Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Maldición Del Ángel por RozenDark

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se que les había prometido actualizar todos los domingos o lunes, pero como mi sobrina estuvo en mi casa toda la semana pasada, eso implicaba a ver a mi hermana mayor y su esposo, le sumamos a un papá metiche y criticon y una madre que no sabe que escribo historias yaoi, todo eso da a una pobre escritora sin poder escribir tranquila :/

Dejando eso de lado, pues aquí les traigo el capitulo cuatro y tambien les digo que ya estamos cerca del final :(

Por cierto, edite los fics de la serie, solo corregi uno que otro error, por si les interesa  ;)

Los personajes de KKM son propiedad de su respectivo autor 

Y sin más que decir, les invito a leer ^w^/

"Preparaciones"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

Las reencarnaciones siempre necesitan un empujoncito, no por nada Yuuri se convirtió en la reencarnación de Susana Julia, él también necesito ayuda.

Y con el nacimiento cercano del segundo hijo de la pareja real, ya era hora de que Crystal dejará de ser un cascarón vació.

 

~ஐ~

 

— ¡Wolfram!... ¡Wolfram detente! —Llevaba rato llamando a su esposo, pero este no hacía caso alguno, al contrario, seguía caminando. Iba a tocar su hombro, cuando llego repentinamente Murata.

— ¡Shibuya no lo toques! —Le ordeno con prisa mientras se acercaba. —Solo síguelo, pero no importa lo que pase, no lo toques hasta que yo lo indique. —Le advirtió con seriedad.

—Yuuri vio a su esposo con preocupación y comenzó a caminar detrás de él. — ¿Qué le ocurre? —Inquirió con total duda.

—Crystal lo está llamando, al parecer tiene que estar cerca de su futuro cuerpo para poder instalar su alma. —Explico cómo pudo.

— ¿Qué?, ¿entonces que va a pasar con mi hijo? —Alarmado pregunto aquello.

—Tu hijo es solo un cuerpo vacío, lo mismo hubiera pasado contigo sino hubieran puesto el alma de Susana Julia en tu cuerpo.

—Entonces, ¿mi hijo no tiene su alma aun? —Cuestionó ya más calmado.

—Exacto, lo mismo va para Tristán, por eso tienes que convencerlo, solo él sabe dónde está su cuerpo. —Dijo con seriedad.

 

El Heika iba a decir algo, pero guardo silencio junto con Murata, la razón, Wolfram se había detenido frente a la sala de tesoros.

Con lentitud, el rubio abrió la puerta y bajo con cuidado y lentitud, siendo seguido por ambos peli negros, los cuales solo observaban con inquietud.

 

— ¿Qué busca? —Preguntó en susurro al ver a su rubio esposo revisar el lugar.

—El objeto donde el alma de Crystal aguarda. —Respondió en susurro.

 

Cuando sus manos tocaron ese hermoso reloj de bolsillo en forma de corazón, este brillo con gran intensidad, dejando ver una pequeña esfera de luz de un brilloso color dorado, la cual flotaba frente a Wolfram. Yuuri iba a acercarse como todo un papá gallina, pero Murata logro detenerlo a tiempo.

 

—Tranquilo, esa luz es tu hijo. —Le dijo con una sonrisa.

 

La esfera de luz se situó frente al vientre de su ahora "madre" para que con total lentitud y delicadeza se fuera adentrando, hasta que no dejar rastros de lo acontecido.

Murata empujó a Yuuri, el cual entendió todo y con prisa logró evitar la caída de su inconsciente esposo.

 

— ¿Estarán bien? —Preguntó con total preocupación. Y por más que veía a su rubio en busca de algo malo, no encontraba nada fuera de lo normal.

—Tranquilo, tanto Sir Von Bielefield como tu hijo están bien, aunque aún tienes que convencer a tu futuro yerno para que entre a su propio cuerpo. —Con una pizca de burla le recordó aquello.

—Yuuri tomo con delicadeza y mucho cuidado a su esposo, pero le mando una mirada gélida a su amigo. —Ni me lo recuerdes.

 

~ஐ~

 

Como era de esperarse, Wolfram no recordaba lo sucedido en la noche y para Yuuri eso era lo mejor, claro que esa no era la única sorpresa del día, porque algo que hizo reír a todos los habitantes del castillo fue el colorido aspecto de Günter, el cual por más que intento arreglarse como se debe, pero no lo logro.

