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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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XLVIII.

Había un placer escondido en partirle la cara a un Grafiel. Patrick lo descubrió apenas su puño conectó contra el rostro de Jared. Un solo golpe bastó para dejarlo tirado en el suelo, pero Patrick no se iba a conformar con solo uno. Se puso encima de él y el siguiente golpe cayó directo en la nariz. Quizás fue el más placentero porque cuando retiró el puño este tenía sangre en los nudillos. El tercer golpe terminó a la altura del ojo. Los presentes tardaron esos tres golpes en reaccionar. Entre Jake, Mike y Tom lo separaron, pero no impidió permitir darle una patada a Jared que lo dejó con las manos alrededor de su estómago.

—¡Patrick, te has vuelto loco! —gritó Jean quien se arrodillaba al lado de Jared.

Patrick le miró dolido, porque a pesar de todo lo cabrón que había sido Jared lo había soportado porque creía que podía confiar en él. Apartó la mirada de Jean y al volver a fijarse en Jared solo quiso seguirle partiendo la cara. Intentó abalanzarse contra él. Casi se le escapa a sus compañeros quienes habían aflojado el agarre.

—¡Cálmate, Patrick! —suplicó Jake.

Patrick forcejó hasta que de pronto tenía a Neil enfrente.

—¡Por todos los cielos! ¡Te dije que no hicieras ninguna estupidez, Pat! ¡Ahora cálmate!

—¡No voy a calmarme! Tú sabes…

—¡Lo sé! Al menos deja que se defiendan —lo cortó Neil molesto—. Deja que me encargue de esto ¿de acuerdo? Si no fuera por mí no tendrías este problema.

—Pero…

—Yo me encargo —le dijo Neil con seguridad—. Ahora cálmate. No me hagas pedirles que te metan a una ducha para ver si así te calmas.

Patrick le miró furioso, pero dejó de forcejar con sus compañeros que aún le tenían bien sujeto—Bien. Habla si quieres. Total ya me desquité un poco.

—¡¿Alguien podría decirme que está pasado?! —exclamó Jared aún aturdido.

Neil respiró profundo antes de girarse para enfrentar a Jared quien sangraba de la ceja y la nariz. La verdad si no supiera que era más probable que terminase con un dedo fracturado por no saber pegar, él también le daría su buen golpe a Jared.

—Pasa que ya descubrimos que nos has mintiendo a todos —dijo Neil molesto.

—¿De qué hablas? Jamás les he mentido —dijo Jared molesto intentando parar la hemorragia nasal—. Deberían estarme ayudando a parar esta hemorragia en lugar de estarme acusando.

—Neil ¿qué sucede? —preguntó Carl.

—Sucede que Jared no es quien dice ser. ¿Creíste que nunca íbamos a averiguar que tu apellido no es Clinf?

—Oficialmente están locos. Mira mis documentos…

—¿Entonces niegas que el de esta fotografía eres tú? —dijo Neil enseñándole su celular— ¿Tienes un gemelo perdido que se llama Jared Grafiel?

Jared había estado furioso hasta ese momento. Su expresión cambió por completo. Neil no sabía si estaba pálido a causa de sus palabras o porque la hemorragia seguía.

—Te dije que cuando se enteraran desearías haberlo dicho antes —dijo Jean con resignación.

—¿Entonces tú sabías? —preguntó Patrick dolido.

—Claro que sabía. De acuerdo, haremos esto. Necesito que me den diez minutos para curar a Jared. Luego volveremos y hablaremos.

—¿En verdad crees que soy tan estúpido como para dejarlos irse de este vestidor? —preguntó molesto Patrick.

—Bien, dame quince. Iré por un botiquín y lo curaré aquí. Se los dejaré y me estoy arriesgando a que no termines de deformarle la cara. Neil, ¿puedo confiar que si lo dejo no lo encontraré peor de lo que ya está?

—Date prisa. No prometo retenerlo por tanto tiempo —dijo Neil.

Neil vio como Jean salía del vestidor. El ambiente era tenso. Todos los del equipo alternaban los ojos entre Jared, Patrick y él.

—¿Podemos ver lo que tienes en tu celular? —preguntó Carl rompiendo el silencio.

Neil le pasó su teléfono y todo el equipo se le fue encima a Carl intentando ver lo que había provocado semejante encontronazo. Miró a Patrick quien se había sentado en una de las bancas pegadas a la pared. Neil fue a sentarse a su lado.

—¿Algún día dejaras de solucionar todo hablando? —preguntó Patrick sin quitarle la mirada a Jared.

—Cuando me enseñes a dar unos buenos golpes y crea que pueda ganar esa pelea.

Patrick sonrió a su pesar y apartó la mirada de Jared—¿Cómo haces para hacerme sonreír incluso en estos momentos?

—Soy el gracioso de los dos. Es mi trabajo. El tuyo es solo verte guapo.

—Evans…—dijo Patrick sin poder borrar su sonrisa. Subió un pie a la banca—. Debiste dejarme que le siguiera partiendo la cara.

—Si no se ha intentado ir es porque debe tener una buena explicación para no habérnoslo dicho —dijo Neil intentando ignorar la conversación de los del equipo quienes no les quitaban la mirada de encima.

—Recuérdame golpear a Andrew también cuando lo vea.

—Con mucho gusto —dijo Neil. Aunque sabía que Patrick jamás golpearía a Andrew. Había tenido demasiadas oportunidades para hacerlo. No le gustaba darle demasiadas vueltas al asunto, pero era imposible no creer que Patrick nunca lo golpeaba porque le gustaba demasiado su rostro—. Gracias por no pegarme a mí de paso.

—Nunca me atrevería a hacerlo —se apresuró a decirle alarmado.

—Lo sé, solo bromeo.

Patrick asintió—Quizás un empujón para poner distancia, pero nunca un puñetazo.

Neil sonrió—Es bueno saberlo. Con la fuerza que pegas capaz me dejas en coma.

—Ya, no es para tanto.

—Has tumbado a Jared al primer golpe. No creo que le hayas fracturado la nariz, pero ten por seguro que ese ojo mañana amanece morado —dijo Neil en el momento en que Jean volvía a entrar con un botiquín.

—Qué bueno…

Ninguno del equipo se ofreció a ayudarle a curarlo así que era claro que la confianza hacia Jared y Jean estaba rota. Jean parecía estarlo regañando a murmullos porque Jared solo se quejaba, pidiéndole que fuese más delicado.

—Tienes que prometerme que dejarás de solucionar todo a los golpes —dijo Neil cruzándose de brazos—. Algún día vamos a terminar en bartolinas y no sé cómo se lo explicaría a mi madre.

—¿Y tú por qué terminarías allí?

—Porque soy un completo idiota y jamás te dejaría solo en un lugar como ese. No después que me contaste lo horrible que es y lo mal que lo pasaste.

Patrick se sintió conmovido por las palabras de Neil—Prometo intentarlo.

Jean se puso de pie y todo el vestidor se calló de inmediato. Jared miró furioso a Patrick, pero este ni siquiera se inmutó. Su mirada estaba atenta en Jean quien parecía que estaba a cargo de la situación. Jean caminó de lado a lado mientras intentaba ordenar sus ideas.

—Empezaré diciendo que tienen todo el derecho a estar molestos. Quizás Jared sí se merecía esos golpes.

—¿Del lado de quién estás? —preguntó Jared molesto.

—Dijiste que me encargara de limpiar tu desastre, ¡así que cierra la boca! —dijo Jean girándose para verle unos segundos. Patrick alzó una ceja francamente sorprendido. No tanto por la reacción de Jean, sino porque Jared obedeció—. Como decía, es cierto que les ocultamos ciertas cosas, pero deben creernos que en ningún momento hemos querido perjudicar al equipo.

—En primer lugar, no, no les debemos nada y segundo: ¿Por qué mentir sobre el apellido? —preguntó Patrick.

—No es una mentira. Actualmente se llama Jared Clinf.

—¿Entonces por qué se cambió el apellido? —preguntó Neil.

Jean se llevó una mano al rostro y miró a Jared unos segundos antes de volverse al grupo—Porque tomó mi apellido. Jared y yo estamos casados.

Silencio. El vestidor quedó en un absoluto silencio mientras todos intentaban procesar las palabras de Jean. Había preocupación en los ojos de este y solo resignación en los de Jared. Patrick miró a Neil quien lucía igual de confundido que él. Estaban asimilando la noticia cuando la risa de Jim retumbó en todo el lugar. Todos los del equipo voltearon a verlo confundido.

—Buen chiste, Jean. Ya nos viste la cara una vez —dijo Jim quien no dejaba de reírse, pero al ver que era el único que lo hacía se calló de inmediato. Vio al resto y luego a Jean—. ¿Es en serio?

—Es en serio—dijo Jean.

—Bien, ¿alguien más que quiera aprovechar para salir del closet? —Preguntó Tom—. Ya que el cuerpo técnico y el capitán lo son, digo para no tener más sorpresas en lo que resta de la temporada.

