono la ducha.

 

-¿Y Bruce, es?

 

“Mi padre ¿no te mola? Es un justiciero encapotado, el mismo Big B que cayó de cabeza en un pozo de la resurrección y algo salio así de mal.”

 

-Mi hermano.

 

-¿Y sus padres? - Ante la pregunta, Bruce taladro con la mirada a Jason. La mujer ni caso le hizo, aún ella no decidía si tenía que llamar a alguien o dejarlo pasar como una simple advertencia. No es como si encontrase algo mal con estos hermanos o con la situación, estaba tan acostumbrada a ver cosas malas que se podía decir tenía un sexto sentido para situaciones de verdadera vulnerabilidad - No hay ni una fotografía.

 

-Estamos peleados - Y señalo a Bruce - Él no, yo sí. Es un tema que no me gusta tratar. El viejo la ha liado grande ahora... No sé dónde pueda estar, perdido... Claro, pero no sé qué tan profundo. Bruce no puede quedarse solo, y mis otros hermanos están buscando... Alguien tenía que encargarse.

 

-¿Eres el único pariente?

 

-Somos una familia pequeña - “Cuatro petirrojos y cuatro batichicas.... Aunque ellas no cuentan”- Padre, abuelo... Hermanos. Ya.

 

-Un patriarcado - Susurro y apunto. Jason alzo los hombros.

 

-Hay un mayor, luego yo, le siguen... Dos y ahora Bruce... Pocos... Y todos menores.

 

-Seré honesta. No tienes la guardia de tu hermano... Has omitido deliberadamente la identidad de tu padre, para evitar que urge en la lista de desaparecidos de la jefatura de policía - Jason ni fingió vergüenza - Estas bien acomodado, lo que me da que pensar en una ciudad como esta - Otro punto a favor de Jason - pero... Sólo mete al pequeño en una escuela. Son gratuitas y si no puedes con ello, el gobierno te dará un subsidio.

 

-No necesito caridad.

 

-Empresas Wayne tiene programas de estudio como estos... De ahí es que te ofrezco un plan, sólo si no puedes costearlo.

 

-El dinero no es problema.

 

-Esa es otra cosa... No me has dicho en que trabajas.

 

-Soy un hijo de papi... Él se fue pero su cuenta no.- Sara lo miro impresionada - Sólo soy el niñero, no proveo.

 

-Eso no es mejor para poner en el informe.

 

-Escucha... Piensa en esta situación como vacaciones. Sólo cuido de mi hermano...

 

-Entonces él ya va a la escuela... Misma que no le has llevado, lo que es negligente y entonces te acarrea una multa y verme más seguido hasta que esté segura de quitarte la custodia o dejártela hasta que tu padre regrese.

 

            MIERDA.

            La mocosa tenía cojones.

 

-No vive en Gotica... Yo soy el que vive aquí.

 

-Las inscripciones aún están abiertas.

 

            Y por eso... Ahora estaba dejando a su padre en una escuela pública. No era seguro llevarlo a la institución a la que había asistido, simplemente porque las cosas no eran lo mismo que hace treinta años y que era justamente con los recuerdos con los que su padre trabajaba.

            Esperaba que los mocosos no fueran tan desgraciados como cuando él pisó una, en el colegio de niños pijos y en las públicas, en ambas, había escoria abusadora y eso no cambiaba.

 

 

            Bruce estaba convenciéndose de que no regresaría a la mansión. Que lo que fuera que hiciera en esta ocasión, era tan grave que a lo mejor sus padres le abandonaron definitivamente.

            Como ya una vez le dijeron que harían cuando no fue lo suficientemente valiente en la reunión de su madre con sus amigas y los gemelos malvados Johannes, que le hicieron caer en una trampa.

            Recorrió los pasillos de Potblebodd.... Curioso nombre para una escuela. Le recordaba un poco al apellido de los Cobleplot que no se llevaban bien con su padre pero que tenían muchos negocios y era imposible no encontrarse con el hombre.

            Los salones eran pequeños y había muchos niños, aunque... Bruce no los veía muy entusiasmados por sentarse por horas en sus butacas, la prueba eran los grupos que se dispersaban por las aulas mientras que algunos profesores daban su cátedra como si aquella falta de respeto y atención fueran la norma.

            Bruce camino muy pegadito a la pared... Tenía entendido que hasta el fondo era el grado que le tocaba. Los pequeños estaban al último. No tenía entendido porque siquiera juntaban los grados en el mismo edificio. Había niños de todas las edades y sin ninguna supervisión... Instintivamente, Bruce supo que era peligroso rondar por sí solo.

