Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I love you Daddy! por MidNightFlower

[Reviews - 179]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola pequeños, sip, despues de meses y meses regresé con esta historia, ya ven, no me morí ni nada, simplemente tuve muchos, pero muchos problemas con esta historia...

Es realmente difícil escribir cuando un fic ya no te inspira como solía hacerlo cuando lo comenzaste a escribir y pese a tener la idea clara del ritmo que quieres que lleves, a veces la imaginación y las musas no cooperan D: Sin embargo por respeto a ustedes y cariño a una gran amiga que siempre esta al pendiente de esta historia, hice un esfuerzo devanando mis sesos y decidí darme una oportunidad para terminar el fic. Si,ya después de tanto tiempo (casi 9 meses!) puedo decir que ya solo le faltan con exactitud 2 capítulos a la historia!

Como lo sabrán, me encantan los epílogos y esta historia no será la excepción de tener uno, así que por si se espantan de final abierto que dejaré, sepan que el fluffy permanecerá y que lo incluiré en el epilogo.

Mil gracias por comentar:  Locaporelyaoi03,  erikag, Leyci y Fary! Se los agradezco muchisimo!

A leer se ha dicho~

 

 


DUELE

 

Creyó escuchar mal. No podía ser, simplemente no.

 

Observó a Seamus con severidad en la espera de algún chascarrillo un "solo es una broma" o algo que delatara que seguía jugando con él. Sin embargo su amigo solo se cruzó de brazos atento a su vez de sus movimientos.

 

"No es posible" se dijo buscándole lógica a aquel enjambre que ni pies ni cabeza parecía tener. Ron era su mejor amigo, se conocían hacia años, pasaron infinidad de cosas juntos como uña y mugre como para poder siquiera sospechar de él.

 

Siempre sintió que si todo el mundo le daba la espalda, tanto Ron como Hermione estarían ahí para él y solo con esa certeza podía sentirse tranquilo; claro que su amigo podía ser muchas cosas; desde gruñón, pendenciero y egoísta, pero ser un traidor por supuesto que no.

 

-¡Hey! ¡Reacciona Harry! ¿Estás ahí? ¿Holaaa?- el irlandés dio una palmada frente a su cara sobresaltándolo en el acto. Puso mala cara respondiendo al instante aquella verdad que nadie podía refutarle sin una buena teoría.

 

-No pudo ser Ron- declaró indispuesto a ceder a la idea –simplemente no-

 

-Pero lo es- respondió al instante Seamus tomando asiendo en su escritorio, mirándole con preocupación, procurando hablarle con el mayor tacto que su posición le daba.

 

-Claro que no- volvió a negar. De las cosas en su pasado, el día en que Draco fue secuestrado cuando tenía nueve era una de las pocas cosas que se mantenían tan claras como una pesadilla palpable que lo atormentaba en cada esquina, listo para brincarle encima -Él estaba conmigo y Hermione, lo puede probar. Ese día fuimos a comer juntos llegó Teddy y...-

 

-¡Ahí te equivocas mi buen amigo!- volvió a rebatir -El Ron con el que estabas era y a la vez no era Ron-

 

-¿Cómo? ¿Crees que no conozco a mi amigo cuando estoy con él?- parpadeó incrédulo.

 

Dudaba que alguien más quisiera jugársela con él a lo Barty Crouch Jr. cuando se hizo pasar por Moody. No creía que volvería a caer por algo así como poción multijugos. Conocía demasiado bien a su amigo que sabría diferenciar por muy buena personificación que hicieran.

 

-Claro que no. No si es un doble perfecto-

 

Eso lo golpeó de lleno cuando la iluminación llegó. "Un doble perfecto" se dijo tratando de controlar su acelerada respiración. Eso que Seamus insinuaba era aún más peligroso que la poción multijugos.