—De acuerdo, felicidades, supongo…pero eso no quita que es un Grafiel y que quiere sabotearnos —dijo Patrick.

—No, no queremos eso. En realidad queremos ayudarlos a que ganen el partido.

—¿Por qué? El trabajo de su padre según entiendo pende de un hilo. ¿Por qué quieres hundir a tu propia familia? —preguntó Patrick.

—Porque mi padre es un maldito desgraciado y nada me alegraría más que patearle el culo a él y a mi hermano homofóbico —dijo Jared de pronto.

—¿Entonces somos piezas de tu venganza? —preguntó Carl.

—Sí —respondió Jared y Jean le miró molesto—. Lo siento, pero es la verdad. Acepté el puesto porque sabía que competerían contra la sub 20. Hubiese aceptado entrenarlos de gratis con tal de ver a mi hermano morder el polvo en la cancha y luego mirar a la tribuna a mi padre quien creyó que no haría nada sin su estúpido apellido. Bien, ya saben mis motivos. ¿Debo considerarme despedido o puedo poner mi renuncia? Porque la indemnización es mayor si renuncio.

—Sigues siendo el entrenador, Jared —dijo Patrick después de un largo silencio.

El equipo empezó a hablar todos al unísono, de pronto el equipo se le había echado encima a Patrick. Neil miraba nervioso a Patrick quien no hacía nada, solo los miraba fijamente hasta que pronto todos callaron.

—¿En verdad vas a aceptarlo de nuevo? —preguntó Tom luego de unos segundos de silencio.

—Nos está usando como si fuéramos sus peones —dijo Jake indignado.

—Lo sé —dijo Patrick finalmente mientras se ponía de pie—. Sé que nos está usando, pero no me importa. La venganza es un motivo suficientemente bueno para no echarlo. Además no podemos darnos el lujo de correrlo a estas alturas de la temporada. No antes del partido, no en nuestra posición en la tabla y tan cerca del cierre de la temporada. Cuando esta acabe podemos considerar su despido.

—¿Ya olvidaste lo cabrón que ha sido Jared contigo? —preguntó Jim.

—No, no lo he olvidado, pero no me importa. ¿Ya olvidaste lo mucho que has mejorado desde que está aquí? —Preguntó Patrick y luego miró a todo el equipo—. Todos han mejorado desde que está aquí. No pueden negarme eso. Yo no puedo con el trabajo de entrenador de nuevo y ciertamente no puedo hacerlos mejorar en el tiempo y la forma que Jared lo ha hecho.

El equipo guardó silencio nuevamente. Jean y Jared compartieron una mirada. Neil miró a todos sintiéndose un tanto fuera de lugar, pero él había creado ese caos por no haber investigado más a fondo.

—Si el capi considera que es lo mejor para el equipo entonces lo apoyaré —dijo Carl.

Patrick le miró agradecido. Su vista recorrió a todos los del equipo quienes en diversos grados de conformidad aceptaron su decisión. Miró a Jean y a Jared—Tienen que arreglar este desastre. No crean que pueden renunciar tan fácilmente. Deberán ganarse la confianza de nuevo. No hay margen de negociación. Arreglen esto, hagan que no perdamos contra la sub 20 y que ganemos el torneo.

—De acuerdo. Será según tus condiciones —dijo Jean.

Patrick asintió, miró a Jared y frunció el ceño—Quiero hablar contigo a solas.

Jared suspiró y se puso de pie—¿Te parece bien afuera?

—Pat…—empezó Neil.

—Prometo hacerlo a tu manera —dijo Patrick vio a Neil asentir, pero era obvio que la duda estaba allí. Salieron del vestidor. Miró a su alrededor, sin saber bien dónde dirigirse, caminó hasta las gradas y se sentó donde daba la sombra. Jared lo imitó. Había notado que intentaba sostenerse la nariz conforme subía las gradas. El párpado del ojo se había inflamado notablemente para esos momentos. Patrick no sintió remordimiento alguno—. Entonces, estás casado…con Jean.

—No creo que me hayas traído para discutir mi vida marital.

—¿Te molesta hablar de ella?

—No suelo hablar mucho de ella porque no tengo muchas personas con quien hablar al respecto.

Patrick asintió—Tú y él son muy diferentes. Más de alguna vez en los entrenos se me cruzó que Jean podría sentir algo por ti, pero creía que era unilateral.

Jared suspiró y se acomodó en las gradas—No es la primera vez que me lo dicen. Aunque podría decir lo mismo sobre ti y Neil sobre ser diferentes.

—No puedo objetar eso —dijo Patrick para quedarse en silencio unos minutos hasta que pudo pronunciar—. Así que quieres vengarte de tu padre y James.

—Sí… ¿Por qué decidiste dejarme como entrenador?

—Supongo que entiendo bien lo que es querer demostrarle a tu padre y tu hermano que eres capaz de ser alguien sin su ayuda —confesó Patrick—. Quieres que se traguen sus palabras y de paso si puedes hacerlos quedar mal parados la satisfacción es mayor.

—Creía que eras hijo único…

—Y yo te creía hetero, pero henos aquí —dijo Patrick con una sonrisa de lado—. Y bien, ¿cuál es mi papel en tu venganza? Para que te hayas comportado como un perfecto imbécil conmigo ¿es porque tengo un papel importante en ella o simplemente me detestas?

Jared miró a Patrick detenidamente antes de responder—Un poco de ambos. No es que tengas un papel importante, Patrick, eres la pieza clave. Sin ti, ninguna victoria tendría sentido. Eres la razón por la que vine a Gastrell.

—Cuando lo pones así se escucha muy mal. En especial considerando que eres casado —Patrick soltó una pequeña risa burlista al notar como Jared fruncía el ceño—. Dime qué quieres que haga y lo haré.

—Quiero que humilles a James en el campo. Él cree que los gays no tenemos nada que hacer en el campo de fútbol. Demuéstrale que se equivoca.

—Ah, eso lo iba a hacer aunque no me lo pidieras —respondió Patrick como si le decepcionara la petición de Jared—. Creía que lo odiabas más y me pedirías alguna tontería.

—Hablo en serio, Patrick. No quiero solo ganar, lo quiero derrotado a él y a mi padre.

Patrick ensanchó su sonrisa al escuchar la rabia con la que hablaba Jared—Andrew me comentó una vez de un jugador que intentó salir del closet en la federación y tú estuviste en la sub 17… ¿Eras tú?

—Sí, mi padre no se lo tomó bien así que me forzó a retirarme de la selección. Me prohibió jugar en cualquier equipo. De hecho se avergonzaba tanto de mí que me mandó a Inglaterra apenas me gradué del colegio. Sabía que era gay, pero no que tenía novio y mucho menos que era Jean. Su padre fue el preparador físico de la selección mayor hasta que se jubiló, así que Jean siempre andaba cerca para que no me lesionara. Lo hace desde que éramos pequeños. En fin, cuando me enviaron a Inglaterra, él no dudó en irse también. Sus padres son mucho más comprensivos que los míos, así que nos apoyaron en todo. Un verano James llegó de sorpresa. Jean y yo vivíamos en un apartamento así que te podrás imaginar lo furioso que estaba cuando nos vio juntos.

—¿Nunca se llevaron bien?

—Al contrario, éramos muy cercanos. Él me veía como su modelo a seguir. Supongo que eso se vino abajo cuando supo que era gay. Intenté convencerlo que era el mismo de siempre, pero no me escuchó. Cuando llegó ese verano empezó a gritarnos furioso. Ah, era todo un niño todavía. Aún lo es. Me dijo que estaba desperdiciando mi vida al lado de Jean. Que nuestro padre me había enviado allí para que dejase esas tonterías de ser gay y no sé qué otra sarta de insultos. Intenté dejarlo pasar porque aún lo quería, pero supongo que él no sentía lo mismo porque se regresó de inmediato al aeropuerto. Dos días después solo recibí un correo de mi padre diciendo que si quería seguir viviendo de esa manera que me valiera por mí mismo.

—¿Y qué hiciste?

—Me faltaba solo un semestre para titularme. Tuve que hacer un préstamo y conseguir un trabajo a medio tiempo para intentar salir con todo, el alquiler, la comida y demás. Lo que los padres de Jean le depositaban nos ayudó el primer mes, pero él también consiguió un trabajo a medio tiempo aunque no tendría por qué. El dinero alcazaba para que viviera bien él solo, pero lo hizo para ayudarme a pagar más rápido el préstamo.   

—Lamento escucharlo.

James negó con la cabeza—Yo no. A la larga creo que mi padre me hizo un favor. Dejaba de hacer muchas cosas porque temía que se enterase, que no me ayudase a terminar mis estudios. Después que dejase de ayudarme fue como empezar a vivir en verdad. Salía a los lugares que quería, me vestía como quería, iba a las marchas del orgullo gay, el matrimonio igualitario en Inglaterra estaba aprobado así que me casé, empecé a trabajar como entrenador en una universidad de Mánchester y luego entrené a unos equipos de segunda división. Si regresamos fue porque los padres de Jean no se hacen más jóvenes y él quería tenerlos cerca. En fin, no puedo quejarme mucho de cómo ha resultado mi vida, pero eso no significa que no quiera demostrarles a mi padre y a mi hermano que se equivocan.

