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A Imagen y Semejanza por chibigon

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Notas del capitulo:

Advertencia: Lemon. Spoiler temporadas 6 y 8.

-14-

A Imagen y Semejanza

Por Ladygon

Capítulo 14: Castiel, Cas, Cassy y Cassie.

Ya en casa de Bobby, Castiel no necesitó la ayuda de Dean para bajarse del auto. Dean respiró feliz, después de todo su hombre era un súper hombre, mejor que eso, un súper ángel. Feliz y orgulloso, caminó detrás de Cas y vio cómo se sentaba en el sofá con cuidado.

—¿Cómo está? —preguntó Bobby.

—Que lo diga él mismo, ¿Cómo estás? —volvió a preguntar Dean.

Castiel los miró a ambos y luego respondió:

—Estoy bien. Mi herida está sanando. Demora, porque fue profunda.

—El maldito casi te mata —escupe Dean.

—No quería matarme, Dean, quería torturarme.

—Hijo de perra, lo mataré primero.

—¿Y cómo escaparon? —preguntó Bobby.

Comenzaron a contarle todo lo ocurrido con  detalles e incluso, Sam sacó el arma que usaron para herir a Cas. Bobby se vio muy interesado y analizó las balas.

—Así que estas cosas también matan demonios, interesante —dijo Bobby.

—Sí, y ángeles —agregó Sam.

—Mantengan esa cosa lejos de Cas —ladró Dean ya cabreado con la pistolita.

Bobby quitó la vista del arma para posarla en Dean, luego miró a Sam, quien se encogió de hombros.

—Bien, se hará como dices —Bobby se llevó el arma y salió de la habitación.

Castiel se levantó del sofá y comenzó a sacarse la venda.

—¿Qué haces? —preguntó Dean, tratando de detenerlo.

—Ya sanó, ¿ves? —Mostró su piel sana donde antes estuvo el agujero de bala.

Dean pasó su mano por la piel antes herida. Estaba muy suave como si nunca nadie la hubiera perforado.

—¡Ejem! —Sam comenzó a toser.

—¿Estás enfermo? —preguntó Dean, maliciosamente.

—Debe ser un resfriado —responde Sam con sonrisa burlona.

—Yo te curaré —dice Cas, llevando sus dos dedos a la frente de Sam.

Sam le hace el quite.

—No es nada Cas, con una limonada se me pasa. —Le sonríe con cariño.

—Ve a tomártela —dijo Dean, mandándolo a cambiar.

Sam sonrió burlón, su hermano era muy divertido cuando se ponía en ese plano y le gustaba tomarle el pelo. Decidió irse a tomar su limonada, aunque no la necesitaba, sería algo refrescante. Después, haría algunas preguntas sobre las almas, preguntas que Dean también tenía y fue lo primero que le preguntó cuando estuvieron solos.

—Usaste el poder de esas dos almas, ¿no?  —preguntó Dean.

—Me dejaron que los usara —respondió Cas.

—¿Quiénes, las almas?

—Sí, son dos vampiros.

—¿Pudiste comunicarte al fin con ellos?

—Hice contacto, quieren quedarse conmigo y prestarme su poder.

—¿Y por qué no mejor las dejas en el Purgatorio?

—No quieren ir ahí. Uno de ellos está indeciso entre querer revivir o quedarse.

—¿Cómo sabes eso?

—Leonor está tratando de convencerlo que no saca nada con…

—Wowowow, espera, espera, ¿Leonor?... ¿Hablas de esa Leonor? ¿La que mataste? —pregunta Dean sorprendido.

—Sí, esa, tu amiga vampiro, quien nos dio la ubicación de If. Ella es una de las dos almas.

—Wow… ¿Y quién es la otra alma?

—Es otro vampiro, su nombre es Benny, quería escapar del Purgatorio para venir a este mundo. Tienes asuntos pendientes aquí que quiere acabar.

—¿Cuáles asuntos?

—No sé, no me ha dicho.

—Así que Leonor quiere quedarse dentro tuyo y Benny, ¿así se llama?...

Cas asiente con la cabeza a modo de respuesta.

—… quiere venir a la Tierra a resolver asuntos pendientes —continúa Dean—. No creo que debamos confiar en el tal Benny, si fuera Leonor quien quisiera regresar, pero con el otro, no sabemos qué planea como tampoco el daño que causará cuando vuelva.

