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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

 

9. ¡La Verdad al Alcance de la Mano!

Esa noche, Bakura no había podido dormir bien. Estaba sentado en la cama y mirando por la ventana con la cabeza de Umbreon en su regazo, al cual acariciaba distraídamente.

─Es curioso, estoy algo emocionado por lo de mañana ─pensó en voz alta, mirando las nubes pasar por el cielo ─me pregunto si dormiremos al aire libre como acampada o dormiremos en habitaciones ─se llevó la mano libre tras la nuca ─sí resulta lo segundo seguro nos ponen a compartir habitaciones ─sonrió de lado ─podría compartir cuatro con Ryou ─miró la pared que separa su habitación con la del menor ─ ¿estarás ya dormido? Te veías tan lindo esta mañana, tumbado en la cama… me encantaría dormir a tu lado ─suspiró y se quedó mirando un poco más el cielo hasta que notó algo que pasaba por la ventana ─ ¿pero qué…? ─dejó a Umbreon en la cama y se levantó para acercarse a la ventana… “¿Ese es Ryou sobre Dragonair…?” le pareció ver al tierno albino volando con su tipo dragón en dirección a la reservación “¿Para qué va a esta hora?”  Tuvo el impulso de seguirlos pero, a la velocidad con la que volaba el tipo dragón, a lo que saliera de la casa ya los habría perdido de vista ─Ryou… ─susurró.

Suspiró y regresó a la cama, tumbándose con delicadeza en el lecho, cuidando de no aplastar a Umbreon; con una nueva exhalación se acomodó de costado y jaló las sabanas para cubrirse un poco a sí y a su pokemon.

-o-

A la mañana siguiente Bakura fue el primero en levantarse, era algo temprano y los rayos de sol apenas si se sentían tibios junto a la agradable brisa primaveral que corría. El albino se desperezó y corrió las cortinas para observar por la ventana, el pueblo se notaba activo.

Bajó con Umbreon a la primera planta con la esperanza de ver a Ryou pero el menor no daba señales de haber salido de su habitación, más allá del hecho de que el desayuno ya estaba preparado y listo para calentar.

─Glaaaace ─la tipo hielo bajo a saltos por las escaleras.

─Oh, buenos días Glaceon ─saludó ─ ¿Y Ryou?

─Glacee glace ─la tipo hielo señaló con su pata delantera derecha hacia arriba, señalando que Ryou seguía en su cuarto, luego salto a la barra de la cocina y abrió con su cola una alacena donde había comida pokemon.

Bakura se encargó de servirles comida a ambas Eevee-evoluciones y poner a calentar el desayuno antes de subir a la habitación de Ryou. Entró en silencio, encontrándose con el de ojos tiernos muy acomodado y dormido. Bakura pensó que se veía muy tierno con su cabello algo revuelto y su boquita entreabierta.
Se acercó a sentarse al borde de la cama, llevó una mano al rostro del menor para acariciarlo superficialmente.

─Ryou ─lo llamó por lo bajo, deslizando la yema de sus dedos cerca de los labios del aludido.

En una respuesta inconsciente, Ryou se humedeció los labios y se revolvió un poco pero no dio señas de despertar.

Bakura se pensó un poco su siguiente acción pero, como acostumbraba, no le dio muchas vueltas a eso y actuó siguiendo sus impulsos.

Así que, impulsivamente, juntó sus labios con los de Ryou.

Eran suaves y tiernos, los rozó delicadamente, acariciándolos con los propios mientras se embriagaba con el dulce sabor de su boca; Bakura sintió un leve calor que recorría su cuerpo y como la piel se le erizaba apenas, todo eso se sentía muy bien… pero apenas sintió a Ryou moverse un poco más se apartó de golpe. 

Ryou puso la cara contra la almohada y bostezó, luego se puso bocarriba, se frotó un ojo y descubrió sus bellas orbes color chocolate.

─Jeje, buenos días dormilón ─saludó Bakura en burla.

─Eh… Bakura ─musitó Ryou, adormilado ─ah, buenos días ─ahogó un nuevo bostezo.

─ ¿La cama está muy buena hoy? ─se burló el mayor.

─Jejeje, lo siento, anoche me dormí algo tarde, no podía conciliar el sueño ─se excusó. Bakura frunció el ceño, recordando lo que había visto la noche pasada ─ ¿sucede algo? ─preguntó el menor al ver el cambio en su tez.

─Etto… ¿sabes a qué hora hay que ir al laboratorio para lo de la acampada? ─consultó.

Ryou miró a su mesita de noche, en el reloj-despertador se marcaba la hora con números rojos ─ya se deben estar reuniendo los entrenadores en el laboratorio ─dijo como si nada y se relamió los labios ─no te preocupes, con Dragonair los alcanzaremos en el lugar de la acampada ─dijo con tranquilidad.

─Entonces bajemos, ya eh calentado el desayuno ─dijo el mayor.

Ryou se ruborizó ─disculpa las molestias ─se disculpó, pasando su lengua por sus labios.

Bakura calló en cuenta de que Ryou se estaba relamiendo bastante los labios, seguramente por su beso así que se puso algo nervioso ─Al contrario, soy yo el que está ocupando tu casa.

Ryou hizo un pequeño puchero ─eso no es molestia, me gusta que estés en casa ─dijo ─me agrada tu compañía ─añadió algo apenado.

Bakura ladeó un poco la cabeza, sintiendo sus mejillas tibias ─gracias Ryou… me agrada estar contigo ─susurró de vuelta. Ambos se quedaron un momento en silencio ─anda, vamos a desayunar ─hizo amago de levantarse pero Ryou lo detuvo, sujetándolo por la playera ─ ¿Ryou…? ¡! ─el menor se lanzó a abrazarlo, hundiendo la cara en el torso del contrario.

─Me hace muy feliz oír eso ─susurró, levantando el rostro para besarlo en la mejilla antes de levantarse de la cama con rapidez e ir a prisa a la primera planta a desayunar.

Bakura se quedó un minuto en la cama, con una mano en su mejilla sobre la zona del beso. El corazón le latía rápido y el rostro lo sentía acalorado. Respiró profundamente antes de seguir al tierno angelito con la capacidad de ponerlo nervioso.

Desayunaron en relativa tranquilidad pero aprisa, se cambiaron con las mismas y tomaron sus cosas. Salieron de la casa y Ryou soltó un silbido y en unos instantes Dragonair ya estaba junto a ellos, los dos albinos lo montaron junto a sus Eevee-evoluciones y voló directo a la vieja escuela cerca de las Cataratas Tojho. Bakura iba disfrutando de los paisajes aledaños al pueblo mientras la mente de Ryou estaba hecha un lío por lo que había hecho en su habitación.

