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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! ¡Sí, hay actualización en domingo! ¿Por qué? ¡Porque no! c: No los entretengo mucho con mis monologos sin sentido, espero que disfruten el capítulo. :) Gracias a todos los que me dan ánimos con sus reviews! Ya he contestado todos :D

XXVIII.

Desde que había aceptado juntarse con los Títeres Rebeldes, Patrick sabía que se atenía a momentos como esos. Desde el principio sabía que principalmente para Leah, Logan y Neil el dinero no era una de sus principales preocupaciones y usualmente podía lidiar con eso ya que a pesar que su ropa era toda de marca, estas no eran rimbombantes; lo de los autos era un poco más difícil de ignorar. La camioneta del año que los esperaba afuera de la estación de autobuses había sido una prueba de la posición económica de Logan, pero ahora estando frente a la casa de este la realidad volvía a golpearlo.  Era imposible evitar pensar en el gran abismo que había entre ellos.

La casa en la que vivía Neil era sencilla, espaciosa, acogedora, todo lo contrario a la casa de Logan; si bien era espaciosa, no era nada sencilla, toda en ella parecía recalcar la posición económica de la familia Fritz y de las personas de esa residencial privada. Entró a ella solo porque una de las personas del servicio le indicó que pasase. Logan y él no habían cruzado mayores palabras desde que salieron de la estación de autobús. Logan hablaba con una mujer de mediana edad, bajo y pausado como si no quisieran que nadie más escuchase la conversación.

Patrick estaba pensando si era momento de retirarse o no cuando una de las puertas próximas a donde se encontraba se abrió y de ella emergió una mujer de mediana edad y de cabellos negros, sus ojos no tardaron en encontrarse con los suyos. Esperó alguna pregunta de quién era, qué hacía en su casa, pero solo le sonrió con amabilidad. La sonrisa perfecta de cualquier anfitriona acostumbrada a las visitas sorpresas.  La mujer posó la mirada en Logan y sus ojos se iluminaron, fue directo a él y para asombro de Patrick le plantó un largo beso en los labios. Patrick desvió la mirada incómodo porque aquel beso duró más de lo cordialmente educado.

—Tenemos visitas —dijo Logan mientras se separaba de la mujer no sin cierta incomodidad.

—No tiene nada de malo demostrar lo mucho que nos amamos —dijo la mujer con una sonrisa mientras se inclinaba para besar una vez más a Logan, pero este la esquivo de una manera sutil. Ella se limitó a alisarse el vestido azul que traía y esta vez sí le prestó toda la atención a Patrick—. Marguerite, es un placer señor…

—Patrick…—respondió sintiéndose un poco torpe mientras estrechaba su mano.

—Bueno, Patrick es un placer, ¿desea tomar una taza de té o un café?

—N-no, estoy bien.

—¿Está seguro? Tenemos otro tipo de bebidas para ofrecerle. ¿Algo más fuerte quizás? ¿Ron? ¿Vodka? ¿Ha almorzado ya? Douglas me dijo que estaba en una reunión con unos colegas.

Patrick miró confundido a Logan quien solo le miraba suplicante, entonces comprendió que Douglas era Logan—C-creo que estoy bien por el momento.

—No, en realidad no hemos comido nada. La reunión se prolongó más allá de lo esperado —intervino Logan—. Greta, ¿podrías prepararnos algo para comer? Sé que es repentino, pero cualquier cosa estará bien —pidió dirigiéndose a una de las mujeres del servicio.

—Enseguida, señor Fritz.

—Patrick, porque no me esperas arriba —dijo en un tono atípico de Logan—. Cruza a la izquierda y es la segunda puerta de la derecha.

—Está bien…—dijo sin saber qué más poder decir. Empezó a subir las escaleras cuando notó a Logan siendo abrazado por aquella mujer.

—¿Interrumpí tu reunión?

—No te preocupes, podemos terminar de discutir los por menores con Patrick. Vine porque me dijeron que te sentías mal. Además no es usual que me llames y luego de tu mensaje me preocupé.

—Lo siento, pero me siento mejor ahora que estás aquí ¿No podemos contratar a otras personas? A veces siento que soy una prisionera en esta casa o que me tratan de loca.

Logan alzó la mirada y se encontró con la de Patrick quien se apresuró a terminar de subir las escaleras. Entró en la puerta indicada. Era la habitación de Logan. Su mente estaba intentando aún comprender todo cuando se fijó en unas fotografías en una de las paredes. Dejó caer su mochila y se acercó a ellas. Confundido observó aquellas fotos familiares, la primera era de Logan que no debía tener más de tres años junto a un hombre quién a simple vista era su padre. La semejanza era absoluta era casi una calca al Logan de hoy en día. Su mirada pasó a la siguiente fotografía y se quedó unos segundos viéndola confundido, como si temiera que la mente le estuviera jugando una mala pasada, pero no, esa mujer de la fotografía era la misma Marguerite que se encontraba allá abajo, mucho más joven, sí, pero era la misma. Estaba seguro. En la fotografía tenía a un bebé en brazos. Su vista se fue rápidamente al resto de fotos que había en la habitación. Marguerite, el padre de Logan y Logan estaban en todas en diferentes etapas de la vida de este, pero eran los tres siempre.

La puerta se abrió de pronto. Patrick se sobresaltó y giró con brusquedad para encontrarse con la cara de Greta—Disculpe, debí haber tocado —exclamó consciente de su error.

—N-no, no pasa nada…

—Yo les traía la comida —dijo mientras tomaba una bandeja de la mesa que estaba justo a la entrada de la habitación. Patrick miró la bandeja: pechuga de pollo en salsa de hongos y puré de patatas, dos vasos con agua, una botella de vino tinto y dos copas.

—Eso fue rápido…

La chica sonrió—Estábamos seguros que el joven Logan no había comido nada y solo se había dejado venir de inmediato, por lo que teníamos la comida lista. Aunque esperábamos ver al joven Neil no a usted.

—S-sí, Neil no estaba en Gastrell por eso lo acompañé yo.

Greta asintió como si le diera gusto de verlo allí. Patrick inconscientemente desvió la mirada de nuevo a las fotografías.

—Es muy triste que esas fotografías solo puedan estar aquí ahora —exclamó la chica. Patrick la volvió a ver confundida y ella tomo su silencio como pauta para poder seguir—. Desde que el señor Douglas murió tuvimos que retirar todas las fotos que habían en el estudio o en la sala de estar, pero el joven Logan se negó a tenerlas guardadas en cajas por lo que colocó las que pudo aquí en la habitación. Si para nosotros es difícil ver a la señora Marguerite en ese estado, no quiero imaginar el sufrimiento del joven Logan, por eso hacemos siempre lo posible de no interrumpirlo con sus estudios, pero hay días como hoy que es imposible contener a la señora y por eso le llamamos.

Patrick se limitó a asentir por cortesía. Greta se limitó a decirle que Logan intentaría subir lo más rápido posible para almorzar con él y que si necesitaba algo más que no dudase en avisarle.

