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Mi One Piece. Regreso al mar de la realidad por albert2822

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s. Aquí os traigo un nuevo capitulo de esta historia. Pero no miento al decir que es el CAPITULO. Me explico. Como ya comenté hace tiempo, la historia solo iba a ocupar un fic, pero ideando por la noche, se me ocurrió este capitulo por lo que hice que la historia se encaminará hacia lo que es este capitulo (por lo que el segundo fic y el tercero son por culpa de este capitulo, por eso que veais la importancia)

Tambien aviso, coger aire y pañuelos antes de leer. No se si es el capitulo del que estoy más orgulloso (creo que sí) pero si es el más emotivo, hasta la fecha, y simplemente quiero que lo disfruteis, en espceial, todos aquellos que leeis la historia desde sus inicios ( y que tanto os debo agradecer)

Ilusión Segunda. Mugiwaras


31 de Diciembre de 1918, Castillo Saint Michel, Francia.


La isla comenzaba a albergar a sus primeros viajeros que andaban a tientas hacia un incierto destino. Por un lado, el grupo formado por Sanji, Zoro y Shuraiya y, por otro, Luffy, Law y Franky, confiando ciegamente en aquella mujer y prosiguiendo su camino hasta llegar a descubrir el cometido tan urgente que les había sido informado en la carta. Los pasadizos, algo más tenebrosos de lo que ellos hubieran deseado, iban siendo iluminados conforme la Dama del Lago se adentraba más en la fortaleza. Y a pesar de que cada grupo iba avanzando por un túnel distinto, tenían varias cosas en común, como su meta o su guía. Poco a poco, observaron como el amplio túnel por el que habían comenzado su camino iba estrechándose en unos pasillos por los que la distancia entre el techo y las cabezas de las personas no era muy grande.


Después de llevar prácticamente una hora caminando por el interior de la isla, parecía que por fin se podía ver la salida al final del túnel. Unos metros antes de llegar, la antorcha de la dama se envolvió en agua y se apagó. La procedencia de aquel líquido era extraña para nuestros viajeros, pero no les dio tiempo a preguntar cuando, a la vez pero en distintos pasadizos, los dos grupos llegaron a lo que sería la puerta final antes de entrar. Digo puerta, aunque eso no se podía considerar una cosa con esa denominación. En realidad se trataba de una enorme masa de agua que impedía el paso a lo que parecía ser una sala mucho más grande.  La Dama del Lago se paró en seco delante de aquella masa translucida y los allí presentes observaron lo que tenían en frente. Encima de cada una de las puertas, una inscripción había grabada en ella.


-¿Qué significa la letra T que se encuentra grabada en la parte superior del arco?- preguntó Law quien sentía curiosidad por saber más sobre aquel lugar.


-Forma parte de la palabra Takara. En cada uno de los seis túneles que comunican con la siguiente sala, hay grabado una grafía hasta completar la palabra- contestó la joven peli azul.


-Y ¿a qué hace referencia? ¿Qué necesitamos para acceder al interior?- preguntó insistentemente el joven de oscuros cabellos.


-Hace referencia a la naturaleza de este sagrado lugar. Muestren la invitación y podrán entrar a conocer la verdad- dijo aquella mujer de cabellos azulados para los dos grupos de personas.


-¿Qué invitación? No tenemos nada por el estilo- dijo Franky quien todo aquel misterio le era superior a él, y solamente deseaba acabar con él de una vez por todas y esclarecer su mente.


-Sin invitación no pueden continuar avanzando, lo siento- contesto la mar de serena la joven inmóvil frente a la puerta de agua.


-¡Qué cojones! ¡Sabes por todo lo que hemos tenido que pasar para llegar aquí! ¡Acaso sabes a cuanta gente hemos visto morir, a cuantos seres queridos!- se increpaba Zoro cara la muchacha.


-Cálmate Zoro, así no resolveremos nada- el rubio intentó tranquilizar la furia de su amante- Pensemos con claridad y se nos ocurrirá algo.


-Déjame Sanji, no tenemos que perder tiempo en tonterías, o ¿acaso se te ha olvidado todo el dolor de estos últimos años?- le replicaba el peliverde a su pareja quien intentaba detenerlo.


-No, pero…- contestó dolorido Sanji recordando por un instante las muertes, despedidas, peleas, y demás por las que habían pasado por estos últimos años.


-Esperad, creo que tengo una teoría sobre esa invitación- intervino Shuraiya en la discusión de la pareja para alumbrar un poco las ideas.


-¿No recordáis la forma por la que nos enteramos de este lugar y de la misión que teníamos que cumplir?- dijo Law desde otro de los túneles explicando la teoría a la que había llegado, y que resultaba ser la misma que la del peli rosa.


-Creo que se refiere a esto con lo de invitación- Shuraiya sacó del interior de sus ropajes el sobre donde estaba la carta que anteriormente habían recibido y que ahora devolvía a su supuesto dueño. Lo mismo hizo Law en el otro pasadizo.


