Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vultures por Yae

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

 

 

Los ojos de Sasuke se abrieron más debido a la confusión, se giró automático para sujetar a la mujer por el cuello de la bata blanca que vestía amedrentándola con éxito simplemente con fruncir el entrecejo.

– ¡Sasuke-kun tranquilícese! – espantada casi chilló alertando de inmediato a los guardias que en segundos ya le apuntaban al pelinegro con armas de fuego.

Los blancos dientes del joven se presionaron entre si agregándole mas enfado a su expresión decidiéndose a soltar a la aterrorizada mujer que apenas se cubría con las hojas de papel que sujetaba. – ¿A qué experimento te refieres? ¡Habla! – exigió sin importarle que pudiesen dispararle.

– Mi… ¿Minato-sama no le informó? – nerviosa dio un par de pasos hacia atrás viendo a los lados relajándose al saber que los soldados tenían órdenes de obedecerla – pese a todas las cirugías y los trasplantes fue imposible reconstruir al cien por ciento los órganos afectados y las conexiones nerviosas perdidas.

– Minato habló de que solo una maldita operación era necesaria.

–Lo siento Sasuke-kun, no puedo decirle más a menos que él me lo autorice.

Verla encogerse en hombros asegurándole que no hablaría le provocó al pelinegro la terrible urgencia de golpearla pese a su género, tragándose su rabia y enfado le dio un último vistazo a su madre salió a prisas del frío lugar sintiendo a la perfección como los dedos de su manos estaban helados para poco tiempo que estuvo expuesto a la baja temperatura de ese laboratorio.

A penas tenía cinco años cuando su padre murió y su madre quedase en ese lamentable estado, vagas memorias conservaba de la espantosa noche en que criaturas de pesadillas atacaran a su familia, logrando huir con la protección de su hermano fueron varios días después que encontraron el cuerpo casi sin vida de su progenitora ocupándose Minato de mantener su pulso latiendo aunque técnicamente estuviese muerta. Con rabia abrió la puerta de la habitación donde Itachi estaba, mordiéndose el labio inferior con cierto desespero para no gritarle a su inconsciente hermano se acercó.

– De seguro que tú lo sabías – le habló molesto a sabiendas de que el otro no le oía – se supone que solo engañarías al estúpido de Minato… pero a mí no me ocultarías nada… – con cada sílaba pronunciada su tono se iba apagando como si temiese que alguien lo escuchase – voy a sacarlos de aquí y cuando despiertes voy a golpearte – sentenció y sin poder evitarlo su diestra se posicionó sobre el cuello de su mayor haciendo leve presión ignorando por algunos segundos como una de las máquinas pitaba con más velocidad.

Resoplando salió de la blanca habitación a pasos firmes para abandonar el edificio dirigiéndose de inmediato a donde el padre de Naruto, no podían haber utilizado a su madre como conejillo de indias.

 

 

 

*

 

 

Para cuando Menma regresó junto a Sasori a la imponente y gigantesca mansión que los protegía ya varios vehículos blindados se hallaban estacionados a un lado de esta y varios soldados resguardaban a las personas que como prisioneros iban descendiendo.

– ¿Se puede saber dónde estaban? – Inquirió un hombre rubio de coleta desde el techo de uno de los automóviles al verles acercarse, vestía el mismo sobre todo que Sasori – tuvimos que hacer todo el trabajo nosotros hum.

Menma paso de largo ignorando la observación para enfocarse en como aterrados ciudadanos eran guiados por las oscuras y heladas escalinatas que descendían hasta desembocar en lo que se veían como mazmorras donde más personas estaban atrapadas en celdas yendo desde mujeres hasta niños que entre sollozos pedían ser liberados.

– Realmente fue una buena cacería, creo que incluso podemos tomarnos unas cuantas noches de descanso – una escalofriante voz fue emergiendo de las penumbras, sus cabellos eran de color claro y algo violáceo, relamiéndose los labios llevaba a cuestas una pesada guadaña.

