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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

¡Sorpresa! No tuvieron que esperar un mes o más para la actualización. En fin espero que sea de su agrado :D  ¡Gracias a todos los que poco a poco se van animando a dejarme un review! :) Me alegra saber qué les agrada en la historia y en qué debo mejorar. 

XXX.

Al día siguiente Patrick llegó temprano a la práctica. Terminaba de estirar cuando vio a Jean y Jared llegar, parecían discutir algo, pero al notar su presencia se detuvieron.

—Llegaste más temprano de lo usual —dijo Jared.

—Sí. Pensé venir antes y tener más tiempo con Jean para practicar. Ya que hoy no puedo quedarme más tiempo después de la práctica.

Jean miró en silencio unos segundos a Jared—Bueno, ve a trotar unas cuantas vueltas a la pista en lo que yo termino de llegar y saco unos conos de la bodega.

La siguiente hora pasó entrenando con Jean. Este filmaba todos sus movimientos por momentos, a ratos hacía observaciones sobre qué estaba haciendo de forma incorrecta y le daba sugerencias. El entrenamiento con Jean era más agotador que el que hacía con el equipo.

—Deberíamos dejarlo hasta acá —dijo Jean—. Jared de seguro querrá que jueguen aunque sea quince minutos y luego darles algunas indicaciones para el juego del viernes.

—De acuerdo —dijo Patrick sin aliento.

—No deberías esforzaste tanto.

—Lo sé, pero quiero ir lo más preparado posible para el juego contra la sub 20. Falta poco para ello, después de todo. Por cierto ¿tienes los videos de sus juegos? No me ha quedado tiempo de verlos.

—Sí. Si quieres luego te las paso por una USB.

—Gracias, Jean y por ayudarme con mi conducción.

—Es mi trabajo, Patrick.

—Sí, pero han hecho todo más fácil desde que están con nosotros.

Jean se limitó a recoger los conos—Patrick…—lo llamó al ver que se alejaba— Si las cosas se ponen difíciles en las próximas semanas solo recuerda que en verdad queremos ayudar al equipo. Quizás los métodos que Jared utilice no sean del todo agradables, pero en verdad queremos que ganen.

Patrick le miró con extrañeza—De acuerdo. Lo tendré en mente. Aunque ahora me preocupa que tipo de entrenamiento tendremos.

—Sobrevivirán, te lo aseguro —dijo con calma.

En verdad esperaba que todos sobrevivieran a todo lo que se venía.

***

Cuando Patrick llegó al auditorio el ambiente era tenso. No sabía si era normal o no, pero podía sentirlo. Fue a colocarse junto a Fabio quien le indicó que salieran un segundo del auditorio.

—¿Todo en orden?

—No. Víctor vino con un enorme moretón en el ojo. Isabella y Emma están intentando ocultárselo con su maquillaje. Cuando le preguntaron qué le pasó no quiso responder. Logan prácticamente acaba de venir, aun cuando dijeron que debían estar aquí a las ocho treinta.

—Creía que Leah iba a ir por él.

—Leah dijo que Logan le mandó un mensaje diciéndole que no pasara por él.

Patrick frunció el ceño. Sabía que las cosas entre Leah y Logan no se iban a arreglar tan fácilmente, pero ahora el que le preocupaba era Víctor.

—Para colmo mi padre nos llamó para asegurarse que Isabella y yo iremos a su boda el sábado. Así que mi hermana tampoco anda del mejor ánimo. Y Emma luce un poco apagada también, aunque intenta disimularlo. ¿Tú no sabes nada de lo que les pasa?

—No… Será mejor que entremos. Ya casi es la hora.

—Sí. Debo hacer lo primera llamada.

—¿La qué? —preguntó confundido Patrick.

Fabio solo sonrió divertido—Ya te acostumbraras. Anda vamos.

Patrick movió parte del telón para ver a la gente. Había más de la que en un primer momento esperó. Isabella se había encargado de hacer los afiches para ponerlos en la universidad y elaboró una pequeña nota para el periódico de la universidad, pero no esperaba que diera resultado. Patrick buscó ansioso a Adrik Bell pero no lo localizó. Se recordó que aún había funciones por delante o que podía venir un poco más tarde, pero no le hizo sentir del todo bien.

—Allí estás…

Patrick se sobresaltó al escuchar una voz atrás de él. Giró y notó a Neil con una sonrisa nerviosa—¿Estás bien? —vio que solo asentía—¿Quieres salir unos segundos? —preguntó mientras le indicaba la puerta. Al ver como Neil salía lo siguió—¿Qué sucede? —preguntó mientras se sentaba en las gradas.

—Nervios. Lo normal.

—Vamos, Neil. Tú no eres de los que siente nervios para estas cosas. ¿Qué pasa?

Neil dejó escapar un suspiro—No sé, siento que tengo la cabeza en otro lado. Veo a los demás y creo que también ellos la tienen, pero no hablamos de esas cosas.  Y luego está lo de la fiesta de mis padres, no sé, me da miedo que algo suceda.

—¿Algo como qué? Es una fiesta.

—Pues mi padre creo que al final si la invitó.

Patrick suspiró—¿Te preocupa que tu madre se entere?

—Mucho. Y luego no sé, preferiría no darle las invitaciones al resto porque si algo malo va a pasar prefería que no estuvieran presentes.

Patrick miró el semblante tenso de Neil, la preocupación en su rostro. A lo lejos le llegó la voz de Fabio indicando la segunda llamada—Por ahora deberías enfocarte en la obra. Has trabajado mucho los últimos meses como para que esas preocupaciones vengan a arruinarte algo que realmente amas. Luego hablas con los demás, y sobre las invitaciones pues lo que decidas te voy a apoyar.

Neil sonrió un poco—Tienes razón. Aunque que Víctor viniera con un nuevo golpe no ayudó de mucho. Y presiento que algo pasa entre Logan y Leah aunque intenten no demostrarlo.

