Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Alianza de los Reyes por MidNightFlower

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 6: Charlie, El Cazador de Dragones

 

 

Charlie no podía pegar el ojo en lo que quedaba de la noche tras su guardia. Su cabeza estaba inquieta y los sucesos danzaban uno a uno como habían sucedido y aun no podía creerse que en tan pocos días habían logrado reunir a reyes y estaba tan cerca de conocer la verdad.

 

Miró hacia la cama donde Hermione dormía y suspiró. Sabía lo valiente que podía ser su amiga, cuanta fuerza mantenía y aparentaba para motivarle a seguir adelante ocultando su propio dolor. Realmente esperaba poder cumplir su promesa de regresarla con bien a su hermano.

 

Decidiendo imitarla, se acomodó en su cama intentando conciliar el sueño pues aún le esperaba un largo viaje a la Tierra de Nadie y tenía que tener un buen descanso para poder tomarlas decisiones correctas.

 

Tal y como le sucedía nada más cerrar los ojos, pensó en Bill y todos aquellos momentos que los acompañaron a través de su efímera vida.

 

Podía ver el bosque espeso en las laderas del reino del Oeste y se sentía correr en él, la una vez intensa mirada azul enfocaba sus ojos con dolorosa tranquilidad mortecina y una horrible cuerda atada a su cuello colgando del techo.

 

Apretó los ojos apartando el sufrimiento, removiéndose entre sus sabanas tratando de concentrarse en más atrás, cuando las cosas eran mejores y felices, donde nada parecía manchar el firmamento y cuando sus corazones palpitaban como uno solo.

 

“Entre el sonido lejano de las olas chocando contra las sólidas rocas marinas, Charlie siempre entrenaba con ahínco entre los dragones que había aprendido a domar. Sabía su lengua y aunque era un extraño don el entender a los dragones, eso jamás lo asustó por ser diferente, sino que lo motivó a usar esa habilidad a su favor.

 

Desde pequeño era buen espadachín y con su habilidad sabía doblegar hasta los dragones más rebeldes del reino haciéndole un formidable cazador de dragones y  nada de sus actividades era perdida por esos ojos azules que escapándose a sus tareas como soberano del Oeste, echaba un vistazo a su hermano en los terrenos aledaños del reino donde su bravura y destreza se hacía más evidente.

 

Charlie lo sabía e inflándose con orgullo mostraba su maestría y habilidad para dominar a cualquier dragón que se enfrentara.

 

La clásica sonrisa traviesa danzaba en los labios de su adorada Bill y una vez que sucedía eso, no podía evitar sentir un ensanchamiento en su pecho entre latidos rápidos y mariposas en su estómago.

 

Siempre había sido así desde que eran niños. Mientras abrazaba con delicia su inigualable libertad, Bill siempre con su gallarda solemnidad cuidaba de él, orgulloso profundamente de sus cualidades, aplaudiéndole sus logros, celebrando sus victorias y siendo su confiable camarada siempre a su lado.

 

-Magnifico Charlie, ¿Cuántos dragones has logrado domar?- preguntó el ojizaul llegando a su lado para acariciar su cabello.

 

-Han sido 13 solo este mes- dijo con soberbia alzando la nariz- ¡y deja de tratarme como un niño!- exclamó molesto por cómo le alborotaba su cabello.

 

-Oh perdón su señoría, olvidaba que ya eras todo un hombre de 16 adorables años- el chico hizo una comisura mientras Bill reía de lo indo atrayéndolo hacia si para plantarle un dulce beso que desarmó al menor.

 

-Deja de burlarte de mí…-

 

-No lo hago, procuro no hacerlo- dijo chasqueando la lengua para molestia de Charlie – venga no te enojes Charlie, que realmente estoy muy feliz por tu valentía y porque eres la persona más temeraria que conozco-

 

-¿Es cierto? Porque veo que te sigues riendo- preguntó arqueando una ceja como si no conociera el corazón de su hermano, tan bien como el suyo.

 

-Por supuesto, no sabes el futuro que veo en tu porvenir oh Charlie el maravilloso cazador de Dragones-

 

-¿Tanto así?-

 

-Por supuesto y creo que no habrá nadie más orgulloso que yo cuando seas condecorado por ello-

 

-¿Más que mamá? Que mira que ya la veo llorando cuando reciba los más altos honores- dijo entre risas el menor. Bill se la pensó un poco.

