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Juegos previos por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

holi~

El plan era actualizar la próxima semana pero ya me mataba la ansiedad y decidí adelantarlo XD

Bueno agradezco sus comentarios ya sea por aqui o por face, tomaré sus recomendaciones y me esforzaré por mejorar mi redacción ^_^

Dejando todo de lado les contaré una historia

Había una vez....

NAAAAHH era broma

Ya pueden continuar con la lectura XD

¡esperen!

PD: Soy de las personas que les gusta el lemon un poquito dulce, así que no esperen mucha zukulencia XD

 

 

Cuarto intento, haz que te desee

 

 

Noya se hallaba en su habitación, recostado mientras jugaba con un balón, analizaba lo que hizo ese día, él… él… ¡no podía creer lo que hizo! Estaba avergonzado, demasiado, empezó a rodar por su cama mientras trataba de bajar ese sonrojo, todavía podía recordar la sensación de tener el… ¡debía dejar de pensar en eso! Nunca en su vida creyó que la madre de Asahi los encontrara en esa situación, sin bien ella no se enteró de lo que realmente pasaba, no podía volver a verla a los ojos sin recordar ese pequeño hecho, debía desaparecer de aquella casa unos días… como si ese fuese posible, había aceptado cenar con ellos en un par de días ¡que el cielo lo ayude!

 

De nuevo en el entrenamiento, amaba gastar energía recibiendo los servicios, al menos así Nishinoya despejaba su mente, bromeando con Ryu, presumir sus habilidades como senpai, seguir progresando junto con Shouyo, reírse escandalosamente, pelear a veces, era una linda juventud, conversar con los amigos, escuchar anécdotas, los primeros amores y desamores, veía a todos con sus parejas y él… dudaba si ir a ver a Asahi o no, ¿sería capaz de actuar como normalmente lo hacía? ¿Por qué estaba dudando? No había nada malo ¿o sí?... Bueno tenía la intensión de seducir a su pareja, estaba haciendo cosas nuevas; quería ver la faceta que el más alto trataba de contener, nadie podía culparlo por tener curiosidad

 

-Yuu, ¿estás distraído? – el menor saltó debido al susto, Asahi solo se acercó en silencio, podía ver a su pareja pensando en algo, tal vez compartían los mismos pensamientos

-Asahi-san vamos… - tuvo que desviar la mirada pues un sonrojo que no pudo controlar se instauró en sus mejillas y por lo que vio, el mayor se contagió – creo que…

-no preguntaré más – sonrió, la verdad tenía curiosidad pero mejor lo dejaba así, si su novio quiso experimentar algo nuevo, pues… admitía que le gustó – vamos – tomó la mano del más joven, entrelazando sus dedos, era divertido ver a un avergonzado Noya, pocas eran las veces que podía apreciarlo en esa faceta

-¿quieres practicar un po-poco conmigo? – tenía que cambiar el tema, no pensó que sería complicado volver a ser el mismo de siempre al primer intento

-claro – en medio de un parque jugaron un poco, relatando su día, sonriéndose… wow ni siquiera se dieron cuenta cuando olvidaron la vergüenza de verse directamente, definitivamente se entendían… entonces~… ¡siguiente paso!

 

 

La idea era hacer algo que lo excusara pera besar a Asahi, algo como en el manga shojo que por curiosidad leyó, mientras esperaba a que Yachi volviese de no sé qué cosas que tenía que resolver. Según sabía era uno nuevo y bastante popular, vio cierta escena en donde el novio besaba a la chica para quitarle un poco de helado en su labio… eso sonaba cursi, pero si a Yamaguchi le funcionó podría tener el mismo resultado, el problema era que estaban a media tarde tarde, hacía frio y lo único que tenía a disposición era… un chocolate en barra ¿por qué? No supo, simplemente quiso uno y lo compró, el mayor consumía uno también pero era blanquecino, seguramente la vida no le quería poner las cosas fáciles, pero al menos lo iba a intentar

 

-¿Asahi-san me das un poco? – entreabrió sus labios, el mayor le permitió morder aquella barrita, sabía más dulce que la suya así que…