—Un problema a la vez, Evans. Primero la obra. Luego arreglas el mundo.

—Está bien. Gracias por escucharme.

—No me lo agradezcas.

Neil sonrió un poco más antes de inclinarse y besar a Patrick. Una parte de él pensó que se apartaría ya que estaban en la universidad o algo por el estilo, pero se sintió feliz cuando el otro recibió su beso sin reparos. Fue un beso suave, solo sus labios rozándose con delicadeza, pero lleno de sentimiento.

Patrick se separó luego de unos segundos—Pensándolo bien, me gusta este tipo de agradecimientos —susurró.

Neil sonrió más—Es bueno saberlo.

—Anda, vamos, que ese telón no se va a mover solo.

La obra transcurrió sin mayores contratiempos, pero Patrick notó que si bien las escenas y los actos fluían tal a lo ensayado había una especie de tensión entre el grupo. Notaba como inclusive Neil se veía afectado por el estado de los demás y Patrick pasó más pendiente que no apareciera Adrik Bell, no le gustaría que viera a ese Neil actuar, porque no le llegaba ni a los talones al Neil que quería que el mundo viese.

La obra terminó y recibieron su respectiva ovación de parte del público quien había disfrutado todo ya que no tenían margen de comparación. Los Títeres sonrieron, pero era obvio que todos sabían que aquello no había salido tal y cómo querían. Todos terminaban de recoger las cosas y dejar todo listo para la próxima función cuando Fernando apareció con unas flores para Isabella.

—No sabía si los del teatro tienen una flor específica para regalar, pero espero que te gusten —se apresuró a decir Fernando.

Patrick se quedó unos segundos viéndolos. Jamás había ido a una obra de teatro, ni siquiera en su escuela, miró a Neil quien terminaba de hablar con Emma y se preguntó si debió haberle comprado flores a Neil después de todo también era el director de la obra. Su mente empezaba a reprenderlo por no haber pensado en esas cosas cuando notó a Víctor intentar colarse por la puerta sin que nadie lo notase, pero Patrick se apresuró a darle alcance cuando este bajaba las escaleras lo más rápido que podía.

—Víctor…

—Ahora no, Patrick —dijo sin mirarlo.

Patrick le bloqueó el paso—¿Entonces cuando? ¿Cuándo estos golpes se vuelvan algo más grave?

—Dije ahora no, Patrick.

Víctor intentó pasar, pero Patrick no se movió—Víctor, aguarda…—pidió. Víctor se giró dispuesto irse, pero Patrick le sujetó del brazo sin pensarlo, lo que no se esperó fue que Víctor lo empujase con la suficiente fuerza no solo para que lo soltase, sino para botarlo. Patrick le miró sorprendido, más por el hecho que el otro tuviese la fuerza para haberlo derribado.

Víctor palideció al verlo en el suelo—L-lo siento…—fue todo lo que dijo antes de salir corriendo.

Si Logan no se hubiera quitado a tiempo hubiera sido probable que lo hubiese tirado también. Este al ver a Patrick en el suelo fue a ayudarlo—¿Estás bien?

—Sí. No te preocupes.

Logan lo miró de pies a cabeza antes de asentir—No creía que alguien como Víctor tuviera la fuerza para tirarte.

—Tenía la guardia baja.

—No te enfades con Víctor.

—No pensaba hacerlo.

—Al parecer no soy el único que tiene problemas de los que no quiere hablar.

—¿Víctor te ha comentado algo? —preguntó Patrick.

—No, pero no sé con quien tendrá problemas para terminar así de golpeado. Y no sé si quiero saber cómo terminó la otra persona.

Patrick esperaba que Logan supiera algo para poder hablar con él, pero era obvio que ni siquiera sospechaba que el único que recibía los golpes era Víctor. No sabía si debía comentar algo con Logan y el resto de los Títeres, pero sentía que traicionaría a Víctor. Tenía que intentar hablar con él al menos una vez más y luego decidir qué hacer.

—Por cierto, ayer ya no te pude preguntar cómo te fue en tu parcial.

—Mucho mejor de lo que me hubiera ido si no me hubieses explicado esas horas —admitió Logan—. Eres bueno explicando. Te debo una.

—No me debes nada, Logan. Avísame si necesitas ayuda en algo más.

Logan miró unos segundos a Patrick antes de atreverse a decirlo—En realidad sí hay algo más —admitió con dificultad—. Quería pedírtelo ayer, pero no tuve valor de llamarte porque no sabía si estábamos  bien.

Patrick le miró con extrañeza, pero luego comprendió que Logan se refería al beso—Claro que estamos bien, Logan. Lo que pasó…—las palabras costaron que saliera—los besos y todo, no cambiaron nada. Solo pues supongo que tenían que pasar —y Patrick en parte agradecía que sucedió porque de lo contrario quizás no hubiera entendido sus sentimientos por Neil—. Así que anda dime de que se trata.

Logan le indicó que se sentasen en las gradas. Miró a todos lados antes de hablar, por fortuna casi nadie pasaba por ese camino—Yo sé que estás ocupado y todo, pero no sé, pensé en lo que me dijiste de buscar ayuda y tienes razón, pero no me veo haciendo eso solo y…

—¿Quieres que te ayude a buscar a alguien?

—Supongo que sí o al menos un poco de compañía cuando haga las llamadas para pedir información. Perdón por pedirte algo tan ridículo como eso y…

—Puedo hacerlo. No te preocupes.

—Gracias. Perdona por ponerte esta carga.

—Logan, creía que a estas alturas ya habías captado que nadie me obliga a hacer algo que no quiera. Así que entiende que lo hago porque quiero, porque somos amigos y ya. No necesitas más explicación que eso.