 

—Yuuki, te dije que Sir Von Christ no fue el culpable de mi desmayo. —Le regaño con seriedad, aun cuando en el fondo le agradecía a su hijo por haberlo defendido, pero también tomaba en cuenta que su hijo debía respetar a sus súbditos.

—Eso va para ti también, Gwendon, ya te he dicho que nada de experimentos locos, y mucho menos que ayudes a tu primo para hacer travesuras con ellos. —Gwendal se masajeo la cien. Simplemente no entendía porque el menor de sus hijos heredó el loco carácter de su madre, ni tampoco entendía porque también le gustaba hacer muchos experimentos raros.

 

Gwendon Von Karbelnikoff era el hijo menor de Gwendal y Anissina, tenía la misma edad que el príncipe Yuuki, solo que, unos tres meses de diferencia lo hacían mayor. Era igual a su madre, no solo por el color de su cabello, ojos y piel, sino que también por su afición a los experimentos e invenciones, claro que para Gwendal eso era lo de menos, lo que siempre lo alertaba era que su hijo menor era un doncel y el como todo buen padre siempre tenía que cuidar a su bebé de los pervertidos.

 

—Pero padre, tu siempre me dices que debo ayudar cuando se me pida y Yuuki necesitaba mi ayuda. —Se justificó con un mohín.

—Ni creas que con eso lograrás librarte de tu castigo hermanito. —Le dijo con voz autoritaria, mientras arrugaba su entrecejo.

 

Y allí estaba el hijo mayor de Gwendal y Anissina. Andrés Von Voltaire, tan parecido a su padre, su cabello largo hasta los hombros de un color gris y sus ojos del mismo azul que los de su padre, lo único diferente era la piel blanca como la de su madre. Dos años mayor que Yuuki y su hermano menor, además de ser el hijo varón de aquella familia.

 

—Y eso va para ustedes dos, Eliot y Gilbert. —Con seriedad, su azulina mirada viajo hacia su primo Eliot y al hijo menor de la doctora del castillo.

 

Eliot Weller, único hijo de Conrart y también doncel, miro con preocupación al mayor de sus primos, y es que él sabía que había hecho mal, pero no podía negarse a su primito Yuuki.

El doncel un año mayor que sus primos Gwendon y Yuuki, era igual a su padre varón Conrart, tenía el cabello castaño, aunque un poco largo, su piel era blanca y su carácter era justo y valeroso, con un toque bondadoso y alegre, aunque también tímido, también heredo rasgos de su otro padre, el cual murió cuando él nació, sus azules ojos eran tan iguales como los de su papi, Eliot Von Wincott.

Por otro lado estaba el hijo menor de la doctora. Gilbert Von Grantz, hijo menor de Adalberto y Gisella, tan parecido a su madre, cabello y ojos verdes, aunque con el toque explosivo de su padre, tenía la misma edad que Eliot, el cual era su mejor amigo, cosa rara considerando quienes eran sus padres, aunque también justificable, puesto que ambos niños eran donceles.

 

—Pues los cuatro estarán castigados y no hay más que discutir. —Sentenció con seriedad el mayor de los hijos de la sexy Queen.

 

El castigo, ayudar a acomodar y limpiar la biblioteca del castillo, entre otras cosas que no pusieran en peligro a los traviesos niños.

 

~ஐ~

 

Yuuri trataba con toda su voluntad, firmar los pocos papeles que tenía ese día, pero simplemente le era imposible con Günter allí. Le era imposible dejar de verlo, y es que el antes peli blanco tenía el cabello tan colorido como un arco iris y esponjado como un algodón de azúcar, inclusive su blanca piel tenia esos colores tan vividos, y por más que hubiera tratado de limpiarlo, el invento de aquel peli rosa funciono y no pudo quitar esa pintura.

 

—Günter, como que mejor te tomas un tiempo para quitarte esa pintura...considéralo como unas vacaciones, porque dudo que se quite en dos días. —Yuuri señalo todo el cuerpo del dramático consejero real.

—Günter comenzó a lloriquear por lo antes dicho. —Gracias Heika...en verdad se lo agradezco, en especial porque no merezco misericordia, no después de haber juzgado a su esposo como lo hice. —Dramatizo con total arrepentimiento.

