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Cincuenta Sombras de Wayne por Lure89

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! Aquí nuevamente actualizando este fic!!! Recuerden que también estoy escribiendo otro de esta parejita así que me voy dividiendo para escribir un capítulo de cada uno, lamento si me demoro mucho para actualizar, pero saben que a mí me gusta ser los más prolija posible y sentirme cómoda con lo que les presento. Bueno, sin más los invito a leer y espero que lo disfruten.

Capítulo 2: Etiqueta.

 

 

Al día siguiente de mi encuentro con Bruce fui a trabajar como de costumbre al edificio del Daily Planet. Recuerdo que caminé como tonto hasta la oficina y me senté en mi escritorio distraído, parecía que todavía no podía salir de la impresión que me había quedado en el cuerpo la charla de ayer y aquel intercambio de besos con el mayor.

La noche anterior me la pasé en vela sin poder dormir, rumiando todo lo que había sucedido en la mansión. Aún no podía creer el hecho de que mi amigo me deseara y que lo pudiera decir tan despreocupadamente; cosa que a mí me hubiera costado horrores. Luego estaba ese contrato de confidencialidad que me había hecho firmar del cual no tenía ni la menor idea porque, ayer no tuvo la suficiente confianza para decírmelo y tanto su confianza como el hecho de firmar tal contrato me habían enfurecido y entristecido a la vez. La otra cosa que me había quedado dando vueltas era que, lo que le costaba contarme, tenía que ver con una propuesta, y me la iba a decir en cuanto tuviera mi primera vez; porque razón estaba eso ligado con mi primera vez no tenía la menor idea. Pero lo que más me tenía ocupada la cabeza era por demás el pensar en intimar con él. Cada vez que lo recordaba mi corazón saltaba de un vuelco y no podía evitar ponerme nervioso.

Me quedé varios minutos sentado inmóvil en mi asiento, en cuanto pude reaccionar prendí me computadora y lo primero que hice fue chequear la casilla de correo electrónico para revisar los mail. Mi cara fue de enorme sorpresa al ver en la bandeja de entrada un correo que no me esperaba. Abrí el mismo rápidamente y me dispuse a leer no sin antes mirar para todos lados hasta sentir que nadie me estuviera observando.

 

De: B.W.

Para: Clark Kent

Asunto: Fin de Semana

 

Buenos días señor Kent. Como le había comentado el día de ayer este fin de semana estoy libre, más específicamente el sábado por la noche. Si así lo desea y se encuentra desocupado, lo invito a reunirnos en el hotel Domino a cenar. Si logramos coordinar, un auto estará pasándolo a buscar a las 20hs por su departamento.

Sin otro particular lo saluda atentamente.

B.W.

 

Jamás imaginé recibir un mail de parte de Bruce tan pronto, encima invitándome a cenar en un hotel; por lo que tenía entendido a él le desagradaba mostrarse en público. A pesar de que el correo no tenía su nombre, me di cuenta que era él por las iniciales y obviamente por su contenido, que me parecía por demás formal. Supongo que lo había hecho para mantener las apariencias sabiendo que podía leerlo en el trabajo y así pasaría desapercibido. Lo primero que sentí al terminar de leerlo fue mi respiración detenerse, luego mi corazón comenzó a acelerarse y me mordí el labio nervioso por las muchas cuestiones que se me pasaban por la cabeza. Deseaba verlo, de eso estaba seguro, y el hecho que nos encontráramos en ese hotel podría significar tener mi primera experiencia sexual. ¡Dios que nervios! ¡Encima con mi mejor amigo! Ya solo con pensar en intimar con él hacía que mi cuerpo temblara de excitación, ese hombre tenía un completo control sobre mí sin siquiera tenerlo cerca. Miré embobado la máquina y me puse a contestar el correo confirmando la cita. Y como siempre, frente a mi timidez, me demoré unos cuantos minutos en darle clic al botón enviar.

En seguida al terminar de contestar, indagué en un buscador de Internet como lucía el hotel que me había mencionado ya que temía que eso pudiera ser un futuro problema. Confirmé mis sospechas al ver la descripción del lugar, la misma hablaba de un altísimo nivel. Apoyé mi frente sobre el escritorio sintiéndome totalmente frustrado y alcé la vista nuevamente a la pantalla tratando de pensar cómo solucionar mi principal inconveniente.