Logan sonrió un poco aliviado, agradecido. Pareciera que Patrick le ayudaba a cargar con todo lo que no había podido compartir hacía meses y de pronto se sentía mucho más ligero.

—¿Se lo dirás a los demás?

Logan contuvo el aliento ante la sola idea. Quería decírselo a Neil en algún momento, pero no sabía si estaba listo para decírselo a los demás. La sola idea que Leah se enterase, ver la preocupación en su rostro, la sola posibilidad que le viese con lástima o que la imagen que ella tenía sobre él cambiase le aterraba.

—No lo sé. Por ahora no sé…

—Está  bien. Es tu decisión, por ahora deberíamos enfocarnos más en buscar a esa persona que te ayude.

—Sí—murmuró Logan deseoso de cambiar la conversación—. Por cierto, ya no te pregunté si hablaste con Neil…

—Sí…—respondió. Si Logan tenía el valor de pedir su ayuda, por qué no debería decirle lo de Neil.

—¿Y…?

Patrick no pudo reprimir su sonrisa. Logan empezó a reír—No se lo digas a nadie. Todo es muy es muy reciente y ni siquiera hemos hablado si se lo diríamos a alguien.

Logan le dio unas amistosas palmadas en la espalda—Claro, claro, pero hombre, me alegro por ustedes. Tanta tensión sexual hasta a mí me hacía sentir ansioso.

—Ya…

Logan rio más alto al ver la expresión de Patrick—Espero que todo vaya bien.

—Yo también…

La puerta del auditorio volvió a abrirse y Neil emergió de ella—Allí estás…—dijo aliviado al ver a Patrick. Su mirada se posó en Logan y si se sorprendió que estuvieran juntos no lo dio a demostrar— ¿Vamos a almorzar los tres?

—No puedo, Neil. Emma iba a ir pagar unos recibos al centro comercial y aprovecharé a hacer unas diligencias —se disculpó Logan.

—Quedé de ir con mi abuelo a que le quiten el yeso al hospital. Tengo que ir por él al apartamento.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó Neil.

—¿No te importa?

—No, para nada. Además podemos ir y venir más rápido.

—Gracias.

—Solo voy por mis cosas. Ya regreso.

—Ganándose a Gabriel para cuando le den la noticia. Neil no pierde el tiempo —dijo Logan con una sonrisa.

—No me hagas arrepentirme de haberte contado —le advirtió Patrick—. Y lo de las diligencias era cierto o solo buscabas escaparte de la situación.

—Es cierto. Voy a buscar a Emma. No quiero atrasarla. Nos vemos más tarde.

Neil no tardó en salir nuevamente con sus cosas. Caminaron rumbo a la casa hablando sobre cómo le había ido a Patrick en su entrenamiento. Este intentaba explicarle un poco de los ejercicios que estaban haciendo con Jean para intentar mejorar su conducción con ambos pies y de cómo esperaba poder ganar el partido del viernes puesto que solo un punto los separaba del tercer puesto y si querían ganar el campeonato ese año debían de empezar a meter presión justo ahora porque ya empezarían la segunda vuelta.

Al llegar a la casa Neil fue por las llaves, le dio de comer a Danny y salió nuevamente. Patrick aprovechó de llamar a su abuelo para decirle que llegarían en quince minutos por él.

—Gracias por acompañarnos —dijo Patrick.

—No es nada. Quería asegurarme que Gabriel ya esté mejor de su brazo. También quería pasar un rato a solas contigo. Por cierto, no me has dicho nada de la obra.

Patrick se lo pensó unos segundos—¿Puedo ser honesto?

—Es lo que siempre esperaría de ti.

—No sentí la armonía que había en los ensayos. Los diálogos fluyeron y todo, pero no fue la misma sensación que tenían en los ensayos. Todos estaban demasiados inmersos en sus problemas.

Neil se detuvo ante una luz roja—¿Te han dicho algo los demás? ¿O por qué lo dices?

—Suposiciones —mintió Patrick—. Y al principio tú lograste entrar en el personaje, pero el ritmo de los demás también te sacó a ti del personaje.

Neil asintió con seriedad sin dejar de mirar el camino. También había sentido eso, y estaba feliz que Patrick pudiera decírselo y no saliera con alguna adulación—Quería hablar con todos para preguntarles si estaban bien, pero Víctor se fue sin que nos diéramos cuenta. Leah dijo que tenía algo que hacer y Emma y Logan también.

—Tal vez puedas hablar con todos después de la función de la tarde.

—Eso espero. Aunque no sé qué esperar. A veces me siento un poco hipócrita por querer el resto me cuente sus problemas cuando yo mismo no puedo hacerlo.

—Quizás si tú rompes el hielo —propuso Patrick mientras veía como llegaban al edificio.

Gabriel estaba ya afuera en el estacionamiento hablando con una de las vecinas. Este se despidió de ella cuando vio la camioneta acercarse. Una vez acomodado en el asiento de atrás agradeció a Neil por llevarlo a su cita y empezó a preguntarle si todo había salido bien en la obra. La conversación hizo más ameno el trayecto que tenía un poco de congestionamiento por ser hora de almuerzo.

Al llegar al hospital esperaron unos minutos antes que Gabriel fuera llevado para que le removieran el yeso. Patrick y Neil decidieron quedarse en la sala de esperas.

—¿Seguro que no tenías nada más que hacer?

—No, Pat, tranquilo.

Patrick asintió e inevitablemente empezó a mirar a su alrededor. Neil no pasó por alto aquel gesto.

—¿Estás buscando a Caleb?

Patrick volvió a mirar a Neil—Lo siento. Solo quería asegurarme que no nos molestase.

Neil guardó silencio. No quería empezar con el pie izquierdo su relación, pero no podía evitar pensar que quizás Patrick aún no había olvidado del todo a Caleb, sino no le molestaría tanto su presencia. Una parte de él reconocía que lo había acompañado porque no quería a Patrick cerca de ese hombre que lo había lastimado, pero la otra quizás solo quería marcar territorio, y se sentía estúpido ante el pensamiento porque jamás había tenido esos celos y no entendía por qué con Patrick era diferente.

