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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

No sé si aún hay alguien que se acuerde de esto, pero aquí va un nuevo capi. 

XL.

Víctor se aseguró que el traje estuviera perfectamente planchado en el gancho de ropa, después de la obra tenía que salir corriendo para una entrevista de trabajo. La búsqueda de empleo se había convertido en una completa tortura, si Logan no estuviera a su lado no sabría qué haría. Las últimas semanas se había convertido en una especie de costumbre quedarse hasta tarde hablando, lo que implicaba él quejándose y externándole todas sus frustraciones.

—Salimos en cinco, Logan ¿está bien?

—Sí, perfecto.

Víctor se apresuró a tener todo listo para solo ir a subirse al automóvil. Miró su teléfono y notó el mensaje diario de su madre preguntándole si todo estaba bien y si tenía suficiente dinero. Al final su madre le lograba depositar un poco del dinero que aún conservaba de sus ahorros. Víctor estaba consciente de ello y eso no ayudaba a quitarse la sensación de ser un parásito. Además estaba el tema de su madre, que en lugar de intentar buscar tranquilizar las cosas con su padre solo tenía la sensación que intentaba decirle que tarde o temprano hubiera tenido que irse de la casa, así que mejor temprano que tarde. Su padre solo le había llamado una vez desde que vivía con Logan y recibía de vez en cuando algunos mensajes informándole el estado actual de la compañía. Nunca para preguntarle cómo se encontraba.

El teléfono del apartamento lo sacó de sus cavilaciones, Logan que venía bajando las escaleras le pidió que contestase. Víctor se apresuró a atender la llamada, pero se quedó confundido a escuchar quien llamaba.

—Te llaman de una clínica —dijo sin poder ocultar su confusión. Ayer Logan no le había comentado nada al respecto. Intentó cambiar su expresión cuando notó que Logan cambiaba por completo su ánimo. La sonrisa que tenía al bajar las gradas se borró de inmediato, hasta podría jurar que palideció un poco.

Le dio su espacio a Logan quien solo respondía con monosílabos. La llamada no duró mucho y cuando terminó se quedó mirando el teléfono unos minutos hasta que Víctor se acercó a él y puso su mano en el hombro—¿Todo bien?

Logan asintió enérgicamente—Yo…ayer no te comenté…Neil me acompañó a la clínica. Sé que te había pedido que me acompañaras, pero…

—Está bien, Logan. ¿Todo en orden?

—Sí, me dijeron si podía ir mañana a una especie de cita.

Víctor asintió comprensivo, notó el temblor de las manos de su amigo que se aferraban aún al teléfono—Avísame si necesitas un aventón. ¿Quieres que te espere en el automóvil?

Logan intentó sonreír, pero no contaba esa llamada y menos tan temprano. De pronto sentía que su humor se hubiera ido a la mierda y no podía evitar sentirse estúpido porque una simple llamada tuviera tanto poder en él—Sí…lo siento…

—No te preocupes, tómate tu tiempo.

Logan miró agradecido a Víctor porque sabía que aunque no entendía del todo lo que pasaba se daba cuenta cuando no estaba bien y sabía discernir entre cuando necesitaba su espacio y cuando quería compañía. Tenerlo allí cerca hacía también que las cosas fueran de alguna manera más sencillas, aunque las pesadillas y el insomnio seguían siendo una constante en su vida, pero esperaba que pronto eso solo fuera un mal recuerdo. Aunque no sabía bien qué esperar de esa cita de mañana.

***

El caos de la penúltima presentación estaba en su apogeo, por lo que Neil se sorprendió que pudo escuchar su móvil en todo ese alboroto. Se apresuró a salir hacia al pequeño jardín que estaba en la parte de atrás del auditorio.

 —¿Firmaste? —preguntó Neil apenas contestó.

—Hola, sí…¿Crees que hice lo correcto?

—Claro que sí. Mi madre revisó el contrato y está convencida que es una buena oferta. Una de las abogadas que trabaja con ella tiene un máster en esas cosas de representación y no sé qué más…y le dijo que era una excelente propuesta, en especial si vas iniciando.

—No me refería solo al dinero…

—No le dijiste a Gabriel ¿verdad?

—No…

Patrick había decidido comentárselo hasta que le hubieran pagado. No sabía si algo podía salir mal en las sesiones. Valentina no parecía de esas personas que se aprovechaba de otros pero no sabía bien qué esperar en esa industria. Además, ahora que acompañó a su abuelo a su trabajo en el supermercado la sensación de haberle fallado no hizo más que acrecentar. Esperaba que el dinero que ganase sirviera para hacerle ver que tenía todo cubierto.

—Entiendo, no diré nada entonces.

—Gracias…

—Por cierto, ¿no tenías entreno ahora?

—Avisé que no iría…

Neil no comentó nada, pero hubo algo en la voz de Patrick que le dio la sensación que no estaba diciéndole algo. Intentó no pensar en eso porque era la primera vez que escuchaba su voz después del embargo. Anoche solo había recibido un mensaje preguntándole si le podía dar el número de su madre y le explicó brevemente por qué la necesitaba. Intentaba no ser paranoico, pero la verdad le preocupaba haber hecho algo que molestase a Patrick para que no quisiera hablar con él.  A lo lejos escuchó a Leah haciendo la primera llamada.

—La obra no tarda en comenzar. ¿Almorzamos juntos?

—Lo siento, ya tenía planes para el almuerzo.

Neil asintió mirando al cielo—Oh, está bien. Salúdame a Fabio entonces.

—Neil…No es con Fabio quien iré a comer.

Neil que había permanecido relajado hasta ese momento sintió sus alarmas saltar cuando escuchó el tono de voz de Patrick—Oh, ¿está todo bien?

—Sí, pero hay algo que no te comenté…

Neil asomó su rostro por la puerta para ver el interior del escenario y vio a todos haciendo los últimos arreglos.

—Dime.

—Mejor olvídalo... No es nada que no pueda esperar.

—No puedes decirme eso y esperar que salga a escena como si nada.

—Es exactamente por eso que prefiero decírtelo después de la obra.

—No, quiero saberlo ya —exigió sintiéndose un tanto ridículo al escucharse. Iba a retractarse cuando escuchó un suspiro derrotado al otro lado de la línea.

—Ayer me encontré con Andrew y quedamos para almorzar…

Neil se apartó el teléfono unos segundos de la oreja para asegurarse que en verdad estaba hablando con Patrick—¿Con Andrew? ¿Andrew Hoplin?

—Sí…

—¿El mismo Andrew por el que te metiste en un embrollo con James? ¿El mismo que te dejó tirado en medio de una autopista?

—No me dejó tirado en medio de una autopista, Evans…

—Bueno, cuando te encontré estabas en medio de la autopista. ¿Te has vuelto loco?

—Por eso no quería decírtelo. No quiero que te preocupes demás.

—Me preocupo. Las cosas nunca han salido bien cuando se trata de Andrew.

—Lo sé, pero no pude negarme.

Neil mordió su labio con fuerza—¿No pudiste o quieres salir con él?

—Neil…

No quería sonar de esa manera. No quería ser controlador, pero la idea de Patrick con Andrew hacía que su estómago se revolviera.

—Solo espero que sepas lo que haces…

—Neil, no me digas eso. Joder, si tanto te molesta que vaya con Andrew solo dímelo y le llamaré para cancelarle.

—No, no hagas eso.

—¿Entonces? ¿Quieres venir con nosotros?

—No estás realmente invitándome a ir con ustedes ¿verdad?

