Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo al novio de papá por Lure89

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!! Bueno… y hasta que pude terminar con la última parte!!! Jajajaja me ha quedado un poquito larga pero los dos muchachos que faltaban son… como decirlo… complejos! Jeje así que necesitaban espacio para desarrollar lo que tenían para aportar a esta historia. Hasta les diría que seguramente algunos me dirán que podría haberles dado más espacio, y es verdad. Pero bueno… si lo hacía, iba a tener que dividir la historia en un capítulo más. Ya les había prometido en su momento que esto sería solo un Two-Shots y terminó resultando en un Three-Shots! Jajajaja ya no daba alargárselas más!

Sin más para decir, lamento la espera y… los invito a leer el final de esta historia!

Capítulo 3: Lo Peor Recién Comienza.

 

 

El joven Robin sonreía con cinismo mientras caminaba de un lado a otro estudiando al súper hombre que permanecía estático y de pie a tan solo unos metros. Clark solo observaba detenidamente al objeto que el más joven traía en mano distraído de cualquier otra cosa que sucedía a su alrededor. No sabía a ciencia cierta que había en el interior de aquella pelota con la que no dejaba de jugar, pero su recubrimiento lo hacía sospechar. Obviamente su posible contenido era algo a lo que le temía, ya que la Kryptonita le había causado demasiadas molestias, inconvenientes y hasta dejarlo casi al borde de la muerte en varias ocasiones.

 

—Bueno Damian… si gustas, podemos pasar al comedor para sentarnos y platicar mientras bebemos algo caliente, ¿qué te parece? —propuso el reportero nervioso mientras por momentos aguantaba inconscientemente la respiración.

 

No era que Superman le tuviera miedo al pequeño, si él realmente lo deseaba, podía salir volando a toda velocidad para arrebatarle aquel artefacto antes de que el más joven hiciera cualquier movimiento. Pero si Clark quería ganarse el respeto y la confianza del menor de los Wayne, tenía que ser paciente y prepararse para lo que sea que el muchacho tenía dispuesto para él. Obviamente, su presencia allí era para hacerle más un interrogatorio que alguna que otra pregunta casual. Además su aspecto, gesticulación y actitud corporal demostraban un profundo enojo. Indiscutiblemente el muchacho estaba molesto con él por salir con su padre.

 

—Despreocúpate, aquí estamos bien —respondió rápidamente Robin a la vez que se paraba huraño enfrente del mayor—. Además… no tengo sed. —Hizo una pequeña mueca casi invisible y enseguida lanzó el objeto al pecho del Kryptoniano con todas sus fuerzas.

 

Con sus sentidos alerta, Superman tomó velozmente el artefacto con su mano derecha al ver la peligrosa intensión del pequeño. Al instante de agarrar el objeto, se sorprendió de ver que no sucedió nada. Miró extrañado al artefacto alzando una ceja y luego dirigió su vista al muchacho levantando los hombros como preguntando el porqué de su accionar. Damian solo le devolvió una sonrisa rebelde de oreja a oreja y le mostró un pequeño control al cual presionó en seguida. A continuación, la pelota que sostenía en mano, explotó largando un humo verde, y al mismo tiempo, una red salió envolviendo al reportero con dos vueltas a la altura del torso. Superman tras inhalar el humo se tambaleó bastante aturdido, y atrapado en aquella red, se desplomó al piso de espalda con un terrible ataque de tos. Al poco tiempo, cuando la tos se detuvo, Superman miró a Robin para hablarle antes de que hiciera cualquier otra cosa más.

 

—Da-Damian, no es necesario que hagas… esto. —Tembló un poco por el efecto de la Kryptonita en su cuerpo y habló con dificultad mientras trataba de acomodar su respiración.

 

El más joven de los Robins no pronunció palabra alguna y se acercó lentamente al mayor hasta situarse a su lado. Con mucho esfuerzo lo tomó de las sogas y lo arrastró hasta la cama que estaba cerca para apoyar su espalda sobre la madera y dejarlo sentado en el suelo. Luego tomó una silla que se encontraba en una esquina, la colocó delante del súper hombre y se sentó sobre la misma cruzando sus brazos para observarlo por largo rato. Clark lo miró un poco confundido con los ojos desorbitados aún intentando acostumbrarse a lo que había ingresado al interior de su cuerpo.

 

—Probablemente debes conocer un poco mi historia… —Damian rompió el silencio repentinamente mientras descruzaba los brazos—. …además de mi pasado en la liga de asesinos, todos los días soy duramente entrenado por mi padre. —Se levantó de su asiento, caminó hasta pararse detrás de la silla y apoyó los codos en el respaldo de la misma.

 

—Si Damian, conozco… de lo que eres capaz —acotó el héroe de Metrópolis intentando sonreír y apreciando el rostro contraído del menor al mejorársele la visita.

