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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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XLIV.

Neil se abalanzó a las escaleras cuando escuchó el pick up de su padre estacionarse. Pasaban de las once de la noche y cuando su padre abrió la puerta Neil le esperaba ansioso. Después de ir a comer el helado con Joshua, su madre le había pedido que llevase a su hermano a casa y le pidió a Craig que la acompañara a un restaurante cerca de allí.

Apenas Craig abrió la puerta sonrió al notar a su hijo esperándole—Me imaginé que estarías despierto —dijo mientras le indicaba que tomasen asiento en la sala.

Neil miró nervioso a su padre. No podía leer nada en sus expresiones. No lucía excesivamente feliz ni triste—¿Y?

—Hablamos. Bueno, principalmente tu madre habló. Yo me dediqué a escuchar. Básicamente me dijo que de haber sabido que esto iba a pasar se hubiera casado con el islandés que conoció en un concierto de música indie, el cual aún le envía correos electrónicos para saber cómo se encuentra—dijo frunciendo el ceño al recordar al sujeto—. Así que me dijo que o intentaba arreglar nuestro matrimonio o simplemente nos divorciáramos, que no está en edad de andar mendigando amor.

—¿Y qué le dijiste?

—Que arreglaría todo. Y en resumen ella me dijo que no me lo iba a poner fácil y me lo merezco.

—¿Eso es bueno? ¿Qué pasó después?

—Pidió lo más caro de la carta del lugar y me hizo pagar la cuenta —dijo Craig con una sonrisa al recordarlo—. Ah, me dio luz verde para regresar a la casa cuando quisiera, aunque creo que lo hizo más por Joshua, dijo que se encargaría de arreglar uno de los cuarto de huéspedes para mí.

Neil se dejó hundir en el sillón. No era lo que esperaba, pero suponía que era la mejor situación que podía presentárseles en esos momentos.

***

Cuando Gabriel despertó para ir al trabajo y salió a ducharse notó a Patrick dormido sobre su computadora. Se acercó para despertarlo—Patrick, hijo, este no es lugar para que duermas. Vas a arrugar los planos que el padre de Neil te ha prestado.

Patrick alzó la cabeza desorientado—Abuelo…¿qué hora es?

—Las seis. ¿Por qué no vas e intentas dormir aunque sea unos minutos en tu cama? Yo te aviso cuando termine de ducharme.

Patrick asintió con la cabeza mientras le daba guardar al archivo de AutoCad y apenas entró a su habitación se dejó caer en su cama. Durmió a lo sumo treinta minutos, pero sintió que fue una siesta reparadora. Cuando salió del baño su abuelo ya tenía listo el desayuno. Se apresuró a cambiarse. Se suponía que tenía que estar a las ocho en la tienda de Valentina para la sesión.

—¿Y eso que no te has rasurado los últimos días?

—Ah…A Neil le gusta cómo me queda la barba —mintió—. Aunque dudo que me la deje mucho tiempo. Hace demasiado calor.

Una vez desayunaron y se aseguraron que Niebla tuviese suficiente comida hasta que Gabriel regresase, salieron del departamento. Patrick insistió en acompañar a su abuelo hasta su trabajo, así que empezaron a caminar hacia el supermercado.

—Hijo, puedo ir yo solo. No quiero que llegues tarde a abrir el café.

—No te preocupes, abuelo, tengo todo calculado—dijo con seguridad. Aunque se sentía un poco culpable por no decirle en verdad a donde iba. Suponía que tendría que hablar con él de eso tarde o temprano—. Abuelo…

—¿Sí? ¿Pasa algo? Desde ayer en la noche has estado muy callado.

—Yo solo quería disculparme contigo —dijo mirando el suelo—. Por nunca dejar que tú y mi abuela se involucraran más en mis cosas cuando estaba en la escuela. No es como si no los quisiera o me avergonzara de ustedes, pero…

—Entiendo, Patrick, sé que tu abuela también lo entendía —dijo Gabriel deteniéndolo—. Sabíamos que por más que amor que te diéramos nunca íbamos a poder reemplazar a tus padres.

Patrick negó con la cabeza—El que ustedes me daban, el que tú me das, es el único que necesito.

Gabriel sonrió al escucharlo, pero sabía que su nieto no admitiría tan fácilmente que en verdad necesitaba el cariño de sus padres—Siempre tendrás mi cariño.

Patrick asintió enérgicamente y le indicó que continuaran el camino—También he estado pensando —dijo alzando la vista al cielo despejado—. Supongo que tienes razón, bueno siempre la tienes, pero pensaba que tal vez es momento que le diga a Neil lo de mis padres…

—¿Seguro que ayer no pasó nada grave?

—Que no, pero supongo que tiene derecho a saberlo —dijo Patrick mientras llegaban al estacionamiento del supermercado—. Aunque me preocupa su reacción.

—Si conozco a Neil como creo que lo conozco, sé que entenderá —le aseguró Gabriel—. No te preocupes por eso.

Patrick asintió antes de abrazar a su abuelo—Ten un excelente día, abuelo.

—Igual tú, muchacho, ya vete. No quiero que llegues tarde por mi culpa. Allí viene tu autobús.

Patrick se vio forzado a subirse en el autobús que usualmente tomaría para no despertar sospechas. Tendría que caminar más para llegar a la tienda de Valentina, pero prefería eso a gastar en dos autobuses. No habían mencionado cuando recibiría el dinero, pero esperaba que fuese pronto.

Dejó escapar un suspiro y miró por la ventana. No le había mentido a su abuelo cuando le dijo que no había pasado nada el día de ayer. Fue él quien cambió de opinión. La salida con los Evans había sido tan agradable, a pesar de todo el contexto que la rodeaba. Patrick se había sentido tan a gusto con ellos que se sintió mal saber que le mentía a Neil. Quería explicarle a Neil un poco mejor sobre su familia, tal vez así entendería por qué para él era extraño sentirse bienvenido en un grupo familiar que no se limitase a una persona y un gato. Los padres de Neil lo habían hecho sentir parte de esa familia y en ningún momento percibió que fuese simplemente porque era el novio de su hijo y no tenían más remedio que soportarlo.

Dentro de los muchos temas de conversación que convergieron esas dos horas, Craig le había recordado que tenían pendiente una visita a la construcción del hospital y Erika le preguntó cómo había ido su sesión de fotos lo que conllevó a poner al tanto a Craig de lo que pasaba. Patrick se había preocupado solo por la reacción de su abuelo y de Neil. Así que cuando apenas se estaba empezando a preguntar qué pensarían los padres de Neil, estos apagaron cualquier duda que tuviera, diciéndole que esperaban que todo saliera bien ese día. Inclusive bromearon sobre las celebridades que quería que les presentara cuando fuese famoso.

Patrick sonrió al recordar aquello, jamás se esperó su apoyo y menos sentirse tan agradecido con él. Miró su reloj, tendría que correr para llegar a tiempo. No teniendo mucho que hacer en esos momentos se quedó mirando las aceras hasta que su mirada se cruzó con su imagen, plasmada en un mupi publicitario. Patrick se quedó mirándola extrañado hasta que su mente hizo clic—¡¿EHHHHHH?! —exclamó pegándose a la ventana.