-¿sabe raro? – preguntó al ver la leve mueca que hacía Noya

-es mucho más dulce – sonrió mientras sacaba un cuadrito de su barra y se la daba al mayor, acarició levemente los labios de Asahi sonriéndole

-es verdad – probó otro poco y si, el sabor del chocolate blanco se acentuaba por sobre el otro

-me pregunto si – obtuvo la atención del más alto, con habilidad Noya  le colocó otro trozo para que lo degustara y sin darle oportunidad, sostuvo el rostro entre sus manos – ¿será más dulce si… se juntan? – lo besó con delicadeza, relamió el labio inferior de Asahi, se abrió paso, jugó con su lengua, todavía aquel cuadrito no se derretía por completo, sus papilas gustativas apreciaban la sustancia dulce – muy dulce… – sonrió alejándose un poco, el grandote estaba rojo, era divertido verlo así

-si – susurró mientras sin mirar partía su chocolate, le colocó entre los labios del más joven, sonrió mientras repetía el antiguo hecho, era un dulce diferente, pues compartir un chocolate de esa forma era agradable. La mayoría de veces Yuu lo sorprendía con cosas pequeñas como esa, así que disfrutarlo era parte del juego. Lo atrajo hacia sí, sonriendo entre el beso, sin malas intenciones, solo saborear, no supo cuánto tiempo lo hizo pero al final, ya no necesitaron aquella golosina, simplemente se besaban. Escuchar la respiración agitada del menor le gustaba, ser causante de esos sonrojos era una satisfacción enorme, acariciar esa piel cálida, si seguían así podrían continuar lo que dejaron pendiente la última vez y…

-Asahi-san… mañana tengo entrenamiento – sonrió divertido al escuchar el suspiro bajito del más alto, lo empujó observándolo, se veía desanimado… ¡lo estaba logrando!

-lo siento, olvidé que apenas es inicio de semana – besó la frente del menor, de inmediato se puso de pie, estaba avergonzado, a veces no podía llegar a controlarse… cuando pensaba en que podría llegar a sucumbir ante esa necesidad de poseer el cuerpo de Yuu de forma brusca, le daba un poco de miedo, no quería hacerle daño, era su preciado amante, debía cuidarlo de sí mismo  

Noya estaba completamente satisfecho, logró una reacción, el deseo de Asahi por una anoche pasional, tenía toda esa semana para tentarlo un poco, probar que tan capaz era de desesperar a su novio, de empujarlo a la ansiedad y que su fin de semana se resumiera a ellos dos, a demostrar sus emociones de forma física, comprobar que aquel grandote tenía otro lado, un contrario a esa actitud amable, dulce y cuidadosa… alguien debía decirle al líbero que “la curiosidad mató al gato”

 

 

Una semana llena de experimentos por parte de Noya, desde rozarse “accidentalmente” cuando estaban en casa de alguno de los dos mientras veían televisión, besos demandantes mientras se sentaba en el regazo de Asahi, “caricias”  mientras comían juntos, toques suaves debajo de la mesa cuando cenaron con los  padres del grandote, relamerse los labios mientras probaba algún bocadillo, lamer los labios del mayor cuando quería probar lo que el otro comía, morderlo levemente cuando fingía estar enfadado, abrazarlo de repente en cualquier lugar u ocasión, regarse algún líquido para así quitarse la camiseta fingiendo que no se daba cuenta de la mirada sobre su cuerpo, incluso lamió el dedo de Asahi para parar una pequeña hemorragia ocasionada por una cortadura. En la mayoría de esas cosas tenía segunda intención pero algunas no y aun así, en todas podía ver al grandote avergonzado, ni siquiera supo cómo logró hacer todas eso en la misma semana, para finalizar con broche de oro, el domingo sin trabajo y sin entrenamiento al día siguiente… ¡a dar el último golpe!

