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El último partido por Fullbuster

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¡Dos años! Sasuke no podía creerse que el chico del que se estaba enamorando hubiera pasado dos años enteros sin conocer quién era el hombre que le había dejado ese regalito. ¿Cómo no podía haber sentido curiosidad? O quizá sí la sintió pero no quiso averiguarlo por miedo a tener mayor trato del imprescindible con él. Todo era confuso pero admitía que Naruto en sí era todo confusión. No negaba que era un chico encantador, un padrazo increíble y un buen amigo para todos al igual que capitán, pero su vida había sido un caos desde el accidente de sus padres y no se había podido reponer de todo aquello en este tiempo pese a que sus sonrisas tratasen de disimular ese dolor en su interior. Quizá conocer al padre de su hijo le daría una nueva expectativa de la vida, algo de tranquilidad y podría traerle un poco de orden a toda esa confusión en la que vivía.


Esa noche, Sasuke se sirvió por primera vez en mucho tiempo, un dedo en un elegante vaso de cristal de su domicilio. Mientras bebía a cortos sorbos, pensó en cómo iba a descubrir quién era el padre de Naruto, para empezar, necesitaría una prueba de ADN del pequeño, pero eso no creía que fuera complicado de lograr teniendo en cuenta las ganas que tenía Naruto para salir de esa incertidumbre.


Tras tomarse el coñac y haber estado dando vueltas y vueltas a la idea del embarazo de Naruto, decidió zanjar todo pensamiento y marcharse a la cama. Había sido un día duro, entre Neji tratando de fastidiar su recién iniciada relación con el capitán del equipo de Rebun y ahora dándose cuenta de ciertos misterios que rodeaban la figura del chico al que empezaba a amar… todo le parecía un gran problema y quizá… un sueño reparador conseguiría que al día siguiente viera las cosas de otra manera.


Esa noche, soñó con uno de los sucesos que marcó su vida para siempre pero en el que hacía ya mucho tiempo que no pensaba… cuando le dieron la noticia que su padre tenía cáncer. Aquel día fue un amargo trago para Sasuke. Estaba claro que se fue a vivir a Tokio porque no aguantaba los reproches de su padre, ni tampoco que controlase su vida pero en realidad… le quería con locura y hasta había terminado siendo exactamente como él, un loco entrenador de lacrosse con ínfulas de ser el mejor en su trabajo y ahora… un chiquillo rubio menor que él le estaba dando la lección magistral de su vida demostrándole… que el deporte era algo más que un deporte competitivo, era divertirse, estar con los amigos, el compañerismo, ayudarse unos a otros, era un lugar en que refugiarse de los problemas y olvidarlos durante un rato sin necesidad de ahogarse en la bebida. Ese chico era increíble.


Abrió los ojos enseguida en cuanto sintió algo húmedo, había llorado y la almohada mojada le había hecho despertarse. No soportaba pensar en aquel día cuando se enteró de la enfermedad de su padre y era muy probable que su cerebro lo hubiera intentado olvidar… pero seguía allí presentes y por alguna extraña razón, hoy le había dado algún incentivo para pensar en ese día.


Sasuke movió su cabello hacia atrás pese a que la cabeza seguía apoyada en la almohada. El sol empezaba a salir y sus finos rayos iluminaban levemente algunos tramos de la habitación, pero él no se movió. Había un motivo para que recordase aquello, lo sabía, pero por más que le daba vueltas… no sabía qué podía ser hasta que entonces… sus ojos se abrieron como platos al recordar algo.


Sus padres vivían en Hakodate, su tío trabajaba allí en la comisaría. Le había dicho a Naruto que era una zona muy turística pero también era cierto que era un lugar increíble para vivir. Él se crió allí hasta que se marchó a Tokio. Era cierto que para cuando Naruto estuvo allí, él ya se había mudado a Tokio hacía unos años, pero… fue exactamente hacía dos años cuando él había regresado un par de días por la noticia de su padre, para hablar con los médicos y afrontar la noticia junto a su madre y el resto de la familia.


