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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

Lamento la demora, pero la vida me controla, no yo ha ella. 

XXI.

La mañana siguiente amaneció nublado. Cuando Patrick llegó al entrenamiento no había nadie en la cancha y los aspersores aún estaban encendidos. Dejó sus cosas y lamentó profundamente no poder jugar aún con el resto del equipo. Caminó alrededor de la pista de atletismo mientras los primeros rayos del sol se empezaban a abrirse campo entre la niebla, poco a poco notó como los primeros miembros empezaban a llegar al entrenamiento. Al final, había sido más por presión de su abuelo que por voluntad propia el haber ido a la universidad ese día. Se había levantado temprano para dejarle el almuerzo y la cena lista, solo para que lo metiera al microondas, no quería que se lastimara por intentar hacer algún esfuerzo innecesario.

Apenas se acercó, todos empezaron a preguntarle cómo estaba su abuelo. Al parecer varios de los que habían estado en la magna haciendo el parcial de Ingeniero Hayes habían llegado a decirles que  algo había pasado. Patrick se sintió un poco culpable puesto que había visto las llamadas, pero nunca creyó que fueran para preguntarle sobre el bienestar de su abuelo. Muchos se ofendieron un poco cuando Patrick admitió que no esperaba que lo llamasen para eso, y le aseguraron que el equipo, si bien no actuaron a la altura en el incidente de Grethbauer, era una especie de familia y que todos debían de apoyarse mutuamente. Después del pequeño debate, Jared los mandó a entrenar.

Patrick los veía entrenar a la distancia y no pudo evitar soltar un suspiro, la verdad el trecho que corrió a la casa de Neil casi no sintió molestia alguna, pero apenas lo mencionó Jean se apresuró a ver que en verdad no hubiera forzado demás algún músculo o ligamento, pero no lo reprendieron en ningún momento porque sabían porque lo había hecho.

—¿En verdad está bien? —preguntó Jared en medio de la sesión. Patrick giró a verle—. Tu abuelo. ¿En verdad está bien? ¿O no quieres preocupar a los otros?

Patrick miró unos segundos como su entrenador le miraba de reojo—Supongo que un poco de ambos —admitió—. Está bien puesto que no pasó de fracturarse un brazo, pero aún me preocupa a mí, pero no va a interferir con los entrenamientos.

—Los entrenamientos son lo de menos ahora, si se trata de un familiar que es cercano a ti —le aseguró Jean con una sonrisa mientras anotaba unos datos en una tabla—. No te preocupes tanto por el equipo. ¿O acaso Jared y yo no estamos cuidando de ellos como se debe?

—No, no. No es eso, es solo que…

—Te es imposible no hacerlo —terminó Jared.

—Mal de capitanes, supongo —exclamó Jean con una pequeña sonrisa dirigida a Jared—. Tú eras igual cuando fuiste capitán en tu momento.

—Eso no lo sabía —admitió Patrick. No recordaba haber leído nada de eso en su currículo.

La expresión de Jared fue ilegible—Fueron otros tiempos más sencillos.

Jean frunció el ceño un poco—Creo que eran tiempos más complicados, pero hiciste un buen trabajo siendo capitán, aunque eras bastante paranoico antes de los juegos importantes. No dejes que se te pegue eso de Jared, Patrick.

El menor sonrió un poco—No soy paranoico con esas cosas —le aseguró—. Solo espero que estemos en buena racha cuando enfrentemos a Grafiel y Hoplin.

Jean asintió mientras dejaba la pizarra y tomaba la videocámara—Y que ellos sigan en mala racha. Han perdido y empatado los dos primeros juegos respectivamente. Tengo los videos por si quieres echarles un ojo, algunos del equipo ya se acercaron a preguntarme si los tenía, aún y cuando vieron los juegos. Supongo que a ti se te hace más difícil verlos.

Patrick asintió. La  verdad ni siquiera se había dado cuenta que ellos también ya estaban teniendo sus respectivos fogueos, aunque era lo más natural. Después de todos ellos si tenían un objetivo más ambicioso, por lo que debían prepararse a plenitud.

—Todo saldrá bien. Por el momento creo que deberíamos enfocarnos en nuestros propios objetivos: Mantener el campeonato universitario.

***

Neil revisó por tercera vez su papeleta. Llena de números, cálculos, símbolos. Sabía que aunque intentase buscar un error difícilmente su cerebro iba a lograr identificarlo, después de todo había pasado las últimas tres horas haciendo el parcial de reposición en la oficina del ingeniero Hayes. Este le había mandado a avisar que tomaba el parcial ahora o nunca. Suponía que hacerlo era inevitable, puesto que ya se había escapado de hacerlo una vez. Alzó la mirada y vio a Daniel concentrado en calificar las papeletas del parcial que habían hecho el resto apenas hace dos días.

Suspiró antes de mirar una última vez su papeleta. Esperaba que esta vez su esfuerzo fuera lo suficientemente bueno para conseguir algo más o menos decente. Se puso de pie haciendo que Daniel alzara la cabeza confundido, como si hubiese olvidado que Neil estaba allí—¿Has terminado? — preguntó no sin cierta sorpresa.

—Sí. No creo que haya nada más que hacer —aunque por lo que había escuchado el primero en entregar el parcial de reposición de hacía unos días había tardado más tiempo que él. No sabía que tan buena señal era que él hubiese terminado todo tan rápido.

—Está bien. Déjala aquí —indicó mientras apuntaba una pequeña pila de papeletas aún pendientes de calificar—. ¿Cómo crees que te fue?

Neil se encogió de hombros—No lo sé. Creo que hice todo lo que estaba a mi alcance —aunque el temor de haber tenido una nota peor, si eso aún era posible, y haberle quitado el poco tiempo libre al ingeniero Hayes estaba presente.

—Supongo que lo averiguaremos más tarde —exclamó con una pequeña sonrisa.

Neil asintió no muy seguro—Yo…gracias por haberme hacer de nuevo el parcial.

Daniel hizo un ademán restándole importancia—Patrick te necesitaba —exclamó con naturalidad—. Él en verdad no hubiese interrumpido tu parcial si hubiese encontrado alguna otra alternativa.

Neil se quedó en silencio unos segundos antes de atreverse a preguntarle:—Ingeniero, ¿cómo conoce a Patrick? —Patrick. A secas, con una naturalidad que no parecía cuadrar. Por más que le daba vuelta a todo lo que le había contado Patrick ayer Daniel Hayes no parecía encajar en ningún lado. Sabía que no debía esperar que Patrick le contase toda su vida en una noche, pero el hecho de no encontrarle un puesto a Daniel en ella de alguna forma le molestaba un poco.

—¿No te lo ha dicho él? —al ver la negativa de Neil, Daniel esbozó una sonrisa que Neil no supo bien como interpretar—. Entonces creo que lo mejor es respetar su voluntad y no decirte nada. Lo siento. No creo que le haga mucha gracia si te lo cuento.

Neil quiso decirle que de por sí nada que estuviera relacionado con él parecía agradar demasiado a Patrick—Gracias de nuevo. Perdón por haberle preguntado algo tan personal.

