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Cuando dos almas se reencuentran por kurerublume

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Notas del capitulo:

Otro capítulo, y ayyy jaja sólo quería molestar jaja

Mizuki aceptó los celos que sentía, cada vez que intentaba entablar una conversación con el rubio, este bajaba la mirada y se retiraba. Comenzaba a  molestarse aún más, si es que eso era posible, todavía que había tenido que soportar las actitudes pesadas y… el beso forzado de aquella persona, tenía que andar atrás de él. Su orgullo pendía de un hilo, pero aun así eso no le importaba, tenían que aclarar las cosas.


Se estaban terminando las clases, Mizuki decidió que al acabar el entrenamiento, definitivamente lograría que el rubio hablara con él. Lo haría educadamente claro, pero de que le iba a escuchar le iba a escuchar. Atardecía lentamente, se incorporó al entrenamiento antes que los demás, Kazuno ni siquiera le dirigió la mirada cuando entró al gimnasio, se sentía invisible, era la peor sensación que alguien como él podía experimentar.


Acabó el entrenamiento, el ojimiel se cambió de ropa rápidamente para evitar en la medida de lo posible el toparse con Mizuki, en eso, sintió cómo una mano le detenía antes de salir de los vestidores: era el azabache.


-Kazuno…


-¿Q-Qué sucede Mizuki? ¿Tienes alguna duda sobre el nuevo movimiento?- cuestionó, esforzándose por sonar lo más natural posible


-Tengo que hablar contigo, ¿se puede?


-¿Sobre…?


-¡Sobre lo que pasó aquel día idiota!


-¡Vale!, comprendo, pero baja un poco la voz Mizuki, de lo contrario esto se verá raro- dijo tomando del brazo al ojigris para entrar hacia el almacén de equipamiento, cerró la puerta asegurándose que nadie se dirigiera a aquel lugar.


-¿Qué pasa con eso? Te dije que lo sentía y que no volvería a molestarte


-¿Por qué lo hiciste?- se cruzó de brazos mirando fijamente al ojimiel


-¿Por qué te interesa saber? Ya no somos amigos


-Para mí lo sigues siendo Kazuno, por alguna extraña razón, no estoy molesto contigo, sólo quiero que me des la razón, quiero saber por qué – colocó sus brazos a los costados y suavizó la mirada


-Eres cruel ¿lo sabías? Sé que fui estúpido, pero no puedo seguir con esto, ni siquiera yo sé la razón


-¿cruel? ¿De qué hablas Kazuno? -suspiró- cuando lo sepas me puedes decir ¿Seguimos siendo amigos?- el rubio tardó en responder, finalmente suspiró y dio su respuesta


-Claro, me alegra. Bueno, tengo que irme Mizuki, nos vemos mañana- salió de aquel lugar, por alguna razón el azabache sentía que todo había sido superficial, de haber hecho las paces el otro se hubiera ofrecido a acompañarlo a su casa como lo hacía antes, sin darle más vueltas al asunto salió también del almacén.


Cuando estaba saliendo del gimnasio, pudo ver a lo lejos dos siluetas, eran Kazuno y una chica que jamás había visto. Se acercó para preguntarle si se iban juntos, saludó a la niña que sujetaba del brazo al rubio, y  cuando le hizo la pregunta, Kazuno abrió sus ojos.


-L-Lo siento Mizuki


-¡Amor! ¿No me vas a acompañar a mí a mi casa?- dijo apretándole más el brazo a Kazuno


 -S-Sí, claro que sí Sophie, Mizuki yo…- lo notaba en sus ojos, el azabache estaba dolido, su gesto lo mostraba, se sentía traicionado.


El ojigris tardó en reaccionar, se había dado cuenta de algo: lo que había pedido se le había dado, una amistad. El pesar en su pecho se volvía más denso, casi insoportable. No podía creerlo, aquello estaba doliendo. ¿Desde cuándo Kazuno tenía novia?


-Mizuki, es increíble, que ustedes dos tengan nombres japoneses, estamos en Inglaterra digo- comenzó a reír, una risa molesta y demasiado aguda, le fastidiaba.


-Lo sé- le devolvía la sonrisa algo desanimada


-Ya tenemos que irnos- dijo Kazuno, poniéndose en medio de las dos personas, mirando de reojo a Mizuki, sentía que debía disculparse por esa situación… pero, ¿cómo?


-Mizuki, mi casa queda para esta dirección- dijo la chica, señalando un camino totalmente opuesto a la casa del ojigris – además, a Kazuno también le queda por aquí, te cuidas- y jaló tan brusco al rubio que ni siquiera le dio tiempo de despedirse ni decir nada más.


-¿Cómo? ¿Kazuno vive en dirección opuesta? ¿Cuándo dijo eso? Jamás lo mencionó, entonces, ¿por qué me acompañaba todos los días a casa? … ¿Por…qué? ¿POR QUÉ?- gritaba en su cabeza el azabache, sus pensamientos traían odio, melancolía, incertidumbre, tristeza.


Los dos “amigos” sabían la razón por la que la fémina estaba siendo tan insistente e impaciente al punto de ser irritante, no por nada una persona querría ir a la casa de su pareja o… de la persona que le gusta…

Notas finales:

Espero les haya gustado, mañana vuelvo a mis prácticas en secundaria, espero me vaya bien jaja D: xD


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