Se levantó con rapidez y encendió el ordenador moviendo el pie con perseverancia y nerviosismo. Tardaba mucho, o a él le parecía toda una eternidad ver cómo encendía el Windows pero al final… allí estaba su escritorio con la fotografía de su equipo de lacrosse al que entrenaba, aunque no sería por mucho más tiempo.


Abrió el calendario y echó dos años atrás tratando de encontrar cuándo fue la última vez que viajó a Hakodate para ver a su familia, estaba seguro que debía coincidir más o menos con la fecha de Naruto y el accidente de sus padres. Observó bien el mes de julio, lleno de eventos sobre entrenamientos, en veranos sólo entrenaban en campamentos y cosas por el estilo, nada de partidos, pero al llegar a agosto que era el mes de vacaciones oficial… se dio cuenta que sí tenía un evento más apuntado, la compra de los billetes del avión a Hakodate, justo el fin de semana en que Naruto debía estar allí.


-  Joder – susurró Sasuke al darse cuenta de aquello.


Sabía que era pronto para empezar a hacer llamadas, pero no pudo evitarlo por la preocupación, había una remota posibilidad de que fuera él el culpable de aquella situación. Seguramente se estaba preocupando por nada, pero… saber que coincidieron en fechas en la estancia allí le preocupaba. Llamó a su tío para informarse sobre el asunto y él le confirmó que era exactamente ese sábado el que le dijeron que su padre tenía cáncer, él estaba allí y le habían visto en el hospital.


Llamar a Naruto sólo hizo que encontrase una solución rápida y es que… tal y como hablaron de resolver el caso, Naruto había decidido ir a esa mañana al hospital para hacerle una prueba de ADN a Kaito pese a no tener una muestra con la que comparar, pero Sasuke… no quiso decirle nada al respecto de lo que estaba pensando, al menos no hasta que estuviera seguro de todo aquello. Decidió llamar a su hermano para que le acompañase al hospital al que Naruto había ido, necesitaba dar su prueba de ADN y salir de dudas.


Itachi no pronunció palabra alguna durante el tiempo de espera y menos aún, cuando estuvieron haciendo la prueba. Al menos deberían esperar unas ocho horas para saber el resultado y eso que se estaban dando prisa sólo… porque Madara había pedido urgencia en las pruebas y le debían un favor.


Sasuke quiso esperar en el hospital, pero Itachi, harto de aquellas incómodas sillas le convenció para ir a casa. Al fin y al cabo… tendrían que esperar al menos ocho horas y cuando tuvieran los resultados le llamarían por teléfono, no hacía falta quedarse allí martirizándose durante tanto tiempo. Sasuke no tuvo más remedio que hacer caso a su hermano, pese a que Itachi, lejos de llevarle a casa y marcharse, subió a su apartamento y se sentó en el sofá.


- ¿Por qué crees que puede ser tuyo, Sasuke? No lo entiendo – le comentó Itachi su preocupación.


- Porque estuve ese fin de semana allí.


- ¿Y qué? ¿Recuerdas haberte acostado con él?


- No, ese es el problema.


- Vamos hermanito… los dos sabemos que no te acuestas con el primero que ves.


- No cuando estoy sobrio – dijo – pero aquella noche estaba ebrio.


- ¿Tú? ¿Ebrio? No me hagas reír Sasuke, no te has emborrachado en la vida, odias el alcohol.


- Acababa de enterarme que mi padre tenía cáncer, créeme… bebí mucho esa noche. Era un maldito sábado. Ese viernes por la tarde había muerto la madre de Naruto, él estaba allí. Se quedó la noche en el hospital por su padre que estaba en cuidados intensivos pero cuando salió el sábado y le contaron que estaba paralítico…


- Se iría ese sábado por la noche al bar – susurró Itachi.


- El sábado por la mañana me enteré de lo de papá, yo estaba allí Itachi, el mismo día, a la misma hora en el mismo bar. Él no recuerda quién es el padre, yo no recuerdo haberme acostado con nadie. Dime que es una coincidencia.


