Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I love you Daddy! por MidNightFlower

[Reviews - 179]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Hola criaturitas, si estoy viva! Les deseo un muy feliz año nuevo y espero que hayan tenido una preciosa navidad!

 

Si, después de tanto estoy actualizando, si, lo se... ni perdón de dios tengo, pero pues he estado ocupada y pues es difícil continuar con una historia que ya no te inspira como antes... esas cosas pasan y pues hice mi mayor esfuerzo por todas las hermosas personitas que aun están esperando que este fic termine n.n Tal vez haya cambiado un poco mi narrativa y si me equivoco en algo (ya sea de narración, descripción, seguimiento de la historia, construcción de la idea, me disculpo con antelación ;w;)

 

Les mando saluditos especiales a Anónimo (aww te agradezco tus palabras!), yaz (me alegra que hayas retomado la lectura jeje, lento pero seguro, la terminaré :3) y HiroDUzumaki (espero no defraudarte con lo que sucederá :D)

 

A leer se ha dicho~

 

HOWGARTS (Parte 1)

La vida en el nublado Londres poco les recordaba a sus tan preciadas vacaciones que con forme pasaban los días, parecían cada vez más un espejismo en esa ajetreada vida en la que estaban sumidos por la cotidianeidad, que una realidad.

Con sus útiles ya listos, Teddy daba brinquitos de emoción correteando por toda la habitación mientras que un pequeño Draco más nervioso de lo que dejaba ver movía sin darse cuenta su pierna mirando de un lado a otro como esperando algo.

Harry por su parte echaba un vistazo por el rabillo del ojo a los chicos sin poder contener su sonrisa por lo bien que estaban creciendo. "Es increíble cómo pasa el tiempo" se dijo a la vez que daba un último vistazo al material que planeaba llevar para su primer día como profesor de Hogwarts, un puesto que nunca pensó ocupar.

Bueno, ya había ejercido como profesor hacía tiempo en su quinto grado o algo parecido y lo creyera o no Hermione, aseguraba que fue muy bueno (pese a que en el aquí y el ahora lo percibía más como una palmada de ánimo que una realidad fehaciente), sin embargo esta vez no tendría que estarse escondiendo con toda su clase de una maniática del ministerio, si no por el contrario, sería reconocido por todo lo alto como profesor de defensa contra las artes oscuras.

Como era obvio, su nerviosismo era palpable y a una semana de dar inicio el curso, ya estaba dudando si su decisión fue la mejor, pues seguro que con la maldición lejos de ese puesto vacante, encontrar profesor de DCAO no era tarea difícil… "pero de tantos candidatos la directora me escogió específicamente" se dijo meditabundo, ignorando los bufidos de cierto rubio que seguía en la misma posición.

"Es un honor obviamente, que haya pensado en mí para el puesto" se dijo, pero consideraba a momentos que tal vez el puesto le quedaría grande.

-Mi abuela dice que debería de comprarme una nueva varita que se acople a mí, pero yo estoy seguro que la de papá está más que bien- sonrió el chiquillo de cabello azul mostrándole la varita tan pegada al rostro del rubio quien negándose a hacer viscos entrecerró los ojos agitando la cabeza.

-Sí, sí muy linda- dijo con un puchero dándole un manotazo a su mano desviando la mirada.

"Y ya está nuevamente enojado" se dijo con un suspiro.

Desde su regreso de Capri, el buen humor del dragón comenzó a ir en picada y se encontraba muy volátil que a la más ligera provocación, explotaba. "Me pregunto si es por el clima nublado o por que le pedí específicamente mantener lo nuestro en secreto" se dijo prácticamente sabiendo la respuesta.

Draco podía ser muy aprehensivo cuando se lo proponía, tanto que cuando le hizo esa sugerencia dejó de hablarle por quince largos días y la cuenta seguía.

-¿De qué es tu varita, Dray? La mía es de ébano con pelo de unicornio- Draco fulminó con la mirada a Harry nuevamente generándole escalofríos.

-No sé... ALGUIEN no ha querido llevarme a ver varitas...- remarcó con los dientes apretados esa palabra, que no era necesario ser genio para averiguar a quien se refería.

