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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

16. Equipo 1 – Equipo 2. Equipo Rojo – Equipo Azul.

Con los preparativos del evento final encima, las caras felices de entrenadores y pokemons reflejan los maravillosos momentos que todos vivieron. Y ahora, con las ansias por las nubes, nuestros entrenadores favoritos esperan el anuncio final del profesor a cargo.

-o-

Todos los entrenadores se encontraban en sus respectivas aulas, conversando tranquilamente mientras esperaban instrucciones, todos estaban emocionados, era el último día.

—Estudiantes, es un gran placer y honor anunciarles nuestra actividad final para la Acampada de Entrenadores —hablaba el profesor Motou por medio de los altoparlantes —sin duda, nuestro mayor evento es ¡El triatlón pokemon! —todos los salones se llenaron de vitoreos y exclamaciones curiosas —las cosas que aprendieron en el transcurso de la semana serán claves.

El instructor del equipo rojo dibujo el circuito en la pizarra —La línea de salida es aquí en la academia y todos comenzarán simultáneamente —explicó el joven hombre —hemos preparado una pokeball para cada uno, pero les aviso que no sabrán hasta el momento preciso que pokemon contiene.

—Es igual que hicimos el primer día para los combates individuales —notó Yami.

—Por lo tanto trabajaremos con un pokemon al azar —le completó Yugi.

—Ustedes y su pokemon tendrán que atravesar el bosque y dirigirse al lago—explicaba el instructor.

Miho levantó una mano — ¿allí nos darán el siguiente pokemon? —preguntó.

—Efectivamente, Miho —contestó —usaran pokemon tipo agua para atravesar el lago y después toca el maratón.

— ¿Maratón? —preguntó de nuevo la chica.

—Desde ese punto todos deberán regresar aquí, a la línea de meta. Es muy importante que no olviden bajo ninguna circunstancia que está prohibido atacar o pelear con cualquiera de sus compañeros —estableció —el primer lugar gana 50 puntos, el segundo gana 30, el tercero 20 puntos y todos los demás participantes 10 —mencionó, plantando ambas manos en su escritorio de maestro —deben tener en cuenta que los puntos totales serán calculados usando los puntos ganados por los miembros de cada equipo.

—Significa que si no tenemos la guardia alta, el equipo azul podría remontar si al menos dos ocupan uno de los tres primeros puestos —hizo notar Yami.

—Jooolt.

—Bien —Yugi se puso de pie, levantando el puño con entusiasmo — ¡No les dejaremos sobrepasarnos, el equipo rojo se mantendrá en el número uno! —animó, mirando de frente a todo el salón.

—Esssspeon.

Muchos se miraron entre sí, con sonrisas entusiasmadas— ¡Sí! —lo apoyaron todos, algunos incluso se levantaron también de sus sillas.

Yugi se sonrojó disimuladamente al notar que Yami lo miraba con una sonrisa.

-x-

Luego de que las instrucciones fueran dadas por completo, todos los entrenadores salieron al patio para que los instructores pudieran reunirse con el profesor para luego ubicarse en sus puestos.

—Les voy previniendo chicos —dijo Tea, con las manos empuñadas en las caderas —el equipo azul va a por todas y vamos a ganar —detrás de ella, Tristán estaba de brazos cruzados con la misma mirada decidida.

—Te reconozco el entusiasmo Tea, pero será mejor que no esperes demasiado —le regresó Yugi, mirándola de forma desafiante —no cederemos sin dar batalla.

—Chicos ¿no se están tomando esto demasiado en serio? —trató de calmarlos Miho, sonriendo nerviosamente con los ojos cerrados mientras movía las palmas, para entremedio de ambos, un poco a la derecha.

—Tranquila Miho —habló Yami —es competencia sana, no pasa nada —le calmó, caminando hasta el lado de Yugi —él tiene razón, no lo tendrán nada fácil —apoyó, colocando su brazo sobre el hombro de Yugi con confianza.

Tea los miró extrañada — ¿qué ustedes dos no estaban peleados o algo así? —no se dio cuenta de que planteó aquello en voz alta.

—Ya no —dijo Yugi reacio, desviando el rostro.

Yami solo sonrió, recostando su cabeza sobre la de Yugi.

—La emoción satura el aire —comentó el profesor Motou con una sonrisa, acercándose a ellos junto a un Chansey y una mujer de cabellos rosados.

— ¡Hola Abuelo! —saludó Yugi.

—Hola enfermera Joy —saludó Miho — ¿qué estás haciendo por aquí?

—Es mi trabajo que todos los pokemons estén fuertes y saludables —dijo la joven de gorro blanco con cruz fucsia junto a su Chansey —recuerden que si algo malo pasa en el triatlón estaremos aquí para ayudarles.

—Chan chansy!

Una campana sonó —bueno, será mejor que todos vayan a almorzar —dijo Solomon —necesitan tiempo para digerir bien la comida antes de la maratón —comentó mientras guiaba a la dama de pelo rosa a otro lugar.

—Sí señor —respondieron todos menos Yugi quien asintió, dándole una sonrisa a su abuelo y ondeando su mano.

Dicho y hecho, todos los entrenadores estaban en el comedor, almorzando y compartiendo ideas respecto al afamado triatlón, se notaba que todos esperaban con emoción dicho evento.

-x-

— ¿Sucede algo Yugi? —los tricolores estaban recostados en el tronco de un árbol, sentados con sus amigos a la sombra de varios robles.

Tea y Miho estaban acostados la una al lado de la otra, charlando en voz baja. Más allá Tristán estaba tumbado con las manos tras la cabeza y una pañoleta sobre los ojos.

Yami tenía las piernas semi-flexionadas y uno de sus brazos por sobre los hombros de Yugi, el menor tenía las piernas juntas hacia un lado, recostaba su cuello en el brazo de su novio pues tenía la vista fija en el cielo.

El de ojos amatistas negó —sólo estaba pensando algunas cosas —le respondió por lo bajo, sin cambiar de posición.

— ¿Y puedo saber en qué piensa mi chico? —Yami inclinó un poco su rostro, hablando casi a su oído.

Yugi se mordió el labio, tratando de no estremecerse —en el maratón.

— ¿Qué hay con el maratón, aibou?

Yugi cerró los ojos apenado —no soy muy bueno con los deportes.

Yami se contuvo de reír por la preocupación de su novio —no pasa nada Yugi ¿recuerdas lo que me dijiste antes de venir? —Yugi ladeó la cabeza —estamos aquí para divertirnos ¿no es así? —mencionó cerrando los ojos, mientras pasaba suavemente su nariz por el perfil del rostro de su  novio.

Yugi cerró también sus ojos con una sonrisa —tienes razón, gracias Yami.   

-x-

—En sus marcas —Solomon levantó una pistola de bengala en su mano derecha.

Los entrenadores se pusieron en posición —sujétate Jolteon —le indicó Yami a su pokemon, aferrado a su hombro izquierdo.

— ¿Estás bien Espeon? —la tipo psíquico afirmó, iba apoyada parcialmente en la capucha de la de su poleron azul y en su hombro derecho —bien.