Una vez se quedó nuevamente solo volvió a pasar su vista por las fotografías, las recorrió con lentitud. La madre de Logan creía que éste era su esposo. La sola idea le pareció tan irreal, tan chocante, pero él lo había visto con sus propios ojos. Se asomó por la ventana y vio a Marguerite en el jardín. Patrick miró asombrado los enormes rosales que había en él, pero su mirada volvió a la madre de Logan quien estaba ahora charlando con una de las mujeres que debían trabajar allí. Estaba tan concentrado mirándola que no escuchó la puerta abrirse y cerrarse.

—No está loca…

La voz de Logan hizo que Patrick se sobresaltara y girase rápidamente. Logan parecía haber envejecido en solo unos minutos, se quitó la chaqueta que llevaba puesta y se sirvió una copa de vino, la cual llenó casi hasta el borde y dio un largo sorbo hasta que se acercó al otro extremo de la ventana.

—N-no pensé…

La mirada de Logan hizo que se callase. Volvió la vista nuevamente hasta donde se encontraba Marguerite.

—No está loca —repitió Logan más como si se intentase convencer asimismo—. Ella solo a veces vive en el pasado y cree que soy mi padre, pero la mayor parte del tiempo sabe que soy yo y está consciente que mi padre está muerto, pero hay días malos como hoy…

Patrick no apartaba la mirada de Logan—¿Por eso no querías que Leah viniera? Creía que los Títeres sabían…

Logan negó—Solo Neil sabe, pero no porque lo quisiese —admitió.

—¿Pero saben por qué pasa eso o…?

Logan terminó su copa y fue a servirse una vez más. Generalmente evitaba beber porque le aterraba la idea que al final no pudiese controlarlo, pero cuando llegaba a casa y veía a su madre en ese estado tenía que tomar algo para hacer menos amargo el momento. Se sentó en una silla próxima a la comida y le indicó a Patrick que se acercase antes que se enfriara. La comida transcurrió en silencio aún con la pregunta de Patrick suspendida en el aire. Cuando terminó de comer se sirvió más vino, lo cual le ayudó a empezar a hablar.

—Cuando hablamos por primera vez, me preguntaste si me había atrasado en la carrera y solo te di una respuesta vaga —explicó sin despegar la mirada de la copa de vino—. Cuando iba a empezar mi segundo año de la universidad tuvimos un accidente de tránsito con mi familia —dijo intentando no sonar tan lastimero, pero era la primera vez que contaba aquello. Neil y su familia se habían encargado de explicar todo en aquel momento a sus familiares y allegados. Quizás ese había sido su error, dejar que otros explicasen lo que él había vivido, porque nunca había tenido la oportunidad de exteriorizar todo—. Una rastra perdió el control y nos sacó del camino, dicen que el auto dio unas cuantas vueltas antes de detenerse. No recuerdo nada de eso. Yo iba en la parte de atrás. No llevaba el cinturón y salí despedido del auto, Neil dijo que los paramédicos me encontraron a metros del vehículo. Mi padre murió en el acto porque el golpe fue justo en el lado que iba. Mi madre quedó atrapada entre el hierro del vehículo. Ella estuvo consciente todo el tiempo. Dicen que la ayuda tardó en llegar y que gritaba el nombre de mi padre y el mío al ver que no me movía, pero que había momentos en que yo recuperaba la consciencia y la llamaba. A veces tengo estos sueños que no sé hasta donde son realidad y hasta donde son pesadillas, en las que veo el cuerpo de mi padre atrapado entre el hierro, a mi madre intentando ser sacada de los restos mientras gritaba que salvaran a mi padre…

—No tienes que seguir explicándome, Logan —lo interrumpió Patrick cuando notó que aquella conversación no le sentaba nada bien al Títere.

Logan negó con la cabeza—Los médicos dicen que tardaron al menos dos horas en sacarla sin peligro a que muriese desangrada, y que por lo que pasó fue demasiado traumático como para poder asimilarlo. Que por eso a veces cree que está en el pasado. Creo que es una especie de memoria selectiva, no entendí mucho cuando me intentaron explicar todo y en esos momentos tampoco me esforcé demasiado por comprender, pero por eso es así ahora. N-no está loca, solo creo que perder a mi padre de esa manera fue demasiado doloroso para aceptarlo —dijo intentando que su voz no se quebrase.

—¿Y no hay manera de ayudarla? ¿Psiquiatras o medicamentos?

Logan se quitó con brusquedad unas lágrimas que querían salir—Me recomendaron que la internáramos, pero no pude. Es mi madre, Patrick, n-no podía tenerla encerrada en un lugar de esos cuando más de la mitad del tiempo está bien. N-no me hacía la idea que un día llegase a verla y estuviera viviendo en el presente y me reclamase por tenerla allí —le explicó intentando hacerle ver que aquello no era una decisión fácil—. No se comporta de manera violenta, solo actúa como si viviera en el pasado. Por eso preferí contratar a un personal que cuidase de ella para cuando tuviera esos episodios y hago lo que puedo, pero no es suficiente al parecer.

—Debió haber sido duro pasar por eso tú solo…

Logan negó—Mis abuelos ayudaron a mantener la calma en la empresa y me cuidaron cuando me dieron de alta. Craig ayudó muchísimo también tomando el mando de los proyectos que teníamos en esos momentos y luego Neil…—exclamó antes de mirar a los ojos a Patrick— dicen que pasé en coma una semana. Creyeron que también me iba a morir, pero Neil no se separó de mí ni un solo segundo. Cuando desperté recuerdo que lo primero que vi fue a Neil dormido a un lado de mi cama. No entendía que pasaba, porque todo mi cuerpo dolía. Cuando lo llamé y este despertó solo empezó a llorar, pero no dejaba de sonreírme y decirme: “Despertaste, bienvenido, no te muevas, no hables, te extrañé, no vuelvas a asustarme de esa forma”. Yo no entendía nada, tardó en tranquilizarse, pero fue él quien me explicó todo y me dijo que encontraríamos una manera para salir adelante, que no iba a abandonarme y yo le creí.

—Es un buen amigo…

Logan asintió—El mejor. Ese año perdí el ciclo de la universidad porque costó que me diesen de alta. El día que finalmente pude ver a mi madre creyó que era mi papá y no sé lo que pensé, pero la siguiente vez que fui a verla a su habitación del hospital me reconoció y creí que se repondría y que aquello solo era de una vez, pero siguió pasando. Neil estaba allí siempre que podía porque él ya había empezado clases en Gastrell, y viajaba todos los fines de semana o inclusive a veces entre semana para venir a verme. Cuando estuve mejor los representantes legales de la empresa vinieron me explicaron la situación. Craig estuvo a mi lado en todo momento explicándome todo y me dijo que entre las opciones disponibles estaban vender la empresa o si me consideraba listo para asumir el cargo podía hacerlo. Todos esperaban que la vendiera. Era la opción más fácil, la más lógica. Mis abuelos incluso se habían hecho ya a la idea, pero contra lo que ellos esperaban decidí que terminaría la universidad y dejaría la empresa en manos de Frank quién había sido siempre la mano derecha de mi padre. Craig también se ha encargado de una buena parte del manejo de la empresa. A veces creo que solo escapé de los problemas al dejarles todo a ellos…

Patrick negó con la cabeza—Era demasiado para asimilar en tan poco tiempo, además hacerte cargo de una empresa de la noche a la mañana no es fácil. Y tenías que recuperarte y velar por tu madre.