– Voy a necesitar veinte hombres y mujeres… algunos niños también – Sasori igual se acercó examinando a los prisioneros cual rebaño quienes los acusaban de bestias gritando los más envalentonados.

– ¡Son demasiados! ¡Además esta es mi cacaería! – Rebatió de inmediato el del arma – ¡Yo lo hice casi todo!

– ¡No quieras llevarte todo el crédito Hidan! – el rubio exclamó aun encima del vehículo golpeando con su puño un par de veces el metal – que gracias a mi tenemos a uno – sin dejar de sonreír repitió sus golpes sobre el techo del compartimiento y de un momento a otro se oyeron espeluznantes gruñidos provenientes de dentro.

– ¿A uno? – Al fin Menma habló regresando para oír con más fuerzas los feroces sonidos además de golpes estridentes que movían el pesado vehículo como si una espantosa y gigantesca criatura estuviese encerrada tratando de salir.

– Creo que la pequeña despertó.

– En verdad lo hiciste Deidara – el pelirrojo se aproximó también colocando la palma de su mano a un lado de la portezuela.

– ¡Por supuesto maestro! – Sonrió afilando la mirada de su único ojo visible – no fue rival para mi arte.

El gemelo de Naruto ajeno a la conversación quedó embelesado con la fuerza que “aquella criatura” se sacudía desde el interior del automóvil blindado tambaleándolo como si fuese una simple caja, sonriendo nimiamente sus filosos colmillos se vieron con claridad como si cada uno de sus instintos le gritase que la sangre de la prisionera era suculenta.

– Menma… – Sasori le habló en tono de advertencia – parece que ella también se ha dado cuenta de la situación – explicó serio y los embates de la criatura se hicieron más violentos los rugidos estridentes y ensordecedores casi mezclados con desesperados aullidos a tal extremo que Deidara no tuvo más opción que bajar del techo antes de perder el equilibrio.

– ¿A qué te refieres?

– ¡Sédenla de inmediato! – ordenó el de cabellos rojos.

Pero antes de que siquiera los soldados pudiesen llegar a abrir la puerta metálica y dispararle sin piedad a la criatura encerrada un brutal empellón consiguió volcar el vehículo silenciándose después cualquier sonido que hubiese provenido del interior.

Todos los presentes quedaron expectantes y los prisioneros aterrorizados sin saber que la bestial criatura podría emerger para devorárselos.

Cuando los soldados se encargaron de abrir el enorme compartimiento como una metálica caja desmantelada lo único que hallaron dentro fue al cadáver de una joven mujer desnuda que ahora yacía inerte sobre un gigantesco charco de roja sangre que brotaba de su cuello casi destrozado.

– ¡Maldita sea! – El rubio fue el primero en acercarse zarandeando el cuerpo – con lo que me costó atrapar a la maldita perra con vida para que de buenas a primeras venga a suicidarse.

– Mala suerte, la próxima vez encárgate de encadenarla de pies a cabeza para que no pueda cortarse el cuello con sus propias garras – irónico el de la guadaña se acercó al rubio – creo que tu cacería fue inservible.

– ¡Cállate Hidan!

 

 

– No creí que los cambiantes optasen por una salida tan fácil.

– Saben que los estamos buscando Sasori – Menma habló en tono bajo – no son estúpidos, una vez muertos sus cuerpos son iguales al de todo humano. Cualquier rastro sobrenatural se extingue cuando dejan de respirar.

– Atrapar a uno vivo resultara más difícil de lo que suponemos.

– Si algo de vida queda en Naruto después de beber su sangre te dejare los despojos – el de cabellos negros sonrió relamiéndose de nuevo los labios.

– Tu propio hermano, un Uchiha, tu lista de presas se va alargando Menma – puntualizó.

– La sangre de un Uchiha es solo un capricho… la de mi hermano es una necesidad, de todos modos el tiempo se está acabando, necesito todo el poder que pueda reunir antes de que “él” despierte de su letargo(N).