 

—El punto es que… prácticamente me enseñaron a sonsacar información. Digamos que el arte lo tengo completamente dominado. —Desenvainó un pequeño cuchillo y comenzó a probar su filo con su pulgar.

 

Clark abrió grande los ojos al notar que el arma blanca resplandecía con un color verde y tembló por unos instantes sabiendo que nuevamente el joven estaba usando Kryptonita. Tenía presente que ese chico iba en serio, realmente parecía que sus intenciones eran utilizar cualquier artilugio para sacarle la información que deseaba. Sonrió por dentro al reconocer a Bruce en la mirada asesina y en aquel accionar. Así tal cual era su padre con los criminales. No importaba el tamaño del tipo al que se enfrentaba, la fuerza o la inteligencia del interrogado, Batman sabía encontrar el punto débil de cada uno y explotarlo hasta obtener lo que quería. Al parecer, su hijo no solo era así, sino que también tenía un bagaje de especialización en la liga de asesinos.

 

—No te preocupes… Damian, no hará falta que uses tu cuchillo… ni tus técnicas de amedentración, voy a ser sincero con mis respuestas. —Suspiró incómodo por la posición en la que estaba sumado a su aturdimiento. Luego, repentinamente tiró la cabeza hacia atrás al sentir el filo del cuchillo a escasos centímetros de su cuello sorprendido por el rápido movimiento del menor que sorteó la silla con gran facilidad.

 

—Ya veremos… ¡Superman! —acentuó su alias con fuerza—… porque voy a saber si me mientes, y no voy a tolerar mentiras. —Sonrió falsamente mientras volvía a tomar asiento con tranquilidad—. Entonces… comencemos. ¿Desde hace cuánto sales con mi padre?

 

—Bueno… eso es complicado de saber. La relación que tengo con tu padre ha ido bastante lenta, por momentos con ciertas dificultades y estancamientos. Así que hasta que la pudiera considerar realmente como una relación tendría que hacer cuentas. Yo creo que… —Clark no pudo terminar la frase al sentir el impacto del cuchillo clavándose a la madera y rozando su rostro. El filo del mismo había cortado su mejilla y de esta comenzó a caer una delicada línea de sangre. Superman no recordaba cuando había sido la última vez que había sangrado.

 

—Bien… vamos a corregir algo desde el principio para evitar estas interrupciones. No quiero balbuceos ni rodeos a la hora de una respuesta. Quiero que seas concreto cuando me hables. —Se levantó de la silla para desprender el arma del mueble. Clark solo abrió más grande sus ojos y tragando saliva asintió a su petición—. ¿Y bien? —Volvió a preguntar el joven mientras tomaba su lugar.

 

—Hace más de dos años que salgo con tu padre —contestó rápidamente suspirando con una mueca de disconformidad. No le agradaba mucho la insolencia con la que se estaba manejando el pequeño, pero sabía que la única manera de ser aceptado era aguantar sus arrebatos. Obviamente el muchacho lo estaba poniendo a prueba con cada accionar. Solo mentalmente se repetía que debía ser paciente y resistir hasta el final.

 

La respuesta no fue muy bien aceptada por Robin que arrugó su rostro por completo al escucharla. Mentalmente hizo las cuentas y la deducción a la que había llegado le fastidió bastante. Principalmente le molestaba el hecho de saber que por tanto tiempo aquellos dos habían sido pareja; no tanto por la duración de su relación, sino más bien por qué no se lo habían dicho, y más aún, que él no lo hubiera descubierto. Damian se quedó meditando esto por unos segundos y luego hizo una risa corta exhalada.

 

—¿Así que antes de que yo viniera a la mansión… tú ya estabas coqueteando con él? —Lo miró directamente a los ojos con una frialdad que podía congelar hasta el mismísimo infierno.

 

—Si —respondió rápidamente manteniendo pasividad en su rostro—. Tu padre me ha gustado por años. Me tomó mucho tiempo tomar el valor para acercarme y confesarle lo que siento. Tú lo conoces, es una persona bastante difícil de tratar, ¿te imaginas lo complicado que fue llamar su atención?

 

El pequeño comenzó a reír a carcajadas al escuchar toda la oración del reportero y se sostuvo la panza para intentar contener la risa. Conocía bastante bien a su padre a pesar de los pocos años que convivía con él; el solo imaginarse al mayor intentando seducir a Batman le parecía por demás gracioso.

 

—Apenas puedo vislumbrar lo que habrá sido aquello. Realmente felicito el coraje que has tenido para intentarlo —comentó mientras intentaba controlar su risa.

 

—Bueno… la primera vez… Bruce creyó que estaba bromeando con él. Recuerdo que me amenazó y atacó con su anillo de Kryptonita. Tuve que ser insistente durante mucho tiempo, aunque eso también le fastidiaba bastante, para lograr apenas que me escuche con seriedad y me creyera. —Clark sonrió dulcemente recordado aquellos tiempos y de lo arduo que había sido todo.

