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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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XLIX.

Neil miró la información que Patrick le había dado y luego a Adrik Bell varias veces quien caminaba por el escenario revisando el trabajo de los escenógrafos. No sabía si preguntarle o no, no quería que creyera que le debía algún favor o algo por el estilo. Aunque ahora era un buen momento para hacerlo, al elenco lo llamaron para una prueba de vestuario y el ensayo tuvo que ser interrumpido para descontento de Adrik quien ya bajaba del escenario.

—¿Qué tienes allí?

Neil se sobresaltó al ver a Adrik su lado mirando el papel que para esas alturas estaba totalmente arrugado— Oh, esto yo…

—Gretbauer ¿eh? ¿Planeas tomar un curso? —dijo Adrik tendiéndole la mano y aceptando el papel que Neil le daba, miró con el ceño fruncido los cursos a impartir—. Los primeros tres deberías desecharlos son cosas que ya manejas.

—¿Eh? ¿En serio?

— Deberías concentrarte en tomar alguno de los cursos del final de la lista —dijo Adrik Bell—. Aunque ¿no es mucho esfuerzo para un pasatiempo? Deberías dedicarte a hacer lo que el resto de cualquiera de tu edad, ir a la playa o al extranjero de vacaciones con el dinero que invertirías en el curso. ¿O tus padres lo pagarían?

Claro que sus padres lo pagarían. Neil se lo había comentado a su padre en el desayuno. Al principio le había extrañado que buscase un curso, no tanto por su afición, sino porque había esperado bastante en pedirle asistir a uno. Craig le dijo que le alegraba que aún tuviera su pasión por la actuación intacta y que aplicara a los cursos que quisiera. Él lo apoyaría en todo y estaba seguro que su madre también.

—No es solo un pasatiempo —dijo Neil con seguridad—. Yo quiero dedicarme a esto.

—¿Esto?

—Sí, la actuación, todo lo que tenga que ver con el teatro yo…tardé mucho tiempo en darme cuenta que es lo que realmente quiero pero ahora lo sé.

—Creía que ya estabas estudiando tu carrera.

—Sí, después de muchos altibajos al fin soy bueno en ella. Me costó llegar al nivel que estoy, pero no me hace enteramente feliz. No como debería, pero ahora no estoy en una posición de simplemente desechar lo que he conseguido. Terminaré mi carrera y luego comenzaré a estudiar actuación. Por ahora me dedicaré a tomar los cursos que pueda en verano.

Adrik miró con seriedad a Neil, con un poco de escepticismo, pero no iba a negar que había pasión en él. Al principio creyó que iría solo a un ensayo, por cortesía, pero se había equivocado. Semanas después seguía asistiendo a la mayoría de estos y veía como absorbía las lecciones que daba a los demás como propias. Quizás se había equivocado al no tomarlo en serio desde el principio.

—Entiendo —dijo Adrik mirando el papel—. ¿Ya sabes qué vas a interpretar? ¿O solo mandarás alguna de tus actuaciones anteriores?

—No, no sé. En realidad quería ver si podía ayudarme a elegir algo. No quiero solo poner alguna de mis actuaciones pasadas. Me gustaría intentar algo nuevo.

Adrik asintió— ¿Recuerdas los papeles que has interpretado?

Claro que los recordaba. Neil empezó a enumerar cada uno de ellos, pero conforme los iba diciendo se sentía más nervioso por la expresión que Adrik le dedicaba. Era seria pero sentía que estaba juzgando sus elecciones. ¿Se habría equivocado al escogerlas? ¿O se habrían equivocado los que dieron los papeles? Cuando terminó de enumerarlos Adrik se quedó en silencio largo rato.

—Honestamente no te has retado a ti mismo en todos estos años —dijo Adrik.

Neil le miró confundido, pero la sensación de que lo había decepcionado incrementó—No entiendo…

—Tus personajes siempre son lo mismo. El tipo amable, el tipo ingenuo, el tipo bondadoso no exactamente el héroe pero te mueves dentro del espectro de los personajes que por definición podemos catalogar como buenos o demasiado blancos. ¿Alguna vez has intentado interpretar un antagonista? ¿O cuando menos un personaje gris?

Neil solo negó con la cabeza se quedó en silencio unos segundos pero al notar como Adrik fruncía más el ceño sintió que debía decir algo más—Supongo que creo que ese tipo de personajes no van conmigo.

Adrik asintió con la cabeza meditando—Entonces hasta ahora no se puede decir que realmente has actuado si solo interpretas personajes que son una extensión de alguna de tus cualidades. Técnicamente seguirías siendo tú, solo te apropias del historia de los personajes. ¿Dónde está el reto si no te propones apropiarte de un personaje que es lo opuesto a ti?

Neil guardó silencio. Nunca lo había pensado de esa forma. Siempre intentaba dar su mejor actuación por eso siempre elegía personajes que podía comprender— Tiene razón.

Adrik sonrió un poco al notar lo decaído que Neil se encontraba—No es para que pongas esa cara. Supongo que es una fijación mía de hacer a mis alumnos lo más versátiles que puedan, pero bueno, no eres mi alumno y si te sientes cómodo con un tipo de personaje no hay nada de malo en ello.

—No, tiene razón —le cortó Neil de inmediato—. Si no salgo de mi zona de confort no sabré hasta donde puedo llegar realmente, si en verdad soy bueno. Yo, ¿podría ayudarme? Sé que está ocupado y todo, pero podría ayudarme con un reto. Por favor.

Adrik sonrió más—¿No estás en la época final del semestre? Deberías concretarte en eso.

—Puedo hacer ambas cosas, sé que puedo —le aseguró Neil. Si Patrick podía con sus trabajos, los entrenos y los estudios él tendría que poder esforzarse en sacar ambas cosas adelante—. Por favor.

Adrik se quedó en silencio unos segundos mirando a Neil y su determinación, una que hasta ahora no había mostrado. Era la primera vez que le hacía creer que en verdad esto no era solo un pasatiempo para él—Tráeme mi portafolio por favor —dijo señalándolo en medio de las butacas del gran teatro. Si quería un reto le pondría uno. Quería ver que tan bueno podía ser si se le presionaba y con poco tiempo. Lo vio casi correr por él y volver al poco tiempo frente al escenario. Rebuscó entre sus cosas y sacó un pequeño libro celeste que tenía una iglesia en el frente—. ¿En verdad quieres un reto?

—Sí, por favor —dijo Neil mirándole expectante. Adrik le pasó el libro que decía “Las manos de Dios”.

—Quiero que hagas el personaje del forastero, que más tarde resulta ser el diablo —dijo Adrik—. Es un personaje que creo que te vendría bien a ti.

Neil le miró confundido porque nunca esperó escuchar esas palabras en ningún contexto—De acuerdo…—dijo no muy seguro.