—Después de haberme dicho cosas tan personales no me dejas otra opción que ayudarte.

Jared le miró fijamente—Aún no me preguntas por qué te detesto.

—No me interesa —dijo Patrick encogiéndose de hombros—. No tenemos que ser amigos ni nada por el estilo para que ganemos todo. Además ya prometí ayudarte, no te arriesgues a que rompa mi promesa diciéndomelo.

—Correré el riesgo —dijo Jared—. Supongo que más que detestarte es un poco de envidia.

—¿Envidia?

—Sí, cuando salí del closet con mi equipo no se lo tomaron bien. Aún entrenaba con ellos y todo, pero algo se rompió. Te veo a ti con el equipo y supongo que envidio la unidad que tienen. Si hubiese tenido ese apoyo de su parte quizás hubiese seguido jugando. No puedo quejarme como resultaron las cosas con mi vida, pero renuncié a mi sueño por algo que en su momento lo era todo: el amor de mi padre. Ahora me arrepiento de mi decisión porque el futbol en verdad me hacía feliz. Quería ser el mejor, era el mejor en ese entonces y no lo aproveché. Te veo a ti, veo todo tu potencial y no lo aprovechas. Podrías ser mejor que cualquiera del equipo de James si te lo propusieras. Podrías jugar en primera división. Tienes todo para cumplir todo lo que alguna vez anhelé y no te das cuenta.

Patrick sonrió al escucharlo—Por eso te empecinas a hacerme sufrir en los entrenamientos.

—Sí…

—Bueno, tiene sentido cuando lo pones así. El problema es que yo tengo mis propios sueños, Jared. No intentes cumplir todos tus sueños a través de mí—dijo Patrick—. Sin embargo, permitiré que me conviertas en tu instrumento de venganza contra tu familia. No me importa que ser tu goleador gay o lo que quieras que sea, pero no vuelvas a desquitarte conmigo solo porque no voy detrás de todo lo que quisiste conseguir ¿de acuerdo?

—Suena justo.

—Y ya se lo dije a Jean, así que te lo digo a ti también. Mientras seas mi entrenador y juegue para Gastrell mejoraré en todo lo que quieran. Intentaré ver todo ese potencial que dicen que tengo y quizás  hasta me divierta, pero si decido hacer algo con eso depende enteramente de mí.

—Bien.

—Bien, ahora regresemos. Los demás se deben estar preguntando si terminé de destrozarte la cara.

—Me agarraste con la guardia baja.

Patrick alzó una ceja—¿De verdad? Entonces cuando te cures si quieres nos agarramos a puñetazo limpio y me demuestras lo contrario.

—No gracias. Confórmate con haberle pegado a James y a mí. Dos Grafiel en un año es suficiente ¿no crees?

—Pues si tu padre sale con alguna mierda no prometo no añadirlo a la lista.

Jared sonrió al escucharlo—Dichoso tú que si puedes partirle la cara en caso que se presente la oportunidad. Para bien o para mal sigue siendo mi padre y lo respeto.

Patrick se puso de pie y bajó las gradas, rumbo a los vestidores, preguntándose si se le presentase la oportunidad de golpear a Robert se detendría o lo haría.

***

Logan miró a Víctor cuando se estacionaron. Había conducido desde Gastrell hasta su hogar y se había sentido bien. Seguro. No tuvo miedo alguno y se sintió orgulloso de poder hacerlo. Víctor también lucía orgulloso de él. Ahora que Víctor empezaría a trabajar ya no podía contar con él para ir y venir de la universidad, ni a la clínica. Sabía que podía tomar algún taxi, pero ya no se sentía con ánimos de hacerlo. En su casa disponían de tres vehículos que raramente utilizaban, así que sabía que era una tontería no utilizar alguno de ellos. Ahora que se sentía un poco más confiado de poder manejar en Gastrell no veía por qué no disponer uno de sus vehículos. Su psicólogo le había dado a entender que podía empezar poco a poco a retomar aquellas cosas de las que perdió control debido al accidente. Manejar y moverse sin depender de alguien era una de ellas.

—No tienes que bajarte si no quieres —dijo Logan. Recordando lo incómodo que fue para Patrick cuando fue la primera vez—. No tengo idea en qué estado estará mi madre.

—Está bien. Quiero acompañarte —le aseguró Víctor.

Logan le indicó que bajasen. Antes de llegar a la entrada Greta salió a recibirlos. Les dio la bienvenida con efusividad, indicándole que su madre estaba en un buen día y que estaba en el jardín. Habían preparado el almuerzo para ambos. Logan le indicó que irían primero a saludar a su madre y luego comerían algo.  

El jardín trasero estaba lleno de rosales de distintos colores. Logan le indicó a Víctor que lo siguiera. El solo saber que su madre podría reconocerlo lo ponía de un excelente humor. La vio leyendo en la glorieta que estaba debajo del enorme cedro de su casa. Al alzar la mirada le sonrió con amor, Logan corrió a abrazarla.

—Mamá —susurró Logan mientras besaba su mejilla.

—Hola, hijo, te esperaba más tarde.

—Víctor y yo queríamos venir para acompañarte a almorzar —dijo Logan animado.

Marguerite miró a Víctor que se había quedado al pie de la glorieta y le indicó que se acercase—Mucho gusto, Víctor. Siéntete como en tu casa.

—Buenas tardes. Gracias por recibirme en su casa, señora —dijo Víctor contagiado por la felicidad de Logan.

—Siéntense, siéntense. Le pediré a Greta que les traiga limonada.

—No, no estamos bien —dijo Logan queriendo más tiempo solo con su madre. Se sentó a su lado y la abrazó con fuerza—. Solo déjame estar así un poco más.

Marguerite rio al escuchar a su hijo—Logan, ¿qué va a pensar tu amigo?

—Que te quiero mucho —se limitó a decir Logan sin dejar de abrazarla.

Marguerite miró a Víctor con una sonrisa—Tendrás que disculparlo. Siempre ha sido demasiado apegado a mí.

Víctor negó con la cabeza—Por lo que me cuenta de usted no esperaría menos.

—Solo cosas buenas espero —dijo mientras acariciaba los cabellos de su hijo.

—Claro que sí, mamá. Nunca lo dudes.

Incluso ahora. No tenía más que palabras de amor para su madre. De un momento a otro empezó a su madre a contarle sobre cómo iban las cosas en la universidad, sobre su día a día. Pronto le dijo a su madre que Víctor se había mudado con él y aunque al principio le había sorprendido la noticia se sintió más tranquila el saber que había alguien haciéndole compañía. Su madre hacía una que otra pregunta a Víctor, pero nada impertinente. Congeniaron rápidamente y había un ambiente familiar en el aire que le reconfortaba. Preguntó por Neil y a su pesar preguntó por Leah. Intentó sonar lo más tranquilo cuando hablaba de ella, pero una parte de él sentía que había dejado ir su oportunidad con ella, pero en esos momentos no podía ofrecerle nada a ella, ni a nadie. Le dolía admitirlo, pero primero quería intentar sentirse mejor consigo mismo. Marguerite solo interrumpió la conversación para decirles que ella sí tenía hambre y que fueran al comedor. Tenía tiempos de no sentarse alguien más con ellos a comer, así que tener a Víctor allí a su lado le generaba una sensación de normalidad y bienestar. La presencia de su madre solo complementaba lo que para Logan en esos momentos podía catalogar como un excelente día.

***

Patrick salió de la ducha y fue directo a la cama donde Neil le esperaba, le besó suavemente y se acomodó en la cama y sintió el brazo de Neil acercarlo a él. Este empezó a acariciar sus cabellos. Sabía que le debía una buena sesión de sexo, pero apenas se acomodó en la cama sus ojos se cerraron y cayó en un sueño profundo. Estaba exhausto. No se había percatado de ello hasta el juego. No supo en qué momento se quedó dormido hasta que a lo lejos escuchó la voz de Neil llamándole. Abrió los ojos con pesar y notó a Neil sonriéndole.

—Hey, no quería despertarte, pero dijiste que mi padre pasaría por ti a las tres. Son las dos y media, no es que no me guste verte desnudo, pero quizás deberías cambiarte antes que el venga.

Patrick se movió con lentitud. Aún se sentía exhausto. Se pasó una mano por el rostro y se puso de pie buscando su ropa. Aún no se acostumbraba ver toda su ropa al lado de la de Neil, quien había hecho un espacio en el closet para que la acomodase.

—¿Estás bien? —preguntó Neil—. Luces agotado. Quizás deberías quedarte.

—No, quiero ir. Las próximas semanas estaré bastante ocupado. Además tu padre fue lo suficientemente amable como para invitarme. No quiero rechazar su invitación —dijo Patrick mientras se ponía una camiseta —. ¿Vendrás con nosotros?

—Nah, dejaré que tengas tu tiempo a solas con tu suegro —dijo Neil con una sonrisa, pero al notar como Patrick cambiaba su semblante y palidecía un poco no pudo evitar reír—. ¿No te habías puesto a pensar en eso?