 

-Tal vez sea difícil competir con ella, pero olvidas que yo no solamente soy tu hermano- Charlie se avergonzó al sentir a lo que se refería.

 

-Más te vale que no estés bromeando con eso William, que no respondo-

 

-Prometo que cuando llegue el tiempo adecuado y el reino de Oeste este tranquilo con el nuevo gobierno, nada me hará más feliz que tomarte como mi consorte… - Charlie se abalanzó contra él con una felicidad infinita que apenas y podía caber en su pecho - aunque creo que a papá le va a dar el vaguido cuando se entere- los dos rompieron en carcajadas de solo imaginarse el semblante pálido de su progenitor con tremenda noticia.

 

-Te amo…- exclamó tal y como lo sentía, sin importarle nada más que su propia felicidad pues a su lado sabía que la tendría siempre de su lado.

 

-Y yo más…-

 

La esperanza de que aquello sucediera pronto aceleraba sus corazones que latían como uno solo, pero poco sabían lo que el destino les deparaba y cuando daño podría hacer un alma que lo había perdido todo”

 

Charlie volvió a abrir los ojos tratando de contener el nudo de su garganta. Con las manos apretadas secó una lágrima traicionera y miró el iridiscente brillo de la espada plateada. ¿Cómo era posible que una persona con tanto amor, con tanta responsabilidad terminara de esa forma? No lo comprendía, no cabía en su entendimiento y calaba tanto que a penas y podía soportarlo.

 

-¿Cómo pudiste dejarme, imbécil amado? ¿Acaso fui yo quien te orilló a ello? ¿O fue la oscura adversidad?- preguntó al aire que no tenía respuesta alguna.

 

*-.-*-.-*-.-*-.-*-.-*

 

Saliendo a la mañana siguiente, todos los héroes estaban con ánimos repuestos y listos para lo que el destino les deparara.

 

-Sirius ¿Qué es eso en tu cuello?- preguntó Remus con preocupación al ver un pálido corte sobre su costado izquierdo. El de ojos de tormenta suspiró por su mala suerte, pero enseguida mostró una sonrisa que lograría convencer a cualquiera que no lo conociera.

 

-Es una marca de amor, Remsie- dijo guiñándole un ojo a su hermano, quien con un bufido comenzó a caminar más aprisa –Más o menos como las cositas rojas que tiene Quejicus en el cuello- dijo burlón ante un Severus que comenzó una acalorada discusión sobre perros sarnosos que no saben su lugar.

 

Remus no sabía porque se molestaba en querer que hicieran las paces si siempre se comportaban como un par de críos dijera lo que dijera, así que dejándolos por su lado, se acercó al taciturno muchachito que solo veía con seriedad hacia delante.

 

-Y Scorpius, no te había dicho, pero hiciste un gran trabajo en tu guardia… gracias por cubrirme un poco más de la cuenta- dijo el castaño con semblante avergonzado pues de tan emocionado que estaba alabando el cuerpo de su amado esposo, por poco se le olvidaban sus obligaciones.

 

-No hay de que… de todas maneras no había peligro alguno… - se alzó de hombros el niño ajustando su pequeña espada sobre su cintura. La malaquita y el mercurio se encontraron, siendo Draco el primero en desviar la mirada avergonzado por ser captado observando detenidamente al jovencito –me pregunto porque me mira tanto el rey de los Kerims de hielo…- dijo en voz baja y Remus miró al rey del Sur que con un semblante triste, tocaba su corazón con su diestra.

 

-No lo sé…- dijo entre verdad y duda, pues más de una vez se había detenido a pensar en lo mucho que ese jovencito de inquietantes ojos verdeazulados se parecía a su cachorro cuando era pequeño –tal vez esta impactado por tu sorprendente habilidad a tan corta edad- sonrió bonachón.

 

El chico se la pensó un poco y asintió viendo sin pestañar al rey de cabellos platinados que consultaba su anillo de magia blanca de vez en vez para cerciorarse de caminar en el camino correcto –creo que tenías razón sobre lo que dijiste Remus…-

 

El castaño arqueó  una ceja sin entender de qué estaba hablando.