Adrik se percató de ello—Es un libro corto. Tráelo leído para la próxima vez que vengas a un ensayo y lo comentaremos. Notarás que es un personaje de lo más fascinante. Tiene ciertos momentos que requieren la sensibilidad que te caracteriza, pero la mayor parte es un personaje que vendría a ser un desafío para ti.

Neil hojeó un poco el libro—Lo cuidaré mucho.

—De acuerdo, hablaremos bien una vez hayas leído la obra.

Neil asintió nervioso pero igualmente emocionado por del reto que Adrik Bell le estaba poniendo y no quería defraudarlo. Neil devolvió el portafolio al asiento donde lo había encontrado y al poco tiempo empezaron a entrar algunos actores. El ensayo debía continuar.

***

Patrick se dejó caer en la cama aliviado de poder recostarse. Puso la alarma para que lo despertase en media hora. Había dormido bien anoche, pero el cansancio acumulado no le permitía sentirse descansado. Aun así quiso ir a trabajar ahora, aunque no tuvo el valor para ir a comer con la Jugosa y el Necrófilo. No quería tener que hablar del modelaje, de Maddy o de con cuantas mujeres supuestamente había estado desde que era modelo.

No tardó en quedarse dormido. La alarma sonó a las dos treinta y cuando abrió los ojos notó que tenía a Danny pegado a él. Había dejado la puerta abierta de la habitación, así que no desaprovechó de ir a dormir con él. Patrick se estiró un poco y lo acarició antes de bajar a la primera planta. Neil le había escrito que Craig no llegaría ahora así que se sentía más cómodo moviéndose en la casa. Había bajado un pollo descongelándose en la mañana, así que no demoró tanto en hacerlo. Comió y se sentó para seguir trabajando en el proyecto. Empezó por las correcciones que Craig le había hecho, se demoró más de lo que había planeado con ella, pero una vez todo estuvo listo se sintió mucho más seguro de cómo lo llevaba.

Había estado tan concentrado que no notó en qué momento Danny había bajado al estudio, pero apenas vio que dejaba de trabajar empezó a ladrar y a dar brincos para hacerse notar. Patrick sonrió derrotado y se puso de pie, suponía que podía tomarse un descanso para salir a jugar con él, lo llevó al parque y estuvieron correteando largo rato. No entendía de dónde sacaba tanta energía, porque cuando regresaron a la casa él estaba empapado de sudor y con los brazos entumecidos, pero Danny seguía como si nada, se fijó que tuviera comida en el plato y subió a bañarse. 

Era extraño estar en casa de Neil un domingo por la tarde sin él, pero aun así no se sentía fuera de lugar. Terminó de ducharse y revisó su teléfono con la esperanza que Neil le hubiese escrito, pero nada. Debía seguir ocupado en el ensayo. Miró la pantalla antes de animarse a llamar a su casa, si su madre contestaba colgaría de inmediato, pero fue Gabriel quien contestó.

—Hola, abuelo.

—Hijo, hola, ¿cómo estás?

—Bien, llamaba para ver cómo estabas. ¿Todo bien? ¿Necesitas más comida?

—No, no, suficiente con lo que has traído. Es demasiado, muchacho.

Patrick sonrió al escuchar a su abuelo, podía imaginarse hasta los gestos que estaría haciendo ante el teléfono—Claro que no. Quiero que estés bien y necesitas comer bien para que vivas muchos años.

—¿Seguro que quieres tener a un viejo como yo por tantos años?

—Claro que sí, abuelo. No digas tonterías —le aseguró Patrick—. ¿Cómo no voy a querer que siempre estés conmigo?

—No lo sé, tampoco quiero sentir que estorbo en tus planes a largo plazo, muchacho.

—En todos mis planes estás tú, abuelo —le aseguró Patrick—. Yo…te extraño.

—Y yo también, hijo.

Patrick agradeció que no le preguntase cuando volvería ni que mencionara a su madre— ¿Cómo está Niebla?

—Feliz con los atunes que le has traído. Tengo que ser firme con él para que no coma demás y luego no quiera agarrar la comida normal.

—Dile que lo extraño —pidió Patrick.

—Claro que sí, hijo. ¿Cómo te fue en tu partido?

—Bien, ganamos. Así que todos estamos animados. Tenemos un juego importante el próximo sábado, así que espero todo salga bien.

—Ya verás que sí, todos trabajan muy duro. ¿Y Neil cómo está?

—Bien, ahorita no está en la casa, pero está bien. Seguro iremos a visitarte pronto o al menos irte a traer para que vayamos a cenar si quieres.

—Claro que sí, hijo. Salúdamelo y dale las gracias por cuidarte.

—Yo se las doy. Bueno, ahora que sé que estás bien me quedo más tranquilo. No te esfuerces demasiado en el supermercado ¿de acuerdo?

—De acuerdo, hijo. Cuídate mucho.

—Abuelito…

—¿Sí? ¿Pasó algo más?

—No, nada. Solo quería decirte que te quiero.

—Y yo a ti, hijo. Te quiero muchísimo. Gracias por llamar.

Patrick sonrió antes de colgar. Miró hacia el estudio y fue a ponerse a trabajar. Aún tenía que esforzarse mucho si quería convencer a su abuelo que dejase su trabajo en el supermercado. Volvió a sentarse en el estudio y continuó trabajando. Horas más tarde fue allí donde Neil lo encontró concentrado. Ni siquiera había escuchado la camioneta estacionarse frente a la casa o cuando abrió la puerta, ni los ladridos animados de Danny.

—Hey arquitecto —dijo Neil sonriendo más al ver como Patrick se sobresaltaba—. No me digas que has estado trabajando desde que regresaste.

—No, no. Salí con Danny al parque a jugar un rato.

Neil acarició la cabeza de Danny antes de acercarse a Patrick— ¿Cómo vas?

—Bien, acabo de terminar de renderizar  —dijo Patrick aliviado—. Faltaría enseñárselo a arquitecto, pero he logrado avanzar más de lo que esperaba.

—Se ve bien —dijo Neil mirando la pantalla—. Aunque has trabajo demasiado los últimos días. ¿Ya cenaste?

—No, me olvidé de la hora. ¿Y tú?

—Tampoco. Quizás es un poco tarde pero ¿quieres ir a cenar?

—Puedo hacer algo para ambos, no es problema —dijo Patrick.

—Lo sé, pero quiero salir contigo. Creo que puedo contar con los dedos de la mano las veces que hemos salido los dos solos desde que somos novios, pero si estás cansado podemos pedir algo de comer.

Patrick negó con la cabeza. Neil tenía razón. Eran pocos los momentos que podían salir a solas. La idea de salir a cenar le parecía bien. Eran las ocho treinta así que fueron a un centro comercial que estaba cerca. Creyeron que por ser domingo estaría todo a punto de cerrar, pero se habían equivocado. Terminaron en un restaurante de costillas que tenía una buena promoción para dos. Patrick sintió la mirada de la mesera encima de él, pero intentó fingir que no se percataba y dejó que Neil pidiera para ambos. Cuando la mesera se fue Neil no dejaba de sonreírle.

