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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

No los entretengo que ya los hice sufrir demasiado. 

XLV.

Patrick empezó a respirar con dificultad, podía escuchar a su corazón bombear con rapidez. Sentía su cuerpo temblar, pero no podía moverse. Catherine estaba allí frente a él, pero tampoco se movía. Parecía una extraña aparición. Era tan ajena a esa realidad, a ese lugar, que le resultaba chocante verla.

Su madre parecía no haber envejecido desde la última vez que la vio. Habían pasado casi dos años y de pronto allí estaba con su cabello rizado por debajo de los hombros, perfectamente maquillada, vistiendo esos vestidos que acentuaban bien su figura que no tenía nada que envidiar a una veinteañera. Catherine estaba allí. La idea era tan difícil de digerir.

—El gato se escapó cuando abrí —dijo casualmente mirando en dirección a la puerta para luego volver la vista hacia él—. ¿Podrías ayudarme con las maletas? Pesan una tonelada y honestamente después de cargarlas yo sola todos estos pisos terminé exhausta. ¿Por cierto dónde está mi padre? Es raro que no esté en casa.

—Oye, Pat, me encontré con tu abuelo en la entrada del edificio y….

Patrick volteó a ver aterrado hacia la entrada, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, solo pudo ver a la perfección como la sonrisa que Neil traía se borraba de golpe y se detenía en el umbral de la puerta junto con su abuelo.

—¿Catherine?

—Allí estás, papá, me preguntaba dónde te habías metido. ¿Podría alguno de los dos ayudarme con estas maletas?

—Hija…

Patrick notaba la confusión de su abuelo, quien tampoco sabía bien cómo reaccionar. Gabriel volteó a ver a Neil quien tenía la mirada fija en Patrick.

—¿Por qué los dos actúan como si han visto un fantasma? —preguntó Catherine llevándose las manos a la cintura.

—No, no, solo me sorprendí. No dijiste que venías. Yo…—empezó Gabriel y se acercó a ella para abrazarla—. Qué bueno verte, hija.

Patrick miró la escena incrédulo. ¿Su abuelo la recibía así como si nada?

—Patrick, las maletas…—pidió Catherine. El tono dulce con que se lo dijo hizo que su estómago se revolviera. Vio a su madre desprenderse del abrazo de Gabriel y se acercó a él—. Hijo ¿qué te sucede?

Patrick vio como estiraba la mano en dirección hacia él y su cuerpo solo le pedía que no dejase que lo tocase, retrocedió violentamente cuando la mano estuvo tan cerca de él que terminó tropezando con la silla de plástico del comedor improvisado.

—Patrick, ¿te hiciste daño?

—¡No me toques! —dijo sintiendo la tensión insoportable en sus hombros—¿Qué haces aquí? 

Catherine miró extrañada a su hijo— No pude venir antes porque tenía que arreglar unas cosas. Después de tu llamada del embargo estuve pensando que si tú y yo trabajamos duro podemos estabilizarnos económicamente. Vi tus fotos camino a casa, ¿estás trabajando de modelo?

—¿Vas a quedarte? —preguntó Gabriel lleno de esperanza.

—Sí.

—No, abuelo, no la dejes —pidió Patrick alarmado poniéndose de pie.

—Patrick…

—No, no me hagas esto —suplicó Patrick desesperado—. No quiero a esta mujer acá.

—Patrick, hijo, sé que estas molesto por…

—¿Molesto? —preguntó incrédulo— ¡¿Cómo se te ocurre siquiera pensar en aparecerte aquí?!

—Hijo, sé que tienes razones para no querer verme, pero somos una familia.

Patrick dejó escapar una risa sarcástica—No, tú no eres parte de esta familia, Catherine. Tú no sabes lo que es una familia.

—Hijo, no le hables así a tu madre —pidió Gabriel.

Patrick miró molesto a su abuelo—¿Vas a dejar que se quede?

—Patrick…

—Esta mujer no estuvo aquí cuando te llevaron al hospital, le llamé una y otra vez apenas supe que estabas bien. Además sé qué solo te llama para pedirte dinero —dijo apuntándola con el dedo, pero sentía todo su brazo temblar—. No estuvo aquí cuando la abuela murió y solo apareció seis meses después diciendo que lamentaba no haber estado con nosotros. Por culpa de ella este lugar se ve así, abuelo —dijo arrastrando cada palabra con todo el desprecio que tenía—. No puedes siquiera pensar en dejarla entrar de nuevo a nuestras vidas.

—Hijo, no puedo echar a tu madre. Esta también es su casa.

Patrick sintió todo su cuerpo temblar de cólera—Bien, entonces yo me voy.

—Patrick, no…

Patrick se apartó de él y avanzó a su cuarto dispuesto a meter lo que encontrase en la primera maleta que viera. Abrió la maleta y empezó a tirar en ella toda la ropa que tenía apilada en suelo ya que no tenía donde ponerla.