El autobús pasó de largo, pero dos cuadras más adelante se encontró con una gigantesca valla publicitaria en la que Maddy y él estaban en una posición bastante comprometedora que decía “Siente el verano”—Mierda, mierda…—empezó a mascullar atrayendo la atención de más de un pasajero. Patrick se encogió en su asiento cuando su móvil empezó a sonar haciendo que se sobresaltara.

—¿Has visto algo interesante camino a la tienda de mi madre, querido Patrick?

—¡Tú sabías de esto! —exclamó indignado al escuchar la voz de Leah y alzando la cabeza para ver que nadie pareciera con intención de robarle el móvil— Joder, Leah ¿qué no eran fotos para la tienda nada más?

—¿Leíste el contrato?

—Sí, pero no esperaba esto. Cuando decía medios visuales creía que una foto en alguna revista que jamás tendría que ver en mi vida —dijo apenado—. Deja de reírte…

—Jamás, usualmente te hubiera advertido, pero después que ignoraste mi llamado de ayuda los últimos días es lo que te mereces.

—¡Estaba ocupado! —protestó Patrick—. Joder, Leah, ni siquiera le he dicho a mi abuelo nada. ¿Qué pasa si lo ve antes que le explique algo?

—No tendrías estos problemas si no esperaras a que los problemas te exploten en la cara.

—Jaja, muy graciosa, entendí bien la indirecta. Para tu información le contaré a Neil lo de mis padres.

—¿En serio?

—Sí, intentaré encontrar el tiempo para decírselo después que lo calme por lo de las fotos —dijo tapándose la cara cuando vio otra valla de Maddy y él.

—Tranquilo, que por ahora solo hay publicidad en el centro de Gastrell. Mi madre ha hecho que los de publicidad trabajen como locos para sacar la campaña en tiempo record. Mañana es la apertura de su nueva tienda así que quería tener la publicidad en los puntos estratégicos antes de la apertura, pero para el domingo no prometo nada.

—No me haces sentir mejor —dijo mientras veía pasar un mupi con el rostro de Maddy posando a la orilla de la piscina— ¿No pudo poner tu madre las fotos grupales en las vallas?

—Maddy y tú son los rostros de campaña. ¿Recuerdas?

—Ya que, bueno, creo que ya te has burlado suficiente de mí. Voy a colgar que la siguiente parada es la mía.

—Recuerda salir apuesto para terminar de tapizar Gastrell con tus nuevas fotos.

—Adiós, Leah —dijo casi gruñendo. Poniéndose de pie para abajar rápidamente. Ni siquiera dejó que la puerta del autobús abriese por completo cuando ya estaba con un pie afuera.

Apenas puso sus pies en la acera respiró profundo, pero este se escapó cuando vio una foto suya  en donde estaba recostado sobre una piedra y la espuma de mar estaban prácticamente sobre todo su cuerpo apenas dejando relucir el bañador que modelaba en ese momento. Y la frase “¿Sientes el calor?” no ayudaba a sentirse menos apenado. Apartó la mirada del mupi solo para cruzársela con la de una chica quien rápidamente volteó a mirar al mupi y luego a él. Patrick solo se dio la vuelta rápidamente y salió rumbo a la tienda de Valentina.

 Hugo estaba esperándolo afuera de la tienda —Allí estás —dijo apenas lo vio —. Estaba a punto de llamarte.

—Lo siento, el autobús venía lento —se excusó.

—Me hubieras llamado, podía haber mandado a alguno de los motoristas por ti —le reprendió Hugo—. Andando, que hemos alquilado el lugar solo por cuatro horas.

—¿Dónde está, Maddy? —preguntó confundido.

—Su prometido la llevará. Vamos —pidió mientras le indicaba que subiera a la Hummer.

Patrick se limitó a subirse en el asiento delantero después de saludar a las modelos, porque Wil y Fred se notaba que no estaban de humor para molestarle como la vez pasada.

—¿A dónde vamos por cierto?

—Logré a último minuto que nos permitieran utilizar parte del Teatro Nacional. Lastimosamente no podremos utilizar las salas porque al parecer las están ocupando para unos ensayos. ¿Alguna vez has ido?

—Sí…

—Es un edificio hermoso y escuché que hace poco han restaurado parte de la fachada exterior, así que quedarán unas fotos preciosas —dijo Hugo mientras se detenían en un alto—. Sales muy bien, por cierto —dijo señalando el mupi publicitario.

—Gra-gracias…

—La jefa está muy contenta con las fotografías. Tan feliz que los últimos días solo he dormido dos horas arreglando todo para la apertura de la nueva tienda.

—Lo siento…

—Al menos me pagan bien y tengo un buen seguro —dijo Hugo encogiéndose de hombros.

Patrick asintió mientras sacaba su móvil y le escribía un mensaje a Neil “Almorzamos juntos?”

“Hola, no sé si pueda. Quedé de comer con Logan y tenemos una guía por resolver.”

“Cena entonces? Quería verte.”

“Cena me parece bien. Qué me cocinarás???!!!”

“Sorpresa. Y pon atención a tu clase, mejor, Evans.”

“La clase está aburrida. Suerte en tu sesión fotográfica. No veo la hora para que te quites esa barba.”

Patrick sonrió antes de apresurar a escribir “Hablando de eso, te advierto que las fotos no van a gustarte.” Habían llegado al teatro y Hugo lo mandó directo con las maquillistas.

***

Neil miró el mensaje de Patrick y sonrió. Probablemente no le gustarían. Volvió a mirar el semáforo que se puso en verde y puso la camioneta en marcha. Miró la hora. Sabía que iba media hora antes y que ni siquiera tenía que estar puntual, pero quería estar allí en caso que Adrik necesitase que cubriera a alguien.

Sabía que debió haber ido a clases, pero Logan le pasaría la clase, después que le dijera dónde había metido esos días. Después del ensayo iría por Logan a la universidad para que fueran a almorzar y…

—¡Joder! —exclamó Neil dando un frenazo. El auto de atrás logró frenar a tiempo, pero empezó a pitar furioso y se cambió de carril no sin antes soltarle una letanía de insultos.

Neil ni siquiera los escuchó, se quedó mirando el mupi publicitario con la foto de Patrick quien estaba  adentro del agua y tenía la mirada fija en el mar, mientras con su mano echaba hacia atrás su cabello. Una ola rompía alrededor de sus piernas. La foto había sido tomado de un ángulo donde podía ver parte de su espalda y parte de los abdominales, pero lo que más destacaba en la fotografía era lo bajo que estaba el bañador, como la tela parecía abrazar los glúteos de Patrick, ciñéndose al máximo. Neil tuvo que estacionarse en el carril auxiliar para superar la primera impresión y le mandó una fotografía indignado a Patrick.