—Así, sobre eso, mi hijo hizo un buen trabajo con este gracioso castigo. —El peli negro sonreía sincero mientras se situaba frente al mayor, a la vez que poco a poco borraba su característica sonrisa y la reemplazaba por una expresión fría. —Pero ten en cuenta que si algo así se repite, yo mismo haré que veas el infierno. —Advirtió con total frialdad y odio.

 

Günter asintió con miedo y como pudo salió totalmente despavorido de aquel despacho donde no regresaría por un buen rato.

 

~ஐ~

 

Los niños se encontraban limpiando con total desgano la gran biblioteca, la cual estaba no solo llena de polvo, sino que también muy desordenada.

 

—Yuuki la próxima vez ni me pidas ayuda. —Con molestia dijo aquello el peli verde.

—No sigas peleando conmigo Gilbert. —Respondió el príncipe con molestia.

 

Ambos niños se miraban de una manera retadora y maliciosa, teniendo las intenciones claras de comenzar una pelea, pero el castaño oji azul los detuvo a tiempo.

 

—Los dos ya dejen de pelear, sino nos aumentarán el castigo. —Alegó con seriedad.

 

Y así los niños siguieron limpiando, pero ya sin pelear entre ellos.

 

~ஐ~

 

En las tierras lejanas y una de las más heladas, un bello castillo sobresalía. Guardias leales y valientes custodiaban el lugar, y los nobles residentes iban de aquí para allá, pero en lo que parecía ser la habitación de los dueños del castillo, una pareja lloraba frente a la cuna de su hijo.

Ella era hermosa, cabello largo de un hermoso color rubio cenizo y sus bellos ojos de un color tan dorado como el ámbar, y una piel tan blanca y delicada como lo era ella misma. El tan guapo y apuesto, de cabellera corta y alborotada, de un color blanco platinado, unos serios, pero a la vez amables ojos plateados, una piel blanca y fina.

Ambos dueños de ese lugar, ella heredera de una familia noble de otro lugar, el heredero de esas heladas tierras. Ambos veían con dolor a su pequeño hijo, un bebé de aproximadamente un año de vida, tan parecido a su padre, pero un doloroso detalle se notaba, los plateados ojos del infante no tenían brillo alguno, era como si el niño no tuviera vida, pero ese respirar que asomaba les daba esperanzas.

 

—Mi niño...mi pobre niño. —La mujer estaba dolida, aun no podía creer que su hijo fuera la reencarnación de Tristán Von Winsord.

—Diana tranquilízate, te prometo que nuestro hijo no perecerá como sus anteriores cuerpos, ya investigue y el Maou actual y su pareja esperan a su segundo hijo.

 

La mujer miro a su amado con un brillo de esperanza, si eso era verdad, el alma de su hijo estaría cerca de aquel niño, y con los recientes tratados que habían hecho con el Maou, eran parte de ello, porque antes de que ese muchacho llegará, no habían conseguido liarse con Shin Makoku y las diez familias nobles, porque Rufus Von Bielefield sí que supo desterrarlos de ellos, claro que sin revelar lo que había pasado.

 

—Además de que nos han invitado a la fiesta en honor a los Bielefield, podremos aprovechar esto para encontrar el alma de nuestro hijo. —Lleno de emoción se acercó a su amada familia.

 

Y ambos padres abrazaron a su amado hijo, rogándole a Shinou para que les ayudará a recuperar lo que no les fue otorgado por completo, y todo por culpa de un tormentoso pasado.

 

~ஐ~

 

En algún lugar cerca del bosque, un misterioso encapuchado hablaba con aquel castaño que una vez quiso conquistar al actual consorte real. El castaño de nombre Jackie solo miraba a aquel misterioso ser y a esas marionetas que lo perturbaban.

 

—Al parecer ya se está acercando la hora de mi venganza en contra de la familia Winsord y también el gran momento de reencontrarme con mi amado Crystal.

 

Una sombra acecha al ángel y está más cerca de lo que se puedan imaginar siquiera.

 

 

 

 

 

CONTINUARA

Notas finales:

Espero que les haya gustado el capitulo y si es así, me alegraría mucho si me lo hacen saber con sus hermosos comentarios >///<

En fin, nos leemos pronto

Chau chau (*_-)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).