—Está bien —le aseguró con una sonrisa tranquilizadora—. Quizás más adelante él te lo cuente todo, solo espero que no me gane tu odio cuando lo sepas —aquello dejó a Neil más confundido—. Te veré en la clase de la tarde, Neil —agregó dejando claro que la conversación había terminado.

***

Patrick miró su maqueta una última vez. Suponía que había postergado demasiado tiempo lo inevitable y era hora de presentarse ante el arquitecto Landerson. Sí el hecho que sacara al resto de la clase media hora más temprano de lo habitual no era señal que era ahora o nunca, no sabía bien qué lo sería. Había esperado que todos hubiesen abandonado el aula antes de siquiera acercarse al edificio. A lo lejos había visto a Fabio que lo había notado, pero no se acercó a él. Sabía que debía hacer eso solo.

Se había quedado unos segundos debatiéndose si debía a entrar o no cuando la puerta se abrió de golpe haciendo que Patrick se sobresaltase. El arquitecto le miró confundido unos segundos antes de fijarse en lo que llevaba en sus manos—Creí que no volvería a verlo por aquí, señor Smith.

—Sí, yo también —admitió a su pesar—. Puedo regresar en otro momento si no es buen momento —se apresuró a decir al ver que llevaba ya todas sus cosas.

—No, no. No hay que posponer lo inevitable ¿verdad?

Patrick no se le ocurrió algo brillante que decir y se limitó a dejar la maqueta en el escritorio con los planos. Se quedó de pie en silencio mientras el ingeniero Landerson revisaba todo—¿No dice nada, señor Smith? —preguntó luego de varios minutos en el más profundo mutismo.

—Creía que era de los que gustaba que el trabajo de sus alumnos hablara por ellos —comentó con falsa tranquilidad.

Landerson solo despegó la mirada para fijarse en Patrick unos segundos y luego seguir revisando los planos. Sacó una pluma roja y empezó a anotar unas cosas al reverso de estos. Patrick se quedó en silencio cuando el otro solo enrolló sus planos y se los tendió. Patrick solo los tomó no sabiendo bien que esperar—Va atrasado con el proyecto de la biblioteca —comentó con seriedad mientras se acomodaba los lentes—. La primera crítica está programada para la otra semana. Espero su avance junto con el resto, así como verlo en la próxima clase —sin decir nada más salió del aula dejando a Patrick bastante confundido.

Al abrir los planos leyó rápidamente las notas. Unos detalles a considerar para el siguiente proyecto. Observaciones mínimas en realidad. Y al final: “Un trabajo donde finalmente se puede apreciar su originalidad.” Patrick se quedó unos segundos sin saber que decir. Lo único que pasó por su mente fue: Tengo que mostrárselo a Neil.

***

Neil caminaba con Isabella hacia el campus de arquitectura donde Fabio la esperaba porque irían a hacer algún asunto familiar, que obviamente estaba relacionado con la aparentemente inminente boda del padre de Isabella, lo cual tenía de pésimo humor a su amiga, y Neil había sido la pobre alma que se había cruzado en su camino justo en el momento en que Isabella supo que su padre quería hablar de no sabía qué asuntos personales, por lo que fue prácticamente arrastrado allí solo para acompañarla en alguna especie de caminata de penitencia hacia su inevitable tormento.

Fabio los saludó con su habitual sonrisa cordial—Gracias por arrastrarla hasta aquí, Neil —miró a su hermana en una especie de reprimenda por molestar a Neil—. Anda, que papá nos está esperando para almorzar.

—No entiendo qué demonios tengo que ir a hacer allí. Total, ya hasta mandaron a hacer las malditas invitaciones.

—Isabella…—le llamó en un tono condesciende Fabio. Claramente el que más sufría con esa actitud era Fabio que tenía que aguantarse el ánimo de su hermana a todas horas.

—Ya sé, ya sé, debo fingir que estoy que me muero de la felicidad porque el hombre va a casarse de nuevo y me veré obligada a estar con gente que no conozco y que no quiero conocer, mucho menos tratar con ellas porque son una especie de plaga en nuestra ya disfuncional familia.

Neil sonrió un poco—Ya, ya…toda su familia no puede ser tan mala. A lo mejor encuentras alguien que te agrade.

—Claro, y lo siguiente sería que de pronto me deje de gustar el manga yaoi. Ya en serio, Neil. Sálvame de esta. No sé, inventa algo. Tú eres el creativo del grupo, dime algo para zafarme de esta mierda de almuerzo.

Neil solo negó derrotado—Ya ve. Sino le vas a causar problemas a Fabio a lo mejor tu padre les dice que capaz se han pensado mejor lo de la boda y no se casan —propuso intentando sonar optimista.

Isabella se limitó a hacer una mala cara, pero suspiró derrotada—Bien, iré, pero espero que ambos sean consciente del gran esfuerzo que estoy haciendo y que me recompensen en mi cumpleaños.

Neil la besó en la mejilla—Aun cuando no tuviéramos que recompensarte sabes que no escatimamos recursos para tu cumpleaños. Ya luego me cuentas como te fue.

—Si sobrevivo —murmuró antes de irse con Fabio quien solo volteó para lanzarle una mirada de gratitud. Los cielos sabían que Neil era de los pocos que sabían razonar con Isabella.

Neil se despidió de ellos y justo cuando emprendía camino para reunirse con el resto de los Títeres para almorzar notó a Patrick salir del edificio de arquitectura. Se quedó estático por un momento sin saber cómo reaccionar, si lo vería o le hablaría después de lo que pasó ayer, después de todo Neil lo había besado. ¿Y si de pronto se lo había pensado mejor y no quería hablarle?

Al parecer el sol lo había deslumbrado un poco, porque tardó en notar que estaba allí. Apenas lo vio le sonrió. Aquello Neil no se lo esperaba y sinceramente lo desestabilizó un poco, primeramente porque la sonrisa de Patrick era lo último que se esperaba ver ese día, pero allí estaba mientras se acercaba a él—Evans, justo iba a mandarte un mensaje —exclamó feliz—. Ven aquí —pidió para extender los planos en una mesa de cemento cercana.

Neil no dudó en seguirlo y al leer lo que el otro le ensañaba no pudo evitar sonreír también—Caramba, viniendo de Anderson esto es prácticamente la gloria.

Patrick no pudo evitar ensanchar su sonrisa—No me lo creo aún. Joder, esto es gracias a ti —dijo sin poder evitar sonar hasta feliz.

—Claro que no. Tú hiciste todo. Yo solo te ayudé a armar la maqueta.

—No solo la maqueta. Fue todo. Si no me hubieras dicho que hiciera las cosas como yo quisiera, si no me hubieras aconsejado —se echó los rizos hacia atrás, no quería ni imaginar cómo estaría si le hubiese rechazado todo de nuevo—. Joder, en serio, no puedo creerlo aún. Veo el 9 y en serio no siento que sea mío, siento que te lo debo a ti—. Pero no se molestaba con esa idea. Irónicamente esta vez no se molestaba en absoluto.

—Bah, tonterías. Es tuyo, eres tú el que se ha matado por hacer esto. Ahora puedes seguir con el otro proyecto.