Teddy mirando a su primo seguido de su padrino, comprendió de qué iba la cosa y soltó una risilla.

-Que enojadito estas, creo que puedo prender un malvavisco en tu cabeza y quedará perfecto-

-Déjame en paz, Edward- dijo cruzándose de brazos –no es mi culpa que ese ALGUIEN sea tan tacaño y desobligado que no haya comprado mi varita cuando fuimos al callejón Diagon pese a las indirectas y muy directas que le di- Teddy negó con la cabeza.

Esos dos no cambiaban por nada del mundo y sin tener ganas de ser el mediador entre dos personas que no le estaban prestando mucha atención a la varita de su papá, tomó sus cosas y se acercó a la chimenea.

-No crean que no es divertido ver como se miran y se pierden en los ojos del otro mientras juegan "las traes", pero creo que iré a comer a mi casa- amplió su sonrisa al notar lo ofuscado que se ponía el rubio -Ya dejen de pelear, padrino; y dale muchos besitos al dragón para que se calme- vio a Draco correr hacia donde estaba y supo que era el momento para escapar -Nos vemos en King Cross, muac, muac- lanzó besos al aire entre risas atravesando las llamas verdes antes de que algún objeto volador lo alcanzara.

Dejándose caer dramáticamente sobre el sofá, Draco acomodó sus libros nuevos deseando poder hacer magia sin varita para que su tintero regresara a su mano sin tener que ir por él. No decía nada, por tanto Harry comprendió que si el no iniciaba el acercamiento, el menor y toda su molestia no lo haría.

-¿Estas muy enojado para hablar conmigo, ojitos grises?- el rubio bufó por la nariz negando con la cabeza -¿sabes porque no quiero que vayamos a Ollivanders?-

-¿Por qué estas siendo tacaño?- lo miró de arriba abajo y Harry rodó los ojos.

-Claro que no estoy siendo tacaño, ni que estuviera tan pobretón como para no querer comprarte lo que desees-

Draco no dijo nada, solo lanzó una expresión que denotaba que no estaba siendo convincente, a pesar de que así fuera -sin embargo, quería darte algo muy importante, algo que te pertenece y quería que tu juzgaras si querías quedártela o si preferías que te regalara una nueva- con una expresión secreta, agitó su varita para sacar del cajón de su gaveta de trabajo una caja negra rectangular. Nada más verlo, el niño intuyó de que se trataba.

-Obsérvala y decide- exclamó acuclillándose, abriendo la caja ante sus ojos.

Esa varita de espino con pelo de unicornio, nada más tocar sus manos, Draco sintió como la magia corría por sus venas; era como recibir en tu pecho a una vieja amiga. Jamás la había visto, pero en efecto la sentía como suya.

-¿Cómo es que la tienes? ¿La compraste cuando me conociste?- Harry negó con la cabeza -¿entonces?-

-Esta era tuya… no me preguntes porque la tengo en mi poder, estoy seguro que eso regresará a tu mente tarde o temprano y no quiero confundirte…-

-Gracias- emitió Draco con tremenda sonrisa que hizo suspirar al moreno, menos mal que pudo evitar que la tormenta se alargara más –con esto te perdono- asintió tirando de su cuello para plantarle tremendo beso. Tomándolo en sus brazos, Harry ahondó su unión.

-Merlín, como extrañaba esto…- murmuró el mayor fundiéndose en sus dulces labios que el menor clamaba ansioso, con ese mismo deseo que en Santorini o Capri.

-Yo también…- se separó escasos centímetros para poder respirar –pero es tu culpa por ser un cabeza dura- sonrió sacando la lengua –si me hubieras entregado la varita antes…-

-Entonces no hubiera sido una sorpresa-

Draco lo meditó un poco.

No quería darle la razón, pese a ser un gesto muy dulce, así que queriendo acallarlo a besos, volvió a juntar sus bocas disfrutando de esa rica sensación, que mientras más se entregaba y más receptivo se ponía, obviando un malestar en la parte posterior de su nuca que tan pronto como nació se acrecentó a grandes zancadas y que como un chispazo, arremetió en su corteza nublando su mirada provocando que los recuerdos a raudales llegaron a su cabeza impidiéndole estar de pie por mucho tiempo.

