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Cap. 2.- Estúpido.
26 de junio:
Solamente había salido de la estúpida casa, por causa del más estúpido de los vampiros que en ella habitaba y por su estúpida causa ahora me encontraba siendo atacado por una fría que al parecer era tan estúpida al querer enfrentarme sola.
No sabía porque me protegían tanto de esa mujer pelirroja, si solo se veía peligrosa... como cualquier otro frío.
-eres tu- siseo ella entre dientes mostrándome sus horribles colmillos llenos de sangre de su última víctima-tienes su olor... eres tu
Yo no sabía de qué me estaba hablando solamente sabía que tenía que acabar con ella, su estúpida presencia no debería estar manchando un lugar sagrado como lo es este, vigilado y protegido por lobos.
Su actuar fue tan rápido como mis reflejos al quitármela de encima y ese fue el comienzo de nuestra encarnizada lucha, ninguno de los dos íbamos a dejarnos vencer, podíamos ver la determinación en las pupilas del contrario, las ganas de atacar a muerte... de ser el vencedor.
alce su ligero cuerpo entre mis fauces feroces mientras ella se sostenía de mi cuello evitando su muerte, cuando sentí un golpe sordo justo en mi hocico y un dolor en mis colmillos cuando el cuerpo frio de aquella vampira fue arrancada de mí . Edward Cullen estaba frente a mí con una mirada de desaprobación, preocupación y un atisbo de ¿miedo? no sabía que tenía su mirada dorada que me impidió moverme o seguir conectado a la tierra.
El sonido espeluznante del cuerpo de la chica sobre mí, mientras hundía sus colmillos en la parte alta de mi cuello, donde no podía alcanzarla.
Yo era un completo estúpido y por esa acción iba a morir, si es que antes no me ocurría algo aún más horrible... convertirme en vampiro.
Sentí el olor de Edward a mi lado para quitarla de encima, evitando así que siguiera succionando mi alma y caí de costado sin poder seguir en mi forma de lobo, sintiendo un calosfrió recorrer mi cuerpo y no precisamente porque me hallaba desnudo. Un dolor terrible se acuno en mi cuello recorriendo mi cuerpo lentamente. Aun a pesar de mi dolor pude escuchar pasos que se acercaban veloces, era mi manada que venían a socorrernos. Todos pasaron corriendo a mi lado, mirándome de reojo sacudirme entre la hierba, solo Seth se detuvo a darme caricias de consuelo con su cabeza en mi frente. Edward apareció nuevamente frente a mí, mirándome con pánico; sentí mi corazón latir excesivamente rápido, como si fuera un colibrí. El vampiro me sujeto fuertemente de mis caderas con un abrazo, pareciera como si no le importara mi desnudez, mientras que con su otra mano tomo mi barbilla girando mi rostro.
Un tremendo cosquilleo se instaló en esa zona erógena de mi cuerpo, cuando los labios finos de mi compañero de cuarto se posaron en mi cuello junto con sus colmillos.
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