Al abrir la puerta, Kanou no pudo ocultar el desprecio y rencor que le guardaba a aquel visitante, realmente. ¿Cómo se atrevía?
-Largo de aquí- dijo con el semblante sombrío, casi sin transmitir ningún de sentimiento, como si la persona enfrente de él no fuese más que un objeto.
-He venido por Ayase- Dijo con una voz que denotaba cobardía, era Tetsuo, el primo de Ayase, quien había accedido a la venta de ese pequeño tiempo atrás para poder cubrir una deuda que tenía. –Estoy seguro que ya no te debe dinero, alguien me dijo que le pagabas por tener relaciones con él, así que la deuda terminó, el trato con ese niño ha expirado.
-¡Cállate! Eres una escoria, ¿cómo puedes venir a decir eso? El trato sigue en pie, la deuda continúa- Dijo esto mientras tomaba por el cuello a aquel joven, aquel repulsivo ser humano.
-¡Espera, Kanou!- Una delicada mano se posó sobre los brazos del agresor – no le hagas daño, es mi familia.
-¿Sigues insistiendo en protegerle? Ya te dije, no me opongo a tu familia, pero él ha venido a…- no pudo terminar aquella oración al saber lo que seguía…él ha venido por ti, porque ya has pagado tu deuda…
-Lo sé, les he escuchado desde la cocina, Kanou, soy consciente de eso, pero por favor para- Sus ojos comenzaban a humedecerse, suplicando al mayor que parase.
El mayor no pudo resistirse ante aquella súplica, no sólo era su voz la que se lo pedía, era todo él. Soltó de manera brusca a Tetsuo, y se sacudió la mano, como si hubiese tocado algo tan impuro y repulsivo que necesitara lavarse las manos.
-Sabes que tengo razón, Ayase ya es consciente de eso, no tienes más remedio que dejarle libre, no es de tu propiedad, nunca lo fue.
-Entonces ¿para qué lo quieres ahora? No será que… ¿tienes otra deuda que cubrir?- Preguntó esto sin perder la vista sobre lo que parecía un manojo de nervios, realmente, detestaba a esa persona
-¡C-Claro que no! Vine aquí para llevármelo a casa, quieras o no
-Esto no es lo que yo quiera ¿cierto?- cuestionó el mayor, dirigiendo su vista hacia el oji-azul, su mirada se suavizó notoriamente, se agachó hasta quedar cara a cara con Ayase, dio un suspiro enorme, no quería ni formular la pregunta ni escuchar la respuesta. Pero se encontraba contra la espada y la pared, sí, tenía que preguntarle.
-Ayase- tomó su mejilla con toda la delicadeza que le fue posible -¿Tú quieres…quieres quedarte conmigo, a pesar de haber pagado tu deuda?
El pequeño se quedó atónito, esa pregunta, que claramente indicaba un querer, el tomar una decisión, le tomó por sorpresa.
Normalmente Kanou ya hubiera echado a Tetsuo y hubiese retenido a Ayase a la fuerza. Pero no fue así. Le estaba otorgando la oportunidad de ser libre. El oji-azul comenzó a ver al piso, moviendo sus hermosos ojos de un lado a otro, no sabía qué responder, de verdad. ¿Qué quería hacer?
Al ver esto, Kanou simplemente le otorgó una falsa sonrisa a Tetsuo, se despidió de él y le cerró la puerta en la cara diciéndole que pronto sabría la respuesta y que él personalmente lo llevaría a su casa si decidía marcharse.
-Ayase- tomó la mano del pequeño, tan suave. –Ayase, cualquiera que sea la decisión que tomes, yo estoy dispuesto a… dispuesto a respetarla- plantando un tierno beso en la mejilla del otro, quería que durase más, pero apenas lo tocó por escasos 4 segundos. Tal vez sería la última vez que pudiese hacer eso.
-G-Gracias- Y tomando aire, dio su respuesta…