— ¿Listos? —Yami le dedicó una última mirada de seguridad a Yugi, quien le devolvió una sonrisa — ¡Fuera! —Salomón jaló el gatillo y todos echaron a correr.

Yami llegó junto con Tristán de primeras al puesto donde una instructora tenía una caja llena de pokeballs. Enseguida le alcanzaron Tea, Miho, Yugi, dos chicas y un muchacho. Cada uno tomó una pokeball y las lanzaron al aire.

—Te tocó un Rhyhorn, Yami —dijo Yugi —y a mí un Girafarig —Yami saltó a lomos del pokemon rinoceronte mientras Yugi le dedicó una suave caricia al largo cuello de Girafarig antes de subirse a ella con Espeon frente a él.

—Wow, que linda Meganium —Miho olfateó la exquisita fragancia de los pétalos de la tipo planta antes de montarla.

—Qué tal mi Swampert —alardeó Tristán, saltando a su espalda.

—Vaya, un Lairon —Tea agradeció mentalmente el haberse puesto un short en vez de falda mientras se acomodaba entre los picos de acero que recorrían la espalda del tipo acero/roca.

Meganium y Girafarig tomaron rápidamente la delantera con Swampert, Rhyhorn y Lairon pisándole los talones, más atrás una chica rubia montada sobre un Persian, otra pelirroja a espaldas de Ampharos y un muchacho de cabello castaño-rojizo en una coleta, montando como artista de circo sobre un Electrode.

-

El instructor del equipo azul, se elevó en un globo aerostático con un micrófono en mano junto a un tipo con una cámara —estamos en el último día de la acampada pokemon y todos están en la salida ¡Damos comienzo al Triatlón Pokemon! —narró con gran emoción.

En el patio de la institución, el profesor Arthur y la enfermera Joy observaban todo en una pantalla, sentados a la sombra de una gran carpa.

—Con esa clase de entusiasmo ya se puede predecir el resultado —comentó el profesor.

—Solo espero que nadie resulte herido ¿No lo crees, Chansey?

—Chan-sy —el pokemon rosa asintió.

-

—Vas muy bien Girafarig, sigue así —alentaba Yugi.

—Vamos Meganium, no hay que dejar que nos alcancen —animó la peliazul.

—Chapoteo lodo —a un costado del camino pasó un brillo amarillo que convirtió la tierra en lodo, por el cual Swampert patinó con gran facilidad, y tanta habilidad como si estuviese nadando. Miho y Yugi se quedaron sorprendidos al ver a Tristán sobrepasarlos con extrema facilidad, poniéndose a la delantera — ¡Coman lodo, gente! —se regodeó el  moreno.

—Pronto Rhyhorn, hay que alcanzarlos —le alentó Yami, golpeando ligeramente los costados del pokemon rinoceronte.

—Hay que acelerar, Lairon.

-

—Parece que Tristán y su Swamper están tomando la delantera, seguidos por Miho, su Meganium y Yugi con Girafarig —decía el narrador.

—Tristán ha usado hábilmente las destrezas naturales de Swampert —comentó Joy.

—Realmente, ese es el objetivo principal en la Acampada de Entrenadores —afirmó el profesor —expandir el conocimiento de los entrenadores con nuevos pokemon.

—Ahí se acercan más grupos de competidores —algunos metros atrás se podía ver el polvorín que levantaba la gran estampida de pokemons que alcanzaban al chico sobre el Electrode y la pelirroja con la Ampharos.

De un momento a otro, Electrode resbaló con el rastro del Chapoteo Lodo, golpeando sin querer a Persian quien frenó en seco, poniendo nerviosa a Ampharos por lo que soltó un débil impactrueno, lo que desencadenó la Autodestrucción del Electrode, provocando una explosión que atrapó y frenó a una gran cantidad de entrenadores.

—Wow, vemos a mucha gente y una pila de pokemons en el campo —decía entre sorprendido y preocupado el narrador.

—Oh, oh, oh ¡Shiftry, salta! —una chica de largo pelo negro trenzado hacia la derecha alcanzó a advertir al pokemon sobre el que iba, el tipo planta/siniestro usó los potentes abanicos de sus manos para generar un ráfaga que fácilmente lo ayudó a saltar la obstrucción y, además, planear hasta alcanzar al grupo que iba a la cabeza.

—Alerta Manectric, usa Levitón —un muchacho de pelo azul apenas largo con 8 menchones de flequillo celeste que enmarcaban salvajemente su rostro, cayendo hasta debajo de los hombros. El Manectric se rodeó de un aura eléctrica que le permitió saltar lo suficientemente alto para continuar en la carrera.

-

—Oh cielos, eso puede ser un problema —se afligió la enfermera.

—Kaito e Izzy han hecho un hábil uso de las capacidades de sus pokemons para mantener el ritmo —comentó el profesor.

-

Ignorantes del pequeño desastre a sus espaldas Tristán llegó junto con Meganium y Girafrig al segundo puesto, donde los esperaba el instructor del grupo rojo.

—Gracias por la ayuda Swampert —lo regresó el moreno para cambiar la pokeball.

—Estuviste de maravilla Girafarig, muchísimas gracias —le sonrió Yugi dulcemente, recibiendo una amistosa lamida en su mejilla del pokemon jirafa, antes de regresarlo.

—Meganium, fue fenomenal, descansa —los imitó Miho.

— ¡Ahora te toca! —para cuando Tea, Yami, Kaito e Izzy llegaron, los tres primeros ya habían escogido su pokemon.

—Vamos Kingler ¡a surfear! —Tristán saltó al Kingler y empezó a atravesar el lago.

—Vamos Slowbro, tenemos que alcanzarlos —Miho se sentó sobre el caparazón que cubría la cola mientras el pokemon dejaba solo la cabeza fuera y empezaba a nadar.

— ¡Muy bien Floatzel ¿lista para ganarles a todos?! —Yugi se quitó el poleron azul, quedando solo con una playera blanca para lanzarse al agua, sujetándose del flotador de la Floatzel —vamos Espeon —Espeon usaba su Psiquico para mantener la prenda de Yugi elevada del agua y saltó también sobre el flotador de la pokemon nutria marina — ¡A la carga!

Floatzel empezó a girar sus dos colas como propulsores y se posicionó cabeza con cabeza junto a Kingler muy rápido.

Los cuatro restantes escogieron sus pokeballs y siguieron con el triatlón. A Yami le tocó un Kingdra, a Tea un Whiscash, a Kaito un Feraligart y a Izzy un Crawdaunt.

—Muy bien Kingdra, hay que alcanzarlos —alentó Yami.

—A todo vapor Crawdaunt/Feraligart.

—Estamos en la segunda etapa del triatlón pokemon, donde cada entrenador hace equipo con su pokemon de agua para cruzar el lago —comentaba el narrador —varios entrenadores se habían repuesto de la explosión en la primera etapa y seguían en la carrera.

Ahora eran Yugi, Yami, Izzy y Kaito se peleaban por los primeros puestos. Yami le guiñó un ojo a Yugi de forma coqueta mientras Kingdra y Floatzel trataban de mantenerse en el primer lugar y a la vez, no dejar que Feraligart y Crawdaunt se adelantaran.

