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¿El amor no lastima? 1 por shi san

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Notas del capitulo:

Uff aqui esta!

Capítulo 3

 

—No le haces daño a nadie, solo te haces daño tú—

—No te importa…—

—Ese “No te importa” solo te perjudica y también equivale a tu soledad lo peor del caso es que lo sabes—

—Sigo creyéndome de que esta soledad será recompensada ¿Está bien así? —

—Todo estará bien—

 

     Amiel es castaño claro, con unos preciosos ojos miel. Es estudiante de cuarto semestre en Artes Plásticas. Todo le ha ido bien con sus altibajos, discusiones de grupo en el salón unos se van otros llegan, en sus pensamientos se deja observar una ligera creencia de que la pintura blanca de las paredes de la institución le da un toque de paz extraña.

 

     Lo único que lo hacía sentir feliz era un secreto, quizás no del todo. Durante todo este tiempo ha estado con Emil, un chico similar a él quien tiene su misma edad, obsérvese 20 años y cumple un mes después que Amiel, sus cabellos son cortos pero un tanto ondulados sueltos de color castaños con ligeros toque oscuros,  sus ojos son cafés ni tan claros ni tan oscuros. Él es un poco acuerpado lo diferente de Amiel que es un poco esquelético a comparación.

 

     ¡Me gustas Emiliano!!! Grito perdiéndome en mis pensamientos al ver a Emil con sus gafas cuadradas de montura negra.

 

¡¿Que demo..?!— Siento que Emil me tapa la boca.

 

Están en plena exposición de posibles tesis y tu no se en donde rayos estas ¡Pon atención!— Me lo musita en bajo tono de voz, me mira fijamente y obvio, me embeleso.

 

     Olvidaba que estaba en el pequeño auditorio de la universidad “Capacidad de 100 personas” como ya Emil y yo habíamos presentado ya no me importaban los demás. Un gran salón de beige con muchos pupitres y al frente especie de tarima donde los nerviosos alumnos exponían ¡que tortura!

 

     Ya se acercaba San Valentín ya saben, ese día donde los solitario(as) de casualidad salen a la calle y de repente es como si la vida les diera una cachetada mirando tanta dulzura entre personas que a pesar de la calor del sol, aquí, sol caribeño, van tomadas de la mano, otros sentados y besándose, tu prima o hermano con sus parejas disfrutando algo que si puede ser muy cursi y todo pero que definitivamente te hace desear el fierro golpeador de parejas felices en fin…

 

     Uno de mis deseos de este año nuevo era un regalo de 14 de febrero. Cruz, mi compañero de clases me había recomendado para una cita a ciegas, él se encargaba de cosas como esas, quizás este año si recibiría regalo.

 

     Llegue al lugar acordada, el centro comercial y busque la chica rubia camisa amarilla que me habían dicho que iba a usar, sí, era ella con ¿corbata negra? era una doble cita a ciegas, me gustaba la otra chica morena de falda rosa corta y piernas muy bien proporcionadas, me le acerque y las dos rieron un poco, sin duda mi “hombría de seguridad” se había ido al demonio. Salude con un beso en la mejilla a cada una. Al sentarme llego un chico un tanto acuerpado con cabellos negros hasta los hombros y con camisa blanca “V”, con ese tatuaje que decía en letras góticas: “Libre albedrío” en su brazo izquierdo, en su gran brazo, era blanco ojos azueles ¡Rayos que genial es este tipo!

 

Mi nombre es Joseph— Dijo con una voz grave pero jovial.

 

      Les dio un beso a ellas y de último ¿A mí también me dio un beso? ¿Media luna? Ya hable de las expectativas ¿No? Quizás en verdad ser gay es una enfermedad mental. No, no hay que sospechar, menos yo sospechar de mí mismo. Que desequilibrado.

 

     Se me olvidaron cuales eran los nombres de las chicas. Hasta que oí de nuevo una voz varonil y agradable, como de esos modelos que salen en esos anuncios de perfumes finos.