“¿Es por esto que no me iba a gustar o hay peores?”

“Creí que estabas en la universidad”

—Maldición —murmuró Neil llevándose la mano al rostro antes de inventar una excusa. Al quitarse la mano del rostro se encontró con la imagen de Patrick—Y tú no me juzgues que por tu culpa casi choco.

Decidió no volver a tocar  su teléfono el resto del trayecto porque si no si iba a tener un accidente y no quería estarle explicando a su madre la razón de su distracción.

***

Patrick frunció el ceño al leer el mensaje de Neil. Y decía que él era mal mentiroso. Le gustaría saber qué razones tendría para mentirle. Intentó no preocuparse demasiado, pero era extraño de Neil que lo hiciera. No tenía motivos para hacerlo ¿O sí?

La mujer que estaba maquillándolo lo obligó a alzar la mirada molesta por no dejarle trabajar en paz. Aún no le gustaba tener a un grupo de personas alrededor suyo decidiendo sobre su cabello o qué ponerle. Además se llevó una buena reprimenda por las ojeras que tenía. Paolo no tardó en aparecer para examinar si la barba que tenía servía para las fotos o no.

—Perfecta —fue lo único que dijo para regresar a su trabajo.

Una vez el maquillaje y cabello estuvieron listos le dieron su primer cambio de ropa. Era un traje, chaleco y corbata negra con una camisa blanca. Después de haber modelado trajes de baño se sentía más a gusto con esas ropas. Le dijeron que fuera a la entrada a esperar.

Patrick salió del camerino improvisado que habían hecho en el amplio baño que tenía el teatro. En verdad el lugar había quedado espectacular. Cuando terminó de trabajar en ese lugar aún faltaba pulir los pisos de mármol. Metió sus manos a los bolsillos e iba comprobando como incluso habían sacado brillo a la fila de candelabros de ese largo pasillo.

Al bajar la mirada se detuvo al notar a Neil hablando con un joven en el vestíbulo. Reían, pero en ese momento Neil debió sentir su mirada porque dejó de reír apenas notó su presencia. Patrick avanzó hacia él con paso lento.

—Hola…

—Hola —dijo Neil sin poder mirarlo a los ojos—. Jackson, el es Patrick. Patrick, él es Jackson está en la obra con Adrik Bell.

El joven le estrechó la mano animado—Mucho gusto, ¿por qué tan elegante?

—Hay una sesión fotográfica.

—Ah, entiendo, entiendo, por eso el alboroto aquí afuera. Bueno, tengo que entrar. Neil, gracias por ayudarme con mis líneas y haberme cubierto el martes. Un gusto, Patrick.

Patrick se limitó a asentir con la mirada y volvió a mirar a Neil—La clase sí que debió haber estado aburrida para que en menos de quince minutos estuvieras aquí.

—Pat…

—Pudiste haberme dicho que venías al ensayo.

—Lo sé…—dijo Neil—. Lo siento, Patrick.

Patrick negó con la cabeza—Descuida.

—Pues tu cara me dice lo contrario.

—Yo solo… Nunca me habías mentido —fue lo único que pudo decir.

—No sé por qué lo hice.

—Sabía que era una mentira desde que mandaste esa foto, porque la publicidad solo está aquí en el centro de Gastrell.

Neil le miró avergonzado—¿Por qué no me lo dijiste?

—No sabía bien los motivos que tenías para mentirme —admitió.

—¿Qué pensaste que…? —cayó al notar la expresión de Patrick— No me digas que creías que te estaba con alguien más.

—Fue una de las opciones que pensé —admitió.

—¿Tengo que recordarte lo furioso que me puse cuando descubrí lo de mi padre? ¿Acaso me crees tan hipócrita como para sermonearlo a él y luego engañarte a ti? —preguntó Neil indignado.

—Yo no quise…

— ¿Cómo si quiera se te ocurre que podría verme con alguien a tus espaldas?

Patrick sonrió un poco al escuchar lo último—Ya pasé por eso una vez ¿recuerdas?

—¡Pues me ofendo aún más porque me estás comparando con ser horrible como Caleb! —exclamó Neil indignado—. Sí, sé que te mentí, pe-pero yo nunca te engañaría. Jamás haría eso, Pat.

—Lo sé, lo sé, perdona siquiera que lo haya pensado. ¿Podemos parar? No quiero discutir.

Las palabras de Patrick sirvieron para calmarlo, respiró profundo antes de poder pronunciar:—No, perdóname tú a mí por ocultarte cosas. Mira que soy idiota, reclamarte a ti cuando yo originé esta discusión…

—Smith, allí estás. Te estamos esperando —le llamó Hugo quien había asomado la cabeza desde uno de los salones.

—Voy, dame un segundo —pidió. Hugo asintió y le indicó que se diera prisa antes de volver a meterse al salón.

—Deberías irte. Yo…creo que tenemos que hablar más tarde —dijo Neil.

—Lo sé —admitió Patrick. Él mismo tenía que contarle varias cosas—. Tengo que irme.

Neil esbozó una tímida sonrisa—Te ves muy guapo. Buena suerte, aunque no la necesitas. Esa publicidad es un peligro por la ciudad, me costó concentrarme en el camino con tu cara por todas partes.

Patrick sonrió al escucharlo—Ni lo menciones —dijo apenado—. Me alegra que vinieras a ver los ensayos.

—Yo también me alegro de haber venido. No estaría aquí si no fuera por ti. Hablaremos más tarde ¿de acuerdo?

Patrick asintió y empezó a avanzar, pero se giró para ver a Neil—Oye, Evans, si no me besas como sueles hacerlo y me dejas ir sin uno de tus cursis “te quiero” en verdad voy a pensar que hay algo mal entre nosotros.

Neil rio al escucharlo—Estás trabajando. No quería crearte problemas.

—Jamás te ha importado.

—Tienes razón —dijo Neil para volver a acortar distancias y le tomó de las mejillas antes de besarle. Reprimió un jadeo cuando sintió a Patrick introducir su lengua en su boca y apegarlo más a él.

—Smith, Paolo está esperand…

Patrick se separó de Neil—Voy, voy…—dijo con una sonrisa al notar la expresión de Hugo antes de desaparecer—. Si quieres puedes venir a echar un vistazo a la sesión.

—No quiero interrumpir…

—El prometido de Maddy estará allí. Así que no veo problema que tú vayas.

—Vale, iré dentro de un rato. Ya vete —dijo apurándolo. Vio como Patrick se disponía a entrar a la habitación cuando le llamó. Cuando Patrick volteó a verlo se sintió mucho más tranquilo, sonrió antes de decir:—. Te quiero.

Patrick sonrió derrotado—Yo también, cursi.

—Hey, acabas de decir que te gusta que te lo diga —protestó Neil indignado.

Patrick se despidió con la mano y fue hasta donde estaba Paolo. Cuando pasó a la par de Hugo este le susurró: “Perdón, no quería espiar”. Maddy vestía un vestido rojo con un pronunciado escote en su espalda. Su prometido observaba todo con atención y le dedicó una cara de pocos amigos cuando entró.