 

 

Piscinas públicas, el día estaba soleado, era buena idea; no obstante casi todos estaban allí, estaría seguro de cualquier cosa. Noya se reía de sus propias ideas, ¿seguro? Y de qué se estaba protegiendo… recorrió al grupo con la mirada, nadie se veía sospechoso, excepto por una niñita que estaba agarrada de su pierna ¿Cuándo sucedió eso? Y más importante ¿Por qué?

-ni-chan, vamos a… - cuando Nishinoya puso atención aquella pequeña le sonreía

-¿Qué haces, Natsu? – cierto pelinaranja se acercó enseguida arrodillándose para quedar a la altura de la pequeña

-lo siento – aquella pequeña se alejó de inmediato colocándose a lado de su hermano, el joven líbero los analizaba juntos ¡eran muy parecidos!

-al fin llegaste – la voz de Kageyama mató el incómodo silencio entre el pequeño grupo, al parecer la hermanita de Shouyo los acompañaría ese día, seguramente  había confundido a Noya con alguien más. Cada miembro se presentó ante la pequeña quien feliz saludaba a todos mientras se trepaba hasta sentarse en el cuello de su hermano mayor, era gracioso verla tan animada hasta que la mirada marrón se posó en Asahi, todos se imaginaban que aquella niña se iba a asustar y empezaría a llorar pero

-¡ni-san, es enorme! – sonreía mientras aquel castaño solo devolvía aquel gesto – ¿me cargas?

-aunque Tsukishima es más alto – sonreía Asahi mientras con permiso de Hinata colocaba a la niña sobre sus hombros, la pequeña solo levantaba sus brazos emocionada

-ha despreciado a los enanos – ahí estaba la típica burla de cierto rubio que logró hacer que cierto par se deprimiera, quedándose alejados del grupo “mi propia hermana se ha dejado impactar por los titanes” susurraba Hinata mientras Noya le palmeaba la espalda en forma de apoyo y comprensión

 

Había sido un comienzo extraño, pero al recuperar la normalidad requerida se hallaban armando alboroto, gritos por aquí, competencias por allá, pacificas pláticas en el borde de aquella piscina, cierta pequeña por alguna razón terminó jugando con el armador huraño, quien se mostraba dudoso de cómo tratar a una infante; aunque claro Hinata lo acompañaba para ayudarlo, “Kageyama atrae a los soles, parecen una familia” pensaban los demás al ver la escena, era gracioso. La armonía inundaba el lugar pero nada más interesante pasó hasta que la mayoría decidió terminar su diversión ese día, retirarse en calma, cansados por la actividad, acordaron comer algo en uno de los restaurantes cercanos, cada quien se terminaba de cambiar su traje de baño por ropa cómoda para proseguir con el plan del día pero un “¿Y ese par dónde se metió?” los distrajo, era verdad que cierta pareja había hecho un acto de desaparición hace algún tiempo. Cuando Tanaka ya se disponía a buscarlos, Asahi y Nishinoya aparecían disculpándose por la demora, finalmente el grupo se dispuso a abandonar aquel lugar sin imaginarse lo que cierto par había hecho minutos atrás

 

 

Cosas…

 

 

Cambiarse era el plan, el lugar tenía cubículos personales para hacerlo, pero cierto pequeño alumno de la preparatoria Karasuno, decidió no hacer caso a la denominación “personales” fijándose en que no se dieran cuenta, empujó a su acompañante  dentro de ese pequeño compartimento, el último en esa habitación

-Yuu, nos van a descubrir – el riesgo era inmenso, pero terminó sentándose en aquella silla alargada de madera, estaba un poco dudoso de  lo que pasaba, todo inició con un “desearía besarte” por su parte, algo que se le escapó, un pensamiento en voz alta

-pues aquí estamos en privacidad – sonrió el más joven mientras se colocaba el seguro – ¿no eras tú el que quería besarme? – empezó a susurrar pues podía escuchar las voces en los compartimentos contiguos

-pero – mantenía su voz baja, sintiendo la adrenalina por aquella pequeña travesura – ¿qué pasa si alguien se da cuenta que estamos los dos aquí? ¿Qué escusa diremos?