-Bienvenidos viajeros, que paséis un grácil  estadía y halléis las respuestas que tanto ansiáis- respondieron a la vez las dos jóvenes de cabellos azules cara a cada uno de los grupos que le habían proporcionado la carta mientras la masa de agua líquida se desvanecía dejando paso a una gran sala. Justo después, ambas jóvenes se convirtieron en líquido también y se disolvieron por las juntas que unían las piedras del suelo ante la mirada anonadada de los viajeros.


-Anda, pero si se ha convertido en agua. ¿Será que le ha dado demasiado el calor? Pero si estamos en diciembre- decía Luffy inocentemente ante la extraña desaparición de la joven.


-Déjalo mi amor, mejor prosigamos ya que aquí no conseguiremos más repuestas- contestó Law mientras cogía a su pareja y la guiaba hacia el interior de la sala que estaba tapiada.


Ambos grupos se adentraron a la amplia sala al mismo tiempo para llevarse una grata sorpresa, la primera de todas ellas.


-¡¿Franky?!- dijo el peliverde al cruzarse con los ojos del que antaño fuera su jefe y gran amigo.


-¡Zoro, capullo, que haces aquí, pensé que habías muerto en el incidente del cabaret!- Zoro y Franky fueron los primeros en acercarse y darse un fuerte abrazo ya que llevaban años sin saber nada el uno del otro- ¡Joder tío, me alegro tanto de verte!


Franky no podía contener las lágrimas de felicidad por encontrarse con su viejo amigo después de tanto tiempo. En verdad era muy fuerte ese sentimiento que le hacía llorar como un niño, con mocos saliendo hasta de su nariz y ahogando al peliverde entre sus brazos.


-Ya está bien Franky, no hace falta tanta efusividad que me vas a ahogar- mientras el peliverde intentaba liberarse de los gruesos brazos del hombre de tupé, las otras cuatro personas se reunieron en el centro junto con los recién encontrados amigos. El silencia era notable en aquellas cuatro personas, pero estaba claro que lo iba a romper alguien que se guiaba por instinto.


-Hola- dijo el pequeño e inocente príncipe inglés presentándose con la mejor de sus sonrisas- Este es Torao y yo me llamo Luffy, soy el prínc…- sin embargo Luffy no pudo acabar de hablar cuando la mano de Law le tapó la boca y le dijo al oído.


-No recuerdas lo que acordamos de no ir diciendo tu verdadera identidad Luffy- alertó el siervo a su príncipe y le quitó la mano de la boca- Me disculpo por la imprudencia de mi… amigo. Yo soy Law, no Torao como otros me llaman, espero que entre todos podamos esclarecer los misterios de este lugar.


-No hace falta ser tan cortés, recordaría en cualquier lugar al príncipe de mi tierra natal, príncipe Luffy, me alegro de verlo sano y salvo y de que tenga un guardián tan protector a su lado, en cierto modo me recuerda a alguien, jajaja- justo en ese momento Sanji miró en dirección a su pareja que todavía estaba deshaciéndose de la emoción de su amigo- Yo me llamo Sanji y este de aquí tan antisocial es Shuraiya. Somos buenas personas a sí que no se preocupen por lo de su verdadera identidad. Pero, si alguien como usted está implicado en esto, debe ser mucho peor de lo que me temía.


-Ves Torao, no hay ningún problema. Creo que aquí no hay etiquetas, solo personas con una misma misión y un mismo valor ante el resto- y cuando parecía que el joven príncipe Luffy iba a decir algo con sentido común- Además, he decidido que serán nuestros amigos y punto.


-De acuerdo- contestó Torao con una sonrisa al ver lo adorable que le parecía la inocencia de Luffy- De todas formas, me parece que usted y yo nos conocemos de algún lugar, señor Sanji.


-Llámame solamente Sanji, pero me parece que la única ocasión en que nuestras vidas se cruzaron fue en el baile que la reina preparó antes del gran desastre. Zoro y yo trabajamos allí como camareros- contestó el rubio justo cuando Zoro había conseguido despegarse de Franky y ambos se habían introducido en la conversación.


-Fue allí donde lo hicimos por primera vez- contestó imprudentemente el peliverde y a cambio se llevó un fuerte puñetazo en la cabeza- No gano para golpes últimamente.


 -¿Eh?- dijo Luffy quien no se enteraba de mucho.


-Menuda esposa más temperamental te has buscado- dijo Franky acabando por enfadar al rubio y recibiendo este la misma medicina que Zoro.


-Al menos algunos tienen vida sexual…- dijo por lo bajini Law resignándose- Aunque eso no quita que mancillaran el palacio real.


-¿Ha dicho algo, Law?- preguntó Sanji a su nuevo amigo.


-Nada, nada importarte- contestó Law para salir del paso.


-Oye, siento interrumpir esta emotiva conversación, pero ¿nadie se ha fijado en este lugar?- intervino Shuraiya en la conversación haciendo que el resto mirará por primera vez aquella sala donde se encontraban.