Dragonair aterrizó cerca de la vieja escuela cuando los autobuses que llevaban a los entrenadores desde el laboratorio aún estaban casi a diez minutos de distancia. El lugar se veía incluso más arreglado que la noche antepasada, en la que había ido con Articuno.
Por su parte, Bakura se sorprendió: el lugar era más grande de lo que había pensado y parecía agradable. Incluso allí podía sentir la brisa marina y escuchaba ligeramente el chocar de las olas a lo lejos.

Ryou sostuvo a Glaceon en brazos, ladeó el rosto y soltó un pequeño bostezo, aún tenía ganas de estar tumbado cómodamente en su suave y cálida cama.

─Buen día joven Ryou ─lo saludó uno de los pocos científicos del laboratorio que ya estaban presentes a la espera de los entrenadores que llegarían.

─Buen día señor Tachibana ─saludó de regreso el menor.

─El profesor dijo que posiblemente llegarías temprano, los demás no deben tardar ─dijo el científico, de pelo azul oscuro, corto y vistiendo una bata larga ─ ¿Quieres adelantarte y escoger tu habitación? ─señaló al conjunto de casetas en ‘L’ que estaba pasando las canchas.

─Por supuesto, vamos ─Glaceon se le acomodó en el hombro y Ryou tomó la muñeca de Bakura para seguir al científico.

─Tenemos un total de 60 asistentes así que tendrán que compartir habitación de a dos ─informó el hombre y Bakura casi saltó de alegría al entrar en el pasillo de las habitaciones ─ ¿quieren esperar al resto o…?

Ryou sonrió ─No, Bakura será mi compañero ─afirmó de inmediato, luego se apenó un poco y volteó a verlo ─digo, si estás de acuerdo con eso ─le miró desde abajo con las cejas arqueadas.

─Por supuesto ─afirmó el mayor, encogiéndose de hombros. Espero a que el hombre se volteara para inclinarse al lado de Ryou y susurrarle al oído ─no hay nadie más con quien yo quisiera dormir ─le dijo en un tono bajo, sensual y con todo el doble sentido que pudo transmitirle.

Ryou se sonrojó y caminó junto a Bakura tras el científico para escoger la habitación. Tomaron una de las primeras y entraron a dejar sus mochilas y pertenencias, el lugar era agradable, no demasiado grande pero tenía un toque acogedor y dos camas-literas -Ryou pensó que seguramente se preparaban para siguientes años en que la acampada ganara popularidad- Ryou dejó sus cosas en el colchón de arriba de la cama derecha y se tumbó en la de abajo mientras que Bakura tomó la izquierda.

─Vamos fuera, todos deben estar por llegar ─dijo Ryou, tumbado en su cama, con Glaceon sobre su pecho.

─ ¿Me lo dices que tú que estás tumbado? ─dijo burlón el otro, parándose junto a él de brazos cruzados y una ceja arqueada.

Ryou se levantó y le sacó la lengua, acunó a Glaceon en sus brazos y tomó rumbo de regreso al patio, seguido de Bakura.

Salieron justo cuando los autobuses dejaban salir a toda clase de jóvenes entrenadores, algunos junto a sus pokemon, al igual que al Profesor Hopkins junto a Rebecca y el resto de científicos y trabajadores del laboratorio.

─Vaya, y yo que pensé que se habían quedado dormidos ─se burló Rebecca al llegar junto a los albinos. Ese día llevaba un sencillo vestido salmón claro bajo un chal blanco y unas botas a cinco centímetros por encima del tobillo del mismo color.

─Buenos días para ti también, Rebecca ─saludaron al unísono.

Rebecca y Bakura intercambiaron unas cuantas palabras más, sin embargo Ryou comenzó a sentirse incomodo, notaba las miradas curiosas, intrigadas y/o incrédulas que la mayoría de los entrenadores le dedicaban… “Si esto sigue así las cosas podrían acabar muuuuy mal” pensó decaído.

Entre varios hombres trajeron tres tableros junto a un podio que había en el patio, en el que se subió el científico que había recibido a los albinos ─ ¡Pongan atención! ─dijo levantando los brazos ─acérquense todos para saber cuál es su equipo ─señaló a los tableros.

─Vamos a ver ─dijo Bakura.

─Amm ¿y si esperamos un poco a que se disperse la gente? ─propuso Ryou, no le apetecía estar demasiado cerca de toda aquella multitud por el momento.

─Claro ─afirmó Rebecca compresiva.

Esperaron dos minutos o así a que la gente se ubicara y se separara en tres grupos para acercarse y buscar su nombre en la lista.

─Estoy en el equipo azul ─declaró Ryou.

─Oye, yo también ─se señaló Rebecca.

─Estamos los tres ─afirmó Bakura.

Las personas se fueron ajuntando entre sí según los equipos que eran: rojo, azul y verde. Ryou, Bakura y Rebecca se mantuvieron un poco apartados de los demás, al frente de su grupo a la espera que el profesor Hopkins subiera a dar el discurso de bienvenida.

─Así como existen diferentes clases de pokemons en diferentes partes del mundo, existen diferentes clases de entrenadores con sus ideales y metas. Ustedes, jóvenes de distintas edades y raíces, se han reunido hoy aquí para una semana de aprendizaje, diversión y emoción. El destino los ha traído y reunido, aquí trabajarán y conocerán a sus compañeros y a sus pokemon en sus clases.

─ ¿Quién habló sobre tomar clases? ─se quejó Bakura en voz baja, haciendo reír a sus dos acompañantes.

─Así que, conózcanse esta semana y mientras tanto ¡diviértanse! ─muchos aplaudieron ante las palabras del profesor.

Tachibana dio un paso al frente junto al Arthur ─Creo que este es el momento ideal para que los pokemons se presenten ante todos ─luego se miró con el profesor ─y la mejor forma es…

El profesor cerró los ojos y elevó el mentón con aire de sabiduría ─una batalla pokemon ─concluyó, llevándose los brazos tras la espalda.

Hubo un animado coro de ‘¡Sí!’ por parte de todos los entrenadores. Muchos dieron un paso adelante con pokeballs en manos, Bakura entre ellos.

