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La Alianza de los Reyes por MidNightFlower

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Capítulo 3: Todo lo que es Verdad

Con la caída de la noche y todos preparándose para emprender el camino hacia la morada de Harry, Draco tomó la primer guardia junto con Regulus, quien en su afán de calmar sus nervios decidió hacer una ronda por el perímetro. El guardián del bosque nevado contemplaba aquel punto perpetuamente nuboso en medio del mar, sumido en sus pensamientos.

Sabía que allá es donde se encontraba apartado de todos en completa soledad, en ese tan inaccesible lugar que puede producir escalofríos hasta del más valiente.

-¿Por qué Harry? ¿Por qué estás haciendo todo esto?- preguntó apretando sus rodillas contra su pecho. Su respiración se aceleró y las voces en su cabeza acrecentaron recitando la letanía que lentamente lo vuelvía loco. "Caos, claridad, razón, locura, balance, tristeza"

Se cubrió ambos lados de su rostro tratando de disiparlas y de reojo observó su anillo de magia pura que al instante logró calmarlo. Con un ligero temblor en su mano removió la sortija para observar por breves instantes la runa de unión que consiguió en esos tres años de su vida ser el más dichoso y que como aire fresco antes sus ojos, comenzaron a dibujarse recuerdos que ansiaba olvidar, de esa época tan preciada y mágica, tormentosa como efímera.

-Harry…- musitó negándose a que sus ojos se llenaran de lágrimas.

-¿Estas casado Draco?- cuestionó Regulus en un acelerado siseo tratando de mantener la compostura. Se sentó a su lado al instante -¿Por qué nunca me lo dijiste?-

-Porque no valía la pena mencionarlo- suspiró pesadamente sintiendose tan cansado de siquiera insinuarlo -fue lo que fue y así es como quiero mantenerlo-

-Así que eso explica porque nunca desposaste a nadie al subir al trono...- dijo en un murmullo colocando sus brazos tras su espalda.

–Sabes tan bien como yo que los enlaces son para siempre, pero si los ocultas, es casi como si no existieran….-

Ambos se quedaron callados mientras que los recuerdos cada vez con mas fuerza y mas nítidos se hicieron presentes ante sus ojos de aquel mágico momento que se enlazaron sus vidas cuando tenía 18 años.

"Parados frente a la ventana, dos sombras se acercan en un firme y tímido abrazo. Se mueven bajo los finos rayos lunares, acariciando con cariño sus manos en una hermosa paz. Gentilmente Draco descansa su cabeza sobre su pecho sintiendo el palpitar acelerado del corazón de su amado que latía al rimo de suyo.

Se acababan de conocer en su coronación y ahí estaba yendo en contra de todo lo que debía de considerar valioso y sagrado solo por un instante que sus miradas se cruzaron. Un momento que ambos sintieron hondamente aquello que era imposible que sintieran pues era un sentimiento penado e infame.

-No puedo hacer esto…- musitó alejándose de su cuerpo como si quemara ¿Por qué aceptó buscarlo? –¡solo nos conocemos de vista y nada más! esto está mal, no puedo estar contigo-se abraza a sí mismo dando un paso hacia atrás –no eres del sur, mucho menos eres como yo, esto… lo que sea que sea esto va en contra de las leyes ancestrales, de nuestro reino y nuestras familia…-

Harry con un gesto decidido se acerca lentamente atrayéndolo a su pecho como si sintiera que ahí era donde pertenecía. Quiso luchar pero ¿Por qué se sentía tan bien como si ese lugar hubiera sido diseñado exclusivamente para él?

Besa su frente con cariño para calmar su nerviosismo. Draco cierra sus ojos dejándose llenar con su agradable calidez. Los labios cálidos de Harry contra los suyos eran dulces, acompasados como el tibio aire del norte, moviéndose suave y hondo, robando su aliento.

Desciende hacia su cuello aumentando su temperatura helada y no puede evitar respirar más rápido. Su pasión no puede ser contenida, era demasiado fuerte que lo arrastraba a la profundidad de su mar de deseo.