Paolo le indicó que se diera prisa y se ubicase justo en medio de los ventanales de la habitación antes que perdiera la luz natural. Aun cuando Patrick se avergonzaba de que su cara estuviera por el centro de la ciudad, no iba a negar que se sentía un poco más confiado para esa sesión. Se sentía mucho más tranquilo e incluso Paolo lo felicitó porque esta vez no tardó dos horas en entrar en actitud de trabajo.

Luego salieron a la entrada del teatro para tomar unas fotos en el exterior, aunque no se sintió tan cómodo al notar que varias personas se conglomeraban para ver la sesión de fotos.

—Concéntrate —le susurró Maddy.

—¿En verdad no podemos hacer nada con el público?

—No, y acostúmbrate porque Valentina te va a querer en su desfile.

Sabía que era imposible pensar lo contrario, pero una cosa era unas cuantas fotos y otra caminar frente a decenas de personas pendientes de cada movimiento que hacía. Cuando terminaron, Paolo los mandó a tomar un pequeño descanso en lo que fotografiaba a los demás modelos.

Entraron de nuevo al teatro justo en el momento que Adrik Bell iba saliendo de una de las puertas del teatro. Este le miró unos segundos antes de seguir de largo, pero luego se detuvo y lo miró de nuevo—¿Patrick?

—Hola, señor Bell.

—No te reconocí vestido así. Me comentaron que había una sesión fotográfica, pero no creía que tú serias el culpable que todas mis actrices se estuvieran escabullendo apenas tuvieran oportunidad.

Patrick le miró apenado al escuchar eso—Lo siento, no lo sabía. Acabaremos más o menos a la hora de almuerzo.

—Bien, porque no soporto tanta indisciplina —dijo Adrik con seriedad—. Por cierto, Neil está ayudando al grupo de Hugo en la sala principal por si quieres espiarlo.

Patrick sonrió al escucharlo—Gracias por permitirle asistir a ver a los ensayos.

Adrik asintió—Honestamente no creí que vendría a más de uno.

—Le dije que en verdad tenía pasión por esto. Bueno, no quiero quitarle más tiempo —dijo Patrick. Vio a Adrik desaparecer por el pasillo contiguo y miró la puerta que le había enseñado. Movido por la curiosidad entró a la sala principal del teatro.

Se quedó en los últimos asientos para evitar ser visto, pero sus ojos no tardaron en encontrar a Neil quien estaba al fondo con otros actores. A toda vista era un papel secundario o inclusive terciario, pero aun estando tan lejos podía ver que lo estaba disfrutando. Se quedó observando el ensayo diez minutos antes de ir al retoque de maquillaje y su segundo cambio de vestuario.

Para cuando salió con el traje blanco, llegó justo a tiempo para presenciar las imprecaciones de Paolo por no encontrar un buen lugar para las fotografías grupales.

—Pero señor Frozzi, usted me dijo que las escaleras que dan al segundo piso y el balcón exterior estaban bien —se quejó Hugo.

—Pero no es suficiente. Necesito un espacio más abierto —se quejó Paolo.

Patrick veía como la discusión iba recrudeciéndose por lo que se vio obligado a intervenir—Hay un acceso en la segunda planta que da a la azotea del edificio. Hay unos cuantos cables, pero tiene una bonita vista.

—¿Por qué no lo dijiste antes, muchacho? Iré a hablar personalmente con los encargados del lugar para que nos den acceso a la azotea.

Hugo que parecía a punto de tener un ataque de nervios le miró agradecido. Diez minutos después estaban todos en la azotea y Paolo estaba eufórico por las tomas que estaba consiguiendo. Si bien aún seguía teniendo algunos problemas con las fotografías grupales al parecer a Paolo no le importaba mientras su desempeño en las individuales y con Maddy fueran excelentes.

Al bajar lo mandó de inmediato a cambiarse para las fotografías individuales. Le esperaba un traje gris metálico. Después del retoque de su maquillaje fue hasta las escaleras de mármol donde Paolo ya lo esperaba con la cámara en mano. Estaban a mitad de la sesión cuando vio a Neil que llegaba con Hugo. No pudo evitar sonreír justo en el momento que el flash apareció.

—Nada de sonrisas —dijo Paolo molesto mirando la toma.

Patrick le lanzó una mirada llena de complicidad a Neil antes de volver a poner atención a las instrucciones que Paolo le daba respecto a la posición de sus manos, le dio un par de minutos libres en lo que buscaba el siguiente lugar para tomar fotos.

—El tipo es bastante intenso —le susurró Neil apenas estuvo a su lado.

—Lo sé, pero ya casi termino. Son mis últimas fotografías. Luego se queda fotografiando a los demás.

—No, no, necesito un lugar que me hable. No podemos usar los mismos lugares para todos —se quejaba.

Neil tocó el hombro de Patrick y le indicó que lo siguiera. A lo lejos escuchó a Paolo diciéndole que no se fueran muy lejos y que no se atreviera a arruinar su peinado.

—¿A dónde vamos?

—Creo que tengo el lugar perfecto para que termines rápido —dijo Neil con una sonrisa mientras recorrían el pasillo y se detenían en medio de la docena de puertas que daban acceso a la sala mayor del teatro—. Si busca un buen lugar dudo que no le guste la vista del palco presidencial —dijo Neil enseñándole el lugar—. Los de la compañía ya fueron a almorzar así que no los interrumpirán. Solo tendrían que ver donde se encienden las luces desde acá o usar sus lámparas para iluminar el lugar.

Cuando le enseñaron a Paolo quedó encantado—Si tomo la fotografía desde el suelo incluso podemos sacar la fotografía de la cúpula —dijo maravillado.

Una hora después, Neil y Patrick salían del teatro—¿Tienes que ir al café? —preguntó Neil.

—No, Kara hizo el favor de cubrirme. Voy para la universidad.

—Vamos entonces, iba a ir a traer a Logan para ir a almorzar —dijo Neil subiendo a la camioneta.

—Entonces si ibas a comer con Logan —dijo Patrick mientras se abrochaba el cinturón. Al alzar la mirada notó la expresión de Neil—. Lo siento, no fue para hacerte sentir mal.

Neil asintió y emprendió la marcha—No, me lo merezco.

—Ya, no te mortifiques por una pequeñez.

—Aun así, siento que traicioné tu confianza. No sé, quizás no quería que supieras que venía porque fue en parte la razón porque peleamos la otra vez. No quería que dijeras algo como: Ves como tenía razón. Sí querías ir y de gusto tuvimos esa pelea.

—No iba a decirte nada como eso.

Neil se detuvo ante la luz roja del semáforo—Ahora lo sé, pero igual me sentí mal por haber venido después que tuvimos esa pelea, pero una parte de mí seguía insistiendo que debía venir y descubrir algo.

—¿Encontraste lo que buscabas?

—Eso creo —dijo Neil con una sonrisa triste.

