El ex ángel había recobrado ya sus fuerzas gracias a un gran descubrimiento. La noche anterior cuando fue dejado en el hospital sintió una gran necesidad de alimentarse, el problema es que no sabía de es lo que saciaría su hambre pero en cuanto se encontró con otros enfermos no tuvo control de sí mismo, se lanzó contra uno hombre y lo mordió en el brazo, succiono un líquido que después supo que era sangre, en cuanto el corazón de aquel hombre dejo de latir se lanzó contra otro enfermo y así termino rodeado de cuerpos de todo el que estuviese en aquel hospital; noto como sus heridas ya no estaban, su fuerza volvía e incluso parecía que tenía sus poderes de ángel, se vistió con la ropa que le quito a uno de los doctores y salió, la neblina estaba por todo el pueblo, una gran sonrisa se formó en sus labios, tenía poder y lo usaría para su beneficio.
Lo primero que hizo fue pensar en la mujer que lo había ayudado y de pronto ya estaba frente a una cama donde ella dormía, se acercó para observarla, tenía que agradecerle correctamente o más bien ella sería su sacrificio, aparto unos mechones de cabello que tapaban el cuello pálido y mordió con fuerza, noto como la mujer había despertado e intentaba alejarlo pero eso jamás pasaría; su sangre era mucho más deliciosa que las que ya había probado, sin embargo una fuerte luz ilumino todo el lugar haciendo que tuviera que apartarse para cubrir sus ojos.
Cuando la luz disminuyo uno de sus hermanos apareció y el frunció el ceño, estaba molesto y esta vez no perdería y se fue contra el ángel.
Tras una fuerte pelea en la que ninguno de los dos se rendía por fin el ángel atravesó con su espada el costado de su hermano.
El ex ángel cayo de rodillas mientras sentía un agudo dolor, tenía que beber más sangre para curarse, intento levantarse pero el inútil cuerpo humano no respondía, se dejó caer completo al suelo.
-lo siento hermano…- se escuchó la voz potente del ángel quien después desapareció.
El ex ángel sentía como el cuerpo humano se iba muriendo, veía borroso pero alcanzo a ver una silueta de mujer con un vestido largo y blanco, parpadeo hasta que su vista se aclaró solo por un momento y vio el rostro de la mujer a la que había mordido, ella era diferente totalmente e incluso acepto que estaba más hermosa; vio como aquella mujer se inclinaba y lo segundo que sintió fue un dolor punzante recorrer su cuerpo, para su sorpresa la mujer lo había mordido, no sabía que pasaba pero si sabía que moriría como los demás a quienes el mismo había mordido.
En el pueblo de Konoha el sol iluminaba cada lugar mientras se abría paso con la mañana.
En la mansión cercas del gran lago, un pelirrojo se encontraba mirando a través de una de las ventanas.
Gaara no había podido dormir bien, esta casa la cual había terminado de construir hace poco, le traía muchos recuerdos, sin embargo no quería quedarse más en esta casa pero Deidara no había aparecido y estaba preocupado, además no podía irse así como así porque tenía una pequeña que cuidar.
En cuanto escucho el llanto de la pequeña Hinata fue a atenderla, la cargo con cuidado y la beso en la frente, con esto la bebé se calmaba de sus malos sueños.
-buenos días Hinata- dijo el pelirrojo mientras volvía a acostar a la niña para cambiarla.
Hinata sonrió y chupo su manita, eso era suficiente para saber que estaba bien.
Gaara comenzó a cambiar a la pequeña y cuando estaba por terminar escucho que alguien tocaba la puerta de la habitación, paso saliva para poder hablar un poco fuerte –adelante…
La puerta se abrió y entro Sasuke; el pelirrojo lo miro atento, se podría decir que ambos se miraban fijamente, hasta que la pequeña Hinata lloro al no tener la atención de Gaara.
El pelirrojo se apresuró a terminar de cambiar a Hinata y la cargo. -¿Qué sucede Sasuke?
El Uchiha miro a otro lado –amn…yo…quería…ver si podía cargar a mi hermana…- dijo serio y miro a Gaara, en realidad estaba mintiendo, si tenía curiosidad de cuidar de su hermana pero necesitaba hablar con el pelirrojo.