─Un momento, por favor ─los detuvo el peli-azul, ahora junto a una mujer -también científica a juzgar por la bata que vestía- de corto pelo magenta, lizo y lentes quien traía una caja de pokeballs en manos ─todos ustedes deberán usar estas pokeballs ─muchos se acercaron ─solo una pokeball por estudiante.

─Entiendo, así que estaremos con pokemons nuevos que nos toquen por el sorteo ─dijo Rebecca.

Bakura fue el primero de los tres en acercarse a la caja ─bien, veamos.

─Oye, no sabes que las damas vamos primero ─se quejó Rebecca de broma, acercándose a tomar una ball.

─Oh vamos, tranquilos los dos ─Ryou se rió y se inclinó a coger una ball que Glaceon le señaló.

─ ¿Qué dices Ryou? Me concedes una batalla ─pidió Bakura. Ryou lo miró sorprendido.

Rebecca ahogó unas risillas ─parece que le estuvieras pidiendo salir a bailar ─se burló ella.

─ ¡Becca! ─regañó Ryou ─de acuerdo Bakura, acepto tu reto ─le sonrió decidido. Ambos se miraron con determinación.

─Ese es el espíritu ─dijo de la nada el profesor, acercándose a ambos, ambos albinos lo miraron ─pero mañana empezarán los combates, lo que hoy toca es conocer y sociabilizar con los pokemons que escogieron.

─Entonces ¡sal ya! ─mandó Ryou, lanzando con elegancia la ball hacia arriba.

─Caaaaast ─un pequeño pokemon flotante con apariencia de fantasma salió de la ball de Ryou, sus ojos y su mechón caído delataba una actitud tímida y retraída.

─ ¿Qué pokemon es ese? ─Bakura sacó su pokedex.

Castform, el pokemon del clima: Castform puede transformar su apariencia dependiendo del clima, usa el poder de la naturaleza para transformarse y así poder proteger su pequeño cuerpo. Sus células son muy sensibles a los cambios de temperatura y humedad, por lo que se adapta sin problema.

─Hola Castform, me llamo Ryou, espero que nos llevemos bien ─Ryou acercó su mano al que sería su compañero temporal pero este se encogió en su lugar, retirándose sutilmente del tacto de Ryou ─oh vaya, parece que tenemos un pequeño Squirtle metido en su caparazón ─se miró con Glaceon ─no te preocupes, verás que seremos grandes amigos ─le sonrió dulcemente.

─Es mi turno ¡yo te elijo! ─Bakura lanzó su pokeball.

─Gliiiii.

─Vaya, es un Gligar ─dijo Ryou.

─Así que un Gligar…

Gligar, el escorpión volador y forma pre-evolucionada de Gliscor. Gligar tiene alas como capas para planear de un árbol a otro rápida y silenciosamente. Este Pokémon agarra a su rival con las patas traseras, con forma de garra, y las pinzas de las delanteras, inyectándole veneno por el aguijón de su cola.

Bakura se hincó en una rodilla junto a Gligar ─me llamo Bakura, gusto en conocerte ─saludó, igual que Umbreron.

─Gliiiis ─el pokemon tierra/volador solo desvió la cabeza sin interés.

─Jajajaja, parece que no agradaste lo que se dice mucho ─se burló Rebecca.

─Oh Calla ─bufó.

─Ahora voy yo ¡Adelante! ─mandó Rebecca.

─Teddi ─un pequeño y adorable Teddiursa fue quien apareció. La mayoría de los chicos hicieron expresiones de burla ante el pequeño pokemon, Teddiursa pareció deprimirse por ello.

─Owww, pero si eres una cosita adorable ─chilló la rubia, tomando al pokemon en brazos y rozando cariñosamente sus mejillas juntas ─ya verás que tú y yo nos divertiremos mucho juntos.

─ ¿Teddi? ¡Ursaaa! ─a Teddiursa pareció gustarle el trato de la pequeña blonda y respondió cariñosamente al abrazo y los mimos que ella le ofreció.

─Vaya enana con suerte ─se quejaron ambos albinos por lo bajo, luego se miraron entre si y soltaron unas risillas.

Ryou se percató de que un grupo de chicos intentó acercársele justo antes de que el profesor Hopkins retomara la palabra, justo al sonar de una campana.

─Se terminó la primera hora, en las batallas de mañana yo juzgaré la amistad con su pokemon y les otorgaré puntos por eso ─instruyó, antes de caminar junto a algunos de sus colegas hacia el interior del lugar.

─ ¿Puntos? ─repitió Bakura, como algunos otros, extrañado.

Rebecca fue quien se tomó el detalle de responder ─el abuelo otorgará puntos al final de cada sección ─dijo ─el día final suma el número total de puntos para cada equipo y se decide quién es el ganador.

─ ¡Súper! Eso significa que el gran equipo azul va a ganar ─declaró muy seguro, empuñando una mano.

─ ¡Claro! Siempre y cuando no nos quites tiempo ─se burló Rebecca.

─Eso ya lo veremos ─gruñó de regreso.

─ ¿Qué hago yo con ustedes dos? ─se quejó Ryou, llevándose una palma a la mano al ver la actitud de ambos. Castform flotó un poco más cerca de Ryou.

Tachibana reunió al equipo azul y los llevó a uno de los salones con escritorios, como si fuera una clase de escuela normal mientras que dos de sus compañeros hacían lo mismo con los otros dos grupos.

─Mientras pasamos a la segunda hora quiero que todos trabajen en hacerse amigo de su nuevo pokemon ¿de acuerdo?

─ ¡Sí! ─corearon todos en la clase.

Ryou se había sentado al frente de la clase, junto a la ventana, por lo que estaba convenientemente cercado por sus amigos: Rebecca a su derecha y Bakura detrás.

─Teddiursa ¿te gustaría que cepillara tu pelaje? ─ofreció Rebecca con un cepillo mediano de madera en manos.

─ ¡Teddi Teddi! ─el pokemon osito levantó feliz ambos brazos, enseñando su gusto por aquella idea así que le dio la espalda a la rubia, sentado en la mesa de su escritorio y cerró los ojos, gustoso.

─Vas a volverlo un consentido ─le susurró Bakura, buscando molestarla un poco, pero la rubia simplemente lo ignoró.

─Creo que te vez muy genial así ─le decía Ryou a su Castform que, gracias al frio aliento de Glaceon, había tomado su forma nieve por lo que su cabeza era ahora de color violeta y unas, especie de nubes gris-azuladas, se arremolinaban a su alrededor ─ ¿Te gustaría probar mi comida pokemon especial para los tipo hielo? ─Ryou le dio un par de croquetas a Glaceon y le ofreció otras dos a Castform quien, dudó un poco en acercarse, pero finalmente comió de la mano de Ryou.

