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Dio por lolitasherry

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Notas del capitulo:

los personajes de saint seiya no me pertenecen, ni siquiera Dio.Así que hay que  resignarse.

Capitulo 4

 

 

 

(Cinco meses antes)

 

 

 

--Hades todavía no se creía lo que estaba a punto de hacerle a Pandora, la consideraba su hermana, pero estaba cansado de las constantes quejas de acoso por parte de su primer juez para con ella, no entendía porque ella negaba sentir algo mas por su rubio espectro, siendo él como era cortaría con esa absurda situación de raíz, sale de sus pensamientos cuando un espectro anuncia que ha llegado la visita que estaba esperando.

 

 

 

 

--Señor, la diosa Afrodita aguarda audiencia con usted—excelente, hazla pasar de inmediato y que nadie nos interrumpa—ordena con voz neutra el dios, Afrodita aguarda a que las puertas se cierren detrás de ella para poder hablar con libertad con el señor del inframundo.

 

 

 

 

--Mi querido Hades es raro que tú me llames a tu reino y para tratar asuntos que me conciernen de forma tan directa—dice seductoramente la diosa del amor mientras toma asiento en uno de los cómodos sillones que hay en el recinto.

 

 

 

 

--No te confundas—la corta de manera educada—no te he mandado llamar para hablar de Persefone, ese asunto ya quedo en el pasado, si te he mandado llamar es por el constante acoso que sufre Pandora de parte de mi juez principal-- ¿Y que tiene de malo eso? Ella lo quiere y el también a ella—ese es el problema, ella no acepta lo que siente por el y yo estoy cansado de verlo lastimado cada vez que ella le da esperanzas y luego se las quita--¿Y que propones?—pregunta intrigada la diosa.

 

 

 

 

--Quiero que el sea feliz, búscale alguien especial, que lo ame de verdad, un juez feliz es un juez productivo—comenta con cierta diversión el dios de la muerte, a lo cual la diosa del amor sonríe cómplice, siendo así eso le da una idea para matar dos pájaros de un tiro, piensa la diosa, Dio va a entregar el corazón y esta a punto de ser traicionado por la persona que mas ama, Radamanthys ama a Pandora, pero esta no lo valora y no pierde oportunidad para lastimarlo, tal vez… ¿Por qué no?... A fin de cuentas ella es la diosa del amor y Atenea no se molestara por lo que piensa hacer (si es que llega a enterarse de eso)

 

 

 

 

--¿Y que pasara con Pandora cuando lo quiera de vuelta? Quiero que entiendas que cuando le de un nuevo amor a tu juez no habrá vuelta atrás, ya que esa pareja estará directamente bajo tu protección y la mía, tratándose de ella no haré esto sola ¿Qué dices?—estoy de acuerdo contigo, quiero que el sea feliz y ella aprenda a valorar lo que tiene—siendo así cuenta conmigo, yo le buscare alguien que lo ame y el pueda amar, sentirse necesitado y valorado—siguen ultimando detalles y hablando de otras trivialidades, Afrodita se siente tentada a tocar de nuevo el tema de Persefone pero lo descarta de inmediato para no romper el ambiente tan intimo y relajado que ambos dioses están compartiendo.

Afrodita salio del inframundo con un plan fraguándose en su mente, Eros consiguió un pequeño mechón  de el ex caballero de plata y su madre corto una rosa diabólica del jardín del doceavo guardián, con ambas cosas hizo un polvo fino y lo bendijo con unas gotas de su sangre, y para que el hechizo fuera mas potente le pidió a su esposo unas cuantas gotas de la suya, considerando a la persona a la que iba dirigido el hechizo, debía ser de esa manera para que nada ni nadie, ni siquiera otro dios pueda romperlo.

No quiso esperar ni un minuto mas, en cuanto estuvo listo mando a Anteros para derramar el polvo sobre el principal juez, el muchacho no tuvo problemas para entrar al palacio de justicia y tampoco para justificar su presencia en ese lugar, cuando cumple la misión que le fue encomendada por su madre se retira de inmediato del recinto para informarle que el plan esta en marcha, Radamanthys no parara hasta encontrar a esa persona que empezara a aparecer en sus sueños.

Un poco mas de cuatro meses después el rubio juez ha encontrado al objeto de sus deseos, y por primera vez comprueba que es real, que no se ha vuelto loco ni ha perdido la razón.