—¿Me lo dirás?

—Mejor más noche. No quiero hablar de esto mientras manejo, ya suficiente distracción con verte en traje de baño por la ciudad.

—Ya, no empieces —se quejó Patrick—. Solo diré que debes estar agradecido que en las fotos estoy con los bañadores decentes — Hasta el momento no había rastros de alguna foto suya con el horroroso slip.

—¿Hay peores?

—Mucho peores…

—Podías haber salido menos…menos…

—¿Menos qué?

—¿Erótico? ¿Provocativo? ¿Seductor?

Patrick se sonrojó un poco al escucharlo—Es lo que me pidieron, Evans, y solo para que no te pongas celoso estaba pensando en ti cuando me tomaron esas fotos.

—¿Eh?

Patrick se encogió de hombros—Estaba haciéndolo terrible, entonces Paolo me dijo que pensara que eran fotos para mi amante. Sé que no eres un vulgar amante, pero no sé, pensar en ti me ayudó. Paolo ya no me corrigió nada así que en esos momentos solo me sentí aliviado, no esperaba que las fotos resultaran así.

—Vaya, ahora estoy más celoso.

—¿Y ahora por qué?

—Se supone que esas fotos deberían ser solo mías —se quejó Neil—. Si pensabas en mí debería ser el único que debería verlas. Ahora tendré que hacerme a la idea que un puñado de desconocidos va a usar tus fotos para hacer sus cochinadas.

Patrick rio al escucharlo—Creo que estás exagerando…¿Podemos hablar de otra cosa? A mí también me avergüenza ver esas fotos. Recuerda que ni siquiera me gusta que me fotografíen.

Neil sonrió de manera conciliadora—Está bien, pero te advierto que algún día te tomaré fotos que solo podré ver.  Ah, cambiando de tema,  dice mi madre ya no tuvo la oportunidad de agradecerte por ir ayer.

—Oh, no fue nada. Al final los dos ya no pudimos hablar mucho de regreso…

—Porque te quedaste dormido  —le observó Neil.

—Sí, mi culpa.

—No, no te preocupes, después de todo aún tenías que ir al trabajo en la cafetería. Debes estar agotado.

—Descuida, no me quedaré dormido camino a la universidad.

—Tampoco dormiste bien ahora ¿verdad?

Patrick sonrió un poco—Dos horas con suerte, pero creo que lograré terminar el proyecto de Landerson a tiempo, que es el que más me preocupa. Hoy tengo crítica con él así que espero no me mande a repetir todo.

—Te irá bien, Pat. Yo sé que sí. Has trabajado mucho en ese proyecto.

—Sí, lo que menos necesito ahora es a Landerson diciéndome que no voy a lograr terminar. Aunque supongo que no es tan desgraciado como creí…

—¿Landerson?

—Sí, él me dijo que tu abuelo había construido parte de la biblioteca y que te preguntara por los planos.

—Vaya, al final me vas a salir diciendo que sí te agrada.

—Jamás —negó Patrick.

***

Leah caminaba mirando a todos lados. Tenía que llegar a su auto antes que Isabella la interceptara para llevarla a otra especie de cita a ciegas fallidas. Iba tan alerta buscando a Isabella que no notó que tenía a alguien enfrente a ella hasta que chocó con él.

—¿Estás bien?

—Sí, lo siento yo…Hola, Daniel —dijo Leah apenada—. Disculpa, venía escapando de una amiga.

—Pues debe ser por una buena razón porque venías casi corriendo.

—Sí, disculpa. ¿Ya vas a almorzar?

—Sí, usualmente me quedo a comer aquí, pero me llamaron de la librería que ya tenían de nuevo un libro que…

—¿Qué sucede? —preguntó Leah al notar que se quedaba callado.

—No, nada, es que lo estoy volviendo a hacer —dijo Daniel apenado—. Mi hermano me dijo que debo dejar de hablar de libros.

—No, no le hagas caso —dijo Leah—. Oh al menos conmigo sí puedes hablar de ellos.

—¡Leah, allí estás! No intentes escaparte.

—Isabella, no, no planeaba escaparme —dijo Leah mientras intentaba no lucir como si la hubiera atrapado en plena fuga. ¡Maldición había bajado la guardia!—. Es que como nunca escuchas sabía que no me ibas a creer que tenía planes.

—Ajá, sí Leah, y yo nací ayer —dijo Isabella cruzándose de brazos—. Mira, sé que las últimas citas no han ido bien, pero creo que esta vez sí encontré el chico perfecto para ti.

—No, en serio, yo iba a ir almorzar con alguien más.

—¿Quién? Y no me vayas a decir que con Logan porque juro que voy a prohibirte que te acerques a él hasta que superes ese tu enamoramiento.

—No, yo…

—Iba a ir a almorzar conmigo —dijo Daniel quien había permanecido a un lado.

Isabella reparó en él y se quedó mirándolo de pies a cabeza—¿Con él?

—Sí, ya había quedado con Daniel para almorzar y de paso voy a acompañarlo a la librería. ¿Verdad, Daniel?

—Sí, ya habíamos quedado esta mañana.

Isabella volteó a ver a Leah y luego a Daniel con cara de incredulidad—Bien, por mí no hay problema, sabes que yo no juzgo, pero que Emma no se entere que andas saliendo con el catedrático de Neil y Logan porque sabes que te dirá que estás completamente loca —dijo alzando las manos al aire como queriéndose librar de toda culpa—. Te dejo porque debo ir a batear a tu cita.

Leah se maldijo internamente por no prestar atención a sus alrededores. ¿Cómo no se dio cuenta que era catedrático de Logan y Neil?

—Bueno, después de eso creo que ya no querrás ir a almorzar conmigo.

—¿Eh? Creía que lo habías dicho para salvarme de Isabella.

—No, pero si es muy extraño que le dé clases a tus amigos yo entiendo.

—No, no, si a ti no te parece extraño que sea amiga de tus alumnos no le veo problema.

—¿En serio? Este…quieres ir en mi vehículo —preguntó Daniel intentando no lucir demasiado entusiasmado—. Oh quizás prefieres ir en el tuyo por tu cuenta. No quiero hacerlo más incómodo para ti.

—En el tuyo está bien. Te diría que fuéramos en el mío, pero ando mi tabla de surf y aquí sé que no le va a pasar nada.

—¿Practicas surf?

—Sí, un poco. ¿Y tú surfeas?

—Atlético no es precisamente mi mejor atributo —dijo Daniel apenado—. Vaya, que envidia, siempre me ha gustado ver surfear a las personas, pero nunca me he animado a buscar quien me enseñe.

Leah sonrió mientras empezaba a avanzar junto con Daniel al vehículo de él—Yo podría enseñarte. Claro, si no te importa que una chica te enseñe.

—¿En serio?

—Seguro, soy buena maestra. Yo le enseñé a mi padre —le dijo con una sonrisa llena de orgullo.