—¡No! Oh, rayos. ¿Debería ir?

—Querías ir hasta hace unos minutos.

—¡Porque no estaba pensando en Craig como tu padre! —exclamó mirando su camiseta y se la quitó e intentó buscar alguna camisa más decente.

—Oh vamos, lo harás bien. Le agradas a mi padre.

—¿Por qué no quieres venir con nosotros? —preguntó Patrick buscando unos jeans.

—Quería pasarme por el ensayo…pronto presentaran la obra y Adrik Bell se irá —comentó Neil con pesar.

A Patrick no se le escapó el detalle—Realmente te gusta ir a ver ¿verdad?

—Me encanta, incluso cuando no necesitan mi ayuda me gusta observar todo. Es un ambiente completamente diferente al que tenemos con los Títeres, aprendo muchísimo con solo ver como el señor Bell corrige a los demás.

Patrick sonrió al notar lo emocionado que Neil siempre actuaba cuando mencionaba algo de Adrik o de los ensayos— Me alegra que le saques todo el provecho que  puedas —dijo mientras se ponía los pantalones y tomaba otra camisa menos informal—. ¿Luzco bien?

—Tú siempre lo haces —dijo Neil sentado al borde de la cama—. Debería prohibirte que me preguntes esas cosas.

—Ya…entonces ¿luzco como lo suficientemente bien como para acompañar a tu padre?

—Sí, Pat. No te preocupes tanto.

No podía evitarlo. Era el padre de Neil. Quería tener dar la mejor imagen que fuera posible, por eso cuando subió en el pick up de Craig se sentía un poco nervioso; sin embargo, su nerviosismo se percató que en la radio sonaba “Master of puppets”.

—¿Quieres que la cambie? —preguntó Craig al notar que Patrick se había quedado viendo largo rato la radio.

—¡¿Está loco?!  ¡Sería un pecado! —exclamó Patrick sin pensárselo, al notar como había reaccionado empezó a balbucear—Di-digo me gusta la canción.

Craig sonrió al escucharlo—Logré verlos en vivo a principios de los 2000’s.

—No, ¡¿en serio?!

—Me le escapé a Erika esa vez. Ese fin de semana era el cumpleaños de su madre y sabía que si le decía que prefería ir al concierto me mataría, así que le dije que tenía un viaje de negocios.

Patrick sonrió al escucharlo. Podía imaginarse a Craig haciéndolo, en especial después que le había comentado que no era muy querido por sus suegros— ¿No se dio cuenta?

—Oh, sí. Terminé con un ojo morado en ese concierto.

—¿Por qué?

—Porque estaba en primera fila y tiraron una uñeta y no iba a dejar que el desgraciado a la par mía me la arrebatara —dijo Craig con una sonrisa al notar la cara de incredulidad de Patrick—. Le tengo en casa por si quieres verla cuando vayas. En fin, Erika notó mi ojo, pude haber inventado cualquier excusa, pero luego desempacó mis cosas encontró mi camiseta del concierto y las otras cosas que había comprado. Estaba furiosa, obviamente, pero me hubiera arrepentido de no ir.

—Valió la pena el puñetazo —dijo Patrick.

—Y si Erika me hubiera dado uno también en ese momento también lo hubiese valido —dijo Craig con una sonrisa.

Siguieron hablando de los conciertos a los que Craig había ido hasta que llegaron a la construcción. Craig le pasó uno de los cascos que andaba en la parte de atrás para que se lo pusiera. Patrick miró todo con emoción. Craig fue enseñándole todo lo que habían avanzado. Patrick recordaba bien los detalles que había discutido con Craig con los planos, pero la construcción iba a pasos agigantados. Craig lucía aliviado que fuesen inclusive un poco más rápido de lo que habían previsto. La gente que había contratado era muy competente.

De vez en cuando se detenían para saludar algún topógrafo o un ingeniero, Craig les presentaba a Patrick con naturalidad. No decía que era novio de Neil, pero tampoco Patrick se hubiese sentido cómodo con ello. En realidad el solo hecho que no fingiera que era invisible cuando hablaba con sus colegas le hacía sentirse extraño, importante. Sonreía cuando Craig le decía que podía preguntarle a sus colegas cualquier duda por más específica que fuera. Ellos se pusieron a su disposición y Patrick agradeció el ofrecimiento.

De vez en cuando Craig tenía que ir a supervisar la obra y Patrick se quedaba deambulando, observando el lugar. A veces volteaba a donde Craig estaba y este le sonreía, Patrick no sabía por qué ese gesto tan simple le abrumaba un poco. Craig ya le había sonreído en otras ocasiones. Su sonrisa se parecía mucho a la de Neil, pero ahora era diferente porque Neil no estaba allí o cerca y aun así él se comportaba tan amable con él.

La visita al proyecto duró tres horas. Se habían demorado más de lo que había creído en un principio, pero Patrick pudo ver a detalle la compleja estructura que iba tomando forma. El solo estar allí y ver lo que Craig hacía, le hacía querer graduarse lo más pronto posible para ver de lo que él era capaz. Sabía que le tomaría mucho tiempo siquiera ser decente, pero le emocionaba ver lo que Craig había conseguido y se preguntaba si él podría llegar a ser aunque sea un poco como él a nivel profesional.

Iban camino al pick up cuando uno de los trabajadores llegó a decirles que habían ido a dejar unos andamios. Craig se disculpó con Patrick y le pidió que aguardase o podía ir con él si gustaba. Craig le explicó que un viejo colega de su padre le había pedido prestado unos andamios para un proyecto de cinco días y le había hecho el favor.

Patrick caminó hasta allí, pero apenas vio a la Jugosa se detuvo en seco. No supo bien qué hacer o que decir, pero este lo vio y no dudo en ir a donde él —¡Jefecito! ¡¿Qué haces aquí?!

Craig sonrió al escuchar como lo llamaba—¿Lo conoces?

—Sí. Es mi compañero de trabajo —dijo Patrick sin saber porque no se sentía a gusto que Craig lo supiera.

Antes que pudiera responder el saludo a la Jugosa vio al señor Sliff bajarse del camión. Patrick se quedó sin saber que decir y solo vio a los dos hombres saludarse. El señor Sliff no tardó en darse cuenta de su presencia.

—Patrick, muchacho. ¿Qué haces aquí?

—Hola, señor Sliff —respondió Patrick intentando no lucir incómodo—. Yo…el señor Evans me mostraba el lugar.

—No sabía que conocías a Craig.

—Ni yo que conocías a Patrick —dijo Craig con una sonrisa.

—Sí, el chico tiene un tiempo trabajando para mí los fines de semana —explicó Sliff mientras ponía una mano en su hombro—. No querrás robarme a mi trabajador ¿eh, Craig? Es muy bueno poniendo cielos falsos, levantando muros y demás.

—No, no. No sabía que trabajaba para ti —dijo Craig sorprendido—. Pero ¿por qué no lo tienes como arquitecto junior o dibujante?

—Ah, sabes que mi empresita no es un monstro como la tuya. Si le dieras trabajo de arquitecto supongo que no me molestaría que me lo arrebatases.

Patrick intentó sonreír con el comentario, pero quería alejarse de allí—Iré a darle una mano a la Jugosa con los andamios —anunció.

—Oh, no tienes por qué hacerlo —dijeron Sliff y Craig casi al mismo tiempo.

—Lo sé, pero quiero ayudarle —dijo Patrick alejándose de allí. Fue hasta donde estaba la Jugosa descargando los andamios—. ¿Te ayudo?

—Ajá, jefecito. ¿Con que por eso ya no te apareces tanto en el trabajo? Te andas codeando con peces más grandes.

—No digas tonterías —dijo Patrick tomando uno de los andamios y cargándolo—. Es el padre de mi… —calló porque los del trabajo no sabían que tenía novio. No quería decírselo tampoco en ese momento, ni mucho menos quería dar a entender que se aprovechaba de ser el novio de Neil—. El arquitecto Evans me invitó a ver la construcción. De todas formas iba a ir a donde ustedes hasta mañana —dijo quitándose el andamio y poniéndolo con el resto de andamios.

—Ah, con el Rabadilla de gato creíamos que ya no ibas a llegar, como ahora te juntas con la gente toda presumida de la moda.

—Que no —dijo Patrick avergonzado—. Me pagaron bien y tenía unas deudas pendientes. Eso es todo.

—Ah bueno, creíamos que éramos ya poca cosa para el Jefecito, incluso pensamos en cambiarte el apodo al Modelito.

—No por favor —suplicó Patrick al escucharlo mientras avanzaban de nuevo al camión y descargaban más andamios.

—Por cierto, una de las hijas del Necrófilo está enamorada de ti. Bonita la muchachita, nada que ver con el pedazo de mujer con la que sales en la publicidad, pero en fin, en caso que andes buscando novia para algo serio y no te gusten las riquillas. Yo le dije al Necro que ahorita debes estarte dando la buena vida con todas las mujeres que se te han de acercar.