 

—Ok, tu eres Ligia y tu Carla ¿Y tú te llamas?— El sujeto en cuestión miro a la rubia luego a la morena y junto sus manos mirándome con travesura.

 

Soy Amiel— Trate de desviar la mirada, pero no pude porque me le quede mirando ¿sorprendido? O ¿Nervioso?

 

¡Oh! Tu nombre si es lindo incluso se parece a ti— Me lo dice la rubia mirándome como si mirara a un hámster.

 

Gracias— ¿Por qué?

 

     Lo cómico fue que pasamos horas, y hago énfasis ¡horas! Sin decirnos nada a nadie o al menos algo que nos interesara. De vez en cuanto sentía la mirada del pelinegro hacia mí, me intimidaba, me sentía como un conejillo de indias indefenso.

 

Yo me tengo que ir, olvide algo en la universidad antes de venir, lo siento— Dijo Ligia en modo de fastidio y no necesariamente por “su descuido en la universidad”.

 

Yo también me voy olvide alimentar a mi pez Marianito— Dijo la morena pelo largo y liso.

 

¿Marianito? ¡Amo los peces!— Y así se fueron alejando hasta dejarme solo, pero con ese tipo.

 

Al fin se fueron— Oigo esas palabras que salen de su boca un poco ¿feliz? Con gestos traviesos.

 

¿Sí? Porque de repente también olvide algo que hacer y… — Reí nervioso.

 

No te vayas, ven te brindo un té helado

 

     Amiel hizo una de sus notas mentales diciéndose: Nunca negarse ante un té helado y más si es  gratis ¡Te helado! Y así sus ojos se tornaron brillantes.

 

¡Sí! Quiero uno— Le muestro mi dedo índice en las alturas, creo que me emocione más de lo que esperaba, me gusta mucho el té helado.

 

     Duramos mucho hablando, ¿De qué? no lo sé pero me agrado mucho…

 

Sí, bueno tengo a un amigo se llama Emil y le encanta ese libro “17 relatos” trae varios relatos junto con moralejas o algo así

 

Son tres libros, de hecho en Anaco hubo la firma de los libros, yo fui y me gusto mucho

 

¡Wow! ¿Enserio? ¡Tendrás uno extra o algo para que me lo vendas! Me gustaría obsequiárselo a Emil— Sin querer dije algo que “sin querer” me salió, menos mal que lo último lo musite muy bajo.

 

Disculpa no te escuche bueno, solo tengo uno y  es mío— Creo que me había escuchado “Nota de Amiel: Estar muy atento a las oraciones que contengan el nombre –Emil-”

 

No, no te preocupes— Le sonreí con gesto de ¿hámster avergonzado?

 

     Una vez de vuelta a casa recibí un mensaje de texto de Emil decía:

 

—¿Cómo te fue en el fin de semana? A mi funesto y aburrido—

 

     Luego un texto de Joseph me saco de mi trance-Emiliano…

 

—Hola, me gusto mucho la salida de hoy que te parece sí vamos este sábado a ver una película mencionaste muchas veces lo aburrido que son tus sábado y tus domingos ¿Qué dices?—

 

     Suspire profundo y creo que “recapacite”, Emil a pesar de ser como yo se dejaba llevar por su “yo no tengo ganas de salir ni de nada”. En cambio yo no él jamás aceptaría una relación, un noviazgo como el que yo quisiera. Lo mejor será es aprovechar esta oportunidad, jamás he tenido novia ni nada que se le parezca, creo que me dejare llevar por Joseph es decir; no me puedo quejar de lo que Dios o el destino me envía como reemplazo. Mi corazón también necesita un poco de amor por alguien que me quiera más que un amigo o como el tierno muchacho que dicen que soy, si porque mido 1 metro 65 cm, quizás.