- Yo no creo en las coincidencias, Sasuke. Ya lo sabes. Desde luego… explicado así… hay posibilidades que sea tuyo.


- Estuve besándome con un par de chicos, ¿Quién me dice que uno de ellos no fuera Naruto y que ese beso acabase en algo más? Por la mañana cuando me desperté… fue gracias al móvil, papá me llamaba y creí que era urgente, así que me vestí y salí corriendo de allí. Aún así… las sábanas estaban revueltas, yo estaba desnudo, nunca duermo desnudo Itachi. Está claro que estuve con alguien esa noche, alguien de quién no me acuerdo. Naruto tampoco se acuerda de nada, es demasiada coincidencia.


Itachi se quedó pensando en aquello, entendiendo mejor el agobio de su hermano por aquella situación pese a que él no tenía la culpa, nunca se enteró de nada y ahora trataba de remediar una situación de la que jamás tuvo noticias. Debía ser frustrante enterarse así. Comiendo fue cuando Sasuke decidió cambiar el tema a su reciente relación de Itachi con ese chico rubio tan misterioso, pero Itachi rehusó hablar de Deidara.


- ¿Has discutido con él? – preguntó Sasuke.


- Es más raro que un perro verde – dijo Itachi – y yo encima soy poco cuidadoso en algunos asuntos, creo que me metí en un tema que no debía abordar… al menos no tan pronto.


- ¿Sexo, niños…?


- Un aborto – dijo Itachi.


- ¿Qué? – preguntó Sasuke sorprendido.


- Sufrió un aborto hace un año, un desgraciado que pagará por ello gracias a nuestro tío, le dejó embarazado. No quiso ocuparse del niño y para evitar la mala reputación que traería tener “un bastardo” decidió librarse de la carga.


- No fastidies.


- Sabía que Deidara no había superado aquello pero me metí en el tema, no debí hacerlo tan rápido. Además lo hice a escondidas, a sus espaldas. Creo que no le sentó nada bien que investigase sobre él. Debí esperar a que él estuviera listo para contármelo.


- ¿Habéis roto?


- No lo sé – dijo Itachi al final – hace unos días que no tengo noticias suyas.


El teléfono sonó en aquel preciso momento y Sasuke se abalanzó sobre él como un loco contestando a los del hospital. Para su suerte o su desgracia… la prueba había salido concluyente, la habían repetido un par de veces para estar seguros, pero la compatibilidad con su propio adn era muy alta, todos confirmaban que sin duda alguna, él era el padre de ese chico.


Itachi no tuvo nada más que mirarle a la cara para darse cuenta que sí, Sasuke era el padre de Kaito. Ahora sólo había un gran problema… contárselo a Naruto y eso podía ser algo complicado.


- ¿Cómo crees que se lo tomará? – preguntó Itachi al ver a su hermano colgar el teléfono.


- Espero que no mal. Fue un error de ambos, ninguno sabíamos nada. En parte estoy feliz porque tengo un hijo con el chico por el que estoy sintiendo esto tan fuerte pero por otro lado… me siento un poco extraño, debí darme cuenta antes.


- No podías darte cuenta antes Sasuke, era imposible que supieras que tenías un hijo y eso Naruto lo sabe.


- Tengo que hablar con él.


- ¿No tiene mañana partido contra tu equipo? – preguntó Itachi – el partido decisivo.


- Mierda – susurró Sasuke dejando la chaqueta de nuevo en la percha – no me dejarán verle hasta que acabe el partido.


- Básicamente, sigues siendo el entrenador rival, no puedes contactar con nadie del otro equipo. Te sancionarían si piensan que puedes dar información de tácticas aunque hayas ido por otro asunto que no tenga nada que ver. Sería malo para el equipo de Naruto y lo sabes, podrían expulsarles y evitar que jugasen, les darían el partido por perdido. Tendrás que esperar a cuando acabe el partido.


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