Cap. II
El día llegó alumbrando el rostro del rubio que por sus ojeras, se veía que no había dormido nada, había pasado toda la noche sentado en el suelo a un lado de su cama mirando el anillo, su fino corte, su brillo, las palabras que para el estaban gravadas en cada corte de los diamantes.
-“Cásate conmigo” eh… -puso sus manos en su cabeza –soy mas que escoria, soy basura…
-Oe, dobe –se escuchó en la habitación, de inmediato el rubio oculto el anillo en su mano, a la vez que rápidamente limpiaba sus lagrimas para al fin ver a su frente, ver a sasuke que le miraba preocupado -¿Qué te pasa? –se acercó y poniéndose a la altura del uzumaki le limpio las lagrimas, acariciando sus pómulos, observando con detalle, viendo directamente sus ojos, estaban rojos, tenia ojeras y mas que nada se veía una profunda oscuridad en ellos, ese de allí no parecía Naruto, ahora solo parecía un cascaron vacío –Dime, Naruto ¿Qué te pasa? –volvió a repetir acercándose, esa imagen le daba un profundo dolor y no sabia el porqué de ello, siguió acercándose hasta que su frente choco con la del otro, al hacerlo este al fin le dirigió una mirada, que parecía no mirar nada, sin saber la razón su corazón comenzó a latir fuerte, sus labios solicitaron calor y él se los dio, les dio el calor de los labios de naruto; sus labios se tocaron casi como un rose, uno delicado casi sin fuerza, Sasuke sentía su corazón latir a mil por hora, como si sus latidos estuvieran moviendo su cuerpo, abrió los ojos, el rubio los tenia cerrados, así que como inercia profundizo el beso sin sentir resistencia aplico mas fuerza recostando el cuerpo del otro en el piso, sus manos se sentían inquietas, necesitaban sentir algo mas que el suelo, se movieron hacia el cuerpo del menor, metiéndose por debajo de su ropa, sin recibir objeción sintiéndose libres para comenzar a recórrelo por completo; los labios del azabache comenzaron a cosquillear, necesitaban sentir más, viajando hasta el cuello, depositando besos y sacando por primera vez un gemido del rubio haciéndoles detenerse.
Sasuke se quedo estático ¿Qué demonios estaba haciendo? Se levantó un poco viendo una marca de beso, movió su mano encontrándola caliente, se apartó rápidamente algo asustado, viendo que naruto se quedaba en el suelo, como si no tuviera vida.
-Oe, Dobe –trato de sonar normal –Levántate –le tomo de uno de los brazos para levantarlo –Dobe –volvió a llamarlo, ya le estaba sacando de quicio -¡DOBE! –gritó acompañándolo con una cachetada la cual al fin logro despertar al rubio, que sorprendido lo miró.
-¿Qué haces aquí Teme?
Preguntó como normalmente lo hacia, sin dejar de apretar el anillo en su mano, trataba de parecer normal, pero ya era demasiado tarde, sasuke ya lo había visto en ese estado.
-¿fue el pelirrojo?
-¿Qué pelirrojo?
-vi salir a un pelirrojo de aquí cuando venia, el… ¿te hizo algo?
-No sé de que pelirrojo hablas sasuke ¿no lo imaginaste?
-Lo vi, estoy seguro.
-yo no, no sé de quien hablas.
-esta bien, dejemos zanjado ese tema, de seguro era algún Jounin en una misión o algo, pero no zanjaremos por qué llorabas, ¿Por qué lo hacías?
Ante la pregunta, Naruto no sabia que responder, se le ocurrían miles de ideas pero todas que hasta el admitía, eran estúpidas.
-solo… recordé cosas de mi pasado –apretó aun mas el anillo –perdóname por ser tan emocional –sonrió forzosamente.
-Dobe –suspiró –pareces una nenita –se burlo –ven –le extendió la mano.
-¿A donde?
-¡¿A donde?! –Hablo en tono enfadado -¿lo olvidaste? – lo miraba de forma fiera.