—Patrick, hijo, hablemos…

La voz de Catherine a sus espaldas hizo que toda su rabia explotara de golpe. Solo se giró furioso hacia ella. Sentía que iba a vomitar de solo verla en su cuarto, de estarle hablando—¡Lárgate! ¡No quiero verte! —la vio retroceder asustada y solo pudo azotar la puerta de su habitación para evitar que siguiese compartiendo el mismo espacio, el mismo aire.

Apoyó sus manos en la puerta, pero todo su cuerpo temblaba sin control y terminó de rodillas en el suelo, respirando agitadamente. Sentía la bilis en su garganta y solo pudo pegarle al suelo furioso. Escuchó a su abuelo llamarle, pero no intentó abrir la puerta. Tardó cinco minutos en meter todo lo que podía en su maleta. Cuando salió de su habitación, Neil hablaba con Gabriel. Ambos alzaron la mirada cuando lo vieron. No veía rastros de Catherine.

—Patrick, hijo, no puedes irte así.

—No puedes siquiera pensar que me quede mientras esa mujer esté aquí.

—Patrick…

—Maldita sea, abuelo, ¿por qué no puedes echarla simplemente? —protestó con voz quebrada—. ¿Acaso no eres feliz conmigo? ¿Por qué insistes en traerla? ¿Mi cariño no es suficiente?

Gabriel le miró preocupado—Hijo, claro que soy feliz contigo…

—¿Entonces? No me hagas esto, no la necesitamos, abuelo —dijo desesperado—. Mira, conseguí un trabajo como modelo. Me pagaron bien y yo…y yo voy a arreglar todo lo que ella arruinó, pero no la dejes que destroce todo otra vez —suplicó—. Si trabajo duro en el verano sé que puedo hacer que nos estabilicemos y no tengas que seguir trabajando, pero por favor no me hagas esto…

—Hijo, no es lo que tu abuela querría…

—¡¿Cómo sabes lo que ella quiere?! ¡Ella ya no está aquí, abuelo! Está muerta y nos dejó aquí soportando la mierda que esa mujer sigue embarrándonos y ya estoy harto de esto. Por una vez en mi vida quiero sentir que lo que construya esa mujer no va a venir a arrebatármelo —gritó alterado—. Ya no lo soporto. Si no estás dispuesto a renunciar a ella entonces no quiero vivir aquí. Elige: ella o yo… —se quedó en silencio esperando que su abuelo dijera algo, que le dijera que tenía razón, que lo elegía a él, pero nada. Sintió sus ojos arder, pero apretó sus labios con fuerza esperanzado que no se pusiera a llorar allí—. Perfecto. No digas nada. Entiendo tu respuesta…

—Patrick…

Salió del apartamento apresurado. Bajó las gradas y estuvo a punto de tropezar al menos dos veces en el trayecto. Apenas puso los pies en el pavimento que daba a la calle miró a todos lados desorientado. Empezó a caminar, pero la rabia se apoderó de él y le dio una patada al basurero metálico más próximo, de pronto se encontraba gritando furioso en medio de la oscuridad hasta que sintió unos brazos sujetarle con fuerza por detrás.

—Sube a la camioneta, Patrick —suplicó la voz de Neil—. Para, solo vas a lastimarte…

—Yo no…

—No —lo cortó Neil con voz firme—. Ni se te ocurra decir algo tan estúpido como que no tienes a dónde ir. Vamos a casa.

El cuerpo de Patrick dejó de poner resistencia. Neil tomó eso como una señal para conducirlo hasta su vehículo, lo hizo quitarse la maleta que llevaba y la puso en el asiento trasero. Neil lo vio sentarse en el asiento del copiloto y ponerse el cinturón. Se apresuró a echarle llave a las puertas y salir de allí lo más rápido que el límite de velocidad le permitía. El camino hacia la casa fue silencioso. Miraba por el retrovisor a Patrick, pero por primera vez no sabía bien qué pensaba.  

Llegaron a la casa y se sobresaltó al ver como Patrick abría la puerta de golpe, aun cuando no se había terminado de parquear. Neil apagó el motor— Patrick…—lo vio entrar apresurado a la casa. Neil salió  detrás de él—Patrick…—le llamó, pero cuando entró a la casa este ya estaba terminando de subir las escaleras.

—Ahora no, Neil…

—Patrick, espera por favor —suplicó Neil mientras subía detrás de él, lo vio entrar en la habitación que se quedó la primera vez que pasó la noche allí. Neil intentó abrir la puerta, pero esta tenía llave, golpeó la puerta con insistencia—. Patrick, abre…abre por favor…—suplicó. El silencio lo exasperó y terminó dándole una patada a la puerta—. Mierda…no me hagas esto…—esperó en vano.

Empezó a caminar por el pasillo desesperado. Danny no tardó en subir a la segunda planta. Seguía a  Neil detrás de él en cada paso que daba y finalmente se echó sobre sus piernas cuando se sentó en el pasillo frente a la puerta del cuarto de huésped. Empezó a gimotear y a lamerlo, pero Neil no sonrió en ningún momento.

—Vamos, amigo…—susurró lleno de impotencia.