—Sí, si lo estoy. Si es la única manera que puedo hacer que te quedes tranquilo entonces le diré a Andrew que vas a acompañarnos.

Neil frunció el ceño. Aquello lejos de hacerlo sentir aliviado lo hacía sentir culpable—No, no hagas eso. Ve a comer con Andrew, solo prométeme que si pasa algo vas a llamarme para que vaya por ti a donde sea que estés…

—¿Seguro?

—Sí…

—¿Te quedas más tranquilo si te mando un mensaje diciéndote donde estaremos?

—No tienes que hacerlo…

—Lo sé, pero no quiero que te hagas ideas que no son, Evans —dijo Patrick con seguridad—. Solo es un almuerzo.

—Vale, es solo un almuerzo. Oye, tengo que colgar. La obra está a punto de empezar.

—De acuerdo, buena suerte y no quiero que pienses tonterías. ¿Está bien? Ve y diviértete haciendo la obra. Prometo que iré a la de la noche.

—¿En serio?

—Claro que sí, es la última obra. No me lo perdería por nada. Suerte. Y bueno…

—¿Y bueno?

—Sé que las cosas han estado un poco extrañas últimamente, pero ya sabes…—dijo Patrick para luego quedarse en silencio unos segundos—. Te quiero…

Neil sonrió mucho más aliviado al escucharlo decir eso—¿Tan difícil era decirlo?

—Estoy en la parada del autobús, Evans, no jodas. La gente se me queda viendo raro.

Neil soltó una carcajada—Está bien. Yo también te quiero, Pat. Nos vemos luego.

***

La obra salió a la perfección. Emma se acercó a Leah a ayudar a dejar ordenadas un poco las cosas para la función de la tarde.

—Tal parece que esos dos se arreglaron —dijo Leah con una sonrisa llena de complicidad cuando notó a Isabella besarse con Fernando en una esquina del escenario.

—Creo que es difícil no darse cuenta —dijo Emma con una sonrisa—. Luego le sacamos los detalles. Almorzamos todos ¿verdad?

—Neil dijo que Patrick no va a acompañarnos y Víctor se fue corriendo a una entrevista de trabajo.

—¿Aún no ha tenido suerte?

—No, espero que encuentre algo pronto. No me gusta verlo desanimado —confesó Leah con pesar.

—Al menos tiene a Logan para que lo anime —dijo Emma mirando a su amigo que terminaba de cerrar el telón del escenario—. Para que ambos lo hagan.

Leah sonrió por el comentario. Desde que Víctor vivía con Logan se sentía mucho más tranquila, si bien las cosas aún estaban un poco incómodas con su amigo, desde que hablaron en la biblioteca sentía que iban bien encaminadas entre ellos, quizás no volverían a ser lo que fueron después de su beso, pero al menos ahora tenía una mayor certeza que en algún momento las cosas estarían bien.

—Con tanto drama que nos ha rodeado los últimos meses creo que las vacaciones no pueden venir lo suficientemente rápido.

—¿Irás a Francia a ver tu padre?

—Eso creo. La verdad lo extraño mucho y dudo que por su trabajo pueda venir él. Aunque primero debería enfocarme en entregar todos los trabajos finales y después en sobrevivir a los parciales.

—Te irá bien…

—Aunque no tan bien como a ti —le aseguró Leah—. Por cierto, ¿cómo han estado las cosas con los imbéciles de tus compañeros?

Emma sonrió ante la pregunta—Bien, supongo, desde que Patrick los amenazó al menos ya no hacen comentarios en mi cara.

—Idiotas…si quieres que los pongamos en su lugar solo avísanos.

—Lo sé, por ahora la presencia de Patrick es lo suficientemente amenazante. Bonita reputación se ha ganado en estos años.

Leah sonrió divertida—Si pudieran ver cómo es cuando está con Neil y cree que nadie los observa creo que le perderían el miedo.

—Por fortuna no todos pueden ver esa faceta suya.

***

Patrick recibió un mensaje de Andrew indicándole que lo esperaba en el parqueo cerca de las magnas. Aun cuando había insistido que no tenía que ir por él. No tardó en identificar el Mercedes. Andrew estaba apoyado contra su puerta y veía el celular.

—Te dije que no era necesario venir —dijo Patrick apenas lo vio.

Andrew guardó su teléfono y sonrió—Preferí venir por ti. Ya sabes, así no tenías mucho margen para escapar de verme.

—Fui yo quien te dije que podíamos salir ahora —le recordó Patrick—. Solo tengo una condición para ti antes que entre a tu auto —Vio la expresión de extrañeza de Andrew pero este asintió—. Nada de restaurantes elegantes como la vez pasada. Alguna hamburguesa o pizza está bien.

Andrew sonrió derrotado—Bueno, deja que cancele la reservación que tenía…

—Es broma ¿verdad?

—Quizás sí, quizás no —dijo Andrew mientras subía al auto.

Patrick sonrió incrédulo antes de entrar en el auto de Andrew. Terminaron en un lugar de hamburguesas en la parte alta de Gastrell que Patrick había escuchado que era muy bueno. Nunca había tenido la oportunidad de entrar. Al ser pleno mediodía el lugar estaba bastante lleno, pero lograron encontrar una mesa al lado de una de las ventanas donde no daba el sol y cerca del aire acondicionado.

—¿Ya habías venido acá? —preguntó Andrew.

—No. Es primera vez de hecho. ¿Y tú?

—Sí, es mi lugar favorito de hamburguesas. Vale la pena el viaje desde Gretbauer.

—¿Sabes?, cuando dije un lugar de hamburguesas lo dije porque no quería que gastaras tanto —dijo Patrick mirando los precios de alguna de las hamburguesas.

—Haber dejado bien en claro las reglas del juego antes de haber entrado al auto.

—Para la próxima tendré que recordarlo —dijo Patrick aun viendo el menú.

—¿La próxima? ¿O sea que si tengo suerte querrás juntarte conmigo de nuevo?

—Eso depende de ti. Así que no lo arruines —dijo Patrick.

Andrew sonrió un poco e intentó no sonrojarse—Está bien. Me comportaré, pero en serio pide la que quieras. No te preocupes.

Patrick intentó hacerlo aunque sinceramente no se sentía a gusto que los demás lo invitasen a todo. Sabía que no lo hacían con mala intención, pero quizás una parte de él no aceptaba todo de tan buena gana porque no quería sentirse que se comportaba igual que su madre. Era una idea que desde el embargo había tomado fuerza. Esperó a que Andrew decidiera qué iba ordenar y pidió una del mismo precio. No quería abusar tampoco de su amabilidad, entregó el menú a la mesera y volvió a prestarle atención a Andrew quien no le quitaba la mirada de encima, ni borraba una sonrisa que no sabía cómo interpretar.

—¿Qué?

—Luces diferente…

—Es el corte de cabello —dijo Patrick un tanto avergonzado.

—No es solo eso. No sé, hay algo diferente en ti. No puedo ponerlo en palabras —dijo Andrew con suavidad y lo miraba fijamente.

—Bueno ha pasado tiempo desde que nos vimos —le recordó Patrick—. Tú también has cambiado un poco.

—¿De verdad? —preguntó con una pequeña sonrisa, pero sus ojos lucían tristes— Para peor supongo…

—Bueno físicamente no podría decir eso —dijo Patrick. Esperó a que el mesero dejara las bebidas y dio un pequeño sorbo a la suya.

—Soy yo quién debería decir eso. Justo cuando creía que no podías verte mejor de lo que ya lo hacías.