            Llegaba tarde, y de lejos se sabía que no estaba en su ambiente.

            Era terrible, tuvo deseos de llorar y resentido con Jason por dejarlo, prometió que no le volvería a hablar.

 

-¡Hey, bonito! - Bruce se sintió arrojado contra la pared. Lo que no fue mucho porque por él mismo estaba prácticamente arrastrándose sobre la misma.- Nunca te ví.

 

-Niño nuevo - Canturreo otro - Y tiene buenas cosas  - Apunto a la libreta carpeta que Jason le compró para sus dibujos en clases. Un requisito para una de las materias. - Esto cuesta cinco veces mi libreta.

 

            Estos niños, estaban acostumbrados a sacar los costos de forma rápida. Habían mocosos mejores para sacarles el dinero... Pero este novato, se veía que estaba en la clase media de ciudad gótica. Era la clase de mocoso que se defenderá de ser el caso pero al que por lo menos podrían sacarle provecho.

            Bruce se les escurrió.

            No iba a quedarse  a averiguar si sus amenazas eran ciertas.

            El resto del día fue más tranquilo para Bruce. La profesora era tierna, buena.. Paciente, no se molestaba cuando sus compañeritos hablaban y hablaban, sin que los alentaba aunque ocasionalmente las charlas no tuvieran que ver con lo que la mujer se esforzaba por enseñar.

            Una manera extraña para llevar el asunto se dijo Bruce.

            Apenas salió de la escuela, Jason estaba esperándole en la acera contraria, en la sombra.

            Bruce corrió tras fijarse que no viniera ningún carro. Aunque era una zona escolar muchos de los conductores no reducían la velocidad a la obligatoria de veinte kilómetros por hora.

            Salto encima de su nuevo cuidador, platicándole de lo bien que le fue omitiendo magistralmente el altercado con los otros niños.

            Jason cargo a Bruce, no quería cansar más a su padre de lo que tenía que hacer. Esta tarde tendría que pedir ayuda.

            Ya había arreglado el departamento para que fuera más lo que Red Hood ocupaba, con las convenientes contraseñas y candados para que Bruce no se le ocurriera jugar con los objetos más divertidos en las estanterías. De ninguna manera se le apetecía un viaje al hospital para una sutura que él no pudiese curar o trasfusión sanguínea... ¿Qué tipo de sangre era su padre?.

            Seguro Alfred sabia, técnicamente el hombre era Dios y si no, pues se le acercaba suficiente. Todo el mundo debería tener un Alfred propio, el hombre era más de lo que cualquiera supiera que necesitaría en la vida. El anciano no sólo suturaba las peores heridas o se levantaba a las cuatro de la mañana  para dar cualquier medicina, sino que pasaba las veinticuatro horas del día los siete días de la semana, durante los trescientos sesenta y cinco días del año cuidando a unos descuidados, siendo el único que no abandonaba a lo abandonando... Si porque aunque su padre no quisiera admitirlo, él era como los cuatro petirrojos que recogió: abandonadas aves que estaban tan lastimadas que sin Alfred no hubiesen podido levantarse en vuelo nunca jamás.

            Aunque lo que Alfred levanto fue a un ave del miedo nocturno, un quiróptero que cuidaba de Gotica, hincando los colmillos en los pútridos cadáveres de perdición y drenando la sangre en aquellos a los que deseaba proteger con ahínco, envenenándolos y condenándolos.

            El pequeño bulto a su espalda que alzaba los brazos cuando una ráfaga fuerte les golpeaba en las avenidas, no era el Bruce que le crio... Y eso era algo confuso.

            En ocasiones sentía la necesidad de tratarle como si fuera Batman... Pero alcanzaba a detenerse, mayormente impulsado por los viejos recuerdos de Bruce cuidándolo y consintiéndolo antes de que Joker los separara, antes de que él mismo estuviera poniendo distancia entre los ideales del gran e incorruptible B y él.

 

 

-Hoy tengo que hacer cosas, pequeño B - Bruce se refugió en el cuello de su tutor. Estaba cogiéndole cariño con rapidez a Jason. Lamentaba que Alfred no hubiese podido llevar a su nieto antes a la mansión, hubiera sido lindo tener a Jason para jugar en las tardes aburridas o cuando su papá estaba de mal humor - Trabajo y ya lo he dejado por unos días. Tengo que ponerme al día.