Bajó las gradas y cerró la puerta de la entrada que se había olvidado por completo de cerrar. Se sentó en la sala sin saber bien qué hacer. Escuchaba atento al menor ruido proveniente de la segunda planta, pero nada. Miró su móvil, pensó en llamarle a su madre o a Leah, alguien que pudiese ayudarlo, pero no quería verse en la obligación de contar algo tan privado de Patrick.

Volteó a ver a la cocina y fue hasta ella sin saber por qué. Hizo dos sándwiches de jamón con queso y los tostó. Subió las gradas y volvió a tocar la puerta—Patrick…yo este…te hice algo de cenar…no es la gran cosa, pero intenté cocinarte algo, abre —silencio. Apoyó la cabeza contra la puerta—. Patrick, solo abre no tienes que decir nada. Sólo déjame estar contigo —Espero de pie quince minutos, pero nada. Dejó el plato en el suelo a un lado de la puerta—. Voy a bajar, te dejo la cena, no tardes en abrir la puerta porque si no Danny se lo va a comer y sabes que no puede comer nada más que su comida especial que sino luego el veterinario me regaña.

Bajó las escaleras y se quedó en el segundo escalón del primer nivel. Jamás anheló que una puerta se abriera, pero pasaron los minutos y supo que no iba a abrir por un tonto sándwich. De seguro sabía que era un sándwich y no se le apetecía. Debió haber intentado cocinar algo mejor.  Volvió a subir las gradas tocó la puerta—Pat, abre la puerta, te lo suplico —dijo apoyando su cabeza en la puerta—. No te sigas lastimando de esta forma, no tienes que estar solo…sé que estás acostumbrado a soportar las cosas tú solo, pero ya no tienes qué hacerlo más…

Esperó, pero nada sucedió. Descorazonado fue a su habitación. Se dejó caer en su cama desesperado. Su vista recorrió su habitación y entonces vio su guitarra al fondo del clóset. Alzó su torso para verla mejor y se apresuró a tomarla. Salió al pasillo decidido a que Patrick le abriera—Bien, como no quieres abrir tendrás que aguantarte todo mi repertorio de canciones en guitarra.

—Neil, por favor…

Neil sintió su corazón acelerarse al escuchar la voz de Patrick, sonó tan suave que por un segundo creyó haberlo imaginado, pero comprendió que Patrick ni siquiera había sido capaz de moverse de la puerta.

—Primera canción: Don’t look back in anger de Oasis, gracias de antemano por su atención querido público —dijo mientras empezaba a tocar los primeros acordes y empezaba a cantar. No despegaba la mirada del pomo de la puerta, pero terminó la canción y no se abrió. Se quedó en silencio unos segundos, pero se dio ánimos que solo era cuestión de tiempo que abriera, cantó una canción más, otra y otra. Su garganta empezaba a estar reseca, pero no quería darse por vencido, porque sentía que le estaba fallando a Patrick.

—Bien, veo que tenemos público difícil esta noche.

—Neil, basta.

Neil se acomodó mejor su guitarra. No podía rendirse—Bueno, creo que es buen momento para hacer una confesión querido público. Este año empecé a salir con alguien. Jamás me había sentido tan feliz, creo que feliz es una palabra que se queda corta…en fin, quizás piensen que es tonto, pero esto no es un simple gustar, es que querer a Patrick…ah sí, ese es su nombre, quizás han visto su cara por el centro de Gastrell, en fin, creo que me estoy enamorando perdidamente de Patrick…y aunque llevamos poco saliendo y sé que todos me van a decir, ¡pero Neil esa canción no se le dedica a cualquiera! Les voy a decir que él no es cualquier persona, en verdad creo que es la persona con la que pasaré el resto de mi vida, así que espero que le guste a Patrick si está por allí escuchando…—dijo mientras empezaba a tocar los primero acordes— “When you try your best but you don't succeed…”—empezó a cantar moviéndose por el pasillo dejando que la música llenase el pasillo—. Solo de guitarra eléctrica que no tengo —dijo Neil que miraba esperanzado el pomo, pero la puerta no se abría. Apretó con fuerza sus labios antes de ponerse a un lado de la puerta y tomó aire—“Tears come streaming down your face…when you lose something you cannot replace…” —cantó cerrando sus ojos suplicando que Patrick abriese, estaba a punto de darse por vencido cuando escuchó la perilla empezar a moverse y su corazón latió con fuerza.

Neil se puso frente a la puerta y  la vio abrirse lentamente. Patrick emergió de entre toda esa oscuridad. Neil quiso darle su mejor sonrisa aun cuando estaba sorprendido que no estuviese llorando, solo lucía derrotado, una profunda tristeza acumulada de años se asomaba en sus ojos.

—Neil, basta…estoy bien ¿ves? —dijo Patrick intentando sonar tranquilo, pero su voz se quebró un poco—. Solo déjame solo…yo sé que hacer…estaré bien pronto…solo…yo puedo…

 —“Lights will guide you home… and ignite your bones…”—cantó tocando los últimos acordes antes de poner la guitarra en el suelo antes de extender sus brazos hacia Patrick.

