—¡Terminamos! —
—¡Ufa! como siempre, ¡buén trabajo doctor!—
—No por nada es el mejor en su ramo. —
—¡Muy cierto! —
—Realicen el informe de la operación y enviénmelo a mi consultorio lo más pronto posible y trasladen al paciente a una habitación de recuperación. — interrumpió los halagos de su equipo de apoyo mientras se limpiaba el escaso sudor en la frente.
El apuesto doctor salió impasible del quirófano, después de haberse despojado del tradicional uniforme de color verde para operaciones y haber esterilizado sus manos. Sus naturalmente correctos pasos se oían ahogados por el pisar de las suelas de sus zapatos de marca perfectamente lustrados contra el blanco piso con aroma a desinfectante lavanda a través de los pasillos transitados por enfermeras, colegas y el personal de limpieza. Caminaba con el mentón alzado y miraba al frente sin poner detalle a su alrededor, respondía con un elegante asentiminto de cabeza a los saludos que recibía.
Detuvo sus pasos una vez encontrándose en la sala de espera, buscando con la mirada a los familiares de su paciente.
—¡Doctor Brief! —
Dirigió su inexpreciva mirada hacia donde escuchó el urgido llamado, encontrando a una mujer castaña que no pasaba de los cuarenta años junto con una chica adolescente de cabello rubio teñido y un niño regordete de mejillas rosadas. Sus hijos.
—¿C..como salió la operación, doctor? ¿E-el está bién? — preguntó la mujer con la mirada acuosa y semblante notoriamente preocupado. Los menores miraron al doctor anhelantes.
—El está bién. — aclaró con un tono de fría amabilidad. —Pronto será trasladado a una habitación de recuperación... esperen aquí al llamado de alguna enfermera para que puedan pasar a visitarlo. —
—M-muchas gracias doctor. Estoy realmente agradecida... digo, estamos realmente agradecidos. — se corrigió entre llanto y risas, cogiendo de los hombros a sus dos retoños. El doctor elevó hacia un lado las comisuras de sus labios en una mínima sonrisa y se dirigió hacia su consultorio. Sacó un manojo de llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta de madera barnizada con una placa de metal dorada con letras negras en mayúscula, donde decía:
>>DR. BRIEF, VEGETA.<<
Cerró la puerta detrás de el y echó una fugaz mirada al lugar. Las paredes de color arena con diplomas y reconocimientos colgando. Las ventanas enmarcadas con gruesas cortinas plateadas con bordados dorados, el piso alfombrado en su totalidad. Había una camilla reclinable a la par de un archivador en una esquina donde pegado a la pared estaba un cartel que llegaba hasta el techo con una imagen del esqueleto humano con todos los huesos enumerados. En el centro habían tres mullidos sillones tapizados con cuero de color rojo, delante de estos se mostraba un escritorio de madera pulida color negro con dos sillas de estilo mediabal y otra silla giratoria detrás de el. Y empotrado al resto de la pared se exibía un imponente estante con diez diviciones repletas de diversos libros.
Se colocó sobre sus hombros la blanca bata que estaba tendida en el perchero de la entrada y se fué a su escritorio. Se sentó en la silla reclinable y dejó caer su nuca en el respaldar y cerrando los ojos se permitió soltar un pequeño suspiro de sus labios, queriendo dejar su mente en blanco y relajar sus tensos músculos.
El inconfundible sonido del teléfono interrumpió su preciado momento de paz. Se masageó el puente de su nariz y dejando salir un gruñido de exasperación levantó el teléfono de su base para contestar.
—¿Diga? —
—Vegeta, ¡por fin que me contestas! He estado llamando a tu celular desde hace rato y me manda al buzón ¿No estarás evitándome, cierto? —
—Bulma. — afirmó en tono seco al reconocer la chillante voz al otro lado de la linea. —¿Que quieres?
—Tan amable como siempre. — Vegeta rodó los ojos ante la obvia ironía. —En fin. Llamaba para anunciarte que Bra y yo iremos hoy en la noche a tu casa para ver a Trunks; asi que espero que no hagas otros planes. — Vegeta frunció el entrecejo.
—...
—¿Vegeta, me estás escuchando — habló en tono severo. —Dije que no hagas planes para salir hoy en la noche. Quiero ver a Trunks. Que tu tengas su custodia no significa que...
—¿Eso es todo? — interrumpió Vegeta.
—Si y más te vale que mi niño esté bién. Dile que lo quiero mucho. —
Se escuchó el constante "vip" anunciando el término de la llamada. Vegeta nuevamente dejó caer todo su peso en la silla mientras sacaba de una de las gabetas del escritorio una pastilla para la migraña. Odiaba estar en medio de las cenas "familiares" en donde el ambiente, en lugar de ser cálido y confortable, era todo lo opuesto. Bulma no perdía oportunidad para hacer sentir incómodo a Goku con comentarios sarcásticos y despectivos. Agradecía grandemente que el carácter de Goku fuera rallando en lo ridículo de lo amable, si no esas benditas cenas serían un completo desastre.
