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Dio por lolitasherry

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Notas del capitulo:

Saint Seiya pertenece a sus creadores.

Capitulo 6

 

 

 

 

--Abre los ojos muy despacio, lo acontecido en las ultimas cuatro semanas ha sido prácticamente demencial, enterarse que esta embarazado casi lo vuelve loco, por no mencionar a ese rubio que de buenas a primeras se ha auto proclamado como novio de el, sin contar lo sobre protectora que esta la señorita con su persona.

El mundo como lo conoció dio un giro de 180 grados y quizás un poco mas a partir de que se entero de que cuatro pequeños seres se formaban en su interior, todo seria maravilloso si el embarazado no fuera él.

Trata de levantarse del lecho, cuando siente un fuerte par de brazos ceñirse mas en su cintura, y de repente es muy conciente de donde esta y con quien.

 

 

 

 

--¡Diablos!—susurra bajito—aun no entiendo ¿como fue que me deje engatusar de esta manera?—piensa en voz alta.

 

 

 

 

--No te dejaste engatusar hermoso, lo que pasa es que tu novio tiene mucho carisma…Vaaamooos admítelo precioso—comenta juguetón mientras aprieta la espalda de Dio a su fuerte torso y hunde su nariz en los rojizos cabellos aspirando la fragancia de su ahora novio.

La realidad de las cosas es que a Dio se la jugaron exactamente igual que a Radamanthys, con la diferencia que en lugar de ser una rosa roja fue un girasol robado del jardín privado de la casa de leo, Ares tubo que ingeniárselas para conseguir un mechón de pelo del rubio juez (se preguntaba ¿Cómo es que hacia su esposa para convencerlo de ayudarle en ese tipo de cosas? ¡Vamos viendo que él es el dios de la guerra!) y Anteros conseguirse tres gotas de sangre de Atenea sin que esta se diera cuenta, las otras tres gotas las obsequio Hades sin empacho alguno cuando Afrodita se las pidió.

Hacia exactamente un mes que Eros derramo la pócima encima del ex caballero y precisamente la noche anterior Dio había dado su brazo a torcer y le correspondió al poderoso juez de Hades.

 

 

 

 

 

--En el santuario, Milo otro de los involucrados en la cruel apuesta, se las esta viendo negras con Camus su novio desde hace bastante tiempo, ha cometido la grandísima estupidez de nombrar a Dio en lugar de su pareja cuando le estaba haciendo el amor, el escorpión jamás se había detenido a analizar profundamente su relación con el caballero de acuario. Pero ¿Desde cuando se había percatado de su molestia ante el mago del hielo? Quizás fue aquella vez, el día en que le cruzo por primera vez la cara por darle un muy fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla a Aioria el día en que cumplió años el león, o aquella ocasión en que le congelo a Afrodita su jardín de rosas solo por haberle dado un cumplido algo subido de tono al escorpión, hasta este momento jamás se había puesto a reflexionar los verdaderos motivos que le impulsaron a aceptar tal apuesta.

Debía contestarse dos interrogantes: ¿Seguía amando a Camus? Y ¿Qué haría con respecto a Dio si la respuesta era negativa?

 

 

 

 

--Mientras tanto con Hades, una peli negra pasea de un lado a otro de su recamara, ¿Por qué no estaba feliz? ¿Cuánto tiempo había deseado que el espectro le dejase en paz? y ahora…ahora… definitivamente Radamanthys pasaba de ella, sí seguía llevando regalos entre sus manos pero no eran mas para ella sino para su nuevo amor. Tendría que pedir la intervención de la diosa Afrodita para recuperar a su dragón, porque se dejaba de llamar Pandora si Wyvern no volvía a su lado (Vayan haciendo sus apuestas, que nombre le pondrían a Pandora porque el suyo de seguro lo perderá).

 

 

 

 

--En Polanco una emocionada Saori no deja de dar ideas al decorador que acaba de contratar a pesar de las protestas airadas de un uni cejon bastante cabreado.

 

 

 

--Te he dicho que no te metas, mis hijos nacerán en mi tierra, me llevare a Dio la semana que entra—soltando con una sonrisa sarcástica y casi disfrutando de la cara de sorpresa de la diosa de la sabiduría.

