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Singularidades por Dtzo

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Notas del capitulo:

Holi holi

Sha estoy de regreso con este fic, pido una disculpa por atrasarme un poco cuando ya practicamente lo tenía listo para subir, pero derrepente me atore un poco con la redacción y espere a encontrar la manera de sacarlo. Además hace un par de días me dió un insomnio horrible seguido de antojos locos y recorde un sueño y de ahí empecé con otro fic. Así que en breve subo uno nuevo espero les guste. Y les siga gustando este.

Sin más ^^ ¡a leer!

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Tras haber dormido un par de horas  no muy satisfactorias, me levante por la madrugada cuando un pequeño haz de luz entro por las persianas, al principio había olvidado lo del día anterior hasta que lleve mi mano a la venda que llevaba en la cabeza.

Antes de que fuera hora del desayuno, una insaciable curiosidad me embargo. Tuve un corazonada de que si volvía al lugar de los hechos, encontraría respuestas. “¿Qué paso realmente? ¿Quién me seguía que intenciones tenía? ¿Asesinarme? ¿Ayudarme?“

Al recordar los hechos tuve una contradicción, esperar a que el abuelo despertara y me acompañara o averiguar las cosas por mis propios medios. Por alguna razón descarte la opción de pedir ayuda, me vestí y sin desayunar salí en dirección al peñasco por el cuál estuve a nada de saltar.

Tras llegar al lugar analice los hechos del día anterior y en ese momento hubo algo que me volvió a erizar la piel, algo que había ignorado ayer fue la marea, la cuál era demasiado agresiva y de haber saltado hubiera muerto. La respuesta era obvia, quien me perseguía me salvo la vida. Sin embargo surgieron más preguntas “¿Quién me salvo y por qué me perseguía de manera amenazante?” Y así mismo una pregunta asalto mi conciencia “¿Por qué hui de esa manera sin saber de quien se trataba?” Quizá los últimos hechos me tenían demasiado tenso. Todas esas preguntas me llevaban a un punto.

Encontrar a mi salvador.

Estuve caminando por horas por los alrededores y más allá, inclusive a pesar de las advertencias del abuelo de que no debía alejarme demasiado del lugar, estaba obsesionado por encontrar a esa persona. Un momento… ¿Cuándo fue que el abuelo mencionó algo sobre no alejarme?

Pasaron muchas horas, me di por vencido, solo no llegaría a nada, decidí preguntar. Me dirigí al conjunto de casas más cercana que pude divisar.

Las personas parecían reamente humildes, muy seguramente eran los dueños de los campos de cultivo por donde he estado rondando, Me pareció lógico preguntarles por mi susodicho salvador. La primera víctima de mis preguntas fue una señora, pensé que por su apariencia, ella conocería a todos los habitantes del lugar pues no era tan extensa la región.

La señora al escuchar mi situación sobre mi búsqueda de aquel ente de ojos rojizos, su expresión fue de horror y asombro. En un principio no entendí el porqué de su expresión pero al seguir preguntando a los demás pobladores, me termine enterando que a quien buscaba era considerado un mito, que no era la primera persona en sufrir los efectos de ser cautivada por esa mirada. A pesar de la sincera expresión de los pobladores, decidí hacer caso omiso al mito de forma escéptica. Nunca he creído en esas cosas y no planeo hacerlo ahora.

El día estaba envejeciendo al mismo ritmo que mi paciencia, no iba a soportar más tiempo caminando por lo que decidí gastar mis últimas energías en volver a casa. Rumbo a la morada de mis parientes, seguía buscando aquella mirada a la lejanía pero lo único que encontré fue el tono rojizo del sol ocultándose en el horizonte.

Después de un largo recorrido al fin llegue.

La puerta estaba entre abierta y se escuchaban murmullos en el comedor.

-¿Abuelo?- Pregunte aún parado en el marco de la puerta.

Pasaron pocos segundos antes de escuchar el estruendoso caminar del abuelo bajando las escaleras mientras sollozaba de preocupación y alegría de verme de nuevo.

-¡Oh Yugi! ¿En dónde demonios te metiste todo el día? ¡Estaba tan preocupado por ti! – Y me abrazo con fuerza dejándome sin aliento.

-Lo siento abuelo, aún estoy algo afectado por lo que acaba de pasar, no logro asimilarlo.- Decía entre pequeños sollozos a punto de soltar en llanto. El abuelo entonces aflojo el abrazo y me decía que comprendía pero que no me volviera a salir sin avisar.

-Has de tener hambre muchacho – Asentí – Ve al comedor mientras voy a la cocina a poner agua para té.

Naturalmente como habría hecho en cualquier situación, camine hacía el comedor para arreglar la mesa y poder cenar junto con el abuelo. Pero al llegar al comedor me encontré con algo que espantó mi apetito.