– Es una lástima que le temas tanto a tu maestro, hubiese sido…

– No le temo Sasori – Menma interrumpió frunciendo el entrecejo apartándose del pelirrojo y de los demás para dirigirse a la entrada principal de la majestuosa casona oyendo más que nada el llanto y los gritos de auxilio de los humanos atrapados ignorándolos por completo, como había dicho el tiempo se iba acabando. Debía hallar a Naruto cuanto antes aunque eso significase tener que matar a su padre y a cualquiera que pudiese interponerse en su reunión.

 

 

 

 

*

 

 

 

Casi llegada las dos de la madrugada Sasuke llegó a la base militar donde se hallaba el edificio que Minato utilizaba, estaba dispuesto a sacarle toda la verdad a ese hombre aunque tuviese que enfrentarlo y tener que destrozar sus huesos para ello.

– ¡Sasuke!

Pero antes de poner un solo pie cerca de la entrada resguardada fue detenido por la voz de Naruto quien saliendo de su llamativo automóvil le daba alcance.

– ¿Qué haces aquí Sasuke? Hace horas que te hacia dormido en tu cama – el rubio le miró curioso.

–No te interesa – respondió cortante retomando su camino pero sin conseguirlo al tener que evadir al otro que intentó sujetarlo.

– Claro que me interesa, ¿por qué estás tan enfadado?, –  algo dudoso trató de acerarse lo más que pudo al pelinegro – sabes que no te dejaran entrar ahora, ¿paso algo?

– No te interesa, ahora quítate.

– No hasta que me digas que sucede, mira que aunque sea el hijo de Minato ellos me ven como alguna amenaza – habló viendo de soslayo a los soldados parte del ejército que los observaban a unos metros de la entrada.

Sasuke chasqueó la lengua más que irritado, le desagradaba el hecho de reconocer que en ese momento no le dejarían ver a Minato y armar un alboroto solo pondría en riesgo el plan de Naruto y de quien desafortunadamente necesitaba ayuda para socorrer a su madre y hermano. Bufando dio media vuelta para dirigirse al vehículo del rubio y abrir la puerta sentándose en el asiento del copiloto sin pedir autorización.

Naruto se le quedó viendo unos segundos sonriendo después para apresurarse al asiento del conductor poniendo en marcha al auto.

– No creí verte esta noche, estaba tentando en ir a tu departamento que dormir aquí es muy incómodo´ttebayo – notoriamente feliz por haber coincidido esa noche una vez más con Sasuke condujo a muy poca velocidad – de ir con Shikamaru habría llegado al amanecer.

El pelinegro no respondió, si Naruto hubiese ido a buscarlo probablemente se habría encontrado con Menma, suspiró quedito tratando de descansar lo que el diminuto viaje le permitiese.

– ¿Me dirás porque estabas tan enojado? – probó a preguntar. Pero se quedó con la duda al recibir solo silencio, – no tienes que ser tan teme solo estoy preocupado.

– Puedes guardarte tu preocupación que no la necesito – arrugó el entrecejo algo más enfadado, no tenía ni la más mínima obligación de contestar a las interrogantes del otro y menos con la sarta de misterios que Naruto se guardaba dándoselas de importante.

El rubio se mordió la lengua antes de caer en la provocación de Sasuke, si bien cuando niños cualquier insignificancia servía para hacerlo rabiar devolviéndole cualquier agresión ahora ya sabía que poco sacaría de ello tan solo ocasionando que el pelinegro se cerrase a todo acercamiento, – hable con Shikamaru… mañana recibirá las armas y municiones que acordamos con el padre de Fu dattebayo.

– Bien, entonces mañana sacaremos a Itachi y a mi madre de ese lugar – sentenció.