—Lo sé. No quiero pensar mucho en eso ahorita. ¿Mejor dime si ya hiciste tu parcial con Hayes?

—De hecho vengo saliendo de hacerlo —dijo revolviéndose los cabellos. Sonrió un poco al notar la ansiedad de Patrick—. No sé cómo me fue. Es decir, no siento que tuviera mayor dificultad, pero siento que lo terminé demasiado pronto. Me da miedo haberla cagado.

—Claro que no, te mataste estudiando para él. Ya verás que todo sale bien.

Neil sonrió más al verlo de esa manera—Eso espero, así tenemos más razones para celebrar.

—Por supuesto. ¿Vamos a almorzar? —propuso de inmediato aunque se retractó al notar la expresión de Neil— ¿O ya tenías planes?

—De hecho había quedado de reunirme con los demás para almorzar. Planeábamos ir a la casa y ordenar algo, pero si tu no quieres ir yo…

—No, no está bien —se apresuró a decirle el otro—. Y si a los demás no les incomoda que yo…

—No seas, ridículo, claro que no les incomoda. Anda vamos, nos quedamos de ver por la salida de la U —le indicó mientras empezaban a caminar hacia la entrada—. Anda, deja que te ayude con la maqueta, llevas demasiadas cosas.

Patrick sonrió de lado—¿Seguro que puedes con ella? No vas a destruirla de nuevo ¿verdad?

Neil frunció el ceño un poco—Solo pasó una vez. Además te ayudé a hacer la mitad, así que en todo caso procuraría solo destruir mi mitad.

—¿Entonces si estás admitiendo que mis maquetas peligran contigo? —exclamó burlón.

—Ya, anda, dámela —se quejó mientras intentaba tomarla, pero el otro solo sonreía divertido evitando que el otro la tomara—. Pat, no seas infantil —se quejó hasta que se rindió en quitársela y el otro se lo puso en la cabeza.

—Ya, no seas llorón. Toma —exclamó con tranquilidad.

Neil la tomó y se la quitó de cabeza y no pudo evitar mirar de reojo a Patrick. Todo parecía normal entre ellos. Era como si el beso se hubiese quedado en un limbo ajeno a sus realidades. Y no sabía porque eso le molestaba un poco. Patrick volteó a verlo en esos momentos y al notar su expresión le miró extrañado—¿Sucede algo?

Aquello hizo reaccionar a Neil—No, solo intentaba recordar si puse los signos.

Patrick solo sonrió un poco—Te dije que cuidaras los signos.

—Ya sé, ya sé. No hay mucho que pueda hacer ahora.

—Te irá bien. No te preocupes —le aseguró con tranquilidad.

***

Ni Víctor ni Logan parecieron sorprendido al ver a Neil llegar acompañado de Patrick, aunque si se llevaron cierta sorpresa al escuchar que este los acompañaría a comer. No en un mal sentido. Solo sorpresa, puesto que Patrick casi nunca accedía a convivir con alguien que no fuese Neil y el resto ya se había acostumbrado a esa dinámica, así que no dejaba de ser extraño tenerlo en el grupo para cuando no fuesen cosas de la obra.

—¿Dónde está Emma? —preguntó Neil confundido.

—Tuvo no sé qué problema, así que dijo que lo más probable que nos alcance en el ensayo.

Neil asintió—Bueno, Isabella también tuvo no sé qué asunto familiar con Fabio, así que supongo que estamos todos.

Patrick les miró extrañado—¿Qué hay de Leah? — al escuchar la pregunta Neil, Logan y Víctor no pudieron evitar soltar una carcajada—¿Y ahora qué?

—No jodas, Patrick. Estoy detrás de ti.

Patrick se giró confundido, pero se quedó unos segundos sin saber cómo reaccionar—¿Qué mierda te pasó? —La Leah que conocía siempre usaba camisetas y jeans flojos, a veces la había visto con shorts, pero nada demasiado corto o ajustado. La Leah frente a sus ojos llevaba su cabello en una elaborada trenza, un mini vestido floreado con unos botines de aguja y una cartera.

—Mi madre, eso pasó —exclamó molesta—. Es increíble. Ni Patrick me reconoce.

—L-lo siento, es solo que te ves —Patrick no sabía cómo describirlo. No es que se viera mal, de hecho el look parecía favorecerle mucho más, incluso era la primera vez que notaba que Leah tenía una cintura bastante estrecha, pero no sabía si era lo correcto de decir—. No tan tú…

—Me veo como una puta —exclamó molesta la chica.

—Claro que no —se apresuró a decir Logan.

— Pero si no estás cómoda ¿por qué…?

—Ya te lo dije mi madre —empezaron a caminar rumbo a la casa de Neil. Patrick y Leah se retrasaron un poco más por la chica—. Cada vez que hay una prueba de vestuario y viene a la maldita universidad se pone en este plan, de que su hija no debe verse como una pepenadora sino como una delicada señorita.

Ella y Patrick tardaron más tiempo en cruzarse la calle principal de la universidad—¿No estás demasiado grande como para que tu madre te vista?

—No la conoces —exclamó Leah con un pésimo humor—. Incluso cuando me salgo con la mía termino perdiendo a la larga. Así que solo me toca aguantar esta tortura.

—Se ve doloroso —exclamó al ver el esfuerzo de la chica de caminar con los botines de aguja. Y Logan se acercaba a ella con una sonrisa conciliadora y tomaba sus libros y de paso su cartera para ayudarle a andar con mayor facilidad.

Leah le sonrió a manera de agradecimiento y volteó a ver Patrick—Es lo peor…

***

El almuerzo había transcurrido con normalidad. Neil miraba feliz como Patrick no parecía incómodo con ellos, al final habían pedido una pizza y veían un partido de béisbol en la televisión para pasar el rato, aunque al final todos terminaron hablando más de la obra. Patrick les había mostrado que tenía planeado para la escenografía. Aunque una parte de él no estaba que tan factible era poner todas sus ideas ya en físico, pero haría todo lo posible por no defraudar a los otros.

—¿Qué tal si aprovechamos de ver que le hacemos a Isabella para su cumpleaños? —propuso Leah de repente— Deberíamos aprovechar que no está aquí ahora. Tenemos un retraso sin precedentes, aunque considerando todo el drama de los últimos días con la U, lo de Isabella y Patrick es normal, pero su cumpleaños es el domingo.

—Cierto. ¿Aunque no creen que estará ocupada con lo de la boda de su padre? —observó Víctor mientras se arreglaba un poco sus lentes.

—Creo que todos coincidimos que estará feliz si no la hacemos pensar en eso —apuntó Logan mientras comía unas frituras de la bolsa—. Supongo que lo primero es preguntarle a Fabio cuando harán su cena familiar. Digo, había sido una tradición. No creo que la rompan o a lo sumo ahora tendrá que tener dos celebraciones por aparte, sería prudente saber cuándo planean hacer algo y si es mejor hacer algo de día o de noche.

—¿Y qué haremos este año? El año pasado le llevamos globos y un ramo de flores. Pareció gustarle— Observó Víctor.