—L-lo sé, eso me dije, pero pasaron los meses y ella empezó a empeorar y a confundirme con mi padre más y más seguido y llegó un punto que no lo soporté —exclamó Logan sintiendo un nudo en su garganta—. Duele, Patrick, fingir que soy él. Creía que podría hacerlo, pero no puedo. A veces vengo a casa y solo quiero encontrar a mi madre porque la necesito, pero vengo y no está, en su lugar tengo a Marguerite quien espera que su esposo le haya traído un ramo de flores o la lleve a cenar o simplemente hablar de cosas que sí pasaron pero yo no viví —exclamó poniéndose de pie. Terminó otra copa de vino y fue a sentarse a la orilla de la cama—. Cuando no lo soporté más me mudé a Gastrell, Neil insistió que fuera vivir con él, pero quería estar solo. Ahora solo así puedo estar y me aterra esta soledad porque no sé en qué momento se apoderó de mí. No sé en qué momento empecé a sentir algo más que tristeza y me aterroriza que cada día se va haciendo más y más común que despierte sintiéndome miserable, si es que logro dormir. Ya no recuerdo cuando fue la última vez que  dormí en paz. Hay días que despierto sintiéndome incapaz de levantarme de la cama porque no encuentro razones para hacerlo…

Patrick fue a sentarse a su lado—¿No crees que estás poniéndote demasiada presión? La universidad, la empresa, tu madre, quieres cargar con demasiadas cosas tú solo.

—Pero si no lo hago yo ¿quién lo va a hacer? La empresa, mis estudios, mi familia, todo eso es mi responsabilidad ahora, Patrick. C-creí que tú lo entenderías, tú también perdiste a tus padres…

Ante aquella acusación Patrick sintió acorralado en su propia mentira, pero no tuvo el valor de sincerarse con Logan—Pe-pero mis padres creo que no me querían, así que fue más fácil seguir adelante…

—No digas esas cosas, Patrick. Todos los padres aman a sus hijos.

Los míos, no, pensó pero no se atrevió a contradecirlo—Pero con tanta carga solo vas a terminar explotando. Ya empiezas a hacerlo y todos estamos preocupado por ti ¿sabes? En especial Leah.

—Lo sé, no me lo recuerdes justo ahora…

—Lo hago para que recuerdes que no estás solo, Logan. Tienes a tus abuelos, a Neil y los Títeres.

—¿En verdad aún tengo a Neil? —cuestionó mirando a Patrick con fijeza.

—Claro que sí. Él es tu mejor amigo lo ha sido durante toda tu vida y yo solo soy…

—¿Tú eres…?

—Su amigo —terminó la oración Patrick no sintiendo que fuese el término apropiado o al menos no el deseado—. ¿Entonces me odias porque he venido a entrometerme entre tú y Neil?

Logan meditó unos segundos la pregunta—No. No te odio. Sé que por como he actuado hoy contigo parece que así fuera, pero solo estoy molesto conmigo mismo, porque soy yo el culpable de que ahora las cosas no estén bien con Neil, con Leah y tú solo has tenido la mala suerte de estar allí en todas esas ocasiones y también porque…ya sabes…estuviste en esas otras ocasiones…

Patrick asintió comprendiendo a lo que se refería—¿A ti te…?—calló al siquiera pensar la posibilidad, pero tenía que saberlo: —¿Estás enamorado de Neil?

Logan giró confundido ante la pregunta creyendo que era una broma, pero al notar la seriedad e inclusive el nerviosismo de Patrick supo que iba en serio—No —exclamó con seguridad—. Di-digo puede que se me haya pasado por un segundo que tal vez sí, pero no. No me gusta Neil. Él es como mi hermano, el hermano que nunca tuve. Hemos pasado demasiadas cosas juntos como para que a estas alturas venga a gustarme —le explicó. Quizás si se sintiera atraído por Neil las cosas serían mucho más sencillas—. ¿Y qué hay de ti?

—Es mi amigo…—contestó Patrick, pero cada vez que lo decía sabía que solo se estaba mintiendo. Sabía que la verdad era otra, pero que era más fácil fingir que nada pasaba entre ellos, que no experimentaba todas esas sensaciones cuando estaba al lado de Neil; porque enamorarse, pero hacerlo de la forma correcta y de la persona correcta, le aterraba. Él no era bueno con los sentimientos y menos con las personas—. Creí que me odiabas porque estabas enamorado de él y creías que te lo iba a quitar o algo por el estilo.

Logan negó—No te odio, Patrick, pero hay algo de verdad en lo que dices. Te veo a ti con Neil y jamás lo había visto así de feliz con nadie, es cierto que Neil ha tenido novias y otros amigos en el pasado, pero nunca me sentí celoso, pero contigo es diferente. Y quizás mis inseguridades se mal interpretaron, pero solo son celos de amigo porque nunca me sentí tan relegado a un segundo plano, porque de pronto los veo y siento que Neil confía más en ti y ya no me cuenta nada. Eso nunca había pasado con nadie.  Es como si algo se hubiese roto, pero estás tú y por eso Neil está bien, pero yo no estoy bien y lo extraño...pero Neil es diferente ahora que estás tú y no he podido dejar de pensar que finalmente mis temores se hicieron realidad: Neil al fin encontró otro mejor amigo, uno que en verdad valiera la pena, que no fuera tan problemático como yo o tan patético como yo.

—Él jamás pensaría eso de ti.

—L-lo sé, por eso me siento peor cada vez que lo pienso, porque sé que Neil no es así, que todo está en mi mente, pero desde que murió mi padre no he podido dejar de tener todos pensamientos negativos, y me odio por tenerlos, por dejar que esta tristeza se apodere de mí y no poder hacer nada. Últimamente no puedo dejar de tener estas pesadillas sobre el accidente y no puedo controlarlas. Me odio por ser tan débil, por dejar que todo esto me siga afectando —confesó, bajando la mirada al percatarse que empezaba a llorar—. N-no quiero ser débil, pero sigo aquí llorando porque de un segundo a otro mi padre ya no está y lo extraño tanto. Soy débil porque no puedo manejar estas emociones, porque a veces pienso que no soy lo suficientemente bueno para ser amigo de nadie y mucho menos para hacerme cargo de la empresa, pero quiero hacerlo, de verdad quiero hacerlo, siempre soñé con poder trabajar al lado de mi padre y hacer cosas increíbles juntos, pero ahora…—su voz se quebró—. Y-yo no sé si soy lo suficientemente bueno. Tengo miedo de fracasar. No puedo fracasar, no me lo perdonaría. No quisiera vender la compañía que tanto amo solo porque soy demasiado débil para afrontar todo…

—No eres débil, Logan.

—Sí, si lo soy…

—No —respondió con firmeza Patrick—. No lo eres, te levantas cada día aún con todas esas dudas, esos miedos y sigues luchando. Eso no lo podría hacer una persona débil. Una persona débil hace mucho hubiese renunciado a todo. Tú no lo has hecho.