Gaara asintió y le acerco a Hinata –cárgala, es tu hermana menor- respondió el pelirrojo, en realidad se sentía emocionado de ver como Hinata recobraba su familia.
Sasuke cargo con mucho cuidado a su hermana quien después de mirarlo fijamente sonrió e intento agarrar su cabello, cosa que hizo sonreír ligeramente al Uchiha –me reconoce…
El pelirrojo asintió –claro que si
Hubo un silencio en el que Gaara apreciaba como Sasuke y Hinata se sonreían y miraban, de alguna forma hizo que recordara a su hermana, así que aparto la mirada.
-Gaara…gracias por cuidar de Hinata- hablo Sasuke
-de nada- respondió el pelirrojo con una sonrisa que estremeció a Sasuke.
En la planta baja de la mansión Uchiha, Itachi cruzado de brazos estaba recargado en el marco de la puerta, estaba esperando a que su padre apareciera para ver qué es lo que harían a partir de ahora, pues presentía que se avecinaba algo grande.
-hey primo, voy a salir un rato ¿quieres venir?- pregunto Sai mientras se paraba frente a Itachi.
-no- fue lo único que dijo.
-bueno ps entonces no…- Sai se encogió de hombros y después de correr se transformó en un lobo de pelaje negro con manchas blancas.
Itachi vio a su primo desaparecer entre el bosque, suspiro y decidió entrar a la casa en cuanto escucho a Sasuke bajar con Gaara y seguramente estaría su hermana.
En una cabaña en el pueblo de suna, Deidara se quitaba de encima la mano pesada de Obito; frunció el ceño al ver que ni el movimiento brusco despertaba al lobo.
Se levantó y se vistió, tenía que ir con Gaara, seguramente estaría preocupado porque no había vuelto pero, cuando regreso por Obito este estaba enfrentándose a un vampiro rebelde, esta cabaña fue el primer lugar donde pensó en traer al lobo, después una cosa llevo a otra y terminaron en la cama dormidos.
-hey chucho levántate!!- pateo la cama para hacer despertar a Obito pero este ni se movía, con una venita resaltada en su frente agarro la cama y la lanzo contra la pared cosa que despertó a Obito –bien, ya que despertaste, vístete- le dijo quitado de la pena.
Obito asustado miro a todos lados y cuando escucho al rubio frunció el ceño –joder Dei casi me matas del susto- dijo poniéndose de pie –además no es forma de despertar al hombre que amas- se quejaba Obito mientras se ponía la ropa.
Deidara recargado en la pared solo miraba en silencio al lobo mientras por dentro de moría de la risa.
En cuanto Obito estuvo listo Deidara lo llevo a la mansión Uchiha de Konoha.
Itachi se acercó a Gaara y Sasuke quien cargaba a la pequeña Hinata, era inevitable ver aquella pequeña y sentirse mal por no haber cuidado de ella, pues era su hermana y se habían comportado como unos tontos con ella—dormiste bien Gaara?— pregunto el Uchiha mayor mientras ponía su mano en la cabeza de su hermana quien en ese momento le extendió sus manitas para que la cargara, él sin dudar la tomo en sus brazos y la cargo.
—s-si, gracias— respondió el pelirrojo mientras sonreía por ver que Hinata estaba ya con sus hermanos.
—Vamos a comprar algo para desayunar— menciono Sasuke mientras caminaba a la salida y esperaba a Gaara en la puerta.
—amn s-si...vamos— respondió Gaara y se apresuró a salir junto con Sasuke.
Itachi beso la frente de su hermana y la llevo por toda la casa para que la conociera pues en algún futuro el clan principal volvería a vivir en esta casa.
Cuando termino el sonido de un auto se escuchó, el aroma familiar lo hizo salir a abrir.
De una camioneta negra bajo Fugaku, Madara, Hashirama y el pequeño Shisui, el cual apenas iba a cumplir un año pero parecía de cuatro años.
—bienvenidos— dijo Itachi y se acercó a su padre —Hinata él es...— no termino de hablar pues al parecer la pequeña sabía quién era Fugaku, ya que en cuanto lo vio extendió sus bracitos con desesperación por ser acogida por su padre.