 

—Estoy seguro que no te la habrá hecho fácil.

 

—Para nada, jamás me ha hecho nada fácil. Y así lo espero, de lo contrario no sería él. En aquel entonces yo lo deseaba con todo mí ser, así que no había obstáculo que me parara. No me importaba lo difícil que me hiciera el camino, yo tenía pensado llegar hasta él a como dé lugar. Y lo logré. —Sonrió satisfecho.

 

—Me gusta tu determinación. ¿Así que nada puede pararte? —Hizo una pausa y cerró sus ojos. Luego al abrirlos continuó—. Incluso hoy en día… ¿crees que puedes sostener esa afirmación? —preguntó astutamente con una idea fija en la cabeza esperando ver la futura reacción del reportero—. Porque… ¿qué harías si yo me volviera un obstáculo entre tú y él?

 

—Bueno, en verdad quiero encajar en la familia, realmente me gustaría poder recibir la aceptación de todos pero… si no logro convencerte… —Su rostro se puso serio y habló con voz firme—. …tú también serás un obstáculo al que voy a sortear.

 

Realmente Damian no se esperaba ese tipo de contestación, pero por la mirada del súper hombre más el timbre de su voz sabía que hablaba en serio. A pesar del significado de lo que había dicho, le gustó su respuesta, podía comprender aunque sea un poco la intensidad con la que ese hombre deseaba a su padre. Pero si iba a permitir que alguien más perteneciera a su familia, más aún pareja de Bruce, debía estar seguro que estuviera realmente dispuesto a todo.

 

—Eso es muy atrevido de tu parte. —Lo desafió con la mirada pero Clark se la sostuvo sin problemas.

 

—Lo sé, y lo siento, pero deseabas que te contestara con la verdad. Aunque sé que no te vas a convertir en un problema, voy a convencerte que soy lo mejor para tu padre y terminarás aceptándome. —Sonrió ampliamente seguro de lo que decía y volvió a suspirar fatigoso.

 

El pequeño solo sonrió y al instante otra idea fugaz se le vino a la mente. Acomodándose en su silla se reclinó un poco hacia atrás y con sonrisa ladina acotó:

 

—Me encanta ver la devoción que le tienes a mi padre y en verdad para confiar en ti necesito saber si estás preparado para todo lo que significa el formar parte de nuestra familia. Pero… a pesar de lo que yo pueda creer, me contradice un poco lo que piensa mi padre. ¿Realmente confía en ti? —Sonrió satisfecho al ver arrugar las cejas del mayor y continuó—. Claro… hago esta salvedad porque, por ejemplo… ¿de dónde crees que obtuve el material para hacer este arma? —Señaló su cuchillo y se puso a jugar con él.

 

Un suspiro de alivio se escuchó en la habitación. Clark en seguida sabía a donde quería llegar el muchacho. Damian realmente no sospechaba de la confianza de su padre hacia el Kryptoniano, más bien su intención era conocer hasta donde sabía el mayor sobre la procedencia de aquel objeto, y si fuera el caso que lo desconociera, molestarlo por ello.

 

—Si te refieres a la bóveda llena de Kryptonita que Batman tiene en su cueva… pues sí, estoy al tanto. —Hizo una pausa y cerró los ojos por unos instantes para buscar las palabras que hicieran entrar en razón al muchacho sobre el asunto—. Mira Damian, sé que hay cosas que quizás puedan escapar a tu comprensión, realmente no somos una pareja convencional. Pero yo confío plenamente en Bruce y el también en mí. Creo que tú sabes que mi fuerza tiene un gran poder destructivo y que sería capaz de aniquilar al planeta en cuestión de minutos si me lo propusiera. Por eso, tanto tu padre como yo, somos precavidos. Si él día de mañana tuvieran que detenerme, por la razón que sea, al único al quien confió mi vida ciegamente es a él.

 

El joven se quedó en silencio por unos segundos estudiando las palabras de Superman y volvió a exhalar una risa corta para luego ponerse de pie. Al instante envainó su cuchillo en la vaina de plomo que llevaba en la cintura y corrió la silla hasta el lugar en donde se encontraba anteriormente.

 

—Vamos, puedes soltarte, sé qué hace tiempo el efecto de aquel gas se ha retirado de tú cuerpo. No tienes porqué fingir conmigo. Ahora voy aceptar la oferta de algo para beber.

 

Superman sonrió poniéndose de pie y expandiendo sus brazos soltó el amarre de la red que lo sujetaba. Por un lado le agradaba la idea que el joven tuviera un poco más de confianza hacia él para permitirse una charla cómoda, pero sabía que la cuestión no había terminado y le preocupaba un poco lo que estaba por venir.

 

—No te relajes demasiado Kryptoniano, que lo peor recién comienza. Aún hay algunos detalles que quiero saber… Como por ejemplo… tú y mi padre ya han tenido sexo, ¿cierto?