—¿Qué?

—Ni siquiera puedo recordar si esta es nuestra primera cita oficial. Solo se me viene a la cabeza la vez que te invité al sushi y me dejaste tirado.

Patrick le miró apenado por el recuerdo de ese día— Más razones para preguntarte porqué sonríes con semejante recuerdo.

—No sé, me da gracia pensar en cómo éramos hace unos meses atrás.

Patrick sonrió derrotado—Tampoco puedo recordar si hemos tenido una cita oficial. ¿Qué se supone que hagamos?

Neil se encogió de hombros—No lo sé, lo que queramos.

Se quedaron en silencio largo rato hasta que Neil rompió el silencio con una risa que Patrick secundó— ¿Te das cuenta que somos malísimos siendo novios? Mira que ya te metí mano y vivimos juntos antes de siquiera salir en una cita normal.

—Me gusta lo mal novios que somos —dijo Neil con una sonrisa—. Por cierto, ayer no te pregunté cómo te fue con mi padre en la construcción.

Patrick intentó mantener su sonrisa, pero sabía que Neil había aprendido a leerlo con facilidad y en poco tiempo, le miró alarmado cuando notó su expresión—Todo salió bien, Neil. Tu padre es muy amable.

—¿Entonces por qué tienes esa cara?

Patrick no supo bien qué decir. No podía decirle que era demasiado amable porque no quería que Craig cambiara con él—No lo sé, supongo que me hizo pensar cómo hubiera sido mi vida con Robert…

Neil permaneció en silencio al escucharlo y se sintió más culpable por no haber hablado con él de esto ayer. Era extraño pensar en Patrick creciendo con Robert y no con Gabriel. No sabría cómo eso hubiese resultado, pero al menos Daniel ahora ya no era mala persona, pero aun así hubiese sido extraño. Daniel había ido en un par de ocasiones acompañado a Robert y su madre cuando Craig los invitaba a cenar cuando era más joven. Neil no lo recuerda mucho, pero había visto más de una fotografía de alguna fiesta o cena. La sola idea de Patrick con ellos en la fotografía era demasiado extraña como para pensarla por demasiado tiempo, quizás no se hubiese enamorado de ese Patrick y lo hubiese visto más como un amigo o el hijo de un colega de su padre.

—Mejor dime cómo te fue ahora con Adrik —pidió Patrick.

Neil se apresuró a negar—No, no hagas eso. Siempre soy yo el que termina hablando.

—Te gusta hablar y a mí me gusta escucharte —dijo Patrick.

Neil no dio su brazo a torcer y esta vez fue el turno de Patrick de hablar de todo lo que no habían podido, le contó de la visita a la construcción, terminó confesándole que había visto a la Jugosa y a su jefe, pero no comentó nada sobre la propuesta de Craig, sí habló de Andrew, bastante, Neil se sorprendió de saber que Jon los había acompañado también. Era extraño para Neil escuchar a Patrick hablar con la misma animosidad de alguien que no fuere Gabriel, los Títeres, Fabio o inclusive sus compañeros de trabajo, pero una parte de él le alegraba que Patrick se fuera abriendo a más personas, la otra parte de él admitía que no estaba tan feliz que fueran personas que obviamente querían algo más que amistad con él, pero no se lo dijo porque no quería que Patrick se guardase nada de lo que quisiera contarle y que obviamente lo hacía feliz. También le habló más de su proyecto, de cómo al fin había alcanzado finalmente al resto de la clase con su proyecto y de lo nervioso que estaba de presentárselo al arquitecto Landerson.

Neil iba terminando su tercer plato de costillas y Patrick su cuarto cuando finalmente terminó de contarle todo lo que consideraba importante—¿Ahora sí me dirás como te fue en el ensayo?

Neil se lo pensó unos segundos—El ensayo bien, en lo demás no sé…

—¿Le pediste ayuda a Adrik?

—Sí…

—¿Se negó? —preguntó confundido Patrick dejando de comer.

—No, no, es solo que… ¿me verías alguien capaz de interpretar a un diablo?

Patrick le miró aún más confundido—No lo sé, digo…eres la persona más buena que conozco y por lo poco que te he visto actuar no siento que sea un personaje que tú decidirías interpretar de buenas a primeras.

Neil se llevó las manos al rostro y dejó escapar un gruñido de frustración. La voz de Patrick lo hizo volver a intentar recomponerse. No entendía cómo no pudo darse cuenta—Adrik me dijo que mis personajes siempre eran lo mismo y que si quería ser un buen actor debía tener más variedad.

Patrick notó lo acongojado que Neil se veía—¿Pero quieres hacerlo?

—¡Claro que sí! Nunca me había puesto a pensarlo, pero tiene razón. No he salido de mi zona de confort. Me dejó que leyese un libro y que luego lo comentaríamos, que iba a ayudarme con mi aplicación al curso de verano en Gretbauer.

—Eso es genial, ¿pero por qué no luces feliz?

—Tengo miedo de decepcionar a mi ídolo.

Patrick sonrió al escucharlo, Neil tenía mucha mayor facilidad para admitir sus temores, pero le hacía cierta gracia que ambos tuviesen miedo de defraudar a alguien— Ve poco a poco, lee lo que sea que te haya dado y si necesitas ayuda para practicar veré como te ayudo.

—Gracias, Pat.

—Hey, lo que sea para ayudarte a cumplir tus sueños —dijo Patrick para volver a su tarea de terminar el plato de costillas.

***

Víctor despertó a causa de la voz de Logan. Aun estando profundamente dormido logró escuchar la voz de su amigo. Abrió los ojos de inmediato, sentándose de golpe, el primer instinto fue salir corriendo hasta su habitación, pero luego notó la voz animada con la que lo llamaba. No tenía una pesadilla, miró confundido su habitación y notó como la alarma de su celular llevaba ratos de estar sonando, pero no la había escuchado. Apagó la alarma y salió de la habitación. Apenas abrió la puerta le llegó un agradable aroma pan, huevos y jamón. Iba poniéndose los lentes cuando notó a Logan en la cocina.

—¿Qué haces?

—No estarás pensando llegar tarde a tu primer día en el trabajo ¿verdad? —preguntó Logan ya duchado.

—No, pero creía que era mi turno de hacer el desayuno.

—Ah, es tu primer día trabajando así que pensé en ayudarte. Mejor ve a bañarte o te agarrará la tarde —dijo Logan sin despegar la vista de la cocina.

—Gracias —dijo Víctor agradecido.

