Integra se sentía fatigada, después de muchos años. Era la primera vez que subía una montaña. Al llegar hasta la entrada, su corazón latió de tal forma que parecía salirse de su pecho, no tanto por el esfuerzo. sino por la ansiedad de verlo de nuevo. Observo la casita que estaba en medio del enorme jardín rodeado de columnas y un enorme enrejado. Iluminado por farolas de luz cálida.
--Es aquí my master.
Integra escucho la voz entre nerviosa y seca de Seras. La joven vampiresa estaba ansiosa de ver a su maestro, pero también sentía algo de miedo. Por aquella presencia extraña, Integra se acercó hasta la puerta el jardín era basto lleno de bellos arbustos cortados con figuras de conejitos corriendo y en medio una alfombra de flores de diversos colores, con caminitos de piedras de color terracota. Con pequeñas luces de piso para iluminar el camino.
Ambas se quedaron maravilladas con el entorno, Integra vio el botón del intercom para tocar, pero Seras le sujeto la mano.
--¿Qué haces Seras?
La vampiresa solo señalo en dirección del jardín, entonces el ojo de Integra se abrió de par en par, se quitó los anteojos y se apresuró a limpiarlos. Se los coloco de vuelta y volvió a ver hacia el jardín.
--Seras, dime que mi único ojo sano. No está viendo visiones.
--No son visiones Integra sama. Es...es..un....
La vampiresa no completo la frase, ambas se quedaron petrificadas al ver a aquel hombre alto de cabellos largos y piel como la misma porcelana.
--¿No van a entrar?
Ambas respingaron ante aquella voz penetrante, el hombre se dio la media vuelta con el pequeño en brazos y camino en dirección a la casa, mientras la verja se abría frente a sus ojos.
Integra apretó los puños y camino hacia la casa, Seras la siguió con cautela hasta que la verja se cerró de improvisto.
--¡Integra sama!
--¡Relajate Seras! nos ha invitado, según el protocolo, no puede hacernos daño. Por lo menos no hoy.
--Integra sama, no creo que ese...siga el protocolo.
--Un vampiro es un vampiro y un caballero es un caballero...
Seras no comprendió aquellas palabras, siguió a Integra por el camino de piedra hasta llegar a la entrada. La sala era sencilla, pero con muebles grandes y amplios. Serás abrió la boca como si fuera a dar un enorme grito; pero de su boca no salió sonido alguno.
Integra lo miro de arriba abajo, seguía igual. Misma gabardina roja, mismo traje y mismas botas. Pero esta vez el sombrero era negro y de copa. El bebé que hace un momento estaba gateando en el jardín se encontraba en su regazo sonriendo y dando palmadas a su rostro Integra observo el velo de cabello que caía por su espalda.
--¡Alucard! ¿Por qué demonios te fuiste?
Alucard escucho la voz de integra, esa voz autoritaria y segura.
--Porque ya era tiempo.
--¿Tiempo de qué? ¿Y de donde salió ese niño?
Alucard no contesto, seguía jugando con él bebe, dándole besos y soplando sobre su cabecita.
--Mir, mi pequeño. Mir.
Integra apretó las mandíbulas, Alucard ya no era el mismo, algo había cambiado en él. Integra estaba por acercarse, pero Alucard la mato con su mirada fría y llena de odio.
--Alucard...
--Ya no soy más tu esclavo. ¡Vete!
--¡Master!
,
--Ya no soy más tu maestro Seras Victoria. Ahora eres libre, no me necesitas más.
--¡Es él! ¡Quien le obliga a ser así verdad! ¡Es por ese!
Alucard se levantó del sofá. Y entonces Seras cayo sobre una silla y la rompió. Vio a su maestro darse la media vuelta y seguir contentando al pequeño.
--Vlad, ¿No crees que eso ha sido grosero de tu parte cielo?
--Prometiste mantenerte al margen ¡Yo sé lo que hago!
--Lo siento amor. ¿Puedo sentarme junto a ti?
--Si...mira, sus colmillos han crecido.
Dracul tomó asiento al lado de Alucard, el parecido en ambos era asombroso Seras seguía en el suelo petrificada.
--Ahora veo por qué el vaticano, te vio como una amenaza.
--Integra ¿Viniste a reclamarle a él? ¿O viniste a verme a mí?