 

—¿Qué sucede Villachica? —Lois se acercó por la espalda y al ser sorprendido salté exaltado sobre la silla.

 

—Na-nada Lois… estoy bien. —Cerré disimuladamente la tapa de mi notebook y ella se puso a mi lado con cara inquisidora.

 

—Vamos Clark… a mí no me puedes engañar. Estás más lento y torpe que de costumbre, algo te ocurre.

 

No sé cómo lo hacía, pero cada vez que tenía un problema, Lois siempre podía detectarlo. Quizás porque era mi mejor amiga o por ese famoso sexto sentido femenino, pero con solo verme unos segundos ya sabía que algo me estaba sucediendo. Por momentos me irritaba, pero en esa ocasión su intervención fue de lo más oportuna.

 

—A decir verdad… necesito tu ayuda. Verás… este sábado voy a salir con alguien y…

 

No me dejó terminar la frase que pegó un grito emocionada y rápido tomó una silla para sentarse a mi lado.

 

—Eso es fantástico Clark. ¡Increíble! Y dime… ¡Cuéntamelo todo! ¿Cómo es la chica? —preguntó con una sonrisa enorme y yo me enmudecí al instante.

 

Cerré mis labios en una fina línea y desvié mi mirada avergonzado por no saber qué contestar. Tenía mis dudas si decirle la verdad o no, no sabía cómo se lo iba a tomar; pero tampoco me sentía cómodo mintiéndole. Así que mientras deliberaba que contestarle ella esperaba paciente sin quitar su sonrisa. Al pasar los segundos ladeó su cabeza confundida por mi repentino mutismo y me vi en la obligación de empezar a hablar.

 

—Bueno… resulta… el tema es que… —Exhalé agobiado—. Lo siento, es complicado. —Jugaba con mis dedos nervioso y un rubor se presentó en mis mejillas.

 

—Dios mío Clark. —Abrió grande sus ojos y se tapó la boca con la mano—. ¡Lo sabía! ¡Eres gay! —dijo casi gritando y levantándose estrepitosamente de la silla tirándola al suelo.

 

—Shhh Lois, baja tu voz. No quiero que todo el Daily Planet se entere —le supliqué susurrando lo más bajo posible. Al instante un alivio me inundó alegrándome que ella lo supiera.

 

La mujer cerró su boca rápidamente y levantando su silla volvió a sentarse a mi lado y miró a su alrededor notando que nadie se había percatado de su reciente grito.

 

—¡Qué gran noticia Clark! ¡Siempre quise tener un amigo gay! Ay… ¡que emoción! Me alegro mucho que quisieras contármelo, siempre tuve mis sospechas pero tenía la confianza en que algún día te abrirías y me lo contarías. Ya me resultaba extraño el no verte salir con ninguna mujer… Pero es lo mejor para tu salud, muchos se enferman por no aceptar quienes son, así que te felicito por haber salido del closet. Hoy en día la sociedad está muy abierta y acepta a los homosexuales sin problema, verás que cuando tengas más confianza podrás contarle a todos sin vergüenzas. Estoy segura que muchos se pondrán felices por ti—. Mi amiga susurraba pero no paraba de hablar y yo ya comenzaba a impacientarme.

 

—Lois por favor, concéntrate —le dije mientras la tomaba de los hombros y la miraba a los ojos. Ella calló al instante y me miró atenta—. Primero antes que nada yo no salí del closet, lo tengo bien asumido hace tiempo. Además no creo que todos vayan por ahí diciendo su inclinación sexual. No tengo porque decirle nada a nadie y estoy más que cómodo con mi situación, solo que… prefiero evitar comentarlo para no tener problemas.

 

—Lo siento Clark… tienes razón. Me dejé llevar por la emoción. —Rió tontamente y luego se puso seria—. Bueno… lo que ahora importa es que dijiste que necesitas mi ayuda… y no hace falta que me digas para qué, estoy segura de saber la razón. No sabes que ponerte el día de la cita, ¿cierto? Y por lo que llegué a ver en tu computadora parece que irás a un hotel de cinco estrellas. Debes ir bien vestido. —Como siempre la reportera daba justo en el clavo.

 

—Bueno… es que siempre te quejas de que me visto mal y la verdad… es que quiero causar una buena impresión siendo que iremos a un lugar así —dije sonriendo tontamente por los nervios.