—Benny no se alimenta de humanos. Es igual a Leonor por eso se llevan bien —arguye Cas.

—¿Eso te dijo?, y tú le crees.

—No parece ser un mentiroso.

—Pero no te ha dicho cuál es su asunto pendiente.

—No.

—Entonces, no puedes confiar en él, es un monstruo.

—Leonor también lo es y confías en ella —refuta el, ahora, ángel.

—Leonor es Leonor, un monstruo amigable que conocemos. Al otro no lo conocemos.

—Dean.

—No sabemos qué hará.

—Dean.

—Por favor, Cas, hazme caso.

Castiel pareció pensarlo en una eterna mirada hacia su amado.

—Está bien, Dean, ¿qué hacemos entonces?

Dean pensó un momento.

—No me gusta que esos dos estén dentro de ti. Deberíamos deshacernos de ellos en el Purgatorio donde pertenecen, pero también es bueno que estén contigo para protección y llevarlas al Purgatorio no quiere decir que saldrán de ti. Dejarlas en la Tierra… Leonor podría ser, pero el otro, definitivamente, no…

—Puedo controlarlos —afirmó Cas.

—¿No te harán explotar o algo?

—No, Dean, puedo contenerlos hasta que sepamos qué hacer con ellos.

—Mmmmmh.

—Dean.

—Mmmmmh, ¿puedes bloquearlos o desconectarlos, o lo que hiciste el otro día?

—¿Te refieres a cuando dijiste  eso de dejarlos sin internet?

Dean sonrió. Era la única referencia que había entendido perfecto, quizás,  porque veía a Sam reclamar con el Wi-fi y la conexión de datos, o el plan, y si se cambiaba de uno al otro.

—Sí, puedo —dijo Cas con seguridad.

—Confío en ti, Cas. No me gusta que esas almas estén ahí, pero no puedo hacer nada por el momento, así que confiaré en ti.

—Dean.

Castiel lo tomó en brazos y lo besó con arrebato. Por lo menos este era un problema semi resuelto, pero faltaba otro mucho más importante que todos los demás:

—Quiero ver a Cassy —dijo Dean de repente, soltando el beso.

Castiel pestañeó varias veces y ladeó la cabeza hacia el lado.

—No entiendo.

—Que quiero ver a Cassy —insistió Dean.

—Pero si Cassy soy yo, no entiendo a lo que te refieres.

—¡Oh, vamos Cas! Tú sabes lo que quiero. —Lo mira con deseo malicioso.

El ángel abrió los ojos muy grandes.

—¿En serio?

—En serio.

—No podrás sacarme la armadura. —Lo miró con diversión.

—Mmmmmh —Dean se removió en su puesto, pero luego dio un saltito—. Vale la pena el sacrificio.

Castiel sonrió y se apartó de él. Luego se iluminó en su totalidad, con esa luz divina tan conocida. Le sorprendió ver que  esta vez la luz no le lastimó la vista, aunque era un poco diferente al arma que solía usar el ángel.

Cuando la luz se esfumó, volvió el ángel de la armadura romana con hermosas alas blancas en su espalda.

—Hola Dean —dijo con su habitual saludo.

—¡Cassy! —Dean se lanzó a sus brazos, siendo atrapado al instante.

—¿Qué necesitas?

—¡Bésame! ¡Fóllame! Lo que quieras —respondió Dean entusiasmado.

—Primero te besaré, luego te follaré. En ese orden.

—Me gusta ¡Vamos!

Cassy lo teletransportó —ahora podía hacerlo— hasta un motel desconocido, lo llevó a la cama matrimonial donde le sacó la ropa entre besos candentes, cubriendo toda la piel del chico. Luego, lo volteó para ponerlo en cuatro, sacó de entre su ropa de la armadura su miembro erecto y se puso en la antesala de Dean. Presionó su punta, haciendo que los bordes de la entrada se estiraran. Dean pegó un quejido y abrió más las piernas, esperando una nueva presión. El ángel no esperó más y dio un empujón corto, que metió la mitad de su pene dentro, la espalda del otro se curvó al sentirlo, acompañada de un grito. Dean se relamió los labios y levantó más el trasero. Las manos de Cassy se pusieron, una en la espalda y la otra acarició los glúteos perfectos, pegando una palmada que enrojeció el exquisito traserito.

