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Carta de un coronel por BIAK

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Notas del capitulo:

Ahora si que me van a matar por la tonteria que escribi, pero así es la vida, no todo es color de rosa. dejen sus comentarios para saber como me quedo. a los que quisas decepcione, perdonenme la vida ( me dolio más a mi, tuve que escribirlo).

¿Qué ocurrió con la carta?

Pronto la tinta se secó: Suspiró, estaba con un profundo dolor en su corazón pues, al escribir aquella carta, lo había abierto a “esa persona” más de lo que alguna vez hubiese deseado que alguien supiera de sus sentimientos

La puerta comenzó a ser golpead lentamente, para luego dar pasos a golpes más fuertes que sacaron a nuestro querido Coronel de sus pensamientos

-¿Estás allá dentro, Roy?—oyó la voz de su amigo hablarle

-Voy…--contestó, levantándose. No faltaron segundos después para que recordara la “carta de amor” que le había escrito a Edward; la cogió con sus manos y la metió en el cajón

-¿Si?- pregunto Huges cuando Roy finalmente la abrió la puerta

-Puedes pasar—le indicó el moreno. Huges se dio cuenta de que algo no andaba bien con su amigo

-¿Tienes algo malo?—le inquirió, mirándolo a los ojos—No eres así, Roy…

Mustang suspiró

-¿Qué quieres que te diga?-se rascó la cabeza al pensar—No hay nada malo…

Mintió: Por nada del mundo permitiría que alguien supiese su secreto

-¿Tiene algo que ver con cierto rubio de baja estatura?—Huges lo miró picaresco; sabía desde hace mucho lo que Roy sentí por Ed, aunque se hiciera el desentendido algunas veces

Mustang abrió los ojos de para en par: ¿Tanto se notaba?

-Pues bien: si tanto quieres saber…--se dio por vencido y decidió contárselo a Huges, ¿Quién mejor que un amigo para desahogar las penas de amor?--…Yo le… he escrito a Full metal una carta de amor...

Huges asintió, pendiente a cada palabra que decía el moreno…

-…y la verdad es que no creo que se le envíe…--terminó de decir, seguido de un suspiro ahogado

-¿Y por qué no se la envías?—inquirió el de lentes

-Ese es el problema: no tengo ni la menor idea de donde puede estar viviendo ahora que recupero el cuerpo de su hermano y decidió retirarse de la milicia.- dijo tristemente Roy.—le perdí el rastro desde ese día…

-Pero yo si se donde vive ahora.-contesto Huges.

- ¿En serio?—Parpadeó muchas veces el moreno

Mustang caminó rápidamente hacia el cajón de su escritorio donde minutos antes había dejado guardada la carta; la tomó con sumo cuidado entre sus manos y lentamente, se acercó hasta Huges para entregársela.

-Por favor: Necesito que Ed lea esto… es importante que lo sepa…--suspiró.

Roy pensaba que si Huges había venido precisamente ese día, después que había escrito aquella boba carta, era por algo: Quizás la diosa de la fortuna le esta tendiendo la mano

Huges la examinó cuidadosamente desde el sobre

-¿Puedo leerla?—le preguntó: Quería saber hasta cuan extremo era aquel sentimiento que su amigo profesaba hacia ese pequeño niño.

-Adelante. —Aceptó Mustang; si la carta era muy cursi al menos había alguien encargado de decirle si era apropiado o no enviarla

El de lentes comenzó a leer minuciosamente aquella hoja de papel cargada de palabras llenas de sentimientos del amor más puro que había visto, Claro, después del de Gracia y él.

-Esta carta…--comenzó a decir… Es realmente hermosa—Tomó el hombro de su amigo, dándole valor—No te preocupes: se la entregaré a Edward

-Muchas gracias, amigo, te estaré siempre muy agradecido.