Sus ojos se quedaron asombrados al ver la belleza que mostraba aquella sala. Era, sin duda, el reflejo mismo de la divinidad de toda la isla acumulada en aquel lugar, en la Takara. Su planta, de gran extensión y forma circular, confluía en seis amplios túneles por los que se accedía a la sala. En las paredes, grabados de historias remotas, lejanas y venidas de otro tiempo o mundo, como si los misterios de aquel castillo no tuvieran nada que ver con la vida de ese mundo, sino de otro. Justas entre feroces luchadores, galeones cabalgando las olas en las más terribles tormentas o seres fantásticos como gigantes, sirenas o semihumanos eran algunas de esas escenas representadas en los murales de piedra que rodeaban la sala. Y en el centro, la cumbre de la belleza y la hermosura en toda su definición. Una escalera de caracol que se perdía a la vista con su inmensa altura, y cuya base estaba protagonizada por una fuente con el agua más cristalina que el planeta azul haya podido ofrecer. La escalinata, única pieza de la arquitectura de la isla forjada en hierro entre adornos florares e incluso animales como alguna serpiente, halcón o pantera. Y la fuente, de tres alturas y con las estatuas con las mujeres más bellas que el mundo haya podido ver. Y en lo alto, encima de las pasarelas que comunicaban con la escalera central y unían el resto de estancias con esa central, se encontraba la cúpula, donde el mismísimo firmamento quedaba incautado para mostrar todo su esplendor en aquel mismo lugar.


Sin duda, la observación de la Takara había dejado a los recién llegados sin palabras, hasta que de repente, unos llantos resonaron con el fuerte eco del lugar.


-Luffy, ¿qué ocurre?- se acercó Law al ver a su novio sollozar mientras las lágrimas empañaban su hermoso rostro, cosa que no podía soportar.


-Me hab… habéis recordado a mi… a mi hermana…- contestó el príncipe inglés entre llantos mientras era consolado por las delicadas caricias de su amor- Echo… echo de menos a Vivi, Torao.


Esta declaración del pequeño príncipe rompía el alma del joven siervo. Estaba claro que haría lo que fuera por mantener la sonrisa cándida que tanto le gustaba de su amor. Pero, esto que pedía era imposible, y ese mismo dolor, hizo que la tristeza también invadiera el alma de Law.


-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LUFFY!!!!!!!!!!- de repente, una voz se escuchó por detrás de ellos. De aquel mismo lugar, una joven de azulados cabellos se abalanzó encima del pequeño Luffy mientras las lágrimas se desbordaban por sus ojos.


-¡Vivi!- gritó de emoción el chico de cabellos oscuros al encontrarse entre los brazos de su hermana nuevamente. Ambos mantuvieron sus manos unidas durante un rato a la vez que desbordaban toda su felicidad en lágrimas y llantos incesantes.


-Jajaja, esto sí que no me lo esperaba. Me alegro de veros, joven Luffy, Law- del mismo túnel desde donde se había abalanzado la reina una comitiva de personas entraron a la sala, entre ellas, un chico de oscuros cabellos en forma de melena y que conocía muy bien al príncipe y al siervo.


-¡Señor Ace!- dijo sorprendido Law al ver que aquella persona que le hablaba era su viejo amigo, el ex marqués de Glasgow, Ace. Todas estas sorpresas tan repentinas le  sorprendieron gratamente y casi no podía actuar el joven siervo. Tal era así, que justo cuando Vivi se apartó de los brazos de su hermano, esta se abalanzó a los de su amigo.


-¡¡¡Torao!!!- gritó de felicidad la chica peli azul mientras estrujaba con su brazo el cuerpo de su amigo de la infancia.


-Yo también me alegro de verla, reina Vivi-respondió emocionado al ver sana y salva y después de gran cantidad de tiempo a la que antaño había sido su mejora miga en la infancia.


-Que te tengo dicho de las formalidades, Law, solo Vivi, ¿de acuerdo?- le replico la reina mientras prolongaba un poco más de tiempo el abrazo con su amigo.


-Está bien- acepto la regañina Law quien su felicidad no podía estar más alta.


-Gracias por cuidar estos años a mi hermana, Ace-kun- dijo Luffy acercándose a aquella persona que desde hace tanto tiempo conocía.


-No hay de qué, era mi deber como protector de la familia real y como amigo- contestó agradecido el joven Ace- Veo que usted también está bien. Es bueno ver que le han cuidado tan satisfactoriamente.


-Sí, Torao es el mejor- justo cuando dijo este el risueño Luffy un sonrojo se posó en el rostro del siervo que no pudo evitar- Nee-chan, ¿Quién es toda esta gente que va contigo?


-Pertenecen a nuestra armada. No sé si recordareis a los capitanes Aokiji y Smoker, aunque ahora es general Aokiji. Y esta es su compañera, la capitana Hina- fue presentando la joven reina inglesa a toda su comitiva quien estaban en un segundo plano ante este emotivo encuentro.