***

Neil miró el menú del restaurante. Nunca había estado allí, pero Logan le aseguraba que la comida era buena porque había ido con Víctor hacía dos semanas. Nunca había ido a un restaurante de comida griega por lo que optó dejar que Logan escogiera por ambos.

—Por cierto, tú pagas. No creas que esas clases serán de gratis.

—Claro, claro no te preocupes —dijo viendo el lugar con fotos de Grecia—. No sabía que a Víctor le gustase la comida griega.

—Uh, le encanta. De hecho es bastante aventurero con la comida. Dijo que la próxima vez iríamos a un lugar de comida vietnamita. Ah, y anoche preparó un pollo al curry excelente.

Neil sonrió al escucharlo—Suena que se han vuelto más cercanos.

—Sí, me alegra haberle dicho que fuese a vivir conmigo.

—Creo que él también está feliz de vivir contigo. Lo he visto más animado, incluso a ti te he visto un poco mejor. ¿Cómo vas con las sesiones?

Logan intentó mantener una sonrisa—Son agotadoras —admitió—. No entiendo cómo, pero cuando salgo de ellas es como si acarreara un cansancio no solo mental, sino también físico. Es extraño, pero una vez salgo de allí no me siento con energía para hacer nada aparte de dormir.

Neil asintió—Aun así, me alegra que estés yendo a las sesiones.

—Sí a mí también, aunque me preocupa un poco algo…

—¿Qué sucede? ¿No te sientes cómodo con quien te atiende?

—No, no es eso —Logan se inclinó un poco sobre la mesa para no tener que hablar tan alto—. Es que sigo sin poder dormir bien y últimamente tengo más pesadillas. Se lo mencioné al psicólogo.

—¿Qué te dijo?

Logan apretó sus labios un poco antes de poder decir—Dijo que me evaluaría en las siguientes sesiones y si esto continuaba lo mejor sería que viese un psiquiatra en paralelo para que me recetase unos somníferos y alguna otra medicación.

—Oh…—dijo Neil sin saber bien qué decir. Sabía que su amigo estaba mal, pero no creía que al extremo de necesitar medicación—. ¿No estás cómodo con la idea de ir a uno?

—No, ya tener que ir a un psicólogo a veces me hace sentir débil y no me gusta sentirme así. Lo odio. Ir a un psiquiatra me hace sentir que estoy loco o que no tengo cura.

—No digas eso. Logan, no eres débil. Has pasado por mucho, joder, has pasado por tanto y aún estás aquí luchando contra todo pronóstico. Nunca te has dado por vencido ante las adversidades.

—Neil…

—¿Recuerdas que los médicos te dijeron que probablemente no caminarías bien después del accidente? Y aquí estás caminando bien, incluso las veces que hemos tenido que correr me ganas por mucho.

—Es que tú eres muy lento…

—Aun así, has logrado superar cada obstáculo que se te ha puesto enfrente. Si fueras débil no hubieses sobrevivido a ese accidente, no estuvieras caminando, no estuvieras buscando ayuda para tu depresión. Eso es lo que una persona débil haría, pero no tú.

Logan bajó la mirada—¿En serio vas a hacerme llorar en público?

—¿Eh? No, no quería…¿dije algo inapropiado?

—No, Neil no seas tonto.

Neil le miró preocupado, tenía la nariz roja como siempre se le ponía cada vez que iba a ponerse a llorar. De pequeño lo molestaba porque una vez la nariz se ponía roja no faltaba mucho para que las lágrimas aparecieran. El mesero se acercó con sus bebidas y le dio tiempo a Logan que se calmase.

—¿Estás mejor?

—Sí, pero no por el té que pedimos. Gracias por decirme lo que piensas. Yo a veces olvido todo lo que he pasado y solo veo lo que no soy capaz de lograr —dijo Logan apenado—. Gracias por estar allí para recordarme lo que he conseguido.

Neil sonrió aliviado al escucharlo—Si tengo que hacer una lista desde que estábamos pequeños con gusto la haré, aun cuando implique recordarte todas mis anécdotas vergonzosas.

Logan rio al escucharlo—Eso me animaría mucho.

***

—¿Así luzco lo suficientemente sexy?

—Fabio, si vuelves a ponerte sobre esta mesa juro que voy a golpearte —le advirtió Patrick.

Claro que Leah tuvo que mandar la foto de un mupi suyo al grupo de Los Títeres Rebeldes e Isabella tenía que enviársela a Fabio.

—Solo dime si tengo o no tengo que mirar a la cámara....Auch…grosero.

—Te lo advertí, imbécil. ¿No podemos tener un almuerzo tranquilo?

—¿Con toda este gente volteando a vernos? Estás loco. Además ya subieron tu foto a la página de memes de la universidad.

—¡¿Qué hicieron qué?!

—Si revisaras tus redes sociales más seguido te darías cuenta —dijo Fabio mientras se metía a su Facebook—. Le has dado bastante trabajo al administrador de la página con las confesiones anónimas —dijo aclarando su voz—. “Oh, por Dios, ¿vieron esos abdominales? Caminaría descalzo por toda la universidad a pleno mediodía con tal que Smith me dejara lamerlos y caminaría sobre llamas si me dejara lamerlos después de un partido antes que se duchase.”

—Te lo estás inventado…

—“Un primo mío dijo que vio el paquetote que se maneja Patrick Smith en vivo en los vestidores de  la universidad y asegura que es 100% real, no fake. Por primera vez podemos dar seguridad que el Photoshop no existe en una foto.”

—¿Qué?

—“Sé que es gay y todo, pero honestamente si solo pudiera estar entre sus muslos de hierro treinta segundos no le pediría nada más a la vida.” —dijo Fabio imitando pésimamente una voz femenina.

Patrick intentó quitarle el teléfono a Fabio.

—Oh, oh este es mi favorito: “Mi novia me dijo que si Patrick no fuera gay me dejaría por él. Lo que no sabe es que después de ver esas fotos, yo estoy pensando en dejar a mi novia y suplicarle que destruya mi culo con ese paquete se maneja. #NoHomo.”

—Suficiente, vale, vale ya entendí —dijo Patrick completamente rojo—. ¿Podemos comer y fingir que no tenemos a la gente espiándonos?

—Está bien, pero aún faltaban al menos veinte confesiones anónimas que leer.

—Yupi…¿Podemos terminar de comer para seguir trabajando en el proyecto de Landerson?

—De acuerdo, solo una pregunta hipotética: Si me dieran unos cien dólares por una camiseta que usases después de un entreno ¿estarías dispuesto a regalármela?

—Que no idiota, apenas tengo las camisas necesarias para ir a entrenos.

—Eres un pésimo amigo, Smith

***

Leah se sonrojó un poco cuando Daniel se apresuró a jalar la silla para que ella se sentase. Eso y que le abriera la puerta de su carro había sido tan surrealista. Daniel se sentó frente a ella y se dispuso ver el menú.

—¿Qué me recomiendas del menú? Nunca había venido aquí.