Habían pasado un fin de semana agradable con la madre de Logan, aunque era una pena que no pudieron sacarla a ningún lugar, pero al menos no tuvo que ver nada de lo que Patrick presenció. Haber ido hasta allá parecía haber animado bastante a Logan. Aunque debía admitir que todo el camino de regreso a Gastrell había ido nervioso chequeando a su amigo en la camioneta que había tomado. Había insistido en que Logan fuese adelante por cualquier eventualidad y así él pudiera evitar cualquier inconveniente con otro vehículo, pero no fue necesario. Logan manejó con tranquilidad hasta el apartamento y Víctor no pudo sentirse más orgulloso de él. Se quedó observando a Logan cocinar unos segundos con una sonrisa, hoy parecía ser un buen día.

—Oye, si te quedas allí siempre vas a llegar tarde.

—Voy, voy…

***

Neil miró extrañado el mensaje de Leah. Abrió la puerta y una montaña de ropa lo recibió. Neil apenas fue capaz de poner las manos antes que su amiga le tirara la ropa.

—Hay más en mi auto ve donde pones esa.

—¡Sí, también me da gusto verte! —exclamó Neil intentando asomar la cabeza entre tanta prenda y poder ver a su amiga—. ¿Qué demonios es esto?

—Ropa para Patrick. Al parecer alguien subió una foto de él en Instagram y según mi madre lucía fachoso así que ve esto como una oportunidad para que primero Patrick renueve su guardarropa solo con la marca de mi madre y segundo para que sea su modelo ambulante siempre —dijo Leah irritada—. Puede tirar todo si no le gusta, yo ya cumplí mi parte para que mi madre deje de estar molestando.

Neil dejó toda la ropa en sillón de la sala y fue a ayudarle a Leah a traer toda la ropa quien cerraba la parte trasera de la Jeep con dificultad— ¿En serio le va a regalar todo esto?

—Mi madre saca algo de todo esto también. No es un alma altruista —explicó Leah entrando a la casa—. ¿Y Patrick?

—Se está alistando arriba—dijo Neil mientras intentaban que la ropa no se desbordase por el sillón—. Pues nos va a quedar chico mi armario. Tendré que llevar todo esto al del cuarto de invitados.

—Agradece que la frené porque lo que quería darle era el triple de esto —dijo Leah con una sonrisa.

—¿Ya desayunaste? Estoy haciendo waffles.

—Te acepto dos —dijo Leah—. ¿Te ayudo a llevar esto arriba?

—Mejor revisa que no se queme lo que tengo en el fuego —dijo Neil mientras cargaba las cosas—. ¿Fuiste a la playa?

—Sí, ¿se me nota mucho?

—La verdad sí, sabes que soy malísimo notando esos detalles ¿Fuiste con alguien? —preguntó Neil mientras tomaba parte de la ropa y notaba la expresión de Leah—. No tienes que decirme si no quieres.

—No, no es eso —dijo Leah removiendo su cabello con nerviosismo—. Salí con Daniel.

—¿Con el ingeniero Hayes?

—Sí…—dijo Leah quien no se acostumbraba a escucharle a los demás decirle ingeniero.

—Oh, no sabía que se habían hecho tan cercanos.

—Patrick no tiene problemas con ello.

—No, no quise sonar como si te acusaba —se apresuró a disculparse mientras se dirigía hacia arriba—. Solo me sorprendió. El ingeniero es bastante agradable.

—Sí lo es.

—Iré a subirle esto a Pat —dijo Neil mientras avanzaba a la habitación donde encontró a Patrick empezando a vestirse—. Llegarás tarde al entreno.

—¿Qué es todo eso? —preguntó Patrick confundido.

—Te lo manda la madre de Leah. Dice que es tuya —dijo poniendo todo en la cama—. Hay más abajo.

—¿Eh? No, no puedo…

—Leah dice que es como publicidad para ella, que no te sientas mal en aceptarla.

Patrick frunció el ceño y miró toda la ropa—No lo sé ¿Qué piensas tú?

—Te hará usarla tarde o temprano así que no le veo lo malo, así te ahorras en comprar ropa.

Patrick suspiró derrotado. La verdad es que muchas  de sus camisas lucían bastante desteñidas. Intentó no pensarlo mucho y tomó una camisa verde y unos jeans dentro de la pila de ropa. Sentía la mirada de Neil que no se le despegaba. No entendía cómo le hacía Valentina pero toda la ropa parecía ser de su talla. La ropa era muy cómoda y olía a nuevo. La única queja que quizás tendría era que no solía usar jeans rasgados. Si su abuelo lo viera le diría que las ratas se comieron el pantalón, pero al menos no gastó en ellos. Giró mirando a Neil.

—¿Y bien?

—Ya te dije que todo te queda bien. Deberías apresurarte o no llegarás al entreno.

—Lo sé, lo sé, me voy —dijo Patrick mientras se apresuraba a tomar su mochila y luego de acercaba a Neil para tomarle de la cintura y besarle—. Te quiero. Esta vez no olvides bajar el pescado para que esté descongelado para cuando regrese.

—Ya, no me olvido —se quejó Neil. Estaba consciente que había olvidado sacar del congelador la comida en un par de ocasiones, pero no era para que Patrick se lo echase en cara—. Nos vemos más tarde. Dejé en la mesa un tupper con waffles para que desayunes.

Patrick asintió y bajó las gradas con rapidez. Tenía diez minutos para llegar a su entreno. Saludó a Leah y le dijo que luego hablarían bien. Tomó el tupper de la mesa y salió a toda prisa de la casa.

Neil bajó cuando Patrick cerró la puerta. Leah sonrió al verlo—Parecen una pareja de recién casados.

Neil se sonrojó por el comentario—Ya, no es para tanto.

—Claro que sí. Patrick se ve feliz y tú más de tenerlo en la casa.

—Sí, pero las circunstancias…

—Ah, sí esperáramos a que todo sea perfecto para hacer algo nunca haríamos nada —dijo Leah con seriedad—. No lo pienses tanto y mejor prepara los waffles que me ofreciste.

***

Emma miró nuevamente la solicitud con incredulidad. Cuando su catedrática le pidió que llegase temprano al cubículo creyó que le daría malas noticias, pero fue todo lo contrario. Caminaba con lentitud sin despegar sus ojos del folleto que le acababa de otorgar.

—Si no miras por donde vas a terminar cayéndote por las escaleras igual que Neil.

Emma se sobresaltó al escuchar la voz tan cerca al girar notó a Patrick sonriéndole de lado—¡No me asustes!

—Deberías agradecerme que te salvé la vida —dijo Patrick mientras empezaban a bajar las gradas.

—Mi héroe. ¿Vienes de entreno? —preguntó al notar su cabello mojado.

—Sí, voy saliendo. ¿Tú tienes clases?

—No, vine temprano porque una catedrática me pidió que llegase a su cubículo.

