-¡NOWAKI!
- sempai ¿Qué sucede?
- es que iba a ir al circo con un amigo, pero él me canceló a último minuto
- sempai, esas cosas son para niños
- ¡este no! No es un circo de payasos y esas cosas, es un circo de acróbatas, tiene acrobacia en tela, trapecistas, cuerda floja y más cosas, por favor amigo
- está bien
Salieron juntos de la cafetería de la universidad, Nowaki debía ir a su trabajo de medio tiempo para encontrarse en la noche con su compañero, la verdad no tenía muchas ganas, pues debía levantarse temprano, pero sabía que distraerse le haría bien.
Llegaron los amigos a la carpa… era grande y espaciosa, los asientos estaban alrededor de un escenario bastante grande, todo era negro. Apagaro las luces y apareció el anfitrión.
- damas y caballeros, bienvenidos al circo marukawa, estaremos aquí durante 4 semanas, empezaremos esta función con los acróbatas en tela.
Dicho esto las luces se volvieron a apagar, dejando ver cuatro telas largas que colgaban desde el techo, y cuatro personas haciendo distintos trucos en estos, todo muy brillante y colorido.
Así pasaron una función tras otra, hasta que llegaron a la cuerda floja, un hombre castaño y delgado, vestido de azul y plateado caminaba de un lado a otro en una cuerda que estaba a más o menos 10 metros de altura. Hací distintos trucos con un aro, a veces parecía que se iba a caer, pero siempre volvía a la posición inicial. Nowaki era cautivado por esa música, esos movimientos tan fluidos, esa piel blanca, esa elegancia con la que terminaba sus movimientos, todo. Antes de poder darse cuenta la función había terminado.
- nowaki ¿qué te pasa?
- ¿sabes quién era ese último acróbata?
- no ¿por qué quieres saberlo?
- nada importante – eso le dijo pero la verdad necesitaba saber quién era ese castaño tan guapo.
- Hey, hiroki
- akihiko san ¿Cómo estás?
- bien ¿cómo estuvo tu presentación?
- súpero bien, creo que mejor que otras veces
- ya veo, oye, como mejor amigo y confidente tengo algo que decirte – hiroki solo esperaba que lo que le dijera no doliera demasiado, hace ya tiempo que se enamoró de él, pero no se atrevía a confesárselo – ¿conoces a ese chico misaki?
- ¿el trapesista? – akihiko no trabajaba en la función como tal, él hacía el guión del presentador y ayudaba con el diseño de los trajes y el orden de la presentación, además de otras cosas técnicas como el orden y colores de las luces, para que cada presentación sea única e inigualable.
- sí, sabes, llevo tiempo enamorado de él, le voy a pedir que salga conmigo – eso cayó como un balde de agua fría
- pero se nota a leguas que es hetero
- sí, lo sé, pero confío en que mis sentimientos le van a llegar, cuándo me ve siempre se sonroja – “y quién no lo haría” pensaba el castaño
- ya veo, debo irme
Hiroki corrió y corrió durante horas y horas, no quería saber nada de ese estúpido de akihiko, se sentó en una plaza a llorar, solo, sintió su celular, le había llegado un mensaje.
“dijo que sí”
Eso era lo que faltaba, la puñalada final, el game over, el fatality, ya no quería saber nada, amaba a akihiko, pero sabía que misaki era un encanto, no podía enojarse con él, solo era un cobarde que no habló de sus sentimientos cuándo tubo oportunidad. Justo cuándo su corazón estaba dejando salir todo ese dolor llegó un joven de cabellos negros y ojos azules, quién reconoció al acróbata incluso con ropa casual, no podía creerlo…
¿Suerte? ¿Destino? ¿Leyes de las probabilidades? ¿Divinidad? ¿Hilo rojo del destino? No lo sabía, pero no podá dejar a ese castaño llorar así, si antes ese castaño le atraía, ahora sí que estaba enamorado.