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Fuego y Hielo (pausado) por sharedey

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Notas del capitulo:

Hoooola =D 


Después de una ardua semana en la que me ocurrieron muchas cosas (buenas, malas y muy malas T.T) es sorprendente que hoy actualize u.u porque robaron mi celular y ahí tenía gran parte de los abances de este capitulo T.T afortunadamente se muy bien como ira la historia y no tuve muchos problemas con ello :) 


Así que acá toy :3 muchas gracias a las personitas lindas que comentaron :D y a tod@s en general gracias por leer :D espero el capitulo sea de su agrado n.n 


Y una advertencia: quizá debi poner en +18 ^^u pero advertí que este fic era un poco mas hard de lo que acostumbro a escribir 0////0 espero no sea molesto para nadie n///n


Sin más a leer :D

 El sol alumbraba una nueva mañana, mientras las tropas del reino de Nihon se preparaban para el nuevo ataque que tendría lugar en dos días.  Con la reciente ayuda de los países vecinos como Clow y Celes conseguidas por su rey, las posibilidades de ganar la batalla serian mucho más altas. Pronto el reino de Clow recuperaría las tierras que eran más importantes para ellos, las que por derecho les pertenecían y que fueron invadidas junto a todo el reino de hielo hace ya 90 años
 
 Dentro el palacio un joven rubio contemplaba la vista por la ventana. Al parecer su nuevo rey era alguien muy desconfiado, pues las únicas palabras que soltó antes de salir de la habitación fueron “no te atrevas a salir de aquí hasta que regrese” ¿Por qué pediría aquello? ¿Acaso lo mantendría en cautiverio? 
 
 Era un hecho que se unió a él por necesidad, no por amor ¿qué más podía esperar? Desde niño siempre le toco hacer cosas que él no deseaba; fue vendido por sus padres al mejor postor, el rey de Celes lo rescato y el juro pagar esa deuda; sin embargo jamás imagino que el precio fuera tan alto.
 
 De pronto escuchó llamar la puerta; no sabía de quien se trataba, tenía desconfianza pues no conocía a nadie de ese lugar ¿Qué hacer? Entre mucho pensar, por fin decidió que era mejor aceptar y averiguar lo que quería la persona que había venido a verlo. 
 
— Pasa…— ordenó al tiempo que la puerta comenzaba a abrirse, dejando a la vista a una mujer de ropas negras, cabellos largos y oscuros y una piel bastante blanca. Su aspecto no era para nada común, pero de algún modo no le inspiraba desconfianza— ¿Quién eres?— preguntó casi por instinto 
 
— mi nombre es Yuuko…— habló la mujer— muchos de este reino me conocen como el oráculo de Nihon, otros simplemente me llaman bruja. Lo cierto es que tengo una habilidad especial para conocer el destino de las personas sin importar quien sea.
 
 Aquellas palabras asombraron al chico rubio, pero también lo confundían. No entendía porque le decía aquello ¿Cuál era la razón para que viniera a verlo?
 
— entiendo ¿pero porque estás aquí?.. — .preguntó nuevamente mientras veía como la mujer tomaba asiento.
 
— he estado observando al rey, de hecho, yo fui quien lo convenció de ir a buscarte al reino de Celes.
 
 El rubio guardo silencio ante eso ¿se suponía que esa mujer fuera la culpable de su desdicha? No quería verlo de ese modo 
 
— ¿y porque hiciste eso?
 
— yo vi en su futuro. Tú te convertirás en una pieza fundamental en el destino que le espera a nuestro rey, pero para ello es necesario que él se enamore de ti. Amándote el romperá con la maldición que guarda…— concluyo la mujer mirándolo de un modo fijo.
 
  Esas palabras lo confundían aún más ¿una maldición? ¿El futuro? ¿El destino? ¿Qué significaba todo eso? 
 
— no entiendo a que te refieres.
 
— es fácil; para que las cosas sucedan como deben suceder, a veces el destino necesita de intermediarios para poner los hechos en un orden; todo tiene un porqué y una razón, tú solo confía en mí.
 
 El chico la miró nuevamente al escucharla otra vez. Aún no entendía nada, pero conquistar al rey de Nihon tampoco le parecía una mala idea.
 
 
 
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 Todo estaba listo, tenía las botas, que le quedaban grandes, tenía el uniforme, aunque era grande también, se corto el cabello, pero eso no cambio en mucho su aspecto, y había logrado viajar con los soldados… escondiéndose en el carruaje en el que llevaban sus cosas personales. Comenzaba a dudar de que esto en realidad fuera una buena idea ¿y si lo descubrían? Suspiró.
 
 No, no importaba. Es cierto que los sentimientos a veces nos hacen actuar de modos imprudentes, impulsivos y hasta estúpidos, pero no sentía que este fuera el caso. Tenía un extraño presentimiento desde que se anunció el acuerdo de compromiso de Touya con aquella princesa.
 