-Para mi corazón eres todo lo que es verdad Draco- "yo también lo siento" pensó Draco luchando contra todo deje de cordura en su ser –y no renunciaré a ti… no cuando finalmente conocía mi destino y vi mi corazón en ti-

-Harry…-

-Amarte es todo lo que puedo hacer, ahora lo sé- sonrie mirándole con esos ojos increíblemente verdes que lograría convencer incluso a la muerte de ser perdonado –eres todo por lo que vale vivir-

-Por favor no sigas…- volvió a tratar de evadirlo. Sabía que nada podían conseguir de ese amor profano. ¿Qué dirían sus padres si lo vieran? ¿Qué pensaría la nación de Harry de lo suyo? No podría ser bien visto.

-Mi amor déjame amarte que nada podrá separarnos, ni siquiera la ley cruel de tu gente;- recarga su frente contra la suya como implorándole al sol por más luz y que se negara a abandonar el firmamento a la caída de la noche - estoy seguro que juntos podremos lograrlo y te prometo que seré tuyo para siempre o hasta que la muerte nos separe-

-No lo sé Harry es todo tan hermoso pero temo…- quiso decirle cuando lo amaba y cuan hondo lo sentía en su interior. Un solo segundo bastó para instalarse ahí y comprendia que no había vuelta atrás.

-Para mí eres el aire que no sabía que necesitaba para sobrevivir, eres todo lo que mis ojos pueden ver mi ángel de hielo, eres todo lo que necesito-

¿Si su sentir estaba mal visto por el mundo, podría hacer de Harry su fortaleza para seguir adelante? Quería creer que sí. Que su amor era lo suficientemente fuerte para soportarlos, que resistiría las vicisitudes del tiempo y que no marchitaría ni se tambalearía sin importar la tempestad.

-¿Cómo poder decirte que no, cabeza dura?- sonrió con esperanza hasta la fecha desconocida, amiga de la inocencia de su corta edad. Esperaba enserio que todo estuviera bien."

Suspiró agotado encendiendo una fogata meditando cuanta credulidad podía existir en las almas jóvenes carentes de maldad.

No es que tuviera frío ya que siempre estuvo habituado a las bajas temperaturas, simplemente quería alejar todas esa vivencias que tan dulces en su inicio, fue todo su mundo que le hizo creer que todo se mantendría en una estática utopía y que nada podría despertarlo de ese precioso sueño de amor.

-¿Fue con él?- no había necesidad de hacer mención de su nombre y ambos lo sabían. Era obvio que los rumores existían pues ¿Cuál era la probabilidad de que dos reyes desaparecieran al mismo tiempo sin dejar rastro? No le quedó más que asentir.

-Que tontos fuimos…- murmuró perdiendo su mirada gris en las llamas rememorando los ojos verdes que centellaban tan luminosos y llenos de ilusión que cualquiera negaría fervientemente que yacía oscuridad en su interior.

Con el delirio de la juventud y tras muchas cartas intercambiadas, tomaron la ilusa decisión de fugarse juntos, negándose a contarle a ningún alma sobre su plan. ¿Para qué hacerlo si hubieran sido detenidos en el acto?

-¿Por qué no me lo dijiste? Pude haberte ayudado-

-Porque no queríamos que nadie se enterara- hizo una pausa secando las lágrimas incipientes con el dorso de su mano -Huimos y nos casamos en secreto en una isla remota donde nadie pudiera encontrarnos. Él era todo mi universo y ambos pensamos que así, en ese lugar podríamos ser enteramente felices, solo nosotros dos... ¿Qué idiotas fuimos, no crees?-

"Tras pronunciar los votos a la luz de la luna, se besaron ardorosamente al sentirse solos y libres, lejos de toda la obligación de su casta y su reino. No eran solo un mago y un kerim de hielo. Eran solo Harry y Draco, unidos en alma y de por vida por ese gran amor que ardía en sus pechos y que latía como un solo corazón."

-Eran unos chiquillos… todos pensamos alguna vez en que el amor verdadero si existe y que haríamos todo lo que tenemos a la mano para conseguirlo- sonrió tristemente viéndose reflejado en él de alguna forma.

-Si…- suspiró volviendo a ocultar su runa imborrable con su carga personal como soberano que era.

Miró ambas manos y lo asaltó un nuevo recuerdo. De aquello que prefería que quedara solamente entre Harry y el.

