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La Maldición Del Ángel por RozenDark

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Notas del capitulo:

Bien, aquí les traigo la actualización y un día antes del día y si Yuram-cham lee esto, quiero que sepas que aun sigo esperando tu actualización y se que no soy la unica xD

Otra cosa, hay lemon de Tristán y Crystal >///< pero de antemano, les digo que no me maten

Los personajes de KKM son propiedad de sus respectivos autores y los demás son de mi retorcida cabeza @~@

Y sin más que decir, les invito a leer ^O^/

"La Dolorosa Historia de un Ángel"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

La maldición del ángel dio inicio gracias a los engaños e inseguridades por parte de un ser poderoso. Obviamente el poder no siempre trae consigo la sabiduría y el gran Tristán Von Winsord, de las tierras heladas de Kriaskian, se dio cuenta demasiado tarde.

 

~ஐ~

 

Wolfram se levantó de su cómodo asiento al percatarse de la hora, todo con ayuda de su hija, la cual no había parado de reír por todo lo que su rubio padre le había contado.

 

—Greta, por favor ya para de reír. —Le reprocho con un tierno puchero asomando en sus labios.

—La castaña reía, mientras se limpiaba las lágrimas, producto de su risa. —Lo siento papi, es solo que me causa gracia que mi papá se haya vuelto así de sobre protector. —Se excusó con trabajo.

—Como sea, ¿me harías un favor?, necesito que lleves a Yuuki a sus clases, porque este niño travieso ya se pasó de listo. —Pidió sonriente, mientras abrazaba a su pequeño primogénito.

 

Yuuki Shibuya Von Bielefield, el pequeño príncipe, como todos le decían, era un niño muy alegre e inocente, aunque también podía ser muy orgulloso y vengativo cuando se presentaba la ocasión. A sus diez años humanos, (porque en realidad, en la tierra Mazoku habían pasado unos treinta años), el niño era muy inteligente y talentoso, tanto con su manryoku, como con la espada, aunque lo que odiaba más que nada, eran sus clases teóricas, como la historia, matemáticas y etiqueta. Por ello, sus verdes ojos siempre resplandecían cuando su papi lo dejaba jugar con sus primos, incluso prefería practicar con su querido tío Conrart y su primo doncel Eliot, pero cuando su papi decía que era hora de estudiar, era hora de estudiar.

 

—Papi, ¿después puedo ir a practicar con el tío Conrad? —Preguntó el pequeño, mientras lanzaba su mirada triste.

 

También se le conocía como el mejor chantajista de todo el castillo, ni su estricto tío Gwendal se le resistía. Sus negros cabellos, tan parecidos a los de su padre varón, sus verdes ojos heredados de su padre doncel, junto con esa blanca piel, algo sucia por los juegos al aire libre, ese pequeño era el príncipe de Shin Makoku, primogénito de Yuuri y Wolfram, y también el heredero al trono, pero aun con eso, el único inmune a sus adorables chantajes, era su muy querido papi.

 

—No...Te vas a bañar, comer algo, estudiar y luego a la cama. —Sentenció con seriedad. —Por favor Greta, asegurate de que lo haga, yo mientras iré a ver si ese enclenque ya comió algo, tampoco quiero que se enferme. —Pidió, para después comenzar a caminar con dirección al despacho de su esposo.

—Greta miro a su papi con una sonrisa llena de diversión, para después virar a ver a su hermanito. —Muy bien Yuuki, escuchaste a papi, es hora de... —Pero su hermanito ya había desaparecido. —Pequeño travieso. —Con un mohín dijo aquello, mientras comenzaba a buscarlo.

 

~ஐ~

 

Wolfram caminaba a paso lento, mientras masajeaba con dulzura su abultado vientre, no sabía porque, pero su pequeño estaba muy inquieto por alguna razón, además de que el calor del día se le estaba haciendo muy molesto. Dejo eso de lado y sonrió al ver la puerta de aquel lugar, iba a abrirla, pero esta se abrió antes de que la tocara siquiera, y de allí salió Günter con una expresión llena de preocupación que paso a una de enojo al verlo.

 

—Vaya, hasta que Lord mocoso se le da la gana de aparecer y hacer su trabajo como consorte.

—Wolfram frunció el ceño, era cierto que los eventos sociales eran su trabajo, pero también se le había indicado un descanso para evitarse el estrés. —Sé que debes estar molesto porque castigue a tu Heika, pero no es para que me hables así. —Recalcó con enojo. —Ahora si me disculpas, quiero ver a MI esposo.

—Pues se quedara con las ganas, Heika salió desde hace rato. —Dijo con molestia, para después cerrar el despacho e irse.

 

Wolfram odiaba ese trato, sabía que Günter no era el único, incluso su tío Stoffel lo trataba así, como si no valiera nada, como si se mereciera el repudio, y sabía de antemano que habían más personas que no lo aceptaban como el consorte real.

 

— ¿Por qué? —Preguntó en susurro, haciendo que el peli blanco detuviera su andar y lo virara a ver. —No...me siento bien. —Apenas dijo esas palabras, todo a su alrededor se tornó oscuro, junto con un abrazador calor en su cuerpo.