De un empujón lo alejó. Todo se volví a más claro y distante. Uno a uno volvía a sus recuerdos de aquel primer año en Hogwarts; esa navidad en casa con sus padres, todas las bullas y malos tratos, todo un año de vivencias generaba muchísimo dolor.

-¿Que sucede dragón?-preguntó consternado el azabache. Pero Draco no podía asimilarlo.

Entre más edad ganaba, era más difícil de sobrellevar los recuerdos sobrelapados que se volvía un mar palpable en comparación de los que regresaron cuando era aún pequeño.

-Tengo que ver a Hannah...- aseguró alejándose aún más de su agarre.

-Está bien. Me aseguraré que te reciba- dijo resignado dirigiéndose a la chimenea con gesto dolido.

Draco lo vió alejarse, pero no podía concentrarse. "Qué no te afecte" se dijo tratando de respirar acompasadamente cubriendo los costados de su rostro. "Prometí que no me afectaría…"

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

Tras seis horas de terapia y otras 3 recluido en su habitación, podía verlo todo más tranquilo y con objetividad. Estaba seguro que Harry estaba descolocado por su forma de actuar. No podía culparlo.

El mismo no comprendía muchas cosas así que podía decir que estaban a mano.

Realmente se odiaban cuando eran niños, sin embargo todo ese cumulo de emociones negativas no las sentía en esa nueva oportunidad que le estaba dando la vida, de hecho entre más lo pensaba, ese Draco que recordaba, ya no era ni la sombra de lo que fue.

Todo el ámbito en el que creció, estar alejado físicamente de sus difuntos padres, su adoctrinamiento de la pureza de la sangre, la supremacía Malfoy... todo eso ya no lo sentía como una verdad fehaciente e inquebrantable; crecer con los ideales de Harry, su generoso trato y abundante afecto, creo en si una nueva versión de él. La diferencia era abismal y hasta escalofriante.

"Seguro que si mi yo antiguo supiera en calidad de que estamos Harry y yo, se muere en ese momento…" se dijo recargando la cabeza contra la pared disimulando su risa. Sí que todo era tan extraño que ni valía la pena llorar sobre la leche derramada.

Tal y como en ese larga platica, Hannah le hizo ver que estaba viviendo una buena vida. No muchos podían decir que comprendían por lo que estaba pasando pues no había precedente en su condición, sin embargo estaba sano, era fuerte, podría sobrellevarlo y lo haría. Además, no hacía mucho le dijo a Harry que no importaba su pasado pues podían hacer nuevas memorias juntos…

-¿Puedo pasar?- era Harry con voz suave entreabriendo la puerta –vengo a dejarte la merienda… si aún no deseas verme, te la dejo sobre la mesa-

-No es que no quiera verte, tonto- exclamó deteniendo su huida –simplemente tenía que darme tiempo para pensar sobre… ya sabes… los recuerdos...-

-Y yo te daré todo el que quieras, sabes que comprendo más de lo que crees- exclamó con empatía. Desde hacía semanas esperaba ese momento y aunque su rechazó sí que caló como un herida abierta a la que le arrojas sal, estaba listo para afrontarlo cuando Draco estuviese listo.

No lo presionaría y sin decir nada, se sentó sobre la cama, esperando a que el menor dijera algo. Pensó que tal vez tendría preguntas o algo similar, pero no se esperó su siguiente mandato.

-Abrázame…- mirándolo de manera extraña no agregó nada y recargándose sobre un costado, obedeció; tomando entre sus brazos el esbelto cuerpo que lo aceptaba sin miramientos -Lo siento Harry...-

-No tienes porque disculparte ojitos grises… sé que debe ser difícil lidiar con todo eso; el odio que seguro sentías por mi debió de ser difícil por procesar, todas nuestras riñas infantiles y demás-

-Pero no es porque te odié ni nada, de hecho creo que nunca te odie realmente, simplemente te detestaba por la humillación pública por la que me hiciste pasar, por golpear mi ego con un gran golpe como lo es rechazar mi amistad…-

-Vaya es un alivio que me detestaras- dijo con sarcasmo.