—¡Oh! Sí, Cassy…

—Abre más las piernas, ¿no quieres que entre?

—Oh, sí, sí. —Dean abrió más las piernas.

La mano de Cassy en el final de su espalda aplicó una ligera presión hacia atrás y este se deslizó hasta el tope. El ángel aplicó presión tres veces, como acomodándose en el interior. Dean tenía la boca en un pequeño beso estirado, pues le estaban tocando ese punto sensible en su interior.

-Ooooooh…. Oooooh… —decía Dean, mientras se acomodaban y sentía esas esferas presionadas en su trasero.

Podía estar así para siempre, sintiendo la longitud del pene invadiendo todo su cuerpo. Ese ligero acomodo y su respuesta, apretando con suavidad, a modo de feliz recibimiento. Le encantaba el sexo con Cassy y con Castiel, pero con los dos era algo diferente, porque con Cassy era más carnal y podía comportarse como una “perra”, ya que ahora la verdadera perra era él, no Sam.

Cassy se retiró y Dean  aguantó el aliento, porque sabía que la arremetida sería espectacular. Cuando volvió a entrar, soltó el aliento en un grito muy erótico. El ligero acomodo de nuevo, para una nueva arremetida.

—Aaaah, oooh… Cassy… ahí…

Apretó sus nalgas. Sintió su entrada palpitar.

—Quiero que te muevas tú. Vamos, fóllate —le dijo Cassy, aleteando.

—Ah, sí —respondió Dean al sonido de sus alas tras él y al ligero roce de plumas.

Dean tomó el ritmo. Se hizo para adelante primero para sacarlo y luego, para entrarlo, se hizo para atrás. El acomodo fue de ambos.

—¡Dios! —gimió Dean.

—No, solo soy un ángel.

—Ah, mi ángel.

—Sí, tu Ángel de la Guarda.

Dean sonrió y comenzó a follarse él mismo con un ritmo delicioso, pero cuando el ritmo se volvió más rápido y errático, Cassy tomó sus caderas y empezó a penetrarlo con fuerza, levantando sus rodillas de la cama. Los brazos de Dean colapsaron y terminó con el rostro pegado en la almohada,  sujetándola, mientras era arremetido una y otra vez.

 

—¡Oh, sí!

No mordió la almohada, no tenía necesidad, porque a él le gustaba gritar, quejarse y gemir. Decirle a su amor cuánto lo necesitaba, lo deseaba, lo amaba y que lo follara duro. Quería sentir su carne  y su líquido dentro de él. Una y otra vez.

El ángel tomó una de sus piernas y la pasó por enfrente de él, volteado a Dean, el cual quedó boca arriba con las piernas, acomodadas en los hombros de Cassy. Cassy siguió arremetiendo sin tocarle, ya que sabía que si tocaba al solitario y movedizo falo, Dean se vendría enseguida.

—Dean…

Cassy aumentó el ritmo y el rostro de Dean iba de un lado para el otro. El cuerpo perlado en sudor y los dedos de los pies abiertos. Dean trató de concentrarse para no venirse tan pronto y que lo follaran el mayor tiempo posible, pero no aguantó mucho, porque la visión de Cassy con sus hermosas alas extendidas, cogiéndolo, fue demasiado para él y un chorro fue expulsado hacia arriba con un grito a cabeza hacia atrás, mientras lo seguían follando, pues el ángel todavía no terminaba.

—¡Aaaaaaah, Cassss…!

El ángel siguió, aunque el otro ya había acabado. Dean estaba con una sonrisa somnolienta sintiendo su ano palpitar, su punto sensible estimulado al máximo, seguía dándole placer. Así siguió un rato con muchos “Ah, ah, ah” de Dean, hasta que sintió el líquido recorrer sus profundidades y mojar su punto. Fue un segundo orgasmo, porque Dean había recobrado un poco de su excitación, poniéndose algo duro y terminó de vaciarse, cuando sintió eso dentro de él.

Ni siquiera tuvieron que tocarlo por delante y eso le encantó.

