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Aprendiendo a sobrevivir por sakurada momo

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Notas del capitulo:

Ejem, ejem...

comentarios al final del cap

15. Encuentro

 

Lo que llamo mi atención fue la camioneta volteada que parecía tener pasajeros y como a unos metros de ella estaba un chico de cabello azabache tirado con un bulto blanco en las manos ¡MIERDA! Ese sujeto era el puto de Blake con la pequeña en brazos! Lo matare!. Mis planes se ven frustrados por la aparición de unos cinco tal vez mas zombies acercándose a Blake mi posición conveniente para usar mi fusil me permite echarme y con el mirar apuntar a uno y otro y otro mas, los cinco cayeron con un tiro cada uno. Ya no era tan difícil, baje por el camino de tierra en mi moto hasta llegar al indefenso de Blake que sostenía en brazos a la pequeña Perséfone que no lloraba y podía ver como movía sus manitas sujetando y acariciando la cara de Blake.

-Tsk! Como esto acabo asi?- me preguntaba agachándome ante  Blake e intentando agarrar a Perséfone pero es un pequeño temblor en la tierra lo que me interrumpe y me obliga a girar para ver a un zombie de diez a quince metros acercándose a mi ¡estos zombies se hacen más grandes cada día o que! Tsk!  Me levanto con el fusil sin ninguna bala me atrevo a usar el boomerang que me regalo Teo me subo a la moto y avanzo hasta llegar a una parte más alta del terreno y desde ahí lanzo el boomerang que al apretar el botón se prende y viaja con las grandes llamas de fuego atravesándole un brazo al zombie el brazo sostenido por apenas unos cuantos pedazos de carne me resulta asqueroso, el boomerang regresa y yo sin perder el tiempo vuelvo a lanzar el boomerang para esta vez cortarle el cuello, ante esto el detiene su caminar su cabeza cae acompañada de un gran estruendo y una lluvia de sangre, su cuerpo completo cae segundos después creando un gran terremoto al chocar contra la tierra. Es ahora que agradezco a Teo por el boomerang y a mis días de vagancia en la universidad en los que jugaba con un boomerang por pura entretención.

Regreso donde está un Blake inconsciente

-perdóname – le digo antes de darle una fuerte bofetada que aunque deja su mejilla roja también lo despierta de su inconciencia, lo primero que hace al abrir los ojos es verme y abrirlos de sobremanera sorprendido para fijar sus ojos en Perséfone que lo ve con su característica sonrisa, cuanto extrañaba la sonrisa de esta pequeña, para después Blake girarse a ver a la camioneta volteada

-¡mierda! – pronuncio al ver como la camioneta comienza a incendiarse por la retaguardia con Rubén y dos chicos rubios dentro, y para colmo rodeados de zombies, creo tener sigue algunas balas en una pistola, con agilidad la empuño y acabo con los zombies que estaban impidiéndoles la salida a esos tres pero eso  no basta, puesto que ya viene otros zombies en busca de su carne

-demonios!! Piensa salir o no trio de idiotas!  - les grito a los tres que recién parecen reaccionar y salen corriendo justo antes de que la camioneta se incendie por completo, con el fuego impidiendo que los zombies vengan por un lado los tres se acercan a nosotros corriendo, con una pistola en mano cada uno. Una vez los tengo frente a mí

-¡se puede saber qué coño hacen! Pudiendo salir usando esas pistolas, esperan a que alguien llegue y los salve ¡TRIO DE IMBECILES, NO SON UNAS PUTAS PRINCESAS EN APURO! – les grito a todo pulmón, si yo no llego estos cuatro y mi querida princesa estarían muertos

-tranquilo florecita – coloca Blake una mano en mi hombro cree que así me va a tranquilizar?