—Maldita sea, Neil, no quiero llorar, sabes que odio llorar…

Neil no se movió, pero no pudo evitar sonreír al notar que Patrick empezó a avanzar hacia él, apenas lo tuvo a su alcance lo abrazó con fuerza— “and I will try to fix you.”

Patrick se aferró a él y sintió a Neil estrecharlo aún más. Patrick hundió el rostro en su hombro. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y estando entre los brazos de Neil no pudo más. Hundió sus dedos en la espalda de Neil quien parecía querer que se fundieran en un solo cuerpo para protegerlo. Gruesas lágrimas brotaban de sus ojos y se quedaban atrapadas entre sus pestañas y de repente tenía empapado el hombro de Neil con sus lágrimas—Lo siento…—sollozó sintiendo la mano de Neil en sus cabellos—Juro que iba a decírtelo…

—Lo sé, Pat.

—Perdóname…

—Tranquilo, no te preocupes por mí. Ya te tengo, así que todo está bien para mí —le aseguró—. Llora todo lo que necesites. No voy a dejarte solo.

Patrick cerró los ojos con fuerza al escuchar lo último. Una sensación de alivio lo recorrió—No me dejes…

—¿Estás loco? Jamás se me pasaría por la cabeza dejarte y menos ahora con tanto buitre esperando que lo arruine para caerte encima.

Patrick casi se ahoga en su propio llanto al intentar soltar una pequeña risa—Eres un idiota, Neil —dijo sin poder parar de llorar.

—Lo sé, pero este idiota no va a soltarte —susurró.

—Creo que te odio en estos momentos, yo…¿por qué no me dejaste simplemente solo?

—Porque ya te han dejado solo suficiente tiempo —le dijo Neil con seguridad—. Y creo que ya empiezo a conocer mejor como funciona esa cabeza tuya, así que prefiero tenerte cerca para que cuando pienses que quizás lo mejor es que estés solo, te demuestre lo contrario.

Neil sintió a Patrick aferrarse con fuerza a su camisa, lo sentía temblar, se quedó allí firme dejando que se desahogara, ni siquiera se movió cuando Danny llegó para comerse el sándwich que había terminado abandonado en el suelo. Pasaron los minutos y Patrick ya no lloraba, empezaba a preguntarse si no se había quedado dormido en su hombro cuando lo sintió moverse con lentitud. Neil no se atrevió a soltarlo hasta que él lo hiciera. Lo miró a los ojos y le sonrió intentando reconfortarlo. Se puso de puntas y besó su frente.

—Lo siento…

—¿Listo para ir a nuestra habitación?

Patrick asintió y entró a ella. Miró de reojo a Neil quien se limitó a sentarse en la cama y observarle. Patrick se desvistió y se metió bajo las sábanas.

—¿Quieres que apague la luz? —preguntó Neil.

—Por favor…

Neil obedeció y luego dudó unos segundos antes de meterse a la cama con él.

—Neil…—le llamó Patrick con voz queda—¿Puedes ser la cuchara grande?

Neil sonrió al escuchar la voz tímida con que la pidió—Claro que sí. Ven aquí —dijo apegándolo a él, le dio un beso en la nuca y acarició su torso—. Te quiero, Pat —sintió como la respiración de Patrick era más relajada. Estar así con él le llenaba de una paz, se estaba quedando dormido cuando escuchó a Patrick hablar, tardó uno segundos en procesar la oración: “¿Por qué simplemente no abriste la puerta de la habitación? Tienes llave de todo el lugar.” —. No quería forzarte a estar conmigo. Técnicamente lo hice, pero quería que fueras tú el que me dejase entrar.

—Perdona no haberte dicho lo de mis padres —susurró Patrick—. Cuando te lo dije…

—Entiendo por qué lo hiciste. De seguro jamás se te pasó que terminaríamos así.

—No, pero estoy feliz de haberme equivocado en eso —admitió Patrick—. A veces pienso que la vida es una mierda, no puedo creer que cuando al fin estaba listo para decírtelo esto sucede…

—Ya te dije que no te preocupes por mí, entiendo y después de lo que vi creo que entiendo más tus razones para no decírmelo.

—Había olvidado lo que era…—dijo mirando la pared—. El temor que llegase a casa un día y ella estuviese allí, que me hiciera quererla de nuevo, que me diera esperanza que esta vez no se iría para que luego regresara un día de clases y no la encontrase más en casa. Cuando la vi ahora sentí tanta rabia, por segundo creí que no iba a controlarme y hasta creí que iba a pegarle…

—No lo harías…

—Después de hoy creo que sí sería capaz y lo que me aterra es que conociéndome al final no me arrepentiría —admitió a su pesar—. Desearía que no hubiese vuelto. Ahora te he causado más problemas. Aún puedes cambiar de opinión si no me quieres aquí…

—Claro que no, sabes que me encanta tenerte aquí. Quizás no es la manera que hubiese deseado, pero me gusta la idea de que vivas aquí conmigo.

—A mí también me gusta —susurró Patrick.

—Pero no puedes dejar de ver a tu abuelo solo por ella.

—Mi abuelo de seguro está molesto conmigo. No entiendo como no me dio una bofetada por todo lo que grité. Me lo merecía.