Patrick solo escuchaba en silencio todo. Nunca había pensado que organizar un cumpleaños fuera tan problemático. Con Boris y los demás se habían limitado a comprar unas cervezas y decirse un “felicidades”. Nunca había habido demasiada preparación. De hecho, las únicas veces que recordaba que habían preparado algo habían sido sus primeras cinco fiestas de cumpleaños. Nada demasiado pomposo, pastel, sándwiches y con suerte una piñata e invitaban a los del edificio a la azotea o al parque. Después de esas fiestas, sus celebraciones y la de sus abuelos se limitaban a comprar un pastel y decirse feliz cumpleaños. Con suerte la cena era un poco más decente de lo habitual, pero no pasaban de esos.

—Patrick…

La voz de Leah lo hizo sobresaltarse, se había quedado ensimismado—¿Qué pasa?

La chica sonrió un poco—Nada. Solo te decía que era primera vez que celebras el cumpleaños de alguien del grupo con nosotros, y si vas a querer participar.

—Ah…claro, pero yo no soy muy bueno con las ideas —se apresuró a decir.

—Bah, no te preocupes, algo se nos ocurre siempre.

—Y bueno, ¿cómo hacen esto? ¿Compran un regalo entre todos o es individual? —no tenía ni la más mínima idea que podría regalarle a Isabella, o porqué de pronto se sentía en la obligación moral de regalarle algo, pero la relación con todos ellos parecía haber cambiado desde lo de su abuelo, y para bien.

—Regalo de parte de todos. Algún almuerzo o cena y algo extra. Lo extra siempre es lo difícil. Lo básico es siempre regalarle algo entre todos e invitar al cumpleañero a su restaurante favorito.

—¿Y qué vamos a darle este año? Y por favor, no otra vez una colección de manga yaoi. Aún recuerdo la vergüenza que pasé en el correo nacional cuando fui a traer el paquete y me pidieron que lo abriera para asegurarme que estuviera todo y el encargado pudiera ver el contenido —recordó apenado Víctor. De todos los mangas habían en el universo, justamente habían  escogido unos con unas portadas nada sutiles. Haber pedido algún sex toy hubiese sido más sutil, a su parecer.

—No, no. Acaba de mandar a pedir los últimos de sus mangakas favoritas, no tendríamos mucho margen ni de tiempo ni de dónde escoger, considerando que he perdido la pista de cuantos lleva.

—Ohh, ohhh ¿Y alguna figura de algún anime? —se apresuró a proponer Logan.

— Revisé en todas las páginas y la figura que le gustaba a ella se ha agotado.

El resto suspiró derrotado— No sé, ropa, zapatos. Ya sabes…cosas de chicas—propuso Patrick sin saber bien qué hacía.

—No. Ropa recibe montones de su familia. Tiene que ser algo especial —explicó Leah.

Patrick se cruzó de brazos. Jamás había regalado nada a una chica. Su abuela no contaba exactamente porque de pequeño regalaba cualquier cosa que él hubiese hecho, así que nunca había dado un regalo como tal—¿Le gusta algún deporte? —preguntó intentando llegar a su zona de confort— Podemos regalarle algo del equipo.

El resto pareció pensárselo unos segundos—Pues sí, el equipo que más le gusta el Borussia Dortmund, pero no sé qué tan buena idea sea eso —exclamó Leah mirando al resto.

—¿Por qué? —cuestionó Patrick confundido.

—Mercado de verano del 2013 —exclamó Víctor como si fuese la cosa más obvia del universo—. Transfirieron a Mario Götze al Bayern Múnich.

—Sí, lo recuerdo ¿qué con eso?

—Lo anunciaron antes de la final de la Champions. Isabella había comprado el jersey de Götze para estrenarlo en esa final. Golpe Bajo. Fabio tuvo que intervenir para que no quemara la camiseta nueva— explicó Víctor mientras intentaba acomodarse los lentes—. Desde entonces solo mira las camisetas, pero no se anima a comprar una. Así que no sé qué dirá el resto.

Patrick asintió—¿Y si le damos una camiseta sin nombre?

—Nah. Mala idea. Siempre le han gustado con los nombres de los jugadores.

—Pues démosle una de alguien que creamos que al menos podrá usar una temporada completa. No sé, Reus o el portero, ambos llevan varias temporadas allí —recordó Patrick.

—Creo que la mejor opción es la de Reus.

—Suena bien. El único problema es que conseguir la camiseta antes del fin de semana. En las tiendas casi nunca veo con los nombres, podríamos preguntar si tienen alguna pero no creo que todos tengamos mucho tiempo para andar buscando una y mandar a pedir una tardaría semanas.

—Creo que yo podría conseguirla —el resto miró a Patrick esperanzado—. Solo tendría que saber su talla y cuánto costaría —aunque estaba seguro que podría conseguirla más barata que el precio que daban en las tiendas. Para bien o mal siempre tenía sus contactos, así que conseguir la camiseta original no debía ser un problema.

—Perfecto. Entonces nosotros nos las ingeniaremos para hacerle algo bonito a Isabella —exclamó Leah animada—. Solo nos avisas cuánto es y nosotros te damos el dinero.

***

De regreso a la universidad Leah tomó prestados unos tenis a Neil, por lo que no tardaron mucho tiempo en llegar.  Patrick estaba terminando de medir el escenario con ayuda de Leah el escenario cuando solo vio una pequeña mancha a travesar el auditorio—¡Papa Neil! —solo alcanzó a ver como Neil volteaba confundido, pero al ver niño su rostro se iluminaba y se inclinaba para abrazarlo y lo alzaba.

—¡Hola, campeón! ¿Cómo has estado?

—Bien, bien. Te extrañaba.

—Yo también. Vaya, pero si has crecido estos días sin verte.

—¡Patrick, avisa que vas a soltar la cinta! —exclamó molesta Leah.

La voz de la chica hizo que reaccionara, pero no supo que cara hizo cuando su mirada se encontró con la de Neil quien se quedó confundido y luego pareció comprender todo, iba a hablar cuando Emma entró en esos momentos—Oliver. Allí estás. Te he dicho que no corras aquí.

Neil sonrió mientras ponía al niño en el suelo—Ya, ya. No lo regañes.

La chica frunció el ceño—Siempre lo malcrías, Neil.

Patrick seguía viendo la escena sin saber bien cómo interpretar la escena.

—¿No hay un abrazo para papa Logan? —preguntó de pronto Logan quien había observado la reacción de Patrick desde el fondo del escenario—. Ya sabemos que Neil es tu papá favorito, pero no lo hagas tan obvio.

—No seas malo papa Logan —exclamó el pequeño mientras corría a abrazarlo.

La escena se volvió más bizarra a los ojos de Patrick a cada momento mientras veía al niño abrazar a Víctor y también decirle “papa”. Al parecer no disimuló en ocultar su desconcierto porque Emma se acercó a él—Es cierto. No habías tenido la oportunidad de conocer a Oli.

—¿Es tu…?—Patrick dejó las palabras al aire porque no quería sacar conclusiones precipitadas.

—Es mi hijo —dijo la chica con naturalidad—. Oliver, ven, quiero presentarte a un  nuevo amigo.