 

Superman se paró en seco y un escalofrío recorrió toda su espalda hasta la nuca.

 

—Bu-bueno…

 

—Te recuerdo que aún llevo mi cuchillo encima. —Se adelantó con paso seguro y salió de la habitación encaminándose hacia el comedor.

 

Los pies de Clark habían quedados clavados en el suelo y una gota de sudor comenzó a descender de su frente.

 

—“No puedo hacer esto Dios… ¡qué alguien me ayude!” —pensó para sí suplicando auxilio al cosmos. Prefería volver a ser amenazado con la Kryptonita que enfrentarse al tipo de preguntas que se estaban por venir.

 

 

____________________

 

 

Al día siguiente, en la Mansión Wayne, Bruce se encontraba en su estudio revisando los papeles que necesitaban ser firmados ese día para su empresa. Nuevamente iba a estar ausente durante la mañana para tener la reunión con sus hijos, y por tal motivo, para no quedarse hasta tarde como el día anterior, decidió llevarse los documentos a su casa. De esa manera se aseguraba que una vez que fuera al edificio de Industrias Wayne, solo se ocuparía de las cuestiones básicas e indispensables; tenía planeado regresar a su mansión lo antes posible.

La pila que tenía enfrente para revisar era bastante alta, y cansado de estar leyendo, se reclinó unos segundos hacia atrás para cerrar sus ojos y descansar. Al rato, miró su reloj para ver la hora y suspiró impaciente al ver que faltaba tiempo para que los chicos se aparecieran. Luego recordando el desayuno en la mañana, Bruce comenzó a preocuparle un poco el no haber visto a su hijo menor en la mesa. Ya estaba especulando que podría estar haciendo aquel chico y chistó molesto por cómo se habían dado las cosas con él. Inmediatamente recordó a Clark, que le había prometido estar allí temprano, y se preguntó dónde estaba que hasta el momento no se había hecho presente. Al instante un golpeteo en la puerta lo distrajo de sus pensamientos y se levantó pesadamente para ver quién era el que tocaba. Por dentro reía al acordarse los suceso pasados, sabía que era uno de sus hijos el que llamaba a la puerta que probablemente actuaba de manera precavida. Obviamente, el que estuviera tocando, pretendía evitar llevarse un posible chasco como el que se había llevado Dick al entrar sorpresivamente a la biblioteca la última vez.

En cuanto Bruce abrió la puerta, la figura de Jason con el ceño fruncido permanecía parada con un rostro un poco pálido. Este le dedicó al mayor una mirada desafiante antes de hablar.

 

—Tenemos que hablar —dijo seriamente mirando con ojos entrecerrados a su antiguo mentor.

 

Bruce arrugó su cara por completo en señal de total fastidio y apretó con fuerza la manija que sostenía de la puerta.

 

—En estos momentos estoy ocupado Jason, no tengo tiempo para juegos de niños. —Al terminar la frase cerró la puerta de un golpazo y le dio una vuelta de llave.

 

El joven quedó con la boca casi abierta de la sorpresa al ver actuar así al mayor e instantáneamente un enorme enojo brotó del centro de su vientre. Furioso por pensar que su padre se negaba a conversar con él, dio un paso hacia atrás y comenzó a darle poderosas patadas a la puerta para abrirla.

 

—¡Déjame entrar Bruce! ¡Hablo en serio! —gritó con potencia mientras una vena en su sien se formaba visiblemente.

 

—No molestes Jason, espera como todos tus hermanos a la reunión. —Ignoró por completo al ex Robin y volvió a acercarse a su escritorio para tomar otro documento y terminar con su tarea.

 

Red Hood estaba que le hervía la sangre por la bronca y usando todas sus fuerzas derribó la puerta tras una poderosa embestida. Se acercó corriendo hasta el mayor y tomó su hombro bruscamente para llamarle la atención.

 

—¡Si te digo que tenemos que hablar!, ¡tenemos que...! ¡Auch! —Jason no pudo terminar su frase porque Batman rápidamente dio un paso hacia atrás y con su brazo hizo un semicírculo tomando sorpresivamente el brazo del más joven con fuerza haciéndolo inclinarse hasta la mitad de su torso. Luego posó su mano libre en el hombro del contrario y acercó su boca a su oído.

 

—Con esta puerta… ya van siendo dos que me rompes Jason. Tendrás que trabajar para pagármelas —dijo suavemente tratando de mantener la compostura.

