Capitulo 7
--La mañana estaba hermosa como siempre en el olimpo, y Pandora se toma unos minutos para admirar el paisaje, tan diferente al inframundo piensa, mientras dirige sus pasos al templo de Zeus con la encomienda de que este interceda por Hades ante Demeter madre de Persefone, ya que este ultimo no tiene la mas mínima intención de perdonar a su esposa después de haberlo engañando con un mortal protegido de Hera
El padre de todos los dioses no tiene reparo en interceder por su hermano, solo pide que los involucrados diriman sus diferencias en su presencia, le dice a Pandora que le diga a su hermano que le espera en La siguiente luna llena para que Hera deshaga su matrimonio con la hija de la diosa de la agricultura y portadora de las estaciones.
Terminada la audiencia y liberada de sus responsabilidades la heraldo del dios Hades se dedica a recorrer los jardines cercanos al templo de Afrodita para ver si puede encontrarse *de casualidad* con la diosa del amor.
--Buenas tardes—la saluda una voz varonil bastante joven—Buenas tardes—responde ella al voltear y reconocer quien es quien la saluda— ¡Eros, cuanto has crecido!--¿Qué no me habías reconocido?—no, oye… quiero preguntarte, sabes si tu madre esta aquí en el olimpo—si, mamá esta paseando cerca de aquí, puedes tomar este sendero y la encontraras cerca de su fuente preferida—muchas gracias—yéndose por el camino que el le señalo, como dijo Eros su madre esta rodeada por varias ninfas y efebos mientras Vaco derrama vino en sus copas, intenta darse la vuelta pero es alcanza a ver por la diosa.
--¡Pandora!—llama Afrodita—perdón no quise ser inoportuna—contesta la peli negra
--De ninguna manera—yendo a su encuentro y volviendo por el mismo sedero por el que llego la heraldo de Hades—no te vayas--le ruega el dios del vino—no te preocupes volveré después—promete la esposa de Ares.
--Dime ¿Qué te trae al olimpo?—pregunta la madre de Anteros—el señor Hades quiere terminar su matrimonio con Persefone y ha pedido a su hermano interceder ante Hera y Demeter para disolver el matrimonio—cuenta la pelinegra.
--Hasta que por fin se decidió—piensa en vos alta Afrodita—pero imagino que eso no es lo único por lo que viniste a buscarme—intuye la diosa.
--No, no es lo único, ya mi señor me ha dicho que Radamanthys se ha enamorado y que es correspondido, pero yo quiero saber si tu como diosa de la belleza y el amor puedes devolverme a mi obsesivo juez—pregunta esperanzada la muchacha en frente de ella, ya se lo veía venir, solo que no se explicaba que se hubiese tardado tanto en buscarla para pedírselo.
--Si ya tu señor te puso en antecedentes, debes de saber que fue él el que me pidió que le buscara un nuevo amor a su principal juez, no lo tomes a mal, el lo hizo pensando en ti, según el tu ya estabas harta de su constante acoso, según me comento tubo una platica muy esclarecedora con el dios del sueño y decidió quitarte de encima al insistente dragón—Pandora se quedo helada ¿con que cara le reclamaría a su señor meterse en su vida personal? Si ella se había quejado a los cuatro vientos que el juez era una molestia para ella y no estaba románticamente interesada en él.
En la casa porfiriana propiedad de Saori, un muy magullado Aioria se presenta ante su señora, muy a su pesar tiene que contarle a su diosa lo acontecido antes de partir hacia la ciudad de México.
--¿Qué fue lo que paso Aioria?—Pregunta preocupada la diosa al verle un ojo morado y el labio superior roto—No se preocupe mi señora, no es gran cosa, solo que Camus peleo conmigo porque entro a mis habitaciones buscando a Milo y lo encontró dándome un abrazo de despedida puesto que le había dicho que salía de misión—guardándose todo el zafarrancho y el gran pleito que se aventaron el escorpión y el acuariano en su templo dando por terminada su relación del primero con el segundo, a el no le correspondía, si alguien le iba a soltar la sopa a su señora seria el patriarca, de momento el no diría esta boca es mía.
En otra parte de la mansión, el poderoso juez le muestra los muchos peluches que ha traído para sus pequeños cuatrillizos a su pelirrojo novio, han acordado contraer nupcias un año después de que nazcan los niños, y el enlace civil tal vez un poco antes o después de que nazcan los pequeños, Radamanthys se ha encargado de darle confianza y amor a Dio, le ha asegurado que el hecho de que este embarazado no hace que disminuya su amor por el, al contrario formaran una familia y a el le basta que los niños sean suyos y el también los querrá como propios.
--¡Te amo!—le susurra tiernamente mientras esconde su rostro en el amplio pecho del mayor, a pesar de que ya se ha entregado a él y este demuestre que ama a sus pequeños, se sigue sintiendo muy avergonzado por haber perdido su virginidad de una forma tan sucia y poco honorable y no tener nada mas que ofrecerle.
--Yo también te amo—le contesta el poderoso juez abrazándolo muy protectoramente y por primera vez en su existencia se siente completo, se siente amado, necesitado y valorado por su pareja.
En el santuario la gresca sigue por todo lo alto, Milo ha explotado en contra de Camus como por enésima vez en el día y ha optado por refugiarse en el templo de géminis para que este deje de hostigarlo.
Entra en la recamara de Kanon como un tornado.
--¡Kanon, déjame quedar aquí!—casi grita el escorpión desesperado por deshacerse del insistente acuariano.
--¡Milo sal de allí!—golpeando con demasiada fuerza la pesada puerta de madera sólida--¡No! Ni en sueños, ¡He terminado contigo y no tenemos más nada que hablar!—mientras el dueño de la casa era olímpicamente ignorado por los dos rijosos.
--¡Por ultima vez Milo o sales de allí o te saco a la fuerza!—grita Camus perdiendo toda su sangre fría, se da cuenta que el dorado escorpión en verdad ya no quiere nada con él, por su lado Kanon ha llegado al limite de su paciencia, jala a el menor que esta apoyado en la puerta para no dejar entrar al mago de los hielos y procede a abrir la puerta de su alcoba enfrentando a un cabreado caballero de acuario.
--¡El ya te dijo que no quiere verte!—impone su presencia el menor de los gemelos—y si sigues insistiendo en entrar a mi recamara tu y yo tendremos serios problemas, por favor retírate a tu templo cuando Milo este mas calmado y quiera hablar contigo yo te mandare hablar con algún soldado—dejando a Camus sin posibilidad de rebatir nada y teniendo que retirarse a su casa para dejar que el escorpión pueda calmarse un poco.
--¿Qué ha pasado?—pregunta Saga desde el marco de la puerta, se ha encontrado a Camus en las escaleras que llevan de géminis a cáncer y este ultimo va que echa chispas, nada que ver con el siempre serio y frió caballero de acuario.
--Siéntate Saga, tu también Kanon voy a contarles—explica Milo cansado de que Camus no entienda que todo ha terminado entre los dos.