—Te ama, Pat, pero lo pusiste en una posición muy complicada.

—Lo sé —dijo Patrick separándose un poco para darse la vuelta y mirar a Neil a los ojos—. ¿Sabes algo? Quería decirte lo de mi familia para que comprendieras cuando a veces no pueda comprender las cosas que haces con ellos. Verlos a ustedes al principio me parecía surrealista. La manera en que se preocupan uno por el otro, en como intentan hacerse feliz y disfrutan de la compañía del otro aún a sabiendas de sus virtudes y defectos. Ojalá mis padres se parecieran aunque sea una décima parte a los tuyos. Tienes mucha suerte, creo que si te envidiase algo creo que sería a tu familia…

—No tienes que envidiarme. Ellos ahora también son tu familia. Creía que te lo habíamos dejado claro ayer. Sé que no son tus padres, pero ellos tendrán otras formas de amor para darte. Nos tienes a nosotros y a tu abuelo. Quizás no seamos muchos, quizás no seas todo el amor que te mereces, pero me voy a asegurar que a partir de ahora no sientas que te falta amor.

—Neil…

—Con gusto ayudaré a Gabriel a hacerte sentir querido. El pobre no lo ha de haber tenido fácil estos años con todo lo que te ha pasado.

—¿Y si yo no tengo el suficiente para darte?

—¿El suficiente qué?

—Amor…veo todo el amor que recibes, de tu familia, de Logan, de los demás, hasta siento que Danny es mejor que yo para eso.

Neil sonrió al escucharlo—¿En serio te preocupas por eso?

—Claro que sí, yo no sé bien cómo hacerlo y cuando te veo…tú lo haces ver tan fácil. Desbordas cariño, comprensión y yo…

Neil puso su mano en el pecho de Patrick—En verdad eres un tonto, Patrick Smith, ¿es que ni siquiera eres capaz de darte cuenta cuando demuestras a los demás cuanto los quieres y atesoras? —notó la sorpresa en los ojos de Patrick—. Cuando te vas a duchar primero para que yo duerma un poco más, me demuestras que me quieres, también cuando me haces los desayunos y sacas a Danny a pasear para que yo pueda seguir repasando mis líneas. Cuando te desvelas para poder pasar una o dos horas conmigo o para asistir a esos eventos familiares que sé qué crees que son estúpidos, pero los aguantas para vernos a Joshua y a mí sonreír. Así que déjate de tonterías, porque lo que haces no es suficiente, porque tú mismo lo has dicho: He vivido rodeado de personas que me aman y si estoy contigo es porque lo que tú me das es irremplazable.

Patrick sonrió al escucharlo. Neil tenía ese don de hacer sentir especiales a todos. No entendía como lo hacía, pero lo amaba por ello porque veía en él cosas que él mismo no les daba importancia. Las magnificaba hasta el punto de hacerlo sentir que valía más de lo que alguna vez creyó.

—Yo este…sé que es tarde, pero ¿podría contarte todo lo de mis padres?

—Cuéntamelo todo. Actuaré sorprendido en la parte que me dices que tu madre está viva.

Patrick sonrió un poco—Espera a que llegue a la parte donde te diga que mi padre también lo está y  Daniel es mi hermano…

—Espera ¿qué?

Para desgracia de Neil empezó desde el principio, le contó todo a detalle, demorándose porque había momentos en que necesitaba hacer unas pausas porque era la primera vez que contaba todo a detalle, ni siquiera con Caleb lo hizo porque sabía que no le prestaría atención más de cinco minutos, pero finalmente había encontrado a alguien que estaba dispuesto a escucharlo horas y horas. Era la primera vez que se permitía ser él mismo, sin temores, porque sabía que Neil no lo juzgaría, solo lo escucharía hasta el final.

Al final volvió a contarle las cosas que aquella noche donde se besaron por primera vez no tuvo el valor de decirle. Completó la historia de su vida para Neil y ya no tuvo miedo de mostrarse tan vulnerable ante él, porque sabía que no tenía nada que temer de Neil. Terminó de contarle todo y la habitación quedó sumida en un largo silencio.

—Vaya…—dijo Neil luego de un largo rato—. Eso explica muchas cosas…

—¿Por ejemplo?

—Todo tu comportamiento con Daniel...Lo de la fiesta…

—Por fortuna fue Daniel y no Robert.

Neil asintió, sin saber bien cómo manejar que Robert fuera el padre de Patrick. La imagen de Robert Hayes vino a su mente casi de inmediato, Craig y él no era simples colegas de profesión. Eran bastante cercanos, no al nivel de la relación que su padre y Tony tenían o la que había mantenido con el padre de Logan, pero Robert había ido más de una ocasión a cenar a su casa, o su padre salía con él por allí a ponerse al día. Tenía claro como lucía Robert Hayes, y ahora se sentía como un idiota al no haberse percatado del inmenso parecido que tenía con Patrick.

—Joder, todo este tiempo estuve creyendo que el ingeniero había sido tu novio. De seguro pensabas que era un idiota.

