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Singularidades por Dtzo

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Estaba a punto de abrir los labios y comenzar con un pequeño relato acerca de todo el caos que vivió, pero su mente ya no estaba de su parte aquella noche, su límite lo había tocado hace un par de horas y se mantenía en piloto automático.

-Luces cansado.

No lo negó, de hecho, apenas pudo asentir mientras masajeaba sus sienes con los ojos cerrados.

-Debería irme, ya es tarde.

-Puedes quedarte, ya sabes dónde está la habitación de huéspedes. No creo que tengas un lugar cerca donde te estés alojando

Así era, a decir verdad, tenía menos de un par de horas que había llegado y como siempre, tan sólo con una vieja bolsa de viajero. No era un chico apegado a los bienes materiales y tampoco tenía un sitio al cual pertenecer, sólo era él teniendo apenas lo suficiente para existir; a veces teniendo que dormir a la intemperie y a veces bajo un techo. Esta ocasión sería de las pocas que agradecería su espalda y sentido de alerta continua, por primera vez en mucho tiempo podría descansar; a la mañana siguiente se encargaría de Yugi.

Este, por su parte, no se encontraba tan sereno como su semblante quería demostrar y admitir. Apenas cerró la puerta de la habitación en la que dejó a Yami y sus piernas flanquearon, el aire le faltó, así como las fuerzas para mantenerse de pie. Desde que sus habilidades habían desaparecido siempre procuro mantener la mente despejada del pasado, aprendió a vivir con ello, pero ahora parecía que el cumulo de años sin atender estaba cobrando su cuota. El temblor en su cuerpo, los escalofríos y las arcadas eran viejos síntomas conocidos nada gratos que suprimía con el sueño y después de un par de ayunos intermitentes. Ahora no parecía que pudiera seguir haciéndolo, menos en presencia de Yami, es decir, según él todo marchaba sobre ruedas.

Con cierta dificultad logró llegar de vuelta a la planta baja para tomar un poco de agua y tal vez salir sólo a los peldaños a sentarse y respirar más tranquilo, de algún modo extraño el aire del interior lo sofocaba.

-Creí que dormirías de inmediato ¿insomnio?

Ryou llegaba arrastrando los pies y un par de bolsas con rebajas que aprovechaba pasando las nueve de la noche.

-¿Puedes golpearme en el rostro? Creo que estoy teniendo un sueño bastante lúcido.

-No haré eso, después no quiero ser reprendido por Rebbeca, esa chica me tiene amenazado con que algo te suceda y no saldaré esa cuenta tampoco con tu abuelo. A todo esto ¿qué ha sido tan terrible para que pienses que estas soñado?

No estaba seguro si Ryou recordaría a Yami, alguna vez lo habrá visto hacía mucho, pero ¿cómo comenzar sin parecer un lunático?

-Ryou, recuerdas amm… ¿Recuerdas el primer verano que nos conocimos? – su amigo asintió – Bueno, también había un chico parecido a mi ¿recuerdas?

-El chico por el que nos cambiaste ¿no?

-No tienes que recordarlo de ese modo, pero sí. Él.

-Bueno, es alguien difícil de olvidar si lo pones de ese modo. Después de todo tu lo dijiste, se parecen, salvo a excepción de los ojos.

-Está aquí.

El semblante de Ryou se endureció ligeramente.

-¿Eso que quiere decir?

Yugi atinó a señalar con el pulgar hacía la casa y luego con el índice hacía arriba.

-Está de paso, supongo. Pero está dormido en el cuarto de huéspedes.

-Bueno, si me permites preguntar – bostezó enérgicamente – ¿Qué es lo que te tiene tan acongojado? – y finalmente tomó asiento a su lado sacando una pequeña botella de plástico para beber un poco e hidratarse.

Yugi lo meditó unos instantes en los que su mirada se concentró únicamente en el vaso vacío que sostenía, la respuesta era tan sencilla como de que aún tenía culpa y tan compleja como…

-¿Será que tienes miedo?

¿Miedo? Si ponía el contexto literal, no. Yami no era una persona propiamente intimidante, imponente sí, pero no alguien de cuidado. Si había cierta sensación asfixiante cuando lo pensaba, entonces ¿qué era?

 -No lo sé.

-¿Te ha dicho algo?

Ese era un buen punto, el “hablemos” fue más un “me vas a decir lo que quiero saber”. Habló, sí pero no dio la información que Yugi esperaba, de algún modo terminó consiguiendo su palabra sin mucho esfuerzo. Un par de golpes mentales vinieron ante la revelación de cómo le facilitó todo.

-No mucho.

-¿Te aterra no saber? ¿Te asustan los secretos?

La percepción tan aguda de Ryou a veces era algo para temer en caso de no ser su amigo, pero no trataba de leerlo, no trataba de forzarlo, en esos instantes le estaba ayudando a exteriorizar aquellas emociones y sensaciones tan complejas de expresar. Estaba siendo su tirabuzón, cauteloso y delicado; destapaba ese corcho de sidra sin causar que al final se derramase en una acción efervescente.

-Podría decir que sí, es probable pero no entiendo el porqué.

-¿Crees que va a ocultarte algo?

-N-no… Sí, bueno, tal vez.

-¿Tú le ocultaste algo?

De nuevo había acertado. Ahí estaba su respuesta. Ocultaba aún a capa y espada lo que hizo con Kaiba, podría decirle cualquier cosa menos eso y aún no estaba del todo seguro del motivo, ¿fue de todas las cosas la más grave? ¿era la más extraña? ¿la más mal intencionada?

-Si lo hiciste debe ser algo demasiado importante para ti. Todos ocultamos cosas para nosotros, supongo. Secretos inconfesables… – bostezó estirándose a lo más que dieron sus extremidades – Iré a dormir, deberías también descansar. No es bueno comerse la cabeza con sueño.

Guardó la botella entre las bolsas de plástico y entró a la casa.

Yugi aguardó un par de segundos sumido en tan acertada revelación. Tomaría el consejo de Ryou, ya no estaba en un punto muerto y era más de lo que podía desear.

Notas finales:

hey! tamos de vuelta x3

espero que les siga agradando esta pequeña maraña de acontecimientos uwu <3


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