— ¡¡WOLFRAM!! —Grito Günter, mientras atrapaba el inconsciente cuerpo del menor, iba a cargarlo, cuando lo alertó un grito de angustia.

— ¡¡PAPI! —Apenas vio lo sucedido corrió hacia su progenitor. —¡¡ES TU CULPA!!... ¡¡TRAIDOR!! —Le grito con furia a un muy sorprendido Günter.

—Pequeño príncipe. —Susurró sorprendido y dolido, pero al mirar al rubio en sus brazos, un sentimiento de arrepentimiento y culpa le llego, pero de manera rápida espabilo y encaro con seriedad al pequeño niño. —Necesito que vaya por mi hija, mientras llevaré a su padre a su habitación. —Pidió con preocupación, sentía que el cuerpo del consorte se ponía cada vez más caliente. —No le haré nada, pero si no se apresura se pondrá peor.

 

El pequeño vio a su papi con preocupación y luego le lanzó una mirada llena de odio al peli blanco, para después correr a hacer lo que le pidieron.

 

~ஐ~

 

Tristán no pudo evitar recordar su pasado, y todo porque al Heika se le ocurrió hacer caso al gran sabio y al siempre impertinente Shinou Heika, claro que hasta él mismo sabía que esos recuerdos llegaban cuando se acercaba el nuevo nacimiento de su amado Crystal, era como si el dulce doncel se encargará de recordarle lo sucedido en el pasado. Una y otra vez, veía aquella escena que marcó su cruel destino y por más que tratará de evitarlo, el recuerdo siempre llegaba...

Fue en una fresca noche de luna llena, una resplandeciente y luminosa luna, la cual fue testigo de aquella entrega de pureza.

Dos amantes se besaban con hambre y pasión, en aquel cómodo lecho que serviría para algo más que dormir. Tanta era su desesperación por apaciguar el abrazador calor que sus cuerpos emanaban, que la ropa ya no estaba, ambos se encargaron de perderla en algún recóndito lugar de aquella habitación.

Ambos desnudos, uno frente al otro y así fue como al menor de ellos se le acordó sentir el pudor y la vergüenza, no por nada era su primera vez.

 

—No...No me veas. —Con pena, se cubrió aquella zona que tanto veía su ser amado, mientras que un cálido color carmín invadió sus mejillas. Sus verdes ojos tenían un hermoso brillo lleno de amor hacia su amante, el cual lo veía con fascinación.

—El albino sonrió apenas, mientras tomaba con delicadeza las manos de su tierno amante. — ¿Por qué te cubres? —Preguntó. —Eres hermoso, tan hermoso como un ángel. —Le dijo con ternura para después besar sus manos.

 

El muchachito asintió nervioso y se dejó mimar. El albino supo entonces, que su rubia obsesión le dejaría el paso libre, así que comenzó a besarlo y mimarlo, para tener su completa confianza.

Con sus manos comenzó a acariciar de la manera más suave posible todo ese esplendoroso cuerpo. Toco desde esas largas y estilizadas piernas, hasta esa esbelta y algo curveada cintura, y todo lo que sus manos sintieron, lo definieron como perfecto. Era como si aquel frágil y hermoso cuerpo hubiera sido esculpido por los dioses mismos solamente para él y nada más que para él.

Con total delicadeza, entro en aquel ser, el cual se quejó por la repentina entrada, tanto que comenzó a llorar por el dolor que sentía. Besos y caricias fue lo que le otorgó, todo para lograr menguar el dolor y es que el mismo sabía que fue un bruto para no pensar en prepararlo antes, pero aún seguía creyendo en las palabras de su amiga y aquel hombre que decía ser el prometido de su amado rubio. Dejo de lado esos pensamientos y se concentró más en aquel amoroso acto, comenzó a moverse con suavidad, pero le era difícil y desesperante con aquel abrazador calor y el sofocante apretar, de aquel dulce y virginal orificio.

 

—Mmm~...Tristán...ve más rápido~. —Pidió entre dulces gemidos, y es que el también deseaba más de su ser amado. Con desesperación se aferró al cuello de aquel albino que tanto lo cautivo y enamoró, mientras gemía sin control alguno.

 

El albino obedeció con premura, al parecer no era el único que quería más. Sus pieles sudaban, el lecho rechinaba con el incesante mover de aquellos cuerpos y un insignificante olor a lo que todos conocen como sexo se sentía por todo el lugar.

Ambos amantes gemían a la par de cada estocada, mientras se abrazaban mutuamente, en un vago y desesperante intento por mantenerse juntos por la eternidad.

 

—Tristán...ya casi...no creo aguantar. —Informó cómo pudo. Su respiración era rápida y agitada, pero se volvió más errática cuando sintió la helada mano de su amado, tomar su virilidad y moverla a la par de cada estocada que le proporcionaba. —Ahhh~...más...dame más. —Se abrazó aún más al cuello de su amado, mientras sus verdes ojos comenzaban a lagrimear por aquel culminante sentir.

—Todo lo que quieras mi amor. —Fomentó con prisa. El también estaba a punto de correrse y lo haría de la manera más deliciosa e inolvidable posible.