 

-El doppelganger es un hechizo prohibido Seamus. Además no todos pueden llegar a hacer uno que dure mucho tiempo porque puede ser muy dañino para el conjurador-

 

-Por tanto muy eficiente para engañar a la gente porque es prácticamente imposible de rastrear sin un análisis afondo del material genético- la costaba trabajo creer algo así. Apretó el puente de su nariz, súbitamente sediento por algo más fuerte que whisky de fuego.

 

-Pero Ron no haría algo así...- dijo débilmente comenzando a tener realmente duda.

 

-Lo haría si estuviera bajo un Imperius-

 

Era maquiavélico, pero comenzaba a cobrar sentido en su mente. Los mortifagos residuales desaparecieron sin dejar más que rastro parcial de su existencia ¿Quién mejor que alguien cercano a él, de bajo perfil para vigilarlo en primera fila?

 

-Seguro el Ron falso era el que estaba con ustedes, mientras el Ron verdadero siendo controlado por los malos, los ayudaba con sus crímenes. ¡Todo encaja, camarada que me está dando un escalofrío!- Harry negó con la cabeza.

 

-¡Piénsalo, Harry! No se ha sabido absolutamente nada de Yaxley ni de Rockwood en años más que pequeños avistamientos aquí y allá y curiosamente ha habido decenas de asesinatos en estos 7 años, aumentando exponencialmente con cada periodo. Eso habla de que tienen al menos un cómplice más-

 

Le dolía sospechar de su buen amigo, pero Seamus le estaba planteado algo plausible que llenaría uno de los huecos del misterio del altercado en Grimmauld Place. Además si aquello era cierto, Draco aún seguía en peligro.

 

-¿Cómo puedes saberlo? ¿Con la maestría que estas tomando?- preguntó irónico.

 

-La verdad es que eso aún no se puede saber a ciencia cierta porque no hemos encontrado a Ron para que testifique con veritaserum. Dean y su equipo ya están manos a la obra, pero no, no puedo saberlo al cien por ciento, solo es una especulación- ambos hombres se quedaron callados -pero es mejor pensar que lo están controlando para delatar cada paso que das, a considerar que lo está haciendo de forma deliberada ¿no crees?-

 

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

 

Estaba exhausto. Su mente caótica punzaba en su sien en constante golpeteo que ya no lo soportaba.

 

Las ideas pululaban como avispas furiosas en su mente, zumbando una y otra vez sin dejarlo en paz ni un instante. No podía digerirlo. Su mejor amigo Ron en una truculenta y despiadada afrenta contra su más preciado bien... No era posible. Se negaba a creerlo.

 

"Pero, podría ser… nunca es bueno descartar nada hasta probar lo contrario…" se dijo desganado regresando a su habitación. Sus pies no a penas y podían soportarle pues sus piernas de plomo lo imposibilitaban.

 

Agradecía que ya estuviera atardeciendo y ya no tener más clases por ese día; necesitaba un poco de Draco en vida para poder recobrar sus energías perdidas.

 

Su dulce niño con sus atentos ojos grises lo siguió por toda la habitación, precavido como felino al acecho y se acurrucó en su regazo, intuyendo que algo iba mal.

 

"A veces es demasiado perspicaz para su propio bien" consideró en extremo agotado recargando su tronco contra la cabecera de la cama.

 

-¿Que sucede Harry?- preguntó colocando sus lindas piernas a sus costados, arando con sus pequeños dedos su cabello de esa manera que tanto le gustaba. Suspiró todo el pesar y congoja, cerrando con llave las intrincadas dudas existentes dentro de su cabeza.

 

-Nada de lo que tengas que preocuparte, precioso- acarició su mejilla con devoción y tomó su mano para darle un tierno beso –solo son cosas de adultos…-

 

-Detesto que me ocultes las cosas- rechistó ofendido, arrugando el ceño. Quería verse amenazante como en sus tiempos de escuela, pero para Harry era uno de los gestos más adorables del mundo que aprendió a amar con locura.

 

-No pudo decírtelo... Al menos no ahora si no quiero ponerte en peligro-

 

-Si vas a estar con tus tonterías y secretos me voy- infló los cachetes dispuesto a bajarse de su regazo, pero el moreno se lo impidió.