Habían terminado en su restaurante español favorito porque de pronto se le antojó una paella y aunque el lugar se veía demasiado elegante para su gusto los precios no eran tan astronómicos como lo hacían parecer.

—La paella es mi favorita y es suficiente grande para dos personas en caso que quieras compartir.

—Perfecto.

—Y de tomar usualmente pido una sangría cuando vengo aquí, aunque como tienes que regresar a trabajar quizás quieras una limonada.

Daniel sonrió ante el comentario—¿Me acusarías si pido una también?

—No, pero no te ves de los que rompen las reglas —admitió Leah con un sonrisa—. Pero puedo mantener un secreto, en especial después que me ayudaste a librarme de Isabella.

—No lucías cómoda con la idea de ir a comer con un desconocido. Aunque debo admitir que por segundo creí que tu amiga no iba a aceptar un no por respuesta.

—Sí, usualmente se sale con la suya, pero no estaba de ánimos de ya sabes…

Tuvieron que hacer una pausa para hacer el pedido al mesero. Leah se encargó de pedir todo al mesero. Al final Leah se decantó por el litro de sangría porque salía más barato.

—No intentarás que me echen del trabajo ¿eh?

—No, ¿aguarda te emborrachas rápido con la sangría?

—Nunca he tomado más de un vaso. Además recuerda que tengo que llevarte a salvo a la universidad.

—En caso que tenga que sacarte a rastrado del lugar recuerda que yo puedo conducir, a no ser que esas de esos tipos apegados con su automóvil y que no dejan que nadie los maneje.

—No, no le tengo tanto cariño a mi auto. Así que puedes quitarme las llaves del auto si no estoy en condiciones de manejar —dijo Daniel poniendo las llaves del vehículo sobre la mesa—. Por cierto, quería darte las gracias.

—¿Y eso?

—Seguí tu consejo y el martes pasé un tiempo con mi hermano.

—¿Y cómo te fue?

—Al principio fue un poco incómodo, pero al final logramos abrirnos un poco. Me habló un poco de él y pues yo intenté hacer lo mismo aunque es un poco complicado ¿sabes? La relación de él con mi padre no es nada buena y pues, no quería que se siéntese incómodo, así que tampoco quise hablar de mi madre.

—Era la primera vez que salían como hermanos. Ya encontraran un punto medio de conversación.

El mesero llevó la sangría en esos momentos y la sirvió. Leah aprovechó a revisar su teléfono que había estado vibrando hacía unos minutos.

—¿Todo bien?

—¿Eh? Sí, sí. Disculpa, sé que es mala educación ver el teléfono en la mesa —dijo apenada.

—Descuida. Si es importante puedes contestar.

—No, no es nada importante. Creía que era un mensaje de mi madre, pero solo es un chat de mis amigos molestando a otro.

—¿Y eso?

—Oh, es que un amigo ha participado en una campaña de publicidad —dijo tomando su móvil y se lo pasaba a Daniel quien estaba ya dando un sorbo a la sangría.

Cuando vio la foto que Leah le enseñaba casi se atraganta, empezó a toser—Oh…Eres amiga de Patrick…

Leah le miró extrañada por su tono de voz. Luego su expresión cambió completamente al recordar lo que Patrick le había confesado aquella vez—Oh…¿Eres ese Daniel?

—¿Lo sabes? —preguntó extrañado.

—Sí, este… es una historia complicada. ¿Entonces tú y Patrick…?

—Sí…

—¿Así que todo este tiempo he estado dándote consejos para que te lleves bien con Patrick?

—Así parece, lo siento, no sabía que eras amiga de él. Después de que tu amiga mencionó que eras amiga de Neil y Logan debí haberlo asociado. Es imposible que no lo conocieras en especial siendo novio de Neil.

Leah miró a Daniel sin saber bien qué decir. En su mente ahora solo estaba la expresión de Patrick aquella noche que le había confesado que Daniel lo había odiado durante años, recordó lo mucho que quiso abrazarlo cuando le dijo lo horrible que era que su hermano lo odiase.

—Quizás deberíamos irnos, si esto te incomoda demasiado. Podemos pedir la comida para llevar y te llevaré a la universidad.

—No, no disculpa es que yo…

—Patrick es tu amigo, no quiero ponerte en una posición incómoda.

Leah alzó la mano pidiéndole un segundo para ordenar sus ideas—Maldición, ¿por qué todo mundo  tiene que conocerse en esta ciudad?

—Leah, no tienes que hacer esto.

—No, estoy bien —dijo tomándose todo su vaso de sangría de golpe.

Daniel alzó una ceja—¿De verdad?

—Sí, si es que esta sangría es excelente ¿no te parece excelente?

—Leah…

—Estoy bien. Estoy bien. No sé bien todo lo que pasó entre ustedes, pero sé que has intentado arreglar tu relación con Patrick.

—No tienes que creer todo lo que te digo.

—Es verdad, pero también lo digo por lo que me ha comentado Patrick —dijo un poco más tranquila—. No sabes lo feliz, lo aliviado, que está porque quieres llevarte bien con él.

Daniel le miró sorprendido—Aun así, no quiero ponerte en una situación comprometedora.

—Oye, me considero lo suficiente madura para manejar un almuerzo y una ida a la librería contigo. ¿Y tú?

Daniel sonrió derrotado al escucharla hablar así, le gustó esa actitud de parte de ella—Yo también…

—Aunque por las dudas creo que deberíamos pedir otra de estas —dijo señalando el litro de sangría.

—Iba a sugerirte lo mismo…

***

Patrick dudó unos segundos antes de usar la llave que Neil le había dado de la casa. No fue hasta que casi escuchó a Neil en su cabeza regañándole por esperarlo afuera de la casa que entró. Danny salió a recibirlo moviendo la cola animado y Patrick se agachó para acariciarlo.

Alzó la mirada y vio toda la casa vacía, pero de alguna manera se sintió como en su hogar porque todo lo que estaba en esa casa le hacía sentir bienvenido. Danny se puso en dos patas intentando abrazarlo y terminó tirándolo al piso.

—Eres un encimoso, Danny —se quejó Patrick mientras el perro lamía toda su cara—Para…para…—dijo intentando quitarse el perro de encima quien terminó acostado encima de él—. Danny ya pesas igual que Neil —se quejó Patrick quien intentaba quitárselo de encima—. Deja de aplastarme, Danny, anda levántate. Iremos a dar un paseo, pero levántate —dijo y al siguiente segundo el perro se levantó de encima de él—. Allí si entiendes ¿verdad? —dijo un poco molesto. Fue a buscar la correa para sacarlo.

Terminaron en el parque y Patrick estuvo lanzándole una rama que había encontrado. Empezaba a sentir entumecido su brazo cuando recibió una llamada de Hugo.

—Hola, Patrick, espero no llamar en mal momento.

—No, no, dime.

—Mi jefa se disculpa por no haber podido asistir a la sesión del día de hoy.

—Ah, no te preocupes, dile que entiendo.