Fugaku al ver a su pequeña sintió un gran sentimiento de emoción y sin dudar cargo y abrazo a su pequeña.
Los presentes se quedaron viendo la escena tan llena de sentimientos encontrados.
—m-mami...qen esh esha nena?— pregunto el pequeño Shisui mientras jalaba la ropa de Hashirama, haciendo que todos voltearan a verlo con una sonrisa.
Enfrente de un supermercado, Gaara y Sasuke bajaron del auto, el pelirrojo miro la pequeña y única tienda, no pudo evitar recordar cuando venía de compras con su familia.
El Uchiha al ver al pelirrojo perdido en sus pensamientos frunció un poco el ceño y lo llamo —hey Gaara vamos
El pelirrojo salió de sus pensamientos y asintió siguiendo al Uchiha.
Ambos chicos recorrieron el supermercado hasta que Gaara pregunto algo confundido al uchiha –que es lo que vamos a comprar?
Sasuke se detuvo y miro a todos lados, en realidad lo que quería era estar a solas con Gaara por eso lo había traído a este lugar –amn…compraremos para hacer unos hot cakes- dijo al final.
El pelirrojo asintió y busco el área donde se encontraba aquello, después de comprar los ingredientes y ponerlos en un carrito miro nuevamente al Uchiha -¿algo más?
Sasuke negó y empujo el carrito en dirección de las cajas.
-Gaara?...Gaara eres tú?
Se escuchó una voz un poco fuerte. Ambos chicos voltearon a mirar a quien hablaba.
El pelirrojo se sorprendió pero igual sonrió al ver a Kiba, quien llevaba un carrito con varias cosas que compraría –Kiba…hola- respondió el pelirrojo.
Kiba se acercó más a Gaara y lo abrazo sin previo aviso –me alegro que regresaras- susurro.
Sasuke frunció el ceño y apretó un poco fuerte el carrito haciendo que este se doblara un poco.
Gaara respondió al abrazo y poco después se separaron, a Gaara le alegraba ver de nuevo a sus viejos conocidos.
Kiba estaba tan feliz que no sabía que hacer -¿Cuándo llegaste? ¿Estás viviendo en tu casa?
El pelirrojo se aclaró la garganta para responder –llegue apenas ayer y…- fue interrumpido por una voz seria del Uchiha.
-está viviendo en mi casa…
Kiba miro por primera vez al Uchiha y levanto su mano –hola Uchiha…- ambos intercambiaron miradas frías por unos minutos, hasta que Kiba ignoro de nuevo al lobo –un día de estos iré a visitarte para hablar sobre varias cosas
Gaara al notar las miradas quiso salir cuanto antes pero tuvo que esperar cuando Kiba volvió a prestarle atención –oh…amn…claro…
El Uchiha se aclaró la garganta –nos vamos ya?
El pelirrojo miro al lobo quien ya le daba la espalda, miro a Kiba y le sonrió –nos vemos- dicho esto se retiró junto con Sasuke.
Kiba asintió y vio como el amor de su vida se iba de nuevo con ese Uchiha. Apretó sus manos en puños y después volvió a leer la lista que tenía en el bolsillo de su sudadera mientras se juraba que esta vez no dejaría escapar a Gaara.
En la mansión Uchiha, Hashirama preparaba el desayuno mientras que Madara, Fugaku e Itachi estaban en la sala hablando de los problemas y vigilando a los dos pequeños que parecían llevarse de maravilla.
-creo que Gaara debería saber de esto para que tenga precaución- menciono Itachi mientras se cruzaba de brazos.
-no…creo que si se entera va a ponerse mal y ese muchacho ahora es parte de nuestra familia, es otro hijo para mí- respondió Fugaku.
Madara frunció el ceño –tarde o temprano va a enterarse, que mejor que lo haga porque se lo dijimos
Fugaku miro por la ventana –yo seré quien se lo diga en el momento que crea conveniente- termino de decir.
Itachi asintió y se sentó en el sillón para ver como los pequeños jugaban.
Madara se cruzó de brazos y salió con dirección a la cocina.
En la camioneta Sasuke conducía despacio sin decir nada pero Gaara lo notaba molesto pero no entendía el motivo, hasta que una idea cruzo por su mente.