El niño miró con curiosidad a Patrick unos segundos, parecía tímido al acercarse, pero al mirarle de frente sonrió a Patrick y le estiró su manita. Patrick la estrechó suavemente, no sabiendo bien cómo comportarse con él—Hola.

—Hola, soy Patrick.

—Patick…—Repitió el niño asintiendo.

—Aún le cuesta pronunciar la “R” — Explicó Emma.

—No es verdad, mamá —Se quejó Oliver. Haciendo más esfuerzo por hacer sonar la “R”

La chica sonrió un poco—Ok, ok. Soy yo quien no escuchó bien. ¿Por qué no vas a saludar a Leah? —el niño asintió antes de salir corriendo a abrazar a la chica.

—Guau…No sabía que tenías un hijo—soltó de pronto Patrick. Al ver la cara de Emma pensó que había dicho algo incorrecto por un segundo, pero la chica sonrió divertida.

—Cuando tenía meses algunos creían que era mi hermano —río la chica.

—¿Cuánto tiene?

—Cuatro años.

—Ohh…

—¿Te gustan los niños?

—No —soltó sin pensarlo—. Di-digo…No para mí. No sé. No creo que sea bueno con ellos —se excusó un poco apenado.

—Vale, entiendo. Al principio a mí tampoco me gustaban. Ya cuando tienes los tuyos le coges el truco.

—Ya —Silencio. Y del incómodo. De todos los Títeres con Emma era con quién menos conversaba y la que menos pasaba tiempo con el grupo. Casi siempre parecía estar ocupada a sus ojos, y ahora comprendía qué era lo que tenía tan ocupada y no la culpaba—¿Y viene seguido contigo a la U? — preguntó incómodo por el silencio.

—No. Hoy mis padres no podían cuidar de él. Tenían un compromiso. Así que fui por él al kínder.  

—¿Y no molesta en clases? —nadie nunca había llevado a ningún niño a sus clases, así que no sabía que tan inquietos podrían ser. Aunque debía aburrirse estando sentado por horas.

—Para nada. A veces creo que es demasiado bien portado —admitió la chica con una pequeña sonrisa—. A veces según él pone atención a la clase, aunque más que todo ve los dibujos en las diapositivas, otras se pone a escuchar música con el iPod o le traigo algunos libros para que coloree.

Por fortuna Leah llamó al resto de los Títeres, porque Patrick se estaba quedando sin tema de conversación. Al parecer su madre había tenido no sé qué inconveniente así que tendrían que reprogramar la prueba de vestuario, la mayoría parecía bien con eso, en especial porque Isabella no había regresado de su almuerzo familiar. La única que parecía estar molesta era Leah porque al parecer implicaba que su madre hiciera otra intervención con su ropa cuando esta vez si viniera.

Patrick se quedó al fondo del escenario mientras empezaba a tomar nota de todo lo que necesitaría para montar la escenografía. La obra sería en dos semanas así que tenía que ponerse a trabajar de inmediato por el trabajo retrasado y de paso hacer malabares para terminar con las maquetas de los de ingeniería que llevaba a medias. La mayoría de herramientas para montar la escenografía las tenía él. Y mucho de lo que necesitaba en la escenografía sabía que no tendría inconveniente de sacarlo de los sobrantes de la construcción, además podía reutilizar la madera que habían usado para los escenarios anteriores. La mayoría de pedazos estaban en el garaje de Neil. Alzó la mirada al notar que estaba ensayando las escenas finales.

—Mi mami es muy buena actuando.

Patrick se sobresaltó al ver a Oliver. No sabía en qué momento se había puesto a su lado—Sí…—Miró al niño sentarse a su lado.

—¿Y quién sos en la obra?

—No. Yo no actúo —explicó mientras se llevaba una mano al cuello.

—¿Te da penita?

—Eso creo —admitió a su pesar.

El niño asintió con una sonrisa mientras veía a su mamá actuar—Patick… ¿Tú eres mi papi?

Ante la pregunta Patrick apartó la mirada de Neil quién estaba diciendo su diálogo en esos momentos y vio al niño—No. No soy tu padre. Lo siento —dijo de pronto incómodo al ver la decepción del niño.

—Ah…—dijo mientras agachaba la mirada—. Creí que lo eras, ambos tenemos el pelo negro y ricitos— explicó el niño.

De pronto Patrick quiso alejarse del niño porque esa conversación no le gustaba para nada. En primer lugar porque de pronto sentía como si se estuviera viendo asimismo, aunque Oliver si se atrevía a preguntar todo lo que él nunca pudo. Cruzó sus brazos sobre su pecho e intentó concentrarse en la obra.

—¿Tu papi tiene ricitos? —preguntó el niño.

—No. Mi mamá. Aunque mi padre si tiene el pelo negro.

El niño asintió—¿Y te pareces más a tu papi o a tu mami?

Patrick suspiró derrotado—A mi padre —admitió con cierto pesar.

El niño volvió a asentir—Yo me parezco más a mi mami. Todos me lo dicen. A veces no me gusta, porque si me pareciera a mi papi sabría cómo él es.

Patrick apretó sus labios un poco sin saber qué decir. Oliver sacó de su bolsillo una bolsita de M&M la abrió y antes de tomar uno miró a Patrick—¿Quieres? Mi abuelita me los dio, pero no le vayas a decir a mamá porque no le gusta que coma muchos dulces —Patrick sonrió a su pesar y tomó uno después de darle las gracias—. ¿Y qué se siente tener un papá?

La mirada de Patrick se ensombreció—No lo sé —respondió con cierto pesar—. Él no…—me quería— No tenía tiempo para estar conmigo. Estaba ocupado.

Oliver le miró confundido unos segundos—¿No vivía contigo?

—No…

—¿Entonces solo vives con tu mami igual que yo? Aunque yo vivo con mis abuelitos también.

—Antes también vivía con mis abuelos y mi madre. Ahora solo vivo con mi abuelo.

—¿Tu abuelita se fue al cielo? —preguntó Oliver. Patrick intentó sonreír un poco, pero no pudo, solo asintió—¿Y tú mami?

Patrick apretó sus brazos contra su pecho inconscientemente—Está ocupada —exclamó incapaz de mentir. Miró confundido cuando Oliver se puso de pie y tomó su mano.

—Quizás está estudiando como mi mami o trabajando para luego pasar más tiempo contigo —exclamó con una sonrisa—. Mi mami siempre está ocupada, pero siempre que le pido que hagamos algo juntos deja de hacer sus cosas. Quizás si hablas con tus papis hagan igual que mi mami —exclamó animado. Patrick se limitó a asentir con la cabeza, de pronto se veía incapaz de hablar—. Lo siento. ¿Dije algo que te pusiera triste? —Patrick se apresuró a negar con la cabeza— ¿Entonces porque te ves triste?

—Solo pensaba —sacó el valor de decir.

—¿En qué?

—En que quiero otro chocolate —mintió.

Oliver sonrió al escuchar eso—Ahh…puedes tenerlos todos si así no haces esa cara. Te ves triste cuando piensas.

Patrick se metió dos chocolates a la boca sin saber qué decir—No estoy triste. 