—¿Todo en orden? —preguntó Patrick desacelerando el paso.

—Sí, en realidad fue para algo bueno —dijo Emma con una sonrisa que era contagiosa—. Me dijo que está involucrada en un programa internacional para incentivar a las mujeres que estudien más ciencias y este año hay dos cupos a nivel nacional en biología para hacer un curso corto este verano.

—¿Qué tienes que hacer para ganarlo?

—Un ensayo, una carta de motivación, llenar unos formularios y la recomendación de mi catedrática, pero me dijo que creía que tenía muchísimo potencial para ganarla y que no dudase en participar porque me haría una excelente carta de recomendación, pero son demasiadas cosas y solo tengo dos semanas para presentar todo y estoy entregando proyectos finales, pero el curso se dará en Brasil y el programa cubre todos los gastos. Son tres semanas e incluso nos llevarían al Amazonas. ¡¿No suena increíble?!

—No puedes ir ¿Qué hay de Oliver? —preguntó Patrick con más brusquedad de la que pensó. Al notar la expresión de Emma supo que había arruinado el momento de felicidad de su amiga.

—No había pensado en eso.

Patrick mordió su labio con fuerza—Lo siento…

—No, tienes razón. No había pensado en que él también tendrá vacaciones y lo más normal es que esté con él.

Patrick se sintió culpable porque la manera en que Emma empezó a contarle todo lo del viaje le recordó mucho a la manera en que escuchaba a su madre hacer planes con su novio de turno, sin importarle  su opinión. Viendo la expresión de decepción de su amiga se dio cuenta que sin querer le había soltado la pregunta que siempre esperó que sus abuelos le hicieran a Catherine, pero que nunca se atrevieron. Miró a su amiga quien tenía el brochure en su mano y la añoranza en sus ojos. Y recordó que Emma no era Catherine. Emma no dudaba en cancelarles algún plan por cualquier acto o reunión en la escuela de Oliver, ni dudaba en dedicarles los fines de semana, siempre se las ingeniaba para equilibrar los estudios con ser madre y volvió a repetirse que Emma no era Catherine y no tendría que estar siendo un pésimo amigo sino apoyándola.

—Quieres mucho a Oli ¿verdad?

Emma le miró con confusión ante la pregunta—Claro que sí. Es mi hijo, no hay nada que no haría por él.

Patrick sonrió al escucharla—Entonces debes hacer todo lo posible por conseguir ese cupo.

—¿Eh? Pero…

—Es una oportunidad única en la vida. Piensa en todo lo que aprenderás. No es como si vas de vacaciones sin él. Vas a aprender cosas que no puedes aquí y que probablemente te ayuden a conseguir un excelente trabajo.

—Pero nunca lo he dejado tanto tiempo solo, serían vacaciones y necesitaría que le presten más atención y es obvio que esperaría que yo le preste atención.

—Pero no es como si te fueras a ir todo el verano. Cuando regreses puedes dedicarle todo el tiempo del mundo. No lo sé, si hablas con tus padres sé que te apoyarían —le dijo Patrick—. Si es necesario no sé, podría intentar ayudarles a cuidarlo en caso que ellos necesiten un descanso.

—¿En serio? ¿Te crees capaz de cuidarlo? —preguntó Emma a manera de broma.

—En serio, algo se me ocurriría para que se canse. Están esos lugares que las familias normales llevan a los niños: el zoológico, algún parque, la piscina, el museo infantil. No sé, la vez que me dejaste con él no me dio ningún problema y…—calló al notar la expresión enternecida de Emma—. Mejor dejo de hacer planes en el aire y hablamos de esto cuando me digas que ganaste ese viaje.

Emma sonrió ante la convicción de su amigo. La verdad era una oportunidad increíble, pero estaba el temor de que aquello fuera demasiado bueno para ella.

***

Leah se reunió con Isabella para almorzar juntas. La encontró cerca del edificio de comunicaciones, apenas la vio notó que Isabella estaba furiosa por la manera en que tecleaba en su laptop. Leah dejó su mochila en la banca y se puso a su lado.

—¿Y hoy qué pasó?

Isabella dejó salir un bufido sin dejar de teclear y mirar la pantalla—Pasa que los imbéciles de mi grupo quieren que el catedrático nos ponga cero. Mandé mi parte hace dos semanas, incluso hice que el pobre Fernando investigase en libros especializados sobre el tema y todo para qué, para que los muy imbéciles vengan a sacarme el resto de la Wikipedia y ni siquiera lo citen.

—¿Entonces estás terminando el informe?  ¿Vas a regalarles la nota? —preguntó Leah. No era la primera vez que el grupo de Isabella le hacía una mala jugada y les salvaba el pellejo a pesar que ella no dejaba de decirle que dejase de cargar con peso muerto.

—¿Estás loca? ¡Claro que no! ¡Estoy harta! Hay que se la pasen bien el otro semestre repitiendo la materia —exclamó Isabella furiosa, el trabajo era un veinticinco por ciento de la nota final— Le dije a mi catedrático que presentaría un informe a parte, estaba reacio a dejarme porque era más trabajo para él leer un proyecto más, pero le dije que se lo entregaría para la hora clase de ser necesario. Obviamente aceptó porque creyó que jamás lo terminaría, pero ya  va a ver ese viejo, le voy a demostrar que no debe subestimarme.

Leah sonrió entre divertida y orgullosa, miró el libro que estaba viendo su amiga y lo tomó— ¿Por dónde vas? Te ayudaré dictándote. 

Dudaba mucho que fueran a comer, pero ya era la temporada donde todos tenían que salvar algo del semestre.

***

Patrick miró su cuenta bancaria en el teléfono. Gran parte de la paga de Valentina se había ido en un abrir y cerrar de ojos, pero al mirar que había conseguido pagar los meses que debía de la universidad e inclusive había pagado lo que quedaba del semestre se sintió mucho más tranquilo. Aún tenía más dinero del que había esperado y aún le faltaba recibir el pago del café y las horas hechas en la constructora. Sabía que tenía que ahorrar el dinero, pero quería al menos comprarle un televisor y un sofá decente a su abuelo, seguramente se aburría mucho cuando regresaba de trabajar. Quería empezar a recuperar aunque sea un poco de lo que Catherine les hizo perder y principalmente quería que su abuelo no trabajase.

Caminaba rumbo a la casa cuando su teléfono empezó a sonar. Miró confundido el número de Craig— ¿Aló?

—Hola, Patrick, disculpa que te llame. No estás en clases ¿verdad?

—No, no. Estoy libre. ¿En qué puedo ayudarle?

—Neil me escribió que estaba en una discusión, pero que te llamara a ti. ¿Vas para la casa?

—Sí…

—Es que fui hace un rato y dejé un sobre manila en el comedor con unos documentos para un proyecto tentativo.

—Ah, ¿necesita que se los lleve a algún lado?