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El reloj marcaba las 7 de la mañana y una pesadilla fue la responsable de despertar a un asustado Yugi quien sentía un enorme hueco en el estómago, e inconscientemente llevo su mano a su sien en busca de…”¿Qué espero sentir en mi cabeza?” Se estiro, vistió y bajo por las escaleras; guiado por un aroma delicioso se dirigió al comedor, en donde el abuelo ya lo esperaba con el desayuno listo.

-Buenos días Yugi, despertaste temprano.

-Buenos días abuelito ¿Qué huele tan bien?

-Toma asiento muchacho o se va a enfriar.

Después del desayuno, Yugi tenía pensado en retirarse a su habitación o salir a dar un paseo a los alrededores. Le haría bien caminar y respirar aire fresco.

El sol matutino y la brisa que llegaba, era una experiencia reconfortante. Saludo a los vecinos y localizó los servicios más cercanos por si lo llegaban a mandar por provisiones o algún artículo.

Eran ya cerca del mediodía y Yugi estaba por regresar a casa cuando se encontró con un frisbee  que había caído a sus pies.

-¡Oye, lánzalo! – Le llamó un chico peli cenizo y un chico albino.

Yugi lo llevo hasta ellos, no sabía cómo lanzar “esas cosas”.

-Aquí tienen – Dijo con una cálida sonrisa.

-Gracias, ¿Eres nuevo cierto? – Preguntó el albino.

-¿Estas de paso o has venido a pasar el verano?- Dijo ahora el peli cenizo.

-Vine de vacaciones a la casa de unos familiares, ustedes de seguro si viven por la zona.- Respondió Yugi.

-Tampoco, igual venimos de vacaciones. Soy Ryo y él es Malik.

-Soy Yugi, un placer.

-¿Gustas jugar Yugi? – Preguntó Malik.

-Quizá luego chicos, debo regresar para la hora de la comida.

-Entonces te vemos aquí después de comer ¿Te parece? – Dijo Ryo.

-Suena bien. Hasta la tarde.

Una vez de vuelta en casa, él y su abuelo hicieron los preparativos para la comida, hicieron arroz, tonjiru* y atún crudo molido.

Llegó la tarde y Yugi junto con sus nuevos amigos pasaron el resto de la tarde enseñándole a Yugi como lanzar el frisbee, platicaron de sus gustos e intereses y de sus familias. Encontrando que sus situaciones no eran tan distantes, ya que tanto a Ryo como a Malik, los enviaron a convivir al aire libre, normalmente ambos cada verano, solo salían a los centros comerciales y jugaban videojuegos.

Cayó la noche y los tres regresaron a sus respectivas casas.

Nuevamente una sensación escalofríante tomo desprevenido a Yugi, alertado, ésta vez no tuvo la intención de buscar a sus alrededores, ya bastante susto tuvo con la escenita de la noche anterior.
Cenó, cepilló sus dientes, vistió el pijama y fue directo a la cama. El sueño lo tomó enseguida.

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-¿Abuelo?- Pregunte aún parado en el marco de la puerta.

-¡Oh Yugi! ¿En dónde demonios te metiste todo el día? ¡Estaba tan preocupado por ti! Has de tener hambre muchacho – Asentí – Ve al comedor mientras voy a la cocina a poner agua para té.

Al llegar al comedor y tomar asiento me encontré con algo que espantó mi apetito.

Por unos instantes sentí que estaba frente a un enorme espejo, la persona que estaba sentada enfrente mío era idéntica a mí salvo un par de rasgos que nos diferenciaban. Perdí el habla.

Esa mirada, esos ojos. No había duda. Él era la persona que estuve buscando todo el maldito día, y resulta que me lo encuentro en el comedor de la casa del abuelo.

Estaba estupefacto, mientras esa persona me veía atentamente con una sonrisa arrogante llena de triunfo.

Desde la cocina escuche la voz del abuelo que me devolvió a la realidad.

-Yugi, olvide mencionarlo. Tenemos visita – Llego con las tazas y las dejo sobre la mesa, se posicionó a un lado mío, me tomo de los hombros y agregó- Él es Yami Atemu – La sonrisa de Yami se expandió un poco más e hizo un ademan de saludo con su mano, mientras que con la otra sostenía su mejilla – Y será nuestro huésped.

Notas finales:

*Tojiru/butajiru= sopa de miso con cerdo y verduras

Buenos mis pequeñas niñas pervertidas espero les haya gustado.

Y una disculpa si la lectura es algo confusa pero todo tiene un porque y espero no defraudarlas con el desenlace.

Besos y abrazos hermosas.

 


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