—Ya…

Andrew sonrió un poco, en verdad Patrick había cambiado. No iba con la misma seguridad y prepotencia con la que lo había conocido, cuando lo vio en aquella discoteca en la barra le había parecido como una de esas esculturas de mármol hermosas, frías y distantes como si vivieran en una realidad donde no podías alcanzarlas, pero se había arriesgado a irle a hablar y contra todo pronóstico le había hecho caso, y en cuestión de minutos se había encargado de arruinarlo todo. El Patrick que tenía enfrente lucía aún más sublime, pero de alguna manera más humano, había un brillo y una calidez en sus ojos que no había antes y cierta torpeza en su manera de comportarse, si tenía que ponerlo de alguna manera, que no estaba allí antes pero encontraba adorable.

—¿Ahora no se te da bien aceptar cumplidos? —preguntó con una sonrisa.

—Aún intento acostumbrarme a esta nueva imagen —admitió Patrick.

—No te tardes tanto que la gente va a creer que no estás consciente de lo sexy que eres y eso es más atractivo aún —dijo Andrew mientras acercaba a su bebida y daba un pequeño sorbo—. ¿Y cómo has estado?

—Bien…

—¿Y el equipo? ¿Listo para enfrentarnos?

—Eso espero —dijo Patrick con una pequeña sonrisa un poco amarga por recordar lo sucedido ayer con Jared—. Aunque si siguen perdiendo y empatando amistosos los que lleguemos con la moral alta seremos nosotros.

Andrew se sonrojó un poco ante el comentario—Vaya ¿tú también vas a reclamarme?

—No, claro que no. Eres el capitán, no el técnico. Además no puedes ocupar once posiciones al mismo tiempo.

Andrew asintió—Nuestra delantera anda en una mala racha. La verdad es que estamos preocupados por eso. Si vamos al mundialito con este nivel, la goleada de Alemania a Brasil en el mundial pasado va a ser poca cosa.

Patrick sonrió un poco—No te des tanta importancia para compararte con potencias. Además no es como si una humillación internacional en una categoría inferior sea tan recordada, Andrew. Presume tus preocupaciones cuando te convoquen a la selección mayor.

Andrew rio por el comentario—Vaya, tú si sabes subirle el autoestima a uno.

—Bueno, en primera ¿Deberías estarme contando estas cosas?

Andrew bajo la mirada para ocultar su sonrisa mientras movía su pajilla—No, la verdad no, pero es fácil hablar contigo ¿sabes? Siento que de alguna manera comprendes.

—Lo entiendo, pero no sé exactamente cómo ayudarte y en realidad no debería porque quiero que Gastrell gane, aunque  luego que los aplastemos podría echarte la mano —dijo Patrick con una sonrisa.

—Siempre tan seguro de ti mismo —dijo Andrew.

—El capitán tiene que parecer seguro de que lograran todas las metas aun cuando en su interior puede saber que quizás no podrán conseguir todo lo planteado. El equipo no puede ver duda en él, sino todos flaquearán.

—Vaya, creo que deberías darme clases privadas entonces de cómo ser un buen capitán —dijo Andrew—. La verdad todo ha sido una mierda últimamente entre la universidad, los entrenos y ya sabes…

—¿Realmente vale la pena, Andrew? —preguntó Patrick— Engañar a todos e intentar engañarte a ti mismo.

Andrew le miró con cierta tristeza y dejó escapar un suspiro mientras se inclinaba un poco hacia el frente para hablar en voz baja—Sabes bien que esas noticias no se las toman bien en el mundo del fútbol y de verdad quiero llegar a la selección mayor, y si es posible jugar para algún equipo de primera división acá. Nunca he aspirado ir a Europa, porque no me considero tan bueno, pero sabes que si los demás llegaran a saber que…. mi carrera estaría prácticamente acabada.

Patrick asintió y dejó escapar un suspiro—Es una mierda, la verdad… ¿Nunca nadie ha intentado…? Ya sabes…No debes ser solo tú.

—No soy solo yo, pero todos los que conozco tienen miedo. Aun cuando lancen campañas a favor de la diversidad y esas cosas en el fondo siempre está ese machismo implícito. El deporte rey, el prototipo de jugador y no puedes salirte de esos patrones de conductas porque es peor que ser un jugador sin talento —confesó Andrew—. Una vez hubo un jugador que intentó ya sabes…pero las cosas no terminaron bien. Nada bien, si he de ser sincero. Por eso me das cierta envidia.

—¿Tú me tienes envidia a mí?

—Sí, eres todo lo que siempre he querido ser, Patrick —confesó Andrew—. Eres todo lo nunca tendré el valor de ser. Tienes tus amigos que te aceptan tal y como eres, puedes jugar al fútbol sin máscaras, eres libre y por eso creo que logras jugar de la manera que lo haces. Tu equipo lo sabe, pero no les importa y te respetan. Cuando te ven es con admiración y te siguen con confianza. Puedes salir con quien quieras y no tienes que ocultarlo. En verdad tienes todo lo que para mí es solo una utopía.

Patrick se quedó sin palabras. Nunca lo había visto de esa manera, la manera en que Andrew le planteó todo le hizo comprender que en verdad tenía suerte, aún dentro de todo lo malo que había en su vida las cosas podían ser peores, más difíciles. Jamás se había considerado como alguien que pudiera ser objeto de envidia, pero al parecer seguía subestimándose así mismo.

—No sé qué decirte la verdad…

—No tienes que decir nada con solo que me escuches es más que suficiente. Yo nunca me había podido desahogar de esta manera ¿sabes?

—Me alegra que lo pudieras hacer —dijo Patrick con una pequeña sonrisa justo en el momento en que vio que el mesero volvía con su orden.

—Bueno, creo que suficiente melodrama por hoy —dijo Andrew mientras acercaba su plato—. Comamos.

—Gracias por invitarme.

—No, gracias a ti por aceptar. Para lo mierda que he sido contigo me sorprendió siquiera que me hablaras. ¿Por qué?

—No lo sé —admitió Patrick—. Solo quiero creer que aún podemos ser amigos a pesar de todo.

Andrew asintió mientras tomaba una papa frita—Amigos ¿eh? —dijo con cierto pesar—. Hablando de amigos ¿cómo está Neil?

La pregunta le tomó desprevenido—Bien, él está bien…

—¿Sigue sobreprotegiéndote?

—Es imposible pedirle otra cosa —admitió Patrick.

—¿Y siguen siendo solo amigos?

Patrick sonrió derrotado. Era obvio que Andrew había esperado poder preguntárselo—No, en realidad estamos saliendo desde hace un par de semanas.

—¿Semanas? Ese niño es más lento de lo que creía —dijo Andrew frunciendo el ceño.

—Yo tampoco le puse las cosas fáciles —admitió.

Andrew sonrió un poco, entonces comprendió porque el cambio de Patrick. Nunca había creído que el amor pudiera cambiar a las personas, pero tenía una prueba ante sus ojos—Supongo que me lo merezco por haber dejado escapar mi oportunidad. ¿Y sabe que estás aquí conmigo?

—Sí, Andrew. Sabe que estoy contigo. Así que no te sorprendas si nos está espiando desde algún rincón o mandó a alguno de nuestros amigos —dijo Patrick con una sonrisa.

—¿Tan desconfiado es de ti?