Después de un rato, siguieron con las caricias hasta darse sexo oral. Cassy se sentó en la cama y Dean tuvo que arrodillarse. La tragó toda, lamió y chupó, al igual que más abajo, lo que pudo sacar del taparrabo, ya que no podía quitarle la armadura. Las cosas volvieron a calentarse, Dean esta vez se sentó sobre Cassy, dándole la espalda y el ángel lo inclinó con una de sus manos hacia adelante para penetrarlo más duro. Ahora lo masturbó y Dean se corrió al quinto movimiento de su mano.

Como el ángel todavía no terminaba, lo acostó boca abajo sobre la cama y se puso arriba de él sin tocarlo, salvo con su miembro pegado y mojado. Lo siguió follando con más calma hasta que también se corrió.

Dean sentía su entrada palpitar con intensidad y el semen escurriéndole por entre las piernas. Estaba llenito a rebosar de líquido angelical, pero faltaba algo más.

—Cas, Cas —dijo cansado.

—¿Qué pasa Dean? ¿Quieres a mi Señor?

—Sí, quiero a Cas.

—¿Solo lo quieres?

—Lo amo.

El ángel sonrió.

Entonces, lo dieron vuelta y Dean vio a Castiel, completamente, desnudo sobre él. Sin alas y sin armadura, solo su querido ángel de siempre, el cual vino hacia él y le dio un lago beso con un hermoso abrazo.

—Te amo, Dean —dijo con esa voz sexy que le encantaba.

Dean sintió su alma elevarse y solo entonces, estuvo satisfecho, realmente, satisfecho.

Problema resuelto por fin. Dean estaba completo, su lazo con Castiel estaba sanado y fortalecido.

Más problemas se generarían con el tiempo, como por ejemplo, cómo escapar de la vista de Sam y Bobby cuando quisieran estar solos, sin dejarlos sin protección frente al continuo peligro de los demonios. Escapar de ellos era fácil. Cada vez que querían estar juntos, Cas lo teletransportaba al bosque, a un motel, a una cabaña, a la montaña, a la playa o a donde quisieran estar. Pasaban unas horas y después volvían radiantes de felicidad.

Sin embargo, protegerlos era difícil. Cuando iban a los casos, Castiel iba con ellos, a veces visible, a veces invisible. Tomaban habitaciones en los moteles como siempre. Cas no dormía, así que se sentaba en la cama de Dean y velaba su sueño como buen Ángel de la Guarda, protegiendo a Sam también, pero Bobby quedaba desprotegido.

Cas seguía yendo al cielo tan seguido como podía. Sentía la responsabilidad de supervisarlos y hacerlos sentir que no estaban solos. Sería una lucha larga, pero los ángeles le tenían el respeto necesario, después de todo, era el ángel más fuerte de todos los que quedaban. Lo que no sabía Cas, era que los ángeles lo consideraban su líder, aunque el otro renegara de ello.

En cuanto a Crowey, no volvió a aparecer. Quizás estaba pensando en su próximo movimiento o tenía otros asuntos más importantes que batirse con un ángel “súper poderoso” que no era Dios, pero era lo más parecido que existía por el momento. Las almas en el interior de Castiel tenían mucha culpa de sus poderes, así como también, las armas de Dios, las cuales todavía estaban bajo su custodia. Otra cosa, es que no existía algún ser, que pudiera batirse con él, ya que los únicos dos que podrían estaban enjaulados en el infierno.

Con el tiempo, las almas prefirieron quedarse con Castiel, en especial Benny, quien se sintió vengado cuando Dean y los suyos encontraron a su ex nido de vampiros. Las criaturas no tuvieron ninguna oportunidad. Cuando Castiel mató a su padre vampiro, fue como si él mismo les hubiera puesto las manos encima y también pudo desilusionarse de su amada. Dean comenzó a confiar en el vampiro después de esto. Tuvo mucho valor al compartir información tan personal con ellos y al saber la historia de Benny, de la boca de esos vampiros tan rencoroso, supo que era una persona o monstruo amigable. Aun así, no quería a ninguno de los dos, es decir, a nadie dentro de su angelito. El único que debía estar dentro de su ángel era él mismo y nadie más.

Sí, estaba muy posesivo el chico. Por otro lado, estaba feliz de que solo fueran dos y no millones de almas dentro de él. Si no hubiera dejado las almas estaría con Dios y eso no sabía cómo mentalizarlo… mejor no pensar en eso y ver la forma de solucionar cosas que sí, podía visualizar, aunque la visualización también le daba dolor de cabeza.