—No, no. Un amigo con el que estamos trabajando en la propuesta irá por ellos a la casa, solo necesito que se lo des si no es mucha molestia. Llegaría en unos quince minutos.

—No se preocupe yo se los doy. Voy saliendo de la universidad —dijo Patrick apresurando el paso en caso que la persona llegase antes.

—Muchas gracias, perdona de nuevo por molestarte.

—No es molestia, ¿viene a almorzar?

—No, no, estoy un poco ocupado con la construcción. Ya veré que  como por aquí, gracias de todas formas, pero llegaré a dormir. ¿De acuerdo?

—De acuerdo, hasta más noche —dijo Patrick antes de colgar.

Una parte de él le decía que Craig le había dicho que llegaría a dormir para que no los encontrase a Neil y a él haciendo nada comprometedor, pero se repitió que era Craig y que no lo dijo con esas intenciones. Salió de la universidad y agradeció que al menos no fuera Tony el que iría a la casa. No sabía qué hubiera hecho si se hubiese encontrado de nuevo a solas con él.  Entró a la residencial y subiendo la cuesta notó una camioneta Porsche negra frente a la casa y a un hombre de espaldas hablando por teléfono. Patrick trotó el trecho que faltaba.

—¡Lamento que haya tenido que esperar! —exclamó Patrick acomodándose la mochila— En seguida…

Patrick se detuvo de golpe cuando la persona se giró y por primera vez deseó ver a Tony porque no estaba preparado para ver a Robert. Ambos se quedaron mirando unos segundos sin saber que  decir.

 Robert fue el primero en reaccionar de los dos —Cariño, te llamo más tarde, al fin llegó la persona que me dará los documentos —dijo Robert antes de  cortar. Guardó su teléfono en su bolsillo— ¿Y bien?

Patrick se vio obligado a reaccionar, caminó hasta la puerta pero sus piernas de pronto le eran pesadas. Sacó las llaves de la casa y  sus manos temblaban mientras intentaba abrir la puerta. Entró a la casa y su cuerpo estaba en tal estado de shock que Danny terminó derribándolo con facilidad. Patrick solo pudo aferrarse al perro intentando que lo ayudase a tranquilizarse, Danny debió haberlo notado porque empezó a gimotear mientras intentaba lamerle la cara.

—Hola, hola, ya volví —fue todo lo que Patrick pudo murmurar.

—¿Vas a darme los documentos o no?

Patrick apartó a Danny y fue hasta la mesa. Miró el sobre manila unos segundos para darse valor de girar, cuando lo hizo y notó a Robert en la sala sintió que iba a vomitar lo que quedase del desayuno. Ni siquiera lo veía a la cara, por un momento tuvo hasta la estúpida idea que quizás no lo reconocía, pero era imposible. Patrick avanzó hasta él y le dio el sobre.

Robert se limitó a abrirlo y mirar los documentos sin prestarle atención, Patrick tenía la garganta cerrada, quería obligarlo a mirarlo, a dejar de hacerlo sentir que era alguien invisible, que le dijera algo que no fuese una orden. No lo había visto desde el día que tuvo el accidente en la construcción, aquel día todo pasó demasiado rápido, pero ahora las cosas eran demasiado lentas y de pronto se encontró notando todas aquellas similitudes que había entre ellos. Odió saberse tan semejante a él y que ni siquiera mereciera una simple mirada de su parte. 

Robert guardó los documentos en el sobre y se dio la vuelta dispuesto a salir de la casa. Patrick quería detenerlo, decir cualquier cosa, pero Robert se detuvo a mitad de la puerta y giró el rostro en su dirección, pero sin mirarle a los ojos.

—Veo que te está yendo bien.

Patrick no reaccionó. ¿Había visto sus fotos en la calle? Quizás había visto la pequeña columna de deportes donde lo mencionaban en el periódico que de ayer, tal vez Daniel le había comentado algo bueno que algún catedrático había dicho de él o quizás Craig le había comentado del trabajo de verano que le había ofrecido.

Robert se giró por completo, pero no lo miró a él sino a toda la casa— Lograste ser mejor que tu madre y conseguir la vida acomodada que ella siempre soñó. Recuerdo que ella también se veía con un poco de clase con las ropas que le compraba.

Patrick abrió la boca, pero ni siquiera el aire pasaba. Sintió algo amargo subirle por el esófago, era como si quisiera vomitar todo sus órganos. Su corazón golpeteaba con fuerza su pecho.

—No hace falta que digas nada. Obviamente eso del “amigo de mi hijo” es solo una pantalla. Puedo ver lo obvio. Si hasta la llave del lugar tienes, mira que el perro ni te ladra. ¿Tanto placer encuentran tu madre y tú en vender su cuerpo a cambio de un par de lujos? Aunque ahora con esas fotos exhibiéndote supongo que te han traído un par de ricos degenerados que están dispuesto a darte lo que quieras.

Patrick solo dio un paso hacia atrás como si las palabras de Robert fuesen entes corpóreos y le hubiesen obligado a retroceder por el dolor que causaban en el pecho. Se sentía humillado, vulnerable y justo en ese momento Danny solo se puso frente de él y empezó a gruñirle a Robert. Este se limitó a mirar con desprecio al perro y se giró para salir sin haber mirado voluntariamente una sola vez a su hijo a la cara.

***

Cuando Neil llegó a la casa escuchó los gimoteos de Danny desde el otro lado de la puerta, este arañaba la puerta desesperado. Neil se apresuró a abrir la puerta preocupado, se suponía que Patrick tendría que haber llegado ya. Apenas abrió la puerta Danny con el hocico le tomó de la camisa como si quisiera apresurarlo.

—¿Patrick? ¿Pat?

Neil se sobresaltó al notar el humo que salía de la cocina, avanzó con rapidez y notó a Patrick frente a ella solo mirando el pescado quemarse en la cacerola — ¡¿Qué estás haciendo?! — exclamó Neil preocupado. Notó como se sobresaltaba, como si no fuese consciente de lo que sucedía a su alrededor.

Patrick apresuró a apagar la cocina y miró confundido a Neil antes de volver la mirada a la cacerola, intentó moverla, pero solo terminó dándole vuelta al contenido, apenas logró echarse para atrás, el contenido caliente de la cacerola cayó en su mano derecha.

—¿Estás bien?

Patrick se quedó observando su mano que empezaba a ponerse roja y solo asintió antes de ponerla bajo el grifo—Perdona, justo lo que me falta: que te queme la casa.

—No me importa la casa, ¿estás bien? Déjame ver —dijo Neil preocupado, pero Patrick retrocedió con brusquedad.

—¡Claro, la casa no importa ¿verdad?! —exclamó Patrick —Total puedes construir otra o tus padres pueden hacerlo y nadie te va a llamar un sucio vividor.