-ahorrar espacio o ganar tiempo – levantó sus hombros restándole importancia, esos eran solo asuntos segundarios, calló al mayor con un beso ligero – deja de pensar en eso, Asahi – susurró mientras se sentada en las piernas del mayor, hasta rodearlo por la cintura con las propias, era verdad que no era muy amplio, hasta era un poco incómodo pero era el único sitio que evitaba que las miradas se posaran sobre ellos

-tienes ideas muy… - fue callado de nuevo por aquellos labios, dejó de pensarlo, devolvió aquel beso, lo podía sentir tan cálido a pesar de lo húmeda de la piel debido al agua de la piscina, deslizó una caricia por espalda del más pequeño que como reacción lo aprisionó más con sus piernas, el cabello húmedo se pegaba a su rostro pero los dedos de Yuu los apartaban con cuidado, suspiraron al separarse, sonriéndose cómplices

-te amo, Asahi – susurró abrazándolo, su aliento golpeaba contra la mejilla del más alto quien lo apretaba, sus pieles se unían, era agradable

-yo también – de nuevo lo besó, jugando con la lengua del menor, sintiendo el calor en sus mejillas, acomodándose para estar más cómodo sin imaginar que al hacerlo, se rozaría contra la intimidad de su amante, Noya gimió bajito entre sus bocas… ¡eso era peligroso!

-lo siento – intentó incorporarse pero de nuevo el roce lo hizo estremecerse, ¡esta vez fue sin doble intención! Culparía de todo al espacio reducido – Asahi-san… – no dijo más pues un nuevo beso demandante lo interrumpió, no le molestaba en absoluto que el mayor iniciara todo

Nishinoya no había planeado eso pero igual lo disfrutaría, percibía las intenciones del mayor, para ser exactos las caricias en su espalda que descendían cada vez más le dieron esa pista, sin evitarlo estaba excitándose, las caricias ahora se desviaban a su abdomen, solo pudo aferrarse fuerte de los hombros de Asahi, el aire se le estaba escapando poco a poco, pero el mayor no parecía querer detenerse, lo empujó levemente pues estaba mareándose, su aliento estaba siendo robado. Al fin libre solo pudo tratar de recomponerse mientras reposaba en el pecho del más alto que lo abrazaba para que no se separaran

Asahi estaba dejándose llevar, consciente de que no era un buen lugar para continuar con eso, su cuerpo reaccionaba ante la respiración de su pareja que chocaba con su piel, debía parar pero la leve caricia en su abdomen, los besos que el menor empezaba a repartir por su pecho lo estaban estimulando. Levantó el mentón del más joven observándolo con ese sonrojo que sólo él podía producir, lo observó con detenimiento como pidiendo permiso para continuar, y la sonrisa de Yuu lo confirmó, ambos necesitaban aliviar el calor en su parte baja. Acarició la intimidad del menor con mucha calma sintiendo como éste se aferraba a él con desesperación, una petición muda para que no dudase, deslizó el bañador hasta alcanzar el miembro, lo rozó con la punta de sus dedos, observando como la espalda del líbero se arqueaba levemente, jugó con la punta escuchando el leve gemido que el menor trataba de contener

Yuu no se iba a quedar ahí, también deslizó su mano para atender a su novio, acariciarlo correspondiendo a toda esa locura, el agarre en su cintura se hizo más fuerte logrando que se unieran un poco más hasta sentir sus manos chocar en ocasiones, imitó el ritmo que le imponía Asahi, se mordió el labio para no gemir, el vaivén tortuoso, el calor de la piel contraria, sentía que no podría quedarse callado por mucho tiempo, corriendo el riesgo proporcionar la evidencia para que los descubrieran. Como si hubiesen adivinado sus pensamientos el mayor lo besó, podía dejar que sus gemidos murieran entre sus bocas, sintió que su mano era retirada, y ahora ambos miembros eran atendidos solo por el mayor, se aferró a la espalda de su pareja tratando de no rasguñarlo o daría sospechas, sus caderas se movían para lograr más fricción, se separaba para retomar el aire pero solo por unos segundos antes de que un nuevo beso lo acallara, los espasmos llegaban, una corriente eléctrica recorría su cuerpo. Noya enredó sus dedos en las hebras largas cuando sintió que llegaba al límite, se corrió ahogando su gemido entre el beso compartido, se abrazó al más alto con desesperación sintiendo como el otro también se dejaba llevar al placer de la liberación.