 Si Nihon era un reino tan poderoso, no necesitaba ninguna ayuda para recuperar el reino de Hielo; Clow pudo haber ayudado a Nihon sin la necesidad de ningún acuerdo ya que esta guerra era suya también; los tres reinos, contando a Celes, estaban del mismo bando; sin embargo el rey de Nihon se negó a ayudar a Celes y Clow si no accedían a su petición, incluso amenazó con ocasionar otra guerra cuando finalizara esta.
 
 Lo más extraño resultaba ser aquella petición. Casarse con alguien que pudiera darle un heredero, y casar a su hermana por la misma razón ¿Por qué necesitaba eso con tanta urgencia? algo no cuadraba ¿Qué era? Decidió dejar de pensar en ello. Ahora tenía algo más urgente que tratar, y era la usurpación que ejecutaría.
 
 
 
 Lo tenía todo planeado. El reino de Clow mando tropas para ayudar a Nihon; sin embargo eso redujo en gran parte a las tropas que se quedarían a cuidar el reino, por lo que el rey ordeno que debieran enlistarse más hombres. Todo hijo mayor de cada familia del reino formaría parte de ese enlista miento. En otras palabras, su oportunidad perfecta.
 
  Se haría pasar por el hijo de cualquier campesina. Como todos los nuevos eran novatos, el rey había ordenado mandar una mitad de expertos y otra de novatos para el apoyo al reinó de Nihon y se quedo con las otras dos mitades para que fuera lo justo; por lo que en ese lugar no sería el único que no conociera a nadie y no sería raro que nadie lo conociera a él.
 
  Rápidamente se puso el uniforme y trato de arreglarse lo mejor que podía; no estaba seguro de poder lograrlo, pero tenía que intentarlo. De ningún modo podía perder a Touya, y mucho menos dejar que el corra el peligro que presentía que corría estando solo en el país de Nihon. De pronto una puerta comenzó a abrirse y se encontró cara a cara con uno de los soldados que por su uniforme y por la insignia que llevaba, era sin lugar a dudas el comandante principal de las tropas.
 
— ¿Qué haces aquí?.. — habló ese hombre de un modo muy inexpresivo, su mirada le inspiraba miedo; su cabello era largo y plateado, y su piel muy blanca, pero lo que más resaltaban eran esos ojos azul cielo que le daban un aire frio.
 
—Yo, vine a cambiarme…— respondió lo primero que se le vino a la mente, tratando de no levantar ninguna sospecha.
 
— ¿y tenías que hacerlo aquí?.. — preguntó nuevamente mientras el peligris continuaba observándolo. Por como decía aquello le era imposible descifrar si le creía o no. 
 
 
—  la verdad es que me sentí un poco indispuesto y subí a este lugar para descansar un poco, planeaba bajar ahora mismo…— continúo con ese juego, esperaba salir librado de esto. Después de todo está solo era la primera prueba.
 
— baja ya y regresa con los otros; asegúrate de que esto no se vuelva a repetir. Si necesitas ir a algún lado, si te sientes indispuesto, si quieres descansar o dejar de hacerlo, tienes que informármelo primero. De ningún modo permitiré que un miembro de esta tropa haga algo sin mi autorización…— habló de modo serio mientras miraba fijamente al peligris, que a pesar de sentirse molesto,  obedeció de inmediato.
 
 ¿Pero quién se creía que era? Esas palabras le hicieron entender que prácticamente sería un esclavo en ese escuadrón; no entendía porque la vida de un soldado debiera ser así, ese sujeto se estaba aprovechando de su posición. No le agradaba, si pudiera decirle quien es él sin duda lo haría arrodillarse en ese mismo instante, lo haría disculparse por ser tan brusco y lo sacaría del cargo que tiene; al no estar el rey aquí tenía el poder para hacerlo.  
 
 
 
 Pero no podía actuar de un modo tan impulsivo. Si decía su identidad arruinaría todos sus planes, expondría el delito que estaba cometiendo al hacerse pasar por un hombre; no importaría quien fuera, si lo descubrían le cortarían la cabeza por deshonrar a su reino. Mandar a un doncel a una guerra sería considerado como un acto cobarde por él enemigo, y una ofensa al rey de Nihon, una deshonra que se vería reflejada en el reino de Clow 
 
 
— ¿Cuál es tu nombre?... — preguntó el ojicielo al ver el silenció en el que ese chico estaba sumido. 
 
 
 — y…— paró rápidamente, casi cometía una imprudencia. 
— ¿te llamas y…?... —volvió a preguntar extrañado y poniendo nervioso al más bajo 
 
— No, bueno si, digo. Mi nombres es Jhin…— respondió al fin luego de titubear un poco 
 
 
 
—Jhin ¿he? no cabe duda que tú serás el que más problemas me ocasione. Estamos pronto a llegar a Nihon, así que más vale que empieces a actuar como un soldado y no como un niño mimado buscando su comodidad…— tras decir aquello dio la vuelta y se marchó, por lo que el peligris al fin pudo respirar.
 