-No, por supuesto que no –reía de forma nerviosa.
-No, que bien, entonces ¿A dónde íbamos?
-A… ¿al cine?
-que bien que lo recordaras dobe, si no lo hacías iba a patearte –sonrió arrastrándolo.
-Espera sasuke, necesito bañarme, cambiarme de ropa, arreglarme.
Al oírlo el Uchiha lo soltó para sentarse en su cama.
-cinco minutos naruto.
El otro asintió, para ir al baño.
Sasuke se quedó solo en la habitación que estaba prácticamente organizada si no fuera por que una de las tablas estaba salida y el armario revuelto, suspiró para comenzar a arreglar el piso, sabía que naruto se demoraría más de cinco minutos. Luego de arreglar la tabla se dirigió al armario en donde visualizó el cajón abierto con un cristal en la cerradura, le pareció intrigante, por lo que lo saco, viendo como se formaba el sello, sonrió ¿Por qué el Dobe tendría algo así? Como si la curiosidad lo matara volvió a meter el cristal el la caja y la giró, viendo como desaparecían las inscripciones, el cristal era adsorbido y el cajón se abría mostrando un papel, extrañado y a la vez emocionado leyó el papel quedando confundido, miró de nuevo la caja viendo el pergamino, iba a tomarlo pero escucho a naruto acercarse, por algún motivo se puso nervioso cerrando todo de inmediato y tomando el cristal en su mano se sentó de nuevo en la cama viendo como de inmediato el rubio salía con el cabello mojado.
-20 minutos dobe –replicó como si nada viendo como el rubio comenzaba a vestirse frente suyo, tenia puesto el colgante que le había regalado, eso le saco una sonrisa, para luego fijarse en algo en lo que no se había fijado, el físico del rubio, este tenia una piel bronceada, musculoso pero con una cintura delgada y un abdomen plano, y su trasero… no podía dejar de mirarlo, se contoneaba con cada movimiento, sus piernas de igual color que todo su cuerpo, eran musculosas sin excederse, como desearía poder moverse entre ellas… si naruto supiera de esos pensamientos ¿Cómo reaccionaria?
-¿Qué tanto miras sasuke?
Hablo el rubio al sentir tan penetrante mirada sobre su trasero.
-Nada Dobe, solo analizo tu crecimiento –respondió como si nada levantándose mirándole el pecho, los pezones del menor eran de un rosa claro, apetitosos, se acercó delineándole el pecho, rodeándole los pezones, viendo como Naruto le miraba extrañado, sonrió ante eso para mostrar el cristal, el rubio lo miró sorprendido, se puso pálido ante la vista, el azabache no podía dejar de sonreír; de un momento a otro se puso tras su mejor amigo poniendo el colgante en su cuello –queda mejor en este lugar –acaricio la nuca, sintiendo un leve temblor de parte del rubio, este ocultaba algo y lo iba a descubrir –vístete rápido Dobe, que no tenemos todo el día – se separó sentándose de nuevo en la cama.
-Como digas Teme –siguió vistiéndose mirando el cajón, estaba cerrado, el no recordaba haberlo cerrado, miro su pecho en donde el remolino y el cristal estaban, ojala que sasuke no hubiera visto nada, termino de vestirse, sin dejar de sentir una penetrante mirada sobre su espalda, como analizándolo –suspiró –que bueno que dejo el anillo en el baño, en un lugar seguro, después le volvería a poner en el cajón –ya vámonos –dijo para ponerse la banda en la frente y ver como sasuke se levantaba con una sonrisa juguetona, hoy se estaba comportando de forma muy extraña.
Después de salir de casa fueron directamente al cine, en donde como buen amigo que era Sasuke y sabiendo que a Naruto le aterraban las películas de miedo, tenia boletos para específicamente ese genero, el rubio no mostro objeciones, pues no sabia que Sasuke sabia sobre su fobia y no quería darla a saber, sin mostrar indecisión entró a la sala junto con el pelinegro, que en el transcurso de la película no podía borrar de su cara una sonrisa al sentir el agarre con tanta fuerza que hizo el rubio el cual no se desvanecía de su mano, podía ver como el Uzumaki contenía sus gritos y apretaba el agarré, eso le alegraba, pero no así el hecho de que parecía haber olvidado el beso de la mañana, al recordar lo sucedido su rostro se torno dubitativo, después averiguaría a fondo que pasaba.