 

La posición incómoda y vulnerable en la que había quedado el muchacho lo hizo encolerizar aún más y por tal motivo, gruñó molesto mordiéndose fuertemente el labio para descargar un poco la bronca que sentía. Al instante, el más joven alzó y pegó su pierna a su cuerpo para extenderla en una patada lateral con la intención de golpear la zona íntima del señor de la noche. Bruce al advertir su propósito soltó rápidamente el agarre para cubrir su pelvis y dio unos pasos hacia atrás para tomar distancia. Aún enfurecido, Red Hood arremetió con fuerza contra el mayor para asestarle un puñetazo directamente a la cara y Bruce se quedó en el lugar esperando tranquilo el golpe con media sonrisa. Cuando lo tuvo cerca, se hizo a un lado dejándolo pasar de largo y utilizó su pie para que el menor tropezara. Al chocarse con la pierna del playboy, Jason cayó hacia delante y antes que tocara suelo el mayor le asestó una briosa patada al estómago.

 

—Siempre que pierdes el control inutilizas la concentración Jason. Eso te hace lento y predecible. Vamos, tienes ganas de pelear, ¿no? Aquí estoy… aséstame un golpe. —Hizo gestos con su mano invitándolo a pelear, tal y como el joven quería.

 

El otro aún tirado en el suelo le dedicó una mirada fulminante y se apoyó firmemente con sus manos al piso para asestarle una patada ascendente. Bruce tomó la pierna del ex Robin solo para ser sorprendido por la otra pierna directamente a la cara. El fuerte golpe hizo tumbar al millonario al suelo y Jason se levantó victorioso con una enorme sonrisa. Bruce no se demoró mucho en ponerse de pie y la contienda continuó por unos minutos más. Ambos dos se surtieron varios golpes durante el enfrentamiento hasta que Bruce cansado de perder el tiempo le hizo una llave que terminó tumbando al más joven al piso inmovilizándolo.

 

—¿Ya te has cansado de pelear Jason? No costaba nada esperar pacientemente a las 12 —dijo suavemente al oído del menor mientras lo seguía sujetando con fuerza al ver que el otro se removía para todos lados.

 

—¡Maldición Bruce, me importa un bledo tu relación con el Kryptoniano! ¡Real-realmente necesitaba hablar contigo sobre otra cosa! —Apretó fuertemente sus labios dejándolos en una fina línea y su cuerpo tembló un poco.

 

La cara de Bruce se contrajo por la confusión, era extraño que su hijo tuvieras deseos de charlar con él. Ya de por sí le llamaba la atención al creer que quería hablar sobre su pareja, pero viendo la actitud de los demás le pareció que quizás también el más irritable de los cuatro necesitaba decirle unas cuantas cosas sobre el asunto. En un principio creía que había ido hasta allí para conversar con él sobre esa cuestión, pero cuando afirmó que “necesitaba” hablar con él, y el verle ponerse nervioso de esa manera, entendió enseguida que el joven precisaba comentarle algo más.

 

—¿Qué… qué has dicho? —Bruce parpadeó un par de veces aún incrédulo por lo que había escuchado y aflojó un poco la presión que ejercía sobre el muchacho.

 

—¡Lo que oíste viejo sordo! ¡Necesito hablar contigo de otra cosa! Es… es importante para mí —dijo sintiéndose avergonzado por lo que tenía pensado consultarle al mayor.

 

Bruce soltó rápidamente el amarre del menor y le ofreció su mano para ayudarlo a ponerse de pie con una cara de total confusión. Era algo nuevo verlo así de nervioso y… ¿lo había visto sonrojado?

Jason quitó de en medio la mano que le brindaba el murciélago y se puso de pie por sus propios medios. Bruce suspiró y se cruzó de brazos para mirarlo.

 

—Hubieras empezado por ahí Jason, siempre contigo es ir a los golpes. ¿Qué sucede? —preguntó todavía desconcertado por todo lo que había visto.

 

—Bruce… ayer me enteré que estás saliendo con ese… alien. —Se acercó hasta uno de los sillones que se encontraba allí y se desplomó exhalando profundamente mirando hacia arriba—. En verdad… realmente no me importa que hagas con tu vida. Puedes salir con quien tú quieras, no es algo que me interese, eres libre de hacer lo que te plazca. —Bajó la mirada hacia el millonario para observarlo detenidamente.

 

Bruce lo escuchó atentamente sin quitarle la vista de encima, necesitaba estudiar ese nuevo comportamiento en Red Hood que le llamaba altamente la atención. Por un lado se alegraba ver la indiferencia del menor sobre su pareja, porque creía que su indiferencia le daba una especie de aprobación, pero por el otro, no sabía que tan veraz era esa reacción.

 

—Entiendo… ¿entonces a ti te parece bien que salga con Superman? —preguntó ansioso por qué su hijo le diera una respuesta más concreta.

 

—No creí que pudiera importarte mi opinión. —Rió socarronamente mientras alzaba una pierna sobre la otra.

 

—Me importa la opinión de todos Jason, tú no eres menos importante —dijo seriamente para que el joven le creyera.