Pronto alcanzaron a vislumbrar la orilla del lago — ¿lista Floatzel? usa la Bomba Sónica —indicó Yugi.

—Zel Zel —Floatzel paró de girar sus colas y las ondeó, generando pequeñas explosiones bajo el agua que la propulsaron justo a la orilla.

— ¡Así se hace, Floatzel, gracias! —Yugi saltó a tierra y la regresó a su ball, dejándola en el último puesto de control mientras se volvía a poner su poleron —vamos Espeon, a correr —el de ojos amatistas empezó con el ultimo trozo del recorrido.

-

—Esa es una forma muy astuta de usar los movimientos de Floatzel —comentó la enfermera.

—Ese es mi nieto —se permitió enorgullecerse Solomon.

—El maratón da inicio con Yugi y Espeon al frente, mientras Yami, Tristán, Izzy, y Miho llegan a la orilla del lago —narraban —y los que se quedan rezagados son Kaito y Tea, tratando de integrarse al grupo que encabeza.

-

—Gracias por el viaje Kingdra —lo regresó Yami, saltando a tierra —hora de correr Jolteon, tenemos que alcanzarlos.

Al mismo tiempo Izzy se apresuró a mantener el ritmo —vamos Houndoom, hay que dar nuestro mejor esfuerzo —la pelinegra echó a correr a la par de Yami.

Más atrás Tristán y Miho llegaron a tierra para regresar a Kingler y Slowbro para luego llamar a sus compañeros, él a Monferno y ella a su Spinda, para continuar el circuito. Seguidos Tea y Kaito se unieron a la carrera, la castaña con su Kirlia y el bicolor azul con un Masquerain.

—Tenemos a Yugi, Yami e Izzy peleándose por el primer puesto mientras todos se acercan al túnel ¡y el primero que salga de allí, será el ganador!

Tal como dijo el narrador, luego de un tramo derecho entremedio de dos altos muros de roca. Yami e Izzy ya habían eliminado la ventaja que Yugi había obtenido gracias a Floatzel.

Entraron al túnel, sus paredes laterales tenían cadenas de antorchas que iluminaban toda la zona, aun así había que ser precavidos, el suelo estaba lleno de grietas y fisuras.

— ¡Kyaaa! —un doble grito femenino logró que los tricolores frenaran su trote y voltearan a ver. Miho, Tea, Kaito y Tristán habían entrado a la cueva poco después de Izzy, quien ahora se encontraba en el suelo tras haber pisado, lo que parecía ser una pequeña mina enterrada que había provocado una mínima explosión y algo de humo, lo que asustó también a Miho.

— ¡Oye ¿estás bien?! —le preguntó Yugi.

—Sí, descuiden —la pelinegra fue a ponerse en pie, apoyando una mano en el lomo de su Houndoom —me gustaría más saber que fue eso.

— ¡Kyaaa ¿qué es esto?! —se quejaron Miho y Tea, quienes se habían acercado para ayudar a la chica, pero habían pisado también minas, provocando pequeñas explosiones más.

—Pero ¿qué está pasando? —preguntó Yami.

Tres sombras se acercaron desde un pasaje escondido en uno de los muros del túnel, dos de ellas emitiendo risas maliciosas.

—Prepárense para los problemas con estás bombas de humo.

—Y más vale que teman a nuestro truco tan chulo.

—ay no, ellos no —se quejó Yugi en un suspiro, con una gotita bajándole por la sien.

—Para proteger a los tipo bicho de cada región.

—Y unir a todos los fósiles a nuestra legión.

—Para denunciar los males de las insecticidas y el frió.

—Y extender nuestra prehistoria hasta los Juegos Olímpicos en Rio.

— ¡Weevil!

—Yo me llamo Rex.

—El equipo Rocket viajando a la velocidad de la luz.

—Ríndanse ahora o les canto como Sandro. Amor, amor, amor.

—Ann Anorith.

A todos los demás les bajó una gotita por la sien — ¿Quiénes son estos payasos? —preguntaron Tea, Miho e Izzy al unísono.

—Óigame, más respetito carnalita —se quejó Rex.

— ¿ustedes pusieron esas minas en el piso? —reclamó Yami.

—Obviamente, torpe —Weevil se puso las manos empuñadas en las caderas —y ahora les quitaremos a todos su pokemons.

—Sueñas, bicho raro —confrontó Izzy, Kaito le ayudó la levantarse — ¿te gusta jugar con humo? ¡Prueba la Polución de mi Houndoom! —el tipo fuego/siniestro corrió frente al trio de malos y lanzó su humo grisáceo.            

—Hay que ponerle un bozal a ese perrito —le colocaron unas bandas de acero en el hocico para cerrarlo.

— ¡Houndoom! —gritó Izzy preocupada.

—Ustedes no aprenden la lección, Jolteon usa Chispazo —se apresuró Yami.

—Claro que sí —los dos sacaron guantes de goma y clavaron una vara de metal con una pequeña antena que sirvió como tomo a tierra para desviar la electricidad —lero, lero, patatero —se burlaron los dos ‘malos’.

—Espera ¿a dónde se fue su Anorith? —murmuró Yugi, notando la ausencia del pokemon del equipo.

—Se olvidan que los superamos en número, lunáticos —recordó Tristán —Monferno, ve y usa Ultrapuño.

Monferno echó a correr y Weevil sonrió maliciosamente —no me digas que está… —el oji-amatista desvió sus ojos al suelo.

De un momento a otro el suelo bajo ellos cedió, haciéndoles caer en un gran hueco de por lo menos cuatro metros de profundidad; mientras Anorith salió de la tierra.

—Ay, ay, ay ¡Eso dolió! —se quejaron las chicas, sobándose la retaguardia ante el golpe.

— ¿Estás bien, Yugi? —Yami había jalado a Yugi en medio de la caída, llevándose la mayor parte del golpe.

—Sí, estoy bien —Yugi se levantó de las piernas de Yami y lo ayudó a pararse —lo siento, te llevaste un buen golpe —se disculpó, sacudiendo algo de tierra que se había apegado a la chamarra del mayor.

—Muy bien, con el principito y sus amigos atrapados, robar los pokemons de todos los demás competidores será pan comido —celebró Weevil.

—Ya rugiste carnal.

—Que se lo creen —Tristán intentó trepar para salir del agujero.

—Vamos Kabutops, dales su bañito que ya les toca —el pokemon roca/agua lanzó su rayo burbujas a la cara de Tristán, haciéndolo resbalar de nuevo hacia el fondo. Mientras Rex y Weevil se dirigieron a la entrada del túnel a esperar a los entrenadores.

—Tenemos que detenerlos de algún modo —exclamó Izzy, tratando de romper le bozal de su Houndoom.

—Tienes razón —Yugi tenía la mano en el mentón, analizando sus opciones —Miho ¿querrías ayudarme? —mostró una sonrisa, teniendo ya un plan en mente.

—Claro Yugi —asintió de inmediato.