 

—Claro que quiero ver una película, ya mis fines de semana son muy aburridos, dime a qué hora y estaré allá—

 

 

     El 22 de febrero Joseph y yo cumpliremos el mes de noviazgo, lo peor de todo que de un beso no hemos pasado. Lo quiero, mas solo y exclusivamente como amigo, en el fondo pensé que siendo su novio me vengaría de alguna manera tan absurda de Emil además de salir ganando con alguien tan sexy como es Joseph, pero extrañamente su apariencia ha quedado en segundo plano. Definitivamente quien se perjudica soy yo, más nadie.

 

     Amiel está al frente de la universidad la cual le gusta, su estructura, dos grandes pilares al frente de azul índigo y lo demás de blanco, no está mal. De repente el castaño claro dice entredientes —¡Rayos!— Sus ojos humedecieron. Tenía impotencia no poder decirle lo que sentía a Emil ya que aceptaba que hacía muy buena pareja con Ori.

 

¿Que fue? ¿Ese idiota te está haciendo daño?— Me llevo mis manos a los ojos al reconocer esa voz, la que tanto aprecio, la que me hace daño, el dueño es Emil más me hace daño si me habla en ese tono y mucho si esta junto a mi oído ¿Qué demonios quiere? ¿Hacer trizas mi torpe, estúpido e ingenuo corazón?

 

¡Ojalá fuera ese “idiota” quien me estuviera dañando!— ¡Demonios alce mi voz de nuevo! Mejor aparto mi mirada de él.

 

Baja la voz, estoy aquí ¿Por qué lo dices? Sabes que puedes contar conmigo, cuéntame…

 

Viene el autobús, yo te paso un texto ¡hasta mañana!

 

      Corrí para que no doliera más, jamás pensé que el amor no correspondido doliera tanto. Tanto como para hacerme llorar en frente de esa persona, tengo que ser más fuerte. Las butacas que tiene el bus dan asco, pero a quién le interesa ¡demonios! Mis ojos ceden poco a poco, esta neblina no es por el clima es por el chico que anhelaría tener como novio, solo mío que ahora andaba con Ori, una chica brillante y bella.

 

     Recordé…

 

Emil ¡Feliz cumpleaños!— Mi voz se oía de un bromista feliz, me sentía muy oportuno dándole un regalo de cumpleaños faltaba media hora para entrar a clases, era una caja pequeña de colores horizontales blancas y negras con una cinta roja que formaba un lazo representaba el intenso amor que sentía, adentro tenía unos chocolates en caramelos, una pulsera de tela naranja y roja que decía: “Prohibido manosear”.

 

Gracias Amiel— Guardo el obsequio en su bolso negro. Me encantaba sentirme útil para él, claro que no lo mire a los ojos cuando me agradeció no quería sonrojarme en frente de Ori y Cruz.

 

 

 

     Al mediodía veo que Ori esta algo callada y sale del salón a buscar algo, obvio, el regalo de Emil, ya no teníamos clases pero nos quedábamos a bromear un poco…

 

¡Emil Feliz Cumpleaños! Lo hice yo sin ayuda, solo para ti— Le coloco al frente de la mesa un pie de coco, su favorito.

 

Wow ¡Esta noche va a ver fiesta! Pero en el cuarto de Emiliano y con solo una invitada ¡Ori!— Cruz se reía y disfrutaba bromeando con los chicos.

 

¡Cierto! ¡Buenísimo!— ¡Dios! creo que soy digno al Oscar ¿cómo podía decir esas cosas sin que lágrimas salieran a toda velocidad hacia mis mejilla?

 

     Yo sinceramente ¿Cómo iba a competir con ella o con cualquier otra? Mi falsa e incómoda sonrisa surgió de mi boca, no podía actuar de otra manera. Emil se veía feliz y ¿sonrojado?

 

     Emil si me dio alas lo sé perfectamente. Somos amigos pero no lo suficiente, ya que le había dicho que lo quería por mensajes como su “amigo” y él me los ha regresado, él tampoco era idiota para no notarlo.