 

-Si es tan hermoso como lo describen en las personas…-

 

*-.-*-.-*-.-*-.-*-.-*

 

Siguiendo la guía de Hagrid y los concejos de Draco, lograron cruzar el bosque de los hielos en menos de cuatro días y sin contratiempos; faltaba muy poco para que llegaran a la Tierra de Nadie y por fin revelar el verdadero carácter que ocultaba Harry, entre maldad y dolor, entre oscuridad y matices grises que gran parte de ellos quería negar. Se sentía la inquietud en el ambiente, las expresiones duales y la tensión claramente podía cortarse con cuchillo.

 

El paraje que se alzaba frente a sus ojos dejaba ver una amplia llanura  de pasto seco con arenilla blanquecina que se acumulaba en depresiones en el suelo; nada tenía que ver con los constantes blancos nevosos y grises tristes que los acompañó entre las espesuras de árboles cubiertos de escarcha.

 

Draco se detuvo abruptamente oteando el aire, sintiéndose extrañamente expuesto. Su mano izquierda comenzaba arder, específicamente en el área de su anillo encantado. Aquella peculiar joya de polvo estelar podía orientarlo en la más oscura cueva y era capaz de captar la maldad que se oculta en los rincones de la paz infinita. Regulus lo imitó y lo regresó a ver poniéndose en guardia.

 

-¿Qué sucede Draco?- preguntó Charlie parándose a su lado apretando al instante la empuñadura de la espada plateada.

 

-Estamos en un punto muy descubierto…- murmuró mirando la débil luz que irradiaba de su anillo. Sabía que algo malo iba a pasar pero no estaba seguro de que se trataba.

 

Tanto Hagrid, Sirius como Hermione siguieron caminando sin haber escuchado la advertencia, pero aun así miraban con desconfianza a todos lados, en estado de alerta, esperando que de un momento a otro algo saliera a enfrentarlos.

 

-Hay algo raro en el ambiente Charlie… es como si hubiese magia muy oscura cerca; me duele la nariz de solo estar aquí- dijo Remus apenas y pudiendo ponerse en pie, Severus estaba a su lado ayudándole –será mejor rodear el claro y ocultarnos entre los débiles arboles de por allá- señaló con su dedo el lugar que consideraba idóneo para su evasiva. Severus se acomodó el arco dorado en la espalda tomando de los hombros a su marido y Dumbledore corroboró esa idea comenzando a andar en esa dirección.

 

-Oh que Merlín nos ampare…- musitó Regulus sacando su varita al ver las espeluznantes criaturas deformes que salían de las arboledas aledañas y cubrió con su cuerpo a Draco –Inferis…-

 

Todos se prepararon para liderar con esos inmundos cuerpos traídos a la vida con magia negra. Eran demasiados para ser detenidos, casi los superaban cincuenta a uno. Todos atacaban defendiéndose en sus pequeños grupos, no dando tregua alguna con sus ofensivas, pero parecía que nada funcionaba en ellos.

 

-¡Se mueven demasiado rápido!- exclamó Hermione invocando hechizos de protección tan rápido como podía. Charlie veía el panorama tornarse oscuro con el ambiente putrefacto de los cuerpos andantes; sus amigos combatían fieramente con los mejores hechizos que sabían, solamente podía ver a Severus haciendo efectivo el arco dorado que con sus flechas de trueno envestía a las criaturas, Draco invocando los halos de luz de su anillo y Sirius que había corrido a respaldar a Regulus, usaba diestramente su varita de magia elemental haciendo volar rayos blancos y rojos tratando de detener la cruel amenaza.

 

Un destello del cielo captó su mirada y con creciente horror vio algo que no se imaginaba tan lejos de casa.

 

-¡¡DRAGÓN!!- gritó con todas sus fuerzas al verlo descender en picada a toda velocidad. Parecía que nada podría detenerlo, y se dirigía hacia donde estaban combatiendo Hagrid y Hermione ajenos a cualquier ruido, pues los inferis casi se les abalanzaban hambrientos por sus palpitantes entrañas.

 

Charlie corrió con todas sus fuerzas, pero la velocidad de la criatura era mayor –¡Hagrid, Hermione, cúbranse!- la mujer reaccionó tardíamente enfocando su vista al cielo, siendo empujada al lado contrario con tal fuerza por Hagrid quien recibió la embestida del dragón con toda su potencia.