Neil le miró confundido, había mucha rabia en su voz pero no iba dirigida hacia él—Pat…

Patrick pasó de largo de Neil y se apresuró a abrir las ventanas que tenía cerca para dejar salir el humo. Abrió la puerta del jardín y salió al exterior al sentir los pasos de Neil.

—Déjame curarte la mano —pidió Neil.

—No importa.

—¡Claro que importa! ¿Quieres andar con la mano lastimada?

—Me da igual, Evans.

Neil le miró molesto —¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Por qué de pronto ni siquiera te importa tu bienestar?!

—¡Porque no importo, Neil! —Exclamó Patrick furioso— ¡Valgo una mierda! Y…—su voz se cortó y se llevó una mano al rostro.

Neil le miró preocupado, pero antes que pudiera dar un paso al frente Patrick empezó a reír, pero era una risa desesperada que hizo que el corazón de Neil se encogiera.

—Valgo una mierda…no importa lo que haga, nunca va a ser suficiente —dijo Patrick quitándose la mano del rostro y revelando las lágrimas que caían por su rostro, no podía dejar de reír, pero su pecho dolía, sentía que algo en su interior se quebraba—. Nunca me va a ver siquiera como una persona…

—¿Qué mierda te dijo Landerson ahora? —preguntó Neil confundido al recordar que tenía crítica temprano con él.

Patrick negó con la cabeza mientras intentaba apartarse con furia las lágrimas. Justo ese día por primera vez Landerson no le dijo nada que lo hiciera sentir molesto o inconforme consigo mismo. Incluso parecía impresionado que no solo hubiese alcanzado a la clase, sino que también la hubiese rebasado.

—No me digas que fue el ingeniero porque si te salió con una mierda juro que voy y lo muelo a golpes aunque me expulsen de la universidad —dijo Neil mientras se acercaba a él, le tomó del rostro y le obligó a mirarle—. ¿Quién fue?

—Robert...

Neil le miró confundido—¿Viste a tu padre? ¿Dónde?

—Vino a la casa —susurró Patrick sintiendo que ya ni siquiera podía seguir manteniéndose de pie. Las lágrimas seguían cayendo por su rostro y  sentía que se ahogaba con ellas—. Ni siquiera me vio a la cara como si se avergonzara de estar frente a mí y…—Y Patrick odiaba que le importase, que le afectase tanto como para ponerse a llorar, aun cuando se había prometido que jamás iba a volver a derramar una sola lágrima por Robert aun cuando fueren de rabia porque nada había cambiado entre ellos. Seguía sin valer nada para él, aun cuando se esforzase tanto por ser alguien en la vida, pero era obvio que no importase lo mucho que trabajase y consiguiera porque mientras estuviera al lado de Neil su padre seguiría creyendo que era igual a Catherine.

Neil soltó su rostro y le abrazó con fuerza—Lo siento, lo siento por no haber estado aquí para protegerte…

—Ni siquiera pude decirle que se equivocaba, que haría que se tragara sus palabras porque tiene que llegar el día que él necesite algo de mí Neil —dijo Patrick apoyando su frente en el hombro de Neil—. Te juro que va a llegar ese día y seré yo el que lo vea como si no existiera y deseará en verdad poder dejar de hacerlo…

***

Víctor casi terminaba su hora del almuerzo cuando recibió una llamada de Logan, apenas vio el nombre en la pantalla sonrió—¿Llamas para asegurarte que he sobrevivido?

—Nah, llamaba para que me presumieras lo bien que te está yendo —dijo Logan—. No quería esperarme hasta que nos viéramos en la noche.

—Todo bien, las personas han sido muy amables. Casi no he hecho mucho. Ha sido más de conocer lo que hacen aquí, presentarme con el personal y que me den mi equipo.

—Ah, aún no les salvas el pellejo entonces.

Víctor sonrió al escucharlo—No, pero hay mucho trabajo, así que mis compañeros ya me dijeron que no pueden esperar a que salga de vacaciones para trabajar a tiempo completo.

—Pues por primera vez no suena mal que tengas que estudiar —dijo Logan a manera de broma—. Bueno, me quedo más tranquilo sabiendo que te está yendo bien.

—Gracias por llamarme.

—Quería asegurarme que estuvieras bien. Nos vemos en el depa.

***

Neil miró la mano vendada de Patrick y acarició su mejilla—Deberías quedarte.

Patrick cerró sus ojos cuando sintió el suave tacto de Neil e intentó sonreír para no preocuparle— No es la gran cosa. Recuerda que escribo con la izquierda. No quiero perder clases y tampoco quiero que te quedes en casa por mí. Tienes que ir a ver a Adrik aprovechando que te suspendieron la clase de las cinco. No te desvelaste leyendo ese libro por nada. Recuerda que no le quedan muchos días en el país. Además tengo que ir a trabajar al café ¿recuerdas?

—Podrías faltar…

—¿Y qué Allen me lo pase echando en cara? Nah, lavaré baños con una mano. No te preocupes.

—Al menos deja que vaya por ti cuando salgas.

Patrick sonrió derrotado—De acuerdo. Te esperaré.

Neil intentaba actuar con normalidad, pero aún estaba preocupado por Patrick por más que le dijera que estaba bien—Perdóname de nuevo por no haber estado a tu lado.

Patrick negó con la cabeza—No te preocupes, tenía a Danny que me defendió por ti.

—Tendré que comprarle un nuevo juguete como recompensa.

Patrick asintió—Tengo que irme ¿Podrías besarme y despedirte como si nada hubiera pasado?

Neil le besó primero con suavidad como acostumbraban y Patrick le tomó de la cintura subiendo la intensidad del beso. Abrió su boca dejando que Patrick le besara más profundo. Dejó escapar un suspiro y se separó de él —Ya vete antes que te obligue a quedarte para tener sexo desenfrenado.

—Si esa es la razón creo que sí podría quedarme…

—Ah, luego no quiero que me eches la culpa que no entiendes los apuntes de Fabio. Ya vete, te quiero.

Patrick lo amaba, pero no quería decírselo en esas circunstancias—Yo también te quiero —dijo antes de salir de casa.

Neil esperó que la puerta se cerrara y escuchar como los pasos de Patrick se alejaban antes de borrar su sonrisa. Caminó hasta la sala y se dejó caer en el sofá. Danny no tardó en ir a su lado y apoyar su cabeza en su rodilla. Neil acarició a su perro—Gracias por cuidarlo, amigo.