Logan le miró sorprendido, sus lágrimas seguían cayendo, pero la forma en que Patrick le miraba le hacía entender que el único que pensaba que era débil allí era él—No quiero seguir sintiéndome así…

Patrick asintió—Y no deberías, quizás deberías buscar alguna ayuda. No sé, un psicólogo o algo —notó la reticencia de Logan—. No estás bien, Logan, pero el hecho que no lo estés no significa que debas permanecer así. No si tú no quieres. Nadie puede obligarte a hacerte sentir mejor, eres tú el que tiene que querer sentirse mejor. Sabes que todos te apoyaríamos si nos los permites, pero el seguir así o mejorar depende enteramente de ti. Esa depresión se está convirtiendo en un problema y no lograrás lograr todo lo que te propones si sigues permitiendo que te controle.

Logan asintió, mientras se limpiaba las lágrimas. Sabía que estaba mal, pero no se había atrevido a ponerle nombre a lo que tenía, porque no quería sentirse más débil de lo que ya se sentía— Ya no quiero sentirme así. Me da miedo, ¿sabes? Siempre que intentaba hablar con alguien del tema no podía, tengo miedo que llegue un momento en que no encuentre razones para seguir viviendo, me da miedo que llegue el día en que desee haber muerto en ese accidente y en definitiva no quiero llegar a ese punto.

—No tienes por qué hacerlo. Esos sentimientos no son tú.

Logan  respiró profundamente en un par de ocasiones hasta que se hubo tranquilizado un poco, las lágrimas aún caían por su rostro, pero sonrió un poco—Nunca pensé que con quien pudiera hablar de esto serías tú, Patrick.

—No soy Neil o Leah, quizás ellos te hubieran dicho algo mejor. En realidad no sé si dije alguna estupidez o algo indebido, pero me alegra que pudieras al fin hablarlos con alguien.

—Gracias por escucharme, y por no hacerme sentir peor…

—Me alegra saberlo. Aún soy nuevo con todo esto de la amistad y hablar sobre los problemas. No sé si lo hago bien o mal  —admitió — ¿Quieres más vino?

Logan asintió—Creo que después de todo lo que dije me vendría bien, pero no quiero ser el único ebrio en esta habitación.

Patrick llenó dos copas y se apoyaron contra la pared y bebieron en silencio. Patrick con disimulo no apartaba la mirada de Logan, pero ahora lo veía mucho más tranquilo que las últimas semanas. De pronto lo vio sonreír de una manera que no supo interpretar. 

—¿Ya te pegó el vino o piensas en algún chiste?

Logan negó con la cabeza y se inclinó para poner las copas en la mesa— Solo pensaba que ya te debo demasiadas, en especial porque no dijiste nada a nadie aquella vez…

—No soy yo quien debe decir esas cosas —dijo comprendiendo que se refería a la vez de la fiesta que había ido con Neil e Isabella—, pero no entiendo si no es Neil ¿hay alguien que te guste? ¿O simplemente estás conociendo mejor tus gustos?

Logan desvió la mirada— No es gustar. Ni mucho menos es un enamoramiento. No lo sé, me confunde —intentó explicar—. Tú me confundes….

Tú me confundes.

Patrick tardó unos segundos procesar la información, giró con brusquedad para mirar a Logan esperando encontrar algo que le dijera que era una broma—¿Y-yo?

Logan sacó valor para mirarle a los ojos. Ni él mismo comprendía porque era Patrick, pero si recordaba la primera vez que lo había visto. Había sido en una clase de Hayes, al principio solo le llamaba la atención por su comportamiento. No había conocido a nadie como él hasta ese momento y semanas más tarde lo había escuchado con otro tipo en los baños de la universidad. Recordaba que cuando Patrick salió del baño ni lo había mirado, pero Logan deseó haberlo detenido, obligarlo a que entrase de nuevo al baño y haber sacado al tipo que aún estaba allí y hacerlo repetir todo con él.

Después del accidente apenas y tuvo tiempo para pensar en eso. Luego conoció a Leah y justo cuando creía que estaba seguro de lo que sentía por ella, porque cada día que pasaba junto a ella aun siendo amigos eran lo mejor que le había pasado, de pronto volvió a aparecer Patrick. Las dudas volvieron, y cada vez que veía a Patrick con los otros ya no sabía si eran celos porque ante sus ojos él llevaba siempre de las de perder si competía con Patrick o porque simplemente se frustraba al descubrir que  no se había olvidado del todo de aquella vez que lo había escuchado en los baños de la universidad, del comprobar que aún estaba el deseo de poderse sentir bajo Patrick, pero nunca había tenido el valor para ir por él y buscarlo, pero si lo había intentado con otros chicos.

Los besos estaban bien, pero nunca llegaba a más con ellos. Se había obsesionado con la idea de qué sería besar a Patrick, qué se sentiría estar con Patrick, pero cuando entró a formar parte de los Títeres y luego al ver cómo Neil se hacía más cercano a él se frustraba porque ya no podía ir simplemente por él y luego seguir con su vida con la certeza que sus caminos no se cruzarían más. Y luego estaba Leah ¡Oh, Leah! No se merecía eso. Estaba atrapado con esa obsesión con Patrick, pero Leah era especial, y se alivió tanto cuando la besó y su mente quedó en blanco solo disfrutando de Leah, solo de ella, pero cuando el beso se terminó no pudo decir nada porque sentía que la había traicionado por no haberla besado como ella se merecía: sin dudas, solo con amor.

—Me confundes, quiero a Leah, pero no puedo estar con ella si tengo esta duda respecto a ti….

—Logan, n-no creo que yo te guste…

—Sí, yo tampoco lo creo —admitió. En los últimos meses se había besado con más chicos de los que quería admitir, pero siempre terminaba pensando cómo sería besar a Patrick. —, pero necesito estar seguro…

Probablemente si Logan no hubiese tomado todas esas generosas copas de vino no lo hubiese besado, pero allí estaba besándolo tal como había querido desde que lo había escuchado en aquellos baños. Patrick se dejaba hacer a su capricho, correspondía el beso tal como deseaba, pero su mente no dejaba de recordar el beso que había tenido con Leah. Aquel se había sentido tan bien en todos los sentidos, el beso con Patrick solo era placentero porque en verdad sabía besar, porque de pronto Patrick estaba tomando el control y sentirse sometido por ese beso hacía que su cuerpo se excitase, pero comprendió  que placer no era lo único que buscaba y entonces al fin tuvo el valor de admitir que aquello solo había sido un capricho, uno que había durado demasiado tiempo.

Patrick tenía a Logan debajo de él, sentía su cuerpo reaccionar y el de Logan también, pero aquello no estaba bien. Creía que aquello sería fácil tal como siempre había sido cuando estaba con otros. Lo besaba con más fuerza, escuchaba a Logan suspirar o jadear cuando se lo permitía, pero su mente no dejaba de decirle que parara, profundizó el beso. Aquello solo estaba bien en un plano físico, pero no se asomaba, ni remotamente a lo que sentía cuando estaba con Neil—N-no puedo…—susurró separándose un poco de él—. L-lo siento, no eres él…—No eres Neil. Sintió una opresión en su pecho, como si estuviese traicionándolo por estar besando a Logan. No era Neil. Solo quería los besos de Neil, las caricias de Neil. Solo quería a Neil. La verdad le goleó tan fuerte a pesar de que una parte de él siempre lo había sabido, pero la había ignorado tanto tiempo. Sabía que Neil no se había entregado a él por una simple abstinencia, sino por algo más. Quizás no era lo mismo que él sentía, pero había sentimientos de por medio y el verse en esa situación lo había aterrado porque nunca se había enamorado de verdad—N-no puedo, perdón…—susurró lastimeramente.