-Usted… ¿usted no ha trabajado en el Big Mom Cabaret?- un chico rubio se unió a la conversación y dirigiendo su atención hacia la joven de rosados cabellos.


-Es cierto, Sanji, me alegro de que estés bien- contestó Hina con mucha amabilidad- Me acuerdo de ti a pesar de que la gente de ambos salones no se juntaban mucho. Verás, yo estuve allí infiltrada, pero… de veras siento no haber detenido a tiempo esa masacre.


-Hina, no tienes  que culparte de aquello- le dijo su compañero de cabellos grisáceos llamado Smoker.


-Es verdad, nadie pudo evitar aquella situación- contestó el rubio quien se apenó por unos momentos al recordar aquella escena llena de llamas y dolor de hace cuatro años.


-Y, estas personas, ¿Quiénes son y que hacen aquí?- preguntó la reina.


-Este es Sanji como ya has podido escuchar, y este es Zoro. El más tímido y de cabellos rosados es Shuraiya y creo que ya conoces a Franky, el antiguo jefe de la Galley- respondió el hermano a su hermana con toda la soltura del mundo- También fueron invitados a este reunión y saben lo mismo que nosotros.


-Me alegro de ver que está sano y salvo, señor Franky- dijo Aokiji acercándose al de pelo punk- Fue una pena lo de su hermano y la caída de la Galley. Aunque me alegro que Paulie decidiera abrirla de nuevo.


-Ese Paulie, jajaja, haría lo que fuera por preservar la figura de mi hermano y todo su trabajo aunque le costará la vida en ello. Cuando vuelva, le invitaré a unos tragos, jajaja- dijo Franky quien no se había enterado de la noticia de la apertura de la Nueva Galley-La Company.


-¿Por qué lleváis a un hombre esposado?- preguntó interesado Zoro cara los capitanes de la armada- Me parece que algo así debéis contarlo al resto ya que todos estamos en el mismo barco ahora.


-Estoy de acuerdo- respondió el general Aokiji- Este es un hombre que tuvo fuertes vínculos con la Alianza, y creemos que puede ser útil para la contienda que nos espera. Su nombre es Drake.


Encarcelados por las esposas y llevado por las brazos del capitán de los puros, un chico joven, de pelo castaño tirando a anaranjado, de cicatriz en la barbilla y mediana estatura, agachaba la cabeza frente a aquellas personas que tanto le imponían mientras sus piernas temblaban gradualmente.


-Nee-chan, siento pena por él. Hay algo en su mirada que me dice que está muy triste, y solo- dijo apenado Luffy al ver la figura maltrecha de aquel hombre esposado.


-Lo siento Luffy, pero es un enemigo- contestó la reina Viva a su entristecido hermano.


-Y, ¿quién es ese que está parado en la entrada del túnel? Que venga, que no le vamos a comer- dijo Luffy señalando a un chico rubio, con gafas de sol moradas y sobre el que se posaron todas las miradas de aquella sala.


-Debes decírselo, Vivi- le sugirió Ace a la reina- Cuanto antes, será más fácil para él aceptarlo.


-Decirme ¿el qué?- preguntó intrigado el pequeño príncipe.


-Verás- la reina trago saliva por un momento- Verás, tengo que contarte algo muy importante que me ha pasado mientras tu no estabas.


-¡Yo también, nee-chan!- dijo eufórico el joven príncipe- ¿Lo decimos a la vez?


-Está bien- respondió más animada la reina Vivi y un segundo después dijo a la vez que Luffy- ¡Estoy prometida con ese hombre!


-¡Torao es mi novio!- dijo Luffy a la vez que su hermana.


Instantes más tardes, los dos hermanos, como si no provinieran de una familia real ni hubiesen sido instruidos en modales, se revolcaron por el suelo a carcajadas sin poder detenerse ante la estupefacta mirada de los allí presentes.


-En serio nee-chan, cuanto me alegra oír eso- dijo emocionado Luffy tras escuchar a su hermana- Y yo que pensaba que te gustaba Ace.


-Sí, me gustaba, pero eso fue antes de conocerle- contestó entre risas la joven de azulados cabellos- Lo que si no me esperaba es que Law pusiera las manos encima de su adorado Luffy, jajaja.


-Sí, bueno…las cosas pasaron muy deprisa aunque aún no hemos llegado a eso…- de nuevo, el cándido e inocente príncipe inglés cavaba su propia tumba cuando justo detrás de él un demonio de la ira se apoderaba de Torao.


-¡LUFFY!- le gritó Law a su amando quien ya había dicho demasiado, y este se encogió como un conejito pequeño que se esconde de la gente que lo rodea. Justo en ese oportuno momento, el hombre rubio de la entrada se dispuso a presentarse.


-Hola, mucho gusto, me llamo Kohza y soy el guardaespaldas personal de la reina y, su prometido. Espero estar al nivel de grandes protectores como ustedes, señor Law, y señorito Luffy- dijo con las mejores intenciones aquel chico rubio quien se había colocado en medio de un cañón a punto de ser disparado.