Por el momento, lo mejor era disfrutarlo. Todo estaba bien y feliz. Por primera vez en su vida era completamente feliz. Tenía todo para enfrentar el maldito futuro, pues siendo una persona maldita, no le quedaba otra cosa que seguir peleando contra la maldición. Pero bendita maldición, si eso le había dado a Sam de hermano, a Bobby y John de padre, a Mary su madre y a Cas su amado. No concebía otra forma de verlo.

Y así todo era maravilloso…

…Hasta que llegó Baltazar.

—Soy el Ángel de la Guarda de Sam —dijo el muy sinvergüenza.

—¿Cómo? —pestañeó Dean un par de veces hasta que comprendió lo que dijo el ángel. 

—¿En serio? —dijo Sam muy confundido.

—Creí que yo era el ángel guardián de los Winchester —refutó Castiel.

—En efecto, pero en el cielo llegaron a la conclusión, que tenías muchos problemas con Crowley queriendo vengarse de ti, así que me ofrecí voluntariamente, para ser tu apoyo, Cassie.

—¡Por Dios! —gimió Bobby

—Véanlo por el lado positivo, así Cassie tendrá más tiempo libre para ocuparse de los asuntos del cielo y, claro, también de ti, Dean. Es algo bueno, ¿no? —Parecía vendedor de propiedades.

—Por supuesto que no, ¡olvídalo! —Lo corrió Dean.

—Vamos, no seas tan susceptible. Eso es malo para el colón, ¿sabes?

—No puedes ofrecerte de voluntario, ¿qué pasó con tu protegido?, ¿lo abandonarás? —preguntó Castiel.

—No, para nada, ya tiene a mi reemplazo. El cielo estaba muy preocupado por ti Cassie, ellos te quieren mucho, o sea, nosotros te queremos mucho y al parecer necesitas ayuda, porque dejas a Sam muy solito cuando te vas a juguetear con Dean, y eso no es un comportamiento ejemplar para un Ángel de la Guarda.

Castiel y Dean se ruborizaron como un par de colegialas. Sam trató de ocultar su sonrisa y Bobby rodó los ojos.

—¡Grandioso! ¡Seré el mejor Ángel de la Guarda! Después de ti claro está —Balthazar señala a Castiel con un guiño sexy.

“¿Acaso el descarado le guiñó un ojo a mi ángel? ¿Qué está pasando aquí?” —pensó Dean.

—Esperen un momento —detuvo Sam—, nadie me ha preguntado si quiero un ángel propio.

—No lo quieres y no lo necesitas —dijo Dean muy seguro—. Castiel nos basta.

—Es cierto que me dejan muy solo cuando hacen sus cosas —dijo Sam con inocencia fingida—. Creo que no nos vendría mal, tener una ayuda extra.

—¡No se diga nada más! Mi querido Sammy, seré tu Ángel de la Guarda, con todo lo que eso conlleva —concluyó Balathazar con una sonrisa sugerente.

Sam quedó confundido.

—¡Cómo es eso de “conlleva”! —chilló Dean al punto del histerismo— ¡Y no le coquetees a Cas! —Se le tiró al ángel descarado para estrangularlo con sus propias manos.

Demoraron varias explicaciones, promesas y muchas cláusulas en el aire para tranquilizar a Dean de tamaña sorpresa. Cansado y al punto de las lágrimas, cayó sobre el sofá con un puchero de “dos metros”. Encendió la televisión y trató de olvidar el trago amargo. Ya vería como deshacerse del molestoso ángel. Con lo feliz que estaba en su vida, venía ese estúpido “Liberace” a arruinarlo todo. Sintió el abrazo que rodeaba su hombro, un abrazo que lo atrajo hacia la persona que necesitaba en esos momentos.

Castiel dejó la cabeza de Dean posarse en su hombro y con suaves caricias en sus manos logró tranquilizarlo. Un beso en la frente con el golpeteo incesante en su corazón, le dijo que todo estaría bien, porque estaba unido con ese ser sobrenatural, que tocó su alma y se la robó.

Fin.-

Aquí concluye este fic, espero les haya gustado. Gracias a quienes dejaron reviews y leyeron.

 

Notas finales:

Aquí concluye este fic, espero les haya gustado. Gracias a quienes dejaron reviews y leyeron.


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