 

Y no paso mucho cuando aquel hermoso acto culmino con el sonoro gemido de ambos amantes. Tristán termino llenando aquel lugar prohibido, mientras que Crystal termino entre sus cuerpos y junto a eso, ambos sellaron el acto con un fogoso y anhelado beso.

 

—Te amo Tristán. —Susurró sus sinceros y puros sentimientos.

 

El albino quiso responder con un "yo también", pero las palabras de su amiga y las de aquel hombre le nublaron por completo el juicio. Se puso de pie, asustando al menor, y con prisa se vistió como pudo.

 

— ¿Tristán? —Sus ojos miraban a su amado con preocupación.

— ¿Qué esperabas? —Miro al rubio con odio y sonrió con burla. — ¿Qué también dijera lo mismo?, ja, entiéndelo niño, solo quería un revolcón fácil y tú me lo diste, aunque no pensé que fueras tan fácil. —Se acercó y lo tomo con brusquedad de la barbilla, y aunque le partía el corazón ver esos verdes ojos que lo enamoraron anegarse de lágrimas, no daría marcha atrás. —Eres patético y siempre lo serás, es por eso que tu maldición será nunca ser amado.

 

Con orgullo salió y no miro hacia atrás, aun cuando escuchaba los sollozos de aquel destrozado muchacho, salió y no contento con lo que hizo, grito a los cuatro vientos lo que había hecho, dejando por los suelos la reputación casta y pura de aquel inocente ser...

 

—Como lo siento mi amor. —Susurró con dolor, dolor al haber recordado la peor idiotez cometida. —Yo también te amo.

 

~ஐ~

 

Yuuri llego a su destino y sin pedir permiso entró a la habitación, donde Gisella ya había terminado de atender al rubio, el cual tenía las mejillas algo sonrojadas, cosa que alarmó aún más al peli negro.

 

—Wolfram. —Con cuidado se acercó a su esposo mientras tomaba una de sus manos. — ¿Qué le paso? —Cuestionó con duda.

—Al parecer el niño en su interior heredará el elemento del fuego, en si eso no presenta ningún riesgo para su majestad y el niño, pero como estamos en época de calor, puede ser algo problemático. —Comenzó a explicar la peli verde. —No es riesgoso, pero puede tener leves fiebres, e incluso desmayos repentinos, lo mejor es tomar las cosas con calma, baños con agua fresca y consumir cosas frías en caso de que sienta calor, al menos en este caso. —Termino con sus indicaciones. —Si me disculpan, me retiro. —Indicó con una reverencia, para después salir del lugar.

—Papá, esto fue culpa del torpe de Günter, el trato mal a papi...merece un castigo. —El niño entro con prisa, siendo seguido por el culpable según él y su preocupado tío Conrart.

—Eso no es cierto.

—El Maou miro a su esposo. —Wolfram, ¿Cómo te sientes? —Preguntó preocupado.

—Ya mejor. —Con una sonrisa y una mano en su vientre dijo aquello, para después mirar a su hijo. —Yuuki, no fue culpa de Von Christ, fue mía, me sentía raro, pero no dije nada para no preocupar a nadie, además, quise ir a ver si tu enclenque padre había comido. —Justificó con premura.

 

Nadie dijo nada, simplemente dejaron que el doncel hablara. Günter agradeció que lo defendiera y aun con todo sentía culpa y remordimiento, claro que también se preparaba mentalmente para la justicia que aplicaría el pequeño príncipe, el cual no lo dejaba de ver con rencor, después de todo, el pequeño príncipe era mejor conocido por sus arranques llenos de justicia.

 

~ஐ~

 

La noche llego sin mayores problemas, ya todos descansaban en sus respectivas habitaciones y no era diferente en la habitación de los reyes, pero esa calma quedo atrás cuando repentinamente el rubio abrió sus verdes ojos, los cuales no tenían brillo alguno. Se levantó con lentitud y comenzó a caminar.

Yuuri sintió que algo le faltaba y vio que su esposo salió de la habitación. Lo siguió con prisa y por más que lo llamaba, el rubio no salía de aquel poderoso trance.

Lo único que el rubio escuchaba, era una suave voz, muy parecida a la de él y tan carente de maldad y rencor, la cual le decía una y otra vez...

<<Ven a mi...ya es hora de conocernos>>

 

 

 

 

 

CONTINUARA

Notas finales:

Espero que les haya gustado el capitulo de hoy y si pueden me lo hacen saber con sus hermosos comentarios

¿que tal quedó el lemon?, siento que le falto algo, pero bueno, al menos esa es mi opinión hacia mi xD

En el proximo va a haber venganza y al parecer cierto principe hara justicia divina con ayuda de algunas personitas dispuestas a servir a su proximo Heika xD

Además de que veremos que es del cuerpo de Tristán y el porque su familia no forma parte de las 10 familias nobles, siendo esta una muy poderosa y antigua, además de la entrada de la fiesta y los malos...

Todo eso y más en..."Preparaciones"

Nos leemos en el proximo capitulo

Chau chau (>_-)/


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