-tú también, ¡porque demonios pusiste en ese peligro a Perséfone! – estaba dispuesto a gritarle más, aunque estuviéramos en medio de un campo minado de zombies, estos niños debían de ser regañados

-¡SEÑORITAS RETIRADA! Vámonos, hoy las aguas están muy movidas, como para cazar a un clase diez – escucho una voz fémina gritar y en unos segundos aparece una mujer bajita de cabellera rojiza frente a nosotros en una camioneta, parándose frente a nosotros y tendiéndole la mano a Blake – imbécil lengua larga, vámonos esa herida no se ve bien – dice la mujer a Blake apuntando su cabeza de la que sale un montón de sangre. Blake sube a la camioneta con Perséfone en brazos, después entra Rubén y los otros dos y yo llevado por la multitud también me meto en la camioneta con mi moto. Ahhh y eso que mi madre me dijo que no subiera al auto de un desconocido

En el camino me pongo a divagar ignorando a los demás en la camioneta que somos muchos y al menos la mitad están heridos, y la otra mitad con un arma en mano vigilando a ver si algún zombie viene. Me pongo la capucha verde oliva e ignoro al resto, tenía frio por eso la capucha y aun se sentí raro fue muy rápido demasiado pero al fin los había encontrado. en medio e divagaciones y silencio de mi parte llegamos a un gran establecimiento con paredes de cemento y alambrado con púas, dentro estaban tres edificios entramos al primero y todos se fueron, quedando yo solo y lo más confundido ¡¿Dónde demonios estoy?!, Salí de la camioneta y vi como Blake, Perséfone y los demás eran llevados por unas chicas de bata blanca a no sé donde

-Los van a revisar y curar – me dice la voz fémina detrás de mi – cuál es tu nombre? – me pregunta la mujer bajita que está ahora frente a mí con el cabello rojo y gorra de capitán en la cabeza

-Andrew – le contesto a la mujer

-conoces al imbécil ese y Rubén? – supuse que por imbécil se refería a Blake, asiento con la cabeza y ella me sigue viendo

-te quitarías la capucha? – me pregunta a lo que yo me la saco y dejo al descubierto mi cabello Rubio

-lo sabía, eres muy mono con esos ojos hielo y ese cabello rubio, de donde un joven tan delicado como tu puede conocer a ese par tan raro? – me dice la mujer mirándome con una sonrisa en el rostro

-tu eres más rara, enana – es la voz de Blake la que habla a mis espaldas, me giro viendo al azabache con una venda en la cabeza y la niña en brazos – ahora vete enana que tengo que hablar con esa florecita de ahí – dice señalándome

-tsk! Solo por esta vez te perdono cadete – dice la mujer caminando hacia un edificio – me giro y veo a Blake, ¿Por qué siento que esto es más incomodo?, para evitar la mirada de Blake me giro a ver a la pequeña que al verme borra su sonrisa y comienza verme fijamente

-ma… - pronuncia la pequeña intentando decir algo aun con su cara seria- ¡mamá! – pronuncia por último la pequeña con una sonrisa y estirando sus brazos hacia mí, primero non sabía que hacer preguntar a Blake sobre ¡¿Cómo diablos la pequeña habla?! o simplemente sentirme avergonzado porque Perséfone me acaba de decir mamá, opto por la segunda, Blake me mira y no tiene intención de esconder su burlona sonrisa

-eso te pasa por parecer tanto una mujer – me dice Blake y yo sigo sin poder articular palabra

-no te preocupes, a esta pequeña le gusta decir lo que quiere. La culpa es de Blake que la consciente mucho – aparece Rubén detrás de Blake acompañado de esos rubios altos

-Dio Duben! – pronuncia la pequeña viendo a Rubén que se coloca levemente rojo

-ves? – me dice señalando a la niña

-¡mamá! – vuelve a pronunciar la pequeña volviendo a tenderme sus bracitos Blake se acerca y me da a la niña en brazos, hace tanto que deseaba poder tenerla acurrucada en mis brazos

-así en verdad pareces su madre – me dice Blake apoyando las manos en sus caderas, viendo como la niña juega con mis cabellos para después girarse hacia Blake

-¡papa! – pronuncia la niña viendo a Blake – mamá – jala un parte de mi cuello de tortuga – papá – dice tomando al igual por el cuello de la polera a Blake, y atrayéndolo hacia mí, dejándome a centímetros de su rostro-  ¡mamá y papá! – pronuncia por último la pequeña dejándonos o al menos a mí, porque Blake se porta indiferente a la situación, avergonzado.

-ah..mm...- es lo único que logro balbucear. Es Blake quien con delicadeza suelta el agarrare de la bebe, al menos aprendió a cómo tratarla en este tiempo, y se aleja despidiéndose con una mano – quédate con la niña tomare mis vacaciones de ser tu nana, flo-re-ci-ta – si el objetivo de Blake con ese último comentario era molestarme me enorgullezco de decir que fallo, pues lo único que hay en mi rostro es una sonrisa producto de la felicidad que me provoca saber que tendré toda la tarde para mí y la pequeña que apachurro en mis brazos, ella parece comprenderlo y me abraza de vuelta

-mamá, degreso- balbucea jugando aun con mis cabellos.