-Luffy, más te vale que cierres la boca y dejes de contar nuestras intimidades, y en cuanto a ti- Law se giró cara Kohza con el semblante más terrorífico que haya visto jamás- En cuanto a ti, como me enteré de que haces llorar a la reina, te haré picadillo, de sacarás tus órganos y los venderé al mercado negro, te quemaré vivo, te dejaré sin comida y sin bebida hasta que tus suplicas se escuchen en el otro continente, te…


-Vale, vale- contestó aterrorizado el joven Kohza ante las amenazas de aquel chico- Creo que lo he entendido.


-No te preocupes Kohza, al menos ya te has ganado al hermano de tu prometida- dijo Ace dándole un palmadita de alivio en la espalda de este- Aunque con tu cuñado lo vas a tener más crudo.


El chico rubio trago saliva después de escuchar esa frase tan reconfortante, nótese la ironía, aunque sus temores fueron reducidos cuando la reina se le acercó, para ahora sí, reconfortarle. Justo en ese instante, nuevos invitados llegaban por el túnel más cercano por el que habían llegado la reina y su comitiva.


-¡Gente del pueblo, humildes personas, les pido un momento de su atención!- por aquel túnel entraba un hombre de verdes cabellos a lo cresta desplegando una alfombra roja que llegó hasta los pies de los allí presentes- ¡Denle la bienvenida a su alteza, el marqués de Liverpool! La flor más hermosa de este lugar.


Al acabar de decir estas palabras, un joven de rubios cabellos con amplios tirabuzones en la cabeza y porte galante y de clase entraba con aires de grandeza por la alfombra que le había sido puesto. A su vez, el de cabellos verdosos tiraba pétalos de rosas rojas a su paso.


-Dios, y ahora quien es- dijo resignado Shuraiya al ver otro espectáculo después de llevar más de uno.


Mientras pasaban el de rubios cabellos saludando con la mano y el otro haciéndole todos los honores posibles, una joven de anaranjados cabellos les devolvió a la tierra.


-¡Ya está bien vosotros dos, bajar de las nubes!- con dos fuertes derechazos, la chica golpeó a los dos hombres con sus puños hasta dejarlos tirados en el suelo y adoloridos.


-Querida, no crees que te has pasado un poco. Deberías moderar tu fuerza- intervino un hombre de nariz puntiaguda, cabellos negros y rizados que corría hasta encontrarse con la joven, y cuando se esperaba una réplica por parte de ella, vio que esta cayó desplomada al suelo, llorando.


-Sanji…- dijo la joven de anaranjados cabellos mientras sus ojos comenzaron a empañarse, nublándose consigo, su vista.


-¡¡¡Nami!!!- gritó sorprendido el rubio al ver, allí delante, a la persona que durante muchos años había sido su persona más especial, la mejor amiga, una confidente y de vez en cuando, su razón para seguir viviendo. Como no era de extrañar, el chico corrió como alma que lleva el diablo hasta ella. Al llegar, se agachó y la abrazó fuertemente mientras ambos lloraban de emoción y alegría, siendo observados por los demás, en especial, por un chico pelo verdoso de marimo y uno de nariz puntiaguda.


-¡Sanji, Sanji, Sanji!- no paraba de repetir la joven a la vez que palpaba cada parte del cuerpo de su amigo, como si necesitara una prueba física de que aquella persona que tanto tiempo había estado sin ver y que creía muerta, ahora estaba delante de ella- Te he echado tanto de menos…Sanji.


-Y yo- contestó con pocas palabras el rubio ya que la emoción le impedía articular más.


-Pensé…- le costaba decir esto a la joven- pensé que habías muerto en el cabaret y yo… no me lo perdonaba por nada del mundo… por abandonarte, abandonaros a todos y ser la única superviviente de aquella tragedia.


Las lágrimas fueron incesantes en los ojos de aquella mujer que sacaba a la luz todo el dolor que llevaba acumulado durante estos últimos años. Sin embargo, las delicadas manos del cocinero secaron sus ojos llorosos y consolaron su alma intranquila.


-Nami… no te culpes por aquello, nadie pensó que no abandonarás, es más, estábamos preocupados por ti, por si te había pasado algo, sobre todo, yo- dijo Sanji mirando fijamente a los ojos de su amiga para afianzar más sus palabras.


-Tuvimos que irnos, Usopp y yo hicimos algo horrible y…- Nami no podía continuar hablando y fue ayudada por su pareja.


-Dos agentes infiltrados de la Alianza nos atacaron y no tuvimos más opción que marcharnos ya que eran personas conocidas por ustedes y que jamás pensarías que eran enemigos del reino- respondió apenado el conde Usopp cara el resto de personas en la sala, en especial, mirando a la reina y el séquito de marines- Y perdóneme, su majestad, por abandonarla en un momento tan turbio.