Se quedaron mirándose mientras normalizaban sus respiraciones, sus cuerpos les temblaban un poco, se besaron una vez más, sonriendo al final, la evidencia de aquel hecho estaba impregnado en la mano del mayor y parte en sus vientres, el sonrojo intenso y… ¡eso había sido genial! Arriesgado pero satisfactorio, uno de esos pequeños secretos que te llevarás a la tumba, o tal vez no. Un golpe en el compartimento contiguo los asustó, tal vez los descubrieron y ahora los problemas se les echaban encima pero “eso dolió” las palabras de un desconocido los relajó un poco, solo había sido una caída o algo parecido, no quisieron averiguarlo y ahora sí, debían terminar de cambiarse o los demás estarían molestos por esperarlos tanto

 

 

 

Quinto intento, celos…

 

 

 

Celos… Celos… ¡eso era imposible! No se le ocurría alguna forma de hacerlo, además nunca vio a Asahi celoso, tal vez debería saltarse ese paso, después de todo ya había logrado varias reacciones de parte de su pareja, así que disfrutar de lo que restaba de la tarde sería bueno, empezando por el almuerzo. Un festín para todos, una mesa de cuatro en donde compartían con la nueva pareja del equipo, Tanaka mostraba una expresión aterradora hacia Tsukishima que desde la mesa de alado lanzaba bromas por la forma en que cayó a la piscina, Ennoshita trataba de calmarlo y evitando que por el alboroto los echaran del lugar, las risas de Hinata y Natsu en la otra mesa, todo estaba bien

Comer a bocanadas para recuperar energías, atorarse cuando la necesidad de reclamar por los comentarios ajenos se sobreponía a la de tragar, ver a las parejas un poco cariñosas era una sensación extraña, mucho más cuando Tanaka se abrazaba a su novio mientras le daba un beso en la mejilla, el rojo de esas mejillas se notaba sobre esa piel clara de Ennoshita, la sonrisa de Ryu llamaba la atención sobre ellos, las meseras sonreían alejados de todos ellos,  un ambiente… grato

 

-esto sabe delicioso – sonreía Tanaka mientras admiraba el plato de Yuu quien estaba enfrente de él – quiero probar – con tenacidad le robaba una porción al líbero, recibiendo inmediatamente un reclamo por aquella osadía

-no debes hacer eso Tanaka – Ennoshita golpeaba el hombro de su pareja para que dejara de hacer cosas así

-Yuu, cálmate – el grandote también trataba de parar la discusión. Cuando Noya y Ryu se juntaba era sinónimo de escándalo

-bien, entonces te daré algo a cambio – Tanaka aprovechó que el más pequeño abrió la boca para reclamar e introdujo una pequeña porción de su propia comida, los reclamos se terminaron cuando Noya saboreaba la carne, todavía los palillos ajenos estaban entre sus labios – sabe delicioso ¿o no? – sonreía al ver la expresión satisfecha del más pequeño

-quiero otro – abrió sus labios para ser alimentado de nuevo, cuando sintió ese sabor agradable sonrió ampliamente – la próxima pediré lo que tienes en tu plato, Ryu

-y yo pediré lo que tiene Asahi-san – sonrió el muchacho rapado mientras observaba al mencionado, se quedó callado al ver la expresión seria del grandote – ¿te pasa algo, Asahi-san?