─Es increíble la facilidad con la que se los gana ─murmuró para sí, viendo la dulce sonrisa que le regalaba Ryou a Castform ─Oye Gligar ─entusiasmado por el avance de sus amigos, Bakura quiso tratar de llevarse bien con su Gligar pero al darse la vuelta encontró que se estaba gruñendo cara a cara con un Golbat.

─Golbat, te dije que te calmarás ─regañó el dueño del pokemon murciélago.

─Oye, basta ¿qué están haciendo? ─Bakura corrió a sujetar a su Gliscor, igual que el otro chico a su Golbat, pero ambos se mostraban dispuestos a pelear.

─Muy bien, Teddiursa veamos que ataques puedes hacer ─dijo Rebecca, sacando una pokedex rosa.

Ojitos Tiernos, Cuchillada, Multiplicación*, Garra Umbría y Tajo Cruzado.

─Así que sabes multiplicarte ─murmuró la rubia ─tienes un increíble set de movimientos Teddi, estoy emocionada porque empiecen los combates ─le sonrió, abrazandolo.

─ ¡Teddi dii!

─Ah ver Gligar ¿Cuáles son tus movimientos? ─Gligar desvió la cabeza cuando Bakura lo apunto con su pokedex.

Tijera X, Acrobata, Chirrido, Tierra Viva y Ataque Arena.

─ ¿Te parece si practicamos tu Nieve Polvo? ─propuso Ryou.

─Caaaaast Caaast ─negó de inmediato el pokemon del clima.

─Eh ¿Cuál es el problema? Anda inténtalo ─Ryou señaló la cola de Glaceon, la cual tenía levantada en alto para recibir el movimiento.

─Caaaast ─el pokemon flotante se veía indeciso pero decidió obedecer a su maestro temporal y cerró los ojos, expulsando un vaho frio con algo de nerviosismo. Sin embargo, al abrir los ojos descubrió que no había atinado a la cola de Glaceon, sino que había esparcido una capa de escarcha en el flequillo de Ryou ─Casttt caaas cast ─Castform intentó disculparse por lo que había hecho pero se sorprendió cuando solo escuchó las risas de Ryou.

─Está bien, calma ─expresó tranquilo, sacudiendo como si nada su cabello ─eso estuvo bien, pero recuerda, cuando usas un movimiento con un espectro tan amplio como Nieve Polvo debes mantener los ojos abiertos ─le acarició con el dedo índice la cabeza ─así tendrás control de hacia dónde se dirige ─explicó ─anda, inténtalo una vez más ─volvió a señalar la cola de Glaceon.

Castform tenía una expresión entre apenado e indeciso pero frunció el ceño y se concentró en lanzar el ataque.

─Los ojos abiertos ─le recordó, en cuanto le notó la intención. Esta vez Castform mantuvo los ojos abierto y le atinó a Glaceon, la que recibió el ataque como una simple brisa primaveral.

─Escucha Glisgar, ahora practicaremos tus ataques ─dijo Bakura, tratando de ser paciente y amable… Pero a Gligar simplemente no le convencía así que lo miró y con sus pinzas le arrojó un Ataque Arena ─ ¡Oye! ─regañó. Gligar saltó sobre algunas mesas y luego planeó hasta sujetarse de la pizarra al frente del salón. Bakura y Umbreon iban tras él, tratando de alcanzarle.

─Bakura ten cuidado ─le dijo Ryou.

Gligar se aferró con su cola y le lanzó un Tijera X a Bakura pero este se agachó y el ataque golpeó a Rebecca y Teddiursa.

─ ¡Óyeme tu! ─gruñó la rubia, despeinada y con una clara molestía.

─ayyy… es que… no estabas prestando atención ─dijo Bakura desvió la mirada, llevándose las manos tras la nuca y torciendo el gesto.

─ ¡¿Ah sí?! ─Rebecca se levantó aún más molesta, pero el señor Tachibana se paró entre medio de ambos e hizo sonar un silbato.

A Ryou le bajó una gota por la sien. Como amonestación a Rebecca y Bakura los pusieron a correr diez vueltas por la cancha mientras al resto de los entrenadores los conducían a la cafetería para almorzar.

Los castigados regresaron a sus compañeros temporales a su respectiva pokeball y Umbreon decidió quedarse junto a Ryou y Glaceon en lo que Bakura corría por la cancha con la blonda.

─Aun no entiendo por qué tengo que estar corriendo aquí contigo ─se quejó Bakura.

─Pues porque iniciaste la pelea, torpe ─le recordó la rubia.

─ ¡No fue mi culpa! ─insistió el albino mayor.

─A partir de ahora, ese Gligar y todo lo que haga, es responsabilidad tuya, torpe decolorado ─le regañó.

─No me digas torpe, enana oxigenada ─le regresó.

Rebecca resopló, se estaba cansando de correr ─Escucha, se supone que estas aquí aprender a relacionarte con los pokemon y aprender de sus diferentes características ─le dijo ella ─si no estás dispuesto a salir de tu ‘zona de confort’ con respecto a los pokemons que tratas ¿qué sentido tiene que hayas entrado a la acampada? ─le dijo la verdad en la cara. Bakura se hizo un poco para atrás ante la energía que la chica había puesto en su regaño. Incluso habían bajado el ritmo de su trote ambos ─a Ryou no le gustan las personas así, tan cerradas de mente ─la rubia jugó su última carta, involucrado a Ryou en su regaño. Si esto hacía reaccionar a Bakura se daría cuenta si realmente le interesaba el tierno oji-castaño y… bueno, jugar a la celestina podría ser divertido.

Bakura bajó la cabeza sin dejar de correr, ocultando sus ojos bajo su flequillo, todo lo que había dicho Rebecca le martilleaba la cabeza, y es que era la verdad… pero sobre todo lo último le había llegado justo al corazón “A Ryou no le gustan las personas así” sabía que ella tenía razón, Ryou amaba a los pokemons, fueran de los tipos que acostumbraba entrenar o no y estaba muy emocionado con esto de la acampada… si Rebecca no le hubiera hablado así en ese momento, seguramente Ryou se lo habría dicho después, y no de la mejor manera.

Rebecca pareció satisfecha con su discurso y resultado así que se quedó callada de igual manera…

…Hasta que el gruñido de ambos estómagos irrumpió en el forzado silencio que se había creado.