—¿Estás bien? —preguntó Patrick al notar el silencio que los invadía— Neil…

—No te preocupes. Son tonterías.

Patrick dejó de importarle si Caleb aparecía y centró su atención en Neil—No te preocupes. No pasará nada raro como la vez pasada.

—¿Me estás leyendo la mente?

Patrick sonrió un poco—No, pero eres demasiado transparente con tus emociones. Así que no te preocupes —al notar que la duda persistía en Neil tuvo que añadir—. Oye, no creas que soy de la clase que vuelve con su ex esperando que haya cambiado.

Al escuchar el tono ofendido con que Patrick lo dijo tuvo que ceder. Lo miró a los ojos y sonrió más tranquilo. Al estar en un rincón de la sala de esperas, Neil con sus dudas buscó tomar la mano de Patrick. Este no rehuyó a su contacto, solo le miró con confusión mientras entrelazaba sus dedos. Notó como se quedó observando sus manos unos segundos, pero luego volvió a mirarle a los ojos y parecía seguir sin comprender nada.

—No vas a fracturarme la mano ¿verdad? —dijo Neil a manera de broma—No estamos en la universidad.

Patrick sonrió de lado—Este sería un buen lugar para hacerlo. Digo, es un hospital te atenderían rápido.

—Sí, pero para tu desgracia ocupo esta mano para hacer los cambios y no creo que sepas manejar ¿verdad?

Patrick ahogó una risa—No, no sé hacerlo. Supongo que estás de suerte y te dejaré salirte con la tuya —dijo dando un leve apretón a la mano que sostenía la de Neil.

—Deberías aprender.

—¿Eh?

—A manejar. Yo podría enseñarte. —dijo Neil.

—No hablas en serio.

—Claro que sí. Sería bueno por cualquier emergencia o qué sé yo. Todos deberían saber manejar.

—¿Y en qué planeas enseñarme?

—En mi camioneta.

Patrick le miró como si se hubiese vuelto loco, pero Neil iba muy en serio—No voy a dejar que me enseñes a manejar en tu camioneta, Neil.

—¿Por qué no? Está asegurada, así que no te preocupes por darle algún golpecito a otro carro. Además así me puedes invitar a salir.

—¿En tu carro?

—Sí, pero serías tú el que conduce así que si cuenta como una cita tuya —dijo Neil relajado—. Aguarda. Nunca discutimos si estaba bien con llamar citas a nuestras salidas.

—Neil. Estamos haciendo todo a la manera tradicional, así que sí podemos llamar citas a nuestras salidas —dijo Patrick con seriedad—. Hablando de cosas tradicionales quería, no sé, pedirte perdón.

—Pat, ambos sabemos que no somos vírgenes, así que no te disculpes por eso.

Patrick le miró confundido, pero no pudo evitar sonreír ante las ocurrencias de Neil—No es eso. Hoy después de la obra. No sabía que era tradición en el teatro darle flores a alguien. No es excusa, se me debió haber ocurrido por el simple hecho que ahora somos novios, así que perdón.

—Nah, no te preocupes por eso, pero gracias por creer que debías hacerlo.

Patrick asintió—Soy nuevo con esto de una relación en todo el sentido de la palabra, así que quizás haya momentos en que no haga lo que sea adecuado. Te lo estoy advirtiendo con tiempo.

Neil no esperó encontrar cierta gracia y un poco de ternura en la manera que Patrick decía aquello—Lo sé, tranquilo. Y por mi parte te advierto que habrá veces en que quiera hacer algo agradable para los dos así que vas a hacerme el capricho de aceptar.

—¿Cómo qué?

Neil meditó unos segundos—Por ejemplo, me muero por llevarte a ti y a Gabriel a almorzar algo después de aquí —sintió la tensión en la mano de Patrick—. ¿Te molesta que los invite? No es como si fuéramos a decirle a Gabriel algo sobre nosotros. Solo es una invitación a almorzar.

—¿Por qué quieres hacer eso?

Neil se encogió de hombros—Quiero hacer algo agradable con mi novio y su abuelo. No tiene nada de malo ¿verdad?

Patrick supo que tenía que habérselo esperado. Neil era del tipo de persona que gustaba colmar de detalles y atenciones a las personas que quería. Ya lo había notado con los Títeres y su familia, pero aún le era difícil para Patrick aceptar todo lo que Neil le ofrecía porque jamás lo había tenido antes. Y él tampoco sabía cómo ofrecerlo. Recordaba las pocas ocasiones que Caleb lo había invitado a algo, pero que nunca había terminado a sentirse a gusto, y después de como todo terminó entre ellos le hizo sentir más como si le hubiera estado pagando todo ese tiempo para que se lo follase. Patrick se quedó prendido en aquellos ojos cafés que brillaban expectantes por su respuesta. Tenía que empezar a evitar a creer que todos tenían una doble intención. Tenía que dejar de comparar esto que iniciaba con lo que alguna vez creyó tener con Caleb, o peor con compararlo con lo que sea que su madre hubiese tenido con su padre.

—Está bien…

Neil le miró sorprendido. ¿Había aceptado? ¿Así sin poner más oposición? Sonrió feliz al escucharlo. Lo hubiera besado en esos momentos, pero no quería que Gabriel los atrapase en el acto.

—Solo nada demasiado exótico ¿de acuerdo?

—De acuerdo, de acuerdo. Gracias por dejarme hacerlo.

Patrick tuvo que rendirse ante la felicidad que desbordaba Neil. Quería permanecer serio, pero era imposible viendo a Neil.

—¿De verdad vamos a llevar a mi abuelo a nuestra primera cita?