 

El impacto hizo que Charlie trastabillara con la tierra blanda haciéndole caer y Hermione cubierta de tierra y sangrantes heridas trató de ponerse en pie infructuosamente. Un sonido parecido a un crujido y una escena sanguinolenta hizo gritar a Hermione.

 

El grito puso sobre aviso a Charlie haciéndole temer lo peor. No podía fallarle a su hermano, no podía permitir que algo le pasara a su fiel compañera y sabia amiga, jamás se lo perdonaría.

 

-¡NO HAGRID!- la castaña entre chillidos agónicos y sollozantes lamentos trataba de curar en vano el semigigante que quedó en al mal estado –¡Por favor despierta! ¡episkey! ¡Por favor!-

 

*-.-*-.-*-.-*-.-*-.-*

 

Charlie sabía que ese dragón negro era uno de los guardias de la espada del cristal oscuro, pero era imposible que no estuviese cumpliendo su labor. ¿Qué lo había motivado a abandonar su puesto?

 

El dragón volaba bajo, imponente y soberbio lanzando llamas que Charlie evadía usando su escudo. Ningún dragón antes había siquiera osado pararse frente a él de esa forma, era imposible tanta malevolencia de la oscura criatura que ahora intentaba matarlo, sus fauces escurría sangre fresca. Cerró los ojos unos instantes. Hagrid, el que había sido su amigo y compañero había caído por ese monstruo fuera de control.

 

-¡Maldita sea que no sabes con quien te enfrentas!- chilló Charlie sintiendo su cuerpo llenarse de adrenalina y amenazó al dragón con su espada –¡Si avanzas morirás dragón!-

 

La criatura rugió dejando caer todo su peso sobre la tierra haciéndola temblar. No parecía querer reaccionar ante él. Sabía que nada lo detendría y que tendría que comenzar una batalla como hacía años no había librado.

 

-¿Qué te sucede vil criatura?-  el dragón bajó la cabeza como si dudara, ajeno a su usual naturaleza tranquila y mansa.

 

-Él es mi espíritu guía mi voluntad y me ha ordenado matarte rey del Oeste- contestó en una siseante voz que sacudió la espada en su mano.

 

Charlie contuvo el aliento. No podía ser. “No es posible… no puede ser posible” se dijo tratando de concentrarse. Sus sospechas eran ciertas y Harry si era el que estaba detrás de la oscuridad que se había propagado por LastWorld y ahora controlaba sin piedad la fiera naturaleza de una usualmente mansa criatura.

 

-¡Puedo ayudarte guardián eterno, solo tienes que escucharme!-

 

-¡Apártate Rey del Oeste si no quieres terminar hecho cenizas!- Charlie rodó sobre su cuerpo evadiendo una llamarada en su dirección agradeciendo infinitamente estar tan alejado de sus compañeros que seguían luchando bravamente contra los inferis.

 

-¡NO! ¡Este es mi espíritu, virtud y fuerza, lucharé por mis tierras y mis amigos con mi último aliento!- dijo atestando un golpe contra la criatura que claramente era dominada por la maldad. El dragón con movimientos pesados se tambaleaba y rugía.

 

-¡Eres un tonto!- siseó la criatura abriendo sus fauces contra él, pero Charlie siendo más rápido lo evadió.

 

-¡No pienses menos de mi dragón, Soy Charlie el mejor cazador de dragones y sacrificaré todo lo que tengo! ¡Blandiendo mi espada plateada te mataré si no desistes este ataque sin sentido, porque no hay ni tendré piedad ante los traidores!-

 

 

Notas finales:

Bueno esto es todo por hoy! espero que les haya gustado jeje (se que suena algo bizarro que un dragón hable, pero asi es en la historia jeje se me figura algo asi como smaug :P) se que la batalla quedó a la mitad, pero esque tambien asi se divide! hum ¿que le voy a hacer? 

 

Nos leemos en la siguiente entrega qe es la continuación y espero que no me linchen porque el titulo es algo crudo!! Capitulo 7: Adiós a mi heroe.

 

Besos~

 

pd. no puedo creerlo pero casi terminamos la primera parte! OMGSH! como vuela el tiempo! ya solo nos quedan 2 capis mas :3 

 

Ahora si me despido! nos leemos prontito~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).