Integra miro con indignación a Alucard, ella le tenía cierto cariño, y ahora la trataba de esa manera fría.
--¡Si quieres que me vaya! ¡Y jamás vuelva a buscarte! ¡Dame una muy buena razón! ¡Y la quiero ahora!
Alucard le dio él bebe a Dracul; quien estaba recostado sobre el sofá, Mircea empezó a gatear sobre el sillón hasta donde estaba su otro padre recostado, quien lo recibió en su regazo.
--Si, Seras. Quiere seguir contigo, está bien por mí. Con lo que respecta a mí y a mi hijo, estamos fuera de tu vida. Y de Hellsing, no quiero regresar. Ya no soy un simple vampiro. Ya no más.
--Lo sé. Lo pude ver desde que entre aquí, eres diferente Alucard. Muy diferente. Pero aun no me has dado tu mayor motivo. Sabes que tarde o temprano moriría y serias libre, así que tu libertad no es lo que buscas.
Seras clavo sus ojos en el pequeño, lo observo y vio el parecido que tenía con su maestro lo que más curiosidad le dio, fue saber si el bebé. Era un bebé humano convertido y si eso fuera así sabía que el pequeño jamás crecería.
--¡No seas ingenua! ¡La organización seguirá después de tu muerte! ¡Al final terminaria siendo un esclavo de Hellsing! ¡Y mi hijo igual!
--¡No seas ridículo! ¡Eso no puede ser!
--¡Seamos sinceros Integra! ¡Ellos jamás respetaran tu voluntad!
--¡Island no es de esa clase de persona! Pero entiendo tu posición respecto a tu hijo. Es normal que quieras protegerlo Alucard.
Alucard observo a Integra, sabía que tenía razón. Island no era esa clase de persona. Pero no se fiaba de los demás. Aun así debía salirse de Hellsing para siempre. No solo por el bien de Mircea si no por el bien de la organización, ya que Dracul era capaz de destruirlos. Si algo o alguien los tocaba a ambos. Sabía que Dracul se encargaría de acabar con ellos. No era un vampiro común, podía hacer lo que cualquier humano. incluso era capaz de comer frutas. Cosa que el a duras penas los graba hacer solo.
--¿Lucard es quien te preocupa? ¡verdad Alucard!
Alucard miro de soslayo a su esposo. El seguía acostado con el bebé, en sus brazos no dijo nada ni siquiera volteo a verlos.
--Ya te dije todo lo que tenía que decir, Integra Faibrook Wingates Hellsing.
--Solo una cosa más, deseo hablar Lucard a solas.
Alucard se dio media vuelta observo a Dracul, quien seguía jugando con Mircea moviendo su conejito de peluche. Seras observo la escena, su maestro e Integra esperaban respuesta o algún movimiento por parte de aquel ser.
--Si, Vlad está de acuerdo....
Alucard volteo en dirección de Integra, después fue adonde estaba Mircea cargo al bebe y al conejito. Se dirigió a las escaleras y se detuvo al pie de esta.
--¡Seras! ¡Ven sube conmigo!
--¡Yes! ¡Master!
Seras echó a correr adonde estaba Alucard y cuando llego a donde estaba Dracul se detuvo por el miedo, pero otro grito de Alucard que había empezado a subir la saco de su pequeño shock. Integra solo suspiro. Salio hacia el jardín seguida de un serio Dracul.
--Es hermosa la luna. Sabe las tima que nadie sepa apreciar su belleza.
Integra no dijo nada, solo mostró sus cigarros y le pidió permiso a Dracul para fumar. Él vampiro mayor no tuvo objeción sobre ello. Y le hizo un ademan con la mano para que fumara su cigarro.
--Cuida bien de Alucard...sé que no viviré mucho, pero verlo lleno de paz me reconforta mucho.
--Palabras algo extrañas para alguien como tú, sabiendo perfectamente lo que hice.
--Mi padre provoco muchas cosas, cada quien vive con sus propios demonios. Lucard.
--¿Que deseas Integra?
--Lo que todos desean saber ¿Qué clase de vampiro eres? ¿Y por qué eres tan fuerte? Para saber si Alucard aceptara eso algún día.
--Lo aceptara con el tiempo. No del todo, pero lo aceptara. Lo único que me entristece, es que él no es del todo como yo y Como Mircea. Él es como mi padre cuando conoció a mi Madre.