-ya acabo la reunión familiar? – pronuncia la pelirroja saliendo de su escondite detrás de un edificio. Yo asiento con la cabeza – entonces es hora de que vayas a tu habitación, estarás en la misma que Blake y Ruben, así que cadete – pronuncia viendo a Ruben – indique su habitación a su nuevo compañero – veo como Ruben asiente con su cabeza me ve y comienza a caminar yo lo sigo, viendo como es abrazado por los dos rubios

-ya llegamos – me dice abriendo una puerta de metal para entrar a una habitación equipado por dos camas y una mesita de noche y otros muebles que hasta que yo veo no tienen ningún uso servible en esta situación

-tsk!! – escucho como Rubén chasquea la lengua molesto – como se supone entremos los  tres en solo dos camas? – lo escucho quejarse para si mismo

-de eso no hay problema

-déjanoslo a nosotros – dicen los gemelos en conjunto con una gran sonrisa colocando cada uno una mano encada  hombro de Rubén

-haaa, ehhh – de alguna manera me siento como el mal tercio, ambos gemelos me miran con una cara.. nose… dan miedo

-Mi nombre es Dmitry

-el mío Nikolay – se presentan ambos para después,  cargar a Rubén uno por las piernas y otro por los brazos cual costal de papas se llevan a un Rubén rojo de vergüenza gritando por el pasillo

-¡¡PAR DE IMBECILES, BAJENME!! ¡¡¡¡¡¡¡¡BAJENME!!!!!!!! – es lo último que escucho a lo lejos de los labios de Rubén, jeje, no sé qué paso aquí

-ame – balbucea Perséfone jalando de mi chamarra pidiendo atención – ame – vuelve a decir moviendo su boquita. La dejo encima de una cama y comienzo a buscar algo de leche para ella, la encuentro de una cajuela junto a su biberón y algunos pañales. Encima de la mesa está un termo, con esta preparo la leche en el biberón y se la doy, antes verificando que la temperatura este bien, sentada agarra con sus manitas el biberón y comienza a chupar con mucho entusiasmo, se nota que tiene buen apetito

-ya estas llena? – le pregunto a la pequeña en cuanto, veo como acaba el biberón y suspira para después sonreírme, en su boquita aun había rastros de leche

-ame – vuelve a repetir, tal vez siga teniendo hambre, umnh, busco algo que darle de comer y encuentro dentro la cajuela un poco de papilla de manzana en frasco, le doy el pequeño frasco con una cuchara para que así coma sin embargo la pequeña no le ve uso a la cuchara y comienza a comer con sus manitas ¡Dios! Que sucia quedo

-pequeña – le digo mirando como el mameluco que tenía puesto estaba todo sucio por la papilla y que decir de su rostro hasta tenia papilla en el cabello azabache, pero bueno quien podía enojarse con ella, ni siquiera podía detenerla viendo cómo se divertía jugando con la papilla. Agh, no creo poder enojarme con ella– pequeña, y yo que creía que eras naturalmente dulce. Ahora me vienes con que quieres ser todo un terrón de azúcar – digo acariciando su pegajosa mejilla – bueno es hora de tomarte un baño, ¿tú sabes dónde está? – le pregunto sabiendo que a su corta edad no sabría bien como ubicarse y grande es mi sorpresa al ver como voltea y fija sus ojitos en una puerta blanca en un rincón de la habitación, voy hasta la puerta giro la perilla y tengo ante mí a una tina retrete y lavamanos, una habitación pequeña cubierta por azulejos blancos. Aunque el espacio era reducido todo cabía perfectamente acomodado en el lugar me acerque a la tina y aun lado de esta estaba de esas pequeñas cómodas para los jaboncillos shampoos y demás, había uno en especial que tenía la imagen de una nube rosa con un bebe encima que indicaba era el shampoo de Perséfone. Abrí el grifo y deje al agua caliente caer junto con el agua fría dejando la tina con una temperatura templada y agradable, en lo que la tina se llenaba un poco yo fui con Perséfone que continuaba en el mismo lugar en que la deje, comenzaba a quitarle el mameluco, estaba sacando sus bracitos y estaba descubriendo su espalda cuando.