Logan se sintió culpable al escucharlo hablar de esa forma. Él lo había llevado hasta ese límite aun sabiendo que quería a Neil—No te disculpes, Patrick —dijo intentando incorporarse, pero este no se movía de encima suyo—. Está todo bien. No te preocupes. Yo tampoco hubiese podido llegar más allá de esto…

Patrick asintió más tranquilo, mientras se quitaba encima de él. Rodó al otro extremo de la cama y se quedó allí viendo el techo hasta que la risa de Logan lo sacó de sus pensamientos, volteó a verlo confundido, como si hoy si se hubiese vuelto loco. Logan solo le sonreía más tranquilo, como si se hubiese quitado uno de los muchos pesos de encima, sus ojos grises brillaban con la alegría de verse liberado de una incertidumbre.

—Sí somos imbéciles…—exclamó con una sonrisa—. Mira hasta qué punto debimos llegar solo para comprender que los dos queremos a alguien más.

—En verdad somos unos idiotas…—susurró Patrick aún abrumado por la verdad.

***

Leah supo que el día no podría empeorar cuando notó el Volvo rojo estacionado frente a su casa. Se quedó unos minutos con la frente apoyada contra el timón del automóvil. Respiró profundo varias veces hasta que se convenció que podía alcanzar las escaleras sin que la vieran. Bajó del automóvil y guardó la tabla de surf en la bodega a la que su madre jamás entraba, seguramente ni siquiera recordaba que tenían una bodega.

Entró por la cocina donde se encontró la mirada confundida de Sonia y Jeffrey, el personal de la casa. Leah se llevó un dedo a los labios para indicarles que guardaren silencio. Ambos asintieron y le indicaron que su madre estaba con la persona que quería evitar en la sala. Avanzó agachada esperando que la ostentosa mesa donde su madre ponía sus colosales floreros sirvieran para taparla. Estaba tan cerca de las gradas, dos pasos más y finalmente alcanzaría su objetivo. Iba a conseguirlo, pensó aliviada.

—Leah…—llamó su madre—. ¿Quieres venir a saludar?

Leah vio hacia la sala donde su madre estaba sentada justo donde podía verla—Hola, tengo prisa…—mintió con descaro.

—Maddy está aquí. Quería saludarte y darnos buenas noticias.

Leah frunció más el ceño e hizo un gesto mudo de súplica, pero la mirada de su madre no dio muestras de dar su brazo a torcer. Al no tener más remedio terminó de entrar a la sala donde estaba la persona que quería evitar a toda costa— ¡Hola, Maddy! —exclamó en un tono que a sus oídos sonaba tan falso, pero era el tono al que personas como Maddy estaba acostumbrado a escuchar así que sacó esa sonrisa  de su repertorio y se puso de pie.

La alta, altísima Maddy con sus largas y perfectas piernas, con sus muy brillantes ojos azules y para colmo su muy muy largo y brillante cabello negro. Si bien se llevaban tres años a veces creía que lucía más vieja que Maddy. Oficialmente cuando creía que su día no podía empeorar tenía que verse con la perfecta y hermosa Maddy.

—¡Hola, Leah! Mira lo saludable que te ves. Es bueno venir y siempre verte igual.

Leah frunció el ceño y apretó sus labios para evitar que algún comentario sarcástico saliera de su boca. Después de todo Maddy era uno de los principales rostros de la marca de su madre—¿Qué te trae por aquí? —preguntó una vez se pasó el primer trago amargo— ¿No deberías estar en Milán, París o algún lugar así?

—Oh, sí, pero es parte de la noticia que quería darles a ti a tu madre. Te estábamos esperando —dijo emocionada.

—Bien, escúpelo. Tengo cosas que hacer…—dijo cruzándose de brazos, sin molestarle fingir que prefería estar en otro lado. Desde que tenía uso de razón Maddy había estado merodeando en su vida. En los primeros días Maddy había servido de modelo infantil de su madre y desde que recordaba la pequeña y perfecta Maddy se había encargado de dejarle bien claro que era un patito feo que había nacido de un hermoso cisne.

Leah no olvidaba las veces que había suplicado a cualquier fuerza cósmica u ente superior que cuando llegasen a la pubertad se encargaran de destrozar a la preciosa Maddy, pero era obvio que su plegaria había sido denegada porque la agraciada Maddy dio paso a la sexy y glamorosa Maddy.

—De acuerdo, sabes que tu madre para mí ha sido como una segunda mamá…

Leah hizo una mueca de disgusto, cómo olvidarlo, prácticamente siempre había querido robarle a su madre, en los primeros años le había molestado de sobremanera. Conforme pasaron los años y comprendió que su madre tenía más cosas en común con Maddy, y ella con su padre y dejó de importarle porque así se ahorraba los dramas de Valentina queriéndola vestir como una princesa. Maddy desempeñaba con todo el entusiasmo del mundo ese rol.

—Y tú has sido como una hermana para mí…

Leah tuvo que morderse el interior de su mejilla para evitar soltar: “Una a la que querías hacerle la vida imposible cada vez que la veías.”

—Así que tienen el honor en ser las segundas en saber, después de mis padres y mi hermano, que ¡voy a casarme! —dijo mientras dejaba a relucir un enorme diamante.

Valentina no dudó en abrazarla emocionada.

—¡Guauh! Ese es un gran diamante—exclamó Leah sorprendida—. Felicidades.

—Gracias, temía que Brad no me lo pidiera nunca. Creía que el tren me dejaría o algo así.

Al escuchar eso Leah le miró con incredulidad— Tienes veinticuatro…Nadie pierde el tren a los veinticuatro. Además creía que lo importante era que ambos se quisieran.

—Oh, Leah no empieces con tus cosas —la cortó Valentina.

—Solo decía que está joven…

—Sí, pero ya sabes cómo somos nosotras. Sin anillo no hay amor, pero no es algo que entenderías…—exclamó Valentina mientras volvía a tomarle la mano a Maddy para ver el anillo.

—Cierto…—afirmó Leah intentando no sentirse herida por el comentario—. Las dejo entonces…

—Oh, no, no te vayas —pidió Maddy—. Tenemos siglos de no hablar y cuéntame todo lo del chico que tu madre quiere como modelo. ¿Es tu novio o algo así?

Leah miró indignada a Valentina—¡¿Le contaste de Patrick?!

—Oh, así que se llama Patrick. ¿Entonces qué hay entre ustedes?

—¡Nada! —exclamó indignada— Es un amigo y ya.

—Uno muy guapo, según dice tu madre. ¿Es cierto que será nuestro modelo para la siguiente campaña?