─Quiero algo de comer ─suspiró Bakura, si no lo hubieran puesto a correr ahora estaría sentado al lado de su dulce Ryou, comiendo tranquilo.

─ ¿Por qué no comes algo y cierras tu boquita? ─se quejó Rebecca, ladeando el rostro.

Ambos se apresuraron a terminar sus vueltas por el patio.

Por mientras Ryou estaba con los pokemons en la cafetería, había apartado dos platos para sus amigos y tomado comida pokemon para todos sus acompañantes y ahora miraba divertido por la ventana a los dos que corrían por el patio mientras comía su arroz con curry en total calma.

Calma que parecía no querer durar mucho.

Un grupo de entrenadores, todos chicos se acercaron a la mesa que el albino ocupaba en solitario. Glaceon se puso alerta.

Ryou estaba tomando de su vaso de jugo cuando ellos lo abordaron.

─Disculpe ─se atrevió a decir uno, de pelo negro algo largo y recogido en una coleta alta, tenía brillantes ojos esmeralda, un arete con un dado y vestía un chaleco rojo. Venía con un Houndoom.

Ryou se puso serio ─ ¿Sí? ¿Sucede algo? ─consultó con amabilidad.

El pelinegro se miró con los demás entrenadores que lo acompañaban ─queríamos preguntar… ─inició dudoso. Ryou barrió sus ojos sobre todos, intuyendo lo que se venía ─ ¿tu eres… Ryou Motou, el camp~? ─el pelinegro fue interrumpido por la, nada delicada entrada de Bakura y Rebecca, quienes se dejaron caer en el suelo, muertos de cansancio y hambre.

─Estoy cansada y tengo hambre ─se quejó la rubia.

─ ¿Nos guardaron algo? ─preguntó Bakura, respirando agitado.

─Ah, perdón… ya no hay ─dijo Ryou, con una tierna carita de apenado.

─ ¡¿Ahhh?! ─chillaron los dos, bajando la cabeza.

─Jajaja, los engañé ─le sonrió, sacándoles la lengua  mientras Umbreon levantaba una tapa que cubría los platos de ambos.

Con estrellas por ojos, ambos se lanzaron a la mesa a comer, ganándose las risas de Ryou.

─Uh ¿pasa algo? ─preguntó Rebecca, notando la gente que se arremolinaba cerca de su mesa.

─Es que, nosotros… ─intentó hablar el de ojos verdes.

─Si me disculpan ─Ryou se paró de improvisto, ya habiendo terminado de comer ─iré a por algo en mi habitación. Bakura, Becca, los veo en un rato ─les guiñó un ojo y se dirigió a la salida, seguido de Glaceon y Castform.

El muchacho del Houndoom se le quedó viendo hasta que se fue. Los chicos que lo acompañaban se empezaron a dispersar.

─ ¿Puedo ayudarte? ─le preguntó Rebecca, una vez su estómago hubiese recibido un par de bocados.

─Yo solo… ─se lo pensó un poco ─quería… ¿puedo sentarme con ustedes?  ─preguntó con una sonrisa apenada.

─Claro que puedes, anda ─señaló la silla que antes ocupase Ryou ─aquí todos somos amigos ─sonrió.

─ ¿Aunque esté en el equipo rojo? ─consulto.

─Por supuesto que sí, el hecho de que haya cierta competencia amistosa no quiere decir que nos volvamos rivales ─dijo con sabiduría ─aquí todos vinimos a divertirnos y a aprender con los pokemons.

─Tienes razón… por cierto, me llamo Duke Devlin.

─Yo soy Bakura Thief ─se presentó el albino mayor, luego de casi atragantarse un poco con la comida.

─Y yo Rebecca Hopkins.

Duke chasqueó los dedos de la mano derecha y la señaló con el índice ─la nieta del profesor Hopkins ¿cierto?

─La misma que canta y baila ─aceptó.

─Genial, debes de ser una gran entrenadora ¿te gustaría combatir conmigo mañana?

─Ya lo tienes ─le guiñó un ojo en respuesta.

─Por favor, no coqueteen mientras como, vomitaré ─se burló Bakura.

─Cállate tonto ─lo regañó la rubia algo colorada. Duke también se sonrojó, algo incómodo por la insinuación.

-°-°-

Ryou salió corriendo hacia la habitación que compartía con Bakura y se tumbó en la cama. Glaceon se sentó junto a él pero Castform, que no entendía del todo la situación, revoloteó alrededor de la cabeza de su maestro temporal, preocupado por él.

─No creo que pueda continuar con esto por mucho tiempo más ─murmuró Ryou, recostando la espalda contra la pared y haciéndose bolita ─creo que lo mejor sería que se lo dijera yo a Bakura, antes de que se entere por alguien más… que soy el campeón de la liga de Jotho ─decidió.

Castform se quedó sorprendido de que su nuevo maestro fuera un entrenador de tal calibre, además del cariño, el apoyo y la paciencia que le había brindado desde el primer momento, dado que él no era precisamente un pokemon fuerte y sintió incluso más cariño y más empatía de la que ya le tenía. Glaceon acarició la cabeza de Ryou con cariño y confort, logrando que levantara el rostro de entre las rodillas; entonces Castform se puso junto a él y se frotó contra su mejilla dulcemente diciéndole, a su modo, que todo estaría bien y dándole las gracias por ser como era con él.

Ryou, que apenas si entendió a rasgos generales lo que el pokemon del clima quiso transmitirle, agitó un poco la cabeza para aclararse y sonrió ─gracias a los dos por consolarme ─bajó las rodillas y abrió los brazos, recibiéndolos a ambos en un cálido y dulce abrazo ─gracias.

-o-En Sinnoh.

─Te dije que esta era una gran idea ─rió Yugi.

─Sí, como digas ─respondió Yami, frenando a Arcanine para bajarse de él y observar el lugar.

─Wow, ha pasado mucho tiempo ─Yugi aceptó que Yami le tendiera las manos para ayudarlo a bajar de Luxray ─ ¿recuerdan cuando veníamos a jugar aquí con Ryou. Luxray, Espeon? ─le acarició la melena al tipo eléctrico.

─ ¡Luuuuux/Eooooon! ─afirmaron las dos aludidas.

Caminaron un poco por aquel viejo instituto, Yugi saludaba a unos cuantos trabajadores del laboratorio. No mucho después los autobuses con los entrenadores.

─ ¡Miho! ¡Buenos días! ─saludó Yugi al verla bajar del primer autobús junto a su abuelo.