Le fue difícil lidiar con esa rotunda felicidad que no creía merecer. Vivir juntos era para él idílico en esos sus 19 años. Gozaba de un gran amor para una vida, de salud renovadora y de una infinita paz que pensó que nada podría mejorar su situación.

"-¿Qué pasa mi amor?- pregunta Harry acariciando sus rubios cabellos -¿te sientes mal?- sus dulces ojos verdes lo miran con preocupación. Esa mirada que demostraba cuanto le importaba y amaba.

Lo tranquiliza como siempre, tocando su corazón y con una sonrisa le enseña que no habría que temer acariciando su vientre.

-No estoy mal. Los dioses nos han colmado con una bendición más pues vamos a ser padres….-"

Apretó los ojos.

¿Por qué justo cuando estaban tan cerca de completar su misión tenía que recordar esos agridulces momentos?

Cuanto besó ilusionado sus labios por tan grata noticia, como volvió a probar su piel como la primera vez transformando el hielo en bocanadas de fuego bendito que alebrestaba su palpitante ser, el preciado momento cuando nació su pequeño bebe antes de tiempo. En ese instante no hubo criaturas más felices en la faz de la tierra que el mismo y su entonces amoroso consorte.

"Mi pequeño Hyperion…" pensó al recordar su durmiente semblante en sus brazos. Sus ojitos cerrados y la pequeña pelusita rubia sobre su cabeza. Era tan perfecto y hermoso, su máxima culminación de amor ahí descansando sobre su pecho.

Harry estuvo seguro que todo iría bien, afirmando una y otra vez que su dicha estaba completa. Quiso creerle firmemente, incluso pensó que cuando su unigénito estuviese lo suficientemente grande y fuerte, podrían después de tanto encarar al mundo y mostrarles cuán grande era su amor; cuan equivocados estaban todos a su alrededor por obedecer todas esas arcaicas leyes obsoletas que tachaban uniones como la suya como profanas. Solamente así podrían ser libres.

-Vivimos felices por escasos veinte meses, viviendo unidos en la esperanza de que todo fuera mejor para mostrarles a nuestras familias la alegría que teníamos y el lazo que formamos, sin embargo fuimos castigados por nuestra vanidad… es lo que pasa cuando vives solo de ilusión dejando de lado el mundo real…- continuó viendo como las llamas de la hoguera se volvían espirales ascendentes al cielo. Tan trémulas como inquietos esos días.

Entre más tiempo pasaba, la pequeña vida de Hyperion se debilitaba sin causa aparente. Intentaron de todo para que recuperara su fuerza.

Cuanto le partió el alma verle llorar por su pequeño que apenas y podía abandonar la cama. La desesperación se alimentaba de sus flaquezas, la desilusión y la impotencia de no poder hacer nada por el bien amado.

Harry dejó de sonreír y salvar a su hijo se convirtió rápidamente en su obsesión. Creía que existía algo por hacer, se encerraba largas horas en su biblioteca consultando todo tiempo de magia, pero nada parecía ser lo suficientemente fuerte para lograr algún cambio.

Él por su parte acunaba a su pequeño Hyperion cantándole dulces nanas de su corazón que al menos parecía alegrarle en su pequeña agonía que aunque se negaba a admitirlo, su mente fría comprendía que lo inevitable llegaría mucho antes de que estuviese listo y eso dolía más que cualquier daga en el corazón.

Su vida terminó por apagarse en un día lluvioso ahí entre sus brazos y Draco sabía que fue el precio que había que pagar por tan ilusa creencia de que podía ser feliz al lado de su amor. Harry pensaba en voz alta que era todo un cruel chiste de los dichosos dioses que se reía en su cara, impidiéndole la dicha que ambos se merecían.

No hicieron nada malo, claro que no; solo siguieron su corazón dando todo de si esperando la felicidad al lado del otro, la persona que amaron desde la primera vez que se vieron, sin embargo, ahí estaba su pequeño bebe dos metros bajo tierra y el mismo siendo odiado por aquel a quien tanto amaba por no haber hecho más de lo que hizo por salvarlo.