-Sasuke…lamento haber permitido que Kiba vaya a visitarme a tu casa…lo buscare y le diré que nos veremos en otro lado, sé que no tengo el derecho de tomarme ciertas atribuciones…- Gaara dejo de hablar cuando el auto se detuvo de golpe.
-no me importa que te visiten, eres de la familia, la casa Uchiha es tu casa- respondió Sasuke y miro fijamente al pelirrojo –se las intenciones que Kiba tiene contigo…
Gaara se quedó sin palabras y se sonrojo, sabía bien que le gustaba a Kiba, este se lo había dicho cada que tenía oportunidad, tal vez Sasuke estaba molesto porque estaba dando entrada a Kiba sabiendo que Naruto el amigo de la familia tenía sentimientos por él o al menos eso había dicho –lo siento…Kiba es solo mi amigo…
Sasuke frunció el ceño y asintió sin más, volvió a retomar el camino; no era tonto, sabía que sentía algo por Gaara y eso lo tenía frustrado, quizás solo estaba confundido por todo lo que había sucedido el año anterior; pero si en verdad estaba interesado en Gaara ¿Qué iba a hacer? Su amigo Naruto amaba al pelirrojo, no sería justo hacerle algo así. Miro de reojo al pelirrojo que miraba por la ventana.
En la entrada de la casa Uchiha, Deidara y Obito aparecieron; el lobo abrazaba la cintura del rubio a pesar de que ya habían llegado.
Deidara frunció el ceño y le dio un zape al lobo –SUÉLTAME YA!!
Obito se sobo la cabeza y se apartó del rubio iba a protestar pero en ese momento le llego el aroma de su familia, paso grueso y se metió a la casa para saludar; un día de estos les diría sobre su relación con el ex cazador pero todavía estaba pensando cómo hacerlo.
Deidara leyó las mentes de varias personas así que no tuvo que seguir al lobo para saber que los Uchiha habían llenado la casa, al girarse vio una camioneta negra llegar, en cuanto esta se detuvo, del auto bajo Gaara con una expresión de molestia mientras leía en su mente “¿Dónde estuviste?, por lo menos me hubieras avisado, ¿estás bien? , anoche no pude dormir por tu culpa!” Avergonzado puso su mano sobre la cabeza del pelirrojo –lo siento mucho…estoy bien
Gaara se encogió de hombros –está bien, ayúdame a hacer el desayuno
El rubio miro al Uchiha caminar con unas bolsas al interior de la casa y vio cómo se tensaba en el momento que escucho lo que dijo Gaara, leyó en su mente un “por favor ayúdame en esto” sonrió y miro al pelirrojo –te ganaron, Hashirama Uchiha ya trajo el desayuno
Gaara se sorprendió de escuchar que Hashirama estuviera en la casa -¿e-están todos?- vio que el rubio asentía, ahora como tendría que comportarse después de lo que les había dicho la última vez? Quizás solo tenía que disculparse, aun así era muy vergonzoso.
-ven, no estés torturándote solo- Deidara agarro de la mano al pelirrojo y entro en la casa.
Hashirama al ver a Gaara corrió a abrazarlo –Gaara no sabes cuánto me preocupe por ti pero como Obito nos dijo que estabas bien yo…- guardo silencio pues había hablado de más –me alegro que estés de nuevo con nosotros- dijo mientras se apartaba.
El pelirrojo estaba un poco sonrojado y claro que disgustado con Obito pero eso se solucionaría después.
Miro a Madara quien le sonrió mientras agarraba de la mano a un pequeño niño -¿él es su bebé?- pregunto sorprendido.
Hashirama asintió orgulloso –si y como veras los genes de un lobo hacen que crezcan más rápido los bebés
Gaara ahora comprendía un poco más sobre este nuevo mundo; sin embargo volvió a ponerse nervioso cuando vio a Fugaku acercarse –yo…les pido una disculpa por lo último que les dije…- al terminar de decirlo se inclinó para hacer una reverencia.
Fugaku se acercó y lo hizo volver a su postura normal para abrazarlo –eso ya no importa, me alegra que estés bien…
Gaara se sorprendió pero se sintió tranquilo por lo que sonrió.