─Buenos días Yugi, Yami ─la chica corrió hacia a los tricolores junto a su Spinda. Yami le regresó el saludo ─vamos, el profesor dará la bienvenida.

─El mundo es muy grande y así como hay diferentes costumbres, ideales y métodos de entrenamiento, hay muy diferentes clases de entrenadores y pokemons; todos conviven bajo el mismo cielo, luchando a su propia manera para alcanzar sus sueños. Ustedes, jóvenes de distintas edades y orígenes, se han reunido hoy aquí en busca de una semana de aprendizaje, diversión y emoción. El destino los ha traído y reunido, aquí trabajarán y conocerán a sus compañeros y a sus pokemon en sus clases... Y todo esto para decirles ¡Bienvenidos sean todos a la primera Acampada de Entrenadores de Sinnoh! ─dijo levantado los brazos con ánimo y una cálida sonrisa.

Muchos de los presentes vitorearon ante sus palabras, Yugi y Miho entre ellos.

─ ¡Pongan todos su atención por aquí! ─dijo uno de los trabajadores del laboratorio, levantando los brazos ─acérquense para saber en qué equipo quedaron ─señaló a unos tableros.

─Vamos a ver ─dijo Miho.

─ ¡Sí, vamos! ─afirmó Yugi.

Yami simplemente los siguió, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

─Estoy en el equipo Rojo ─declaró Miho.

─Oye, yo igual ─se señaló Yugi.

─Estamos los tres juntos ─afirmó Yami, agradeciendo a sus adentros haber quedado junto con Yugi.

─Estoy en el equipo azul ¡definitivamente vamos a ganar! ─dijo animadamente una chica castaña de pelo corto y ojos azules, alta y de piel clara vestida con un short fucsia y una blusa strapless amarilla bajo una chaqueta rosa, una medias largas negras y sandalias rojas; iba acompañada de una Kirlia. Yami pensó que era algo alborotosa, Yugi no le prestó atención pero Miho se enamoró de su estilo. 

─Cuenta con eso ─la secundo un muchacho también castaño de ojos cafés, piel morena vestido con una camisa marrón abierta sobre una playera blanca, jeans y tenis negros; tenía un Monferno en hombros.

Ambos castaños chocaron palmas.

─Creo que este es el momento ideal para que todos se presenten ante ─luego se miró con el profesor ─y la mejor forma entre entrenadores siempre es…

─ ¡Una batalla pokemon! ─celebraron muchos, levantando las manos empuñadas.

─Esto ya empieza a sonar mejor ─dijo Yami.

─Un momento, por favor ─los detuvo Solomon, un par de hombre se acercaron con cajas de pokeballs en manos ─todos ustedes deberán elegir una de estas pokeballs ─muchos se acercaron ─solo una pokeball por estudiante.

─Entiendo la idea, tendremos que utilzar pokemons nuevos que nos toquen al azar ─dijo Yugi.

Yami resopló por lo bajo pero fue el primer de los tres en acercarse a la caja ─entonces... a ver ─tomó una pokeball pero otra persona la sostuvo al mismo tiempo.

─Oye ¿acaso no sabes que las mujeres van primero? ─se quejó la castaña de antes, sosteniendo con fuerza la pokeball. Más luego se sorprendió un poco al ver los fieros ojos rojos que la miraron sin decir una sola palabra.

─ ¡Vamos, vamos, tranquillos! ─Yugi se apresuró a intervenir ─hay pokeballs para todos ─la castaña también lo miró, igual de sorprendida por su aspecto. El muchacho castaño de antes también se acercó.

─Tu… ─susurró la de ojos azules.

─Tsk, olvídalo ─Yami soltó voluntariamente la pokeball al ver a Yugi a su lado, cediéndosela a la castaña quien, por está viendo a Yugi se distrajo e hizo para atrás al perder la sujeción de Yami en la ball, echó una ojeada y tomó otra pokeball que le señaló Jolteon.

─ ¿Qué dices Espeon? ─Yugi miró a su compañera la cual hizo tambalear una pokeball con su fuerza psíquica. Yugi la tomó.

La peli-azul también se acercó ─Miho tomará esta ─dijo con ánimo, tomando una ball con dos manos.

─Me llamo Tea ─se presentó finalmente la castaña, parándose erguida.

─Mucho gusto Tea, yo soy Miho ─sonrió animada la peli-azul, yendo a abrazar a la castaña a modo de saludo. Se notaba que entraba en confianza rápido ─espero que seamos muy buenas amigas.

─Hola, me llamo Yugi ─se señaló el oji-amatista ─y él es Yami ─el tricolor mayor solo levantó vagamente una mano.

─Yo soy Tristán ─se presentó también el más alto, tomando una pokeball también.

Tea se quedó examinando un poco más a Yugi, cosa que Yami  notó y que no le agradó mucho, sin embargo los ojos azules se desviaron rápidamente hacia su persona ─así que Yami… oye ¿ya tienes compañero de habitación? ─consultó con una sonrisa de lado, llevándose las manos a la cintura.

─ ¿Qué? ─musitó.

─Vamos a compartir habitación de a dos entrenadores ─explicó Miho, mirando a Tea como queriendo preguntarle algo.

Yugi se dio cuenta de lo que pretendían las dos chicas de inmediato ─ ¡Sí!... ─los tres lo miraron ─Yami y yo compartiremos cuarto ─algo apenado miró a los ojos rojos ─ ¿cierto? ─rezaba porque Yami dijera que sí… realmente no quería que la tal Tea le pidiera compartir habitación.

Yami se sorprendió un poco por esa espontaneidad del menor ─Sí Yugi ─con confianza, pasó un brazo por sobre los hombros de Yugi, atrayéndolo más cerca.

Miho sonrió ─Tea ¿te gustaría ser mi compañera de cuarto? ─pidió la chica, tomando el brazo de la castaña.

─Mhhh, sí ¿por qué no? ─Miho celebró y Yugi suspiró disimuladamente.

─Entonces vamos a ver qué pokemons nos tocó ¡Yo te elijo! ─mandó Yugi, lanzando suavemente la ball hacia arriba.

─Venoooo ─un pokemon morado con apariencia de polilla salió de la ball de Yugi.

─ ¿Qué pokemon es ese? ─Yami sacó su pokedex.

Venomoth, el pokemon Polilla Venenosa y forma evolucionada de Venonat. Pequeñas escamas en sus alas dispersan esporas cuando este aletea.

─Hola Venomoth, soy Yugi, espero que nos llevemos bien.