 

¿Qué yo no lo he intentado?

 

 

Ya es tarde y todos se fueron ni pensar que ayer estábamos en el primer semestre y ya estamos en el tercero— Estábamos como siempre en el salón de clases un días viernes, nos sentábamos en un pupitre al lado del otro.

 

     Suspire tratando de ahogar mi felicidad mezclada con tristeza para que no la notara, pero pensé que ya era hora de actuar, es decir; de arriesgarse. La noche anterior le había mandado un “te quiero” por mensaje de texto.

 

     Entrelace mi brazo derecho con su brazo izquierdo y me le recosté de su hombro.

 

Si Emil ¿Qué vas a hacer este sábado? Vamos al cine, nunca hemos salido a divertirnos los dos

 

Bueno ok, vamos este sábado a las seis de la tarde estamos allá— De repente me quedo mirando intensamente como con ansiedad o como si quisiera ¡¿Qué se yo?!

 

Emil ¿Sabes? Te quiero y mucho— Me sujeto aún con más fuerza, nuestros brazos entrelazados como gesto de que el también me decía lo mismo.

 

Pues ¿Sabes? Yo también te quiero mucho— Me tomo de la barbilla y la alzo un poco, mis ojos se desviaban a otros lugares

 

Está bien— La distancia parecía esfumarse, su voz, su tacto conmigo.  Estaba muy nervioso no pensaba, todo parecía en blanco en mi mente donde solo había espacio para Emil.

 

     Me dio un beso media luna, algo más atrevido. Se separo de mi naturalmente y sin dejar de mirarme a los ojos.

 

Espero que te quede claro. Vamos ya es tarde y tengo que estar en casa temprano

 

     “Jamás consideres buena a una persona que te confunde, ya que esta hasta más confundida que tú. Eso es algo masivo para los sentimientos, no es bueno, no es malo, pero si es algo cruel”.

 

 

Ya son las 7 de la noche y Emil ni siquiera me responde los mensajes

 

      Estoy aquí, quería un beso en la oscuridad a merced de una buena película de terror. Estaba en la terraza del centro comercial esperando como una emocionada chica ¡Dios! Jamás debí decir eso de chica. Mejor llamo a Emil para saber por dónde viene “será que viene en burro”.

 

     Tengo mucho miedo que me deje plantado, aunque no sería la primera vez, cuando le dije que fuéramos a la feria de globos jamás llego, también cuando la verbena de la universidad, tampoco asistió y entre otras veces. No podía negar que siempre me ayudaba en los exámenes, trabajos y demás, recibo mucha de su ayuda pero ¡No debo ser negativo! ¡Positivamente!!! Así que acerco mi celular a mi oído.

    

     Tras cinco repiques.

 

¿Alo? Oye Amiel lo siento no puedo ir, estoy en mi casa ocupado con algo, lo siento ¿Estas allá?

 

Si estoy aquí Emil si eres fresco hermano está bien,  chao— Moldee mi voz a una desinteresada, animada y con un toque de auto mentirme tanto a mí como a él.

 

     Me aleje, lo mejor era alejarse.

 

 

Llegaron las pasantías. Ya Amiel estaba en pasantías, se sentía emocionado por su mi primer trabajo como tal.

 

      Salgo de la ducha y miro el patito de hule en el suelo de la bañera, me pareció muy lindo. Como me gustaría bañarme con ese patito junto a… Emil. Un pensamiento descuidado de mi, moví mi cabeza de un lado al otro tratando de borrar tal esperanza, ya era un mes completo que no veía al señor “cuatro ojos” me encanta como le quedan sus lentes, él simplemente es genial.

 

¡Tú! Camisa tres cuartas azul oscura y ¡Tu! Pantalón de vestir negro irán conmigo para mi primer día de trabajo— Entrecerraba mis ojos y muy decidido ¡Je!