Escucho el chirrido de la puerta al abrirse…

-Rubén me dijo que- es incapaz de acabar la oración con mi pie golpeando contra su estómago ¡maldito!

-¡TE DEJO A LA NIÑA POR UN TIEMPO Y… ¡¿ELLA YA TIENE UN TATUAJE?! – le grito a los cuatro y más vientos, con un demonio, solo un tiempo y mi bebe ya tiene una flor de loto tatuada en la espalda, no es nada fea pero.. agh! Es una bebe! Una BE-BE

-agh! fueron ellos quienes nos amenazaron, además ni siquiera le dolió fue Rubén quien lloriqueo más que ella

-¡COMO DEMONIOS DEJAN QUE TE AMENACEN! ¡TE LA DEJE A TI PARA QUE LA CUIDARAS! ¡PEDAZO DE IMBECIL!

-ENTONCES PORQUE ME DEJASTE A MI A CARGO DE ELLA?!!!! PUDISTE DEJARLA EN MANOS DE RUBEN O NO SE!!! ESCARPARTE CON ELLA Y AZRAEL, PUDISTE DEJARLA HASTA EN LA PUTA BASURA…- no conteste me había asustado que me gritara tan fuerte – tsk! Rubén me dijo que se mudaría con los gemelos, pero creo que no es una buena idea, no podre convivir con un pedazo de mierda estúpida – dice y sale de la habitación azotando la puerta al salir y dejando solo silencio por unos minutos

-tsk! Idiota – murmuro rompiendo el silencio y volteándome para ver a una calladita Perséfone, frente a mí – te asuste?-le pregunto no esperando respuesta – lo siento, ven vamos a darte un baño –me disculpo tomándola en brazos y caminando hacia la tina que ya está llena cierro el grifo y meto a la pequeña que da un pequeño respingo ante el agua, rápidamente se acostumbra y comienza a jugar con el agua salpicándome, yo comienzo a untar el shampoo en su cabecita masajeándola, enjuago su cabello y con una esponja y jaboncillo empiezo a frotar su cuerpo, ha crecido mucho en poco tiempo, ya puede sentarse sola y hablar un poco, su piel aunque pálida no luce enferma simplemente un lindo blanco natural, sus ojos vivos y curiosos propios de su edad, su cabello un poco crecido ahora le llega por debajo de las orejas, y mueve sus manitas alegre jugando con la espuma, esta pequeña había visto tanta sangre y aún conservaba su inocente sonrisa, la ignorancia de un niño, su pureza, sin duda es un gran tesoro. Agh… aunque costara admitirlo Blake parecía haber hecho un buen trabajo en cuidarla, la niña no tenía ojeras, había dormido bien, tampoco era muy ligera, había comido bien y no presentaba ningún trauma, milagro, mi Perséfone estaba bien.

Saque a la pequeña de la tina y con una toalla color lavanda la envolví y recosté en la cama, se removía entre la tela esperándome mientras yo hurgaba entre los cajones buscando una ropita para hacerla dormir, sin darme cuenta la noche había caído, al fin encontré un cómodo mameluco de algodón aunque este tenía una capuchita incluida en la que estaban dos orejitas de oso y en sus manitas unas pequeñas garritas, más que una pijama parecía un disfraz de oso, se la puse y sin duda vi a la cosita más hermosa del mundo, se veía tan tierna con el mameluco de oso puesto, kya~ que hermosa. Ahora estaba calientita y cómoda la deje sentada en la cama con algunos peluches en lo que yo iba a hacerle otro biberón, para después acostarla y hacerla dormir, así lo hice la pequeña que se encontraba cansada no opuso resistencia, y rápidamente cayo dormida, yo estaba acostado junto a ella, observando su angelical rostro dormir, haa, esto era real y no un sueño, al fin me había encontrado con esta princesita y aunque costara admitirlo también de encontrarme con Blake y Rubén, eran los únicos rostros conocidos y en los que al menos confiaba un poco en medio de este caos, necesitaba en alguien en quien apoyarme. “entonces porque me dejaste a mí a cargo de ella?” en mi mente la frase resonaba como un murmullo y no como el grito que había sido, “porque confió en ti, idiota” esa era la respuesta ¿Por qué más?, era la única persona en la que podía confiar en ese momento, pero cuando vi el tatuaje fue mucho, esa era una marca de por vida, nadie podía colocarle eso siendo aún una bebe. agh! Pero tampoco debí gritarle ahora con la cabeza fría pienso que debería haber escuchado alguna explicación, el no la había maltratado, tampoco esperaba que lo hiciera, ella estaba bien y parecía contenta. Blake había hecho un buen trabajo cuidando de mi princesa