—No lo sé. Es decisión de él.

Maddy hizo una mueca de disgusto por la negativa de hablar de Leah—Oh, vamos, no es como si fuera a quitártelo o algo así…

Leah abrió la boca pero nada salió de sus labios. Ese comentario no había sido tan inocente. Obviamente no olvidaba que cuando tenían quince a ella le había gustado uno de los modelos juveniles de su madre, Tommy, pero claro que éste se fijó en Maddy y aun cuando ella no sentía nada por él solo anduvo con este solo para fastidiar a Leah.

—Tengo que irme. Ya sabes, mucho que estudiar.

—Oh entiendo. Podemos quedar otro día si quieres, incluso puedo presentarte a algunos amigos si quieres.

—No gracias, estoy bien así…

Maddy sonrió un poco—Oh, vamos un poco de amor no te va a matar.

—Debo de irme, Maddy, y de nuevo felicidades por tu boda. Espero que sean felices, de verdad.

Leah subió las escaleras que tanto luchado por alcanzar cuando escuchó a su madre decir “Yo diseñaré tu vestido de novia. No te atrevas a ir con nadie más. Concédeme el capricho, porque a este paso jamás voy a diseñar el de Leah. Hasta estoy perdiendo la esperanza de que me presente a alguien. Me pregunto qué hay de malo con esa niña a veces, es tan difícil de tratar.”

***

Patrick miró de reojo a Logan, quien se había quedado como piedra al pie de las escaleras. Ninguno de los dos había contado con que Neil aparecería de la nada con su madre en la casa de Logan. Neil también se había quedado confundido al ver a los dos juntos. Aquello no le hizo ni una pizca de gracia y su mente empezó a decirle que no era momento para empezar a tener celos, y mucho menos de Logan, en especial cuando tenía a su madre al lado.

Después del almuerzo con su madre, Craig y Joshua se habían reunido con ellos para ir a la cata de postres para la fiesta. Algo que tenía emocionado a Joshua. Una vez habían elegido los mejores, Erika le había pedido que fueran a visitar a Marguerite, ya que hace días no la veía y quería asegurarse que estaba bien, dentro de lo que cabía.

—Hola, Erika —saludó Logan recuperando la compostura. Bajó las escaleras y la saludó con la familiaridad dada por los años.

—Logan, no sabía que estabas aquí. Neil no me había comentado nada —dijo Erika mientras besaba la mejilla del joven. Logan para ella era como un tercer hijo—. ¿Has estado comiendo bien? Te veo pálido.

—Sí, solo me he desvelado un poco estudiando. Debe ser por eso —mintió para no preocuparla.

—Neil está igual. Pasábamos a saludar, quería ver cómo está tu madre. He estado un poco ocupada con el trabajo y la fiesta del sábado, así que no había tenido tanto tiempo. Espero que no te importe que venga sin avisar.

—No, no, para nada. Esta también es tu casa —le aseguró Logan—. Gracias por venir, pasa. Marguerite está en el jardín. Seguro querrá tomar el café con una buena compañía.

—Gracias —dijo Erika no pasando por alto que Logan había dicho Marguerite, lo que significaba que tenía que atenerse a hablar solo cosas del pasado—. Bueno, Neil. Te quedas con tus amigos. ¿Verdad?

—Sí, yo te espero. No te preocupes.

—Perfecto —dijo Erika—. Bueno iré a ver a Marguerite. Hola, Patrick. Una sorpresa verte por aquí —dijo prestándole atención al chico que se había quedado al pie de la escalera.

—Buenas tardes…

—Los dejo entonces para que charlen o estudien.

Una vez se quedaron solos los tres permanecieron en silencio hasta que Greta apareció y se quedó confundida por ver a los tres solo observándose. Luego de ofrecerse a ir a preparar una merienda volvió a dejarlos solos.

—Deberíamos subir —dijo Logan—. A este paso volverá con los bocadillos y seguiremos acá.

Neil asintió y siguió a Logan. No supo porque le molestó con la confianza que ahora Patrick se movía en la casa de su amigo. Él se había abstenido varias veces de invitarlo a su casa por temor que se negase. Patrick se había dirigido sin vacilación hacia el cuarto de Logan y había tomado asiento cerca del escritorio.

Logan cerró la puerta una vez Neil entró y el ambiente era tenso—No te esperábamos…—intentó que sonase casual, pero terminó escuchándose más como un reproche.

—Yo tampoco a ustedes…

Patrick miró a Logan pidiéndole permiso para explicarle más o menos las cosas, este solo asintió— La madre de Logan se puso mal y estaba en la universidad cuando se enteró. Yo acababa de salir de mi parcial y nos cruzamos por casualidad, así que decidí acompañarlo ya que nadie podía ir por él en esos momentos.

La culpa invadió a Logan porque sabía que Patrick decía las cosas a medias por su bienestar, pero agradecía que no mencionara nada más porque no estaba listo para que Neil supiera todo, al menos no por ahora.

—Oh, está bien. No necesitaba que me explicaran nada —mintió Neil. Aún así no se quedaba tan conforme con la explicación. Algo en Patrick no sonaba del todo sincero o quizás era él quien los celos lo nublaba—. Me hubieran llamado, saben que podría ir a Gastrell por ustedes.

—Hubiera tomado demasiado tiempo, Evans —le hizo ver Patrick.

En ese momento llamaron a la puerta y les llevaron la merienda. Eso ayudó al menos que el ánimo se calmara. Patrick se sentía incómodo por tener a Logan y a Neil en la misma habitación donde casi hacía una tontería con Logan. Además un nerviosismo lo invadía por estar junto a Neil ahora siendo plenamente consciente de sus sentimientos. No entendía porque le aterraba tanto sentirse atraído de esa forma hacia Neil. Cada oportunidad que tenía lo observaba y comprendía lo jodido que estaba. ¿Se había enamorado ya acaso? No solo le atraía, claro que quería besarlo y si pudiera tener sexo con él no lo dudaría ni un segundo, pero era algo más. Algo que jamás sintió por Caleb, y que hasta conoció a Neil no sabía que podía sentir. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que se había olvidado de apartar la mirada de Neil cuando este volteó a verlo. Aquellos ojos cafés hicieron su estómago revolverse, o quizás solo era la sensación de estarse atorando con el sándwich. Empezó a toser y Neil tuvo que darle unas palmadas en la espalda para auxiliarlo.

—¿Estás bien?

—Sí…—respondió con dificultad. No se atrevió a verlo a los ojos porque sabía que haría alguna tontería. Desvió la mirada y al ver a Logan ocultando su risa solo le hizo sentirse más estúpido—. Bueno ya que están los dos aquí que tal si les ayudo con estática —no era que tuviese ganas de estudiar justo ahora, pero preferiría distraer su mente a seguir analizando sus sentimientos.

—Claro, me vendría bien la ayuda —dijo Logan intentando no reírse de Patrick, pero era imposible no hacerlo, es decir, ¡Era Patrick Smith! Él es el que tenía babeando a media universidad con él, y jamás pensó que podría verlo en ese plan.