—En realidad desconfía de ti —le hizo ver Patrick—. Cree que aún, ya sabes…

Andrew sonrió avergonzado—Pues dile que se despreocupe. Sé escoger bien mis batallas —dijo. Aún había albergado una pequeña esperanza, pero luego de ver a Patrick era obvio que no tenía ninguna posibilidad de competir con Neil y la verdad era que ver así a Patrick así de feliz le era suficiente porque sabía que él solo le traería más problemas —. Aunque seguiré pensando que si no hubiera aparecido James las cosas hubieran sido diferentes.

Patrick también se preguntó en más de una ocasión cómo hubieran sido las cosas—Quizás sí, o solo hubiera sido algo de una noche.

—Yo creo que sí hubiera funcionado.

—No lo creo. Fui a tu casa ¿recuerdas? Le vas al Chelsea.

—¿Y eso que tiene que ver?

—Come On You Gunners.

Andrew le miró incrédulo—No, no por favor. No me digas que le vas al Arsenal.

—Lo ves, nunca hubiera funcionado —dijo Patrick divertido.

—Increíble. Quién diría que tendrías tan mal gusto. No, mejor dicho un gusto re-mierda. ¿Has visto siquiera un partido de ellos esta temporada?

—No te metas con mis equipos. Ya sé que están teniendo una mala temporada…

—¿Temporada? Yo diría década…

—Ya…

Andrew sonrió divertido por la reacción de Patrick—Pero bueno, podría ser peor, podría irle al Tottenham y aun sabiendo ese defecto tuyo creo que hubiera funcionado.

—Si le fueras al Tottenham ni siquiera estaríamos sentados en la misma mesa y no lo sé, era una mierda de persona meses atrás.

—Pero me alegra saber que lograste conseguir a alguien que te quiera aun cuando eras una mierda de persona —dijo Andrew con una sonrisa.

—Yo también…

El resto de la comida transcurrió con normalidad, Patrick le habló un poco del equipo y luego de los Títeres Rebeldes, de sus clases, y Andrew hizo lo propio con su vida en los entrenos y sus clases. Aunque no mencionó a Paulina ni a James por razones obvias. Andrew le contó un poco más de su vida y Patrick estuvo feliz de escucharle. El chico que le había parecido atractivo en aquella discoteca iba tomando más matices que solo Andrew el capitán de la sub 20, y le agradaba conocerlo, se sentía agradecido también porque le permitiera conocerlo porque era la primera vez en muchos años que conscientemente intentaba hacer un amigo por su propia cuenta, Fabio llegó a él, así como Neil y los Títeres y se habían negado a irse, así que se sentía un poco aliviado el saber que también podía intentar hacer amigos por su cuenta. Regresaron a la Universidad hasta las tres de la tarde. Al final Andrew terminó hablando más de lo que en un primer momento Patrick esperó, pero no le molestó escucharlo.

Encontraron un parqueo cerca de las aulas de Patrick—Gracias por traerme —dijo Patrick mientras se quitaba el cinturón y bajaba del auto.

Andrew bajó del auto—No fue nada. Gracias por salir conmigo. ¿Entonces cómo me comporté? ¿Tengo oportunidad de que aceptes juntarte conmigo de nuevo?

—Solo si me dejas pagar la próxima vez.

—Está bien. Aceptaré tus condiciones. Y gracias, ya sabes, por todo.

Patrick negó—Oye, para eso somos amigos. Avísame la próxima vez que vengas a Gastrell. Quizás  podemos quedar en vernos e incluso podemos jugar un uno contra uno.

Andrew sonrió ante la propuesta—¿En serio? ¿Vas a mostrarme tus trucos antes del partido?

—No hay trucos, solo talento —dijo con una sonrisa llena de confianza—. Y pues yo también estaría viendo tus puntos débiles.

—Eso me gustaría. Te aviso la próxima vez que pueda venir a Gastrell entonces.

—De acuerdo. Cuídate, Andrew —dijo mientras estrechaban sus manos, aunque ambos terminaron dando un breve abrazo y dándose unas cuantas palmaditas en la espalda del otro.

—Estamos en contacto.

Avanzó hasta su aula cuando vio a Isabella, Fabio y Neil charlando en las bancas. La chica fue la primera en notarlo y lo señaló mientras se acercaba. Fabio y su hermana se despidieron de Neil y a la distancia de Patrick.

—Hola —dijo Patrick mientras miraba su reloj. Aún tenía un par de minutos antes de su crítica con Landerson.

—Hola, ¿te divertiste con Andrew?

Patrick miró unos segundos a Neil sin saber si era una pregunta que ocultase algo más. Después de todo era la primera vez que se veían después de lo del embargo—Sí…supongo que si nos la pasamos bien.

Neil asintió—Me alegra.

—¿Aún estás molesto porque salí con Andrew? —preguntó Patrick un poco confundido.

Neil se apresuró a negar—No, no lo siento. No quise sonar así —dijo alarmado—. Lo siento, es que Andrew…

Patrick sonrió un poco—Sabía que no te fiabas de él.

—No creo que ya no le gustes —dijo Neil un poco molesto por tener que admitir sus temores.

—Creo que aún le gusto, pero él sabe que estamos juntos y te manda a decir que sabe elegir sus batallas. No te preocupes por él.

Neil no pudo evitar lucir un poco aliviado—Lo siento. Lo que menos quiero ser es uno de esos novios controladores y no es como si me estuviera imaginando cosas. Sé que a Andrew le gustas y ¿a ti? ¿Aún te gusta? —preguntó un poco ansioso—. No necesitas mentir….

—No voy a decirte que no me parece atractivo porque sabes que intenté acostarme con él la primera vez que lo vi —dijo Patrick llevándose una mano a la nuca—. Aún supongo que lo encuentro atractivo. Si eso es gustar para ti entonces supongo que sí, pero tú y yo estamos juntos ahora y la verdad es que solo me veo en una relación contigo.

—Dices que no eres buenos con las palabras, pero siempre sabes decir lo correcto.

—¿En serio? —dijo Patrick aliviado.

—Sí, y lo siento. Vienes de pasártela bien con Andrew y vengo yo a arruinar tu humor.

—No lo has hecho, y sí, me la pasé bien con Andrew pero me la paso mejor contigo.

Neil sonrió al escuchar lo último—Gracias…¿Siempre irás a la última función?

—Por supuesto. No me la perdería —le aseguró Patrick.

—Gracias, sé que tienes que adelantar con tu proyecto…

—Está bien, me gusta verte en el escenario.

—Y a mí me gusta verte en el público. Y ya mejor vete que Landerson nos está viendo con cara de pocos amigos.

Patrick miró de reojo y sonrió de lado—Está bien. Te veo luego —le dijo antes de darle suave beso en los labios, le dio un leve pellizco en las mejillas a Neil al notar como se sonrojaba apenado, se apresuró a correr al edificio.

Landerson seguía de pie mirándolo con el ceño fruncido y volteó a ver a Neil. Patrick le saludó mientras pasaba a su lado y empezó a subir las escaleras.

—¿Ese era el hijo de Craig Evans? —preguntó Landerson.

Patrick se detuvo confundido y bajó la vista para mirar al arquitecto—Sí.

Landerson asintió—Se parece mucho a él y a su abuelo —dijo mientras se acomodaba sus libros—. Andando, señor Smith. Tenemos crítica y usted aún va muy atrasado con su proyecto ¿Cree que podrá terminarlo a tiempo?

Patrick frunció un poco el ceño al notar el tono que Landerson empleaba—Por supuesto.

—Quizás si pasara menos tiempo haciendo sus actividades extra curriculares con el señor Evans y más pidiéndole su ayuda ya estaría al día.