-no… es nada – respiró profundo para quitarse el amargo sabor de boca, no era para nada gracioso ver a tu novio ser alimentado por su amigo, con el cual era el que mejor se llevaba, pasaba tiempo juntos y se trataban de forma muy cercana casi como si en el pasado hubiesen tenido algo más que…

-Ennoshita-kun… - solo la voz de Yuu sacó del letargo a Asahi en donde se encontraba pensando en muchas cosas que en el fondo sabía que no eran realidad – acabas de romper tus palillos – todos dirigieron la mirada hacia el que se mantenía callado, certificando ese hecho

-iré por otros – sonrió de forma forzada mientras con rapidez se alejaba del grupo

-no pensé ver a Ennoshita-senpai celoso – Yamaguchi se había asomado a ver qué pasaba, para ser exactos todos se habían girado para ver la mesa en donde un líbero no entendía lo que sucedía

-¿celoso? – Tanaka y Nisinoya ladeaban su cabeza analizando la situación

-no debería ponerse celoso por un par de cabezas huecas – comentó Tsukishima quien estaba más concentrado en terminar su pedido que por averiguar la vida de otros

-Tanaka-san debería ir tras él – opinó Yamaguchi mientras volvía a su asiento. Todos vieron como el mencionado se paraba de pronto, como si las palabras de ese par lograron activar un interruptor en su cerebro, salió entonces a arreglar el malentendido

-los celos son peligrosos – Noya solo siguió comiendo, ignorando la molestia que presentaba cierta persona a su lado

 

Alguien debía advertirle a Nishinoya que los celos traían consecuencias y pronto lo iba a descubrir. Mantenía una plática con Asahi mientras retornaban a sus hogares, pero el mayor se mantenía más callado de lo normal, monosílabos de vez en cuando, sonrisas forzadas, era extraño pero el líbero dejó pasar esa anomalía, tal vez el más alto estaba cansado. Cuando Asahi pidió que lo acompañase a casa, Noya aceptó con una sonrisa, entrelazó sus dedos con los de su pareja, a pesar de toda la actividad seguía teniendo energía, aunque nunca se imaginó lo que sucedería después. Para el menor, ese día había significado que no podía forzar a su novio a descontrolarse, pero no le afectaba demasiado, siempre habría una siguiente semana para eso pero…

 

-¿Asahi-san? – ¿cómo llegaron a eso? Apenas minutos antes estaban afuera de esa casa, estaba a punto de despedirse pero fue arrastrado dentro, podía sentir el abrazo del mayor y no entendía porque ese gesto tan repentino – ¿quieres que me quede?

-… - no dijo nada solo lo acorraló en contra de la puerta, no podía controlarse, solo pensaba en probar aquellos labios que siempre mostraban una sonrisa, el calor agradable de ese cuerpo cuando estaba junto al suyo – Yuu… - susurró en el oído del menor, deslizó sus labios rozando las mejillas del más joven hasta que su objetivo estaba a escasos milímetros, mordió ligeramente el labio inferior escuchando un leve jadeo, lo besó con dulzura por unos instantes y sintió la necesidad de profundizarlo, su lengua se introdujo sin necesidad de un permiso, de improvisto, hasta rozar la contraria, dominó el beso con necesidad

-espera… – apenas logró empujarlo, el aire se le escapaba con rapidez, jadeaba de forma irregular, el hormigueo en sus labios no era desagradable pero estaba un poco confundido por repentino ¿ataque? – Asahi-san… ¿por qué haces esto? – ¡momento!... acaso pensó en un ¿ataque?... en verdad era un ¿ataque?

-no hay nadie – fue lo único que mencionó antes de volver a besarlo, guiado por la necesidad de sentirlo más cerca, de tenerlo solo para él, de quitarse esos malditos pensamientos acerca de los celos irracionales que tenía

-mgh… espera – lo empujó de nuevo, necesitaba segundos para procesar eso… ¿era un ataque?... ¿lo había logrado? O solo era un gesto de cariño basado en que la casa estaba sola y… - estás diferente… ah… – sintió la mordida en su labio nuevamente, un gemido se le escapó al sentir las manos del mayor deslizarse bajo su ropa, podía sentir la calidez de ese contacto en su espalda, ascendiendo con lentitud y…