Sacaron sus libros y Patrick se enfocó principalmente a ayudarle a Logan, puesto que era quien aún no terminaba por comprender algunos puntos. Había sacado unos ejercicios para que Neil resolviera mientras le explicaba al otro Títere, pero Neil alzaba la mirada cada dos minutos. Cuando Patrick se levantó para ir al baño y quedaron los dos solos Neil no pudo evitar decirle: —Creía que Patrick no te terminaba de agradar, pero creo que me equivoqué porque incluso sabe lo de tu madre.

Logan alzó la mirada confundido unos segundos—No. Patrick es…él es genial. Soy yo quien no estaba comportándome a la altura los últimos días —admitió—. Lo de mi madre fue casualidad que supiera, pero no me molesta que lo sepa. Se lo tomó mejor de lo que esperaba.

—¿Qué? ¿Ahora es tu mejor amigo?

—No…tú lo eres —le aseguró Logan.

—¿Aún lo soy?

—Solo si yo sigo siendo el tuyo —admitió Logan—. Porque nunca hemos tenido que recalcarnos que somos el mejor amigo del otro, pero hasta ahora nunca lo habíamos dudado.

—Lo sé, es solo que…—Neil no quería acusarlo de nada puesto que él también le ocultaba cosas a Logan.

—Lo sé, creo que deberíamos de hablar, pero cuando terminen los parciales. Pero aún eres mi mejor amigo.

—Y tú el mío.

La atmósfera cambió después de esa charla. Continuaron estudiando hasta que fue turno de Neil de ir al baño.

—Entonces solo tienes que restar esta cifra y…

—Deberías decirle lo que sientes por él —lo cortó Logan.

Patrick no alzó la mirada—No lo sé.

—¿Por qué no? Y no digas alguna estupidez como que no le gustas.

Patrick suspiró, pero no se atrevía a mirar a Logan—No sé si es un gustar de la forma que espero —y tampoco sabía si estaba listo para lanzarse a ese vacío.

—Solo hay una manera de saberlo. ¿Quieres que los deje solos?

—¡No! —exclamó Patrick alarmado.

—Vale, vale solo era una pregunta, pero en serio deberías hablar con él. Si quieres irte con irte con él…

—No quiero dejarte solo —admitió Patrick.

Logan iba a responderle cuando notó a Neil en la entrada de la puerta, por su expresión era claro que solo había escuchado lo que Patrick había dicho— ¡Neil! Estábamos hablando con Patrick. No te importa que se quede contigo hoy ¿verdad? No creo que sea buena idea que se quede aquí por mi madre, ya sabes.

—Claro, no hay problema…Pasamos por ti en la mañana para irnos a la universidad ¿ok?

—Claro, gracias.

Patrick quiso asesinar a Logan, pero tuvo que reprimir sus impulsos y se limitó a indicarle que restara la cantidad de una vez.

***

Veinte minutos después se dirigían a la casa de Neil. Su otra cosa. Erika parecía no importarle que Patrick los acompañara. Iba en la parte atrás del BMW, preguntándose si debería decirle a Neil lo que sentía, de un momento a otro su pensamiento descartó rápidamente la pregunta y se estaba preguntando cómo debería de decirle. Hubiese seguido así, pero se vio siendo llevado lejos de la ciudad y aquello no pasó desapercibido por Patrick quería preguntarle a Neil dónde demonios iban, pero no se atrevía a hablar mucho frente a Erika.

La calle se hizo más elevada, y cuando Patrick comprendió a donde se dirigían en verdad quiso asesinar a Logan. Se detuvieron frente al portón de una de las tres lujosas residenciales en todo Anhills. “Las alturas” no se llamaba así por gusto. Tenía una soberbia vista de toda la ciudad, del valle e inclusive se veía el río a la distancia. Patrick solo había estado allí una vez hacía algunos años trabajando en una de las casas, la sola idea de que tal vez hubiese sido en la casa de Neil  le hizo un nudo en el estómago, pero rápidamente su temor fue solventado, dejaron la casa en que había trabajado y siguieron subiendo. Aquello realmente no le estaba gustando, volvieron a detenerse y vio como Erika apretaba el botón para abrir otro portón y esta vez el definitivo. Patrick intentó recordarse que tenía que haber esperado esto. Esta era la realidad de Neil. Lo volteó a ver y notó como seguía con su semblante relajado viendo al frente hablando algo de alguna cena ligera. Avanzaron dos metros y finalmente vio la flamante realidad de Neil.

—Llegamos —dijo Neil con una sonrisa volteándose hacia donde estaba Patrick.

“Yay”, pensó sarcásticamente. Bajó del BWM y sus piernas le gritaban que corriera antes que el portón se cerrase. Alzó la vista para ver la imponente casa. El estómago se le comprimió.

—Vamos, Patrick, siéntete como en tu casa —dijo Erika.

Patrick tuvo que morderse la lengua para decirle que entonces se quedaría en la cochera techada porque en definitiva debía tener el mismo tamaño que el apartamento que vivía.

—Gracias…

—Oh, estabas contemplando la casa, disculpa. Se me olvida que es hábito de los arquitectos e ingenieros. Craig puede darte todos los detalles si quieres. Yo no entiendo nada de eso.

Patrick asintió. Echó un último vistazo a la fachada de la entrada, solo la maldita fachada de la casa era de piedra seca. La cochera techada tenía capacidad para los seis automóviles a simple vista la madera de la garaje era de cedro. El garaje prácticamente era un nivel y la casa tenía otros dos más. Los ventanales de la casa eran imponentes para que pudieras apreciar la vista del valle sin preocuparse de tener vecinos molestos porque era obvio que el siguiente vecino estaba a medio kilómetro de distancia. Patrick bajó la mirada al piso y notó los adoquines de piedra. ¡Hasta los malditos adoquines de piedra gritaban dinero! Patrick había visto, tocado e incluso colocado miles de adoquines de todo tipo y precios y sabía distinguir perfectamente los costosos de los accesibles. El imponente jardín de enfrente no le traía ninguna paz en esos momentos.

Subió el primer tramo de escalera y observó la majestuosa vista de un costado del valle, era obvio que otra persona o incluso a él, si no se tratara de la casa de Neil, le hubiese encantado esa vista. Giró para subir el segundo tramo y si solo el vestíbulo era compuesto por suelos de piedra caliza francesa, caoba, vidrio y más cedro en las puertas definitivamente deseó no entrar. Los enormes jarrones de hierro a los acostados adornados con hermosas flores y plantas tropicales no hicieron sentir mejor a Patrick.

Erika abrió la puerta y Patrick en verdad estuvo a punto de decirle a Neil que por favor lo fuese a dejar a la terminal. Hubiese inventado cualquier excusa, que recibió un mensaje urgente de Allen diciéndole que lo requerían en el café o de su abuelo, cualquier cosa para evitar sentirse como aquel día en que su padre lo llevó por primera y única vez a la casa en que este vivía. Abrió la boca, pero era incapaz de emitir sonido alguno.

Neil volteó a verlo, le sonrió y le dijo en voz baja lo feliz que estaba que estuviera allí. Patrick se maldijo mentalmente porque comprendió que por seguir viendo esa sonrisa en Neil era capaz de entrar a esa casa y a las que hicieran falta solo por complacerlo. Aún cuando se sintiera incómodo, aún cuando quería salir corriendo. Quiso buscar cualquier clase de contacto físico solo porque necesitaba sentirse seguro, pero no lo hizo porque Erika solo estaba a cinco pasos delante de ellos.