 

Amor ¿con quién hablas?— Una mujer de cabellos negros largos, delgada y piel blanquecina con camisón de blanco algodón se recostó contra la puerta de mi cuarto, con unos ojos llenos de ternura, lo cual agradecí.

 

No mamá, hablo con la ropa que me voy a poner para ir a trabajar

 

—Las terapias no siempre son tan duraderas— Se lamento mi madre con claro tono de resignación. Lo de las terapias fue cuando tenía 6 años, eso ella no lo había superado ¡Dios! Solo era un amigo imaginario, nada más.

 

     ¡Señor Té! Así se llamaba mi amigo imaginario, no sé si por eso, mi gusto por el té helado.

 

 

     Siete y media de la mañana, estoy frente a la oficina de publicidad de la empresa “Alíen”. Esperando a mi jefe (era mi profesor de algebra, si el destino “risa sarcástica” que chiste). Me volteo hacia el lado contrario del pasillo y veo venir un chico, muy familiar para mí.

 

Sus lentes…— Lo musite muy bajito.

 

     Muy sencillo venia vestido, un suéter grande negro y unos blue jeans que los acompañaba con unos converse negros. Me miro con una sonrisa ¿picara?, lentamente se me aproximó y me quede helado creo que no era yo, estaba perdido en la emoción, abrió sus brazos inclinándose y me le lance a abrazarlo fuerte sin pensarlo, primera vez me sentía tan feliz de verlo, sentía que todo se iba a solucionar entre él y yo.

 

     “Que tontos somos, si hasta nosotros mismos nos mentimos para protegernos, para refugiarnos, pero todo cede tarde o temprano”

 

¡Que genial! ¿Oye vienes a hacer un mandado a tu padre?— Se lo dije soltándome de su abrazo muy a mi pesar.

 

No Amiel, vengo a trabajar aquí, ayer di la carta de aceptación y me dijeron que empezara hoy

 

¡Genial! ¡Vamos a trabajar juntos!

 

     ¿Qué paso con “lo mejor será alejarme”?

.

.

.

     Era viernes en la tarde, nosotros; el equipo de publicidad queríamos salir temprano, más que afuera el tiempo estaba gris aunque me gustara el tiempo nublado, pero lo sentía como demasiado triste no sé qué le pasaba. Apagamos las luces y al salir de la oficina sentí como Emil me tomo de la mano y me arrastraba hasta sala de descanso a tomar agua. El lugar estaba desierto, esa mesa larga con asientos giratorios negras alrededor solo tenía una taza   como a plastilina, el de cabello negro se sirvió agua como tres veces mientras yo estaba a su lado, solo con eso yo me sentía feliz.

 

Estoy leyendo un libro se llama “la metodología lógica del corazón humano” el autor se llama…

 

     Siempre era igual, me hablaba sin parar desde siempre aunque de igual me perdía en él y lógicamente no sabía de qué demonios me había hablado. Yo solo asentaba feliz de lo que me decía si, quizás parecía idiota pero no tenía remedio.

 

      Hasta que cayó y me miro fijo, obvio me sentí intranquilo. Y si, obvio otra vez mi complejo al competir con lo rojo de una manzana se hizo presente. Emil se inclino solo un poco para quedar a mi altura solo se acercaba a mi rostro, parecía un sueño, siempre soñaba con él y cuando estábamos a punto de besarnos siempre aparecía algo y turbaba mi sueño casi perfecto pero esta vez era real, estábamos solos.

 

     Él unió sus labios con los míos y comenzó a moverlos, yo no podía cerrar los ojos, hasta que el me envolvió con sus brazos y allí pude sentir un golpe que provenía de mi espalda pegada a la pared. Su boca junto con sus papilas gustativas se abrían paso en mi boca y yo le dejaba el camino libre, fue allí que cerré los ojos, me sentía como volar, tanto, que me debilite y deje que él me tomara aun más fuerte en su abrazo con su mano que se paseaba peligrosamente por mi vientre, al separarnos por mi falta de aire me miro fijo.