La culpa de no haber estado allí, de haberle dicho a su padre que le llamase a Patrick lo estaba carcomiendo aun cuando no sabía que su padre había mandado a Robert a la casa. Apenas logró que Patrick se calmara quiso salir corriendo a la universidad a decirle a Daniel que su padre era una mierda, quiso llamar a su propio padre para decirle que jamás quería que le volviera a dirigir la palabra a Robert Hayes, quiso buscar donde Robert tenía su oficina para irlo a golpear y escupirle en la cara. Quiso hacer tantas cosas, pero solo terminó curando la mano lastimada de Patrick y pidiendo unas hamburguesas para que almorzaran. No podía protegerlo y jamás deseó tanto proteger a alguien. Sintió las lágrimas de frustración, esas que no habían podido salir frente a Patrick, asomarse por sus ojos  cuando la vibración de su teléfono lo hizo sobresaltarse.

—Hola, mamá…

—Te llamo para recordarte que tienes madre.

—Mamá, ahora no por favor —suplicó Neil echando su cabeza hacia atrás y poniéndose la mano en los ojos.

—¿Cuándo planeabas decirme que Patrick está viviendo contigo?

—Ya te fue con el chisme mi padre —murmuró Neil.

—En su defensa no le prohibiste contármelo y en realidad se le escapó la otra noche. ¿Y bien cuándo planeabas decírmelo?

—No lo sé…

—¿Está todo bien? —preguntó Erika al notar el tono decaído de Neil— ¿Estás enfermo? ¿Quieres que llame a tu padre o que yo vaya?

—No, no, no hace falta es solo…—dijo Neil sintiendo como las lágrimas caían y empezó a sollozar en el teléfono solo escuchando la voz preocupada de su madre— Mamá, ¿cómo es que has hecho todo este tiempo para protegernos a Joshua y a mí de todo?

—Ay, hijo, ¿qué…?

—¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo con Patrick? ¿No lo amo suficiente, mamá? ¿Soy muy débil o inmaduro? —preguntó desesperado.

—¿Qué le pasó a Patrick?

—No puedo decírtelo. Se molestaría conmigo.

—Neil, soy tu madre. Puedes decirme lo que sea. ¿Quieres saber cómo he logrado cuidarlos a todos por tantos años? Pues algunas cosas las resolvía por instinto, las otras apoyándome en tu padre y  cuando no podía apoyarme en él buscaba a mi madre. Tienes que pedir ayuda a alguien mayor que tú porque aún eres muy joven como para saber las respuestas a algunos problemas. Así que anda, cuéntale a tu sabia madre qué pasa.

Neil seguía sollozando en el teléfono, pero la voz de su madre lograba tranquilizarlo un poco, sentía como si sus palabras lo envolvieran en un cálido abrazo a pesar de la distancia. Y sin darse cuenta le fue contando todo a su  madre, no había sido su intención, pero hacía las preguntas correctas para que continuara hablando y cuando nada quedó por decir solo se quedó en silencio escuchando su propia respiración agitada.  

 —No sé cómo decirle a papá que no quiero que ese hombre vuelva a poner un solo pie en este lugar ni en nuestra casa. No quiero volver a verlo nunca.

—Deja que hable con tu padre.

—No, no puedes decirle nada…

—Deja que hable con él. No le diré nada del parentesco con Robert.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo, confía en mí. Ahora entiendo un poco mejor porque parecía costarle interactuar con nosotros al principio. Nuestra dinámica es algo que le costaba entender y no lo deja a relucir, pero por lo que me cuentas aún le afecta mucho el tema de sus padres.

—¿Cómo puedo ayudarlo, mamá?

—Haciéndolo feliz como has hecho hasta ahora.

—No es suficiente —susurró Neil lleno de impotencia.

—No, no lo es. Quizás nunca lo será porque es imposible que alguien más llene el hueco del amor que los padres se suponen que deben dar, pero eso no significa que el amor que le das no ha cambiado su vida para bien. Estoy segura que Patrick lo sabe atesorar.

—Él también ha cambiado mi vida para bien.

—Lo sé y estoy agradecida con él por ello. Así que lo menos que podemos hacer por él es darle más personas en que apoyarse cuando tenga algún problema. Y cuando sientas que no puedes ayudarle tú solo apóyate en mi o en tu padre ¿de acuerdo?

—De acuerdo… sabes que te amo muchísimo ¿verdad? —dijo Neil. Se lo decía cada vez que podía, pero cuando pensaba en la clase de madre que era Catherine solo hacía que sintiera sus palabras con más fuerza.

—Claro que sí, hijo. Y también sé que eres afortunado de tenerme.

Neil sonrió al escucharla—Claro que sí. Gracias por escucharme.

—Siempre estaré a una llamada de distancia, aun cuando sea solo para que me cuentes de tus problemas o que ya se te acabó el dinero de la semana.

Neil se sintió avergonzado—Prometo llamarte para contarte cosas buenas también.

—No me molestaría escuchar una buena noticia en estos momentos.

Neil sonrió al escucharla—Tengo tres materias de cinco ya pasadas sin hacer los finales, las otras dos que me faltan sé que las lograré pasar.

—Ah, eso me deja más tranquila creía que pasabas ocupado en otras cosas.

—¿Otras cosas?

—Ya sabes…cuando me casé con tu padre los primeros meses solo…

—¡Mamá! —exclamó Neil avergonzado— No necesito saber eso de ustedes.

—Yo solo digo que ahora que Patrick está allí es normal que el estudio tenga menos atractivo. Recuerda que uno también fue joven y sabe que es pasar por eso, pero no vayas descuidar tus estudios, jovencito.

—Claro que no, los dos andamos bastante ocupados. Apenas sacamos tiempo para comer juntos.

—Oh bueno, las vacaciones están cerca.

—Sí, lo sé —dijo Neil animado—. ¿Te mencionó papá que quiero aplicar a un curso de verano en Gretbauer?

—Sí, también me comentó que estás yendo a unos ensayos con un actor extranjero.

—¡Sí, ha sido increíble, mamá! No creo que recuerdes, pero me llevaste a ver una de sus obras una vez.  Nunca pensé que podría hablar con él en persona. Me dejó una obra para leer y que la discutiéramos para que pudiera enviarlo como opción para entrar al curso.

—¿Y ya la leíste?

—Sí, quería ir ahora, pero después de lo de Patrick no sé…

—¿No tienes clases?

—No, me la suspendieron. Por eso quería ir ahora no sé cuándo pueda ir de nuevo porque el resto de la semana tengo que entregar unas últimas guías y estudiar. Además pronto se regresa a Londres.

—Entonces deberías ir.

—¿Crees?

—No creo que a Patrick le agradara saber que te quedaste preocupado por él y dejaste de ir a hacer algo que te gusta. A veces lo único que podemos hacer es seguir adelante.

—Supongo que tienes razón. Iré entonces…

—Así me gusta, y espero que la próxima llamada que tengamos la hagas tú, por ahora tengo que dejarte.

—De acuerdo, te amo, ma.

Notas finales:

;-; Lo del amazonas lo había escrito antes de todo lo que pasó ;_; </3 Cuidemos el planeta, siembren una plantita por su casa o parque más cercano. 

Nos leemos pronto. 


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