Al oírlo Naruto detuvo el motor de golpe ocasionando una leve sacudida. – ¿Cómo que mañana? – Incrédulo le miró casi con la boca abierta – eso es imposible Sasuke, necesitamos planearlo…

– Si aún quieres mi ayuda para matar a Minato – afiló la mirada girando para verle al fin – tiene que ser mañana.

La mirada azur también se afiló milésimas no entendía ni remotamente que podría haber pasado en esas pocas horas que dejó de ver a Sasuke para que este se desesperase tanto, negó volviendo a concentrarse en conducir, – hagamos algo… – musitó – si me dices porque estas tan alterado te prometo que aunque Shikamaru no esté de acuerdo yo te ayudare a sacar a tu familia de allí.

No le creía, el pelinegro no creía realmente que Naruto fuese a cumplir esa promesa pero tampoco tenía muchas opciones, el bastardo de Minato se había encargado de encajonarlo en cuestión de días haciéndose con lo necesario para chantajearlo como se le antojase y aun no entendía el afán de ese sujeto por mantenerlos a su disposición.

– ¿Qué me dices?

La voz del rubio lo sacó de su breve cavilación, pese a que el dobe no tuviese ninguna obligación de confiarle sus cuantiosos secretos Sasuke parecía estar conminado a hacerlo, resopló cuando el vehículo se detuvo paseando sus negros ojos por el paisaje afuera de la ventanilla, – luego de que encontrasen a mi madre entre los escombros todos dijeron que era realmente un milagro que estuviese con vida…

Naruto asintió haciendo algo de memoria, Sasuke y él se conocieron cuando ambos tenían tan solo cinco años. Minato se lo presentó diciéndole que a partir de ese momento vivirían juntos, pese a estar en desacuerdo porque en ese momento consideraba que su padre solo estaba tratando de reemplazar a Menma quien poco antes había desaparecido no se opuso.

 

.

El pequeño niño pelinegro parecía no prestarle el más mínimo de atención pero para Naruto la clarísima tristeza en los oscuros ojos fue evidente.

Itachi y Sasuke acaban de perder a sus padres así que se quedarán con nosotros.

Curioso se quedó viendo a ambos hermanos pero más interés le mereció el más joven.

­ Mi nombre es Naruto sonriente le extendió su mano a Sasuke esperando que la estrechase pero eso no sucedió, el pequeño pelinegro le miró enfadado para apartar su diestra de un manotazo.

Y se enfadó también pero recordando lo que su padre le acababa de decir que ambos hermanos estaban por completo huérfanos se guardó su rabia.

Lamentablemente solo pudo convivir con Sasuke tres años.

.

 

Recuerda también que luego de un par de meses se enteró que la madre de los Uchiha estaba hospitalizada sin dar señales de recobrar el conocimiento.

– Minato se encargó de pagar todos los gastos para mantenerla con vida aunque estuviese en coma – siguió explicando absteniéndose de sostenerle la mirada a Naruto.

El otro volvió a asentir, – ¿de eso hablaba mi padre la otra noche?, ¿del dinero que estaban reuniendo para pagarle?

–  No sé exactamente que han hecho con mi madre pero el maniático de tu padre parece haberla utilizado para algún tipo de experimento – suspiró colocando su mano derecha sobre la manija de la puerta.

– De acuerdo – el rubio sonrió y sin pensarlo posó su diestra sobre la del otro deteniéndolo – vayamos con Shikamaru, Sasuke. Y sin importar lo que diga mañana mismo sacaremos a tu madre y a tu hermano de allí, te lo prometo´dattebayo.

Por alguna razón la resplandeciente sonrisa de Naruto le hizo sentir ínfimamente mejor.

– Ahora… – algo nervioso el de zarcos ojos siguió sonriendo – sería de mucha ayuda si tuvieses algún plan…

– Dobe. – Masculló correspondiendo breve el gesto.

 

 

*

 

 

Lo restante de la noche Menma se quedó en la mansión revisando la información que Sasori le había entregado, la única fotografía borrosa que se hallaba indexada en los papeles le proporcionaba una idea con respecto a su gemelo a lo mucho que por desgracia se seguían pareciendo.