—Si hubiéramos salido cuando estábamos en casa de mis padres era casi seguro que hubiéramos tenido que llevar a Joshua. Y yo no la hubiera contado como cita. Así que supongo que si quieres podemos tomarlo como una salida normal.

—Ok, solo es una salida.

Neil asintió y notó como Gabriel volvía a salir por el pasillo. Neil soltó con discreción la mano de Patrick. Y para su desgracia Caleb iba junto a Gabriel. Patrick giró al notar la expresión de Neil. Este se limitó a observar a Caleb como alguien que ya había aceptado que eso sería inevitable. Patrick se puso de pie y sonrió a su abuelo al verlo ya sin el yeso.

—¿Libre al fin?

—Sí, todo está bien. El doctor Jones quiso acompañarme hasta acá. ¿Me esperas unos minutos? Voy  aprovechar de ir por mi medicina del mes aquí a la farmacia.

—Claro, abuelo, no te preocupes.

—Lo acompaño, Gabriel —se apresuró a decir Neil.

—No, no te preocupes, muchacho. Puedo ir solo. Ya regreso. Gracias de nuevo por todas las atenciones, Doctor.

Neil no quiso insistir, pero tampoco quería quedarse allí porque no quería ser del tipo de novio controlador que se pone como fiera al ver al ex de su pareja.

—¿En verdad ya está bien del brazo o solo no quiere preocuparme? —preguntó Patrick.

—Está bien. Solo debe hacer unos cuantos ejercicios para recuperar la movilidad normal del brazo. Solo procura que no se esfuerce demasiado. A esa edad uno ya no sana tan rápido.

—De acuerdo…Gracias por haber cuidado de él—agregó luego de unos segundos.

Caleb miró a Neil quien se había quedado sentado unos asientos más atrás fingiendo como si no escuchase la conversación—¿Podemos hablar?

—Creía que eso hacíamos.

—En privado…

—No. No tengo nada que esconder ¿y tú?

Caleb cedió— Patrick, la última vez…

—No deberías estar hablando de eso aquí —le hizo ver Patrick.

—Pero yo aún…

—No sigas —pidió lo más bajo posible, aun cuando a esa hora no había muchas personas en emergencias y la mujer que estaba en recepción se había levantado—. La última vez fue eso. La última —dijo con seguridad—. Durante mucho tiempo deseé poder verte, pero ahora ya no. Sin darme cuenta seguí adelante. Tú también lo hiciste.

—No, no lo hice. Patrick, por favor…

—Tienes una adorable esposa e hijo. Recuerdo haber visto la foto —lo cortó Patrick—. Espero que seas feliz. Adiós, Caleb— Patrick se giró y fue a sentarse al lado de Neil quien tenía el celular en su mano—. Para ser actor disimulas muy mal el no escuchar conversaciones ajenas.

—¡Yo intenté irme! —exclamó Neil avergonzado.

—Lo sé, solo quería molestarte.

—Idiota…

Patrick giró de nuevo su rostro a donde Caleb ya no estaba y se sintió aliviado por no verlo más allí. No esperaba que hablar con él le hubiese resultado tan sencillo y mucho menos haber dicho esas palabras, y hasta ese momento comprendió lo mucho que había necesitado decirle eso: Adiós. Era ponerle en definitiva un cierre a esa historia.

—¿Estás bien?

—Sí —contestó Patrick—. Ahora realmente lo estoy.

—¿Seguro?

—Sí, ahora estás conmigo.

Neil sonrió con amplitud al escucharlo hablar de ese modo—No puedes decir esas cosas y esperar que no me den ganas de besarte.

—Tendrás que esperar, mi abuelo puede aparecer en cualquier momento.

Neil frunció el ceño y se cruzó de brazos—Primero tuvimos que esperar en casa de mis padres ¿ahora aquí?

—Pues allá fue bueno que esperáramos. No creo que tuvieras condones ni lubricante en esa habitación.

—¡Claro que no! —dijo avergonzado Neil—Las empleadas hacen limpieza allí siempre. ¡Y también Joshua entra! Además no he comprado esas cosas en años.

—Bueno, pues deberías de aprovechar ahorita —dijo Patrick con una sonrisa de lado— ¿Vas por los condones y lubricantes gratis al mostrador?

—¿Y por qué no vas tú?

—Porque el que estaba ansioso por hacerlo la vez pasada eras tú, Evans —le recordó Patrick. Desvió la mirada y notó como Gabriel se acercaba— ¿Listo, abuelo?

—Sí, andando. Perdona la espera, Neil.

—No hay problema, Gabriel —dijo mientras notaba la mirada curiosa de Patrick sobre él. Neil se dijo que tenía resistir, que no caería en el juego de Patrick, pero cuando se iban acercando a la salida tuvo que ceder—. Ya regreso, ustedes sigan.

Gabriel asintió y siguió su camino, pero Patrick se quedó dónde estaba. Sonrió con amplitud al ver que Neil tomaba varias muestras de condones y lubricantes. Al volverse notó como las mejillas de este se iban colorando, obviamente no esperaba que se quedase viendo lo que hacía. Cuando llegó a su lado se limitó a decir: —Más vale que no dejemos a nadie sin sus muestras en vano.

—No te preocupes, le daremos un buen uso —susurró Patrick en su oído antes de guiñarle un ojo. Patrick aceleró el paso para alcanzar a Gabriel.

Neil siguió caminando, pero sentía como su corazón latía con fuerza. Hizo la nota mental de pasar a una farmacia y comprar más condones y lubricante porque esperaba que los que llevaba se agotasen rápido.

***

Patrick terminó de despachar a un cliente cuando el reloj marcaba las diez de la noche. La afluencia a la cafetería poco a poco volvía a sus estándares habituales y aquello tenía de muy buen humor al señor Morrison quien incluso les había comentado que poco a poco podía volverles a asignar a todos los días laborales que originalmente tenían. En otras circunstancias aquella noticia hubiera puesto de buen humor a Patrick, considerando que en verdad necesitaba el dinero, pero también quería tiempo para estar con los Títeres y en especial quería tiempo para poder estar con Neil.