Sin mas la película termino sin incidentes, excepto por la adolorida mano del azabache, fueron a por rameen y se despidieron, mañana tenían una reunión con el equipo siete.
Naruto llegó a su casa feliz, el día había sido un sueño, aumentando más su culpa, si sasuke se diera cuenta de la verdad ¿Cómo reaccionaria? Quitó la banda de su cabeza y su chaqueta, esa noche hacia mucho calor, así que solo dejo su ropa interior, luego fue al baño, movió uno de los azulejos viendo el anillo, lo tomo como la cosa mas preciada entre sus manos y luego la dejo de nuevo en el cajón cerrándolo con el sello para volverse a poner el cristal en el cuello, cerró el armario para escuchar que golpeaban la puerta, extrañado la abrió viendo a su amigo pelirrojo.
-¿Gaara?
-buenas noches naruto –habló el galeno, observando como era recibido -¿Puedo quedarme contigo esta noche? –pidió auto-invitándose a pasar viendo con sorpresa que el cuarto estaba organizado.
Sin prestar atención al intruso, el rubio cerró la puerta.
-Claro que puedes, no veo ningún problema –sonrió –pero, solo tengo una cama, tendrás que dormir conmigo ¿te incomoda?
-no –sonrió –para nada –miró de forma lasciva todo el cuerpo del rubio que ni se enteraba de lobo que invitaba a su cama –pero, hay algo que debes prometer –se puso serio-.
-¿Qué cosa?
-promete que no le dirás a nadie que estoy aquí.
-no te preocupes, no diré nada, así que puedes acomodarte –calló por un momento -¿Dónde esta tu calabaza? –preguntó extrañado, Gaara nunca salía sin ella.
-La tengo en un pergamino al igual que mi banda –respondió calmado sacando un pijama del armario del rubio para ponérselo de inmediato e irse a acostar -¿no vienes? –preguntó alzando las sabanas y Naruto como un niño bueno fue de inmediato sintiendo el abrazo del pelirrojo, sintiéndose extraño, pero al sentir el calor durmiéndose de inmediato.
Al momento en que Naruto se quedo dormido comenzó a moverse, se revolcaba como lombriz recién extraída de la tierra, tanto que le montó una pierna por la cadera del galeno, junto con un abrazo pero bajo su mano para subirla de nuevo esta vez por debajo del pijama, causando un respingo en Gaara.
-tienes una piel muy suave Gaa-chan –hablaba dormido con una sonrisa-.
-Gaa-¿Qué? – repitió el pelirrojo enojado, tranquilizándose de inmediato, pero el rubio no se detuvo, siguió moviendo su mano, bajándola hasta quedar debajo del pantalón del otro al cual le dio un escalofrió – ¿Na…ruto? –preguntó sin saber por qué, sintiendo los labios del menor en su cuello ¡lo estaba besando! Gaara trataba de apartar a al rubio pero este mas se aferraba, parecía una sanguijuela –Naruto… -seguía tratando de alejarlo sin lograrlo, por lo que se hartó, primero Gaara no dormía, así que por que el pidió a quedarse a dormir ¿es que acaso Naruto no se daba cuenta? Segundo, nunca imagino que el Uzumaki sería así cuando dormido ¿Qué le pasaba? Y tercero, por el comportamiento del rubio y sus traviesas manos, su miembro comenzaba a reaccionar, “¡ya basta!” se dijo para aplicar toda su fuerza y pararse de la cama, pero el rubio le tomo de la pierna haciendo que los dos cayeran al suelo, milagrosamente Naruto seguía dormido y aun soñando subió por el cuerpo del pelirrojo, quedando frente a frente con este y aun sin abrir los ojos le besó.