-Tuvo una buena razón para hacerlo, ¿no cree joven cantante?- respondió la reina Vivi mirando a la joven de anaranjados cabellos que intentaba retomar la compostura- He sabido de su labor durante estos cuatro años conde de Gales, y creo que ha sido un pieza clave para la victoria contra la Alianza, y ustedes también, conde de Liverpool y su avícola compañero.


-Gracias- contestó aliviado el conde de Gales, más conocido como Usopp a la vez que los otros dos chicos hacían una especie de reverencia hacia la reina con tintes numereros.


-Oye Sanji…- cuando Nami se habría secado las lágrimas por fin, vio por primera vez el gentío que había reunido en la sala y se sorprendió de ver a cierta persona- ¿Ese es Zoro?


-Sí, bueno, verás…- los nervios y la vergüenza se apoderaron del rubio- Estuvimos juntos durante estos cuatro años, y- mirando con ojos de enamorado a su pareja- fue un gran apoyo para mí.


-Con que juntos, eh- dijo Nami pegándole codazos a su amigo para chincharle.


-Debo decir lo mismo de ti, ¿no? Un conde es aspirar bien alto, amiga, jajaja- dijo entre risas el rubio con el objetivo de desviar su atención y devolverle la pullita a su amiga.


-Mira- Nami mostró su mano al rubio y en ella portaba un precioso anillo de bodas que embauco al chico rubio y que hizo que gritaran los dos de emoción al mismo tiempo.


-Enhorabuena, conde- dijo el conde de Glasgow a su homónimo de Gales.


-A ver si aprendes, Bartolomeo- le recalcó el marqués de Liverpool a su peliverde pareja.


-Tendré que venderme para conseguir el dinero suficiente para un anillo así- contestó resignado Bartolomeo hacia su pareja, el marqués Cavendish.


-Que ilusión que haya más prometidos entre nosotros, ¿verdad querido?- dijo emocionada la reina Vivi.


-Sí- contestó escuetamente Kohza quien jamás le llevaría la contraria a la mismísima reina de Inglaterra que resultaba también ser su esposa.


-Torao, yo también quiero algo así- intervino de manera inocente como de costumbre el príncipe inglés mientras que el joven Law solo pudo ruborizarse a más no poder.


-¡¡¡NAMI!!! ¡¡¡SANJI!!!- gritó una voz femenina mientras esta le temblaba tras ver a aquellas dos personas.


Esas dos personas que habían sido llamadas, junto al resto de los allí presentes miraron hacia el lugar donde provenía la voz. De allí, una joven de oscuros cabellos, vestido largo de lunares y una rosa roja en el pelo corría hacia los dos chicos que había llamado y se tiró sobre ellos abrazándolos.


-¡¡¡Violet!!!- gritaron los dos al unísono. De la emoción, la princesa rusa cuyo nombre era Viola pero que le gustaba más ser llamada Violet, comenzó a besar a los otros dos mientras lloraba. Del mismo túnel, una chica de rubios cabellos apareció frente a ellos, desenfundó una fusta y mandó hacia ellos a la vez que apartaba a Violet.


-¿Quién se atreve a poner las manos sobre mi amor?- dijo esa chica rubia intimidante sin apartar el arma de encima de Sanji y Nami- Merece un severo castigo.


-¿Eh?- Sanji y Nami no entendían que habían hecho.


-Domino, tranquila. Son solo amigos. Ya sabes que yo solo tengo ojos para ti- dijo la princesa rusa mientras le daba un tierno beso en la boca a su novia, cosa que no pasó desapercibida para los allí presentes.


-Ahora entiendo todo- dijo Sanji asintiendo con la cabeza.


-La única que forma de que Violet no asesine a su pareja es que esta sea una asesina- terminó de contestar Nami.


-Sí- dijo riéndose la joven Violet- Me alegro de veros chicos, pensé… que después de que me secuestraran no iba a volver a mis amigos, y más después de saber lo del incidente.


-Sentimos mucho lo que te pasó Violet- dijo la chica de anaranjados cabellos- Pero si te sirve de algo, me encargue de darle su merecido a esa perra de Monet.


-Jajaja, me hubiese gustado hacerlo yo- contestó la chica morena.


De repente, por el túnel del que habían llegado las dos chicas, un toro desbocado se embaló hacia los que estaban reunidos. En especial, su dirección estaba fijada en aquella sala y en el medio de ella estaba nuestra reina Vivi.


-¡Vivi!- gritó Kohza al ver la vida de su amor en peligro y tras quedarse impotente sin hacer nada ya que no iba a llegar a detener al animal.  Pero justo antes del choque, un joven conde llamado Ace se interpuso entre la bestia desbocada y la reina para detener el golpe, costara lo que le costará.


-¡¡¡Ucy, para!!! No son nuestros enemigos- tras escuchar estas palabras, el toro cuyo nombre era Ucy se paró en seco antes de toparse con nadie. Todos los de la sala miraron hacia el sujeto que había hablado y se quedaron estupefactos, ya que no era ni más ni menos que otro animal.


-¡¡¡¿Un mapache que habla?!!!- dijo entusiasmado Luffy, con los ojos brillantes al ver aquel espécimen tan extraño.