Patrick iba a contraatacar, pero guardó silencio cuando escuchó lo último—¿Por qué lo dice?

—Su abuelo se encargó de la ampliación del ala sur de la biblioteca en la década de los ochentas. Conozco a su familia y estoy seguro que deben tener alguna copia de los planos para que le ayude a avanzar —dijo Landerson mientras se adelantaba y entraba en el aula.

Patrick se detuvo al escuchar eso. ¡¿Por qué todos los que le rodeaban tenían que conocer a la familia de Neil?! Pensó exasperado, pero luego se quedó confundido por la información brindada. ¿Landerson acababa de intentar ayudarlo? Quizás el arquitecto no era tan malo como creyó, pensó mientras se acomodaba la mochila y entraba al aula.

—Señor Smith, llega tarde.

Patrick abrió la boca indignado, pero al ver como Landerson le indicaba que se apresurara a tomar asiento porque sería el primero al que le haría la crítica no tuvo más opción que irse a sentar al lado de Fabio.

—Creo que te odia —murmuró su amigo.

Patrick  también lo creía.

***

Neil corría de un lado a otro. No entendía porque estaba más nervioso de lo usual. Era la última función. Isabella estaba en una esquina retocándose el cabello. Mientras Emma ayudaba a Logan con un ruedo de su vestuario. Leah había terminado de abrir las puertas del auditorio y las primeras personas empezaban a entrar. Aún faltaban treinta minutos para iniciar la función.

Neil se detuvo unos segundos para admirar el caos, a sus amigos correr de un lado a otro. Al novio de Isabella y Fabio haciendo las pruebas de las luces y moviendo la escenografía. Leah que se acercaba al micrófono para hacer la primera llamada. Su vista recorrió todo el lugar y de pronto se sintió melancólico. Habían presentado numerosas obras a pesar de los problemas de horarios para ensayar y montar las obras, pero aun así lo habían conseguido. Recordaba la primera vez que Leah, Logan, Emma y él salieron a escena. Habían estado nerviosos, era la primera vez, pero a pesar de los errores que tuvieron se divirtieron mucho, más de lo que en un primer momento hubieran imaginado. Al principio no estaban seguros si su actuación fue lo suficientemente buena para conmover o emocionar a alguien, pero a los pocos días llegó Víctor a los ensayos preguntándoles si podía unirse a ellos. Isabella llegó después y a veces aparecía Fabio para ayudarles con algún papel secundario.

Habían pasado por mucho, pero Neil se sentía feliz de que al menos lograsen llegar a las personas. Quizás no a todos, pero al menos a unas cuantas, de poder hacerlas olvidarse de sus problemas mientras ellos estaban en escena, de poder olvidarse él mismo de sus problemas. Estaba feliz de poder despertar emociones en las personas con su actuación, de lograr despertar la curiosidad suficiente para que quisieran unirse a su grupo en algunos casos.

Se quedó observando a todos con una sonrisa nostálgica por unos minutos más. Emma ayudaba a Leah con su peinado cuando vio a Patrick a entrar en el lugar. Este fue a ayudar a Fabio y Víctor se acercó a él con la videocámara. Siempre tenían la costumbre de grabar aunque sea una de las obras. Hasta el momento con todo lo que había acontecido entre ellas no habían tenido mayor oportunidad, pero era la última función así que era ahora o nunca. Veía a Víctor enseñarle a Patrick lo básico de ella. Neil se sintió mucho más tranquilo al ver a Patrick allí. Era como si ahora todo estuviera en orden, lo más en orden que pudiera, considerando todos los problemas en su hogar, estar junto a los Títeres y Patrick era un oasis. No sabía que haría sin ellos. En verdad les debía mucho. Leah hizo la segunda llamada cuando estaba contemplando a Patrick que ni siquiera notó en qué momento Logan llegó a su lado.

—En verdad que te ha pegado fuerte el amor —dijo Logan cerca de su oído haciendo que Neil se sobresaltase. Rio al ver la reacción de su amigo—. Hombre, es cierto que tienes solo ojos para él, pero no seas tan literal. ¿Qué tal si era alguien que quisiera apuñalarte por la espalda?

Neil le miró avergonzado—No creo que nadie quiera apuñalarme para mi fortuna.

Logan sonrió un poco y miró a Patrick quién señalaba algo en la cámara—¿Listo para empezar? —Preguntó mientras veía a Neil asentir y ponerse de pie—. ¿Vas a darnos algunas palabras para la última función?

—Por supuesto —dijo poniéndose de pie e indicándoles a todos que se acercaran. Vio a Patrick acercarse con la cámara en alto—. Bien, es la última función. Todos sabemos nuestras líneas y al parecer también se han aprendido las de otro —dijo Neil con un leve sonrojo al recordar cómo le habían soplado sus líneas—. Ayudémonos como siempre lo hemos hecho en caso que alguien se le olvide alguna, pero sobretodo disfrutemos nuestra última actuación. Salgamos allá y hagamos que los demás disfruten nuestra actuación, así como nosotros disfrutamos cada minuto montando esto —dijo con una sonrisa que todos respondieron. Observó a todos y no pudo evitar decirles: —. Gracias, por todo. Son los mejores ¿saben? Somos una familia y de verdad estoy agradecido de tenerlos en mi vida.

—Ya, vas a hacernos llorar a todos —dijo Isabella con una sonrisa—. Sí, es la última función, pero no es como si no haremos otra.

Neil sonrió y les indicó a todos que se acercaran y se fundieron en un abrazo grupal—Salgamos entonces —dijo con una sonrisa mientras el resto se ponía en sus puestos.

Patrick se acercó a Neil con la cámara en pausa—Rómpete una pierna.

Neil sonrió aún más al escucharlo—Gracias.

—Estaré en el público hoy. Víctor me pidió que grabara todo —explicó Patrick—. Disfrútalo, es la última función. ¿Estás nervioso?

—Un poco nada más. Estaba más nervioso porque no venías.

—Te prometí venir. Estamos bien, Neil. Concéntrate en la obra y disfrutar todo ¿de acuerdo?

Neil asintió y tomó el rostro de Patrick para besarle con suavidad. Sintió la mano libre de Patrick irse a su espalda baja para apegarlo más a él—Gracias por ese beso. Ahora ya estoy mejor.

—Estaré en primera fila.

Patrick se despidió de los demás y salió por un costado del telón. Había un asiento en la primera fila desocupado, iba a él cuando su vista se fue hasta la mitad del auditorio y vio a Adrik Bell hablando con el director del teatro nacional. Patrick se quedó de pie frente a su asiento mirando al director quien no tardó en sentir su mirada. Este volteó a verlo y solo asintió con la cabeza. La voz de Neil anunciando la tercera y última llamada lo hizo tomar asiento. Su corazón latía con fuerza. Adrik Bell había ido. Estaba allí. Vería a Neil actuar. El telón empezó a moverse, y apenas logró ser capaz de reiniciar la grabación. Su mente estaba con Adrik Bell. ¿Qué diría? ¿Le gustaría Neil? ¿Vería lo mismo que él? O quizás lo que sentía por Neil le impedía ver las cosas objetivamente. Borró rápidamente el último pensamiento y se convenció que no estaba exagerando, incluso cuando Neil no era de su agrado podía ver lo excelente que era.