—Primero lo primero, Espeon usa psíquico —señaló al Houndoom, Espeon acató su petición, quebrando el bozal —Muy bien, esto es lo que vamos a hacer —bajó la voz, moviendo su mano para que todos se acercaran.

-

—Weevil ¿no crees que esos están muy calladitos? —le comentó Rex de pronto, mientras preparaban la trampa.

— ¿No estaba tu Kabutops vigilándolos? —frunció el ceño el peliturquesa para luego mirar a su colega.

—Topssss topss —el pokemon se encogió de hombros, levantando las cuchillas de sus manos.

—Spinda.

— ¿eh? —los dos maleantes se giraron a sus espaldas, donde el Spinda de Miho estaba parado.

—Spinda da da da da Spinda da da da —Spinda empezó a mover sus brazos de derecha a izquierda en alto a la vez que daba saltitos.

— ¿Qué onda con ese pasito sangrón? —dijo el castaño —Weevil, creo que este se pasó de copas —comentó a la vez que él y su amigo empezaban a bambolearse al ritmo de Spinda.

— ¿Qué está pasando? —se quejó Weevil lentamente, sintiéndose mareado. Anorith y Kabutops también empezaron a imitar el baile de la Danza Caos de Spinda.

— ¡Spinda! —gritó el pokemon.

—Hazlo ahora Masquerain —indicó Kaito.

Masquerain voló sobre Spinda y lanzó su Red Viscosa desde la punta de su cabeza para atrapar a los dos muchachos y sus pokemons en su telaraña pegajosa.

—Buen trabajo Spinda —felicitó Miho, cuando todos salieron del hoyo, ayudados por el Drapion de Yami.

— ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? —se quejó Weevil, medio saliendo de la confusión, pero aun sintiéndose mareado.

—En el peor lugar en que podían estar —le respondió Tristán de brazos cruzados —Monferno, usa Lanzallamas.

—Houndoom, tú también Lanzallamas.

—Espeon, usa Psíquico.

—Jolteon, Chispazo.

—Kirlia, también usa psíquico.

—Spinda, Alboroto.

—Masquerain, Viento Plata.

Los siete ataques coalicionaron juntos a los pies del equipo rocket y explotaron, mandándolos directamente al cielo.

—Nos mandaron a volar otra vez —se quejó Weevil, que estaba menos confundido que Rex.

Pasa, pasa, pásame la botella —canturreó el de flequillo lila.

Se perdieron en el cielo con un destello llamando la atención de unos pocos entrenadores que venían atravesando el lago.

—Es cierto ¡el maratón! —recordó Izzy —andando Houndoom, hay que seguir.

—Se nos olvidó por completo —comentó Yugi.

—Ella tiene razón, a correr Jolteon.

— ¡A la carga! —gritaron los demás.

-

—Nos dirigimos a la salida del túnel y los primeros en salir son… ¿Quién lo diría? —narraba el instructor —el primero en salir es Yami del equipo rojo seguido de Izzy del equipo azul—ambos corrían a todo dar —y más atrás vienen Yugi, también del equipo rojo y Tea del equipo azul.

En la entrada de la academia estaba el profesor Solomon con una bandera a cuadros negros y blancos junto a la enfermera Joy y dos instructores que sostenían la cinta que representaba la meta.
El narrador aterrizó el globo junto al camarógrafo y todos esperaban la conclusión del triatlón, conteniendo el aliento de la emoción.

—No te dejaré ganar solo porque tu hermanito ayudó a mi Houndoom —le advirtió la pelinegra, mientras se acercaban a la meta.

—Nadie te pidió tal cosa —le regresó en seco Yami.

—Estamos en la meta final y a la cabeza está… ¡Yami empatando con Izzy!

Poco más atrás Tea y Yugi se peleaban por el tercer lugar, ambos estaban en la misma situación: era obvio que Yami e Izzy quedarían en uno-dos y dependiendo que cual de ellos ocupara el tercer puesto, así quedarían posicionados sus dos equipos.

El oji-vino y la pelinegra pasaron por el portón de entrada, prácticamente se podía ver la estela de tierra tras ellos.

El profesor agitó la bandera ¡Ya había un vencedor!

Todos voltearon a ver una pantalla que repetía el final, declarando a Yami como el ganador, a Izzy en segundo lugar y… ¡a Yugi de tercero!

— ¡Hay un ganador! —declaró el comentarista —tenemos a Yami y Jolteon en primer lugar, en segundo llegan Izzy con Houndoom, finalmente en tercer lugar Yugi y Espeon.

Yami e Izzy estaban apoyados en sus rodillas y Yugi sentado en el piso, recuperando el oxígeno por el que sus pulmones quemaban, las dos Eevee-evoluciones estaban tendidos en el suelo junto a Houndoom. Tea no tardó en imitar a la pelinegra.

— ¡El equipo rojo ha ganado el primero y tercero! ¡Mientras que el equipo azul obtuvo el segundo!

—Lo logramos —mencionó Yami, pasándose el brazo por la frente.

—Jooolt —Jolteon saltó en su lugar.

—Muchas felicitaciones Yami —le sonrió Yugi desde el suelo.

— ¡Eoon! (felicidades)

—Tú también te esforzaste mucho —Yami le tendió ambas manos y Yugi aceptó el gesto para levantarse —bien hecho —lo tomó por la cintura con un brazo y le acarició el pelo con la otra mano. Yugi le sonrió algo sonrojado.

—Muchas gracias a los dos —felicitó la pelinegra, sonriéndole a ambos tricolores.

—Igualmente —dijeron al unísono —tú y tu Houndoom lo hicieron estupendo Izzy—habló Yugi.

—Gracias —le sonrió con ternura, viendo encantada la dulce escena de ambos.

—Lo hiciste muy bien —felicitó Tea a su compañera de equipo.

—Sí, tú también —le respondió Izzy amablemente, arrodillándose junto a su Houndoom.

Se sentaron a un lado a esperar a los demás, con botellas de agua fresca. Kaito y Tristán llegaron pronto a la meta y los demás desfilaban ya más tranquilos.

— ¡El resto de los competidores está llegando, pero ya tenemos el resultado final! ¡El equipo rojo ha logrado mantenerse arriba y se lleva la victoria!

— ¡Sí! —celebraron juntos todos los integrantes del equipo rojo que ya habían llegado y los que iban llegando.

-o-

Luego de dejar que todos descansaran un poco y se dieran un baño y tomaran agua, el profesor Motou los reunió en el patio a todos poco antes de que se pusiera el sol. Como era el último día todos lucían muy arreglados.

Yugi llevaba una camisa de botones y manga larga color lila bajo un jersey morado, un pantalón de un morado más oscuro y botines negros. Yami usaba una camisa negra, remangada hasta el codo y un pantalón azul oscuro a juego con la corbata floja y con zapatos negros.
Tristán vestía una camisa gris bajo una chaqueta marrón manga larga con detalles negros, un pantalón negro y zapatos cafés.
Tea tenía una blusa sin mangas, color amarillo, ajustada hasta la cintura con un delgado cinturón entorchado color marrón claro, y luego unos centímetros suelto, dejando paso a una minifalda de mezclilla y un pequeño chaleco blanco, sandalias blancas y su cabello lizo estaba recogido en una pequeña coleta.
Miho usaba un vestido de una suave tono amarillo, una lazo blanco amarrado a la cintura, su coleta estaba hecha hacia la derecha, recogido con un vistoso moño también amarillo y llevaba sandalias de un color arena amarradas hasta la mitad de sus piernas.