La función de la tarde había sido casi similar a la de la mañana y por fortuna el señor Bell no apareció. Neil intentó hablar con los demás, pero todos se apresuraron a retirarse apenas terminaron la obra. El semblante preocupado de Neil le dejó un mal sabor de boca cuando le dijo que también tenía que irse si quería llegar a tiempo a su trabajo.

—Patrick. ¿Me ayudas a bajar unas cajas?

La voz de Kara lo sacó de sus pensamientos y vio a la chica asomando su rostro desde la bodega. Patrick fue en su auxilio para mover unas cajas bastante pesadas que estaban en lo más alto de la repisa.

—Gracias por la ayuda. Intenté con Allen moverlas al mediodía, pero fue inútil.

—Obviamente fue por culpa de Allen que no las movieron —dijo Patrick y Kara solo le dedicó una sonrisa llena de complicidad—. ¿Algo más que necesites bajar?

—No. Esto era todo. Además quería tenerlas a la mano porque la otra semana el jefe quiere hacer un inventario.

Patrick volvió a su puesto en el mostrador. Y tomó su celular revisó el último mensaje que había enviado, pero aún no tenía respuesta. Víctor lo había ignorado nuevamente en la tarde, pero ya no podía fingir que nada sucedía. Terminó su turno aun debatiéndose si debía llamarle o no. Estaba terminando de cerrar cuando decidió que tenía que hablar con Víctor le gustase o no. En su celular había un mensaje de Víctor “Ven a la parte de atrás del café”. Patrick leyó el mensaje confundido cuando escuchó un grito de Kara proveniente de la parte de atrás. Ella había salido a tirar la basura.

Patrick salió apresurado al pequeño callejón donde notó una figura en el suelo suplicando que guardara silencio y Kara contra el muro contrario aún sosteniendo la bolsa de basura en alto como si se propusiera a usarla como arma. La luz era escasa, pero Patrick comprobó que era Víctor.

—Tranquila, tranquila —dijo Patrick intentando calmar primero a su compañera—. Es amigo mío, Kara.

—Está cubierto de sangre…

Patrick giró confundido y notó la sangre en la camisa de Víctor. Se quedó unos segundos sin saber qué hacer. Sintió un frío bajarle por la espalda ante esa imagen. Escuchó una respiración irregular y una tos ahogada.

—Víctor…

Patrick giró el rostro y notó a Kara pálida mirando a su amigo. Tuvo que respirar profundamente antes de atreverse a animarse a ver a Víctor aún encogido contra la pared. Estaba pálido, no dejaba de temblar. Patrick apretó sus labios furioso. No con Víctor, sino contra quien fuera que lo dejó en ese estado. Patrick intentó acercarse, pero Víctor se encogió al ver que se acercaba. Patrick se detuvo confundido al ver su reacción.

—¿Puedes dejarnos a solas? —pidió a Kara.

La chica aún con sus dudas asintió y colocó con lentitud la bolsa de la basura en el piso, con temor que cualquier movimiento brusco alterase más al chico.

—¿Qué le digo a Morrison? Está en su oficina.

—Que un amigo vino por mí. Nos vemos mañana.

—Aún falta un poco para que nos vayamos. Me avisas cualquier cosa.

Patrick asintió y la chica volvió al entrar al café dejándolos a los dos solos. Víctor solo hundió su rostro entre sus piernas. Pronto empezó a llorar o esa impresión le dio, pero solo escuchaba un sonido entrecortado y unos jadeos guturales. Patrick no se atrevió a cercarse por temor a que lo rechazase de nuevo. Miró unas cajas de madera apiladas frente a Víctor y se sentó en una de ellas. Pasaron unos diez minutos hasta que finalmente Víctor fue capaz de hablar.

—¿Aún estás aquí?

—Tú me llamaste —dijo Patrick—. ¿Quieres que te deje solo?

—No…—dijo sin levantar su rostro.

—Víctor, no podemos quedarnos aquí toda la noche.

—No tengo donde ir.

—Claro que sí. Puedes quedarte conmigo. No es muy cómodo, pero estarás tranquilo. Mi abuelo es bueno en saber cuando no debe hacer preguntas. Nadie te molestará.

Víctor finalmente alzó la mirada y Patrick hizo aplomo por no lucir demasiado sorprendido por su aspecto. El ojo morado ya era lo de menos. Había sangre en la nariz y boca de Víctor, pero al menos ya sabía de dónde provenía la sangre que estaba en su camiseta. Rastros de sangre seca estaban aún en su rostro y tenía un pómulo bastante hinchado.

—No quiero ser una molestia…

—Te estoy invitando, Víctor.

—Lamento haber venido aquí.

—Ya no te preocupes por eso. Aguarda aquí, veré si mi jefe y mi compañera se fueron ya —dijo Patrick mientras volvía a abrir la puerta del café.

Todo estaba a oscuras. Encendió las luces y le indicó a Víctor que entrase. Si en la oscuridad aquello tenía mal aspecto en la luz era mucho peor. Notó como Kara había dejado el botiquín de primeros auxilios junto a sus cosas e hizo una nota mental de agradecerle mañana.

—Anda, vamos al baño —dijo Patrick.

Víctor parecía dubitativo, pero le siguió. Al entrar al baño se quedó unos segundos viéndose en el espejo. Su expresión era vacía, Patrick por un segundo creyó que se pondría a llorar de nuevo al ver su aspecto, pero solo lo contemplaba con resignación. Ni siquiera había tristeza en aquellos ojos en esos momentos, pero Patrick pudo percibir en los pocos gestos que hacía la vergüenza que sentía.