Suspiró declinando en lo aburrido del pasatiempo hubiese preferido seguir jugando al perro y al gato con Sasuke pero el Uchiha había demostrado gran habilidad para escabullirse consiguiendo con ello solo atraer más su atención, no creía que este pudiese ser un cazador ya que se había mostrado bastante sorprendido. Levantándose del cómodo sofá donde descansaba salió de la elegante habitación para bajar al enorme salón que silencioso y tenebroso le recibía pero Menma siguió descendiendo entre las oscuras escalinatas que se mostraban tras una de tantas pesadas puertas de madera tallada.

Sus pisadas entonces resonaron con cada escalón que descendía en completa oscuridad no obstante esta no fue impedimento para él, cuando se fue acercando a una de tantas puertas claros gritos de agonía podían escucharse en los corredores, como hombres y mujeres clamaban por piedad en medio de desgarradores alaridos. Empujando la rechinante puerta halló dentro de esta una completa carnicería…

Las paredes de esa gigantesca habitación estaban decoradas con ampolletas amarillas y cientos de instrumentos de metal que iban desde implementos médicos hasta lo que se veían como aparatos de torturas, restos humanos también se hallaban colgando del techo de ganchos como en una vulgar carnicería. A los lados férreas jaulas contenían a algunas personas que llorando de desesperación aguardaban su turno.

– ¡Por favor! ¡Sáquenos de aquí!

El terrible llanto y una temblorosa mano que se asió de su oscura camisa hicieron a Menma detenerse, girándose vio a la mujer que llena de moretones le suplicaba tras los barrotes junto a otros desafortunados.

– ¡Tenga piedad!

Se giró del todo encarando a la desesperada mujer que no dejaba de llorar, – si deseas reducir tu agonía… – caballeroso tomó la mano de ella con cuidado guiándola a sus labios brindándole escasa esperanza – puedo encargarme de acabar con tu sufrimiento de manera placentera ahora mismo – sus filosos colmillos emergieron dispuestos a morderla.

Horrorizada retrocedió lo que pudo zafándose para esconderse detrás de los otros prisioneros que igual de asustados veían al depredador carcajearse antes de retomar su camino.

– Los inquietas más – la voz de Sasori se oyó más al fondo guiando al vampiro.

– Solo le hacía una buena oferta – sin borrar su aterradora sonrisa fue aproximándose – hubiese perecido retorciéndose de placer entre mis brazos. ¿Terminaste alguno?

– Más que uno, mis perfectas marionetas.

Los rojizos ojos de Menma se abrieron un poco más al contemplar la creación de Sasori, sobre la enorme mesa metálica un hinchado torso se mostraba con los órganos expuestos que casi parecían latir cual apéndices expuestos, los brazos regordetes y deformes a los lados daban pequeños espasmos y la grotesca cabeza hecha de retazos de piel sobrepuestos mostraban diminutos ojos amarillentos y una mandíbula desproporcionada con retorcidos dientes no solo se situaba allí ya que otra fauce igual se apreciaba a un lado de donde deberían ir las costillas.

Y Sasori se encargaba de completar lo que vendrían siendo las diminutas piernas obesas con los restos de un brazo humano sangrante que entre sus dedos iba moldeando con tanta facilidad como si fuese plastilina adhiriéndola a su espantosa abominación.

– Muy impresionante, serán un ejército esplendido.

 

 

 

6.- Secret Promise

 

 

 

Notas finales:

 

(N) Nota: cuando Sasori habla del letargo del maestro de Menma se refiere al sueño profundo en el que está sumido el vampiro que lo convirtió.

 

Saludos, muchas gracias por sus lecturas y los comentario. Quejas, dudas y sugerencias son bienvenidas. Nos leemos en el siguiente si este capítulo les ha resultado interesante. Cuídense.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).