 

-No me gusta que me dejes solo.

 

-Por eso te dejaré con alguien...

 

-¡¡Roy!!- Grito emocionado apenas supo que el pelirrojo con la boca enorme vendría a cuidarle. El amigo de Jay era divertido, estaba enseñándole a tirar con el arco. Le había llevado uno especial para su tamaño y rompieron muchos platos (Que Roy había puesto de blanco) de la colección de Jason.

 

-Siento desilusionarte, pequeño B, pero Roy y yo tenemos que hacer esto juntos. No confió en nadie más para cuidarme las espaldas hoy, no con ella enojada - Bruce ya no escucho nada. Si Roy no era quien lo iba a cuidar, no sabría quien pudiera hacerlo. Jason no tenía amigos. - Contraté una persona.

 

-¿Un niñero?

 

-Niñera - Aclaro - No confió en los hombres para hacer este trabajo - Y no era estandarización, no, no, claro que no. Pero, siendo sinceros, su padre era un mocoso de cinco años muy lindo, demasiado lindo, con piel de porcelana y el ártico en los ojos... Si las mujeres se lo comían vivo, los hombres eran menos discretos... Y Bruce aun no sabía nada de defensa personal así que, creía que una mujer adolescente era mejor cosa para controlar llegado el caso y no podían juzgar su paranoia, vivían en Gotica-  Ya sabes, si hace algo que no te guste...

 

-Disparó el taizer - Dijo convencido.

 

-Ese es mi chico - Demasiado tarde... Mientras que Bruce sonreía como si fuese el mejor elogio que pudieran darle, Jason se pateaba mentalmente.

 

            Bruce no era su chico.

            Bruce era su padre.

            Más le valía a Damian tener ya la cura.

 

 

            Bruce miraba a la loca adolescente que jugaba con una Nintendo portátil, mientras seguía sacándole fotos... Al mismo tiempo... Al parecer la chica no ocupaba ver la pantalla para saber que botones oprimir y en qué  momento para pasar de nivel. O era una meta humana cibernética o simplemente era rara.

            Bruce no se había movido, la mujer le tomaba fotos si tomaba agua, si caminaba, si se recostaba o si hacia cualquier cosa.

            Era enfermo.

           

-Disculpa - Pidió de la manera más tierna que tenía. Alfred le dijo una vez que cualquier cosa que quisiera tener, podía lograrlo con un poco de amabilidad y su mirada de cachorro apaleado que no funcionaba con sus padres - olvide mi pelota en la calle... Y Jay no quiere que salga, ¿podrías traérmela?

 

-¡¡Ohh1!!!! Claro que es un sí, monada... Pero deberás dejarte hacer unas cosas... Ya veras, te gustara.

 

            La mujer salió sin cuestionar nada... Y de manera rápida, Bruce oprimió el botón de seguridad pánico que Jay le enseño. Esa mujer no volvería a entrar. Le daba mala espina. Sus ojillos verdes brillaban con inteligencia y locura, como si estuviera escuchando a alguien.

            Bruce no era tonto, demasiadas veces en la misma línea como para ignorar los detalles que revelaban al diablo con careta de oveja.

            Ya tenía casi dos meses viviendo con Jason... Sin ver a sus padres o a Alfred. Pero a pesar de que su madre era una persona difícil y su padre no era menos, los extrañaba.

            Quería a su mami.

            Quería a su papi.

            Ya había olvidado el aroma de su madre.

            Ya había olvidado la loción de su padre.

            Las voces de ellos eran difusas.

            Estaba olvidando todo con mucha velocidad y eso lo asustaba. No le dijo nada a Jason para que no pensara que no le gustaba estar con él, pero, ya no recordaba cómo era la mansión. Los jardines estaban siendo nubarrones verdes con florecillas distintas y uniformes, quizá hasta tenían rosales, todo era una suposición. Estaba seguro que había gárgolas en cada techo.. Pero no sabía en donde, ni porque... Se hizo ovillo en el fondo del armario, en donde Jason colgaba sus chamarras de cuero cafés con un montón de mallones y armaduras, armas y cartuchos... No tendría que sentirse protegido en un lugar donde apestaba a tanto fierro, pero, seguro que Jason era la última persona en el mundo que le dañaría...

            Lo sentía en los huesos.

            Apostaba su vida a que Jason moriría protegiéndole.