 

-No ojitos grises. No me dejes...- el menor se le quedó viendo ladeando la cabeza, analizando su expresión y llegando a su muda conclusión. Harry abrazó su menudo cuerpo disfrutando su calidez, inhalando el delicioso aroma de su piel.

 

Draco jaló su cabeza hacia atrás para que lo mirara a los ojos. Su infinito amor fluía y se mezclaba como la magia circundante. Besó su boca con dulzura impregnándose de su aliento. Sus labios que lentamente aprendían y crecían en habilidad para hacerle suspirar, solo suyo y de nadie más.

 

-Le pedí a la directora un par de semanas para que te quedarás aquí por un tiempo… ¿te gustaría ser mi compañero de cuarto otra vez, Draco?- los ojos grises se pusieron de plato, observándolo con una secreta ansia pues eso era lo que esperó escuchar por largo tiempo.

 

Su frente se posó contra la suya y no pudo evitar acariciara sus suaves piernas a los costados de sus muslos.

 

-Realmente no eres nada justo, Harry… ¿tú que crees?- preguntó volviendo a unir sus bocas en un largo y húmedo beso a modo de respuesta.

 

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

 

Tal vez era el aire o una corazonada, pero sentía que más pronto de lo que esperaba o quería creer, pasaría aquello para lo que los mortifagos venían preparando desde tiempo atrás como un temporalizador ajustado a un tiempo inescrutable y su corazón apenas y podía soportarlo.

 

Con Seamus bajo control, decidió pasar la siguiente semana ajeno a cualquier cosa que no fuera el bienestar de Draco. Era difícil por la amenaza latente de peligro que sentía en sus entrañas, pero si quería tranquilizar a su dragón, haría su mejor esfuerzo en pretender que todo estaba bien.

 

Miró su pulsera a juego con la de Draco y suspiró. Esa cadeneta dorada fue la mejor protección que George logró fabricar y le estaba tan agradecido por su dedicación y empeño. No era mucho, pero por lo mientras podía respirar sereno de que algo malo le pasara a su niño.

 

Estaba equipado con buenos hechizos de protección y un sistema de rastreo más fino que un "ubícame". Tal vez no lo salvaría de una maldición imperdonable, pero cubría casi toda la gama de hechizos conocidos o eso garantizaba su amigo.

 

Suspiró tratando de ser positivo y de que no existiera un panorama donde realmente tendría que hacer uso de esa herramienta.

 

-Maldito, Longbottom…- gruñó Draco arrojando de lado su mochila entrando como un bólido rubio, sacando humo por sus fosas nasales.

 

-¿Ahora que te hizo?- le sonrió haciéndole una seña para que se sentara a su lado en el sofá.

 

-Lo de siempre, echarme en cara que soy un sabelotodo, mandarme tarea extra por irreverente, bajarme puntos por negarme a responder su pregunta, y la lista sigue. Ese maestrillo de pacotillas, si tuviera la edad que se supone que tengo, lo pondría en su lugar…-

 

-Pero como no es posible, no lo harás, pequeño. Yo hablaré con él- esas conversaciones tanto le recordaba a su animadversión con el profesor de pociones, haciéndole preguntarse ¿Por qué su amigo no podía madurar y dejar en paz a Draco? "Como si él no hubiera tenido una estancia difícil por la infinidad de veces que Snape lo hizo llorar" se dijo sin comprenderlo.

 

-Como desearía poder renunciar a Hogwarts…- murmuró Draco cabizbajo, recargando su cabeza sobre su hombro.