-Te… Amo…
Susurró para luego callar por completo y caer como roca encima del pecho de Gaara, el cual por primera vez en su vida se sonrojó, había quedado perplejo, pero se le formó una sonrisa extraña, eso no se quedaría así; se levantó sosteniendo al rubio en sus brazos, poniéndolo de nuevo en la cama, mientras se acercaba al cuello de este y le besaba comenzando a succionar, dejándole una pequeña pero muy notoria; Naruto seguía dormido, como si estuviera muerto, por lo cual el galeno siguió, le lleno el cuello de marcas de besos, unas mas grandes que otras, siguió con el resto del cuerpo, dejando casi todo el abdomen, pecho, cuello y espalda con marcas de distintos tamaños, pero para Gaara, eso no le era suficiente, se volvió a levantar, viendo con detalle el cuerpo del Uzumaki el cual solo tenia ropa interior, mostrando con descaro las marcas recién hechas, además de sus muslos que se mostraban mas de lo que deberían por tener las piernas abiertas, el pelirrojo se posiciono entre estas, tomándole una de las piernas, besándola desde el tobillo hasta la parte interna del muslo muy cerca de la parte intima, allí comenzó a succionar, dejando la marca mas grande, aun así el rubio no despertó, por lo que Gaara hizo más, de nuevo se levantó dirigiéndose despacio, tocando el cuerpo del rubio mientras subía hasta su cuello, donde sin mayor preámbulo clavó sus colmillos fuertemente despertando al rubio inmediatamente para llevarse las manos a la parte mordida viendo algo de sangre.
-¿E-estas loco? ¡¿Por qué me mordiste?!
-Para enseñarte una lección –respondió -“y para mostrar que me perteneces” –pensó –además de que no despertabas y me dio… ¿Cómo decirlo? Curiosidad.
-En serio, a veces me asustas Gaara, además ¿Por qué me castigas? ¿Qué hice?
-Me llamaste “Gaa-chan” entre sueños, eso es suficiente para castigarte.
-Pero estaba dormido.
-No importa, ya te di tu merecido.
-Está bien –suspiró –lo acepto, pero ¿puedo volver a dormir? Tengo sueño.
-No.
-¿Por qué?
-Ya amaneció, así que levántate y haz algo productivo.
-¿Qué hora es?
-las 5:00 A.M.
-¿¡QUÉ!? –Se alarmo levantándose de inmediato –llego tarde, ¡demonios! Pensé que había puesto la alarma –se vestía a la velocidad de la luz, no había tiempo de bañarse –Nos vemos Gaara –se despidió para irse a toda marcha.
Naruto llegó al lugar de encuentro y para su suerte Kakashi aun no llegaba, de hecho ¿para que se molestaba en llegar temprano si el sensei nunca lo hacía?
-Perdón por el retraso.
-Si serás Dobe –insulto en forma de saludo el pelinegro manteniendo una sonrisa-.
-Teme… -respondió de igual forma-.
-¿Por qué llegaste tarde? Te quedaste dormido ¿cierto?
Preguntó la chica del equipo siete.
-je, je, je –rió rascando la parte de atrás de su cabeza –pero me despertaron justo a tiempo.
-¿quien?
-Nadie en especial –respondió desviando el tema, después de todo Gaara le dijo que no le dijera a nadie sobre su visita-.
-Vamos Naruto ¿Quién es? ¿Tu novia?
-No.
-Que directo ¿entonces?
-Solo alguien, y ese alguien no te interesa Sakura-chan –respondió sin intención de ser grosero.
-¡que grosero! –Hizo un mohín –cierto sasuke-kun.
-No me metan en sus platicas estúpidas –respondió enojado sin dejar saber a los demás la razón, después de todo ¿por qué lo estaría? Y justo cuando el rubio iba a preguntar kakashi apareció con su respectiva escusa, comenzando rápidamente con el entreno.
-Muy bien chicos, hoy haremos algo divertido y fácil.