"Aquella mirada que le da distaba tanto de ese dulce Harry tan lleno de esperanza e ilusión. Con nobleza y dulzura que robó su corazón aquella tarde hacia 3 años atrás. Era oscura, turbia y encolerizada. Perdía los cabales y estaba desorbitada.

-Era lógico que los dioses se opondrían pero no quise verlo…- intenta razonar con lágrimas en sus ojos. Era obvio su falta y las consecuencias inmediatas. Su alma pendiendo de un hilo por la partida de su unigénito, su total aniquilación a todo lo que consideró correcto. No entendía nada de lo que pasaba por mas que intentaba de pensarlo, pero mucho menos podía comprender porque Harry actuaba como si fuera el único que perdió lo más importante en su vida.

-¡Los dioses no tuvieron nada que ver con esto!- gruñe Harry arrojando los libros a un lado que no murmuraban ninguna respuesta –¡Tu pudiste haber hecho algo mas pero te negaste! ¡Tienes tanta magia como yo! ¡Pudiste hacer algo Draco! ¡Pudiste hacerlo pero no quisiste!-

-¡Ni tu ni yo pudimos hacer algo! No era nuestra decisión mantenerlo en este mundo- fue lo que respondió con más fuerza de la que quería dar. Era su verdad por más que Harry se negara a aceptar.

Mueve enérgicamente su cabeza, tirando de sus cabellos azabaches. Perdido y lánguido vuelve a alzar la voz.

-¡Hablas como si no te importara lo más mínimo nuestro hijo!- sisea con una mueca de hastío –siempre tan frío e indoloro como si fuese lo más natural del mundo… sí que los de tu clase son unos seres desalmados…-

-¿Crees que no me importa? ¡Eres un imbécil!- reprocha dándole una cachetada -Estuvo mal, nunca debimos de haber ido en contra de la ley…- su propio cuerpo tiembla, pero más lo hace el de Harry por una razón completamente distinta.

-¿Te arrepiente de esto?- su voz parece un gutural gruñido, peligrosa y letal cargado de veneno entre más aprieta su mano alrededor de su brazo. Intenta zafarse de su firme agarre.

¿Cómo sobrepasar ese punto donde la infelicidad los corroyó y el dolor no sanaba por más que transcurrieran los días? ¿Si su amor era tan grande como llegaron a eso?

-Tal vez…- dijo tan claro alzando la vista con todos los retazos deslavados de valentía que le quedaba.

Esperó un golpe, un conjuro, pero con lo que se topó no fue lo que esperaba. Por primera vez en su vida, tuvo miedo de Harry.

Estaba tan cambiado el hombre gentil y compasivo en un hombre trastornado y volátil pues todo el amor que una vez le profesó se transformó en dolor y cólera que no se vería menguada hasta que explotara"

-Peleamos tan fuerte que ya no había nada de nuestra relación que pudiéramos salvaguardar. Juntando mis cosas decidí huir como si hubiera despertado de un largo sueño y regresé al reino del sur… lo demás lo recordarás pues estabas ahí. Mis padres tras una larga reprimenda decidieron perdonarme por la ausencia, subí al trono aceptando mis responsabilidades sin flaquear y nunca volví a mencionar a Harry hasta ahora- finalizó lo poco que decidió contarle a Regulus quien decidió por no decir nada, solo escuchar.

-Lo siento Dray…-

-Yo también… murmuró –y lo peor es que aun puedo escucharlo gritar en las noches aquello que me dijo desde la torre mientas me alejaba: "¡No me dejes! ¡Eres todo lo que es verdad y me niego a renunciar a ti! ¡Amarte es todo lo que puedo hacer, eres todo por lo que vale vivir! ¡No te vayas!" aquellas palabras que significaron todo para mí y que abandoné sin mirar atrás por mi corazón roto...-

No se arrepentía de haber amado a Harry ni de la idílica vida que compartieron, pero su lamentaba que todo aquello se diluyera como agua hasta convertirse en una guerra continua entre la ira desbocada que se deslizaba lentamente hacia la locura.

 

Notas finales:

 Espero que les haya gustado! Les mando besitos y hasta la próxima! Nos leemos en el siguiente capi #4: Hacia la guarida del amo de la oscuridad! Con un personaje muy interesante que no creyeron volver a ver! :D

 


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