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Huges emprendió viaje en dirección a la casa de Edward, busco cuidadosamente la dirección que tenia anotado en un papel, hasta que finalmente llego con la casa de los hermanos Elric. Tocó la puerta y luego los sonidos de sus golpes fueron acompañados por su voz

-Ed; traigo una carta especial para ti-- dijo Huges al tocar la puerta.

-¿Una carta?—Se extrañó el rubio, mientras que Huges le entrega aquel pedazo de papel envuelto en un sobre

-Es una carta especial…– dijo Huges con tono picaron a Ed, este la leyó de inmediato, para luego decir, casi gritándole al hombre:

-¡Pero esta carta es del tonto de Mustang!- Edward grito tan fuerte que Huges se sobresalto. Sabía que Ed y Mustang no se trataban bien, de hecho, que ambos se odiaban y se dirigían cuantos insultos sabía cada vez que se cruzaban.

- Es una carta de amor, exactamente—agregó Huges--… y es de Roy para ti…--sus palabras no hicieron más que aumentar la furia del chico

-¡¿Una carta de amor?!- se impresiono Ed, gritando como solía hacerlo cada vez que alguien lo llamaba enano. -¡Yo soy un hombre hecho y derecho!!! ¿Qué se cree Roy? ¿Qué puede venir, declarársele a cuanto hombre se le parezca para luego acostarse con él y luego que nada ha pasado? Pues bien ¡¡Yo no soy de esos!!! ¡¡¡Si Roy cree que con esta basura puede seducirme, dile que no me interesa la gente como él!!!

-Estás muy equivocado si crees que así es Mustang—lo miró furioso—Si tan solo te tomaras un tiempo para leer las hermosas palabras que ha escrito para ti, no pensarías así—añadió—Pero no: ¡¡¡lo único que sabes hacer es romper la carta en mil pedazos!!!!—se indignó cuando vio a rubio romper la carta sin siquiera haber leído más de dos líneas

-Dile a tu amigo lo que he hecho con su “cartita de amor” ¡Puac!—dijo, cerrando la puerta de su casa en las narices del hombre

- -¡Eres un…!—se detuvo, la puerta cerrada por el rubio no le dejó más opción

-Pobre amigo, te han rechazado de una cruelmente—Suspiró entristecido viendo los fragmentos de la carta en el suelo.

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Tristemente Huges volvió a la casa de Roy, le dolería mucho saber lo que obtuvo de respuesta.

-¿Qué ha ocurrido?- pregunto ansioso Roy cuando vio a Huges cerca de su casa.

-Mala suerte, creí que tenía la dirección correcta, pero me he equivocado. Deje la carta muy cerca del lugar. Probablemente alguien de allí sepa donde se han ido—mintió el de lentes para que el moreno no se entristeciera al saber la verdad de lo que ocurrió con aquella carta

-Gracias, no importa: ya no importa.- dijo triste Roy, sintiendo su corazón romperse en mil pedazos.

Alphonse volvía a su casa, cuando encuentra fragmentos de los que cree una carta, se detuvo a leer lo que alguien había escrito-¨ ¿Edward?, ¿Será acaso…?—contuvo la respiración al leer el nombre de Roy Mustang firmando

Corrió hacia la casa del hombre… aquella carta… esos sentimientos debían ser algo muy fuertes para el coronel… y se imaginaba lo triste que debía estar, después de todo, sabía perfectamente lo que era estar enamorado de Edward Elric y no ser correspondido por este

Miró a la luna, que vigilaba todo y nada se escapaba, le dijo sus sentimientos confiándole a esta que se los entregara a ese hombre cuyo corazón había sido destrozado cruelmente por el ser amado.

La noche caía sobre la casa del coronel Mustang, quien trataba de conciliar un sueño que le ayudara a olvidar a Ed; la luna se asomó con un resplandor que irradiaba tranquilidad a través de la ventana de la habitación de cierto Coronel de corazón roto, cuyo rostro era ilumina por esta; creyó que la luna le consolaba y cobijaba aquel roto corazón. Esa noche el coronel durmió feliz, soñando con su Amado Edward.

Continuara...


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