 

-Si estabas tan emocionado de entrar hace tres años, bebe. ¿Qué pasó con hacer nuevas memorias juntos?-

 

-Pero todo se mantiene igual, no hay nada nuevo más que tu estrés que aumenta considerablemente cada nuevo día que terminarás por ponerme en un perpetuo mal humor. Además, llegue a la conclusión de que podemos hacer hermosas memorias, mucho mejores en cualquier otro lado. De hecho no importa mucho el lugar mientras estemos juntos…-

 

-Lo siento- fu lo único que le pudo decir pues de revelarle su verdadero motivo de preocupación solo lo dañaría y concederle su deseo en ese punto del juego era muy arriesgado -¿y qué es lo que te gustaría hacer si no estás aquí? ¿Dejarás solo a Teddy?-

 

-El estaría bien si mí, solo con correo ocasional. Es tan sociable que todo el mundo lo adora, vaya a donde vaya… yo por mi parte me gustaría que continuáramos con lo que dejamos pendiente en Santorini…- intuyó por la forma cargada de connotación sexual sobre lo que se refería que prefirió ignorarla por el momento.

 

Era demasiada tentación la idea de unirse finalmente de esa forma que aunque estaba listo, quería esperar a que fuera un mejor momento. "El momento perfecto" se dijo saboreándose la idea.

 

"¿Realmente podría existir el momento perfecto?" no lo sabía. Ya era un hombre de 30 años y Draco apenas volvía a comenzar su vida. No parecía justo privarlo de tantas cosas maravillosas, pero tampoco se sentía lo suficientemente fuerte para dejarlo ir.

 

-¿Serías feliz con eso?-

 

-Por su puesto… hay tantos lugares maravillosos por descubrir…Bali, Zanzíbar, Bora Bora… ni siquiera tendrías que trabajar. Cuando sea mayor de edad, tendré toda la fortuna Malfoy en mi poder- alzó su nariz con orgullo.

 

-Que sin duda donarás para que otros niños como tu tengan buenas oportunidades…-

 

-Solo el 15%. No soy tan beneplácito como tú, santo salvador del mundo mágico, que vela por los pobres y hambrientos- infló los cachetes. Tuvo que abstenerse de rodar sus ojos por el sarcasmo punzante –pero aun así me sobraría muchísimo dinero, tanto que podríamos nadar en el-

 

-Que sueño tan maravilloso…- meditó inmiscuyéndose en esa idea dorada donde no tendría que preocuparse de nada más que ser feliz.

 

Estaba seguro que eso era justo lo que sus padres desearían después de darle tanto de su vida a la seguridad del mundo mágico y bueno, si era honesto consigo mismo, era justo lo que deseaba más que nada en el mundo; un lugar tranquilo para ambos donde los prejuicios por su relación no resonaran y la seguridad para su dragón fuera el aire que respiraban.

 

-¡¿Qué rayos estás haciendo?!- preguntó alarmado al verlo en cuclillas entre sus piernas, con esa encantadora expresión de completa inocencia pese a que sus traviesas manos ya le habían desprendido el cinto del pantalón.

 

-Voy a ponerlo en mi boca ¿te molesta?- relamió sus labios, juguetón. Sabía exactamente su debilidad y la estaba usando a complacencia. A esas alturas una negativa de su parte era prácticamente imposible.

 

-¡Mierda…! Draco…- apretó sus ojos echando la cabeza hacia atrás. Sus brazos crispados sobre el grueso respaldo del sofá no alcanzaban a disipar el acaloramiento ni la excitación de su cuerpo.

 

Como un experto tomó su pulsante erección apenas con ambas manos, lamiendo la punta sin apartar sus cristalinos ojos de plata de los suyos. Tragó saliva con dificultad. ¿Desde cuándo su adorable niño era tan lascivo y atrevido?

 

-No pienses en nada, Harry. Concéntrate en mí y solo en mí…-

 

*oOºº*2 semanas después*oOºº*

 

Pese a adorar la atención, Draco comenzaba a sentirse sofocado solamente asistir a clases y regresar sin más al cuarto que estaba compartiendo con Harry. Amaba a ese hombre, pero también necesitaba su espacio.

 

Como pudo, se desembarazó de su abrumador abrazo, para poder ir a comer con Teddy. "Demasiado sobreprotector" se dijo con suspicacia "¿Por qué rayos no me quiere decir que le preocupa?" bufó tomando asiento en el gran comedor con toda la gracia que tenía pese a tener tremendos chupetones en su cuello.