Patrick le miró apenado—No, no. No es lo que piensas —dijo dejando los andamios.

—Mañana nos tienes que contar bien los detalles de esa mujer tan jugosa con la que sales en las fotos.

Patrick suspiró. No había nada que contar, pero obviamente no iban a creerle—Terminaron de bajar los andamios y se quedaron viendo de lejos como Craig hablaba con el señor Sliff.

Cuando finalmente terminaron de hablar este se despidió de la Jugosa, quien le agradeció la ayuda aunque no hubiera estado trabajando. Patrick le quitó importancia. No se hubiera sentido cómodo solo observando como él trabajaba. No cuando lo conocía, no cuando era lo más cercano a un amigo en ese trabajo. Se despidió del señor Sliff y le dijo que mañana llegaría a trabajar un rato. Originalmente iba a quedarse trabajando en el proyecto de la biblioteca, pero después de verlo sintió la obligación de ir. Para no acomodarse a saltarse los fines de semana. El dinero de Valentina se iba a acabar tarde o temprano y prefería no descuidar su rutina para que no le costara regresar a ella.

Subió al pick up y Craig se quedó dando unas últimas instrucciones y notó que tenía un mensaje de Andrew. Pensó que Jared ya le habría ido con el chisme pero el mensaje era diferente.

“Hey, tengo lo que me pediste y casualmente ando en Gastrell. ¿Podemos vernos?”

“¿Tomo tu ausencia de respuesta como un no?”

Había dos horas de diferencia entre cada mensaje. El último había sido enviado hacía veinte minutos.

“Hola. Lo siento. Estaba ocupado. ¿Sigues aquí?”

“Sí, ¿quieres que vaya por ti?”

“No, ¿dónde estás? Puedo llegar.”

“Centro comercial de Gastrell.”

Patrick asintió. Podía tomar el bus desde allí. “Llegaré en una hora. ¿Está bien?”

“Deberías dejar que vaya por ti.”

“Que no” tecleó rápidamente. No quería que lo fuese a buscar allí y no había ningún lugar cercano donde pudiera esperarlo. Recibió el mensaje de Andrew diciéndole que lo esperaría cuando Craig entró al pick up.

—Disculpa la demora.

—No, no es ningún problema —dijo Patrick.

—Bien, ¿necesitas regresar a la casa por tus cosas?

Patrick sintió la boca reseca al recordar que Craig no sabía que estaba viviendo con Neil. ¿Cómo se lo tomaría? —No, yo…iba a reunirme con un amigo en el centro comercial de Gastrell.

—Ah, entiendo. ¿Quieres que te lleve?

—No, no. Yo puedo tomar el bus desde aquí.

—No me desvío mucho. Así no te tardas demasiado. No es problema.

Patrick asintió al no saber cómo negarse. Abrochó su cinturón de seguridad y Craig encendió el pick up.

—Me sorprendió que trabajaras para Sliff. ¿Cuánto es que llevas con él?

—Casi tres años.

Craig asintió— ¿No has pensando buscar otro empleo?

Patrick tardó en comprender que no había querido que Craig supiera que trabajaba para el señor Sliff  como un obrero más porque no quería que lo viese de menos, o pensase que era menos digno de estar con Neil, tampoco quería que le tuviera lástima. No supo bien si él se imaginaba el tono acusatorio o en verdad había uno en la voz de Craig.

—No realmente. Los trabajos que tengo se acomodan bien a mis horarios. No todos los trabajos son permisivos.

Craig asintió con comprensión—Podría recomendarte con unos colegas aquí en Gastrell, en caso que quisieras empezar a trabajar como arquitecto o si la idea no te desagrada podrías ir a trabajar conmigo en las vacaciones.

Patrick le miró confundido— ¿Por qué me desagradaría la idea?

—Se ve que eres del tipo que no le gusta mezclar las cosas, pero quiero que sepas que si te ofrezco un puesto de verano no es porque eres el novio de mi hijo. Me gusta lo que he visto de tu trabajo. Creo que tienes potencial, pero entiendo si no te sientes cómodo con la idea.

—Yo… ¿le importa si lo pienso?

—Claro que no. Sé que la propuesta es repentina, pero considérala. Ahora la mayoría de puestos de trabajo te piden que tengas al menos un par de años de experiencia en el área aun cuando acabas de graduarte, así que piénsalo. Si te incomoda trabajar conmigo siempre puedo referirte con Tony.

Aquella si era una pésima idea. Patrick agradeció que el centro comercial estuviese ya cerca. Aceptar la propuesta de Craig había sido una buena idea después de todo, había llegado más rápido—Gracias por haberme invitado a ir con usted ahora. Me divertí mucho. También aprendí mucho —agregó después de unos segundos.

—Podemos volver cuando quieras. Me alegra que te la pasaras bien, temía que te hubieras aburrido.

—No podría —dijo Patrick—. En realidad yo temía que lo aburriera con tanta pregunta.

—Para nada, extrañaba tener compañía. Joshua es muy pequeño aún para andar en ese tipo de construcciones, Erika no le interesan y Neil creo que tiene la cabeza en otras cosas últimamente. Así que fue agradable tener a alguien de familia con quien ir a verlo.

Patrick le miró confundido, pero Craig siguió manejando hasta dejarlo frente al centro comercial. Patrick bajó del auto y cerró la puerta del pick up.

—Gracias por traerme.

—No es nada. Ten cuidado de regreso a casa ¿de acuerdo?

Patrick solo asintió con la cabeza y se alejó de allí sintiendo un nudo en su garganta. ¿Por qué sentía que iba a echarse a llorar en cualquier momento? Se metió en el primer baño que encontró. Estaba vacío. Miró su reflejo en el espejo y notó sus ojos llorosos. ¿Craig lo habrá notado? Mordió su labio con fuerza. Sabía que había sido un desliz de Craig nada más, pero se sintió ridículamente feliz cuando lo consideró a alguien de la familia. Pasó sus manos por su rostro abrumado. Se sentía estúpido porque sentirse especial cuando escuchó a Craig diciéndole que tuviera cuidado de regreso. Solo su abuelo se lo decía y no entendía por qué le afectó tanto escucharlo de él.

No quería darle tantas vueltas al asunto, pero no pudo evitar preguntarse si así hubiera sido su vida si su padre lo hubiese querido. Ir con él a ver sus proyectos, que lo presentase con sus colegas, que luego lo llevase a donde fuera que necesitase ir para reunirse con sus amigos. Odiaba sentirse tan vulnerable ante una muestra tan sencilla de amabilidad. Era lo normal para los Evans, pero era más de lo que Patrick alguna vez recibió de sus padres. Tardó unos minutos en recomponerse, creía que estaba bien, pero cuando se encontró con Andrew cerca de la fuente del centro comercial lo primero que hizo fue preguntarle si estaba bien.

—No sé, te ves como si estuvieras intentando procesar algo —dijo Andrew confundido—. ¿Quieres ir por algo de comer?

Patrick asintió y terminaron en una pizzería. Esta vez fue el turno de él de hablar. No lo había planeado, pero apenas Andrew le preguntó qué pasaba no pudo evitar soltar casi todo. Aún tenía sus barreras con él, pero le comentó lo de Craig, lo de su trabajo en construcción.

—Pero suena una buena oferta. Incluso si no trabajas con él dijo que podría recomendarte —dijo Andrew confundido.

—Lo sé, pero…

—¿Qué es lo que te molesta de todo esto?

Patrick se quedó mirando su bebida largo rato—No es que me moleste es solo que tendría miedo…—dijo asombrado con su propio descubrimiento.

—¿Miedo?

—Sí, de decepcionarlo. De fallarle. De no ser lo suficientemente bueno. No sé, la manera en que me dijo esas cosas me hizo creer que tenía algo no sé, especial. Es tonto y todo, pero me hizo sentir que quizás había algo en mí que yo no veía y que él sí, y que podía lograr ver si trabajaba con él.

Andrew sonrió al escucharlo—Es el padre de Neil. No tu padre o tu suegro. ¿O ya  estás considerando matrimonio?

—Claro que no. Aun así, no sé. Ha sido muy buen conmigo y no quisiera decepcionarlo.

Andrew solo asintió, pero le confundía la manera en que Patrick decía las cosas, le hacía sentir que no había tenido demasiada gente amable a su alrededor, pero le parecía algo imposible. La pizza llegó y cambiaron un poco el tema de conversación. Aunque Andrew casi se atraganta cuando Patrick le preguntó si alguna vez planeaba decirle que él había recomendado a Jared a Neil. La conversación pasó a contarle los pormenores de esa tarde.

— ¿Le has dejado el ojo morado? —Preguntó incrédulo Andrew—. Te has ido a los puños con los dos hermanos.

Patrick sonrió de lado. La verdad había disfrutado hacerlo—Que te puedo decir. Parecen estar diseñados genéticamente para que no nos llevemos bien.

—¿Debo preocuparme por Edward?

—Jared me hizo la misma pregunta.

—Más que por Edward debería preocuparme por tu aparente deseo de morir a manos de un Grafiel tarde o temprano.