 

—Descuida Clark, yo te voy a ayudar. Cuando salgamos del trabajo iremos directamente a tu casa y revisaremos el ropero entero. Encontraremos algo que te quede bien—. Se levantó de la silla y me dio unas palmadas en el hombro, luego se encaminó hasta su escritorio con una sonrisita divertida—. ¡Clark… al parecer te ligaste a un ricachón! ¡Qué afortunado! —comentó en alto guiñándome un ojo y se sentó.

 

Miré para todos lados avergonzado y vi algunas caras confundidas pero obviamente fuera de contexto nadie sabía a qué se estaba refiriendo la reportera. Todos hicieron caso omiso al comentario y continuaron con sus tareas mientras que yo rápidamente me di media vuelta para hacer la mía. Era hora que dejara de divagar en mis pensamientos y me pusiera a trabajar.

 

____________________

 

Al finalizar nuestro horario laboral, Lois y yo nos encaminamos a mi departamento con entusiasmo, pero este decayó para mí en cuestión de minutos. Una enorme angustia me lleno el estómago al ver lo que estaba sucediendo ante mis ojos sintiéndome frustrado por no poder opinar. Lois me había advertido que si quería su ayuda debía hacer caso a lo que ella me dijera.

Estaba sentado en mi cama viendo como mi amiga revisaba de arriba abajo mi ropero sacando todo hacia fuera sin obviar prenda alguna. A mi lado había un par de trajes separados que a mi suponer podrían ser algo de lo que a ella le había gustado. En el suelo se hallaba una enorme pila de prendas varias, desde camisas, sacos, pantalones de vestir, etc. que seguía amontonándose a mi pesar; probablemente ropa que a ella le desagradaba. Prácticamente mi amiga no se comunicaba conmigo y cada vez que agarraba una percha, miraba la prenda con desagrado, luego balbuceaba algunas cosas sin sentido, que no podía comprender a pesar de mi súper oído, y finalmente las tiraba al suelo o sobre la cama. Una vez vaciado mi guardarropa por completo puso sus brazos en forma de taza y suspiró. Se dio vuelta al instante y me miró desafiante a los ojos.

 

—Esa pila que está allí… va directo a la basura. —Señaló la ropa que estaba tirada en el suelo—. Y esta otra te la probarás… voy a darle una oportunidad para ver cómo te queda. —Tomó un conjunto y me lo ofreció directamente al pecho.

 

Yo acomodé mis lentes nervioso y tomé las prendas que me estaba entregando.

 

­—Pe-pero Lois… no puedo tirar tres cuartos de mi ropa. ¿Con qué me vestiré en la semana? —traté de abogar por mi pobre vestimenta que había sido descartada tan violentamente—. No puedo deshacerme de toda esa ropa —insistí apenado.

 

—Bien, quizás tirarla es un poco extremo… tal vez podrías donarla a la caridad.

 

Traté de objetar nuevamente pero ella alzó su dedo silenciándome e indicó el baño con el índice. Yo me levanté pesadamente con cara de fastidio y me encaminé hacia el baño pisando fuerte. La intención era que me ayudara a elegir que ponerme para la cita, no renovar mi guardarropa. Resoplé cansado y rodé los ojos para calmar mis nervios.

 

—No eres un niño Clark, no me hagas berrinches. Vamos, apresúrate que te quiero ver con eso puesto.

 

Me cambié en cuestión de segundo y me presenté ante la reportera calculando el tiempo aproximado en lo que una persona promedio tardaría en vestirse. Cuando aparecí ante ella, el alma se me cayó al piso y no pude evitar que mi cara se enrojeciera a más no poder. Lois se había quedado mirándome estática con unos calzoncillos en la mano y al segundo se puso firme sin rastro de vergüenza en su rostro.

 

—¡¿Cómo se te ocurre revisar mi ropa interior?! —exclamé enfurecido y me apresuré a cerrar el cajón mirándola severamente.

 

—Clark lo siento… ¡pero acabo de ahorrarte pasar un mal momento! Estoy casi segura que tendrás sexo con ese hombre y… ¡por lo que más quieras no puedes usar estos calzoncillos!

 

Mi rostro se prendió fuego ante su comentario. Con el tema de ir bien vestido se me había ido por completo de la cabeza que era posible que en este encuentro pudiéramos intimar, y mirando mi ropa interior dudé al instante.

 

—¿Ta-tan malos son? —pregunté sintiéndome todavía más avergonzado olvidando la gravedad de su atrevimiento.