 

Amiel, mi padre me viene a buscar, hasta luego— Se fue dejándome un beso en la frente.

 

     Yo solo asenté como un zombi enamorado y rojo, solo vi su silueta cuando cerró la puerta de la sala ¿Yo? Solo me lleve ambas manos hacia donde los lugares de mi cuerpo que me ardían muy peculiarmente…

 

     Hacia mi vientre y hacia mis labios.

.

.

.

     Un mes después…

 

     Me encuentro en mi pequeño espacio de trabajo, no hay casi nada que hacer, solo se halla monitores, PC, impresoras, nada tan interesante. Acabamos de pasar por un comercial y arreglos de los carnets de la compañía de teléfonos celulares locales. Fue un trabajo duro, pero aprendí mucho. Veo hacia mi lado y esta Emil leyendo, ya era casi la hora de irse, yo solo pienso en ¿Por qué jamás hemos hablado del tema del beso? Me trata igual, nos tratamos igual pero, pareciera como si omitimos esa parte, ese beso ¿Qué significaría para él?

 

     “El tiempo transcurre y él hace de los “hubiera” una palabra que difiere de realidad e importancia, en la vida de un humano”

 

¡Todos a sus casas hoy salimos temprano!— Entre algarabías de nuestros compañeros de trabajo Emil me dio la mano y se despidió de mí, su padre estaba esperándolo.

 

¡Emil dejaste tu libreta negra!— Nadie me contesto, solo quedaba mi jefe, que por cierto siempre se me olvidaba su nombre.

 

Que cómico siempre llevo una libreta igual a esta pero más grande, yo dibujo y escribo, pero Emil la usa solo para escribir— Que le puedo decir, la curiosidad me mataba, aunque no era amante de la lectura, amaba la letra de Emil así que no sería ninguna molestia echarle un ojo, mejor esperare a que llegue a casa.

 

     ¡Al fin llegue!

 

     Me quite todo y me coloque una gran camisa morada con mis shorts negros, me acuesto boca abajo y comienzo a abrir la libreta. Hubo una mala corazonada “La curiosidad mato al gato” pues, yo no soy un gato así que técnicamente está bien que yo curiosee…

 

Pág. 1

 

El sujeto “A” Es de carácter Dócil.

El sujeto “B” Es de carácter Semental.

 

Descubriendo como trabaja realmente los sentimientos humanos sin importar genero u otra clase de “inconvenientes” entre dos personas… lo siguiente será definido como las palabras características de las emociones que “siente” el hombre, basándose en la lógica del autor del experimento…

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Pág. 88

 

El sujeto “A” actuó de una manera muy afectiva, más de lo normal con el sujeto “B”

Un fuerte abrazo y hubo una especie de conexión emocional entre ambos, subrayando que “B” solo usa a “A” como experimento, a este también le brotan algunos sentimientos: Emoción, ganas de un beso, ansiedad. Aun sabiendo que él tiene su pareja heterosexual.

 

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¿Qué es esto? El sujeto “A” pues— Esto me confundía, pero efectivamente era la letra del chico de lentes.

 

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Pág. 120

 

Beso el sujeto “B” le dio un beso al sujeto “A” quien acepto y correspondió…

***(Viernes-Tarde-7-Feb)***

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Pronto el experimento estará acabado cuando ocurra una violación en todo su sentido racional al tema psicológico en práctica, por parte del “B” al “A”…

 

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Para concluir con un “corazón roto” y seguir en observación sus reacciones…

 

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Emil ¿Qué es esto?— Musite con lágrimas que surcaban solas de mis ojos ¿Todo era mentira? experimento ¿Experimento? Yo no puedo ser el “A”… ¿O sí?

 

 

     Era lunes, de seguro todos llegarían tarde solo estábamos el chico de lentes y yo.

 

Emil ¿Qué es esto?