─Veeeeenomot ─el pokemon polilla revoloteó alrededor de Yugi.

─Es mi turno ¡Adelante! ─Yami lanzó su pokeball.

─Crooooo.

─Wow, te tocó un Crobat ─dijo Yami.

─Así que Crobat…

Crobat, el pokemon murciélago y forma evolucionada de Golbat. Con sus dos alas adicionales, Crobat puede volar mucho más rápido que Golbat. Crobat se acerca hasta su posible presa usando las alas casi sin hacer ruido. La forma de descansar que tiene es colgarse de la rama de un árbol por las patas traseras, que también son alas.

─Hola, espero que trabajemos bien juntos ─Crobat revoloteó un poco por la cabeza de Yami y luego se posó en su hombro

─Son muy buenos pokemons ─dijo Tea ─ ¡Allá vamos! ─lanzó la ball, de la que salió un pokemon pájaro con apariencia de loro.

─ ¿Qué eres? ─Tea sacó una pokedex rosa.

Chatot, el Pokémon corchea. Copia los sonidos que escucha, y los transforma en su propia melodía. También oye las palabras y luego las imita.

─Wow, jamás había visto un Chatot antes ─Miho se inclinó junto al pokemon Corchea ─eres muy lindo.

─ ¿Lo crees? ─Tea se cruzó de brazos, mirando a su pokemon temporal. El Chatot empezó a cantar una canción, moviendo su cola en forma de metrónomo, a lo que la Kirlia de Tea comenzó a bailar, haciendo sonreír a la castaña ─pues no está nada mal ─estiro un brazo para que su acompañante volador se posara en el mismo.

─De la que me salvé ─susurró Yami, mirándola.

─ ¡Es el turno de Miho, yo te elijo! ─arrojó su pokeball con energía.

─Leeeer.

─Vaya, que bonito Stantler ─el pokemon de Cuernos Grande se hizo para atrás cuando Miho intentó tocarlo pero finalmente se dejó ─ ¿Yami podrías…?

Yami levantó la pokedex en dirección al Stantler.

Stantler, el Pokémon de grandes cuernos. Las esferas en la base de sus cuernos producen un placentero olor que tiene un efecto desconcertante en quien lo huela, también puede producir ilusiones muy realistas cuando sacude sus cuernos. Los Stantler forman manadas y viven en terrenos montañosos.  

─Bien, ahora ¡vamos! ─Tristán también lanzó su pokeball, de la cual salió un pokemon blanco de casi metro y medio con brazos largos terminados en dos garras y una cresta roja ─ay híjole ¿pero quién eres tú?

─Vi Vigo ─saltó el pokemon.

─Ese sí que es un Vigoroth lleno de energía ─sonrió Yugi llevándose las manos tras la espalda y con Venomoth posado sobre su cabellera.

─Un Vigoroth, eh ─Yami lo analizó con su pokedex.

Vigoroth, el Pokémon mono salvaje. Vigoroth solo está cómodo siendo frenético. Destruye todo en su camino girando ambos brazos y se pone más frenético cuando lo hace.

─Frenesí intenso ¿eh? ¡Tú y yo nos llevaremos de maravilla! ─Tristán flexionó un brazo con la mano empuñada hacia el frente.

─Vigoo roth ─el pokemon mono imitó el gesto de su nuevo entrenador y el Monferno de Tristán brincoleó con ánimo.

Yugi miró a todos lados, viendo a toda clase de entrenadores y pokemon interactuando juntos, riendo y divirtiéndose ─Esto se ve que va a ser muy emocionante ─cerró los ojos, sonriendo.                

-o- De vuelta en Jotho.

Luego de haberse calmado un poco, Ryou salió al patio justo a tiempo con el resto de sus compañeros para que iniciaran unos juegos entre equipos como el de tirar la cuerda entre entrenadores y pokemons, juego que lastimosamente perdió el equipo azul y ganó el rojo.

Luego regresaron al salón con el señor Tachibana que les habló sobre los alrededores del lugar y que debían tener cuidado en el bosque por la zona oeste. A Bakura y otro chico los pillaron durmiendo en esa clase y luego de un par de juegos más ya era hora de cenar y alistarse para dormir.

Esta vez comieron los tres junto con Duke quien se reservó su charla con Ryou para más tarde y los cuatro juntos parecieron llevarse muy bien.

Finalmente fueron guiados a las duchas, separadas para chicos y chicas y cerca de las nueve de la noche todos estaban camino a sus respectivas camas.

─Atención todo el mundo, fuera luces ─dijo el señor Tachibana al inicio del corredor de las habitaciones.

─Mañana será un día agitado, es hora de ir a la cama ─dictó la mujer de lentes y pelo magenta que al parecer era la encargada de las clases del grupo rojo, su nombre era Bridget.

Bakura estaba tumbado en su cama, jugueteando con la ball de Gligar en su mano. Ryou estaba sentado en la suya, acicalando a Glaceon con un paño húmedo, Castform estaba ya dormido a los pies del lecho. El mayor de los albinos desvió la mirada hacia el menor.

─Es increíble lo rápido que te ganaste la confianza de Castform ─comentó de la nada Bakura, acariciando entre las orejas de Umbreon con su mano libre.

─Sigue siendo un poco tímido, pero creo que hemos avanzado mucho ─le sonrió el menor, terminando de acicalar a Glaceon. Se levantó y fue a sentársele al lado ─ya verás que pronto Gligar y tú se llevarán mejor ─le sonrió para animarlo.

─Gracias por el voto de confianza ─rió Bakura. Umbreon se levantó y fue a la cama de Ryou junto a Glaceon ─ven, recuéstate ─le dijo Bakura, apegándose a la pared para que Ryou se acomodara a su lado. Apenado, el menor se puso de perfil al borde de la cama.

─ ¿Qué te ha parecido el primer día? ─preguntó Ryou.

Bakura vaciló un poco sus ojos por la base de la litera de arriba ─digamos… interesante ─sonrió de lado ─sacando lo de que me pusieron a correr con Rebecca, los juegos y eso fueron divertidos.

─Traten, por favor, de que no los amonesten de nuevo… ─Ryou hizo un puchero ─no me gusta estar solo en el almuerzo ─bajó un poco la cabeza.

─Lo sé, nene, no puedes estar sin mi ─se regodeó en broma, llevándose una mano tras la cabeza.

─Jajaja, que creído ─se burló, dándole un suave golpe en el hombro.