 

—Sí —afirmó al instante. Luego me hecho una mirada de arriba abajo y arrugó su cara con disgusto—. Esto no va a funcionar, no me gusta cómo te queda Clark… No perdamos más tiempo, ven… iremos a comprar ropa nueva ahora mismo. —Tomó de mi brazo y prácticamente me arrastró hacia afuera.

 

A pesar que salí de mi casa un poco en contra de mi voluntad, el resultado terminó siendo por demás fantástico. Compré un par de trajes nuevos, calzado, medias y hasta ropa interior. Mi bolsillo sufrió mucho pero gracias a Lois y sus encantos logramos conseguir un gran descuento; además quedamos muy satisfechos con lo comprado. A pesar de que me considero una persona modesta, en verdad puedo afirmar que la ropa nueva me quedaba muy bien, hasta me sentía más seguro de mí mismo. Eso que dicen que el estar bien vestido da más confianza es verdad, pero en mi caso llegado el día del encuentro.... bueno, digamos que la confianza me duró muy poco… esta se desvaneció a penas lo vi.

 

____________________

 

Sábado por la noche. Departamento de Clark.

 

Me miré al espejo por cuarta vez al detalle, controlando que todo estuviera perfecto y en su lugar. Todo el día estuve nervioso esperando que se hiciera la hora y como nunca el tiempo pasaba más lento de lo normal. Eché un vistazo a mi reloj nuevamente y al no poder más con mi impaciencia faltando apenas unos minutos para que se hagan las 20hs, bajé de mi departamento y esperé en la calle a que llegara mi transporte. En cuestión de segundos apareció un hermoso auto Lamborghini polarizado y se estacionó frente al edificio dejando ver a Alfred que bajaba del asiento del conductor. Sonriente se acercó hasta saludarme y haciendo un gesto con su mano me indicó que me apartara para encargarse el mismo de abrirme la puerta. Apenas me acerqué, mi corazón dio un vuelco al ver a mi amigo sentado en el asiento de al lado. Me detuve un instante asombrado de verlo allí y luego decidido entré tembloroso aguantando la respiración inconscientemente.

 

—Buenas noches Clark —me saludó con voz firme y me estremecí al escucharlo.

 

Lo miré a los ojos y noté como estos me observaban detenidamente con lujuria. Apenas logré abrir la boca para contestar el saludo pero de esta no salió sonido alguno; me sentía completamente paralizado frente a su mirada penetrante. Mordí mi labio inferior nervioso y al instante noté como su mandíbula se tensaba. Repentinamente sus ojos de color azul profundo como el mar comenzaron a oscurecerse extrañándome a más no poder.

 

—Clark… no te muerdas el labio —demandó firme acercando su pulgar a mi boca.

 

Obedecí al instante cerrando mis ojos acalorado ante su contacto y luego respiré un poco agitado al sentir como sus dedos recorrían mis labios. Tragué saliva y volví a abrir mis ojos al sentir como su piel se alejaba de la mía. Ahora su rostro se encontraba mirando al frente y percibí la inesperada rigidez en su cuerpo, algo que desconocía, lo había hecho ponerse así. Aproveché ese instante en el que desviaba su mirada para observarlo al detalle y apreciar su hermosa figura masculina. Como siempre Bruce vestía un elegante traje, color negro en esa ocasión, que resaltaba a la perfección el tono de su piel. Luego alcé la mirada hacia su rostro y no pude evitar perderme ante sus delicadas facciones. Nadie creería que un hombre tan elegante y exquisito pudiera ser un vigilante nocturno.

 

—Eres… hermoso —dije embobado en voz alta sin pensar.

 

Al instante cayendo en la cuenta que mi boca me había traicionado, me puse rojo y me maldije por dentro por no controlar lo que pasaba por mi cabeza. Sus ojos se posaron en los míos abruptamente y sonrió divertido al ver mi cara encendida por la vergüenza.

 

—Gracias Clark. —dijo seductoramente sin quitarme la vista de encima—. Tú luces particularmente exquisito hoy, ese traje te sienta muy bien. Desearía tomarte en este mismo instante —comentó con total calma y naturalidad.