—Y con esto termina la Acampada de Entrenadores —declaró el profesor —Primero, felicidades al equipo rojo por su victoria.

—Claro que los equipos verde y azul estuvieron de maravilla —añadió Joy —y estoy muy feliz de que todos la hayan pasado muy bien en compañía de los diversos pokemons que conocieron aquí.

—Chaaaan.

—Y nos despedimos con un deseo para todos ustedes —Solomon abrió los brazos a los dados y sonrió —Que la amistad que tiene con su pokemon crezca y que siempre aprendan el uno del otro.

— ¡Gracias! —dijeron todos al unísono.

A todos les entregaron una especie de certificado.

— ¿A todos les dan esta placa? —preguntó Tristán, observando el objeto en cuestión.

—Claro —afirmó Yugi —las hicieron para todos los que participaron en el Acampada.

—Voy a recordar esto para siempre —sonrió Miho, abrazando a su Spinda.

— ¡Una cosa más! —los llamó el profesor antes de que se dispersaran — ¡Todos están invitados a la fogata nocturna para el cierre de evento! —todos vitorearon y celebraron.

Dicho y hecho, tras caer la noche poblada de brillantes estrellas se armó una gran fogata en medio del patio dónde había música y mucha comida para todos los entrenadores y sus pokemons.

Tea, con Kirlia en su regazo, conversaba animadamente con Miho mientras, a su lado Yami y Tristán comían algunas botanas.

— ¿Y a dónde te dirigirás ahora que terminó la Acampada?—preguntó el castaño.

Tea puso atención —claramente, iremos a retar a los gimnasios y obtener las medallas que nos faltan.

—Jooolt —lo apoyó su pokemon.

— ¿Cuántas medallas tienes? —ante la pregunta de Miho, Yami enseñó sus cuatro medallas.

—Vaya, creo que la siguiente es el de ciudad Pastoria —comentó Tristán.

Yami asintió —Yugi me lo dijo, ese será nuestro próximo destino.

—Sino mal recuerdo, su líder se llama  Wake y se especializa en pokemon de tipo agua —comentó Miho, llevándose una mano al mentón.

— ¿Tipo agua? Entonces será sencillo —acarició confiado el pelaje de su Jolteon.

—Hablando de Yugi ¿saben dónde está? —preguntó la castaña, mirando a todos lados.

—Estará aquí en cualquier momento, fue a ver al profesor y dijo que no demoraría.

—ya veo — “perfecto, es el momento” la castaña se levantó —iré por algo de tomar, Yami ¿me acompañas? —le sonrió al tricolor.

—Hnm, de acuerdo —el oji-vino se levantó, pensando en conseguir un jugo para Yugi.

Tea dejó a su Kirlia en su puesto y caminó hacia la mesa de bebidas, Jolteon se quedó en su sitio, sentía cerca a Espeon.
La chica tomó un vaso de refresco igual que Yami, pero cuando este estaba por tomar otro ella tomó su muñeca. Intrigado, el tricolor levantó la mirada para verla y ella estaba mirando hacia otro lado, con un sonrojo en sus mejillas —ven conmigo un momento —musitó audiblemente apenada, y sin esperar una respuesta jaló al chico con ella, a una zona más apartada, bajo un árbol.

— ¿Qué sucede Tea?

—Yo… bueno —la chica apretó un poco su baso.

—Hola chicos, siento la demora —llegó Yugi con una sonrisa, bajando a Espeon de sus brazos para que se reuniera con Espeon — ¿Dónde está Yami? —preguntó, extrañado de no ver a su novio con ellos.

—Fue por allá con Tea, por algo de tomar —señaló Tristán sobre su hombro con el pulgar.

—Jooolt Jolteon —el tipo eléctrico saltó en su lugar dos veces para luego señalar con su pata, diciéndole que lo siguiera.

—Voy contigo, Jolteon —sonrió Yugi, yendo con la Eevee-evolución. Miho lo miró preocupada.

Yugi se extrañó al pasar de la mesa de bebidas y llegar hasta el patio del lugar, pero alcanzó a oír la voz de Tea y, entre la tenue oscuridad de la noche, se acercó lo suficiente como para oírlos sin ser notado.

—Yo, es que… ¿sabes? Que-quería decirte algo importante desde hace unos días —dijo aun sin soltar la muñeca de Yami.

— ¿Qué cosa? —estaba claro que Yami era ingenuo en lo que respectaba a los sentimientos de las personas a su alrededor, aun no descifraba que era lo que le ocurría a la castaña frente a él.

—Yo… yo —tomó mejor la mano de Yami con la suya y la levantó a la altura del pecho del chico —Yami… tú me gustas, me gustas mucho —admitió sonrojada, sus brillantes ojos azules miraban fijamente a los rojizos del apuesto chico, apenas más bajo que ella.

Los ojos rasgados de él se abrieron al máximo de su capacidad, dando dos rápidos parpadeos, aquella confesión lo había dejado algo descolocado — ¿qué? —alcanzó a murmurar apenas.

Al oír semejante cosa, Yugi no esperó a que ambos se percataran de su presencia e, impulsivamente, fue a esconderse detrás de un árbol cercano, llevándose una mano al pecho, donde su corazón palpitaba de angustia.

—Soy sincera, me encanta la pasión que pones en las batallas, la determinación que brilla en tus ojos —mencionó la castaña, acercándose lentamente al rostro de Yami —me gustas —repitió.

A Yugi se le cayó una lágrima de los ojos, al notar que Yami no hacía nada por frenar a la chica, con claras intenciones de besarlo.

— ¿Querrías… ser mi novio? —pidió finalmente ella.

Yami reaccionó antes esa última palabra y, saliendo de su estupor, sujetó con firmeza los hombros de la chica, soltándose de su agarre y sin importarle dejar caer su vaso.

—Lo siento Tea —le dijo a la confundida chica —yo no siento lo mismo —sus ojos ser tornaron duros y fríos, así como le hablaba a los líderes de gimnasio antes de conocer a su Yugi.

— ¿Acaso hay… alguien más? —preguntó Tea, tratando de contener las lágrimas.

—Así es —Yami ladeó el cuerpo, quedando de perfil ante ella pero mirándola a los ojos en todo momento, él nunca desviaba la mirada —yo ya tengo alguien a quien amo.

—Comprendo —ella se abrazó a si misma, contrario a Yami, no pudo sostenerle la mirada y bajó la cabeza, ocultándose tras su flequillo. Amar no era igual que gustar, amar ya era una palabra seria y Yami la decía con mucha seguridad —al menos hice el intento —trató de poner una sonrisa. Yami solo se quedó callado —será mejor que regresemos con los demás.

—Sí —Yami caminó por delante de ella, pasando de nuevo por la mesa de bebidas para tomar un vaso para su Yugi. Tea le siguió algo cabizbaja pero trató de mostrar su ánimo de siempre cuando regresó al lado de Miho.