 

 

 

--Disculpe joven que le contra diga, pero el pequeño no esta en condiciones de viajar ni en avión ni en automóvil, creo que tendrán que esperar el nacimiento de sus niños aquí—terminando de explicar el galeno que acababa de realizarle al pelirrojo una revisión extraordinaria, pues ha sentido algo de dolor en el vientre —Dio esta a punto de cumplir los cinco meses, lo mas recomendable a partir de ahora es reposo absoluto, ya que su embarazo es sumamente riesgoso—aconsejo el medico mientras se encaminaba a la puerta.

 

 

 

 

--No se preocupe doctor seguiremos todas sus indicaciones al pie de la letra-- aseguro la dueña de la casa lanzando una mirada en advertencia al poderoso juez, este solo le dedica una mirada molesta, tendrá que avisarle a su señor que no podrá presentarle a su pequeño pelirrojo en Londres, espera que Hades se digne a viajar hasta la ciudad de México para conocer a su futuro esposo.

Mientras tanto Pandora planea entrevistarse con Afrodita, ha decidido no molestar a su señor, se ha convencido que este no la ayudara, se arrepiente de haberse quejado tanto de lo molesto que era el rubio juez, aprovechara que tiene que ir al olimpo a entregar un encargo de su señor al dios Zeus.

 

 

 

 

--Veo que ya estas lista para partir—la sobresalta un poco la voz de su señor—ya estoy lista, partiré en una hora y si todo va bien estaré de vuelta mañana por la tarde.

 

 

 

 

--Espero buenos resultados, diviértete mientras estés allá—eso espero y gracias mi señor, por preocuparse por mí—no tienes nada que agradecer te quiero como una hermana—acariciando tiernamente una de sus mejillas.

En el santuario Milo no puede mas con lo que lleva dentro, ha vuelto a pelear con Camus y definitivamente no aguanta más, ODIA A CAMUS y con todo el dolor de su corazón lo reconoce y le parece mas sensato platicarle todo esto a su mejor amigo, quizás entre los dos le encuentren una salida para terminar de la mejor manera posible con el caballero de los hielos.

 

 

 

 

--Hola Aioria ¿Qué haces?—entrando como si nada a la recamara de el león—hola Milo, salgo de viaje, la sagrada Atenea me ha mandado llamar, no estaré mas de una semana fuera del santuario, ¿Y a que debo el honor de tu visita?—pregunta en forma juguetona.

 

 

 

 

--Quería platicar contigo de algo muy importante para mí, pero si estas muy ocupado prefiero esperar a que regreses—no te preocupes salgo hasta mañana ¿así que…? Cuéntame—anima el dorado león, y así Aioria se entera de cosas que hubiese preferido no saber, Milo le cuenta con lujo de detalles la apuesta que hizo con los otros tres caballeros y los motivos de el porque acepto, lo que lo deja perplejo ha sido la confesión del escorpión con respecto a Dio, Aioria apenas da crédito a lo que escucha.

 

 

 

 

--Yo estaba muy molesto con Death por haberlo tomado prácticamente a la fuerza, cuando Dio me rechazo después de terminar de estar con el cangrejo, aumento mas mi ira y… y… lo noquee, después de eso… no pude controlarme y lo tome, pero no fue solo esa vez, lo tome otras cinco veces mas, pero procure drogarlo esas veces.

¡Me siento tan mal Aioria! Me gusto poseerlo, tenerlo para mí y ahora poco me importa mi relación con Camus y solo espero tener la oportunidad de buscar a Dio—termina de relatar el dorado escorpión, dándole al león tiempo suficiente para asimilar la situación de su amigo, después de varios minutos de silencio este se anima a darle una opinión sincera.

 

 

 

 

--¡Vaya! Me has dejado perplejo, no pensé que te sintieras de ese modo con Camus pero si ya no te sentías a gusto debiste decírselo mucho tiempo atrás, no justifico ni entiendo el porque te involucraste en semejante locura, pero lo tuyo hacia el plateado parece amor, enfermizo pero amor al fin y al cabo, no hagas ninguna locura mientras vuelvo de la misión que me encomendó el patriarca, y aprovechando que me entrevistare en persona con la sagrada Atenea tratare de averiguar donde esta tu pequeño tormento ¿te parece?—regalándole una tranquilizadora sonrisa.

 

 

 

 

--Gracias, gracias Aioria, en verdad eres un gran amigo—abrazándolo muy fuerte, desafortunadamente en ese momento Camus hace su aparición en los aposentos del dorado león.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer lo que escribo.


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