            Aspiro por su nariz, mocos y lágrimas pasaron por su garganta y ahogo un grito, se sujetó, se abrazó y se quedó ahí, rogando porque Jason regresara pronto y cuidara de él como hasta ahora.

            Que no lo soltara, que no lo abandonara.

            No era justo estar tan solo.

 

 

            Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, Roy y Stirefire estaban sobrevolando una ventana en un almacén en los muelles, en donde tenían a Red Hodd atrapado. Colgando de unas pesadas cadenas.

            Todo un plan, claro... Pero a Stirefire no le hacía gracia que se jugara el pellejo de esa manera por un sujeto llamado Bane, que de paso no le parecía la gran cosa... Claro que para la Taramariana cualquier humano no parecía representar un problema. Viva la princesa.

            Bane estaba traficando con armas y con su sustancia, el veneno. Lo último en drogas.

            Esa cosa estaba llenando las calles a una velocidad de vértigo y ellos tenían que pararlo. El plan era sencillo, Bane atrapaba a Red Hood, conocedor de que en donde él ( Red Hood) estaba en Gotica, seguro a que Batman vendría... Pero hasta el momento, el gran murciélago, el azote de los criminales, no aparecía y Bane se estaba cansando.

            Siquiera golpear de más al encapuchado era divertido. Para la quinta tanda de golpes, Red Hood se quedó callado, sin cometarios listillos o gemidos... Lo que hizo que otras cosas ocuparan la atención de Bane.

            Red Hood, hizo una señal a Stirefire y ella feliz de la vida, arrojo a Roy por la ventana para que con sus piernas rompiera el cristal y entrara triunfal con una lluvia de flechas.

            La trifulca duro menos de quince minutos. Romper cosas por aquí y por allá, la pelea se reducía a Bane y Red Hood, y por mucho, Bane estaba ganando, con una dosis extra de Venon que puso a Red Hood a luchar boca arriba, Bane se ocupaba de comprimirlo contra el duro asfalto, sintiendo el Kevlar ceder en sus manos, apretando lentamente las venas del cuello bonito que se veía en una de las tantas grietas que el casco estaba sufriendo..

            De repente, un sonido de alerta viniendo de un comunicador en el pantalón de Red Hood, llamo poderosamente la atención de todos, incluido Bane que ladeo la cabeza e incluso aflojo el agarre sobre la tráquea. No por el sonido, sino porque su enemigo, ocupado y concentrado como estaba en contra de sus poderosos brazos, tanteo y tembló, distrayéndose y maldiciendo, algo había cambiado con ese sonido.

            ¿Red Hood tenía una debilidad?

            Jason pateo a Bane, le hizo estrellarse contra uno de los contenedores de su propio veneno. Roy con una de sus flechas explosivas, voló el tanque que se vacío inmediatamente sobre el luchador.

 

-Esto no se ve bien - Dijo Roy.

 

-¿Tú crees? - Sarcasmo, profundo y dulce, Roy ladeo una risilla, picara y tentadora. Roy amaba el sarcasmo de Jason.

 

-Para la próxima sé más específico con lo que quieres que haga.- Jason rodó por el suelo, esquivando un enorme tubo de cemento - Vé, déjanos esto a nosotros.

 

- ¡No!

 

-Ya te había dicho esto, no quieres pero tienes qué. Asume la responsabilidad.

 

-¡Atrás de ti!

 

-Ya lo había visto - Se defendió - Vamos Jaybird, puede ser importante.

 

-Esto también es importante.- Golpeó y jadeó, Jason juraba que una de sus costillas estaba rota.

 

-¿Crees que lo entienda?

 

-Yo lo entendía.- Batman no siempre lo llevaba con él, Bruce le entendería. Lo sabía. Estaba seguro.

 

-Pero él no sabe nada... Esta solo y te preocupa. - Jason sintió la flecha rozándole la oreja, explotando atrás de él, volándole la cabeza a uno de los hombres de Bane que le atacaba a traición - Estas distraído.

 

-¡Deja de hablarme!!

 

-¡No me eches la culpa!

 

            Arsenal y Red Hood, verlos pelear era ver una danza bien ensayada, un deleite. Patadas volando, saltos en el aire, balas perforando, una danza de sangre y plomo, de honor manchado en busca de purga y algo más en el aire. Con salvadas y meteduras de pata, ambos hombro a hombro, con órdenes sin palabras y con un gesto mínimo.

            Stirefire se sintió fuera de lugar. No era como estar con los Titanes. Nightwing no estaba para decirle que hacer o como jugar en equipo, porque su equipo estaba enterrado, muerto para ella, tan inaccesible como Jason mismo.