Se atragantó la pastilla sin necesidad de agua, mientras se tallaba las cienes con los dedos. Tanto estrés por el desvelo (ya que le tocó el turno de noche) y sumándole una visita inésperada de Bulma no eran buenas para su salud. El teléfono nuevamente volvió a sonar y Vegeta nada más pudo lanzar un bufido empezando a sentir ganas de destartalar al inocente artefacto.
—¿Diga?... oh! eres tu Kakarotto. —
///Minutos antes: Consultorio del Doctor Son.///
—Trunks , ve a jugar con tus carritos ¿si? Papi hablará con las visitas de cosas de adultos. —
—¿Osea de cosas aburridas? — el niño ladeó su cabeza mirando a su papi curioso. Su papi le sonrió dulcemente asintiendo.
—Entonces me voy. — el niño infló sus mejillas haciendo un puchero y se fué a una esquina a jugar con sus carritos, avioncitos y dinusarios; haciendo sonidos de efectos especiales que hicieron reir a los tres varones presentes que quedaron encantados con su entusiasmo.
El doctor Goku se aclaró la garganta prontamente. —Disculpen por eso, es que su niñera se reportó enferma hoy y no me gustaría dejarlo en una guarderia, tuve que traerlo conmigo. — Goku se veía sonriendo apenado con las mejillas niveas adornadas de un suave tono rosado. A Gohan le pareció muy agradable.
—Porfavor, no se disculpe doctor Son, el pequeño Trunks nos cayó muy bién ¿no es asi? — se dirigió esta vez a Goten y a Videl.
Goten sonrió ampliamente mostrando sus perlas blancas con los ojos cerrados y asintiendo fervientemente. Videl solo se encogió de hombros poniendo más atención a su manicura.
—¡Gracias! Mucho gusto por cierto. — les extendió la mano a cada uno. —Bién. Veamos, aquí tengo sus expedientes, he de decir que estoy impresionado. Tienen las mejores calificaciones de su generación en especial usted joven Gohan. — Gohan sentía que se ruborizaba. —Espero que se encuentren cómodos mientras realizan sus prácticas en esta clínica. Les aconsejo poner todo su empeño y su dedicación para tener las mejores referencias una vez que estén graduados. También me complazco en anunciarles que los tres serán observados no solo por mi, si no por el doctor Brief, y el que tenga mejor rendimiento en su desempeño, se quedará fijo trabajando con nosotros.
—¿L-lo dice enserio? — Goten tenía un brillo de determinación en su mirada. Gohan parpadeaba incrédulo y Videl levantó una ceja expentante.
—Asi es. — el doctor sonrió satisfecho al ver esas reacciones en los jóvenes rostros. —Ahora, llamaré al doctor Brief. El se encargará de anunciarles sus responsabilidades para el día de hoy. — levantó el teléfono marcando un número —Buenos dias señor Brief... — continuó hablando por el teléfono, dejando a los tres jóvenes sumidos en sus pensamientos.
"¡Genial! Tendré la oportunidad de quedarme aquí trabajando sin la nesecidad de matarme buscando empleo después de graduarme. Aunque... no creo ganarle a Gohan, ¡el es el mejor!" Goten sonrió de lado con orgullo por su mejor amigo.
"No desaprobecharé esta oportunidad. Demostraré que puedo hacerlo, demostraré que soy bueno en lo que me gusta: ayudar a las personas y salvar vidas. ¡Ahh! Te haré sentir orgullosa madre, haré que valga la pena todos los esfuerzos que hiciste para que pudiera estudiar y tampoco le fallaré al doctor Son." Gohan sonreía radiante con un calor agradable en el pecho, y en sus ojos onix brillaban las llamas de la desición.
Videl en cambio sonreía mordiéndose el labio de manera presumida. "Hump, haré que mi papi me consiga el empleo con sus influencias, eso será un hecho" si, ella estaba muy confiada.
La puerta se abrió repentinamente mientras el doctor Vegeta Brief con aire imponente entraba a la oficina.
—¡Padre! — Trunks corrió con euforia infantil incontenida a abrazar a su padre por la cintura. —¡Viniste! —
—Trunks. — habló calmado palmeando la espalda de su vástago como saludo. —Ve a jugar con tus juguetes, ahora estoy ocupado. —
—¡No es justo! Siempre me mandan a la esquina. Ya quiero ser grande para tener también pláticas de adultos. — se quejó. Vegeta enarcó una ceja mirando a Trunks severamente. —¡Ya entendí! Ya me voy a jugar. — se fué refunfuñando entre murmuros. Una vez estando con sus preciados juguetes se olvido de su pequeño berrinche.