-No seas melodramático, estoy siendo honesto; comprendo todo eso, es lógico que nos profesaríamos aversión, además el Draco que tenía todos esos sentimientos en contra tuyo, no soy yo, deje de ser él hace tanto tiempo que no lo conozco; por tanto no es por eso que perturbé, si no que...- hizo una pausa contemplando la débil luz de la lámpara -no entiendo cómo es que pudiste perdonarme… Fui tan grosero, no solo contigo si no con tus amigos y tus… padres…- bajó su cabeza sintiendo vergüenza.

Lo sentía una canallada en ese punto de su vida y más porque el mismo era huérfano "sí que fui muy hiriente…" se dijo apretando sus ojos cuando sintió la cálida mano de Harry sobre su cabeza.

-Eras una patada en el trasero, de eso o hay vuelta de hoja y créeme que ese año no es ni la punta del iceberg de lo que era nuestra animadversión… las cosas se ponen peores-

-No es posible…- se cubrió el rostro con ambas manos.

-Pero si lo pienso, fue gracias a ti y a Snape que siempre me mantuve alerta, por tanto es un punto a tu favor-

-Hum… eso no me ayuda ni un poco a sentirme mejor. Ni siquiera sé porque te gusto ahora si dices que nuestra relación en el colegio fue de mal en peor ¿eres masoquista, acaso?-

-Tal vez…- Harry rio ante esa idea. Seguro era más de lo que pensaba admitir, pero no se arrepentía ni un poco de amar a su querido niño -Vamos dragón, deja de buscarle lógica a mi cambio de sentir que aunque lo supiera no te lo diría -Draco rechistó -A parte, que quedamos que haríamos nuevos recuerdos juntos ¿o no?-

El rubio se lo pensó detenidamente. El pasado no se podía cambiar, pero forjar un nuevo destino con Harry lo tenía al alcance de su mano. Incuso si se lo proponía, podía enmendar un podo de los tragos amargos por lo que pasaron.

-Tienes razón- asintió acercándose más a su fibroso cuerpo, abrazándolo con todo el cariño que sentía por él.

Mirándolo nuevamente, le pareció increíble lo mucho que cambió ese escuálido chico de preciosos ojos esmeralda, quien rechazó su mano en primera estancia; como logró transformarse en semejante cuero de hombre. Suspiró complacido sin poder evitar mencionar con mordacidad algo que llegó a su cabeza.

-Aunque no me remuerde la conciencia el haberte retado a ese duelo a media noche para que te castigaran…- sonrió ampliamente para tranquilidad de Harry –puedo imaginar tu cara bobalicona cuando Filch los atrapó a ti y a Weasley- soltó una risilla al sentir el pesado cuerpo de Harry sobre el suyo.

-Pequeño rufián…-

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

Con las cosas ya arregladas entre ellos, apenas sintió los días pasar tan rápidos que cuando menos esperó ya estaban en camino a la estación King Cross.

Draco se sintió alegre al descubrir la varita en manos de Harry y como la mantuvo guardada de una manera especial cual tesoro pese a no tener una amistad como tal en sus años de escuela. "Puede ser tan tierno…" se dijo sonriente acariciando su varita preservada tanto tiempo para volver a llegar a sus manos.

Estaba seguro que pese a ese traspié de la oleada de recuerdos y todo lo que aún faltaba, sus sentimientos no temblarían manteniéndose firmes. Se amaban y sin querer ser arrogante, sentía los sentimientos de Harry certeros, por tanto comprendía que sin importar lo tormentoso, trágico y doloroso que pudiera ser su pasado compartido lleno de espinas generados por las tonterías pueriles, sabrían sobrellevar todo lo que vendría si estaban juntos.

-Henos aquí, dragón- exclamó Harry tan efusivo como niño pequeño que Draco intentó ser serio por ambos.

-Si- contestó observando todo sin caer en cuenta en nada enteramente.