 

-Creí que la luna de miel no terminaría- dijo su amigo peliazul con una sonrisa cínica -¿muchos besitos y acción?- sus mejillas se tornaron un tono neón rojizo por los movimientos de manos de su amigo que no dejaban mucho a la imaginación.

 

-No la suficiente- dijo tras carraspear.

 

Si bien era cierto que aún no llegaba hasta el final con Harry, no era una blanca paloma, inmaculada pues no dejó perder la oportunidad de un par de franeleos con dedos incluidos. Era más difícil de lo que hubiera esperado, pero como no tenía intención de permitir que Harry tuviera a alguien más, se estaba esforzando y esperaba que estuviera agradecido. "Pero la culpa es de él ¿Por qué tiene que tenerla enorme?" se preguntó abochornado "Parece una berenjena"

 

-Si esta tan bien ¿Entonces qué haces aquí con los mortales?-

 

-Simplemente venía a revisar que no estuvieras muy solo, Edward. Así de buen amigo soy- Teddy le dio un codazo amistoso –además, Harry puede ser muy sobreprotector y quería algo de tiempo para mí mismo. La verdad no sé qué es lo que lo tiene tan ansioso si ya tengo esta baratija que me dio para protegerme y sabe Merlín que tonterías más- se alzó de hombros señalando una esclava dorada que era apenas una línea visible en su muñeca.

 

-¿Baratija? Wow. Recuérdame para la próxima que piense regalarte algo, no hacerlo, porque eres muy mal agradecido-

 

-Vamos Ted. Esto ni siquiera es oro o una aleación fina… seguro es algo que venden en el callejón knockturn disque para protección de mal de ojo, o que se yo. Podría apostar que solo tiene un hechizo localizador por si me pierdo como si fuera una vil mascota que no puede defenderse- rodó los ojos.

 

-Pero la intención es la que cuenta- hizo una comisura. Comprendía esa parte del cuidado y demás, pero lo que no le gustaba era que estuviera solamente sobre él como si temiera que fuera a desaparecer.

 

Pese a preguntar a sus padres si sabían algo al respecto, ellos solo se quedaron callados instándole a preguntarle directamente a Harry. "Como si fuera a decirme" bufó furioso "no es como si me fuera a pasar algo…"

 

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

 

Tras mucho pensarlo sobre un modo de voltear el tablero de ese macabro juego de ajedrez que estaba jugando sin saberlo con los mortifagos donde cada peón eran vidas que se sacrificaban a diestra y siniestra sin poder censarlas y que el premio mayor era su niño de ojos grises, decidió ponerse manos a la obra sin intervenir directamente.

 

Ya no podía permitirse seguir con esa desventaja que cada nuevo golpe suponía una tremenda paliza tanto física como mental, por tanto esta vez no dudó en ponerse en contacto con su amiga Hannah Abott quien con su vasto conocimiento en psicología y en materia de Draco a lo largo de los años, podría encontrar un significado preciso sobre el motivo tras los ataques de los motivos y su constante afrenta contra su preciado niño.

 

La prioridad número uno de Hermione era encontrar a Ron, sin embargo en su tiempo libre, le aseguró echarle una mano investigando a profundidad sobre el conjuro "accitus".

 

Hermione con si infinito conocimiento, también le sugirió echarle un ojo a la biblioteca y hacer su parte, sin embargo casi ninguno de los libros que encontró fue de mucha ayuda pues la información de ese bendito conjuro era tan escasa que le resultaba aún más extraño su uso específico. "¿Por qué usaron ese conjuro y no algo más elaborado?" era una pregunta que iba y venía, apareciendo con una alarma creciente en su cerebro.

 

Hizo unas pocas anotaciones y volvió a revisar el mapa del merodeador abierto a su lado. Draco estaba en clase de pociones y Teddy estaba con él. No era que lo considerara a salvo, pero pensaba que bastaba con que estuviera en un grupo de personas pues un ataque de esa forma resultaba más difícil.