Dijo el peli-plata con una sonrisa mientras se ponía frente a sus estudiantes.
-¿Qué haremos?
Preguntó aun con tono enojado el Uchiha.
-Un jutsu de agua.
-Si ¡GENIAL!
Exclamó la peli-rosa.
-Síganme, vamos al arroyuelo cerca de aquí.
En la orilla del rio…
-Muy bien equipo ¿trajeron lo que les dije ayer?
-si.
-si.
-¿ayer?
-Naruto… -suspiró –haz equipo con sasuke, él te lo explica.
-Hai –miró al pelinegro - ¿Qué es lo que teníamos que traer?
-un pergamino.
Respondió aun con tono de cólera.
-ah, ya veo…
Maldijo internamente.
-Bueno chicos denme los pergaminos, pero antes Sasuke, enséñale a Naruto.
-suspiró –muy bien Naruto –extendió su mano junto con el pergamino –dame algo de valor para ti, no importa que sea.
-¿para que es?
-No importa solo dámelo, luego se te devolverá.
Después de dudar un poco el rubio se saco el cristal, dándoselo a sasuke, el cual lo puso sobre el pergamino haciéndolo desaparecer.
-¿A dónde se fue? –Preguntaba entrando en pánico-.
-tranquilo Naruto, pronto lo tendrás –tranquilizó el peli-plata mientras tomaba los pergaminos y los ponía en otro desapareciéndolos –ya los transporte a algún lugar del rio, tienen una hora para encontrarlos, si no lo hacen me quedaré con sus cosas; les daré una pista, están donde la luz del sol no llega aunque sea de día, y esta aislado por el agua, un consejo, usen su adherencia de shakra por todo el cuerpo, extiéndanlo, así será mas fácil el aguantar la respiración –dijo para desaparecer en una nube de humo-.
Al hacerlo los tres miembros del equipo comenzaron a tirarse al rio, primero sakura, la cual nadie supo cuando se cambio de ropa, el siguiente fue sasuke que se desvistió rápidamente, quedando en una pantaloneta y por ultimo Naruto que no traía pantaloneta ni vestido de baño, solo se quito la ropa quedando en bóxer, mostrando TODAS las marcas hechas por Gaara, que antes eran cubiertas por la chaqueta de cuello alto y el pantalón, al desnudarse, se tiró al agua, tratando de visualizar a alguno de sus compañeros, pero aun mas importante, trataba de visualizar los pergaminos; se estaba desesperando, sabia que el pergamino estaba en un lugar profundo pero ¿en cual? Mientras pensaba en eso se fue quedando sin aire, obligándolo a salir, no había usado suficiente shakra, de nuevo lo reunió y expandió por todo su cuerpo, esta vez en mayor medida para volver a zambullirse, encontrando mucho mas fácil el resistir, además de mejorar la visión, encontrando una especie de cueva metiéndose sin dudar, viéndola mejor, era un túnel y bastante largo, llevaba al menos 40 minutos bajo el agua, si no fuera por esa técnica estaría muerto, siguió nadando, pero se cansaba, la presión del agua aumentaba al igual que la corriente, pero para su suerte vio luz, aumentando la velocidad de su nado hasta salir, llegó a una caverna en la cual se podía respirar normalmente, Naruto nado hasta la orilla desplomándose en esta, estaba cansado, MUY cansado, esa técnica y el esfuerzo físico lo agoto rápidamente, sabia que allí se encontraban los demás.
-Muy bien Naruto, 59 minutos, uno mas y no te hubiera devuelto el hermoso collar, mejora eso, sasuke llego en 29 y sakura en 40, pero aun así te devuelvo el collar.
Al oír eso, el rubio aun cansado se levantó a recibir su amado cristal.
-Gracias –Sonrió para ponerse el colgante, pero poniéndose nervioso al sentir las miradas de todos encima suyo -¿Qué? –Preguntó confundido siendo ignorado por sus compañeros pero no por su Sensei-.
-Bueno Naruto, no podemos evitar ver las marcas que hay en todo tu cuerpo.