 

Constantemente la relación que tenía Bruce con Jason era difícil y tensa, todo el tiempo no podían evitar manejarse de manera tirante. Aunque Bruce se esforzaba por tratar que el vínculo se hiciera más fuerte, siempre había ese algo del pasado que lo complicaba todo. Entonces, para poder mantener las aguas tranquilas, continuamente tenía que tantear terreno y manejarse con cuidado con él. Así mismo, muchas veces cuando el muchacho reaccionaba violentamente, como minutos atrás, se lo permitía, y participaba de la lucha para dejarlo descargar sus tensiones. Por tal motivo Bruce consideraba que Jason necesitaba, y demandaba, una atención especial que difería de sus otros hermanos.

 

—Puedes quedarte tranquilo, el Kryptoniano me cae bien. —Alzó sus labios en una mueca divertida al ver como el mayor se aflojaba y tomaba asiento delante de él.

 

—Me alegra oír eso… —dijo suspirando aliviado mientras cerraba los ojos por un instante—. Ahora Jason… ¿qué es lo que necesitas hablar conmigo? —preguntó acomodándose en el sillón sintiendo como su pecho se expandía de la felicidad al tener el consentimiento del más arrebatado de todos.

 

El más joven se cruzó repentinamente de brazos y desvió su mirada avergonzado hacia la ventana. Se mordió el labio inferior nervioso y comenzó a golpetear con su dedo índice el codo.

 

—¡Bien! —dijo descruzándose y apoyando las manos sobre las rodillas—. Iré al grano. ¿Quién de ustedes dos se la pone al otro? —Apretó fuertemente sus manos en puños observando al playboy con brillo en los ojos.

 

—¡¿Qué-qué clase de pregunta es esa?! —exclamó Bruce vibrando de la sorpresa incorporándose del sillón.

 

—Sí, eso... Quien de ustedes está arriba y quién va abajo. —Comenzó hacer un gesto obsceno con los dedos—. Quien se la mete a...

 

—¡Ya entendí! —Bruce lo interrumpió rápidamente antes de que terminara la frase poniendo su mano en alto.

 

—¡Bueno, si ya entendiste para que preguntas! —Se desplomó nuevamente en el sillón con los brazos extendidos sobre el respaldo mirando nuevamente a la ventana—. Creí que… como tú estás en pareja con un hombre… podrías ayudarme con ese asunto. —Lo miró fugazmente con un pequeño rubor.

 

Bruce respiró hondo por unos segundos y volvió a recostarse en el cómodo sillón. Relajó un poco sus músculos mientras su cabeza trabajaba a mil por hora. Realmente le sorprendía que estuviera escuchando esa pregunta por parte de Jason, o quizás no tanto.

 

—Déjame ver si contextualizo lo que acabo de oír —dijo al rato de centrar sus ideas pero la actitud corporal del que tenía enfrente lo hizo dudar de comenzar a hablar—. ¿O quizás… lo prefieres hacer tú?

 

Red Hood chistó molesto por las vueltas que estaba dando y decidido a aclarar las obvias dudas en el millonario, bajó los brazos hasta colocar los codos sobre los muslos. Luego se refregó la cara con fuerza sintiéndose aún avergonzado.

 

—Mira viejo… he estado con muchas mujeres, ¿sí? El sexo no es un misterio para mí. Pero jamás he estado con un hombre y… no quiero que la primera vez de ambos se… transforme en una horrible experiencia. —Su rostro se contrajo un poco afligido y suspiró con un dejo de tristeza.

 

Bruce lo miró por unos segundos tratando de mantener la compostura. En primer lugar, su hijo le estaba haciendo una declaración sumamente importante, le estaba admitiendo que salía con un hombre a él, a la persona con la que constantemente se llevaba de los pelos. Bruce jamás creía que escucharía ese tipo de declaración por parte del menor. Y por el otro lado, se asombró que le preguntara precisamente sobre su intimidad, seguramente el muchacho tenía dudas sobre el asunto que necesitaban ser aclaradas.

 

—Nunca pudimos tener este tipo de conversación nosotros dos. Así que me alegra Jason… que tuvieras la confianza para hablar de esto conmigo. Sé que habrá sido difícil para ti.

 

—Bueno… no es que tuviera muchas opciones, no sabía con quien más hablarlo. Pero cuando supe que tú también estabas en una relación con un hombre… bueno… sé que a pesar de nuestras diferencias siempre puedo contar contigo Bruce. —Miró para otro lado para no tener que enfrentarse con la mirada del mayor.

 

El señor de la noche tembló de la emoción al escuchar esas palabras y le devolvió una pequeña sonrisa casi imperceptible. Para ambos que tenían una actitud un tanto huraña, siempre les costaba hacer demostraciones de cariño hacia el otro. Pero esta vez a pesar del clima raro en el que estaban sumergidos ambos, los dos estaban alegres por la situación.