La obra empezó y apenas Neil dijo su primera línea todo miedo desapareció. Era como si Neil lanzase algún hechizo que hacía casi imposible apartar la mirada de él cuando hablaba, tenía presencia, con sus ojos te invitaba a no apartarlos de él. Todo en su lenguaje corporal te pedía que vieras hasta el más mínimo gesto. Todo estaba calculado desde su tono de voz, los altos y bajos de esta, las pausas, la respiración, cada gesto. Patrick luchaba por no grabar solo a Neil, pero era imposible no prestarle atención. Conforme la obra iba avanzando estaba esa magia que envolvía el lugar cuando todos estaban compenetrados. Neil estaba dando la mejor actuación que hasta ahora había visto. Patrick le miraba embelesado.

Solo cuando cerraban el telón era como si las personas se permitieran hablar. Aun cuando casi todos eran estudiantes no hablaban más de lo necesario, ni estaban con el celular en la mano lo que para Patrick era prueba más que suficiente que lo estaba haciendo más que bien. No se atrevía a girar descaradamente para buscar a Adrik Bell, pero esperaba que también lo estuviera disfrutando.

***

Neil vio como Leah pronunciaba su última línea y el telón empezar a cerrarse. Los aplausos iniciaron. Sintió el abrazo de Isabella y luego el de Emma. Todos sonrieron felices, se pusieron en fila y se tomaron de las manos para luego salir a recibir los aplausos. Neil no sabía bien como ponerlo, pero cuando estuvo frente al público, escuchando los aplausos, cuando alzó la mirada y la luz del reflector dio completo en su rostro se preguntó cómo sería última vez de todos actuaran juntos. Apretó con más fuerza la mano de Logan ante el pensamiento. No quería que las cosas cambiaran, pero sabía que tarde o temprano todo eso acabaría, pero no entendía porque pensaba en eso ahora. No cuando aún faltaba un poco más para que alguno se graduase. Buscó con la mirada a Patrick quien le sonreía aun grabando. Neil le sonrió también. Le gustaba ver a Patrick sentado en el público, le gustaba actuar sabiendo que estaba allí observándolo. El telón se volvió a cerrar y todos volvieron a abrazarse. Habían terminado la obra. No volverían recibir esos aplausos en unos cuantos meses, pero la sensación los acompañaría hasta la siguiente vez.

Fernando fue a abrazar a Isabella. Fabio le daba unas palmaditas a Logan mientras reían. Leah bromeaba con Emma mientras le ayudaba a soltarse el cabello del elaborado moño que le hizo. Todos reían y hablaban que tenían que celebrar por una obra más presentada. Neil asentía, querían que fuera ese fin de semana, pero tenía que ir a casa. Tenía que estar allí para ayudar a su madre con Joshua, para darle un descanso de todo. Por las llamadas diarias que hacían podía entrever que no estaba bien. Él ya había tenido su descanso esa semana mientras estaba en el escenario. Tenía que estar allí para su familia. El pensamiento le generó desasosiego porque no sabía cuánto tiempo duraría todo, si alguna vez iba a parar o era el inicio de algo peor. Tenía que llevarse también la escenografía, pero suponía que podía esperar hasta el lunes, Patrick sabía cómo desarmarla. Lo buscó con la mirada pero seguía del otro lado del telón. Ayudaba a Logan con la utilería cuando escuchó el telón moverse. Neil volteó para ver a Patrick, pero su mirada rápidamente se fue a sus acompañantes.

Neil reconoció al director de la compañía del teatro nacional, pero cuando notó al otro acompañante abrió la boca incrédulo, se quedó mirándole como si fuera una aparición. El resto ni siquiera lo había notado. ¿Adrik Bell? No, no podía ser él. Parpadeó un par de veces incrédulo. Se incorporó dejando las cosas en el suelo y se quedó como idiota mirando al hombre que obviamente iba a sentir su mirada. Cuando lo tuvo de frente sus ojos se abrieron aún más de la impresión. ¡Era Adrik Bell!

—Hey Patrick ¿quiénes son tus amigos? —preguntó Logan con una sonrisa.

—¿Te alcanzó la batería para grabar toda la obra? —preguntó Víctor.

Neil miraba incrédulo a sus amigos quien solo saludaban como si nada a uno de los actores más increíbles de todos los tiempos. Recordaba cuando sus padres lo habían llevado a ver una obra de Broadway por insistencia suya en un viaje a Nueva York. Ellos no entendían mucho de teatro, lo sabía pero lo complacieron. La obra fue Los Miserables y Bell había sido el mejor Javert que jamás haya visto. Aún guardaba el programa que le habían dado en aquella ocasión.

—¿Estás bien? —preguntó Emma confundida mientras se acercaba a él.

Neil volteó a mirarla incrédula y cuando volteó para mirar a Adrik se sobresaltó al tenerlo enfrente.

—Tú debes ser Neil Evans —dijo con voz suave mientras le tendía la mano.

Neil le miró incrédulo y alzó la mirada. ¡Ni siquiera podía decir nada! La mano le temblaba cuando la estrechó. Asintió torpemente con la cabeza. Podía sentir la mirada de todos sobre él, su confusión y extrañeza era casi palpable. Adrik sonrió y aquello logró tranquilizar a Neil lo suficiente para poder hablar y dejar de sacudir su mano tan energéticamente.

—Soy yo. Es un honor conocerlo señor Bell.

El resto de Títeres voltearon a ver a Patrick confundido quien se limitó a sonreír y encogerse de hombros.

—Fue una bonita obra la que montaron. Me dijeron que no tienen ningún directo ¿es cierto?

—No,  señor.

—Neil es nuestro director —dijo Isabella rápidamente ganándose las miradas de todos. No entendía bien que sucedía, pero algo en la mirada de Patrick le indicó que debían ayudar a Neil a lucirse—. Actor, director y lo que haga falta. Si supiera coser estoy seguro que haría hasta el vestuario.

Adrik sonrió ante la intervención de la chica—Debe ser un trabajo pesado.

—No, para nada. Me encanta hacerlo —se apresuró a decir Neil—. Pe-pero no entiendo…¿qué hace aquí?

—Tu amigo Patrick me invitó. Me dijo que ya que estaba en la ciudad tenía que venir a verlos.

Neil miró confundido a Patrick sobre el hombro—Yo le agradezco su tiempo. No debió molestarse —dijo apenado. De seguro aquello le pareció poca cosa comparado a las grandes obras que monta en Londres y en las que había participado.

—Si de ser honesto estuve a punto de no venir, pero tú amigo es muy insistente. Me aseguró que si no venía a verlos actuar me iba arrepentir toda mi vida.

Neil se enrojeció más de la pena—Lo siento…

—No, no lo sientas. Me he divertido mucho. Hacía años no veía una actuación tan simple.

Neil sintió como si le hubieran dado una patada en el estómago. ¿Simple? No supo porque aquello dolió más que cualquier mala calificación que había recibido en la universidad hasta ahora. Sabía que no era la gran cosa, pero no esperaba que fuera tan malo actuando.

—Lamento que no fuéramos buenos…

—Yo no he dicho eso. Quizás el terminó con el que me expresé fue el erróneo. Su actuación fue ¿sencilla? ¿Sobria? Sí, creo que sobria es el término que busco, pero no por eso es mala. Hacía mucho que no veía tanta simplicidad en una obra. Fue como volver a mis raíces, me alegró mucho verla y tú y tus amigos me recordaron varias cosas que había olvidado con el paso de los años.

—¿De verdad?

—Sí. Así que por eso decidí venir a agradecerte a ti como actor y director en especial por recordarme aquello que había perdido durante todos estos años.

—¿Qué es?

