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POR ESTA RAZÓN POR ESTE SENTIMIENTO por ichigo VampRock

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Notas del capitulo:

Segun yo es un poco más largo y explica un poco más el desarrollo de este amor ojala no se les haga tediosos 

CAPÍTUO 2. A LA DISTANCIA
Con Aquellos ojos negros tan profundos, miraba por entre aquél enorme ventanal el cómo se deshojaban los sakura y los pétalos caían uno a uno por sobre el estanque. Una vez más hablarían con él, una vez más le explicarían lo que ya tenían planeado para él, antes de que naciera ¡Eso era una locura! Era una sensación que le revolvía el estomago pero qué más podía hacer. Al ser el hijo mayor de la familia, el heredero de la empresa SHIROYAMA. Así que tragándose lo que sintiera o pensara, tomo asiento frente a sus padres, les sonrío y escucho pacientemente, sintiendo que a medida que le eran revelados aquellos planes, su propio YO, se opacaba. Que tal como se deshojaban los sakura, su corazón se despedazaba.
Por un instante Yuu quiso sólo volver a la escuela y jugar baloncesto, hablar con Miyavi y bromear, preocuparse por los exámenes semestrales y olvidar que tenía un apellido de peso, responsabilidades con la empresa. Y olvidar que aún no, todavía no conocía el amor. La emoción de estar enamorado. No es que precisamente nadie se interesara en él. Muy al contrario, muchas chicas de la escuela le habían confesado su amor pero él al no sentir lo mismo, había tenido que rechazar sus sentimientos. Porque si algo no le gustaría sería mentir sobre estos, pues aquellos eran sagrados. Y era por eso, únicamente por eso que la resolución de sus padres, le sabía mal, amarga. Más al final de cuentas intento tranquilizarse pensando que esta como otras tantas acciones, terminarían por darle igual dado que no tenía nada que lamentar o dejar atrás. Así que se conformo con lo que sería su vida inamovible sin variaciones o sorpresas.
*
Miyabi descendía por las escaleras, cuando un chico paso veloz a su lado rosándole el brazo, le llamo la atención pero no le tomo mayor importancia. Yse dispuso a reunirse con su amigo.
-¡Hey Yuu!- al verlo notó desconcierto en el rostro de este- ¿Y a ti qué te pasa?.
-¿Ah? N-nada, yo…
-¿Qué viste ahora sí un fantasma?- sonrió
-Algo así, mejor vámonos o no llegaremos a tiempo a la practica
-Claro