--¿Alucard no es un vampiro completo?
---Vampiro, es lo que ustedes llaman a un dragón incompleto. Mi padre Radu I conoció a mi madre. Calinica que era descendiente de la raza Draco "una bruja" para aquella época. Los Danesti y los Draculesti quedaron unidos y dejaron de ser "rivales" pero cuando nací yo Mircea I todo se derrumbó jamás supe de mi condición hasta el día de mi supuesta muerte. Y supe lo que era. En cuanto a mi decencia al ser de una simple mujer no sufrió con mi "maldición". Puesto que ella jamás bebió mi sangre.
--¡Te casaste con tu bisnieto! ¡Y tienen un hijo!
--¡Querías saber! ¡Ahora no me salgas con tu estúpida moral inglesa!
Integra guardo silencio y observo a aquel ser.
--¿Entonces eres un dragón de esos que escupen fuego?
Dracul soltó una sonora risotada, sobre aquello. después calmo su risa y volvió a ponerse serio.
--No escupo fuego, pero puedo manejarlo. Y si soy un dragón, un dragón de sangre.
--¿Un dragón de sangre?
--Si, un dragón que vive de sangre y otras cosas más.
--¿Y el bebé?
--También lo es y Alucard es un mestizo jamás será un dragón completo, con los años ha conseguido las habilidades de un dragón bebé.
--¿Y entonces como es qué?
--Los humanos siempre destruyen lo que no comprenden.
Integra medito aquella respuesta unos segundos, sabía que no obtendría más información por lo que continuo con la charla
--¿Por eso permaneciste lejos? cuando el mayor hizo sus fechorías en antaño.
--Yo iba a matar al mayor, por su desvergonzada locura en Alemania. Vine por Alucard, por mi Vlad. Pero a él nunca le mencione nada de ello, lo espere aquella noche. ¡Aquella noche que tu padre lo sello con su alquimia! Que es algo muy diferente a la brujería supersticiosa. Sí Vlad sé hubiese marchado conmigo aquella noche, tu no habrías perdido tu ojo.
--¡Estuviste ahí!
--Si. Y vigile a Vlad. Durante su matanza.
--Supongo que al ser un dragón incompleto puede hacer esas cosas.
--Es normal un dragón incompleto absorbe vidas, para poder ser eterno como lo es un dragón normal.
--¿entonces tu madre sigue viva?
--No...Pero la forma en que morimos siempre será un secreto para ustedes. Un secreto que solo sabrá Vlad y Mircea en su momento.
--¡Entonces no son eternos!
--Tal vez no...Y no creas que no me doy cuenta que me odias. Y si responderé abiertamente a tu última pregunta.
Integra lo observo con indignación, pero lo encaro solemnemente.
--El mato a Vlad y mi amor, en aquel entonces. Y eso para una criatura solitaria como yo, fue muy doloroso. Sé que para ti sería algo ilógico puesto que Alucard sigue vivo. Pero para mí fue lo justo, por eso deje moribunda a tu madre a punto de vida y muerte. Porque sabía que te esperaba y decidí perdonarte la vida.
Integra no dijo nada, desvió la mirada molesta. Quería golpear aquel ser con todas sus fuerzas pero se contuvo.
--Guardarse las cosas no ayuda al espíritu Integra.
La mujer saco su pistola, Alucard y Seras que estaban con él bebe escucharon los disparos. Alucard se levantó en el acto, su corazón temía lo peor. Tomo a Mircea en brazos y salió al jardín. Seras salió detrás de su maestro.
Integra estaba desecha en lágrimas, Dracul la sostenía entre sus brazos. Alucard sonrió levemente ante aquella escena.
----------------
--¿Estás bien?
--Siempre lo he estado y ella estará bien, gracias por ser consecuente con ella.
--Le hacía falta Vlad, creme. Y más ahora que casi está por llegarle su hora. ¿Que haras? ¿La convertirás?
--No, ella nunca ha deseado esas cosas. Por qué crees tú que ya es una anciana.
--¿Y Seras?
--Regresara, seguro será la niñera de Mir.
--¡Ah! ¡No Vlad! ¡Nada de niñeras! ¡Se responsable!
--¿Y cuando quiera hacerlo?