—Qué bueno —dijo con una sonrisa infantil Oliver—. ¿Y hablas mucho con tu abuelito?

—Más o menos. Ahora soy yo quien está ocupado, pero lo quiero mucho. Es como un padre para mí —admitió.

Oliver asintió—Mi abuelito también es como un papi para mí, pero le digo abuelito. Al principio creía que Neil era mi papi, pero mi mami dijo que no lo era. Aunque Neil me dijo que podía llamarlo así, también a papa Víctor y papa Logan. Todos son buenos conmigo —Patrick miró a Neil quién no tardó en voltear a verle. Le sonrió inconscientemente, aquello era algo que Neil haría, pensó—. Si quieres te presto a Neil como papá.

—¿Eh? No, no. Estoy bien. Neil ya es mi amigo.

Oliver asintió—Pero si cambias de idea me dices ¿ok?

—De acuerdo.

—Oye… ¿Crees que mi papi también está ocupado como el tuyo?

Patrick no supo bien qué responder—No lo sé, pero de seguro él también quiere conocerte —aquello pareció dejar más tranquilo al niño—. Oye… ¿Podrías no decirle a nadie nada de mis padres?

—¿Te pone triste hablar de ellos?

—Eso creo…

Oliver asintió—Ok. Será nuestro secreto —dijo con una sonrisa el niño

—¿A ver qué secreto te tienes con Patrick? —Neil había llegado en esos momentos y al parecer solo había alcanzado a escuchar lo último.

—Del chocolate que me dio a probar. No vayas a ir de chismoso con mi mamá, papa Neil.

Neil río al escucharlo—Ok, ok, pero Patrick me tendrá que regalar a mí también para mantener mi silencio.

Patrick le pasó la bolsa—Chantajista. ¿Qué le estás enseñando a Oliver?

Neil río un poco—Nada —dijo avergonzado—. Terminamos ya el ensayo porque Hayes nos pidió que llegáramos antes a clases. Supongo que dará las notas del resto. Además creo que todos tienen algo más que hacer.

Patrick asintió—Supongo que iré avanzando también a mi próxima clase. Suerte con lo de las notas. Me avisas cualquier cosa ¿ok? Estaré pendiente del teléfono.

—Ok. Nos veremos luego.

Patrick asintió y miró a Oliver sin saber qué decir. Después de todo la conversación había sido  jodidamente extraña—Tengo clases.

El niño asintió y abrazó a Patrick—Nos vamos a volver a ver ¿verdad?

—Eso creo. Nos veremos luego.

Oliver asintió con una sonrisa antes de hacerle una seña para que se agachara para que Neil no escuchara—Piensa lo que te dije, de hablar con ellos.

Patrick se limitó a revolver sus cabellos—Pórtate bien —fue lo único que dijo antes tomar su mochila y despedirse del resto. Cuando de pronto se vio caminando más rápido de lo usual, como si quisiera huir de alguien, pero sabía que era el sentimiento de querer huir de algo, específicamente un recuerdo. Cuando vio entrar a Oliver lo que menos esperó fuera que le recordara todas aquellas cosas que se esforzaba tanto por ignorar.

Cuando llegó al aula no había nadie, así que tomó asiento en la segunda fila, quizás estar en clases le vendría bien para dejar de pensar. Echó su cabeza hacia atrás y cerró sus ojos, pero solo se proyectaron imágenes de su infancia. Las menos placenteras, para su desgracia. El sonido de la silla moviéndose lo hizo sobresaltarse. Al abrir los ojos notó a Fabio sentarse a su lado— ¿Te encuentras bien?

—¿Y tú? luces francamente terrible —comentó Patrick en parte por evitar contestar la pregunta— ¿Tan mal estuvo su asunto familiar?

Fabio suspiró cansado apoyando la cabeza sobre su mochila—Mal es piropo. Fue una mierda.

—¿Qué pasó?

—Pues ya sabes…Isabella…haciendo sus cosas de Isabella…

—¿Tanto le desagrada la nueva novia de tu padre?

—Querrás decir prometida —le corrigió Fabio—. Y desagradar es poco. No sé, la detesta. Y ella no ayuda tampoco a que nos simpatice.

—¿Así que a ti tampoco te agrada?

—¿Eh? Yo no…—al notar la expresión severa de Patrick supo que no tenía razones para mentirle a él—. No, para que te miento. La siento no sé ¿falsa? Es difícil describirlo, cuando está frente a mi padre siento que se esfuerza demasiado por parecer perfecta. No es natural. Y cuando está con nosotros aunque no lo diga deja escapar esos pequeños detalles que nos hace sentir que no deberíamos estar allí, yo los ignoro, pero ya sabes como es mi hermana. No deja pasar ni una.

—¿Se han peleado con la prometida de tu padre?

—Sí, pero no siento que Isabella tuviese la culpa, aunque lo que hizo no fue correcto.

—¿Y hoy qué hizo?

Fabio se llevó la mano a la cara y su rostro hizo una mueca entre horror y dolor solo de recordarlo— Le pidió a mi padre la casa en las montañas como regalo de cumpleaños.

Patrick soltó un silbido. ¿Qué clase de regalo era ese?—¿La que me contaste que había pertenecido a tu familia por varias generaciones?

—Sí. La misma.

—¿Y tu padre que dijo?

—Pues al principio no le vio mayor problema poner las escrituras a nombre de ella. Aunque claro, me preguntó si estaba bien con eso, después de todo el plan original había sido desde siempre que nosotros dos la heredáramos.

Patrick frunció el ceño—¿Entonces por qué apresurar las cosas?

—Isabella no es tonta —explicó con seriedad mientras se incorporaba y reclinaba la silla—. Ahora que esa mujer está allí, sabe que si no mueve sus cartas rápido puede que se la termine dejando a ella y sus hijas, aunque no sea de manera consciente. Así que prefiere no correr riesgos.

—¿No es mucho drama por una casa de campo?

—No es solo una casa de campo. Al menos no para ella. Nuestros padres no lo saben, pero siempre me decía que cuando iba a ese lugar se sentía feliz, porque era de los pocos lugares donde nuestros padres no discutían, incluso en los últimos años donde las cosas se pusieron bastante feas. Y eran de los pocos espacios donde en verdad nos sentíamos como una familia. Nuestro padre siempre pasaba ocupado con el trabajo, así que ese era el único lugar donde podíamos pasar horas y horas con él sin que nadie nos interrumpiera. Es importante para ella.

Patrick se cruzó de brazos. Si lo ponía de ese modo  a él tampoco le haría gracia que algo que es tan significativo terminara en manos de alguien que detesta—Ya veo. ¿Entonces al final se salió con la suya?

—Pues no lo sé. La tipa llegó en ese momento y al escuchar el tema de conversación, rápidamente empezó a meterle ideas de que debería esperar un poco, que al final aunque estuviera a nombre de Isabella él tendría que seguir pagándoles a las personas que se encargan de cuidarla, que sería mejor un bonito regalo de graduación  y no sé qué otras tonterías. Claramente no estaba feliz con la movida de Isabella. Ella solo ha visto la casa en fotos, así que de seguro quiere asegurarse si vale la pena dejarla escapar.