—Controlan la federación de fútbol no el país. Ya si fuera a pelearme contigo lo pensaría más.

—¿Por qué?

—Tu madre puede tener contactos con la inteligencia estatal, más con su trabajo de asesora del presidente, o tu padre podría hipotecar mi apartamento en venganza. Tú eres el que tiene más poder de los dos ya te lo había dicho la otra vez.

Andrew le miró apenado y para evitar seguir hablando del tema sacó un sobre manila— Mejor hablemos de esto.

—Ah, evadiendo el tema —dijo Patrick con decepción, pero miró con atención el sobre que Andrew le había traído—. Lamento haberte pedido el favor de la nada.

—No te preocupes. Fue una ida a administración, no me tomó demasiado tiempo. Están todos los papeles allí adentro. No estarás pensando en cambiarte de carrera ¿verdad? No es que me moleste verte en mi universidad todos los días.

Patrick sonrió un poco al escucharle. Miró los formularios de ingreso, los requerimientos y se detuvo a ver las ofertas de cursos de veranos—Es para Neil.

—Ok, a él si me molestaría verlo todos los días.

Patrick ignoró el comentario. No creía que hubiera tantos cursos en cuanto a teatro, pero nuevamente había subestimado lo que implicaba ser un actor. La mayoría de cursos tenían los plazos de inscripción próximos a cerrarse. Tendría que apresurarse a darle la información a Neil en caso que quisiera aplicar a algo.

—Gracias por traerme todo hasta acá. No esperaba que la mayoría de cosas no estuvieran en línea.

—Sí, a mí también me sorprendió cuando me lo dijiste, por fortuna lo que piden para admitirlo a los cursos puede enviarlo por correo.

Patrick desvió la mirada de los papeles cuando se sintió observado. Confundido miró a todos lados, ignoró a un par de chicas que lo estaban viendo, lo menos que necesitaba ahora es hablar de su intento de modelo, recorrió el lugar con la mirada y se percató que Jon, el chico de medicina, entrando al lugar. Este miraba algún lugar donde sentarse cuando lo notó. Sonrió al verle y luego de unos segundos se acercó a la mesa a saludar.

—Esto si es una sorpresa. Patrick Smith como un universitario normal en un fin de semana.

—Hola, Jon —dijo Patrick mientras notaba que Andrew solo miraba al tipo confundido—. Andrew, Jon, va a mí misma universidad. Jon, Andrew.

—Hola.

—Hola…

—¿Vienes con tus amigos?

—Quedamos en ir al cine, pero los desgraciados no me dijeron que compraron las entradas de otra función, así que debo esperarlos hasta las nueve. Pensaba comer algo para mientras.

Patrick miró a Andrew unos segundos antes de atreverse a decir—¿Quieres acompañarnos?

—¿De verdad? ¿No hay problema?

—No, anda siéntate —dijo Andrew señalando la silla libre.

Jon sonrió ante la invitación de Andrew y tomó asiento. Aliviado de no tener que esperar solo hasta que llegase la hora de la película.

***

Leah aseguró la tabla de surf y subió al auto de Daniel. Habían pasado todo el día en la playa y ahora Daniel parecía querer competir con el rojo de su cabello.

—¿Te divertiste?

—¿Bromeas? Hace tiempo no me la paso tan bien. Perdona que fuera tan mal alumno —dijo Daniel apenado. Al final sí se animó a que Leah le diera una clase, sabía que no era la mejor manera para impresionarla porque lo había hecho fatal, pero se había divertido muchísimo.

—No eres tan malo. Ya verás que la próxima vez lo haces mejor.

—¿Aún quieres darme clases?

—No eres un caso perdido —le aseguró Leah mientras subía al automóvil de Daniel y lo veía entrar—. Ya verás que pronto estarás montando olas.

—No como tú. Cuando me dijiste que sabías surfear no esperaba eso. Me alegra que te hayas decidido inscribir en el torneo. Vendré a apoyarte si quieres.

—Claro que quiero —le aseguró la chica.

Al final las palabras de Daniel habían sido el empujón que necesitaba para poder inscribirse en el concurso. No iba a hacerlo, pero sabía que en unos años se arrepentiría de no haberlo hecho. No esperaba ganar ni nada por el estilo, pero no quería quedarse con la duda de qué se sentiría competir contra las mejores. No quería arrepentirse solo por algo tan tonto como molestar a su madre, no estaba haciendo nada indebido o algo vergonzoso. Solo estaba siendo ella misma.

—¿Quieres ir a cenar? Conozco un buen lugar cerca de aquí.

Leah asintió con la cabeza entusiasmada. Llegaron al restaurante y tomaron asiento en las mesas de la segunda planta donde podías ver el cielo estrellado y el oscuro océano. Era divertido hablar con Daniel, inclusive cuando hablaba de sus clases o de los alumnos. No mencionaba a Neil o a Logan por razones obvias y ella tampoco preguntaba por ellos. Intentaba ponerlo al día de las cosas que no entendía. Por ejemplo porque hubo un tiempo que alguno de sus alumnos andaban con capas verdes en la universidad.

Leah rio cuando Daniel se las describió. Habían terminado en el almuerzo viendo el primer episodio de Shingeki no Kyojin y no pudo evitar soltar una risa al ver la cara de horror de Daniel al ver que se comían a la mamá de Eren. Ambos lograban congeniar bien y les gustaba su compañía. Tanto que regresaron hasta altas horas de la noche. Leah bajó la tabla y se despidió de él.

—Gracias por haberme secuestrado de mi rutina.

—Cuando quieras —dijo Leah con una sonrisa mientras se apoyaba contra la ventana del copiloto—. Supongo que nos veremos en la U.

—Sí, oye Leah…

—¿Dime?

—¿Quisieras salir alguna vez conmigo? En una cita, digo. Si te parece bien, no quiero que te sientas presionada a decir que sí o…

—Claro, me gustaría. Solo avísame con un poco de tiempo ¿de acuerdo?

—¿Eh? ¿De verdad?

Leah sonrió más al escucharlo. No quería parecer demasiado feliz porque no quería asustarlo, pero era la primera vez que alguien la invitaba a salir—Claro que sí. Nos veremos en la U o en nuestra cita —dijo la chica para luego empezar a caminar hacia la entrada de la casa.

—¡Leah! Pásame la página donde ves a los titanes.

Leah rio al escucharlo—Sabía que te gustarían.

—¡Es que no puedo creer que en verdad se coman a las personas! —exclamó abrumado Daniel—. Pásamela ¿sí?

—De acuerdo, conduce con cuidado —dijo Leah con una sonrisa mientras se despedía de Daniel. Entró a su casa y apenas entró a su cuarto se tiró a la cama y dejó escapar un grito de alegría que fue callado por la almohada que apretaba contra su rostro.

Daniel quería una cita por más increíble que sonase.

***

Neil abrió la puerta de la casa. Su padre estaba frente al televisor comiendo cereal con leche y Danny estaba sus pies.

—Hola, hijo.

—Hola, ¿pasas la noche aquí?

—Sí, mañana tengo que regresar temprano a la construcción. Espero que no te moleste.

—Claro que no. Esta es tu casa —dijo Neil mientras avanzaba a la sala, miró al interior del estudio, pero Patrick no estaba allí y las luces de la segunda planta estaban apagadas—. ¿Y Patrick?

—Lo dejé en el centro comercial, dijo que iba a verse con un amigo. Supongo que de allí se iría a su casa porque no mencionó que volvería por sus cosas.

—¿Por qué tendría que…? Uh…—dijo Neil cayendo en cuenta de su error. No les había mencionado a sus padres nada.

—¿Pasó algo?

—Ah, no, pero hay algo que debo de decirte —dijo Neil sentándose frente a su padre—. Patrick está viviendo aquí.

Craig había seguido viendo la televisión, pero cuando escuchó las palabras de Neil desvió la mirada sorprendido—Oh, ¿no es demasiado rápido?

—No es algo planeado. Patrick ha tenido unos problemas familiares. No puedo hablar mucho de ello porque es algo muy suyo. No sé si es temporal o algo permanente.

Craig asintió—Oh bueno. Supongo que si van en serio esto hubiera pasado tarde o temprano.

—Perdona que no te lo haya dicho antes. En realidad esto es muy nuevo —dijo Neil apenado—. ¿Estás molesto?

—Solo pienso que es demasiado pronto, pero si era la mejor opción que se viniera a vivir contigo supongo que entiendo. Creo que no estoy calificado para decirte que es correcto o no en un relación, después de lo de tu madre —dijo Craig con seriedad.

Neil le miró apenado—Siempre puedes opinar. No es como si no estuvieras intentando arreglarlo.

Craig asintió— Si sientes que están listos para intentar convivir juntos pues adelante. Solo recuerda que no es lo mismo verse para ir a citas que vivir con otra persona. Y recuerda puedes contarme lo que sea.

—Lo sé, papá, gracias —dijo Neil con una sonrisa, le causaba gracia que sus padres creyeran que salían en muchas citas—. Iré llamarle a Patrick en caso que prefiriera decirte que iba a reunirse con alguien antes de explicarte que vive aquí.