— ¿Dónde está Jolteon? —preguntó Yami, al llegar y no ver a su compañero.

— ¿Qué? Está con Yugi —declaró Tristán extrañado —cuando llego aquí preguntó por ti y Jolteon lo iba a guiar a donde estabas —Yami casi empalideció al oír eso, literalmente corrió de regreso a donde Tea lo había llevado — ¿y ahora? ¿a este que le picó? —parpadeó confundido.

La castaña solo lo observó salir corriendo, siendo consciente de la preocupada mirada que su Kirlia le dirigía.

— ¿Yugi? ¡Yugi! —el oji-vino miró a todos lados a su alrededor, pero no veía al de ojos amatistas — ¿aibou?

— ¿Qué pasa? —sobresaltado, Yami miró hacia arriba, encontrándose con Yugi sentado sobre la rama de un árbol, apenas a su derecha. Espeon estaba en su regazo y Jolteon sentado a su lado.

— ¿Qué hacen allí arriba?

Yugi señaló al cielo con su dedo índice —la luna está llena, se ve hermosa lejos de la fogata —balanceó sus pies adelante y atrás, de forma dispareja.

— ¿Viste eso? —preguntó sin rodeos.

Yugi ladeó la cabeza — ¿ver qué? —volvió a balancear sus piernas.

Yami frunció el ceño —sabes de lo que habló —se acercó a la base del árbol para comenzar a treparlo.

— ¿Qué haces?

—Subir —dijo lo obvio.

Yugi se encogió en su lugar cuando Yami quedó aferrado al tronco a su lado; Jolteon saltó al lado contrario de la rama para que Yami se sentara —me refiero a lo de Tea, lo viste cierto.

—Sí —Yugi miró hacia el cielo, observando la luna y las estrellas.

— ¿Acaso estás molesto conmigo?

— ¿Por qué debería? —respondió con sencillez —yo sólo… no pude evitar pensar ¿qué habría sentido yo si tú me hubieras rechazado? —se llevó ambas manos al pecho, cerrando los ojos.

—Eso no pasaría —Yami lo tomó del mentón y le hizo mirarlo —me encantas Yugi —le dijo, mirándolo a los ojos. El menor no pudo evitar sonrojarse —aibou —Yami se acercó con confianza a su rostro, observando hipnotizado el brillo que adquirían los ojos violetas.

—Yami… —el menor llevó una de sus manos a la mejilla de Yami, justo antes de que sus labios se juntaran.

El beso fue dulce, lento; acariciaron los labios del contrario con parsimonia y ardor. Yami soltó el mentón de Yugi para llevar la mano hasta su nuca, enredando sus dedos y acariciando los mechones magenta que bordeaban el cabello tricolor. Yugi acarició dulcemente la mejilla de su, ahora novio, mientras sentía la traviesa lengua ajena vacilar sobre sus labios, en busca de algún acceso; no dudó en dárselo, abrió un pocos lo labios, encantado con el creciente calorcito que embargaba su cuerpo cuando tenía tan cerca a su chico, la forma en que se le erizaba tenuemente la piel y le hormigueaba era deliciosa; le fascinaban todas esas sensaciones nuevas que Yami lo llevaba a descubrir, no deseaba apartarse de su boca, ni de su cuerpo.
Sintió la mano libre de Yami vacilar por el costado de su cuerpo, cerca de su pierna, y decidió tomarla para colocarla alrededor de su cintura; le gustaba que Yami lo abrazara cerca de su cuerpo, en especial cuando lo besaba.

—Creo que podría volverme adicto a tus besos —murmuró cuando se tuvieron que separar un poco.

—Qué cosas dices —susurró apenado. Yugi estaba descubriendo que Yami era la clase de chico que soltaba de vez en cuando un comentario que te sorprendía, sus mejillas enrojecidas daban fe de ello. Yami presionó más el brazo que tenía alrededor de la estrecha cintura del chico, atrayéndolo a su cuerpo lo más posible —me gusta que me abraces así —recostó la cabeza en el hombro ajeno.

—En ese caso lo haré más a menudo —besó su sien —Yugi ¿qué haremos después de esto?

—Mañana regresaremos al laboratorio a mediodía cuando cierren esto y podremos armar el plan de viaje hasta tu siguiente batalla de gimnasio.

— ¿A mediodía?

—Tengo que esperar a que el abuelo termine todo aquí para irme con él —explicó el oji-amatista —aunque si quieres puedes irte más temprano y te alcanzaremos en el laboratorio.

Yami negó con la cabeza —me quedaré contigo.

Yugi recostó su cabeza en el hombro de su novio luego de dejar un beso en su mejilla —anda, vamos por un bocadillo, tengo algo de hambre —le sonrió.

—Lo que tú quieras, aibou.

Los tricolores bajaron del árbol junto a sus Eevee-evoluciones y se reunieron con sus amigos luego de conseguir algo de comer y siguieron disfrutando de la ‘fiesta’ de despedida de la acampada. Miho incluso logró que Tea y Yugi se levantaran a bailar con ella y algunos otros compañeros.

Duraron así hasta la medianoche, quizás un poco más.

— ¡Mmmmh! —Tea estiró los brazos al cielo con un suave quejido —creo que será mejor que nos vayamos ya a dormir —expresó, viendo que fuera solo quedaban alrededor de la mitad de sus compañeros.

—Tienes razón Tea —apoyó Tristán divertido, viendo como Yugi estaba casi dormido en los brazos de Yami.

—Que pasen buena noche, todos —deseó la peliazul, tomándose del brazo de la castaña para dirigirse a la habitación.

—Ustedes también chicas —Yugi ahogó un bostezo, dejando que Yami le pasara un brazo alrededor de la cintura para irse a su habitación.

Nada más entrar en la habitación Espeon y Jolteon se acomodaron en una de las camas, Yugi se tumbó en la otra apenas se quitó los zapatos mientras Yami se sentaba más tranquilo al borde de la misma, quitándose la corbata, los zapatos y abriéndose la camisa —Yugi, tienes que cambiarte.

—Dame cinco minutos.

—En cinco minutos te duermes, aibou. Vamos —apuró con una risilla.

Yugi se colocó bocarriba, soltando un bostezo pero luego se levantó —vale, vale —se levantó de la cama y se quitó el jersey morado mientras buscaba con la mirada su cepillo de dientes; cuando se quitó la prenda, la dobló y la guardó para luego coger su neceser y su pijama —ya vengo.

—Aquí te espero —Yami se acostó en, lo que ya denominaba ‘su lado de la cama’ ya que, por alguna razón, siempre que dormía con Yugi, el oji-amatista se acostaba pegado a la pared mientras que él se acostaba casi al borde.

A los pocos minutos Yugi regresó, se acomodó al lado de Yami en la cama y pronto ambos cayeron dormidos, tal como sus pokemons en la cama de al lado, acurrucados juntos.

-o-

Yami se despertó al día siguiente ya entrada la mañana, pasadas las 8:30. Estaba solo en la cama… de hecho estaba solo en la habitación porque ni sus dos pokemons estaban con él.