—Paolo le enseñó unas cuantas de las tomas de ahora y está más que feliz con ellas. Te estaremos contactando los próximos días porque si bien mañana es la apertura de la nueva tienda, estoy organizando una cena íntima para la inauguración.

—Oh, de acuerdo…—dijo Patrick no muy entusiasmado con la idea—. Claro, solo avísame tienes mi número.

—Ah, antes que olvide la razón por la que te llamaba. El pago de tus honorarios ya ha sido abonado a tu cuenta bancaria.

—¿En serio? —dijo emocionado—. Vaya, gracias por avisarme.

—De acuerdo, cuídate. Un gusto trabajar contigo.

—Igual, suerte con tu trabajo —dijo antes de colgar.

Ingresó a su cuenta en línea y vio la cifra sin poder creerlo. Ayer apenas tenía diez dólares en ella. Se pasó una mano por sus cabellos asombrado. Incluso pensó que los del banco no tardarían en llamarle para preguntar la fuente de esos fondos, considerando que jamás había podido mantener más de doscientos dólares por más de dos meses en su cuenta. Llamó a Danny para llevarlo a la casa. Estaba terminando de quitarle la correa cuando Neil entró. Apenas vio a Patrick le sonrió al verlo allí.

—Hola, ¿pasó algo?

Patrick fue a hacia Neil y lo tomó de la cintura antes de besarlo. Sintió a Neil pasar sus piernas alrededor su cintura.

—Wuau, si así vas a recibirme siempre, me arrepiento no haberte dado la llave antes.

Patrick sonrió al escucharlo—Sé que nos debemos una charla, pero primero quiero llevarlos a cenar a ti y a mi abuelo a donde quieran.

—¿Y eso? Digo no es que me alegre, pero…

—¿Alguna idea?

—¿Valentina te pagó ya?

—Sí, joder, Neil, estoy tan feliz. Yo nunca había tenido tanto dinero. No tienes ideas de todas las cosas que quiero comprarle a mi abuelo, ¿quieres ir a algún lugar este fin de semana?

—La cena me basta y me sobra.

—Oh, vamos, déjame llevarte a algún lado —suplicó Patrick.

—Vale, vale pensaré en algo —dijo mientras Patrick lo cargaba hasta el sofá y lo dejaba recostado en él—. Estoy feliz por ti, Pat.

Patrick lo abrazó con fuerza. Hundió su rostro en el cuello del otro. Al fin podría ponerse al día con su universidad, podría pagar lo que restaba del semestre e incluso si administraba bien su dinero podría comprar algo de lo que perdieron en el embargo. Sabía que tenía que ahorrar un poco, pero la sola idea que en verdad podía ahorrar algo de dinero era tan surrealista.

—Gracias —dijo alzando el rostro, para mirar a Neil a los ojos—. Si no me hubieses animado jamás lo hubiera hecho.

—Verte así de feliz hace que valga la pena tragarme todas esas confesiones anónimas….

Patrick le miró apenado—¿Las has visto?

—Sí, creo que a este paso solo falta una diciendo que deberían decirle al rector que nombren patrimonio de la universidad para que no pueda andar contigo.

Patrick rio al escucharlo—¿No estarás celoso?

—Patrick, estás semidesnudo por toda la ciudad…

—Sí, pero solo estoy completamente desnudo contigo —le hizo ver.

—Ya, pero no tardaran en sacarte desnudo…

—No si me niego. Además con el único que quiero estar es desnudo es contigo.

—¿En serio?

—Claro que sí. ¿Acaso lo dudas?

—No, pero no me importaría un recordatorio en estos momentos —dijo Neil mientras le quitaba la camisa.

—¿Uno rápido en el estudio? —propuso Patrick.

Neil rio encantado—Me parece bien porque también tengo hambre de comida —dijo al momento que Patrick lo volvía a cargar para llevárselo al estudio.

***

—¿Oli, no tienes hambre?

—Aún no, Fer me está enseñando a bailar —dijo el niño quien intentaba imitar los pasos de Fernando—. Espérame un ratito, voy al baño.

—Claro, ve…

Isabella vio correr al niño por su departamento—No sabía que fueras bueno con los niños. Me impresionas —dijo Isabella.

—¿Bromeas? Tengo una docena de primos menores que yo, así que de pequeño me tocaba cuidarlos. Pensé que necesitarías ayuda.

—Sé que íbamos a ver una películas —dijo haciendo comillas en el aire—.  Pero no pude negarme a Emma. Tenía que reunirse con su grupo para terminar un trabajo y sus padres están fuera de la ciudad.

—Ya, no te preocupes por eso. Siempre puedo intentar agotar las baterías de Oliver y hacer que se duerma temprano para que veamos alguna película.

—¡Ya volví, Fer! —dijo Oliver corriendo a la sala donde habían quitado la mesa y movido los muebles.

—Sigamos entonces —dijo Fernando con voz animada y le daba play a la música—. Entonces cuando en el coro dice “Y no te voy a negar” vienes y pones el pie así y lo mueves un poco mientras mueves las caderas.

Isabella solo los miraba divertida, a este paso era más fácil que Fernando terminase dormido antes que Oliver.

***

La camioneta se detuvo frente al edificio de apartamentos. Al final terminaron tardándose más de lo esperado, pero ahora ambos estaban seguros que podrían comportarse durante la cena, en especial considerando que Patrick tendría que contarle a su abuelo de donde había conseguido el dinero y por qué su cara estaba por todo el centro de la ciudad.

—¿Bajas? Voy a ir a buscar un poco de ropa para mañana.

—Seguro, así te ayudo a arreglar las cosas para que nos vayamos más rápido —dijo Neil bajando del automóvil. Empezaron a subir las escaleras cuando Neil empezó a tocar sus bolsillos—. Mierda, me olvidé de mi celular en la camioneta.

—Ve por él, yo me adelanto —dijo Patrick mientras subía las escaleras animado. Al llegar a su piso notó la puerta de su apartamento abierta y a Niebla fuera de él. Apenas lo vio, el gato salió corriendo hacia él—. Hey, amigo, ¿qué haces aquí afuera? —preguntó extrañado tomándolo en brazos. Siguió caminando, pero conforme avanzaba Niebla se ponía más inquieto y empezó a sisear mientras se erizaba—¿Niebla qué pasa? —preguntó.

Estaba preocupado mirando a Niebla que terminó tropezando con algo que habían dejado en la entrada. Patrick se apoyó en ella para no caerse. Niebla aprovechó a escaparse de sus brazos y salió del apartamento.

Patrick miró extrañado las maletas que habían dejado en la entrada—¿Abuelo? —llamó extrañado. Entró al apartamento y escuchó el sonido del inodoro, confundido miró al baño—¿Abuelo, estás allí? —la puerta del baño se abrió y Patrick sintió todo su cuerpo tensarse violentamente.

—Hola, hijo, ¿volviste a crecer un poco?

Notas finales:

Gracias por todas sus lecturas y a los nuevos lectores que se animan a dejarme un review. ¡Hasta la próxima!


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