 

Temblé provocado por su comentario y exhalé excitado deseoso por que cumpliera su palabra, mi cuerpo pedía a gritos que lo hiciera. Nuevamente esos ojos azules que me miraban intensamente me desarmaron por completo. El cumplido y su deseo, habían logrado erizar mi piel y mi boca volvió abrirse con intenciones de contestarle pero mi cerebro había colapsado dejándome sin palabras que comentar. Los nervios me ganaban de sobra y miré avergonzado hacia un costado incapaz de sostenerle la mirada. Sin darme cuenta había comenzado a respirar acalorado mientras sentía como mi garganta se iba secando.

 

—Clark… —escuché nombrarme y me estremecí al instante volviendo a posar mis ojos sobre los suyos lentamente.

 

En cuanto lo vi, su mano se acercó hasta mi corbata y de un arrebato me atrajo hasta su boca. Mis labios separados por la sorpresa fueron invadidos por su lengua con total intensidad incrementando el calor que me invadía. Sin quedarme atrás reaccioné al instante y saboreé su cavidad con firmeza dejándome llevar por los instintos que venía reprimiendo durante todo este tiempo. Al segundo Bruce se separó quedando a una muy corta distancia y acariciando mis labios exhaló complacido. Mi cuerpo había dejado atrás cualquier rastro de tensión siendo suplantando por un deseo incontrolable de degustar aún más su boca.

 

—Relájate Clark… no haremos nada que no quieras esta noche.

 

—Lo sé… es que no soy yo mismo cuando estoy contigo Bruce. Me haces perder la compostura —dije aún más acalorado y arremetí contra su boca pretencioso.

 

Lo besé incrementado la intensidad sintiendo los suspiros ahogados de ambos en los cortos espacios que nos dábamos para respirar. Bruce acercó más su cuerpo hacia el mío recostando mí nunca sobre el respaldo y su mano acarició mi pecho para luego descender hasta mi cintura. El deseo de tocarlo ardió en mí y sin quedarme atrás posé mi mano en su espalda recorriendo la misma desde el centro hacia abajo. Nuestras bocas se unieron aún más y el calor que emanaba nuestros cuerpos había incrementado. Sentí como su corazón latía más fuerte y el mío golpeó con potencia al sentir su mano en mi entrepierna. Alejé mi boca excitado produciendo un gemido sofocado y en ese preciso instante desee que me hiciera suyo. No me importaba en donde estaba o las consecuencias del hecho, quería unirme a ese hombre a como dé lugar allí y en ese mismo momento.

Bruce complacido de sentirme agitado y predispuesto me observó con deseo durante varios segundos. Luego acercó nuevamente su boca para besarme pero se detuvo a una muy corta distancia distraído por algo del exterior. Arrugó rostro fastidiado y gruñó bastante molesto por tener que detenerse. Repentinamente aflojó sus facciones y tomándome del cuello se acercó hasta mi oído para hablarme.

 

—Retomaremos luego —comentó lascivamente y volvió a sentarse en su lugar.

 

Yo me quedé como piedra sorprendido por su repentino accionar y mordí mi labio molesto al sentir aun el fuego vivo en mi interior quemándome. En ese momento no deseaba ninguna otra cosa más y tragué saliva excitado sin quitar de vista mis ojos de la boca de mi amigo. Luego comprendí el verdadero motivo por el cual se había detenido.

 

—Amo Bruce… hemos llegado —comunicó Alfred por el alta voz del vehículo, había olvidado por completo que estábamos viajando al hotel. Daba gracias al cielo que el asiento del conductor estaba separado por un vidrio y que el señor Pennythword no nos podía ver.

 

Bruce me sonrió dulcemente y bajó tranquilamente del vehículo como si segundos atrás no hubiera pasado nada. No sé cómo hacía para mantener la compostura, pero él en un instante volvió asumir su actitud impasible habitual; por mi cuenta, apenas si podía lograr calmarme después de aquel intenso contacto. Recosté mi cuello hacia atrás y exhalé acalorado mientras cerraba mis ojos para calmar mis deseos despertados. No veía la hora de poder saborear a ese hombre perfecto que me volvía loco, solo era cuestión de ser paciente, esa noche sin lugar a dudas me iba a sumergir ante mis más profundos deseos.

Notas finales:

Como se atraen estos doooooooos!!! Jajaja ya no toleran la espera, ambos dos quedaron on FIRE!!! Aunque Bruce pudo disimularlo mejor, jajaja Próximamente tendremos el capítulo suculento ;)

Bueno los saludo hasta la próxima y los invito a dejarme un comentario contándome que les pareció. Besos!!!


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