 

—Para serte franco… —Habló repentinamente el mayor con una sonrisa dulce y la vista perdida en un punto, cosa que extrañó al más joven cuando lo volvió a ver—. No importa quién de ustedes sea el activo o el pasivo, la primera vez no es la más cómoda, para ninguno de los dos. Siempre están los miedos, vergüenzas y otras tantas cosas. Pero… mientras los dos estén de acuerdo en intimar, se tengan respeto y procuren ver el bienestar y placer del otro, les prometo que su primera experiencia no será horrible… será memorable.

 

El ex Robin escuchó atentamente lo que el mayor decía y se sonrojó un poco recordando a su pareja, los deseo de ambos y las ganas que tenía volverlo a ver. Luego al notar que la mirada de su antiguo mentor se fijaba en él, cambió sus facciones rápidamente.

 

—Bueno… yo… también quería saber… —Trató de hablar Todd pero es detenido por millonario.

 

—No hace falta que lo preguntes, me imagino que es lo que quieres saber. La clave para que no haya dolor… es una buena lubricación. —Bruce alzó la comisura de su labio en una pequeña sonrisa cómplice interpretando por donde venía el asunto.

 

—¡No digas tonterías! ¡E-eso ya lo sé! —mintió todo avergonzado mientras se achicaba en el asiento y se cruzaba aún más de brazos. La lógica le decía que debía de ser de esa manera, pero el murciélago terminó confirmando sus sospechas.

 

Repentinamente el ruido de la madera debajo de los pies de dos personas caminando se escuchó al pisar la puerta que se encontraba tirada en el suelo. Tanto Bruce como Jason al oír aquel sonido se pusieron firmes en el lugar mirando en dirección a la entrada. Inmediatamente, Tim y Dick que se habían aparecido en el estudio, se quedaron estáticos mirando con ojos abiertos a la puerta rota y luego sorprendidos de ver a los rostros de los dos hombres que se encontraban sentados.

 

—¿Qué les pasó en la cara? —preguntó Dick al ver un ojo morado en uno y un pómulo hinchado en el otro.

 

—No es obvio. Estos no pueden estar sin pelear un segundo. Seguramente discutieron y se fueron a los golpes. —Tim contestó la pregunta de su hermano mientras se encaminaba hacia la ventana que daba al balcón.

 

El mayor de los hermanos se acercó hasta Jason y posó su mano sobre el ojo hinchado para inspeccionarlo pero rápidamente Red Hood apartó la mano de su hermano. Dick al ver a los moretones de ambos contrajo su cara por completo y apoyó sus manos en la cintura enojado.

 

—¡Vamos! —Miró a uno y a otro—. ¡Son adultos los dos! Lo que sea que haya sucedido… podrían haberlo charlado.

 

—Los machos arreglamos las cosas a los golpes Dick —dijo socarronamente Red Hood cruzando las piernas—. Ves… después de desquitarnos un rato… ahora estamos en paz. —Miró al mayor y este le devolvió un guiño.

 

—Tonterías, ese es el comportamiento de unos… bah…—Suspiró agotado y se sentó a lado del murciélago—. …para que me gasto. Es como hablarle a la pared a ustedes dos.

 

—Y hasta que te das cuenta —comenta Tim entrecerrando los ojos al ver algo que le llamaba la atención a la distancia.

 

—Bueno, eso ya no importa. Ahora díganme… ¿Dónde está Damian? —dijo Bruce extrañado de no verlo junto a sus hermanos.

 

—No lo sé, fui a buscarlo a su habitación pero no estaba. ¿Y Superman? —preguntó Dick y al segundo se tapó la boca al darse cuenta que había adelantado la información. Aunque obviamente todos los que estaban allí ya sabían de que venía la reunión.

 

Bruce abrió grande los ojos y miró su reloj al recordar al reportero. El horario para el encuentro era a las doce, y tanto su hijo como su pareja no estaban presentes. El playboy se levantó del lugar nervioso y comenzó a llamar a Clark mientras caminaba de un lado a otro esperando que respondiera. Cuando saltó el buzón de voz, guardó el celular en su bolsillo con un gruñido molesto y tensó su mandíbula.

 

—¡No puede ser! —exclamó Tim pegándose a la ventana mirando hacia afuera—. Superman y Damian vienen juntos volando hacia acá.

 

Todos corrieron hacia la ventana y se arrimaron a la misma para ver lo que el muchacho había dicho. Efectivamente, Damian estaba agachado sobre la espalda de Clark con un brazo extendido y una mano agarrada a la capa del mayor, mientras que este venía volando en dirección a la mansión. Bruce inmediatamente abrió la ventana al balcón y salió al mismo para observar incrédulo la escena. Todos salieron detrás de él rápidamente y se quedaron mirando embobados al cielo. A los pocos segundos, Damian saltó sobre el balcón y Clark descendió lentamente para ir directamente hacia Bruce. Cuando estuvo en el suelo, abrazó fuertemente al mayor y este se removió avergonzado mirando para todos lados.