 

 

     No pude contenerme. Estaba furioso. Como cuando mi mamá no tenía microondas y colocaba agua a hervir para hacerle el baño María al chocolate con la excepción de que aquí no había nada dulce, nada a futuro, nada verdadero solo un maldito experimento.

 

¡Oh! Gracias por guardármelo pensé que lo había perdido— Lo dijo restándole importancia al contenido de esa agenda suya.

 

Emil ¿Qué es esto?— Me lo quito de las manos.

 

¿Lo leíste?— Lo dijo con su tono de “profesional” el señor “muy maduro”.

 

Emil ¿Qué es esto?— Ya tenía la vena atravesada, sentía que se me iba a salir de quicio.

 

¿No es obvio?

 

Emil ¡¿Qué es esto?!

 

Lo siento, solo es un experimento, mi amistad es intacta hacia a ti

 

     Ya no quiero más, mi mamá no trajo al mundo a un Jesucristo ni mucho menos, para que ese idiota me siga haciendo tanto daño, mi corazón se arrugaba tanto, solo mis lagrimas me “refrescaron” esa noche sin duda.

 

     Un mes después…

 

     El techo era blanco igual que las paredes, un espejo y ¡Dios! Jamás pensé que la claridad doliera tanto en los ojos.

 

¡Ya basta! M-me vas a ¡matar!

 

     Estaba muy golpeado o al menos eso podía sentir levemente ya que mi sangre estaba caliente, veía sangre en esas sabanas ¿blancas? De color amarillento ese cuarto de ¿motel?

 

     “Motel barato” Esas palabras, hicieron eco en mi cabeza…

 

     Pero ¿Cómo había llegado hasta aquí? Lo último que recuerdo es a Joseph en el estacionamiento de ese restaurante para niños invitándome un té helado y no estoy seguro, siento como si me estuvieran desgarrando pero no tengo fuerza.

 

—¡Auxilio!— Pensaba que estaba gritando muy fuerte, pero no era así, lo dije bajo. Yo estaba muy débil.

 

     Sentía que me sujetaban las muñecas, mis ojos estaban muy pesados para ver el rostro de esa persona y ni hablar de lo mareado que estaba.

 

Vamos lindo ¿No te gusta? Yo creo que si ¡ugh!— Esa voz, yo la conocía era muy familiar para mí.

 

Tu voz, tu voz… !Ah!— Me estremecía tartamudeando tan indefenso ¿Dónde mil demonios quedaba mi hombría? ¡Mi hombría!

 

Si soy yo— Su risa fue estruendosa—no te pasara nada, al menos no te matare Amiel— Su risa era demasiada cruel me sentía tan indefenso como cuando el gato de mi vecino jugaba con aquellos ratones y fue cuando más o menos en la posición que me tenía, literalmente. Estaba debajo de él, con mis piernas que eran abiertas hasta más no poder por el de ojos azules mientras me estocaba ferozmente.

 

Tu voz… ¡Ah!!!— Ya sabía quién era pero ¿por qué? yo me retorcía y gritaba con sentimiento. Ya estaba llorando pero cuando me di cuenta de quién era, sentía más constante ese líquido cálido inundando mi rostro.

 

Joseph… ¡Joseph Suéltame!!! — ¿Cómo demonios seguía embistiéndome?

 

—¡Quisiera matarte! pero me conformo con el plan de Emil

 

     Emil…

 

¡Ahora grita como siempre quise oírte Amielcito!— Sangre y latigazos era todo lo que sentía y “veía”, pensando en que no era cierto, que quizás mi Emil vendría a ¿salvarme? O quizás a ¿despertarme? Mientras unos malditos mareos me asechaban.

 

     ¿Emil?...

 

     Estaba muy confundido, muy adolorido pero su nombre era la oscuridad que brillaba como una simple ilusión en mi corazón ingenuo…

 

“Amiel Se fuerte”.

 

 

Notas finales:

Nos vemos el viernes... =^w^=


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