--ah bueno eso...tiene arreglo....
Dracul se acercó a Mircea lo observo y después le dio un beso en su frente el pequeño parpadeo cansado unas tres veces para después caer completamente dormido en el regazo de Alucard. Este último se quedó sorprendido.
--¿Qué le hiciste?
--Nada amor, solo está dormidito. Así que ponlo en su camita
Alucard acomodo a Mircea en su cuna, el pequeño dormía profundamente abrazando su conejito. Alucard sonrió ante aquello, pero fue sorprendido por un lengüetazo de Dracul sobre el lóbulo de su oreja. Alucard se removió y alejo la cara de Dracul lejos de la suya.
--¿Que pasa? ¿No que tenías ganas?
Alucard se sonrojo ligeramente y le dijo que si le deseaba, pero que delante de Mircea se ahorrara sus demostraciones.
--No entiendo por qué eres tan pudoroso, para esto. Y cuando se trata de matar no eres nada remilgoso.
--Es muy diferente.
Dracul resopló, pero no dijo nada más; tomo a Alucard de la mano y lo llevo a la terraza dónde estaban los viñedos. Lo estrecho entre sus brazos tomando su cintura. Él vampirio mayor olfateó el cuello de Alucard después su lengua se paseó por su fría piel. Mientras sus manos avanzaban hacia las nalgas del menor. Alucard sintió la presión sobre su trasero y su cadera se acoplo a la de Dracul la parte blanda de ambos se friccionaron a través de la ropa, despertando sus entrepiernas. Alucard disfrutaba ese momento, que solo sucedía cuando Dracul le tocaba. Dracul desabotono la camisa de Alucard con su mente, dejando descubierto el pectoral el vampirio. Observo a su presa; lamio la tetilla ligeramente con la punta de su legua, después la mordió ligeramente para succionarla.
Alucard se removió, ante aquel delicado pero excitante movimiento. Dracul se deslizaba pausadamente entre una tetilla y otra. Dracul sonrió satisfecho. A continuación aflojo los pantalones que cayeron al pisó. Dejando a Alucard en interiores. Dracul continuó lamiendo el pectoral de Alucard, mientras una nano frotaba el trasero del menor y otra su pene que comenzaba a doler debido a la expiración.
Dracul se percató de la pequeña molestia de Alucard, pues este se había mordido el labio inferior que fue acompañado de un pequeño gruñido.
--No eres el único que se siente así...
--Idiota...
Alucard le sonrió a Dracul, ambos se fusionaron en un beso, mientras sus manos recorrian aquel cuerpo frio y bien formado.
--Házmelo como en antaño
--¿Así que deseas volar un rato?.....
Dracul tiro de Alucard y lo puso de cabeza, Alcucard se incorporó y se agarró de Dracul, el mayor lo penetro de lleno al abrir sus nalgas. Alucard se arqueo en el acto y soltó un enorme grito. Para después clavar sus colmillos en el hombro de su esposo Dracul arremetió con fuerza, Alucard se contoneo y apretó, el dolor y el placer le consumían. Dracul soltó un gruñido debido a que Alucard lo estaba apretando, pero eso hizo que su excitación se hiciera aún más placentera. Alucard se contoneo como si estuviera montando un caballo, Dracul jalo sus caderas para que su penetración fuera más profunda.
Alucard gimió de placer, sintió ese fuego increíble quemarle por todo el cuerpo. Hasta que cayo esa nieve placentera al mismo tiempo para sentir el semen dentro y fuera de él.
Dracul bajo lentamente hasta la cama, Alucard jadeaba debajo suyo. Y el también respiraba encontrada mente. Observo a Alucard que miraba hacia la habitación de Mircea.
--No tienes de qué preocuparte, siempre estaré con los dos.
--¿Aunque sea caprichoso?
--Si.
--¿Aunque haga estupideces?
--Si, hagas lo que hagas; estaré para ti y para él. ¡Eres mío! ¡Mi Vlad!
--Hay algo que quiero saber.
--Dime
--¿Ese es tu verdadero nombre?
Alucard señalo hacia la habitación de Mircea, Dracul soltó un suspiro y beso a su amado vampiro y lo estrujo entre sus brazos para después morder su cuello y escuchar el gemido ahogado de Alucard, de su Vlad de su amado biznieto, amante y esposo.