-estaba celoso – le robó un beso lento, unió sus cuerpos, levantó al menor hasta que logró que las piernas del líbero rodearan su cintura, lo aprisionó contra la puerta… estaba perdiendo el control – no me gustó lo que hizo Tanaka – confesó en un susurro en el oído del menor que se aferraba a sus hombros

-no lo sabía – sonrió al entender la situación… en resumen… ¡triunfó sin siquiera darse cuenta! – pero Asahi, yo…

-quédate ésta noche – le susurró mientras descendía sus labios por el cuello del menor, lo mordió con delicadeza logrando escuchar un gemido, acarició la espalda presionando contra la piel desnuda, levantando aquella prenda que estorbaba – ya no quiero esperar – su mano libre la deslizó por los muslos del más joven, también acarició los botones escondidos… solo quería sentir la cálida piel sin obstáculos – te quiero para mí

-espera… es… agh – se retorció al sentir en apretón en sus  glúteos y a mordida en su cuello. Recordó entonces ciertas palabras de su senpai “trata de negarte, pero a la vez no lo hagas demasiado” aquella vez no entendió esas cosas contradictorias, pero ahora mientras dejaba que sus gemidos salieran y sus labios pedían un tiempo fuera… ¿a eso se refería Suga? – eso duele… – mintió mientras sentía la succión en su cuello, ¡eso iba a dejar marca!

-lo siento pero… no creo poder controlarme – susurró mientras de nuevo devoraba los labios semiabiertos del más joven, sentía el agarre en su espalda, los dedos de Noya se incrustaban con fuerza y él solo se presionaba contra el pequeño cuerpo de su amante

-no es necesario… que lo hagas – sonrió cuando le permitieron respirar, acarició el rostro del mayor, su cuerpo le temblaba un poco, pues aquella voz profunda resonaba en su cabeza, podía sentir la naciente erección de Asahi rozarse con la suya – no me voy a romper – susurró con vergüenza… ¿vergüenza? Pero si hizo muchas cosas para llegar a ese punto… era raro tener vergüenza en ese momento

-no quiero dañarte – susurró mientras se abrazaba al cuerpo del menor, dejando que sus sentidos se embriagaran por el perfume que Noya despedía – pero todo ha sido demasiado intenso esta semana – confesó riéndose bajito, sin soltar al menor que aún tenía pegada su espalda en la puerta – verte a cada momento y no poder tocarte… ahora ya no puedo parar

-está bien Asahi-san, estaré bien – se sintió un poquito culpable por causarle problemas pero… ¡al demonio, eso era lo que estaba buscando! – puedes desatar tu salvajismo cuando desees – lo abrazó con ternura mientras desataba el cabello largo, le gustaba enredar sus dedos sin problemas ni impedimentos

-empezaré ahora – susurró logrando que el más joven se estremeciera

-pero… – de un momento a otro se hallaba ¿recostado en el suelo?... eso era rapidez – todavía estamos en la… entrada – podía ver aquella mirada de nuevo, la lujuria invadía esos iris marrón, Asahi se posaba encima suyo sin nada que cubriera su torso… ¿Cuándo se quitó la polera? – Asa… hi – podía sentir las caricias en su piernas, el roce del mayor en contra de su intimidad, el beso demandante que lo dejaba sin aliento, su mente en blanco al sentir como aquellas manos se deslizaban por su pecho hasta dejar descubierto sus botones, libres para ser torturados

Asahi no estaba pensando, solo deseaba unirse a su pareja, ser uno solo, delinear el cuerpo ajeno hasta memorizarlo, morderlo para dejar constancia de que él era el único en tocar esa piel, escucharlo gemir con esa voz que tomaba un toque dulce mientras intimaban, dejar que su lengua explorara cada parte que lograra alcanzar, besarlo para mezclar sus salivas, solo quería dejarse llevar por la intensidad de esas sensaciones, confusión en su mente, calor en su cuerpo… lo demás no existía en ese momento