—Que rata la tipa esa —exclamó un poco molesto con solo escucharlo.

Fabio solo pudo sonreír—Fue lo mismo que le dijo Isabella, así que ya verás que drama se armó en la casa. Al final el almuerzo fue una mierda, Isabella terminó encerrada en su cuarto y mi padre tuvo que ir a razonar con ella, no sin antes aguantarse el sermón de la tipa diciendo que la estaba malcriando más y que no debería consentir todo lo que ella le pide.

—¿Y qué crees que va a pasar?

—Ni idea. Al final cuando nos venimos estaba un poco más tranquila, pero supongo que no lo sabremos hasta el sábado. Papá la va a llevar a su restaurante favorito.

—¿Tu no vas?

—Nah, creo que no quiero arruinar su tiempo a solas. Isabella quiere mucho a mi padre, a veces creo que no disimula que se siente más cercana a él que a nuestra madre. Así que supongo que por eso es más difícil todo esto para ella. Por lo que les vendrá bien hablar de sus cosas.

—Ahora que lo mencionas, estamos planeándole algo por su cumpleaños con el resto y creo que querían saber bien qué habían planeado con tu familia.

—¿Estamos? —preguntó Fabio confundido mientras alzaba una ceja— ¿A poco tú también estás metido en todo el rollo ese?

Patrick apartó la mirada algo avergonzado—Tu hermana no es mala persona —fue lo primero que se le vino a la mente—. Está un poco loca, pero no es mala persona.

Fabio sonrió un poco—Solo espero que planees algo para mi cumpleaños también, cabrón. ¿Qué es eso de hacerle una fiesta sorpresa a mi hermana y no a mí que me conoces de más años?

Patrick volvió a desviar la mirada—No es como si aportara la gran cosa, con suerte iré a comprar las bebidas o algo así. No soy bueno para esas cosas.

Fabio cedió un poco al notar las reacciones de Patrick y le dio unas palmaditas—Vale hombre, lo sé. Solo quería molestarte un poco. Y pues mamá le hará algo el viernes en la noche, quizás porque no quería que mi padre se le adelantara con lo de la celebración y el sábado a cenar con mi padre. De allí supongo que le dejaron el propio cumpleaños libre porque saben que Neil y los demás siempre le organizan algo y como están las cosas creo que es mejor que pase su cumpleaños con ellos.

—De acuerdo, se los diré para que hagamos algo. Más te vale venir.

—¿En serio me quieres allí?

—Claro que sí, ¿por qué no querría?

—No lo sé. Te has vuelto muy amiguito de Neil. Hasta me haces sentir que lo prefieres más a él que a mí. ¿A poco si salió bi?

Patrick apartó la mirada—No seas ridículo, Evans es mi amigo, pero tú lo has sido más tiempo —La imagen del beso le llegó con demasiada fuerza, pero se repitió que había sido él quien había besado a Neil, quizás le había correspondido el beso para no hacerlo sentir más miserable. Por fortuna la catedrática entró al aula y jamás agradeció tanto que un catedrático apareciese.

 Aunque intentó concentrarse al máximo, era imposible que de vez en cuando no se le colara algún pensamiento como: “¿Por qué mierdas lo besé? ¿Por qué no se apartó de mí? Quizás le estoy dando demasiada importancia, Evans actuó como si nada había pasado y nos tratamos como siempre. Probablemente es su manera educada de decirme que no le importa que lo haya besado y que espera que la amistad siga como siempre.”

Su inconsciente era el que tomaba sus apuntes, pero sus pensamientos no dejaban de preguntarse cómo le había ido a Neil en su parcial, esperaba que esta vez hubiese podido aprobar, se había esforzado mucho. No quería ver a Neil triste. El solo pensamiento hizo que todo su cerebro entrase en pausa, debía admitir que nunca le gustaría ver a un Neil realmente triste porque no sabría cómo reaccionar o que hacer para ayudarle.

Soltó un suspiro que hizo que Fabio lo volteara a ver. Claramente Patrick tenía la mente en otra parte, pero seguía tomando apuntes. No sabía cómo podía hacer eso, generalmente cuando él tenía su cabeza en otro lado simplemente hacía cara de que prestaba atención y su mente divagaba—Neil…—el  susurro fue tan bajo que por un segundo creyó que era su imaginación, pero Patrick no cambió su semblante, claramente ni él mismo era consciente que había hablado. Fabio le miró extrañado. ¿Estaba pensando en Neil? ¿Acaso fue por lo último que había dicho? ¿O era por algo más? Le hubiera dado más vueltas al asunto si la catedrática no le hubiera preguntado algo en esos momentos. Mierda. Ni siquiera recordaba que estaban viendo.

***

Daniel Hayes en general podía ser una persona muy amable, pero en esos momentos Neil creía que tenía una doble personalidad porque pedirles que llegasen antes para empezar la clase y dejar de último la entrega de parciales era la peor tortura que les podía hacer, aunque estaba seguro que su parcial aún no estaba allí.

Cuando faltaban diez minutos para que acabase la clase, Daniel guardó sus cosas y sacó un sobre manila—Bueno sus notas han sido ingresadas al sistema, pueden corroborarlas cuando las reciban. Están todas las notas sin excepción. Cuando la reciban pueden retirarse si gustan —dijo deteniéndose unos segundos deliberadamente en Neil. Al escuchar eso si se puso nervioso—. Como se los advertí. La nota que tienen acá les aparecerá en el sistema. No importa si es menor que la que obtuvieron en el primer parcial —el murmullo no se hizo esperar—. Solo para hacerlo interesante…—Hizo una pausa deliberadamente larga—Voy a entregarlas de mayor a menor nota —las protestas no se hicieron esperar en toda la magna—. Miriam Reyes —la chica se levantó entre aliviada y temerosa. Ser la mayor nota no te garantizaba haberla pasado. Apenas la chica recibió la nota se le notó una cara de alivio. La había pasado. Las personas a su alrededor no tardaron en abalanzarse sobre ella para ver su nota. La segunda persona fue llamada.

Neil estaba demasiado lejos de la chica como para poder escuchar cuanto fue su nota. Logan lucía inquieto a su lado—Este nivel de maldad debería ser prohibido —se quejó el chico al alcanzar a ver que la persona frente a ellos había sacado 6.5 y había sido el tercero en llamar—Pura mierda —se quejó el chico al notar que las notas iban bajando poco a poco; sin embargo el turno de Logan no tardó en llegar.

Neil se apresuró a ver la papeleta de su amigo quien lucía más tranquilo al ver el 6. En definitiva era una mejora. Al examinar los ejercicios Neil notó algo—Que mierda —dejó escapar.

—¿Qué pasa?

—El parcial que me hizo no se parece en nada al tuyo —eso lo dejaba más en suspenso de saber cómo había salido. Aunque claro, debió haber sabido que nunca le haría el mismo parcial que a los demás, de hecho ni siquiera se había acordado de los problemas cuando estaba estudiando y menos se le ocurrió preguntarle a Logan si se recordaba alguno.

Los minutos pasaban y las notas se iban haciendo más desastrosas—Mejor vete, Logan —exclamó de pronto frustrado a alcanzar ver un 2.5.