—La verdad…

—Oye…—dijo Neil dándole un leve empujón—. No tienes que ser tan honesto, pero ya hablando en serio, me alegra que las cosas con él se estén arreglando.

—No pensé que iba a llamarme, honestamente.

—¿Puedes pedirle que nos pase a Logan y a mí su materia? —preguntó Neil mirando al techo, pero recibió un codazo—Auch. Oye, yo te pegué tan fuerte.

—Eres un llorón, Evans, además tú no lo necesitas. Vas excelente con él, ya me lo dijo.

—Vaya, qué chismoso. ¿Dónde quedó el secreto profesional?

—Eso es para los médicos y curas, Neil.

—No, estoy seguro que todos tienen eso —dijo Neil cruzándose de brazos—. ¿Te comentó que me pidió ser su instructor para el próximo semestre?

—Oh, eso no. ¿Vas a aceptar?

Neil sonrió con tristeza y miró a Patrick—¿No tienes nada más que decirme sobre tu familia?

—No ¿por qué?

—Porque supongo que ahora es mi turno de hablar —dijo sentándose y apoyándose sobre el respaldo. Dobló sus piernas y las pegó a su pecho—. Le estado dando vueltas a lo que me dijiste la noche que me presentaste a Adrik Bell.

—Neil, esas cosas las cosas las dije sin pensar…

—Pero sabes que son verdad, Pat. Recuerdo que aún antes de ser novios me lo dijiste una vez: Que no era feliz estudiando ingeniería y tienes razón, solo que yo era demasiado obstinado para verlo.

—Neil…

—Si no fuera por ti nunca me hubiera dado cuenta. Si no me hubieses presentado a Adrik Bell no me hubiera dado cuenta que quizás lo que en verdad quiero hacer es estudiar actuación. Probablemente te reirás de mí, pero solo dos días yendo a los ensayos al teatro me han llenado más que todo lo que llevo de carrera. Estando allí con el grupo de Hugo o de Adrik sentí esa satisfacción que veo en ti cuando terminas algún plano —dijo con una sonrisa—. Durante todo este tiempo pensaba que si me esforzaba lo suficiente podría sentirlo en ingeniería, pero ahora…

—Has descubierto lo que realmente quieres.

—Eso creo…

—¿Y qué harás? —preguntó Patrick.

—No lo sé —confesó con un semblante triste.

—¿Pero qué quieres hacer?

—Estudiar lo que realmente me gusta.

—Hazlo entonces.

Neil sonrió y volvió a mirar el techo de la habitación—Sabes que no es tan fácil, Pat.

—Sé que tus padres entenderían.

—Ya, pero ya me equivoqué una vez para elegir una carrera. ¿Quién me garantiza que no volveré a equivocarme?

Patrick se sentó y tomó su mano—Creo que nadie puede hacer eso —dijo con cierto pesar—. Solo tienes que confiar en lo que realmente quieres.

—Aun así…

—Gretbauer tiene uno de los mejores programas en artes escénicas del país —recordó Patrick—. Puedo preguntarle a Andrew si aún estas a tiempo de presentar el examen de admisión.

—¿En verdad estás considerando que estudie actuación?

—Acabas de decir que es lo que quieres.

—Pero no es solo querer. No lo sé, ¿y si fracasó? ¿Si al final soy pésimo en eso y termino viviendo bajo un puente porque nadie me contrata?

— Ahora te estás poniendo histérico. Primero tus padres jamás dejarían que te murieras de hambre y menos que termines bajo un puente. Segundo tienes una casa, Evans.

—¿Y si me la embargan por no poder pagar mis deudas?

—¿Estás loco? Yo voy a estar a tu lado —le hizo ver Patrick—. Solo tendré que esforzarme el doble, en caso que tu carrera no funcione, para poder mantenerte.

Neil soltó una pequeña carcajada al escucharlo—¿Estás dispuesto a mantenerme?

—Claro que sí, solo te pagaré unos cursos de cocina y de limpieza porque si voy a trabajar doble turno lo menos que espero es que al regresar tengas la casa limpia y una buena cena. Además tú pones la casa, el perro y el auto ¿recuerdas?

—Está bien, incluso iré a dejarte al trabajo todos los días —dijo Neil apoyando su cabeza en el hombro de Patrick y se quedó en silencio unos minutos antes de poder decirle:—. Me da miedo dejar todo lo que he conseguido por un sueño que parece en el aire…

—¿Y si terminas tu carrera? Un par de años y listo. Luego puedes estudiar actuación y no sé, quizás para ese entonces tenga un buen trabajo y no tendrás que preocuparte por pedirle dinero a tus padres si es lo que te preocupa. Podría ayudarte a sacar tu segunda carrera.

—Me estás dando amor en estos momentos, Patrick.

—Ya, no exageres.

—No exagero. Estás siendo el mejor novio de toda la historia. ¡Y ni siquiera te das cuenta! —exclamó indignado Neil.

—Solo quiero verte feliz…

—Ves, allí estás de nuevo —dijo Neil—. En serio eres imposible a veces, pero supongo que es una buena opción. Ya sabes, esperar a terminar lo que empecé.