Adrik sonrió un poco—¿De verdad quieres saber? —vio a Neil asentir—. Si tanta es la curiosidad, ¿por qué no vienes la próxima semana a uno de nuestros ensayos de la tarde? Iniciamos a las dos y terminamos hasta bien entrada la noche. Hugo está montando “La dama de las camelias” y la verdad un poco de ayuda de otro director no le vendría mal —dijo Adrik guiñándole el ojo—. Puedes ver también mis ensayos, quizás aprendas una cosa o dos que te ayude para seguir con tus obras.

—Gracias por la invitación.

—Te esperaremos, Neil. Cuídate.

Neil notó como el resto de sus amigos se había puesto a platicar con Hugo. Ambos se despidieron del grupo y le pidieron a Patrick que les guiara a la salida para no perderse. Apenas Patrick, Hugo y Adrik Bell se fueron los Títeres, Fabio y Fernando se abalanzaron a él colmándolo de preguntas.

Patrick caminaba en silencio hasta la entrada principal, pero notó como Hugo se desviaba a uno de los parqueos—La salida es por allá…—dijo Patrick confundido, pero Hugo no se desvió.

—Venimos en su automóvil —explicó Adrik mientras se retrasaba y Patrick también desaceleraba el paso.

—Gracias por haber venido.

—Debo decir que admiro tu tenacidad, Patrick, y tu falta de diplomacia para conseguir lo que quieres.

—L-lo siento —dijo Patrick avergonzado. Ayer que regresaba con Fabio de la Biblioteca no había podido contenerse a pedirle que se desviaran para ir al teatro—. No sé qué pensaba la verdad al escribir esa nota…

Adrik sacó su billetera y le tendió un billete de a veinte. Patrick le miró confundido y Adrik sonrió más y rebuscó en su billetera y sacó un pequeño papel— “Mañana son las últimas dos funciones. Si no va juro que se va arrepentir de no haber visto a alguien con un talento sin límites. Para que no tenga excusas le dejo lo del taxi ida y vuelta. No tiene nada que perder. Si el taxi le cobra más y siente que le hice perder su tiempo envíeme la cuenta.” Seguido de tu teléfono —dijo Adrik doblando el papel—. No le mentí a tu amigo cuando le dije que disfruté la obra, Patrick. No sé si tenga un talento sin límites como tú dices, pero vi el potencial del que hablaste y la sensación que describiste aquella vez. Hugo está mucho más interesado en el muchacho aunque no lo diga. Vino a verlo esta mañana e insistió en acompañarme esta noche para asegurarse que lo que vio no había sido suerte. Así que no me hiciste perder mi tiempo por lo que te devuelvo tu dinero.

Patrick lo aceptó y no pudo evitar sonreír mientras estrechaba la mano de Adrik. Aquel hombre era duro de convencer, pero que le dijera que Neil tenía potencial era más que suficiente por esa noche.

—Gracias por su tiempo.

—No tienes mal ojo para ver a los que tienen talento, muchacho —dijo Adrik—. La invitación también está extendida a ti para que vayas a ver los ensayos. Quizás no te interese la actuación en sí, pero tenemos a un excelente escenógrafo.

—Gracias por la invitación, me vendría bien aprender un poco más si sigo haciéndolas para ellos.

—Solo tengo una duda, más bien curiosidad, que no me atreví a preguntársela a tu amigo. ¿Por qué Los Títeres Rebeldes?

Patrick sonrió un poco. Neil nunca se lo había dicho abiertamente, pero le había asegurado que conforme los conociera entendería el porqué de ese nombre tan mierda, como él lo había llamado en su momento—Porque cada uno de los miembros decidió no hacer lo que esperaban de ellos. Sus familias tenían claro que querían de ellos, pero de alguna u otra forma se han revelado a ellos y siguen su propio camino —explicó con una sonrisa.

Leah a rehusarse en renunciar a su  forma de vestir, y sus pasatiempos, solo para complacer a su madre; Logan al decidir conservar la compañía cuando falleció Douglas aún contra todas las voces que le dijeron que no lo hiciera; Emma al decidir tener a Oliver y criarlo ella sola; Isabella al querer siempre hacer las cosas a su manera y eligiendo su propio camino al decidir irse a vivir con Fabio; ahora Víctor decidiendo que abandonar su casa en favor de su bienestar físico y mental aun cuando su padre de seguro se esperaba que se quedara soportando todo. Incluso Patrick ahora sentía que nombre lo incluía a él. Negándose a ser el delincuente que sus padres esperaban, estudiando para lograr llegar a ser algo en la vida contra todo pronóstico.

—Nunca lo hubiera imaginado —dijo Adrik con una sonrisa.

Patrick asintió. Él tampoco lo imaginó en un primer momento. Lo curioso era que Neil era el fundador, pero era quien menos se identificaba con el nombre. El sonido de las llantas deslizándose por el pavimento y las luces del auto acercándose lo sacaron de sus pensamientos. Apenas alcanzó a ver a Hugo en el auto quien pitó a manera de despida. Adrik volvió a estrecharle la mano y Patrick se quedó observando el automóvil perderse.

Cuando regresó al auditorio, solo encontró a Neil en medio del escenario mirando todo. Patrick avanzó hasta él con una sonrisa que desapareció al notar la expresión molesta de Neil cuando se percató de su presencia.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Neil.

Patrick le miró confundido—Creí que te gustaría conocerlo por lo que leí el tipo es increíble, creía que estabas feliz de poder conocerlo.

Neil le dio la espalda y empezó a caminar por el escenario. Patrick no se atrevió a intentar acercársele de nuevo.

—¿Qué quieres lograr de todo esto, Patrick?

—Na-nada…

Neil giró y por primera vez lo veía realmente molesto por algo que había hecho—¿Sigues con esa ridícula idea que no soy feliz estudiando ingeniería? ¿Por eso lo hiciste?

—Solo quería que Bell te conociera. Yo solo quería que viera lo increíble que eres, Neil. No creí que reaccionarías así. Creí que estabas feliz cuando viste a Adrik.

—¿Entonces cómo debo reaccionar? —preguntó cruzado de brazos

—Yo solo quería darte una sorpresa. Solo quería verte feliz…

Neil apretó con fuerza sus labios. No estaba feliz. No cuando después que Patrick se fue con Hugo y Adrik  el resto empezó a acosarlo con preguntas, a decirle que ellos sabían que alguien notaría su talento y que al teatro es lo que de verdad debería dedicarse. ¿Se les olvidaba que estaba estudiando ingeniería? ¿Por qué todos se empecinaban en quererle hacer creer lo contrario? Ya había tomado su decisión.

—Tengo suficientes problemas como para tener que ir a esos ensayos…

—No tienes que ir, Neil.

—Uno no puede decirle que no a alguien como él. ¿En serio, qué esperas lograr de todo esto? ¿Por qué todos insisten con esto del teatro? Primero tú, luego Logan, ahora todos.

Patrick le miró con culpabilidad—No sé los demás, pero te veo tanto potencial en esto, Neil. Verte en el escenario es como cuando liberas un ave en cautiverio. Aquí eres tan espontáneo, tan natural, estás en tu ambiente.

—¿Entonces el resto del tiempo estoy en una jaula?

—No te ves feliz…

—¡Disculpa por no tener una estúpida sonrisa cuando no entiendo algo de mis clases! Oye, todos odian su carrera en algún momento ¿o me equivoco?

—No, no lo haces, pero…—calló. Neil no iba a escuchar nada de lo que le dijera en esos momentos.

—No, dilo…No te calles.