 

Su lechuza Pidgeon depositó una pequeña nota sobre su escritorio y se posó sobre su hombro, dándole un pequeño mordisco en su oreja de modo afectuoso.

 

"No hagas nada apresurado, Herms y yo llegaremos a media noche con información importante" era la única línea en la carta de Hannah que no le decía mucho a Harry, pero suponía que era una buena noticia que ambas mujeres estuvieran colaborando pues la investigación resultaría más sencilla con dos expertas.

 

Suspiró cubriendo su rostro con ambas manos.

 

Esa noche había pocos alumnos distribuidos a lo lejos de la sección prohibida y madame Pince con su severo semblante, no se vislumbraba por ninguna parte. Estaba seguro que debía estar reprendiendo a algún pobre diablo por colocar mal el lomo de un libro o algo por el estilo.

 

-Hola Harry- alzó la vista y tuvo que cerrar al instante el mapa.

 

-Hola Neville- contestó sin mucho afecto. Hablar con él, no era algo que le apeteciera mucho por el momento, pero no lo corrió; si no por el contrario, lo invitó a sentarse.

 

Los modales hacen al hombre o algo parecido le escuchó decir a Narcisa alguna vez, pero con los vellos de sus brazos crispados en señal de advertencia, dudaba estar muy comunicativo o asertivo.

 

"Aunque podría ser el momento perfecto para abordar lo de Draco" se dijo pensativo, siguiendo la charla trivial de un clásico viernes por la tarde. Nada profundo de ninguna de las partes, solo roces ocasionales a la asíntota de "temas trascendentales" pero nada más.

 

Le estaba contando algo de los nuevos suministros para todas las clases que con mucho gusto patrocinó la directora McGonnagall, el implemento de material para el área de vuelo como mejores escobas y un nuevo equipo de quidditch, para herbologia como repelentes para bichos, artrópodos y babosas carnívoras, pero con honestidad poco podía importarle.

 

-Quiero que dejes en paz a Draco de una buena vez, Neville. Hablo enserio-

 

-¿Quieres hablar de eso ahora?- rio perplejo por el cambio abrupto del tema.

 

-Claro ¿Por qué no ahora? Creí haber hablado de eso hace tres meses contigo, pero las cosas siguen exactamente igual. Así que me hace pensar que no fui claro-

 

-¿Así que me acusó contigo? Que niñato- bufó sarcástico.

 

-Soy su tutor legal, así que es natural que me cuente estas cosas y lo injusto que estas siendo con él-

 

-Por Godric, Harry. ¿Qué no ves que te está manipulando? Siempre fue así y dudo que haya cambiado mucho ahora- si sus niveles de estrés en sangre no fueran lo suficientemente nocivos, la ira comenzaba a hacerle competencia férrea como si de caballos de carreras se tratase.

 

-No vayas por ahí, Neville. Te lo advierto-

 

-¿Qué? Si es bastante obvio. Un tigre jamás cambia sus manchas. Es irreverente, grosero, petulante y conflictivo, pero tú no lo ves porque eres demasiada buena persona Harry-

 

-No lo soy…- sus manos se apretaron sobre sus piernas en forma de puño –y no hables cosas que no te constan-

 

-Claro que lo eres, ¿mira que llegar al punto de adoptarlo? Merlín que nadie que lo hubiera conocido en la escuela lo hubiera hecho porque si sin esperar algo a cambio-

 

-Ya veo que no- dijo con tristeza viendo a su amigo de años perder puntos frente a sus ojos -¿Has estado alguna vez en un orfanato de guerra, Neville? No son un bonito lugar para crecer- su amigo negó con la cabeza -Las personas juzgan y tratan a los niños huérfanos de padres mortifagos o que presuntamente lo fueron como si hubieran sido ellos los causantes de los verdaderos crímenes- jugueteó con el tintero de su pluma y notó de reojo la mirada atenta del herbologo.