-¿Marcas? –Preguntó examinando su cuerpo -¿¡PERO QUE MIERDA ES ESTO!? –se alarmó -¿Cómo me quito esto sensei?
-Solo tienes que esperar un tiempo, pronto desaparecerán, pero tendrás que esperar por el mordisco en tu cuello.
-¿Mordisco? –Recordó -¡ESE MALDITO! ¡ME LAS VA A PAGAR!- gritó furico.
-Eres más Dobe Usuratonkachi, de lo que creía.
-¿Qué te pasa teme?
Preguntó ignorante de la rabia que el otro sentía.
-Ya, ya, no peleen, tenemos que volver a la superficie, allí podrán matarse si quieren.
Ya en la superficie…
-Esta fue la clase divertida ¿no? –Reía –les mandaré un mensaje cuando tengamos una misión o algo así, así que me despido –decía con tono animado para luego desaparecer.
-Yo también me voy.
Habló sakura, no quería quedarse más tiempo en ese ambiente tan pesado.
Después de que se quedaron solos el rubio miró a sasuke un poco confundido, se sentía culpable sin saber la razón.
-Oe, sasuke ¿Quieres ir a mi casa hoy?
El azabache le miró con rabia.
-Dile eso a tu novia, no a mí –los celos lo carcomían-.
-¿Novia? –Preguntó inocente –Yo no tengo novia.
El azabache empuño su mano con fuerza, ya no aguantaba más.
-¡ENTONCES QUIEN TE HIZO ESAS MARCAS! ¿¡UN ANIMAL!? –explotó, la rabia era demasiada-.
-¿Por qué te enojas? –El Uzumaki seguía sin entender-.
-NO ESTOY ENOJADO, ¡MEJOR LARGATE CON ELLA!
-¡TE DIJE QUE NO TENGO! –gritó sin saber el por qué- ¡FUE UN HOMBRE! SI ¡FUE UN HOMBRE! ¡NO TENGO UNA NOVIA!
-¿Qué?
-calló –eh, digo… será mejor que me vaya –comenzó a recoger su ropa, estaba nervioso y sasuke le miraba con mirada asesina-.
-No vas a ir para ningún lado.
Afirmó sasuke sujetándole fuertemente el brazo.
-¿Qué pasa Teme?
-Un hombre ¡Eh! Dejaste que un hombre te hiciera eso ¡Eh!
Hablaba celosamente, apretando el agarre.
-Es un amigo –fue lo único que pudo articular, el agarre de sasuke le comenzaba a doler-.
-Ya veo –apretó mas –solo porque es un amigo te dejas hacer lo que sea, bueno yo también soy tu amigo.
-Si, lo eres.
-Entonces yo también puedo hacerte eso ¿cierto?
-¿pero que estas…?
Sin dejar de terminar la frase, el Uchiha capturo los labios del Uzumaki, tumbándolo en el suelo y dirigirse a su cuello en donde estaba la mordida para hacer la propia, mientras le inmovilizaba de ambos brazos y piernas.
-¿Qué estas haciendo sasuke? Esto no es correcto.
-¿Por qué no? Naruto.
-por que tu eres diferente.
-¿diferente? ¿Soy la clase de amigo al que mantienes alejado de todo? O tal vez ¿soy la clase de amigo de solo apariencia? ¡RESPONDE NARUTO! ¿¡QUE SOY PARA TI!?
-Eres un gran amigo –no sabia que más decir, estaba atrapado-.
-Si lo soy déjame continuar.
-No, por favor.
-¿Por qué no? ¡Eh! ¡RESPONDE!
-Yo… -bajo la mirada, sus ojos estaban acuosos-.
-Esto no tiene caso –suspiró –es mejor que me vaya.
-¡No te vayas! –Suplico sosteniéndole del brazo-.
-¡ENTONCES RESPONDE! ¿¡POR QUE NO PUEDO!?
-Yo…
-¡QUE RESPONDAS!
-Yo…
-¡RESPONDE!
-¡POR QUE TE AMO!