Nishinoya estaba perdiendo la batalla, su respiración estaba agitada, empujaba al mayor cuando sentía que el aire le faltaba, podía ver el hilillo de saliva que los unía al alejarse y romper con el beso lleno de salvajismo que pocas veces experimentó con anterioridad, Asahi se relamía los labios con lentitud y el menor solo sentía que el calor subía con rapidez, sus mejillas eran evidencia de ello, ver ese deseo en aquella mirada, un deseo que él quiso provocar. Gimió al sentir la caricia en su intimidad, sentir la lengua de su amante sobre sus pezones lo hizo temblar un poco y arquearse de forma instintiva, apenas se fijó en como sus prendas inferiores se deslizaban, incrustó sus uñas en la espalda ajena, que desnuda seguramente terminaría marcada, enredó sus dedos en la cabellera larga… suspiró al sentir el cálido aliento de Asahi en su abdomen, los besos descendentes, las caricias en sus piernas… ¡cuando demonios perdió todas sus prendas inferiores! Su mente nublada no reaccionaba en ocasiones

Asahi se detuvo un momento, se irguió para admirar lo que pasaba, estaban en la entrada de su casa, pero poco le importaba, su pareja tenía la camiseta a medio quitarse, esos adorables botoncitos erectos, el pecho ascendía y descendía de forma irregular, rápida, el rostro sonrojado; aquellos labios rosados entreabiertos, leves gemiditos salían de ellos. Noya tenía los ojos semiabiertos y cristalinos, la piel brillante debido a la fina capa de sudor que seguramente él también tenía, las piernas del líbero abiertas mostrando esa piel que parecía delicada, levemente flexionadas mostraban la creciente erección, el menor trataba de aruñar el suelo de madera… erótico fue la única palabra que encontró para describirlo “Asahi… Asahi” esa voz que casi era un susurro hizo que su erección pulsara, ya no podía parar. El antiguo as introdujo sus dedos en la boca de su amante jugando con aquella lengua mientras su mano se encargaba de realizar un vaivén lento en el miembro del más pequeño, gemidos opacados se escuchaban. Prepararlo como era debido sería un reto difícil, estaba desesperado por fundirse con su pareja pero aun así lo hizo, mientras besaba al más pequeño introducía el primer digito, podía claramente sentir su piel de la espalda siendo rasgada con desesperación, el segundo dígito dio paso a las lágrimas de Noya quien ya dejaba escapar sonoros gemidos “aaah… Asa…hi… no” incoherencias, eso eran, pero aun así eran los sonidos más bellos que Asahi podía escuchar

¿Cómo soportar la necesidad de gemir sin control? Simplemente no podía, dejaba que su voz saliese, Yuu estaba desesperado porque la tortura en su intimidad y en su entrada terminara, lo pidió en un susurro “entra… por… favor”. Un movimiento brusco hizo que sus piernas le dolieran, en cuanto reaccionó sus manos posaban en la madera al igual que sus rodillas, sentía los temblores de su cuerpo y enseguida el pecho del mayor posado sobre su espalda, los mechones largos rozarse con su piel, haciendo que un cosquilleo le recorriera entero, apenas logró girar para observar la expresión de Asahi. El mayor de inmediato tomaba los labios de Yuu con desesperación, acallando el grito que el menor dejó salir cuando fue penetrado con fuerza. Noya sintió su interior expandirse, recibir el falo de su amante, sus lágrimas se derramaron por la mezcla entre satisfacción y dolor… eso era lo que estaba buscando, tal vez fue algo más que eso… era el lado oculto de Asahi, ya no era el dulce, amable y cuidadoso… ahora era el desesperado, desenfrenado y rudo… eso era lo que ocultaba

 

 

Continuará….

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Seguramente me dicen ¿Qué pasó con ese lemon a medio terminar? 

Y mi respuesta es: Yo solo quiero ver el mundo arder muajajajaja

La verdad es que ya hice dos escenas algo pasaditas de tono, así que no quiero saturar el capítulo y lo dejé así

Bueno espero sus comentarios, críticas, sugerencias, ideas, jajajja lo que deseen en un review, les reponderé con cariño

Me despido y la próxima semana subiré el último capítulo de esta pequeña locura

Besos~

Krat se va a escribir su TsukiYama~


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