—Tienes que lavarte el rostro antes que pueda curarte —le indicó Patrick—. Aquí está el jabón —dijo sacándolo del botiquín.

Víctor obedeció sin decir nada. Patrick revisó con lo que contaba. No era mucho, solo podía limpiar sus heridas y tendrían que esperar llegar al apartamento para poder hacer algo más por Víctor. Se lavó las manos y mojó un algodón con agua oxigenada. Cuando Víctor terminó de lavar su rostro se quedó unos segundos mirándolo.

—Víctor, quizás deberíamos ir a la policía.

—No…

—Pero mírate, esto no puede seguir así.

—Lo sé, pero no puedo ir a la policía, Patrick.

Patrick no tuvo valor para insistir más por temor a que Víctor decidiera irse y hacer alguna tontería. Tenía una fea cortada a lo ancho del tabique nasal. Víctor no rehuyó su contacto aunque estaba más que seguro que aquello dolía y ardía bastante. Limpió las heridas con el cuidado que podía.

—Listo por ahora. Cuando lleguemos al apartamento te buscaré una pomada y una pastilla —dijo mientras guardaba todo en el botiquín de nuevo—. Aguarda aquí —dijo mientras iba por su mochila. Regresó con la camisa que había andado la mayor parte del día—. Quizás deberías cambiártela.

Víctor se limitó a asentir con la cabeza y se quitó la camisa. El estómago de Patrick se comprimió y por unos segundos creyó que olvidó como se respiraba al notar unos hematomas en el tórax de Víctor. Intentó no lucir demasiado asombrado, pero sabía que no había hecho muy buen trabajo cuando Víctor solo evitó su mirada al percatarse como lo miraba.

—Deja que busque una bolsa para esto —dijo tomando la camisa ensangrentada.

Una vez se aseguró que el lugar quedaba bien cerrado salieron por la parte de atrás del local. No sabía cómo Víctor había manejado allí mientras se desangraba, pero al menos tenían transporte porque a esa hora ya no pasaba ningún autobús público. Llegaron al parqueo del apartamento y se planteó en molestar nuevamente a Boris para dejar el auto allí, pero antes de terminar de pensarlo Víctor ya había bajado del automóvil y se dirigía a la entrada del apartamento. Al parecer el auto era lo último que tenía en mente. Patrick tuvo que trotar para darle alcance. Esperaba que su abuelo se hubiese ido ya a la cama, pero cuando abrió la puerta del apartamento estaba leyendo en la sala. Alzó la vista con una sonrisa que flaqueó unos segundos al notar a Víctor detrás de él, pero Gabriel se recompuso en seguida.

—Hola, Víctor.

—Buenas noches…

—Víctor se quedará a dormir hoy, abuelo.

—No hay problema. Deja que saque unas sábanas limpias para él —dijo Gabriel mientras se ponía de pie—. ¿Ya han cenado?

—No te preocupes, ya veo que preparo de comer —dijo Patrick—. Anda pasa.

Víctor se había quedado en el umbral de la puerta, parecía debatirse aún si quería estorbar o no, pero terminó entrando y tomó asiento en la sala. Niebla estaba acostado a lo largo del sillón, pero cuando lo sintió venir abrió los ojos y se le quedó observando unos segundos antes de enrollarse en su parte favorita del sillón.

—¿Quieres algo de cenar?

—No tengo hambre, gracias —respondió Víctor en un murmullo.

Patrick se limitó a servirse un poco de cereal con leche y tomó una de las últimas manzanas que estaban en la mesa y se acomodó en el asiento individual de la sala y le tendió la fruta a Víctor.

—Deberías comer algo. Luego te buscaré una pastilla y deberías tener algo en el estómago.

Víctor se limitó a tomarla y a no decir nada por el resto de la comida. Gabriel solo apareció para decirle que había dejado un cepillo de dientes nuevo para Víctor y la sábana que podía utilizar en el cuarto de Patrick.

—Deberíamos ir a mi habitación —dijo Patrick mientras lo guiaba.

Al detenerse en su puerta una parte de él le decía que podía dejar a Víctor durmiendo en la sala. En su estado no le importaría, porque de repente permitir que el títere entrase en su cuarto le parecía demasiado invasivo. Vio como el otro se limitó a sentarse en la silla junto al escritorio, pero aún así Patrick no se sintió cómodo con otra persona en su cuarto. Salió rumbo al baño y tomó el botiquín. Entró a la habitación cerrando la puerta detrás de él.  Se sentó a la orilla de la cama.

—¿Te importa si…? —dijo alzando un poco la pomada. Víctor negó y Patrick untó un poco de pomada en sus dedos y con cuidado la pasó por el rostro de Víctor— Los lentes…—dijo con suavidad mientras pasaba sus dedos por el golpe cerca del ojo.

Esperaba que el antiinflamatorio de la crema ayudase aunque sea un poco.  No notó que Víctor lloraba hasta que una lágrima tocó sus dedos, Patrick le miró temeroso que lo hubiera lastimado, pero al mirar sus ojos comprendió que ese era un dolor diferente, más profundo y mucho más difícil de curar.

—Víctor…

—Lo siento…

—No lo sientas. No es tu culpa.

—A veces creo que sí lo es —murmuró Víctor.

—¿Quién te hace esto? —preguntó Patrick.

—Nadie, Patrick.

Patrick ni se molestó en reprimir una sonrisa sarcástica—Claro, luego me vas a decir que unos alienígenas te secuestran todas las noches y experimentan con tu cuerpo y por eso terminas así.