-¡¡¡Que no soy un mapache, soy un reno, y me llamo Chopper!!!- gritó enfurecido el reno cambiando a su versión más humana y nuevamente, dejando sorprendidos al resto.


-Chopper, al fin os alcanzo. Si no hubieseis corrido tanto con Ucy, el pequeño Lapahn y yo no nos habríamos caído a mitad camino- una voz masculina acababa de entrar por ese último túnel del que habían llegado aquellas viajeros y animales. En sus  manos, un conejo  blanco portaba.


-Lo siento mucho Sabo. Tendría que haber sabido que Ucy tenía miedo la oscuridad el túnel- le contestó Chopper al hombre que acababa de aparecer en escena.


-¿Sabo?- dijo el general de la armada Aokiji quien no se podía imaginar a quien tenía en frente.


-No puede ser…- afirmó también la reina Vivi cuyos ojos comenzaron a ser más vidriosos, en especial, al girarse hacia cierta persona.


La Takara, repleta de gente, se quedó vacía. En aquella sala solamente importaban dos personas. De repente, se escuchó un chasquido de un objeto al caer. Este era una espada, el arma con la que el bravo guerrero se había interpuesto a la bestia animal. Ese ruido fue como una señal, una indicación para que el recién llegado se fijara en la escena, y verlo por fin. A él, a la persona que había añorado durante años, a la que más necesitaba en este mundo, a su fuente de vitalidad en los malos momentos que habían sido muchos y, sobre todo, al amor de su vida. Allí estaba él, mucho más varonil sin ningún ápice de inmadurez y juventud con la que antaño se aferraba a sus brazos para protegerse, con su hermoso cabello oscuro que tanto le gustaba acariciar pero que se lo había dejado crecer, con su sonrisa resplandeciente tapada por las lágrimas incesantes que se desprendían por sus ojos, con su corazón a mil a punto de desbordarse en su interior, y con sus piernas clavadas en el suelo ya que si se movía se desplomaba.


El recién llegado no corrió, era incapaz de hacerlo. Muchos sentimientos encontrados aparecían y desaparecían en su mente. Habían sido muchos años desde la última vez que se vieron, y mil cosas podrían haber pasado, aunque seguía confiando en él. Pero tampoco le importaba correr. Había sido mucho tiempo el que estuvieron separados y unos instantes más no importaban, le servían para mirarle. Para sentir que de verdad era él.


Llegó frente a él. Le miró y no sabía muy bien que decir. ¿Cómo empezar una conversación después de tantos años sin verse y supuestamente muerto? Pues al recién llegado, chico rubio, no se le ocurrió otra forma que empezar con lo más básico y con la mejor de sus sonrisas.


-Hola Ace, tiempo sin vernos, ¿verdad?- Sabo esperaba una respuesta pero no fue así ya que al joven conde no le salían las palabras y este, por tanto, decidió proseguir- ¿Cómo has estado? Te veo bien de aspecto, me alegro- pero seguía sin recibir contestación por parte del otro chico- Siento mucho haberte dejado solo estos años, no era mi intención- intentaba explicar Sabo con la máxima serenidad del mundo- Fui preso de la Alianza y apenas unos meses atrás quedé libre, pero recibí esta carta y pensé que era importante. Jamás pensé encontrarte aquí, Ace- estas últimas palabras sentaron como una punzada al corazón del conde- Debí haber ido a verte lo primero… pero parecía urgente lo del mensaje, y tomé una decisión- Ace no estaba preparado para aquella decisión. Había sido muchos años los que había llorado su muerte y ahora estaba frente a él. Sus lágrimas eran ya incapaces de detenerse, y con delicadeza, Sabo le acarició las mejillas- Por favor, no llores. Sabes que lo último que quiero ver en ti es una cara triste y desconsolada, eso me rompería el corazón. Sabes, tomé aquella  decisión pensando en ti, y no me arrepiento de ella- Ace estaba a punto de gritar espera antes de saber cual era aquella decisión que tanto podría cambiar las cosas entre ellos dos- Pensé, si de verdad deseo estar contigo, recuperarte y amarte, debo acabar antes todos los problemas que se interponen entre nosotros, porque no deseo verte sufrir nunca más. Porque deseo amarte y vivir tranquilamente los dos, sin nada ni nadie que nos separe. Porque te amo, Ace.


La sala entera en silencio. Sabo había expresado sus sentimientos a su amor con la mayor tranquilidad del mundo. Sabía perfectamente que no era una ocasión para causar inestabilidad. Debía dejar las cosas claras desde el inicio ya que ambos habían sufrido mucho por esto. Sin embargo, ahora las cartas estaban echadas y solamente faltaba la respuesta de Ace, aquella que tanto ansiaba.


-Yo…- intentaba decir el conde pero sus labios tartamudeaban por los nervios y las lágrimas. Como veía que necesita apoyo, Sabo cogió de las manos a Ace- Yo también te quiero, Sabo.