-creo que debo disculparme con tu papá –le susurre a una dormida Perséfone, deposite un suave beso en su frente y me levante. Yo también necesitaba una ducha, hace tiempo que no tenía una y sin duda lo necesitaba, comenzaba a odiar mi propio hedor, sin pereza me dirigía la ducha y después de deshacerme de todas mis ropas deje que el líquido corriera por mi cuerpo era refrescante y la sensación purificadora

-auch! – me queje al pasar la esponja por mi cuello me había olvidado del vendaje que tenía en el cuello, me quite la mojada tela y la vi la sangre aun no secaba por completo del enfrentamiento que tuve en la tarde ¿Cómo estará Teo? Ahora que lo pienso debí de traerlo conmigo. Aun me dolía el cuello me gire hacia el espejo de cuerpo completo que tenía frente a la ducha, la herida abierta dolía como mil demonios al contacto con el agua, y aun salía un poco de sangre si la tocaba, no era tan profunda como la primera vez pero eso no cambiaba que doliera, ahora que me veía frente al espejo. Había enflaquecido un poco aunque mis piernas y brazos se habían fortalecido ya no eran flácidos, ahora estaban firmes, y bueno, también tenía múltiples cortaduras nada de mucha importancia unos moretones en el torso raspaduras en la rodilla algunas heridas por menores en los brazos, lo principal era mi cuello y mi mano, recién me daba cuenta de que aun permanecía con el vendaje en la mano lo saque y me sorprendí al ver como las heridas que tenía en los nudillos ya casi habían cicatrizado, eso no había pasado hace mucho, al menos no tanto como para que sanara. Me sorprendía de mí mismo como demonios empuñe un arma teniendo así la mano? La adrenalina hacia mucho. Agh, enjuague mi cuerpo y cabello y por fin sali de la ducha con una toalla en la cintura y otra en la cabeza, tendría que buscar un botiquín o algo para curar mi cuello y también para volver a vendar mi mano no había sanado por completo y no estaría mal un ungüento para mis demás heridas.

-oye! Yo también duermo aquí así que si tie – Blake que había entrado a la habitación sin tocar se detuvo al verme y parecía escanearme con la mirada, que incomodo – eso no se ve bien – me dice apuntando a mi cuello, y acercándose a mí para agacharse y verme mejor la herida – esto podría infectarse – murmura, - siéntate- ordena Blake apuntando con su dedo una silla que estaba al lado de una mesita – siéntate – me vuelve a repetir con un rostro atemorizante al ver que no lo obedezco, me siento y él se aleja rebuscando en la mesita de noche vuelve con un botiquín en manos, y comienza a sacar el desinfectante y alcohol

-puedo hacerlo solo – le digo al ver su intención de curarme

-será más difícil si lo haces tú solo – me dice haciendo caso omiso a mi comentario y untando con desinfectante un algodón que comienza pasar por mi cuello

-auch! – me quejo al sentirlo en la herida

- no seas una niña llorica y aguanta- me dice y continua desinfectando la herida, el resto es silencio de vez en cuando interrumpido por mis leves quejidos, venda mi cuello y continua con mi mano, para después dedicarle atención a cada una de mis herida en todo el cuerpo acaba cuando me unta una crema, de no sé qué, en algunos hematomas que tenía en la espalda

-acabe – me dice, alejándose con el botiquín en manos, yo no conteste me sentía un poco avergonzado, eran raras la veces que dejaba que un hombre me tocara, ni siquiera Az me había tocado más que la mano cuando niños o para arrastrarme a algún lugar en la adolescencia, nuestros abrazos eran contados y solo como mero compromiso fraternal. Oh! Que ciego estaba en aquel entonces. Y ahora había dejado que un condenado me tocara, es imperdonable aunque solo fuera para sanar mis heridas, tsk! Hasta toco mis muslos para curar los cortes que tenía ahí. Mis mejillas volvían teñirse levemente de rojo