 

—¡Cla-Clark! ¡Ya... suéltame! —demandó abochornado mientras tiraba de su capa para llamarle la atención.

 

El héroe de traje azul se separó un poco y lo miró con ojos aterrados.

 

—¡Bruce! ¡Fue...! ¡Fue horrible! Creí que no sobreviviría a su interrogatorio —exclamó a su oído alterado por la noche de terribles preguntas por las que había pasado.

 

—¡Ya aléjate de mi padre Kryptoniano! —demandó el menor tratando de separar el agarre de aquellos dos—. ¡Te dije que aún estás a prueba!

 

Superman se separó un poco y Bruce rió por dentro imaginándose qué clase de preguntas tortuosas le habría hecho el menor a su pareja. Por los ojos suplicantes de piedad por parte del héroe de Metrópolis, se daba una pequeña idea. Bruce aclaró su garganta antes de hablar y todos rodeándolo quedaron a la expectativa de lo que estaba por decir.

 

—Bueno… a esta altura… creo que ya saben cuál es el motivo de esta reunión. Quería presentarles legalmente a Clark, mi pareja. Ustedes lo conocen como Superman. Hemos estamos saliendo desde hace un buen tiempo y para afianzar la relación decidimos hacerlo oficial para nuestros más allegados. Así que son los primeros en saber. —Miró sonriente a cada uno y continuó—. De diferentes maneras conversé con casi todos sobre el asunto así que… agradezco el apoyo general y la aceptación que tuvieron. Me alegra saber que están de acuerdo con esta relación.

 

Clark se acercó por la espalada al murciélago y lo abrazó dulcemente por la cintura. El millonario dio un sobresalto de la sorpresa y comenzó a ponerse sumamente nervioso. Rápidamente tomó las manos del reportero para separarlas pero este no le permitió zafarse.

 

—Debes acostumbrarte a las demostraciones de cariño en público Bruce —dijo al oído del playboy apoyando su mentón en su cuello.

 

—No jodas Clark, no enfrente de… ¡¿Qué haces?! —exclamó sorprendido al ver que el héroe de traje azul lo tomó en brazos y comenzó a elevarse—. ¡Ba-bájame ahora mismo Clark! —Intentó soltarse nervioso pero le era imposible al ser sostenido con fuerza.

 

—Niños… igual que Bruce… estoy muy agradecido por la aceptación de todos. No he hablado particularmente con cada uno de ustedes pero tengo pensado hacerlo.

 

—¡¿Qué crees que estás haciendo alien?! ¡Suelta a mi padre! —Damian se puso en alerta tomando rápidamente el cuchillo de su cintura y Dick lo detuvo apoyando su mano en el hombro para tranquilizarlo. El pequeño Robin alzó la vista a su hermano mayor y este le devolvió una dulce sonrisa.

 

—Sé que la reunión ha sido corta, —continuó hablando el reportero—, pero primero necesito tener una larga charla con su padre. Últimamente hemos tenido varias interrupciones. —Miró a el señor de Gotham con deseo y Bruce se sonrojó por completo—. Prometo que esta noche tendremos una cena y conversaremos todos tranquilamente. Así que… hasta entonces. —Les devolvió una sonrisa y se alejó con Bruce en brazos del lugar.

 

Damian intentó salir corriendo pataleando y agitando los brazos con cuchillo en mano mientras Nightwing lo sostenía del hombro para no permitirle moverse del lugar. Jason hizo una pequeña risa exhalada y saltando del balcón tomó su celular para llamar a su pareja, tenía pensado volver temprano para poderlo ver. Tim regresó al estudio y sabiendo lo que iba a suceder esa noche se encaminó directamente a la cocina para avisarle a Alfred con tiempo sobre el nuevo invitado para la cena. Y por último… Bruce y Clark volaron en dirección hacia un hotel con la intención de ponerse al día sobre las diferentes opiniones de los chicos, y especialmente…  tener un momento a solas y de intimidad.

Notas finales:

Esto ha sido todo gente! Realmente podría explotarse aún más pero… bueno… quizás en algún otro momento le haga una continuación! Ya veremos!

La parte de Damian pataleando junto con Dick, me hace acordar a una imagen que es tal cual como la describí, ojalá se la crucen algún día!

En lo particular a mí… me ha gustado mucho escribir este relato y realmente me divertí haciéndolo! Espero haberles sacado alguna que otra sonrisa y que lo hayan podido disfrutar. Como siempre son bienvenidos a comentar su opinión.

Agradezco mucho a: Jhosselin, Shluna, Charlotte, Girulenta, Joker312123, Anna y Cyn por dejarme sus hermosos reviews!

Les deseo a todos muchos éxitos en sus vidas y nos estaremos leyendo en cualquier otra historia! Saludos!!! Muack!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).