—Y siempre hay cursos cortos en verano ¿verdad? De los que solo tienes que ser endemoniadamente rico para pagártelo. Cosa que tú eres. Puedes intentar hacer un par de esos cursos y así quizás no tendrás dudas de que es en verdad lo que quieres.

—¿Cómo has hecho que los últimos días que he pasado en vela ahora me parezcan una estupidez? En menos de una hora has calmado todas mis inquietudes.

—Qué bueno —susurró Patrick mientras besaba la cabeza de Neil—. Tienes tiempo. Ya te lo dije esa vez que aún no éramos novios. Lograrás lo que te propongas. Está bien si necesitas tiempo para averiguarlo.

—Gracias por escucharme —dijo Neil mientras se acostaba en las piernas de Patrick. Las sábanas cubrían en parte el tatuaje de su cadera. Pasó su índice por el tatuaje—. Oye…nunca me dijiste por qué te lo hiciste.

—Ah, es verdad.

—No tienes que decírmelo, puedes tener tus secretos.

Patrick negó—Ahora ya no se me apetece tener ningún secreto contigo —confesó—. La razón es un poco tonta la verdad…

Había sucedido la última vez que su madre llegó al apartamento. Los primeros días, todo había marchado como de costumbre, se había mostrado atenta y en verdad creyó que cambiaría, que se quedaría con ellos. Aquel día Patrick había regresado particularmente tarde de la universidad cargado de materiales para una maqueta. Su madre se había acercado a ayudarle a meter todo a la casa y a Patrick se le había caído la factura que le habían dado.

Cuando intentó recogerla su madre se le adelantó y frunció el ceño al notar el monto—¿No crees que tus estudios están siendo demasiados costosos?

—Es una carrera costosa, eso lo sabes.

—Podría hablar con Robert, sé que si te disculpas…

—¿Por qué tendría que disculparme con él?

—Tu padre no está  feliz con el estilo de vida que decidiste…

—¿Estamos hablando de nuevo que terminé en las bartolinas o la razón por la que terminé allí?

Catherine se sentó en la silla del comedor—No me gusta hablar de esos temas.

Patrick frunció el ceño—Pues a mí tampoco, entonces no sé por qué lo traes a colación.

—Si estás haciendo esto porque estás molesto con tu padre y conmigo…

—Aguarda ¿Crees que un día me levanté y dije: ¡Hey, qué tal si soy gay solo para molestar a mis padres! ¿Tanto es tu egocentrismo que crees que cada cosa que hago en mi vida gira entorno a ti o a Robert?

Catherine puso sus manos en el rostro y respiró hondo—No lo sé, nunca noté nada extraño en ti cuando crecías.

—¡Es porque nunca estuviste aquí, Catherine! —exclamó molesto Patrick—. Mira, en primer lugar jamás iba a decírtelo, pero ahora ya lo sabes así que no me queda otra que soportarlo. En segunda ¿por qué te importa? Nunca te interesaste en nada de lo que hacía y ahora de repente vienes a querer saber por qué me gustan los hombres.

—Bueno, discúlpame por al fin interesarme, como tú dices. No estás siendo muy justo, Patrick. Criarte no fue fácil. No sabes todo lo que sacrifiqué por ti.

—¡Yo no te lo pedí! ¡¿Si tanto pesar te causé por qué simplemente no me abortaste apenas te enteraste?!

—No voy a explicarte mis razones, Patrick…

—Oh, vamos, ambos sabemos que simplemente decidiste tenerme porque creías que tal vez así Robert se quedaría contigo —dijo molesto vio a su madre levantar la mano, pero la sujetó con fuerza—. Te dije que no volverías a pegarme.

—No tienes ningún derecho…

—Ni tú tampoco —le dijo molesto Patrick—. Si no te gusta mi vida por qué simplemente no me sigues ignorando como antes.

—Porque tus decisiones están dejando en la calle a mi padre. ¿Crees que no me enteré que ya gastó todo el dinero que dejó mi madre en pagarte la matrícula y parte del semestre?

—¿Qué? —dijo Patrick confundido al escucharla—. No, mi abuelo me dijo…

—Pues te mintió. Ahora no tenemos ni un centavo ahorrado solo porque decidió apoyarte en algo que ni siquiera vas a ser capaz de terminar.

—Eso no lo sabes…

—Claro que sí, apenas terminaste la escuela. Todo el edifico sabe que te dedicabas a robar con esos tipos de unas calles abajo. La universidad no es para ti, Patrick, no eres de esas personas que van y logran obtener un título —le dijo molesta Catherine—. Si tanto te gusta la construcción ¿por qué no simplemente le pides a tu padre que te contrate en su empresa? Podrías ganar más de lo que estás recibiendo ahora.

—No voy a pedirle nada a Robert. No voy a ser como tú.

—Si fueras un poco como yo al menos tendríamos para comer decentemente los tres tiempos. ¿Has visto el refrigerador últimamente? Con lo que has gastado en estas tonterías podríamos haber comprado comida para la quincena.