Tras estas sencillas palabras pero repletas de sentimientos, ambos chicos unieron sus labios como forma de consolidarlos. Hacía tiempo que ninguno de ellos notaba tanto dolor y amor al mismo tiempo. Dolor por lo que habían pasado, y amor por lo que todavía les quedaba por pasar. Tras este beso apasionado y vitoreado por todos los de la sala con aplausos, silbidos y alguna que otra lágrima, el momento de tranquilidad llegó a su fin.


Como salidos de la nada, aunque en realidad era de unos portales azulados y con muchos brillos, cuatro personas cayeron desde una altura bastante prolongada. Para su suerte, todos ellos fueron cogidos en brazos por las personas de la sala, aunque eso sí, la atmosfera amorosa que se había creado, estaba rota, ya que a estos siempre les gustaba entrar por la puerta grande.


-¡Que brazos más tochos, fortachón!- dijo una de las chicas que cayó de la nada encima de los brazos de Franky.


-Señora, debería bajar ya de mis brazos- intentó decir Franky con la mayor delicadeza y cortesía del mundo.


-Sí, usted perdone- contestó la mujer de rubios cabellos- Pero no es señora, me llamo Honey Queen.


En los brazos de Zoro no cayó una bella dama como en los de Franky, sino todo lo contrario.


-Menudos músculos, no como yo- dijo en tono gracioso aquella persona, si se puede decir eso, que estaba todavía en las extremidades superiores del peliverde.


-¡¡¡Un esqueleto que habla!!!- de la impresión, Zoro tiró a aquel esqueleto al suelo.


-Ten un poco más cuidado, que me vas a romper los huesos- le increpó el esqueleto al hombre.


-Disculpe- se disculpó Zoro cortésmente aunque no había cabida en su mente para ese fenómeno andante y vivo que se hallaba frente a él.


-¡¡¡Guau, es un esqueleto que habla, que genial!!! ¿Habéis ido tú y el mapache a la misma escuela para aprender a hablar?- preguntó Luffy inocentemente y fastidiándola de nuevo.


-¡¡¡Que no soy un mapache, y no seas idiota, esa cosa está muerta!!!- se encaró de nuevo Chopper contra Luffy debido a cierto problema con la nomenclatura de su especie.


-Esa cosa muerta se llama Brook y tiene sentimientos, vale- dijo el esqueleto llamado Brook mientras comenzaban a brotarle las lágrimas por los ojos que no tenía- No, es broma, Jajajaja.


-Oye, eres muy guapo. ¿Quieres que salgamos algún día de estos por ahí?- preguntó una chica de rosados cabellos a otro chico de rosados cabellos pero que este la portaba encima de sus brazos.


-Baja- contestó el chico llamado Shuraiya con el tono más indiferente del mundo.


-Perona, maldita sea, por tu culpa siempre estamos a punto de morir en los aterrizajes- una joven de oscuros cabellos fue cara la chica de rosados cabellos que se llamaba Perona.


-Ay, Robin, yo no tengo la culpa. Es que… no se calcular muy bien las distancias, y cuando caímos en medio del mar o al borde de aquel precipicio no era mi intención- intentó disculparse la chica pero parecía que no tenía ningún efecto- Uy, pero cuanta gente hay aquí- por primera vez los cuatro recién llegados miraron al resto. En especial Perona, quien se percató de un detalle muy importante- Ya estamos en casa y, creo que no está a punto de empezar.


Ante esta afirmación, todos los allí presentes se quedaron muy confusos. Ninguno de los recién llegados sabida nada al respecto sobre este lugar. Sin embargo, aquella chica parecía que sí. Pero no hubo tiempo para interrogarla ya que como ella había indicado, todo iba a comenzar. Se escucharon unos pasos que bajaban por las escaleras y todos se callaron esperando a ver quién era aquella persona o que iba a decir. Pero ninguno de ellos se esperaba lo que de verdad iba a nombrar.


-¡Luffy! ¡Zoro! ¡Nami! ¡Usopp! ¡Sanji! ¡Chopper! ¡Robin! ¡Franky! ¡Brook!- nombró aquel hombre que bajaba con paso firme por aquellas escaleras de caracol.


La verdad está a punto de revelarse ya que la clave de ella acababa de aparecer. Sin embargo, aquellas personas que habían sido nombradas, parecían  importantes, pero… la mitad de ellas ni se conocían antes de hoy. Que se oculta tras esas personas, su verdadera relación y su importancia en lo que está a punto de acontecer.

Notas finales:

Bueno, que os ha parecido? Cual ha sido vuestro reencuentro favorito? (yo creo que el mio lo tengo claro, y se nota por como lo he escrito) La verdad es que en este si que os pido que si teneis un poco de tiempo, me comenteis, porque es un cpaitulo muy importante y quiero saber vuestra opinión, por favor, aunque no os haya gustado, que espero que no. Porfa, que a mi me hace muy feliz.

Bueno hasta el próximo capitulo y espero mucho reviews, please.

TO BE CONTINUED =)


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