 

-Draco padeció mucho de pesadillas e incluso le tenía miedo a la oscuridad por ese horrible lugar. Si, incluso alguien como él que en su vida pasada fue grosero, petulante y conflictivo como lo llamas, tenía problemas como esos. Tuvo problemas de dicción hasta los siete y sufrió enormemente como tú y yo al perder a sus padres porque aunque no lo creas, Lucius y Narcisa dieron sus vidas para proteger la de Draco, brindándole una nueva oportunidad de empezar de cero y ser mejor de lo que ya era-

 

-No sabía nada de eso Harry. Realmente eres grandioso pues solo alguien como tú puede ver verdadera belleza donde no la hay… incluso le abriste las puertas de tu casa y tu afecto a alguien que te trató como mierda gran parte de su vida, viendo la posibilidad de ser alguien mejor-

 

-No fue por su futuro o porque soy una especia de héroe, nada de eso. Fue porque era él. Tan simple como eso- recordó su lindo niño, temeroso y dulce aferrándose a su túnica de auror como si fuera su única tabla de salvamente en ese mar embravecido donde lo arrojaron sin miramientos por su pasado.

 

¿Cómo lo hubiera podido dejar solo tras ver sus prístinos ojos grises, pidiéndole a gritos "no me dejes"?

 

Si bien ese día salvó a Draco de un futuro incierto, Draco lo salvó de sí mismo y una vida sin sentido de la que parecía no tener escapatoria. Todo lo que su niño le daba era valioso y con solo verle respirar, se sentía agradecido de que la vida lo hubiera puesto nuevamente en su camino. Por tanto que Neville lo ofendiera de ese modo, tan abiertamente le recalentaba.

 

No supo en que momento Neville se inclinó sobre él, rosando apenas sus labios con los suyos, pero lo que si discernió fue como lo neutralizó sobre la mesa con su diestra bien izada contra su espalda y su varita apuntando directo a la yugular en menos de una fracción de segundo.

 

-¿¡Harry, que rayos!?- chilló sorprendido, pero eso solo logró que la decisión de Harry quedara clara.

 

-Por respeto a nuestros años de camaradería no muelo a golpes tu huesudo trasero en un lugar público, Neville… pero vuelve a intentar algo así y me olvidaré de que alguna vez fuimos amigos ¿entendido?- Neville apenas pudo asentir del miedo que hacía temblar su cuerpo –Y si vuelves a molestar a Draco con tus pésimas imitaciones de Snape, me encargaré de que te quede claro porque me llaman el vencedor de señores oscuros-

 

*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOºº*oOº*oOºº*

 

Con la clase de Astronomía ya terminada y con un mar de deberes que debía terminar para el día siguiente, Draco se detuvo al observar a Harry esperándole con los brazos en los bolcillos.

 

"Que sobreprotector" se dijo rodando los ojos bastante complacido por ese sentimiento de ser especial para el auror.

 

-¿Va a haber cuchi-cuchi antes de media noche? Que travieso Dray- sonrió ufano Teddy cambiando su usual cabello azul eléctrico por un rosa chicle y comenzó a lanzar besos al aire.

 

-Ya cállate, Ted- lo empujó para que lo dejara en paz con su sonrojo. Se moría por algo así, pero dudaba que fuera por eso que Harry estaba ahí "Seguro teme que me coma el lobo feroz o algo así" negó con la cabeza –adelántate. Nos vemos en la sala común-

 

-Ni tú mismo crees eso, pero en fin. Te dejo en tu ilusión- rio divertido – ¡nos vemos mañana!- sus risas seguían haciendo eco a su espalda con forme se acercaba a Harry que lucía tan bien con sus prendas de calle que tuvo que fulminar a un par de chiquillas que se comían con la mirada aquello que era suyo.

 

-¿Cuidando que no me desvié del camino?- preguntó sarcástico, notando como sus compañeros de curso comenzaban a disminuir entre cuchicheos que se comenzaban a perder tras las enormes puertas del castillo.