Se levantó con un pequeño dolor de cabeza y se cambió de ropas. Salió derecho al comedor a desayunar, habían muy pocos entrenadores que, como él, recién se levantaban; se dio cuenta de que todos cargaban sus pertenecías, listos para marcharse.

Luego de comer salió al patio y pronto Jolteon llegó a su lado, guiándolo hasta el portón donde Yugi estaba con Tristán y las chicas.

—Llegó el dormilón —sonrió la castaña al divisarlo.

—Buenos días —saludó, llegando al lado de su novio — ¿me perdí algo?

—Estábamos hablando de que hará cada quien ahora —le respondió el menor.

—Entonces Tea, vas al concurso pokemon de pueblo Solaceon —retomó Miho.

—Así es —afirmó la castaña —estuve en el concurso de ciudad Corazonada antes de venir aquí y gané mi segundo listón, ahora voy a por el tercero —Yugi se miró con Yami, vaya coincidencias.

—Se necesitan cinco listones para participar en el Gran Festival ¿cierto? —preguntó ahora Tristán.

—Efectivamente.

—Pueblo Solaceon está pasando ciudad Corazonada un poco al norte —recordó Miho, llevándose un dedo al mentón —mientras que ciudad Pradera queda más al sureste —miró a los tricolores —quizás puedan ir juntos un rato.

Yami se tensó ante la propuesta de Miho, eso sería incomodo —No te preocupes Miho, aún queda una semana para el concurso y quiero recorrer con tranquilidad las rutas de por medio para practicar mis estrategias y combinaciones —se excusó la castaña —y creo que Yami querrá llegar pronto al gimnasio.

El oji-vino asintió —con Flygon llegaremos en dos días —le sonrió su novio.     

—Bueno, quiero decir que ha sido un placer conocerlos a todos y que me he divertido como nunca esta semana —sonrió Miho, muy contenta con Spinda en brazos —esta acampada me deja muchos buenos recuerdos y experiencias invaluables, espero que podamos vernos de nuevo muy pronto.

Tristán respondió a su sonrisa —definitivamente tenemos que  volver a encontrarnos.

—Sí, estos días fueron geniales —concordó Tea.

—Y seguiremos en contacto —añadió Yugi, acariciando la cabeza de Espeon que reposaba en su hombro.

—Daaaa/Kiiiiirlia/Eooon/Jooooolt/Feeerno —se sumaron sus pokemons acompañantes.

Luego de eso Tristán tomó su mochila y tomó camino con Monferno sobre su cabeza, tal como Te lo hizo junto a su Kirlia.

Luego de eso Miho, Yugi y Yami fueron a guardar todas sus pertenencias mientras esperaban a que el profesor Solomon se desocupara para poder regresar al laboratorio.

-o-

—Desde aquí, llegar a ciudad Pradera es prácticamente ir en línea recta —decía Yugi, mirando en la gran pantalla el mapa de la región que le estaba mostrando a Yami. Trazó con su dedo una línea hacia la derecha —por el Este, sobrevolando el Monte Coronet.

—Suena bien —el oji-vino estaba sentado en el sofá de piernas y brazos cruzados, junto a Miho.

—Yami —entró de pronto Solomon.

— ¿Si señor?

— ¿Puedes venir un momento? Quiero hablarte sobre Gyarados, además, Pegasus dijo que te llamaría en un rato.

—Sí, profesor —Yami se levantó para seguir al abuelo de su chico.

— ¿Qué deberíamos hacer para el almuerzo Yugi? —le sonrió Miho cuando los otros dos salieron.

—Deberíamos pedir comida porque ahora mismo espero una llamada muy importante y no tengo tiempo de pensar en la comida —expresó Yugi.

— ¿Una llamada importante?

Yugi asintió, iba a decir algo más cuando uno de los trabajadores subió por las escaleras —joven Yugi, tiene una llamada.

—Justo a tiempo —susurró mirando el reloj —en seguida voy, te veo al rato Miho —despidió, dándose la vuelta.

—Espera ¿qué pedimos de comer?

— ¡Lo que quieras, mientras  me encargues una hamburguesa y una malteada de chocolate! —le dijo divertido mientras bajaba las escaleras.

Miho soltó las risas, con la actitud tan infantil y despreocupada que Yugi demostraba la mayoría del tiempo, a veces olvidaba que era el campeón regional.

.

Yugi ya sabía quién le llamaba pero eso no redujo su emotividad al ver el rostro de su primo en la pantalla — ¡Ryou! En el momento justo, no tienes idea de cuánto he querido hablar contigo estos días —tenía tantas ganas de tenerlo a su lado y abrazarlo con fuerza, sentir las habituales caricias en su cabello, nuca y espalda.

Yugi sonrió más cuando el albino soltó una suave risilla —bien, momento de ponerse al día, mi querido primito —la mirada de cariño de su primo le hacía falta —yo también te he echado de menos, tengo tanto que contarte.

-o-

—Así fue como descubirmos al Lumineon en la cueva…

—Entonces Rebecca se quedó con el Teddiursa.

—Sí ¿sabes? Estuvo en Unova, y trajo con ella un par de pokemon muy interesantes.

—El profesor debe estar encantado con ellos entonces.

-o-

—Entonces la chica quería con Yami.

—Sí… incluso se le confesó anoche —torció el gesto.

— ¿los viste? —Yugi asintió — ¿y qué paso?

—El la rechazó, dijo que ya quería a alguien más.

— ¿Lo dijo por ti? —Yugi asintió — ¡Que lindo! —chilló, llevándose las manos a las mejillas.

-o-

—Ah sí, Yugi ¿puedo pedirte un favor?

—Sabes que sí, dime ¿qué puedo hacer por ti?

— ¿Tendrás de casualidad una de estas a la mano? —Ryou le enseñó una piedra algo ovalada y de un color morado, apenas más oscuro que los ojos de Yugi.

— ¿Una piedra noche? —Yugi se lo pensó un momento —sí, creo que tengo alguna entre las piedras evolutivas guardadas aquí en el laboratorio —respondió —te la traigo en un momento si quieres pero ¿para que la necesitas? ¿capturaste un Misdreavus, acaso?

—No es para mí… es para Bakura —respondió con una sonrisa apenada.

— ¿oh, en serio? —Yugi le regresó una mirada astuta, mientras, colocó la piedra hoja en el teletransportador.

—Sí, es que tiene una Misdreavus que está muy bien cuidada, pienso que está lista para evolucionar por eso quiero darle la piedra —explicó —pero además tiene un Murkrow, y si va a pelear contra Chuck creo que necesitara un Honchkrow dado que la mayoría de su equipo es de tipo siniestro.

Yugi no borró su expresión —no puedo evitar notar tu sonrisa cuando hablas de él, Ryou —expuso —dime ¿pasa algo entre tu y Bakura?

Ryou se ruborizó.

-o-

—Entonces Yugi ¿el abuelo dijo algo acerca de lo del Dusknoir? —retomó Ryou, luego de que Bakura se hubiese unido a la conversación.