—Estás molesto. No deberíamos hablar de esto ahora.

—No, anda dímelo. Quiero escucharlo.

—Neil…

—Dilo.

Patrick respiró hondo—La noche de la fiesta. Cuando Craig hizo el brindis eras el único que lucía infeliz de los cuatro, Neil. Tu semblante cambió cuando tu padre mencionó lo de heredarte la compañía. Sabes que no tienes que hacerlo si no quieres ¿verdad?

Neil le miró molesto—No lo entiendes. Tengo que hacerlo.

—No, claro que no. Neil, es tu vida.

—¿Por qué haces esto? ¿Por qué todos siguen haciéndome sentir como si cada decisión que tomo es la incorrecta? ¿Por qué todos me hacen sentir que supieran lo que más me conviene que yo mismo?

—Nunca quise sonar así, pero Neil…

—¡No, no quiero escucharlo! —gritó molesto—. Y no quiero tener esta conversación de nuevo, Patrick. Tú no lo entiendes, le prometí a mi abuelo antes que muriera que cuidaría a mi familia que me aseguraría que siempre fuéramos tan unidos como cuando él estaba con nosotros. Ya le he fallado esa promesa. Mi familia se está desmoronando, apenas la reconozco, le estoy fallando a una de las personas que más me ha importado. Si no puedo impedir que mi familia se desmorone al menos voy a cumplirle mi otra promesa….

—Neil, no…

—Le juré que iba cuidar de su compañía,  que no dejaría que todos los sacrificios que hizo para hacerla lo que es hoy en día fueran en vano —dijo apretando los puños e intentando controlar el temblor en su mandíbula—. No espero que lo entiendas, pero es importante para mí. Cuando le dije que iba a estudiar su misma profesión hubieras visto la cara de ilusión que hizo. No puedo retractarme, Patrick. Voy a terminar esta carrera, me voy a hacer cargo de la compañía y voy a mantener aunque sea una de mis promesas.

—Neil…

—¿Así que por favor podrías dejar esta estupidez de Adrik Bell? ¿Qué creías que iba a pasar? Que me vería y diría que tengo algo especial, que debería dedicarme a la actuación o alguna estupidez como esa. Por Dios, Pat, esas cosas no pasan en la vida real. Tú mejor que yo lo sabes.

Patrick le miró con tristeza—¿Todo este tiempo has estudiado una carrera que ni siquiera te gusta por una promesa?

—Yo no he dicho eso, Patrick…

—Claro que sí.

—¡Deja de poner en mi boca palabras que no he dicho!

—Neil, las promesas que hiciste a los muertos no les importan si las cumples o no—dijo Patrick—. Oye, sé lo que es perder a alguien que te importa. Quieres decir o prometer cualquier cosa con tal que se queden a tu lado un segundo más. Mi abuela quería que le prometiera que perdonaría a unas personas que no se lo merecen, quería que intentase comprenderlas, pero lo único que quiero es que sufran aunque sea un poco de lo que yo he tenido que soportar por culpa de ellos. Quería que si llegase la ocasión los ayudase, pero honestamente si los llegara a tener enfrente incluso ahora lo único que haría es sentarme a ver cómo se hunden y lo disfrutaría. Quería que le prometiera tantas cosas irracionales y no pude hacerlo porque sabía que no iba a cumplirlo jamás.

—Pues entonces, no la querías lo suficiente…

Patrick le miró incrédulo, pero una sonrisa amarga cruzó su rostro—Quizás. Nunca he podido saber si es que hay algo roto en mí desde mi infancia y por eso no he aprendido a querer a las personas lo suficiente o simplemente no se me da bien el papel de mártir.

—Yo no actúo ser uno…

—¿De verdad? Porque eres un actor demasiado bueno, Neil. No me sorprendería que ni siquiera te des cuenta cuando no estás siendo tú mismo.

—Eres un…

—Solo quiero verte feliz, pero si no vas a dejar que te ayude…

Neil rio con sarcasmo—¿Ahora soy yo el que no se deja ayudar? ¿Qué hay de ti, Patrick? Tu maldito orgullo no dejó que te ayudara el otro día.

—Allí vas de nuevo desviando la conversación hasta donde tú te sientes cómodo —dijo molesto Patrick.

—¿Te molesta tanto que yo tenga el control de la conversación? —preguntó Neil cruzándose de brazos—¿Tanto te incomoda que sea yo el que haga las preguntas?

Patrick sentía su mandíbula temblar. Intentaba calmarse, de encontrar alguna forma de hacer desaparecer esa tensión que los rodeaba— Sé que solo querías ayudarme, Neil, pero es algo que necesito solucionar yo solo. Sé cómo eres y estoy consciente que lo que te pido no es de tu agrado, pero en verdad necesito resolver mis problemas económicos yo solo.

—¿Tan importante es tu orgullo?

—Es más complicado que mi orgullo. No quiero que te involucres en esto.

—¿Por qué no? —dijo Neil molesto— Joder, Patrick. ¿Cuál es tu maldito problema? ¿Por qué te cuesta tanto aceptar mi ayuda? ¿De qué me sirve tener ese dinero si no puedo ayudarte cuando lo necesitas?

—Esto es algo con lo que mi abuelo y yo tenemos que lidiar solos.

—Me estás ocultando algo ¿verdad?

—Neil…

—Sé que aún hay mucho que no me has dicho de ti. Lo sabía desde antes de empezar a andar contigo, pero creí que con el tiempo podía hacerte ver que no necesitas ocultármelo, que podías confiar en mí.

—Neil, por favor, no ahora…

—¿Entonces cuándo? Daniel, lo que pasó en la fiesta, lo que pasó en el apartamento…Algo tan sencillo como es lo que significa tu tatuaje ¿cuándo me lo dirás? —preguntó molesto cuando vio a Patrick dar un paso hacia atrás—¿Vas a huir? ¿Tanto te incomoda ser interrogado?

—No voy a hablar de esto ahora —dijo Patrick mientras se giraba e iba a recoger su mochila que había dejado en un rincón.

—Claro, vete. ¡Huye como un maldito cobarde!

Patrick giró molesto—Tú no eres mejor que yo, Neil. Estás escudándote en los problemas de tu familia para no tener que lidiar con los tuyos propios.

— Mi padre…

—¡Tu padre cometió un error, Neil, solo uno! Tú lo sabes, pero tu orgullo no te permite perdonarlo. Quieres hacerlo, si tan solo te detuvieras a escuchas tus palabras sabes que quieres hacerlo, pero tu orgullo es más fuerte.

—¿Tú lo harías?

—Claro que sí ¡¿Tienes una idea de lo que es crecer sin uno?! De no tener a nadie quien te enseñe algo tan sencillo como caminar o andar en bicicleta, pero claro, debe ser terrible vivir sabiendo que tienes alguien que se preocupa por ti, que te ama y que no te considera una carga o el peor error de su vida.

Neil palideció al escucharlo, observó a Patrick darle la espalda y avanzar hacia la puerta—¡¿A dónde crees que vas?! ¿Crees que puedes irte así sin más?

—Sí, de hecho creo que puedo —dijo Patrick furioso—. Si tú quieres quedarte hazlo, pero yo me largo. Creo que nos caería bien darnos nuestro espacio.

 —Perfecto. De todas formas iba a ir a ver a mi madre y a Joshua, aunque no espero que lo entiendas. Total son promesas que al parecer no tienen importancia para ti.

—¡Excelente, ve a solucionar los problemas de otros mientras ignoras los tuyos! ¡Adiós, Evans!


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