-toma – me arroja Blake un manojo de ropas, las tomo y descubro una franela blanca y un buzo de algodón plomo, veo a Blake extrañado, pero el indiferente comienza a sacarse la polera, yo me giro y recién comprendiendo el gesto, me coloco la franela y el buzo, supongo son de él pues las mangas de la franela me queda extremadamente grande y ni qué decir del buzo. Agh! Me siento como un niño usándola ropa de su padre, ridículamente grande, me giro para ver a Blake con un conjunto parecido al mío solo que su franela es negra y no blanca como la mía, y son el mismo buzo plomo, me ve y veo como contiene una risa de burla, no ayuda mucho que yo haga un mohín que a él parece divertirle, y acaba por estallar en risa, yo frunzo el ceño y con mi mano en mi boca le indico que haga silencio y después apunto a la niña él entiende e intenta contener su risa cosa que logra a medias pues no deja de mostrar su sonrisa prepotente todo el tiempo,

-je! Buenas noches, florecita - apaga las luces y se mete a la cama yo continuo parado y cuando a mi parecer Blake ya está dormido, me acerco a su cama y en el oído le susurro un “gracias y discúlpame por gritarte, cuidaste muy bien de Perséfone” mi orgullo no permitiría ni en mil años que yo le dijera eso de frente de seguro me molestaría hasta la muerte por ello, no, no, no era tan idiota.

Me giro me meto a la cama junto a Perséfone abrazándola y ella acurrucándose en mi pecho

***

Me sentía ligero como una pluma en el aire y de un momento a otro caí y sentí mis pies hechos de plomo caminar me era lo más difícil del mundo, gire para ver una figura negra distorsionada, su cara me era irreconocible el cielo azul se tiño de rojo y pronto me vi en medio de un campo de batalla los campos regados de cuerpos, cadáveres mutilados desfigurados y de los que salía un líquido rojizo conocido como sangre, aunque para mí no fueran más que figuras negras y borrosas sabía que estaban así, sentía mis pies más pesados, aterrorizado observe mis manos estaban teñidas de sangre y en una sostenía una espada de fuego, solté el arma y lleve mis manos a mi cara y cubriendo mi rostro intente gritar pero ningún sonido salía de mis labios, ni un murmullo…. Nada

***

Había sido la primera noche en mucho tiempo que dormía sin preocuparme por ser comido por un zombie en medio de la noche, la primera vez en mucho tiempo que había dormido de verdad, y que era lo que obtenía? Una pesadilla. Agh! Lo único que esperaba era tener una noche tranquila, pero no, había sido horrible despertarse en medio de la noche con una incomprensible opresión en el pecho, no recordar que soñaste, volver a dormir y otra vez despertar, con esa opresión en el pecho. Y yo seguía sin tener idea de a que temerle no recordaba mucho más que algunas imágenes vagas de mi sueño. Me levante y deje a la beba aun dormida encima de la cama, para yo poder ir al baño y mojarme la cara, necesitaba despertar, después de mojarme, puse mi mano en la manija de la puerta pero me detuve al escuchar su voz…

-debes de estar contenta mocosa, al fin regreso esa florecita para cuidarte – decía en murmullo Blake a una dormida Perséfone mientras acariciaba su cabello con una sonrisa que nunca crei algún día verla en su cara, una sonrisa que reflejaba ternura, una sonrisa sincera…

Tal vez el idiota este no sea tan malo, je! Solo tal vez, este sonriendo como idiota por al fin haberlos encontrado, solo tal vez…

Notas finales:

Okey, ahora si se que quieren matarme asesinarme y dejarme colgada de un poste, asi que para hacer las cosas mas faciles dire esto

marque 1, para lanzarle tomates a Momo-chan

marque 2,para colgarla del techo de su casa

y marque 3, si quiere dejar que se la coman los zombies

n.nU

 

Jeje, mis excusas para no actualizar desde creo ya hace un mes es que no me surgio la inspiracion, ademas de que el tiempo se me paso volando con lo ocupada que estabapor un proyecto que estabamos haciendoen la clase de historia uff! pero eso al fin acabo hoy, asi es ¡al fin! y como ven recien les traigoel cap jeje, enserio disculpas y gracias por tenerme paciencia

Bye, Bye, espero le haya gustado el capitulo n.n

 


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