 

 

 

 

--¡Te encontré!—vuelve a murmurar con tanta alegría, ha apagado su cosmos con bastante antelación, no entiende porque su pequeño se encuentra en la mansión de la diosa Atenea, pero eso no importa, lo descubre muy cuidadosamente, el peli rojo esta vestido con una piyama de dos piezas color azul rey con un delicado bordado en fino hilo de plata, sobresaliendo  el símbolo de la diosa de la sabiduría en el pantalón.

 

 

 

 

--¿Sabes? Te vez muy hermoso—mientras lo va desvistiendo muy lentamente, el muchacho no reacciona y esta completamente a merced del espectro, mientras este lo deja en su pequeño boxer color gris plata—pensé que me estaba volviendo loco ¡pero, eres real!—le susurra al oído mientras lo abraza posesivamente, finalmente le retira la ultima prenda y no puede mas que admirar ese trabajado cuerpo y el pequeño cosmos que se manifiesta en su vientre--¡vaya, si que eres alguien especial!—murmura—tus hijos serán míos y después parirás los que llevaran mi sangre—declara orgulloso mientras que el otro escucha vagamente lo que el juez le dice.

Finalmente el rubio se despoja de sus propias prendas, no puede creer que su cuerpo cubra con tanta facilidad el que esta debajo suya, le da la impresión de que es un poco mas pequeño que Pandora, y el solo recordarla le amarga la boca, pero eso debe quedar en el pasado, su pequeño ángel esta desnudo bajo de el esperando a ser reclamado, no lo dejara ir, y lo marcara para que los demás sepan que le pertenece.

Lo prepara con infinita paciencia, su pequeño suspira y se estremece entre sueños pero no es capaz de despertar, mientras el juez saborea a placer esa pequeña cosa que ahora es suya, disfruta de esos delgados labios y degusta los sonrosados pezones, y saborea esa piel como si no hubiera un mañana, le gusta el sabor del pequeño pene erecto y cuando este deja escapar su esencia no puede mas que aprovechar la ambrosia que le es obsequiada gratuitamente, el esta listo para entrar, le gustaría que su amor estuviera conciente para que disfrutasen los dos por igual, por ahora se conformara con verlo jadear en busca de aire y sus mejillas cubiertas de un fuerte sonrojo, mientras hace presión sobre la entrada del pelirrojo, este se queja entre sueños.

 

 

 

 

--Duele—murmura—solo será un momento—trata de confortar el dragón—nooo Dei…de…deten…te—balbucea el pelirrojo.

 

 

 

 

--No, Dei no… dime Radamanthys, no…solo Rada—se corrige--¿Ra…da?—pregunta dudoso entre sueños—solo Rada mi pequeño amor—susurra en su oído mientras se va abriendo paso en su interior, el otro no puede mas que jadear mientras balbucea el nombre que le ha sido proporcionado—R..ra…da…mmmm…aaahhh—gime mientras que el mayor termina de ingresar en el.

Espera pacientemente a que el otro le de alguna señal de que esta listo para que el pueda moverse, mientras le susurra lo mucho que lo ha buscado y lo feliz que esta de haberlo hallado, en eso un ligero movimiento de la cadera de Dio le da la pauta para comenzar a embestirlo primero lenta y profundamente y conforme nota los leves movimientos de su espalda y los pequeños jadeos y suspiros va incrementando su velocidad y fuerza, pero se contiene lo suficiente, no quiere hacerle daño a él ni a los pequeños que se gestan en su interior, el solo hecho de sentirlo tan vulnerable y excitado lo lleva muy pronto al limite de su placer, y como si estuvieran sincronizados los dos llegan a la cima al mismo tiempo.

Ha sido una noche alucinante, pero debe marcharse antes de que amanezca, como juez no puede descuidar sus deberes, pero tampoco dejara de vigilar lo que ahora le pertenece, tendrá que tener una platica muy seria con su dios respecto a ello.

Por lo pronto debe borrar cada rastro de su presencia, de otro modo puede complicársele las cosas con la diosa de la sabiduría, termina de vestirlo y se despide depositándole un casto beso en la frente—solo espera amor mío, vendré por ti  haré las cosas como se deben y no tendrás que avergonzarte por nada--desapareciendo en el manto de la noche.

 

 

 

 

Notas finales:

gracias por tomarse el tiempo de leer lo que escribo.


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