            Ellos dos sabían algo que ella no.

            Un secreto que los unía y a ella la separaba.

            Sus manos brillaron, ardieron... El sol en su palma, el control de la destrucción y exploto, no con devastación pero si con enojo. Las paredes cayeron a lo lejos, hundiéndose en el mar y perdiéndose como Bane.

            Los chicos apenas salieron de entre los escombros,. Jason debajo de una pesada parte del techo y Arsenal en la mitad de un soporte que apenas soporto, vaya la redundancia.  La carne les ardía, de seguro quemaduras de primer grado... Y lo malo es que no tendrían ningún bronceado.

 

-Nena... ¿Pero que fue eso? - Pregunto Arsenal, tosiendo los últimos resquicios del aparcadero en su garganta - Avisa que vas ha hacerlo.

 

-Bane escapo. Pero Venom está fuera de las calles - Dijo Jason, mirando su alarma, comprobando que los seguros de su departamento no fueron atravesados, ni violados. Que fueron activados desde adentro por Bruce.

 

-Tendrás que decirme que es lo que se traen entre los dos.- Demando furiosa.

 

            Jason no dijo nada, sería más fácil mostrárselo.

            De cualquier forma, la culpa la tenía Damian por no regresar a tiempo con el antídoto.

 

 

-Y en este cuchitril es donde vives ahora - Apunto Stirefire.

 

-No le hagas caso, JayBird, esta celosa porque ahora tienes algo más de su gusto y ella no lo puede disfrutar. ¿Verdad, nena? - Roy la abrazo, controlando el inminente ataque que Korian tenía en la punta de sus anaranjados dedos - Esto es mejor para los tres. Mira, Kori, hasta trajo la mesa.... Haaa, que buenos recuerdos ¿Quieres hacer más? - Ofreció aunque sabía que ya no podrían usarla de forma tan placentera, al menos no con el pequeño protegido de Jay pululando por la casa.

 

-Esto no es lo que esperaba...

 

-¿Y qué era eso, Kori? - Siguio Roy - ¿JayBird, tienes algo en el refri? Muero de hambre y si tienes un botiquín, eso sería mejor.

 

            Con las cosas como estaban, Jason olvido el pequeño detalle de que estaban manchando el piso con sangre.

            No era bueno que Bruce le viera de esa manera, podría asustarlo.

            Fue directo al baño, de paso registrando todo. Se suponía que la niñera debería de estar con su padre, pero ni rastros de ella... Y comenzó a entrar en pánico.

 

-Roy, no está, él no está - Dijo saliendo a vapor. Roy salto del sofá y esquivo a Kori, para buscar en otro de los cuartos - Debajo de la cama.- Ordeno-   La otra vez se metió ahí.

 

-¡¿Cómo cupo?!

 

-Ni idea.

 

            Korian los veía venir y venir, asustados y haciendo mil y una ideas sobre asaltadores y secuestradores... Cosas que se pensaban cuando alguien más vivía con uno de ellos.

            ¿Jason tenia a alguien?.

            Ella fue hasta el final de la sala. En donde un ligero calorcito se desprendía. Tenía entendido que ese sitio era el cofre de juguetes de Jason. Al menos de que tuviera una bomba semi radiactiva, no había nada que le contestara sobre esa fuente calorífica.

            Abrió las puertas, o lo intento. La cosa estaba cerrada con seguro.

 

-Jason - Llamo y el mencionado se detuvo en seco - Alguien está aquí. Pero no puedo abrir.

 

            El mundo volvió a pies de Jason.

            Fue hasta su armario y echo la puerta abajo.

            Bruce se despertó de inmediato, espantado por el ruido.

            Inmediatamente sus enormes ojos de venado atemorizado dieron con Jason, y se lanzó a llorar aún más profundo.

            Estaba a salvo.

            Se sentía seguro con Jason.

            Le apretó, le sujeto, se aferró a Jason, manchándose sus manitas con la sangre y el polvo. Manchando sus mejillas cuando froto su carita en el pecho de su cuidador.

 

-¿Jason tiene un hijo? - Una atónita Kori los miraba. Jason correspondía el abrazo del enano ése con ¿cariño? ¿Amor? - ¿Jason es padre?

           

 

Notas finales:

No olviden dejar sus lindos comentarios y visitar mis otras historias que publico el mismo día.

besos y hasta la proxima.


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