Todo era casi tal cual lo recordaba, como un fragmento hecho al carbón de cuando tuvo sus verdaderos 11 años, tan parecida la escena, pero a la vez tan diferente.

Sus padres no estaban ahí con toda su elegancia, ni el mismo con su prepotencia de alcurnia. Ni sus pseudo amigos tras de él como perros guardianes y toda la credulidad de que todos estaban a su merced que poseyó en ese tiempo, no quedaba la gran cosa dentro de si.

Teddy ya sobre la locomotora hacia señas a su abuela y a el mismo gritaba algo que le sonaba entre los sonoros barullos de la gran cantidad de gente en la estación "vamos Dray, sube de una vez, ya aparté los lugares"

-Será mejore que vayas ojitos grises, si no quieres que Teddy venga a arrastrarte, porque sabes que es capaz de hacerlo- rio el moreno haciéndole rodar los ojos. Vaya que conocía de sobra a su primo que no le quedó más que obedecer.

-Vale, nos vemos en la escuela Harry… más te vale que no te retrases que no te lo perdonaré- infló los cachetes molesto.

-¿Y perderme la selección de casas? Claro que no, ahí estaré- le guiñó el ojo apretando su mano con fuerza en compensación del beso de despedida que tan ansioso estaba de recibir.

-Bueno… ehh… Seamus, no des tanta lata a Harry- dijo a modo de adiós que le hizo reír sonoramente al Irlandés.

-Si él es quien me da lata, sin embargo para su mala suerte no podrá hacerlo porque yo también me instruiré, que no es porque quiera ser erudito ni nada, pero necesito más plata y eso solo se consigue con una especialidad- chasqueó la lengua.

-¿Es en serio?- cuestionó preocupado el moreno. Era la primera vez que escuchaba aquello y temía perder su fuente más confiable del ministerio. Como intuyendo su hilo de pensamiento, Seamus le dio unas palmaditas en el hombro.

-Descuida hombre, que aunque no esté tanto tiempo en el cuartel ay tienes línea directa con Dean quien obedeciendo mis órdenes específicas, le dije: "o cooperas de buena gana con el jefecito Harry en lo que se le ofrezca, o te montaré y sabes que hablo enserio"- sonrió con cinismo bailoteando sus cejas –ya te imaginaras como palideció horrorizado ante la idea y no le quedó de otra más que acceder-

-Eres de lo peor...-

-Qué asco, pero que eficaz Seamus- exclamó Draco sin morderse la lengua –entonces, buena suerte-

-Igual Draquis, solo no hostigues mucho a los demás como en los viejos tiempos ¿huh?-

-Lo intentaré- exclamó pidiéndole con la mano a Harry que se agachara para darle un beso en la mejilla –nos vemos- sonrió dulcemente dirigiéndose a su nueva aventura.

-Nos vemos…- murmuró viendo cómo se perdía en la multitud.

-Te tiene bien medido colega-

-Y que lo digas- negó con la cabeza, vencido -y hablando en serio ¿a que te referías con que te vas a instruir?-

-Pues a eso. Tomaré un curso para validar las pruebas que recabé. Muchos vejetes del ministerio consideran innecesarias las maestrías porque todo marcha bien tal como están las cosas pues durante tanto tiempo se ha hecho investigación obteniendo buenos resultados con las mismas prácticas…-

-Demasiado arcaico- contestó con hastío pues lo sabia demasiado bien. Mucha gente vieja y tonta ocupando puestos altos en el ministerio hacia que nada progresara y todo se mantuviese de la misma manera.

-Exacto- asintió –pero sabes que no me gusta quedarme con los brazos cruzados, mucho menos cuando no me hacen caso sobre las cosas en las que tengo razón. Las pruebas que te mostré son buenas, pero en palabras de Robands "no son lo suficientemente buenas para llevar a juicio"- refunfuñó enojado -además si hago esa maestría, será más fácil atrapar a los bastardos que andan tras de Draquis ¿no crees?-

-Puedes apostarlo-

 

Notas finales:

En un rato subo la segunda parte jeje~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).