Entraron a la casa y Joshua no tardó en salir a recibirlos—¡Patrick! ¿Qué haces aquí? —exclamó el niño feliz corriendo a abrazarlo.

Eso mismo se preguntaba Patrick, qué demonios hacía allí. No se le pasó por largo la mirada de sorpresa de Erika, pero sonrió a modo de aprobación—Hola. Neil me invitó a quedarme con ustedes. Espero que no te moleste.

—¡¿En serio?! Genial —dijo Joshua animado— ¡Podemos jugar los tres!

—Después que cenes —le dijo Erika.

—Mami, ¿podemos usar la piscina? —dijo Joshua animado.

Erika sonrió al ver la alegría de su hijo menor—Primero pregúntales a ellos que quieren hacer. Recuerda que Patrick es el invitado y probablemente tengan que estudiar.

—Luego les pregunto, pero ¿podemos?

Erika movió la cabeza divertida— Pero usen la piscina interior. No quiero que te vayas a resfriar de nuevo. Y si van a usarla que sea antes de la cena —alzó la vista y dirigió una mirada a Patrick—. Bueno iré a descansar un rato, quedas en tu casa. Disfruten, si este terremotillo los deja.

Patrick intentó sonreír, pero no lo consiguió por lo que se limitó a mover la cabeza en forma afirmativa. Recorrió con la vista la sala que era lo más próximo y notó el piano de media cola. “Claro, Patrick, ¿qué esperabas? Son ricos. ¡Tienen que tener un maldito piano para hacerlo más obvio!”

—Anda, Patrick, entra no seas tímido. ¡Te voy a enseñar la casa! —exclamó Joshua como buen anfitrión.

—Ehh…yo quería enseñarle la casa —dijo Neil fingiendo molestia.

—Ya, ya. Entre los dos se la enseñamos, para que veas que soy bueno —propuso Joshua con una enorme sonrisa.

Patrick intentaba lucir tranquilo, pero en su mente solo estaban los recuerdos de la vez que había ido a la casa de Robert. Hubo una emergencia mientras tenían uno de los pocos paseos padre e hijos a los que Robert era obligado. Ninguno de ellos terminó bien, ahora que recordaba. La casa era igual o más grande que esa o quizás así le parecía por ser él tan pequeño. Recuerda que Robert se había encerrado en su estudio con unos empresarios. Había dejado Patrick sentado en la sala, debía tener unos ocho o nueve años, y al no haberle dicho que no se moviera, la curiosidad pudo más y empezó a recorrer la casa. Llegó al patio y había visto la enorme piscina. No recuerda que había pensado y metió la mano para sentir el agua. Sonrió divertido y quiso meterse por completo. Pocas veces podía ir a las piscinas. Se había quitado los zapatos y los calcetines, se sentó al borde e introdujo los pies en el agua.

En eso llegó Daniel, pero no iba solo. Estaba con sus amigos. Al parecer habían tenido la misma idea de usar la piscina ya que iban con sus calzonetas de baño. Al verlo allí Daniel se detuvo en seco. Patrick al verlo también se quedó sin saber qué hacer. Intentó balbucear algo, pero Daniel rápidamente lo había tomado por el cuello de su camisa y lo había arrastrado lejos de la vista de sus amigos dejando a todos confundidos.

—¿Ahora tienes el descaro de aparecerte hasta en mi casa? ¿Te mandó tu mami a ver que podías robar para su casa? —antes que Patrick pudiera decir algo Daniel había alejado para entrar de nuevo a la casa. Patrick no sabía si debía moverse o no. Los amigos de Daniel rápidamente lo encontraron y empezaron a preguntarle quien era. Daniel llegó a los pocos minutos con los zapatos y calcetines que había dejado al borde de la piscina y unas bolsas negras. Se las puso en las manos y le ordenó que viera el interior—. Listo, allí están las sobras de la semana y las cosas que ya no ocupo —se puso detrás de Patrick y puso sus manos en los hombros de él—. Este niño viene a veces a pedir cosas. Su familia es pobre y nos da lástima así que le damos lo que ya no ocupamos. ¿A que sí, Patrick? —le había preguntado mientras apretaba sus hombros, lastimándolo. Solo dejó de hacerlo hasta que dijo que sí—. Bueno, Patrick, ya tienes tus cosas y la próxima vez avisa con tiempo cuando no tengas nada que comer ¿eh? Sabes que no nos importa recibirte aunque no tengas nada que ofrecer. Y no se te olvide que ser pobre no es excusa para no tener buenos modales. Bueno, chicos andando. Aunque creo que vamos a tener que cambiar el agua de la piscina…—dijo mientras se alejaba con sus amigos, lo último que escuchó fue a uno de los amigos de Daniel diciéndole que por un segundo creyó que era su hermano porque Patrick se parecía muchísimo a Robert.

Una mano en su hombro lo volvió a la realidad. Neil le miraba confundido—¿Estás bien?

—Sí…—mintió.

—Bueno, esta es la piscina de afuera —exclamó Joshua con orgullo—. Es grandota y divertida. Mami prometió que si pasaba con buenas notas el grado iba a poner un trampolín en esta o la de adentro. ¿Verdad que es bonita?

Patrick asintió. Claro que era bonita, era una condenada infinity pool. El jardín en desnivel era enorme, era dos veces su apartamento completo, era precioso con sus flores y árboles, había una jodida glorieta en él y no lo hacía ver más pequeño. La vista con ese atardecer era increíble, te robaba el aliento. Como no iba a ser bonita aquella piscina con vista a la ciudad, te metías en ella y de seguro pensabas que podías tener el mundo a tus pies, que podías conseguir cualquier cosa. Neil se había criado así toda la vida.

Vio a Neil que señalaba algo a la distancia ¿el río? ¿Las luces que empezaban a encenderse a la lejanía? Patrick solo lo observaba y sentía una opresión en el pecho, porque odiaba sentirse así de pequeño e insignificante como aquella vez que había ido a casa de Robert, en la que Daniel se había burlado de él y lo único que pudo hacer fue correr hasta los basureros de afuera de la casa y tirar todo. Era pequeño aún, pero ya sabía comprender cuando lo humillaban, comprendía que esas lágrimas que se deslizaban mientras botaba todo no eran de tristeza, sino de rabia por sentirse humillado. Esa fue la primera vez que lloró de impotencia. Estando con Neil no se sentía humillado, pero se preguntaba una y otra vez porque de todas las personas del mundo se había tenido que fijar en Neil, quien tenía todo. Apretó sus puños inconscientemente. Neil tenía todo, tenía el mundo a sus pies. Él no tenía nada que ofrecerle. Llegar a esa realización solo le provocó un nudo en la garganta. No tenía nada que ofrecerle. Nada había cambiado desde ese día en casa de Robert, en que juró que no iba a volver a sentirse de menos frente a nada ni nadie. Años después él seguía sin tener nada y sin ser nadie. 


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