 

-Se podría decir- dijo alzándose de hombros –me siento más tranquilo si soy yo quien te escolto- su magnética sonrisa aceleró su corazón Estaban solos y ser consciente de eso, lo emocionó.

 

-Ya. Eso no te hace sobreprotector para nada- ironizó para descontento del mayor. No es que le gustara molestarlo demasiado, pero saber que era tan importante para él llenaba su pecho de un modo tan agradable que quería saber cuál era su límite.

 

-Ríete si quieres, pero no dejaré de hacerlo. Eres lo más importante que tengo- le dio la espalda para que no viera su sonrojo. No le gustaba estar tan vulnerable pese a que ese hombre sabía cada uno de sus más peculiares, escabrosos y privados secretos.

 

Tenía principios y quería también que lo dejara de considerar lindo.

 

-Mira, es luna azul- señaló disipando su atención de él –dice la profesora que solamente aparece cada 2 años y medio. ¿No te parece genial?-

 

Como un mal sentimiento, sintió un tirón en su estómago. Algo leve al principio, pero que mientras más lo pensaba, más se intensificaba. "¿Qué es esto?" se preguntó mirando su abdomen sin notar algo extraño.

 

Tras darle un par de palmadas a sus mejillas a modo de cerciorarse que el sonrojo había pasado, decidió regresar a ver a Harry.

 

Lo que sus ojos captaron con la lentitud de un lente de cuadro por cuadro, su sonrisa se desvaneció y solo pudo gritar a la sombra tras su amado auror -¡Harry cuidado!- algo que parecía una afilada aguja entró y salió tan rápido como un destello de su cuello que no notó que contuvo la respiración.

 

-¿Pero… que?- preguntó Harry ya con varita en mano, tocando con la otra el lugar del piquete apenas perceptivo -¿Ron?- preguntó tambaleándose, como si no pudiera sentir adecuadamente el suelo bajo sus pies.

 

El pelirrojo con los ojos desorbitados bañados en lágrimas y su nariz corrida, balbuceó como una lucha contra sí mismo.

 

-Lo… Lo siento… Harry… perdóname…-

 

-Maldición, Ron…- murmuró Harry intentando con todas sus fuerzas ponerse en pie y evitar caer en la inconciencia; alargó la mano hacia Draco con desesperación, parpadeando un par de veces, desubicado.

 

Con el sentimiento a flor de piel y su propia varita, temblando en su mano, el rubio volvió a tener la sensación alrededor de su abdomen ganando fuerza de tal modo que era como una soga invisible que le impedía respirar y tiraba de él.

 

Lanzó un incarcerus al pelirrojo que no opuso mucha resistencia ya que ni varita parecía tener ¿Cómo se atrevía a hacerle eso a Harry? Todo estaba sucediendo tan rápido que no sabía qué hacer. Harry necesitaba atención de Madame Pomfrey y rápido; incluso el mismo.

 

"¿Y qué tal si es una trampa?" se preguntó aterrado.

 

Vio como la protección a la redonda del castillo y lo cerca que se encontraban de sus límites. Más siluetas oscuras aguardaban de forma depredadora y casi pudo jurar que tenían las varitas en alto.

 

Antes de siquiera poder ponerse en acción, la fuerza que tiraba de él, terminó por tirarlo al suelo, arrastrándolo con la más asombrosa fuerza que hubiese experimentado jamás.

 

-¡Harry!- gritó a todo pulmón, pero los ojos verdes desaparecieron de su panorama y con el escombro y la tierra raspando su ropa al igual que su piel, rápidamente perdió el conocimiento, sumiéndolo en la oscuridad.

 


 

Notas finales:

 Es todo por el momento pequeños, realmente espero que les haya gustado el nuevo capi, aunque tal vez no sea igual de bueno como lo hubiesen pensado, pero fue lo mejor que loguré.

Espero realmente no tardar mucho en el siguiente capi que ya comencé a escribir porque ya no quiero alargar mas la historia ni la espera! Así que nos estamos leyendo pronto!

Les mando besitos y nos leemos pronto! :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).