Shima estaba muy alterado, al saber que realmente Aoi no lo recordaba, él sabía que así era pero deseaba en su interior que fuera lo contrario…Y sin embargo de que le servía esa esperanza, de nada. Si no era capaz de darle un saludo decente. En esto pensaba mientras mantenía las libretas pegadas su pecho y el color rojo pintaba sus mejillas, mientras sus labios estaban entreabiertos.
-Te dije que me esperaras Shima, que malo eres- le reclamo Kay, quien al instante se percato de su estado
-¿S-Shima qué pasa?
-Nada- dijo el castaño bajando la mirada
-Te vez muy agitado ¿sucedió algo malo?
El aludido movió la cabeza en negativa
-Vamos…te ayudo a llevar los cuadernos y nos vamos a comer ¿sí?
Kay y Shima avanzaron al laboratorio dejando allí los cuadernos pero Kay ya se había percatado de que su amigo cojeaba.
-Te sucedió algo- afirmo Kay deteniendo su andar
-No, qué me va a pasar
-Anda déjame ver- pidió al tiempo de ponerse en cuclillas, mientras Shima levantaba su pantalón y al hacerlo se descubrió un rastro de sangre que manaba de su rodilla.
-Vamos que te llevo a la enfermería
-No hace falta
-Sí lo hace, apóyate en mi- le oferto su hombro- No quiero que Aki piense que no cuido de ti
-Eso sería una mentira- sonrió el castaño a su amigo. Así lo llevo a la enfermería, era difícil que a Kay se le pasara algo referente a Shima. En cuanto lo hubieron curado el castaño le relato a Kay lo que había sucedido.
-Me caí en las escaleras. ¡Perdóname Kay al parecer soy un imán de problemas!
-Jajja- se río Kay y ante lo compungido de su amigo, repuso de inmediato-Pero no sólo atraes accidentes- le miró directo a los ojos, logrando que Shima se sonrojara bajando la mirada. Al final de aquél día de clases ambos se fueron juntos, pues su hermano se quedaría en la biblioteca a estudiar y Kay lo había invitado a su casa.
-Dime Shima ¿ya has encontrado al chico que te ayudo?
-¡¡Ahh¡¡ cómo sabes eso- se alarmo
-No lo sabía tú lo dijiste ahora.
-Ahh…- se sonrojo enormemente mirando a todos lados
-¿Y bien?
-S-sí...pero él no me recuerda
-Pero querías agradecerle, sólo hazlo no es tan difícil
Shima no contestó se mostro compungido. Kay se acercó poco a poco a él y el ojimiel que conocía esa acción, recargo su cabeza al hombro de Kay guardando silencio mientras pensaba.
“Eres de lo mejor Kay, siempre logras dejarme tranquilo, sólo tú puedes interpretar mis silencios”
-No lo pienses mucho sólo dile “Gracias”- finalizo Kay y Shima asintió.
Pero cada que tenía la intención, le sacaba la vuelta, se quedaba petrificado, huía ¿Por qué siempre era lo mismo? Su excesiva timidez lo tenía acabado. Incluso en clases le hiba mal, pues casi nunca quería participar y cuando lo hacía, todos los del salón debían hacer un esfuerzo para escucharlo pues el tono de su voz disminuía, mientras el color rojo en su rostro aumentaba. Así que siguió con la tarea de mirar e ir paso a paso y a la distancia observando al pelinegro.
“Simplemente el verte es un alivio, he pasado tantas veces junto a ti”
-Shima oye, anda que estos balones no se recogerán solos. Mira que eres distraído – se sonrió Kay
-Gome- le dirigió el castaño dándose prisa a recoger los balones de la clase de gimnasia, pues ya entrenaría el equipo de baloncesto, donde estaba él, su adorado “Aoi” al menos así le apodaban en el equipo.
-Aoi- susurro el chico de los ojos miel, sin dejar de verlo. Mientras Shiroyama practicaba con el equipo, sin darse cuenta de quien seguía todas y cada una de sus acciones. Los días parecían tan iguales, en la tibia normalidad Shima yendo a casa en compañía de su mejor amigo y de su hermano mayor. Días de labores en la casa y tareas. Y con cada día su amor crecía como una planta a la sombra. Y así transcurrió el primer año.
“Conozco cada detalle de ti, a base de sólo observar, conozco aquella curva que se forma en la comisura de tu boca al sonreír, esa luz brillante en tus ojos negros, que son como oleadas de un mar embravecido, la manera en que tus cejas se curvan, esa voz áspera… Shiro-Yama-Yuu, tus manos de dedos largos y finos. Tu persona una obra de arte en movimiento”
Esa tarde en la biblioteca Yuu buscaba un libro, Shima llevaba un rato allí leyendo la historia de Grecia, pues tenía que hacer un resumen. Mas no podía evitar ver como Yuu luchaba por encontrar un libro, qué él sabía cuál era pues vio cuando Yuu preguntaba a una encargada el título. Era sobre historia antigua de Japón, el castaño lo observaba por intervalos, haciéndosele ya imposible la concentración en su lectura y sin atreverse a acercársele pero Yuu, lucia cada momento más desesperado por lo que antes de que su cerebro analizara todo, se puso de pie lentamente llevando en su mano un papel, donde había anotado el tomo que buscaba. Temblando se acercó a Yuu, al fin tocando su hombro sintiendo al contacto que se desmayaría. Aquel leve contacto, apenas si fue percibido por Yuu, quien al sentirlo, giro lentamente y se encontró con un chico con la cabeza agachada, de cabello castaño que le ofertaba un papelito.
-Ehh? Para mí
El castaño sólo asintió con la cabeza y se lo ofertó otra vez. Yuu lo tomo y en cuanto estuvo en sus dedos, Shima salió corriendo sin dar tiempo a que el pelinegro le pudiera decir nada.
-¿Qué ha sido eso?-susurro extrañado Shiroyama para sí – y en cuanto miro el papel, descubrió el tomo que buscaba en el, curioso lo volvió a releer, notando entonces la hermosa caligrafía. Intrigándole a tal punto que pensó en buscar quien era ese chico. Sin embargo le seria más dificl alno saber siquiera su nombre.
-¿Oye te ha pasado?- interrogó de pronto Yuu mientras lanzaba tiros de tres puntos
-El qué- lo miró Miyabi desconcertado
-Que te topas con alguien y te parece conocido
-Supongo, no sé ¿Te refieres al chico que te ayudo?
-Sí por desgracia no sé su nombre pero estoy seguro que si lo viera lo reconocería
-Pero dices que no le viste la cara
-Sólo por un segundo pero…-se perdió en sus pensamientos
“Esa mirada tan asustadiza, esos ojos color miel tan…”
-¡hermosos!- dijo en voz alta
-¿Por qué te importa tanto Yuu?- le increpo su amigo deteniendo también el juego
-No lo sé…es que…No puedo explicarlo
Los dos chicos reanudaron el juego, habían pasado tres semanas desde que Yuu había iniciado su búsqueda. …l mismo se sorprendió un día obsesionado por este chico, nunca antes le había importado tanto alguien y sin querer aceptarlo bien supo que se estaba interesando en él y no precisamente como si fuera su amigo, era algo más. Terminada la práctica Aoi caminaba hacia las duchas cuando notó aquel fino chico, estrecho la mirada le parecía conocido, su cabello castaño alborotado, ese flequillo que le interfería un ojo ¡Sí era definitivo, era ese lindo chico de la biblioteca! ¿Lindo?...Sí Yuu nunca había utilizado esa palabra para describir a otro chico pero eso le parecía aquel. Era muy delgado pero estético sin duda ¿Qué hacía allí tan silenciosos y solitario? Quería acercarse a hablarle. Era su oportunidad, se sonrió un poco al ver como a veces cuando menos buscas algo sucede sin más. Pero refreno su andar cuando un chico de sonrisa radiante, de cabello negro y semicorto se acerco a él, llamando la atención del castaño y al mirarlo este le devolvió la hermosa sonrisa y se aposto a su lado para compartir su almuerzo. No supo realmente que sintió en ese momento pero no podía moverse sólo observar la escena de pronto Miyabi le llamo.
-Yuu apúrate, ya tenemos clase
-S-sí- giro el pelinegro girándose con cierto pesar, al menos había escuchado como le llamaban Shima… “Shima” repitió en voz alta pensando que ya se verían.
Notas finales:

ojala la siguan agradesco a quien se toma un tiempo para leer y ojala me dejaran comentarios Arigatooo


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