Vegeta se dirigió donde su esposo que estaba riendo cálidamente por el recien berrinche del pequeño pelilila y con aire campante le tomó de las mejillas, dándole un beso para sorpresa de todos los presentes. Era un beso suave >común entre esposos< solo movia sus labios acariciando los contrarios sin nesecidad de llegar a más. Se separó y pudo reparar en el rostro sonrojado e impresonado de Goku.
Goten sonrió despreocupado llevando sus manos a su nuca observando el ambiente que de repente se tornó un tanto incómodo >menos para el<. Videl cerró rápidamente su boca, dándose cuenta de que la había mantenido abierta hasta hace un momento. Gohan en cambio, desvió su mirada incómodo con sus mejillas y orejas ardiendo.
—He de suponer que ustedes son los novatos. — Vegeta se tomó su tiempo observándolos de pies a cabeza, logrando poner nerviosos a los tres por su mirada tan penetrante. —Espero que tengan lo que se requiere para ganarse sus referencias. Les aviso desde ahora que tendrán turnos variados cada semana; el turno "A" es por la mañana, el "B" por la tarde y logicamente el "C" es por la noche.
>>Se les dará la mitad del salario de un médico de regla. Tendrán veinte minutos para su merienda, almuerzo o cena dependiendo de su turno. Se les asignará distintas responsabilidades individualmente. Ya que están estudiando Medicina General haganse a la idea que aqui serán multi-usos y los quiero atentos y con los ojos muy abiertos, ya que varias vidas dependen de ello. ¿Alguna duda? —
Los tres sintieron que la sangre se les iba del rostro, asi que negaron rápidamente más por el miedo a tartamudear.
—Bién menos palabras y más acción. Acompáñenme, los llevaré a la bodega. Les entregaré una bata y un equipo médico básico a cada uno. — se detuvo para dirigirles una mirada gélida. —Asi que cuidenlos con sus vidas... ¡Andando!. —
—Si. — exclamaron de inmediato los tres al unisono.
El doctor Son no pudo más que enviarles una mirada preocupada y una pequeña sonrisa tímida en son de disculpa.
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Cada uno venía con su bata de hospital puesta y un maletin en mano en donde pudieron revisar previamente que contenía un equipo médico con todo lo nesesario y más. Se detuvieron en medio de recepción en donde el doctor Brief llevaba un minuto hablando con la recepcionista (dicho de paso: licenciada en enfermería)
—¡Dios! es escalofriante. — murmuró Goten con la mirada fija en la espalda de su supervisor. —Dá mucho miedo ¿no lo creen? —
—Pués a mi me conoce, de seguro me pondrá a hacer algo facil; como atender en el area de pediatría por ejemplo. — respondió Videl masticando un chicle y estirando una de sus colas de cabello.
Gohan no dijo nada, solo trago, sentía su corazón palpitando rudamente, estaba nervioso; sin embargo sentía una emoción. de adrenalina en su pecho y su garganta que le hacían respirar profundamente con la sensación de impaciencia por comenzar con su trabajo.
—Tu. — Vegeta se dirigió a Goten. —Vé a la habitación N.37 estarás dando consulta abierta a los pacientes en lo que resta de tu turno.
Goten caminó nervioso no sin antes voltear a ver a Gohan que le mostró el pulgar en alto como señal de apoyo, a lo cual agradeció con un intento de sonrisa. Se perdió nuevamente por los pasillos, guiándose por la numeración de las habitaciones,
—A ti te quiero en la sala de emergencias. He oido que eres el mejor de tu generación, asi que es hora de mostrar lo que sabes.
Gohan sonrió amplio y fué a la sala de emergencias con ayuda de una enfermera que justamente iba hacia allá. Videl se indignó por sentirse ignorada por su novio.
—Y tu. — Vegeta sonrió de una manera que a Videl le recorrió un escalofrío por la espina dorsal. —En la habitación N.58 hay cinco pacientes, hay dos que nesecitan un cambio de sonda urinaria y los otros tres vienen por una revisión anal.
Vegeta se asombró (aunque no lo demostró) al ver como el rostro de Videl pasó por el color azul, luego al verde hasta tornarse grisaceo.
—Pero apresurate niña, ¿o te quedarás allí estorbando el camino para las enfermeras?
—S..si, digo ¡si señor!, es decir, ¡si doctor!. —
Vegeta sonrió. ¡Ahh! Como amaba su trabajo. Tenía sus motivos para hacer aquello. Prontamente se acordó que tenía que avisarle a Kakarotto sobre la cena con Bulma; maldijo a Bulma en su mente por arruinar su momento de diverción del dia.
Continuará.....