Neil se puso de pie y salió al patio preocupado. Marcó a Patrick quien respondió hasta el segundo tono—Dime que no te inventaste lo del amigo para no tener que decirle a mi padre que vivimos juntos.

—Hola, no. No, estoy con Andrew.

Neil no supo que decir por unos segundos—Recuerda partirle la cara —dijo con seriedad, pero solo escuchó la risa de Patrick—. Por cierto, le dije a mi padre que estamos viviendo juntos —dijo Neil. Silencio. Solo silencio por varios segundos, creyó escuchar la voz de Andrew y de alguien más que no pudo identificar—. Lo siento. ¿No debí habérselo dicho?

—No, no. Es tu padre, Evans. Jamás voy a decirte que puedes o no decirle. Es solo que…

—Te tomé desprevenido.

—Sí, como de costumbre —admitió Patrick—. Hablamos cuando llegue ¿de acuerdo?

—¿Quieres que vaya por ti?

—No, no. Tomaré el bus y…—Patrick calló—. Andrew dice que puede llevarme, así que no te preocupes. Llego de otro rato.

Neil le dijo que no había problemas y colgó, pero la verdad no le gustaba como parecía aceptar todo con mayor facilidad cuando se trataba de Andrew.

***

Patrick no se sentía cómodo de que Andrew lo fuese a dejar a la casa, pero se sentiría peor hacer venir hasta allí a Neil. Así que tomó la opción más viable. De todas formas Andrew regresaría esa noche a Grethbauer y no se desviaba mucho por lo que si tenía que molestar a alguien prefería que fuese Andrew.

Hacía tiempo las pizzas se habían agotado. Ambos estaban terminando su cerveza, cortesía de Jon, y de alguna manera los tres habían pasado un buen rato juntos. Jon era mucho más abierto con su sexualidad que Andrew así que en poco tiempo empezó a preguntarle cómo iban las cosas con Neil y él irremediablemente terminó preguntándole si estaba viendo a alguien a lo que respondió que no. No le gustaba Grindr ni sus derivados, pero Jon se veía bien. En términos de un estudiante de medicina, obviamente, sus ojeras ahora eran más pronunciadas, su expresión era cansada, pero estaba seguro que él debía tener una expresión igual si no es que peor.  Andrew era el que lucía excelente de los tres, a pesar que sabía que su universidad le exigía bastante, lucía lleno de energía, sin ojeras, radiante. En todo ese tiempo no había mencionado que era gay, era de esperarse, se tomaba muy en serio no decir nada a nadie y Patrick tampoco lo mencionó. No quería sentir que traicionaba su confianza.

Estuvieron charlando unos minutos más hasta que Jon recibió un mensaje de sus amigos diciéndoles que estaban ya haciendo fila para entrar. Patrick planeaba despedirse allí de él, pero Andrew le indicó que no había problema en acompañarlo hasta la entrada del cine.

—Gracias por dejarme cenar con ustedes. No andaba de ánimo de estar solo —dijo Jon.

—Fue divertido. Deberíamos quedar en otra vez —dijo Andrew.

—Sí, ¿me das tu número? En caso que el señor modelo, futbolista no pueda por su apretada agenda —dijo Jon.

—Ah, claro, deja lo anoto —dijo Andrew pidiéndole el teléfono—. Me dejo una perdida para guardarte.

—Patrick, esta vez ya no tienes excusas para no darme tu teléfono —dijo Jon dándole su teléfono para que lo anotara.

Patrick sonrió derrotado y lo anotó—No prometo responder rápido.

—Ah, eso ya lo sabía —dijo Jon encogiéndose de hombros.

—Conmigo se tardó dos horas en responderme, así que estás avisado —dijo Andrew mientras llegaban al cine.

Jon no tardó en divisar a sus amigos. Estos apenas lo vieron dejaron a una chica en la fila mientras ellos caminaban hasta ellos. Patrick pensó que iban a saludar a Jon, pero se sorprendió cuando fueron directo por Andrew.

—¡Jon ¿por qué no nos dijiste que conocías a Andrew Hoplin?!

—Andrew ¿podemos tomarnos una foto contigo?

—Hombre, eres un arquerazo, pero su delantera ha estado de la patada —dijo otro.

Jon miró confundido a Andrew quien ya sonreía lo mejor que podía para la selfie. Jon miró a Patrick confundido.

—La próxima semana es el enemigo —dijo Patrick encogiéndose de hombros.

—¿Eh? ¿Contra él jugarás? —dijo Jon sorprendido.

A Patrick le hizo gracia lo apenado que estaba. Era obvio que no veía mucho fútbol ni que hojeaba al menos la prensa deportiva o si no lo hubiese reconocido. La algarabía hubiese continuado sino hubiese sido porque la chica de la fila les gritó que volvieran a ella o sino se saldría. El grupo se despidió de Andrew y de Patrick, diciéndoles que irían al estadio el próximo fin de semana pero que apoyarían a Gastrell, pero que le deseaban suerte en el mundialito.

—Lo siento tanto, no sabía que…—empezó Jon apenado apenas sus amigos se retiraron.

—No, no, está bien —dijo Andrew intentando tranquilizarlo—. De todas formas no es la gran cosa.

—Claro que sí, aunque supongo que si hubiera sabido quien eras no me hubiera atrevido hablarte. Si me costó hablarle a Patrick que solo es jugador de Gastrell…

—¿Debería sentirme ofendido? —preguntó Patrick con el ceño fruncido pero al ver la reacción de Jon sonrió—. Hombre, solo bromeaba. Bueno, te vamos dejando porque tus amigos no dejan de apresurarte.

—De acuerdo. Iré a verlos jugar el fin de semana.

—Genial, más apoyo para Gastrell —dijo Andrew fingiendo molestia.

—Los colores pesan —dijo Jon con una sonrisa—. Pero supongo que puedo apoyarte cuando no sea Patrick quien tire al arco.

—Suena justo para mí. Bueno, nos veremos por allí.

—Cuídense —dijo Jon para irse corriendo.

—Me cayó bien —dijo Andrew apenas dieron la vuelta para ir al estacionamiento.

—Sí, es buena persona.

—Otra víctima de tus encantos por lo que pude entender.

—No lo digas así —dijo Patrick apenado.

—Se nota que aún le gustas.

—¿Lo dices por experiencia propia?

—Lo que se ve no se pregunta, Smith.

Patrick se arrepintió de haberlo preguntado. Una cosa era que Andrew entendiera que estaba con Neil y otra que dejase de gustarle— Supongo que es mal momento de preguntarte si me dejas tomar el bus.

—Pésimo de hecho. No dejaré que lo hagas. Así que andando, al parqueo —dijo Andrew con voz autoritaria.

A Patrick le hizo gracia que usara el modo capitán con él, pero suponía que un aventón no iba a matarlo. Andrew gustaba mucho de la música electrónica. Lo comprobó después de ir viendo su play list. Aunque él solo reconocía las más populares.

—¿En verdad vas a volver a Gretbauer esta noche?

Andrew redujo la velocidad ante la pregunta y miró desvió la mirada del camino unos segundos para mirar a Patrick—Depende…

—¿Depende?

—Quedé con alguien y pues depende de lo que me diga regreso o no.

Patrick asintió con seriedad mirando el perfil de Andrew—¿Es alguien de fiar?

—Nos conocimos por Jean. Sabe un poco mi situación.

Patrick frunció el ceño, si le hubiera dicho Jared lo hubiese cuestionado más, pero aún confiaba en el criterio de Jean— Solo ten cuidado y no te beses en un estacionamiento. No vaya a ser que James aparezca de la nada.

Andrew sonrió un poco— Sí.

Patrick se quedó mirando las transitadas calles antes de atreverse a preguntar—¿Aún sigues con la chica de la otra vez?

—Si así se puede se puede llamar a lo que tenemos supongo que sí —dijo Andrew apenado mientras se detenía frente a un semáforo—. Además creí que no ibas a juzgarme.

—No lo hago respecto a tu decisión de no decirle a nadie que eres gay —murmuró Patrick—. Pero no estás siendo justo con ella —le agradaba Andrew, pero odiaba sentir que se parecía a Caleb, usando a la chica para que nadie supiese su orientación sexual, así como Caleb usaba a su esposa e hijo.

—¿Qué más puedo hacer?

—Si no quieres decirle la verdad al menos deberías terminar con ella. Ya estuviste suficiente tiempo con ella como para eliminar las sospechas. La tipa se veía que iba en serio contigo.

—Nadie va en serio a nuestra edad…

—Yo voy en serio con Neil —dijo Patrick.

Andrew sonrió al escucharlo—Ya lo noté. Hasta viven juntos ¿verdad?

—Sí —dijo Patrick a secas. No había razón para que entrase en detalles—. Es lo normal, supongo, si las personas van en serio.

Andrew aprovechó que Patrick le iba indicando donde debía cruzar—¿Y vale la pena esa estabilidad? No sé, ahora que eres famoso y todo podrías tener a quien quieras.