—No es gracioso…

—Tampoco el verte así me da gracia —le dijo más serio. Bajó la mirada unos segundos antes de atreverse a mirarle a los ojos—. Nunca he pasado por lo que tú estás viviendo, Víctor, pero creo comprender por qué no quieres decirlo. Antes de conocerlos siempre creí que tenía que valerme por mí mismo, que todos los problemas en que me metía o que la vida me traía los tenía que resolver solo porque de lo contrario no valdría nada. No dejaba que mi abuelo me ayudara, me guardaba muchas cosas para mí y en verdad me costó comprender que pedir ayuda no te hace débil. Aún ahora me cuesta pedirla, pero creo que estoy aprendiendo. Solo tienes que saber a quién pedirle la ayuda y aceptarla cuando te la ofrecen. ¿Mis suposiciones se acercan un poco a lo que sientes o te hice escuchar toda esa mierda que acabo de decir por gusto?

Víctor esbozó una tímida sonrisa, no sonrió mucho porque le dolía. Todo su rostro dolía—Casi perfecto. Solo te faltó decirme que no debería temer a denunciarlo, pero yo te diría que no podría presentar cargos de violencia contra mi propio padre.

Patrick asintió con la cabeza—¿Siempre has soportado todo esto?

—No. Solo unos meses. Las cosas en la compañía que tiene van mal. Un negocio no salió como esperaba, se suponía que con ese negocio servirían para subir a la familia de estatus, pero ahora estamos casi en la banca rota. Nunca hemos tenido mucho dinero. Mi familia solo lo aparenta. Si entré a Gastrell es porque tengo una beca completa por mis calificaciones.

—Eso no lo sabía…

—No muchos lo saben.

—¿Pero qué tienes que ver con eso?

—Sus asesores le dijeron que era buen negocio. Yo fui el único que le dije que el negocio se veía demasiado en el aire, pero no quiso escucharme porque ni siquiera he terminado mi carrera, pero yo lo veía más a la lógica, pero decidió seguir adelante.

—Y tú tenías razón…

—Sí, pero desearía no haberla tenido.

—¿Solo vives con tu padre?

—No, pero mi madre no dice nada. Tiene miedo que nos deje en la calle, por eso me dice que no haga ninguna tontería, que suficientes problemas tenemos ya como para que mi padre termine en la cárcel. Me pide que no diga nada e intenta que no beba porque solo cuando está ebrio me golpea, pero la compañía estos últimos días va cada vez peor y no creo que falte mucho para que se declaren en bancarrota con los asesores que mi padre tiene.

Patrick asintió—Si no quieres denunciarlo al menos deberías irte de allí.

Víctor lo miró como si se hubiera vuelto loco.

—No es solo querer irme, Patrick.

—Lo sé, pero quizás si habláramos con los títeres podríamos buscar alguna solución. No sé, quizás podrías buscar algún trabajo y rentar alguna habitación. Algo cualquier cosa creo que sería mejor a estar soportando esos golpes que no te mereces.

—Ya fue difícil pedir tu ayuda, Patrick…

—Lo sé, pero no eres el único de los títeres que tiene problemas. Quizás es hora que todos se sinceren, a lo mejor a todos se nos ocurre algo.

—Hablar no es mi fuerte…

—Ni el mío —admitió Patrick—. Y menos para pedir ayuda, pero sé que puedes confiar en Neil y los demás.

Víctor no dijo nada y Patrick decidió no insistir y continuó aplicándole el ungüento. Cuando terminó empezó a guardar todo en el botiquín cuando escuchó un tímido: —Está bien…

—¿Seguro?

—Sí, pero podrías decirle a los demás que necesito hablar con ellos. No sé si tenga el valor para mandar siquiera un mensaje.

—Claro, no te preocupes.

—Gracias, Patrick.

—Me alegra que habláramos.

—Sí a mí también. Aunque fue difícil hacerlo. Es decir, creo que una parte al principio no decía nada porque me avergonzaba que mi padre me golpease y no pudiera siquiera defenderme.

—No tienes por qué avergonzarte, Víctor. Es él el que debería estarlo. No tú —dijo Patrick—. Las personas ni siquiera deberían sentir la necesidad de aprender a defenderse en caso que algo malo pudiera sucederles. No es tu culpa. Nunca lo ha sido.

—Gracias, y gracias por dejar que me quede aquí hoy.

—Tómate el tiempo que necesites. ¿Tienes clases en la mañana?

—No, mañana en realidad tengo libre.

—Genial, deberías descansar en la mañana. Le diré a Neil que reúna a todos los títeres al mediodía o en la tarde.

—¿Estás seguro?

—Sí, no te preocupes. Puedes dormir todo lo que quieras, mi abuelo no te molestará.

—Tú y tu abuelo son grandes personas.

—Él siempre será mejor persona que yo, pero intento parecérmele un poco —aunque a veces fuera tan difícil—. Bueno, te quedas aquí.

—¿Y tú?

—No te preocupes, yo me quedo con el sofá.

Víctor se puso de pie—No, no déjame a mí el sofá.

—No. No conoces a mi gato. Niebla jamás lo va a compartir contigo. Lo único que vas a conseguir es que te aruñe. Quédate aquí. No te preocupes.

Aún con sus dudas Víctor accedió. Minutos más tarde sentía como la medicina empezaba a hacer efecto. Cerró sus ojos deseando no tener pesadillas esa noche. Los últimos meses habían sido realmente difíciles. Estando en la habitación de Patrick se sentía seguro, con solo haber puesto un pie en ese apartamento sintió una paz que creyó que ya nunca volvería a experimentar. Una paz que ya no sentía en su hogar. Patrick tenía razón. Debía irse de allí, pero le aterraba la idea de empezar de cero. No se sentía listo, pero quizás para independizarse y crecer uno nunca estaba listo realmente. 

Notas finales:

Llevo un poco avanzado el siguiente capítulo, crucemos los dedos para que no pase nada que venga a arruinar el proceso creativo. Hoy no les deseo feliz semana de la Champions, uno de mis equipos murió en batalla y el otro fue vilmente robado >_> *Nunca lo superará* 

¡Feliz semana! :D 


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