Patrick apretó los labios con fuerza porque odiaba que su madre lo hiciera sentir culpable. No sabía cómo lo hacía, pero siempre terminaba consiguiéndolo. Sintió la mano de su madre en su cara, intentó separarse, pero lo atrajo a ella y lo abrazó.

—Ay, hijo, mira lo que me haces decirte. Discúlpame ¿quieres?

Patrick no tenía fuerzas para separarse de ella, pero odiaba sentirla tan cerca—Ya no quiero hablar…

—Entonces escucha. No deberías ilusionarte tanto con esto de la universidad. Sabes que con nuestra situación económica es cuestión de tiempo para que lo dejes. No quiero que te vayas a frustrar cuando eso pase porque sé que te deprimirás, terminarías encerrado en tu habitación y necesitamos todos los ingresos que podamos para seguir a flote.

Patrick cerró los ojos con fuerza, quería que su madre se callase en esos momentos. No quería escuchar eso en esos momentos. No cuando había tenido un día pésimo en la universidad y había terminado explotando con Daniel frente a toda la clase finalmente.

—Te necesitamos para que seas el hombre de la casa, Patrick. Sabes que tu abuelo ya no está en edad de trabajar.

—Lo sé…

Esa noche Patrick no durmió pensando en las palabras de su madre y en parte porque desde que había vuelto le tocaba dormir en el sillón. Quizás tenía razón. Las clases eran más difíciles de lo que había esperado y el dinero que se le iba en materiales para las maquetas era astronómico a sus ojos. Se levantó dispuesto a hablar con su madre. Avanzó hasta su habitación y notó como la puerta estaba entreabierta. Abrió un poco la puerta, sin saber si debía despertarla o no, pero notó que estaba sentada viendo a la ventana, de espaldas al escritorio. Entró en silencio y estiró la mano para tocar su hombro cuando la escuchó hablar.

—Sí, lo sé, pero ahora las cosas no están bien en casa. Ya te lo dije. El dinero que pensaba pedirle a mi padre lo terminó botando en mi hijo…—Catherine guardó silencio—. Gastrell. ¿Puedes creerlo? Dice que quiere ser arquitecto y no sé qué otras tonterías. Ay, no sé qué voy a ser con ese niño. No me sorprendería que cualquier día mi padre me llame diciendo que lo arrestaron de nuevo, esta vez por robarle a alguien de esa universidad, es cuestión de tiempo porque pronto verá lo que es ser un adulto. Así que aún no he conseguido los quinientos dólares que necesito.

Patrick había estado tan ensimismado contando todo que se sobresaltó cuando Neil se movió de su regazo. Notó la tristeza en su mirada, pero se sintió agradecido cuando puso su mano en su mejilla—Oye, no te cuento esto para que estés triste…

—Lo sé…

—En fin, esos días no sé, era difícil todo. Pensaba que era más difícil hacer lo correcto. Había momentos en que pensaba que quizás todos tenían razón y no lograría ser bueno, pero ya te lo había comentado una vez, mi abuelo era la única razón para evitar que hiciera una estupidez. Pronto me hice a la idea que quizás tendría que luchar siempre con esa parte de mí que sabía que había un método más fácil de conseguir las cosas.

—Pat…

Patrick le miró apenado—Por esos días estábamos estudiando las diferentes civilizaciones antiguas y recuerdo que encontré este libro en la biblioteca de la civilización Maya y para ellos el jaguar era un animal ambivalente, símbolo de la luz y oscuridad así que me pareció genial. Antes de graduarme de la escuela ya tenía la idea de que quería un tatuaje, no sabía bien qué hasta entonces, así que pensé que era una buena opción: un recordatorio que también había luz y oscuridad en mí…

—Creo que por primera vez no se me ocurre nada que decirte…

Patrick sonrió un poco—Probablemente debí limitarme tatuarme algo más simple como el símbolo del ying yang o de esas cosas tribales…

—No, me gusta tu tatuaje, ahora que sé que lo que significa me gusta aún más.

—¿En serio?

—Claro que sí. Es un tatuaje intelectual.

Patrick rio un poco al escucharlo —Estás loco, Neil —susurró, mientras este bostezaba un poco—. Deberíamos dormir un poco. Debe ser tarde.

Neil asintió y miró su celular—Joder…son las dos de la mañana…

Patrick miró la hora incrédulo—Y yo que creía que iba a poder dormir un poco antes del entreno…

—No estarás pensando en ir ¿verdad? No has dormido bien los últimos días.

—En verdad quiero ir, si no voy me quedaré dándole vueltas a todo lo que pasó.

Neil suspiró resignado—Está bien, pero no te sobre esfuerces. No quiero que te desmayes de nuevo.

—No lo haré —dijo mientras se acomodaba mejor en la cama y dejaba que Neil lo abrazase de nuevo—. Neil…

—Dime.

—No soy el mejor novio del universo —dijo con seriedad—. Tú lo eres.

Neil sonrió al escucharlo—Es que contigo es fácil querer serlo…

Notas finales:

Gracias a todos por seguir leyendo y sus reviews :) 


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