—Eso ya lo hacía sin la fama que dices que tengo. Era divertido, pero realmente no lo extraño. Supongo que siempre habrá más de alguno que prefiera la libertad, pero yo me siento bien sintiendo que pertenezco a un lugar o alguien —dijo Patrick mientras se detenían frente a la residencial de Neil. El vigilante los dejó pasar apenas se fijó en él. Se detuvieron en la casa frente a Neil—. Gracias por traerme.

—No te preocupes no fue nada. Así mataba un poco de tiempo esperando la respuesta.

Patrick sonrió de lado—En verdad que andas urgido.

—Bueno, es un poco más difícil para mí conseguir.

—Por tus estándares de discrecionalidad sino tú también tendrías a quien quisieras —dijo Patrick.

—Ah, al que quiero no está disponible.

—Culpa a tu amiguito James por eso —dijo Patrick con una sonrisa de lado—. Te ofrecería un condón para tu noche de sexo desenfrenado, pero no vaya a ser que te quede demasiado grande.

—Si serás cabrón. ¡Largo de mi auto!

Patrick sonrió antes de abrir la puerta, pero no se esperó encontrarse con Danny quien intentó tirársele encima—¡Danny! ¡No, Danny, quieto, quieto! —exclamó Patrick intentando apartarlo.

—Con perro y todo. Son asquerosos.

Patrick sonrió antes de salir del carro y hacerle una seña a Danny para que fuera a la casa, que por fortuna el perro acató. Notó a Neil en la entrada, quien acariciaba a Danny—Gracias por el aventón y ten cuidado.

Andrew le pasó el sobre manila con los papeles—Eh, no olvides esto. No fui a la administración por gusto.

—Gracias de nuevo, Andrew.

—Ya qué. Vete antes que Neil venga a saludarme. Nos vemos el próximo domingo.

Patrick asintió. Se sentía tan extraño el solo pensar que el próximo domingo en verdad jugarían finalmente uno contra al otro—Nos vemos —dijo antes de cerrar la puerta del Mercedes.

Patrick vio a Andrew dar la vuelta en el vehículo para luego volver por la calle que habían subido hacía unos minutos. Sintió a Danny intentar taclearlo de espaldas y sonrió para darle unas cuantas palmaditas. Neil seguía en la entrada, llevaba ya su pijama puesto. Patrick miró al interior para asegurarse que Craig no estuviera en la sala y tomó a Neil del rostro y le besó antes que pudiera reclamarle. No sabía qué le reclamaría, pero era obvio que iba a decirle algo. Sonrió al notar que este le miraba apenado.

—Hola. Ya volví.

—Bienvenido a casa.

Patrick sonrió aún más al escuchar esas palabras. Ningún revolcón, por más bueno que fuera le había dado la satisfacción que esas palabras, de saber que tenía a un lugar donde alguien que lo quería lo esperaba. Amaba a su abuelo, pero las palabras de Neil dotaban de otro sentido a las palabras que solía decirle.

—¿Vas a dejarme entrar o me vas a hacer dormir en el patio por no avistarte que salí con Andrew? —preguntó Patrick al notar que este aún bloqueaba el paso.

Neil le miró apenado y se hizo a un lado para pasar. El beso lo había descolocado—Ni siquiera me atrevo a dejar a Danny durmiendo afuera cuando se porta mal.

—Ah, pero Danny es más persuasivo que yo para conseguir lo que quiere.

—Te subestimas —dijo Neil con una sonrisa mientras cerraba la puerta.

—¿Y tu padre?

—Arriba, creo que ya está dormido. Al parecer ha tenido unos días cansados y aprovecha que no está Joshua para pedirle que juegue con él hasta tarde.

Patrick asintió—De acuerdo, tomaré la otra habitación y…

—Mi padre no es estúpido ¿sabes? —dijo Neil sintiendo como se sonrojaba al recordar que Craig le había dicho que tendría el cuidado de hacerle saber cuándo vendría a casa. Incluso le comentó que podría dejar alguna señal ya sea en las gradas o en el comedor para saber que no debería subir. No tenía idea qué clase de vida desenfrenada llevaban y no sabía cómo sentirse al saber que su padre era más liberal de lo que esperaba y solo se limitaba a decirle que siempre usasen protección.

—No pretendía que… ¿estás seguro que deberíamos dormir juntos?

—Que sí, anda, vamos que te estaba esperando para poderme dormir.

Patrick subió a la habitación, no sin antes asegurarse que las habitaciones de invitados estuvieran cerradas. Neil cerró la puerta detrás de él y fue a la cama. Patrick dejó el sobre manila a un lado de la mesita de noche y fue a cepillarse los dientes y se puso ropas más cómodas. Se debatió si bajar a seguir trabajando, pero prefirió quedarse con Neil hasta que este se durmiera.

—¿Cómo te fue en el ensayo?

—Increíble, pude ayudarles supliendo a uno de los actores principales y no sé fue…—empezó Neil. Nunca esperó tener la oportunidad de poder suplir a uno de los principales en un ensayo, pero el muchacho tenía fiebre.

—¿Increíble? —repitió con una sonrisa Patrick al notar la expresión de felicidad que tenía Neil en su rostro.

—¡Más que increíble! ¡Adrik es genial! Demonios, jamás me había alegrado que me estuvieran gritando que hiciera las cosas bien.

—No suena muy divertido.

—Lo es para mí y mañana me pidió que lo volviera a cubrir así que tendré que estar desde las nueve en el teatro —anunció Neil con una sonrisa, pero luego se le borró—. ¿O quería que hiciéramos algo juntos?

Patrick negó con la cabeza—Ve, es obvio que no tienes esa oportunidad todos los días.

—¿Estás seguro? Porque si quieres…

—Neil, en serio, ve. Además planeaba ir a la construcción —dijo Patrick. No mencionó que planeaba ir solo medio día para poder pasar la tarde con él, pero ahora que Neil tenía planes podía avanzar con el proyecto.

—¿Estás seguro?

—Sí, Evans. Tranquilo, ve a que te griten —dijo con una sonrisa de lado antes de darle un poco la espalda para tomar el sobre manila—. Te traje algo, espero que te alegre.

Neil miró el sobre extrañado y lo tomó con cuidado para no arrugarlo. Sacó confundido las hojas, lo primero que notó fue el escudo de Gretbauer y leyó los papeles.

—No es que te esté presionando ni nada, pero pensé que sería bueno que supiéramos los requisitos para la carrera. Y quería que viera los otros cursos.

Neil sonrió al ver los papeles. Había visto que los formularios tenía que irlos a retirar a la facultad, incluso se había desanimado un poco al leerlo porque el viaje hasta allá le implicaría perder demasiado tiempo y solo atendían de lunes a viernes. Miró a Patrick que le miraba expectante y solo pudo besarle. Se sintió un poco culpable por haberse molestado que Andrew le hubiera dado un aventón cuando él siempre pensaba en él, incluso cuando no se daba cuenta.

—¿Tomo eso como que si estás feliz?

—Más que feliz, pero también preocupado. No tengo mucho tiempo para inscribirme y te piden un video para ver si te aceptan o no. Recuérdame comentárselo a mi papá mañana.

—Claro, claro. No te preocupes. Estarían locos para no aceptarse en uno de sus cursos de verano.

Neil sonrió al escucharle—Pero es que va mucha gente muy talentosa ¿qué tal si no entro?

—Oh vamos, tu eres el positivo de los dos. ¿Por qué no le pides ayuda a Adrik?

—¿Crees? No lo sé, no quisiera molestarlo.

—Evans, le estás ayudando al tipo.

—En realidad siento que él me está haciendo el favor.

—Pero estás supliendo un personaje, le estás pidiendo un consejo no que te dé el protagónico del que supliste hoy en el ensayo—le hizo ver Patrick—. Así que pregúntale. No pierdes nada.

—Tienes razón —dijo Neil más tranquilo—. Aunque no sé bien por cual decidirme. Hay tantas opciones.

—Si me explicas para que sirve cada una quizás pueda ayudarte.

Neil empezó a enseñarle la lista que había y le daba una breve descripción de cada uno. Estaba tan emocionado hablando que no notó que Patrick empezaba a luchar por no quedarse dormido. Cabeceaba de vez en cuando y luchaba por no cerrar sus ojos, pero el cansancio se acumuló y terminó dormido antes que Neil pudiera terminar de explicarle el quinto curso. Neil tardó en percatarse en que se había quedado profundamente dormido. Miró los papeles y luego a Patrick.

—No deberías dejarme ser tan mal novio. Ni siquiera te dejé que me contaras cómo te había ido con mi padre y con Andrew…

Notas finales:

¡Hola a todos! Finalmente pude actualizar, mi salud a andado por los suelos en estos últimos dos meses así que no había tenido mucha oportunidad de poder seguir escribiendo, de hecho aún intento terminar de recuperarme de mi última peste de la semana pasada, así que espero no enfermarme para poder escribir más. Muchas gracias a todos por su paciencia y su apoyo.


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