Yugi no pudo evitar el escalofrío que le erizó la piel con violencia, se llevó una mano al brazo contrario para sobar la piel —el abuelo ha dejado el asunto en investigación, aunque dijo que quería tu ‘opinión profesional’ al respecto —le respondió, recordando la conversación de la mañana con su abuelo.

Escuchó a Ryou chasquear la lengua, poniendo una expresión como preocupada —bueno, aunque me intriga mucho, la cosa tendrá que esperar un poco, no creo que pueda ir a casa hasta dentro de unos meses.

Yugi se extrañó, si se trataba de algo que involucrara un viaje Ryou se alistaba de inmediato — ¿y eso? ¿Tienes algún compromiso, primo? —supuso. 

Notó que Ryou se mordió el labio inferior y llevó una de sus manos a la que Bakura tenía sobre su hombro, eso le hizo sospechar lo que su primo le diría —he decido acompañar a Bakura a por los cuatro gimnasios que le hacen falta —la sonrisa del albino tocó el corazón de Yugi. Le hizo sonreír aún más ver que Bakura se sonrojaba un poco y desviaba la mirada.

Los miró conmovido —Extrañabas viajar ¿no es cierto?

Ryou afirmó —Demasiado, desde que nos vimos tenía esa espina, quería viaja pero…

¿para que recorrer de nueva esta región sólo y sin una meta plantada? —dijeron a la vez.

—Créeme, comparto el sentimiento —Ryou también sonrió, no era raro la perfecta sincronía de los primos — ¿sabes? Yo también pensaba acompañar a Yami. 

La mirada de Ryou se tornó picara —te portas bien, eh.

Se sonrojó sin poder evitarlo —te digo lo mismo Ryou, no te me alborotes ¿eh? —quiso molestarlo, aprovechando que Bakura estaba ahí.

—Calla —le divirtió el sonrojo Ryou—ya en serio ¿estás bien luego de lo del Dusknoir? —podía sentir la preocupación de su primo.

Bajó la cabeza —siendo honesto, sentí mucho miedo —le miró directo a los ojos —deseé que estuvieras allí, para abrazarme como cuando éramos niños —se abrazó a sí mismo, cerrando los ojos con fuerza.

—Oh Yugi —a pesar de que no le gustaba preocupar a Ryou, mucho menos que se sintiera culpable, le reconfortaba un poco sentir lo importante que era su familiar.

—Pero… él estuvo ahí para mí —sonrió, frenando los recuerdos antes de que le abordaran las lágrimas.

Ryou suspiró —Recuérdame agradecerle a Yami.

— ¿Agradecerme qué? —Yugi se sobresaltó mucho al ir la voz de Yami acercándose a sus espaldas.

—Yugi me ha contado lo que ocurrió en la acampada con la actividad nocturna —Ryou agachó la cabeza a modo de respeto —te estoy infinitamente agradecido por haber protegido a mi primo —levantó el rostro para mirarlo seriamente —muchísimas gracias.

—No podía permitir que le pasara algo malo a mi novio — Yugi  se sonrojó violentamente cuando Yami apoyó el mentón sobre su cabeza.

Observó cómo tanto a Ryou como Bakura pareció dislocárseles la mandíbula ante lo dicho por el oji-vino — ¿no-novio? —repitió Ryou.

Yugi sentía las mejillas arder, dándose cuenta de que aún no se lo había dicho a su primo —T-te lo i-iba a decir a-antes de colgar ¡lo juro! —se llevó las manos al rostro, cubriéndose pues estaba sumamente rojo.

Una sonrisa enternecida que se dibujó en los labios de Yami ante la apenada respuesta de Yugi, misma que extrañó a Bakura — ¿Quién eres y qué has hecho con mi estúpido mejor amigo?

Yami bufó —Pegasus ya me ha dicho algo parecido, Fluffy —dijo, recordando su conversación anterior con el hombre que los había iniciado en su aventura pokemon.

Se escuchó en respuesta un gruño que sonó a “¡no me llames así, Rayitos!”

—Yugi —escuchó que le llamó Ryou por lo bajo, mientras los otros dos empezaban a lanzarse apodos tontos — ¿estás feliz?

— ¿Eh? —sonrió al entender la pregunta —sí, lo estoy y mucho.

—Si estuviera ahí te abrazaría —cuanto deseaba eso —felicidades a los dos… Ne, Yami. Cuídalo bien —Yugi se apenó —Yugi no solo es mi primo, es mi mejor amigo y es mi hermanito ¿entiendes la persona tan valiosa que te estoy entregando? Te lo confío —a pesar del sonrojo Yugi sonrió ampliamente, Ryou significaba lo mismo para él.

—Oh Ryou —musitó conmovido.

—Lo haré —declaró Yami serio —entonces ¿estás bien con esto? —resaltó lo último, abrazándole desde atrás.

El campeón de Jotho se encogió de hombros —mientras Yugi esté feliz por mi está bien. Bueno Yug, hablaremos después, ah y suerte con el resto de gimnasios que te faltan Yami.

—Gracias.

—Te deseo lo mismo Bakura, mucho ánimo —imitó Yugi —y cuida de Ryou por mí —añadió risueño.

—Desde luego, y gracias.

—Nos vemos Ryou —agitó una mano.

—Hasta pronto Yugi.

Luego de que ambos cortaran la llamada. Yugi se levantó de su silla, aun con los brazos de Yami a su alrededor — ¡regresemos arriba! —le sonrió.

— ¿Puedo saber de qué tanto hablaban? Miho que te habían llamado casi de inmediato luego de que yo me fui.

—Oh nos contamos todo lo que pasó en la Acampada y esas cosas —explicó.

—Hmn… quería saber ¿por qué el profesor quería que tu primo viniera por lo del Dusknoir?

Yugi sonrió —Bueno, es que Ryou, como campeón de Jotho, se especializa es pokemons tipo hielo y tipo fantasma —Yami abrió los ojos sorprendido — ¿qué pasa?

—Tú y tu primo son campeones regionales, su abuelo es una eminencia como investigador pokemon —enumeró — ¿algo más que quieras decirme? ¿Algún tío o prima que sea parte del alto mando? ¿un familiar líder de gimnasio?

—Jajajaja. No, prometo que no hay nada más interesante que contar —un pequeño gruñido sonó del estómago de Yugi —uh, hora de almorzar ¿Miho habrá pedido el almuerzo?

—Sí, el pedido ya llegó, por eso bajé también, a avisarte.

— ¡Genial, vamos a comer! —tomó la mano del oji-vino, para echar a correr escaleras arriba.                 

Continuará…

Notas finales:

Me ha costado un poquito terminar este cap pero finalmente aquí está. Ahora podremos retomar el viaje de nuestros aspirantes a la liga por su respectiva región con el acompañamiento de un par de angelitos.

¿Qué cosas ocurrirán en el transcurso de los 4 medallas que le faltan a cada uno? ¿Cómo le dará Ryou a Bakura las piedras noche? ¿Qué más personajes y aventuras encontraremos en el camino?

Bueno, si quieren averiguarlo, no se pierdan el sgt capitulo

Cap 17. Volvemos al Camino.      


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