 
  Tal parecía que no le creyó lo de su “indisposición” pero al menos la conclusión que saco tampoco era la acertada; ya lo había visto el comandante, y si él no sospecho nada, podía estar seguro de que los demás no lo descubrirían.  
 
 
 
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  Escuchaba atentamente a la pelinegra, cada concejo, cada palabra. No podía evitar ruborizarse al saber cuál era el plan que esa mujer tenía para que el conquistara a su ahora marido. 
 
 
— ¿crees que todo esto en verdad funcione?... — preguntó sin poder sentirse más  avergonzado. 
—Claro que sí. el rey de Nihon es un hombre muy fogoso y estoy segura que hasta ahora el no te ha hablado ni tratado con afecto ¡verdad?
 
 
  Ante esas palabras el menor asintió con un deje de tristeza— era de esperarse. Con esta unión él lo único que quería era a alguien para la cama, alguien que pudiera darle un heredero. Y eso es con lo único que contamos, y el único punto en él que podemos atacarlo. 
 
 El rubio la miró, esa mujer hablaba en serio, y él podía intuir que tenía razón. En el único punto vulnerable que podía atacar a ese hombre, era en la intimidad. 
 
—No sé si pueda. Hasta ahora el me ha tomado estando boca abajo, me somete completamente y no hay mucho que yo pueda hacer. 
 
—Pues entonces ataca tu primero…— eso lo confundió un poco— que tú seas el pasivo no quiere decir que no puedas tener el control. Utiliza todo lo que tengas a disposición, tus piernas por ejemplo, rodéalo con ellas por la cintura, mueve tus caderas, da el primer paso y excítalo al punto que a él le guste y acceda a hacer lo que le pidas, y como lo pidas, has que muera cada vez más por ti. Has que te penetre y por mucho dolor que sientas, hazle creer que lo disfrutas para encenderlo más, se mas salvaje que él, muestra ser más lascivo. Que no vea en ti a alguien débil y sumiso. Tienes en tus manos el arma para tener a ese hombre comiendo de ellas, no existe un hombre que pueda resistirse al poder de la seducción de la carne.
 
 
 
 Ante esas palabras el chico se sonrojo aún más ¿Cómo llegó a este punto? Hablando de su vida sexual con alguien que acababa de conocer. Lo cierto era que no tenía opción, si quería vivir una vida tranquila, debía comenzar por cambiar su situación actual con el moreno.
 
 
 
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   La tarde llegó y con ella las tropas de los nuevos países aliados, Celes y Clow
 
 El chico peligris montaba en su caballo; tenía mucho tiempo entrenando con el arco y flecha, también combate cuerpo a cuerpo entre otras cosas, estaba seguro que pasar por un hombre no sería muy complicado. Sin embargo hubo un punto con el que no conto, y era la poca costumbre que tenía montando caballos, sus piernas le dolían horrores. 
 
— ¡el rey no puede atenderlos! ¡Pero para eso estoy yo aquí!...— escuchó de pronto una voz muy familiar que le hiso olvidarse del dolor. Volteo su vista en dirección al sonido de esas palabras y esta se clavo en la de Touya que lo reconoció en seguida, quedándose mudo de inmediato; no entendía que significaba eso.
 
— ¿sucede algo?... — preguntó su ahora esposa, mientras Yukito la miró también para luego bajar la mirada con un deje de tristeza. Le era difícil asimilar que Touya ahora estaba casado.
 
 Por su parte el moreno castaño entendía el peligro en el que se vería expuesto Yukito si lo delataba; así que decidió disimular su asombro por él momento. Ya iría a verlo en la noche para hablar con él y pedirle una explicación de todo esto.
 
 
—bien. Como ahora Celes, Nihon y Clow tienen un pacto de alianza…— comenzó el castaño a dar las instrucciones correspondientes. 
 
 
 
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 Llegada la noche el moreno había regresado al fin al palacio de Nihon, luego de estar todo el día ausente. El chico rubio sentía el nerviosismo en todo su cuerpo por la presencia de aquel rey; aún no asimilaba bien las palabras de la bruja, no se sentía seguro de realizar todo lo que le aconsejo.
 
 De pronto sintió los labios de ese hombre sobre los suyos, su lengua pidiendo paso para ingresar a su boca, el más bajo trataba de alcanzar ese ritmo, pero le era imposible. Maldición, se dijo así mismo; aquello no estaba funcionando como quería.
 
 
 

 

Notas finales:

Bien hasta aquí n.n espero haya sido de su agrado :D traere la continuación lo antes posible n.n

Cualquier duda, sugerencia, critica, o comentario es bien recivida :D cuidence mucho por favor. Hasta pronto ^_^ 


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