—Pero…

—En serio, vete. No quiero que veas esto.

Ni siquiera sabía si él tendría la cara para enfrentar al ingeniero, no después de todo el tiempo que le había hecho perder.

—Te espero afuera. ¿Ok? No tienes que hablar si no quieres.

Neil intentó sonreír, pero fue en vano. Solo se hizo a un lado para dejarlo pasar—Neil…— le llamó Daniel. Neil ni siquiera se atrevió a moverse. El último. Vio al último salir del aula dándole una especie de mirada entre lastimera y empática—Neil —volvió a llamarle Hayes.

No supo de dónde sacó valor para levantarse. Debió haber sabido que lo terminó demasiado pronto. Quizás era estúpido. A lo mejor no servía para esto y debía volver a intentar encontrar algo en que fuera bueno, pero sus opciones eran casi nulas. Recordaba que había elegido esa carrera porque era la opción más lógica, la que tendría que darle un futuro seguro, y la que todos hasta cierto punto esperaban que eligiera, pero ahora ya no sabía qué pensar ¿Con qué cara vería a sus padres? ¿Qué diría su abuelo si estuviera vivo? No sabía si le dolía más decepcionar Hayes, a sus padres o así mismo. Sentía un nudo en su garganta. Tomaría la papeleta, pediría perdón por hacerle perder el tiempo y rezaría por no ponerse a llorar allí porque sería vergonzoso.

Cuando llegó frente a Hayes ni siquiera se atrevió a mirarle a la cara. Recibió la papeleta doblada. Su mano parecía estar congelada cuando rozó la mano tibia de Daniel. Neil utilizó todo su aplomo para desdoblar la papeleta y cuando vio la nota, apenas fue unos segundos porque de pronto lo único que veía eran sus propias lágrimas acumularse en sus ojos. Intentó hablar, pero solo salió un sonidito extraño, como si lo hubiesen intentado estrangular.

—Bien hecho, Neil. Eres la mayor nota.

Neil apretó la papeleta contra su rostro y empezó a reír nerviosamente—De-demonios…por un momento creí…—No quería recordarse lo que había creído.

—Lamento haberte asustado, pero quería felicitarte personalmente. Lo hiciste muy bien las últimas semanas. Sigue así. Solo ten más confianza en ti mismo ¿de acuerdo? —Neil asintió mientras se limpiaba una que otra lágrima—. Y aquí en confianza. Tu parcial fue más difícil que el del resto. Nada personal, solo quería asegurarme que esas horas extras no habían sido en vano —le dijo Daniel con una cálida sonrisa—. Me alegra comprobar que no me equivoqué.

—G-gracias…Por todo.

Daniel asintió—Y cualquier duda ya sabes que siempre puedes ir a mi oficina ¿de acuerdo?

—D-de acuerdo. No dejaré de hacerlo.

Caminó hasta su pupitre cuando vio a Patrick entrando a la magna—¿Pat?

El chico avanzó hasta él y le tomó de los hombros con seriedad—Logan me dijo que no entrara, pero me valió una mierda. Aún tienes mucha nota en juego. No te desanimes. No eres estúpido. ¿Ok?

—Pat…

—Yo, no sé…puedo intentar aprender mate tres para explicarte o puedo obligar a alguien que te explique de los años superiores.

—Pat…

—N-no es el fin del mundo. Solo es una mala nota. No llores. Joder, ¿Qué tan mal te fue? — preguntó preocupado.

Neil solo pudo alzar a la altura de los ojos de Patrick la papeleta—Nueve cincuenta —exclamó sin poder creerlo y sintiendo como volvían a escaparse unas lágrimas de sus ojos.

Patrick tomó la papeleta incrédulo. Solo alcanzó darle un pequeño empujón a Neil—Joder, no me asustes así —Neil solo soltó una risa nerviosa—. Maldito actor, me asustaste cuando te vi llorando. ¿Por qué demonios estás llorando?

Neil apartó la mirada avergonzado—N-no lo sé. So-solo lo hago y ya— Se esperó cualquier cosa, menos que Patrick lo abrazara con fuerza. Neil no pudo evitar abrazarlo con la misma intensidad. Enterró su rostro en su cuello y río nerviosamente—. Mierda, por un segundo creí que la había cagado por completo.

—Lo hiciste bien, te dije que no te preocuparas —exclamó aliviado, feliz y orgulloso—. No vuelvas a asustarme así.

Neil volvió a reír estrechándolo con fuerza, se aferró un poco más a él al sentir sus pies despegarse del suelo unos segundos. Patrick se separó un poco de él mientras volvía a ponerlo en el suelo—Joder, deja de llorar. La gente va a pensar que dejaste toda la carrera —exclamó. Lo que planeaba ser un manotazo despreocupado resultó ser su mano limpiando suavemente las lágrimas de Neil. Sintió un pequeño escalofrío recorrerle, y vio a Neil mirarle confundido unos segundos antes que ambos apartaran sus miradas y el menor se apresurara a limpiar las lágrimas del otro lado.

—L-lo siento. Es que por un segundo creí que en verdad iba a tener que hacerlo.

—No es tu culpa. Daniel es un cabronazo por haberte dejado de último.

—N-no, solo quería felicitarme —volteó a ver, pero ya no estaba allí. Ni siquiera había notado en qué momento había salido—. Aunque por un segundo en serio creí que iba a no sé, se me vino de todo a la cabeza —exclamó aún incrédulo y pasó su mano por su frente para luego pasársela por sus cabellos.

—Te dije que no te preocuparas —exclamó Patrick más tranquilo—. Anda, salgamos de aquí que Logan estaba igual de nervioso —dijo mientras se estiraba para pasarle la mochila y salían del aula.

—Él no es impaciente como otros.

—Estaba preocupado. Casi me cruzo el campus corriendo al no recibir ningún mensaje tuyo.

Neil le miró un poco avergonzado, quería decirle algo, pero las palabras adecuadas no llegaron—¡Neil! — Se quedó confundido al ver a todos allí. Incluso Emma con Oliver. Lo único que se le ocurrió hacer fue enseñar su papeleta para que segundos después Isabella y Leah prácticamente lo taclearan. Rio feliz al escuchar los gritos de alegría de sus amigas. Estaba feliz. Todos sus amigos se apresuraron felicitarle. Estaba aún abrazando a Emma cuando notó a Patrick hacerle un gesto de despedida con la mano. Solo atinó a decirle adiós con la mano antes que Oliver lo abrazara para felicitarlo. Víctor no tardó en felicitarle también. Cuando volvió a buscar a Patrick con la mirada no lo encontró. Volvió a sonreír, mientras les enseñaba al resto su papeleta con más detalle, y su mano se fue inconscientemente a su mejilla donde Patrick había puesto su mano hacía solo unos minutos.

Notas finales:

HOY SI PROMETO TENER TODOS SUS REVIEWS CONTESTADO PARA LA OTRA SEMANA!!! PERDÓN ;O; Saluditos, los extraño, suerte a los que tienen paises participando en la Copa América y a los que tienen a su país participando en la Euro que inicia el viernes.


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