─Admítelo, adoras estar a mi lado ─le empujó la mejilla suavemente con la propia.

Ryou se rió y se acurrucó un poco más cerca de Bakura ─sí, me gusta estar contigo ─le sonrió con dulzura.

─Ryou ─Bakura se puso serio, los ojos castaños de ambos estaban a escasos centímetros. Tomó la mano del menor que estaba cerca de su pecho, apresándola cálidamente con la propia. En sus labios latía el deseo de besar a Ryou mientras que en la cabeza del menor se repetía que debía decirle la verdad a Bakura.

Ryou no se sentía capaz de reunir el valor para decirle la verdad Bakura cuando tenía sus salvajes y vivaces ojos mirándole de aquella manera; quiso decir algo, separó los labios incluso pero ni una sola palabra salió de su boca, estaba como paralizado. Bakura interpretó esto como una buena señal así que fue acercando más su rostro de forma lenta, su corazón latía salvaje contra su pecho y su cabeza estaba hecha un lío, ni un solo pensamiento coherente podía hilar y solo lo guiaba el instintivo deseo de besar al ser querido, se humedeció los labios antes de separarlos… quedaba un escaso centímetro entre ambos.

Ryou se estremeció al ser consciente de la situación, sus ojos se humedecieron y los labios le temblaron; podía sentir el cálido aliento de Bakura sensibilizándose los labios.

Umbreon y Glaceon, que estaban acurrucados cómodamente en la cama de Ryou, tenían ambos un ojo abierto, observando toda la situación. Glaceon sobretodo estaba sonrojada, emocionada por el hermoso cortejo que estaba recibiendo Ryou de parte de Bakura, feliz por su entrenador. Sin querer se removió en su lugar a lo que Umbreon respondió rodeándole el cuerpo con su cola a lo que ella se sonrojó más.

Ninguno soportó más la tensión del momento y, finalmente, los labios de ambos chocaron emitiendo un ligero sonido de satisfacción al consumar el beso. Bakura no tardó en soltar la mano de Ryou para sujetar su cintura y Ryou respondió llevando ambos brazos a rodear el cuello del mayor, quien se encimó a medias sobre él.
Sus labios se acariciaban, restregaban y cepillaban contra los del otro a placer. La piel se les erizó de forma casi violenta, el cuerpo les hormigueaba de gusto y empezaba a nacer un agradable calor.
Bakura jaló suavemente el labio inferior de Ryou entre sus dientes, como había deseado hacer el día anterior al verlo combatir. Ryou emitió un jadeo de gusto ante esto y Bakura lo aprovechó para colar su lengua en la dulce boca contraría, deleitándose con la explosión de sensaciones que esto les conllevó a ambos.

Si bien era su primer beso, parecía todo lo contrario. En cuanto el  aire faltaba separaban sus labios unos pocos milímetros para que obtuvieran el oxígeno necesario sin que sus lenguas se separasen y de inmediato volvían a juntaban sus bocas con gusto. Parecían una pareja que no se había visto en semanas y estaban ansiosos de recuperar el tiempo perdido.

A estas alturas las dos Eevee-evoluciones había decidido dormirse y dejarlos a ellos con su privacidad. La cola de Umbreon rodeaba a Glaceon mientras que una de las oreja de la tipo hielo cubría tiernamente el cuello del tipo siniestro.

Finalmente Bakura levantó un poco el rostro cuando sintió que sus manos no podrían mantenerse quietas en la cintura de Ryou por mucho más tiempo si seguían así. Entreabrió los ojos y lo miró feliz, sintiéndose en la cima del mundo, luego subió una de sus manos para acariciarle dulcemente la mejilla -antes que sus manos subieran ‘por cuenta propia’ dentro del pijama del menor, como sentía que podría pasar si no se tomaban un momento-

─Ryou ─le llamó con calidez y cariño en su voz.

No puedo hacerlo… ¡No puedo decírselo!” fue lo único que pudo pensar de forma medianamente coherente, así que simplemente decidió abrazarlo y ocultar el rostro en el cálido pecho del mayor.

─Estoy algo cansado… ¿podemos dormir? ─susurró algo inseguro.

─ ¿Eh? ─Bakura se quedó algo desconcertado ¿acaso ese beso no había significado tanto para Ryou como para él?

Ryou suspiró y levantó el rostro ─quiero dormir aquí contigo ─le respondió en un susurro, dándole un beso rápido ─nuestros pokemons han ocupado mi cama ─desvió el rostro a verlos ─y no tengo ganas de subir a las literas de arriba… ¿puedo dormir contigo? ─puso su frente en el hombro ajeno.

Bakura inclinó a poner su boca junto a la oreja de Ryou ─con una condición ─Ryou emitió un sonido de incertidumbre ─que duermas conmigo de hoy en adelante ─dijo, con una sonrisa ladina ─ ¿no serás tan malo de dejarme dormir contigo solo una vez verdad? ─lo tomó de la cintura y se hizo para atrás, quedando bocarriba con Ryou medio encima suyo ─eres muy tibio y me das ganas de abrazarte toda la noche ─siguió murmurándole al oído, provocando que la piel de Ryou se mantuviera erizada.

Ryou se sonrojó “¿estará refiriéndose sólo al campamento?... Será mejor que no me haga muchas ilusiones… después de lo que tengo que decirle, no sé siquiera si él querrá volver a hablarme” Ryou suspiró y se acomodó mejor con Bakura ─eso me gustaría ─le respondió con una sonrisa “Al menos disfrutaré de esto mientras dure” pensó, acurrucándose mimosamente en el pecho ajeno… eso podría volverse adictivo para él… … Y eso podría ser peligroso.

 

…Esta Historia Continuará xD

 

Notas finales:

*Doble Equipo (pero yo lo aprendí en el anime como Multiplicación y me gusta más ese nombre.

Aquí tenemos un nuevo capítulo lleno de emociones, sobretodo por parte de los albinos. Ryou estuvo a punto de ser descubierto y lo mismo le sucederá a Yugi ¿qué creen que pase primero? Los campeones tomarán el valor de revelar su título a sus amores o estos se enterarán por boca de terceros.
Además Ryou y Bakura están llevando su relación ya a otro nivel

¿Qué les depara a nuestros héroes los días venideros en la acampada? ¡Para descubrirlo, no se pierdan el siguiente capítulo!

(jajaja, eso sí que me quedó como el locutor de pokemon)

Bueno, eso es todo por ahora. Nos leemos en el próximo cap!

¡Saludos mis amores! Ja ne~nya


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