Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú, mi única opción por Gilbo

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

N/T – Hola, aquí les traigo el 5to capítulo, espero lo disfruten. Las cosas están avanzando un poco rápidas, creo, pero dentro de lo que cabe se ajusta a lo que tengo programado, ya que no será una historia muy larga. Si alguien tiene alguna duda, por favor no duden en comentar. 

El moreno apretó los puños y observo directamente a Derek Hale, sintiendo una increíble rabia quemarle por dentro. Si Derek Hale pensaba que podría quitarle para siempre a Stiles, estaba totalmente equivocado. Por él no se iba a dejar vencer nunca por nadie, y mucho menos por él.

No. El jamás se dejaría vencer sin antes luchar.

-O dejo de llamarme Scott McCall.

 

*******************

 

"Si de noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejaran ver las estrellas" – Jalil Gibran –

 

Una vez concluida la mentira más grande de su vida – hasta el momento - Stiles llevo a Derek a su habitación, para estar un momento los dos a solas. El castaño estaba demasiado agotado, y además le dolía mucho la cabeza; Hale no puso ninguna objeción al respecto, simplemente se dejo llevar por el menor. Una vez solos dentro de aquel espacio que pertenecía a su "novio", el ojiverde pudo sentir como la tensión que había en los pequeños y delgados hombros del pálido chico, se iba disipando lentamente. Stiles soltó el aire que había retenido en sus pulmones, antes de tirarse en medio de su cama, ante la mirada atenta del mayor.

Derek no tenía palabras que decir en ese momento; No sabía cómo comenzar una conversación con aquel desconocido, que pronto iba a convertirse en su esposo. Peter había tenido razón, y él odiaba cuando eso sucedía. Había estado más ocupado pensando en cómo recuperar lo que había pertenecido a su familia, que no se había puesto a pensar en lo incomodo que sería llevar una vida de casado, con alguien a quien ni siquiera le atraía físicamente. ¡Vamos! Del que no sabía ni siquiera cual era su verdadero nombre, porque según le había contado su prima Malia, -"Stiles" – era solo una clase de apodo que le habían puesto al chico.

El pelinegro soltó un gruñido, frunciendo el entrecejo con frustración y algo de cansancio; se sentó a la orilla de la cama y miro de soslayo la pequeña espalda de Stiles. El niño parecía tan frágil y tan indefenso, que se odiaba tanto por lo que le estaba haciendo, pero no tenía más opciones. No, en realidad si las tenia, solo que... ¿Por qué lo había elegido a él?

-Quieres dejar de mirarme de esa forma – Hale levanto la vista, encontrándose con esos ojos color miel que le miraban atentamente como queriendo descubrir cuáles eran sus pensamientos. En serio, ¿Porque había sido él? Se cuestiono nuevamente llegando a una conclusión. –

-¿Te incomoda? – Cuestiono. Stiles negó con la cabeza dándose vuelta, quedando boca arriba, sin dejar de mirarle. –

-No realmente. Solo que por tú expresión, intuyo que hasta el momento estas cayendo en cuenta que todo esto es una locura. –El chico cerró los ojos acomodándose mejor en el medio de la cama. De pronto se sentía muy cansado y los parpados se le estaban cerrando del sueño. Derek paso su mano por sus cabellos castaños, y la caricia le produjo escalofríos. – Esto es extraño – murmuro entre dientes –

-¿Qué? – Pregunto el pelinegro sin detenerse, ni mirarle. -

-La sensación. Cuando tocas mi pelo, la sensación es extraña. No me desagrada del todo, pero siento escalofríos. Debería ser molesto o algo así, pero no lo es. Por eso es extraño. – Derek sonrió con pena. Ese chico era tan inocente, que no se merecía que le hiciera pasar por todas esas cosas. Por eso mismo tomo una decisión en ese instante. Tal vez nuca iba a llegar a querer a ese niño, pero al menos le trataría con ternura y cuidaría verdaderamente de él. Procuraría hacer que su tiempo juntos fuera agradable, y que no pasara por mucho sufrimiento. – Derek, no te arrepientas ahora. – Dijo de pronto el castaño, captando entonces la atención del otro. - Yo te necesito, tú me necesitas, ¿Qué hay de malo en eso? Lo que digan o piensen los demás, ahora mismo ya no importa, por eso...

Derek cerró los ojos inclinándose sobre el cuerpo del menor, uniendo sus labios en un suave beso. Tan sutil como los anteriores, pero mucho más cálido. No sentía amor; su corazón no palpitaba con la fuerza necesaria como para hacerle sentir mareo, ni perdía la razón al sentir el contacto con aquella tibia piel. No sentía nada más que una infinita ternura por aquel pálido y frágil chico, y aunque sabía que eso jamás sería suficiente para ninguno de los dos, como para ser realmente felices, ya no importaba.

Stiles coloco sus manos sobre el pecho del mayor para alejarlo un poco de su cuerpo, pues sentía que si no ponía algo de distancia entre ambos, terminarían por sentirse después mucho más incómodos de lo que ya de por si se sentían. Eso no era normal; dejando de lado el hecho de que nada entre ellos lo era, el que de buenas a primeras se estuvieran comportando tan íntimos, como si toda esa mentira fuera una realidad, no podía ser algo bueno. Derek se guardo otro par de gruñidos para él mismo, al sentirse rechazado por el debilucho chico que tenía prácticamente bajo su cuerpo, notando hasta entonces la cercanía que había entre ambos.

Hale sintió sus rodillas temblar, al ver las sonrosadas mejillas del chico frente a él. Sus labios entreabiertos parecían hacerle una insinuante invitación, y su blanco y expuesto cuello salpicado de lunares, parecía pedirle a gritos que fuera marcado por sus dientes. Una corriente eléctrica invadió todos sus sentidos, poniendo a su calmado corazón a palpitar con fuerza. No era amor lo que sentía por aquel niño, era más bien una poderosa atracción física que lo guiaba hasta ese chico, como si una poderosa atracción magnética ejerciera su fuerza sobre él. Ambos corazones palpitaron con fuerza, y como si ambos estuvieran pensando lo mismo, acercaron sus bocas con la intención de unirlas en un beso.

 

La puerta se abrió de repente, interrumpiéndoles drásticamente antes de ejecutar aquella acción, mostrando detrás de ella a un estupefacto Scott, quien cada vez lucía mucho más molesto con cada segundo que pasaba. El menor de los Hale no pudo ni quiso suprimir el gruñido de insatisfacción, que dejo a bien escapar de su boca.

 

Scott McCall levanto la cara desafiante cruzando sus brazos, y parándose en el umbral de la puerta con una expresión de reproche pintada en la cara. Derek a punto estuvo de echarse a reír después de verlo, pues aquello no era más que una obvia, absurda e infantil declaración de guerra. El mayor beso con delicadeza la frente de su novio, antes de separase de él, para encarar correctamente al otro chico. Tal vez estaba siendo infantil. Tal vez aquello no tenía sentido. Tal vez debía tomar las cosas con más calma y ver el asunto desde otra perspectiva, pero si ese tal Scott McCall pensaba que se iba a dejar amilanar por un simple adolecente, estaba demasiado equivocado.

Si ese chico quería guerra, guerra tendría.

 

 

-Scott, ¿Es que nadie te ha enseñado a tocar la puerta? ¡Por el amor de dios! ¿Qué no vez que estábamos ocupados? – Grito escandalizado Stiles, cubriéndose rápidamente el pecho con una almohada –

-Sí, ya he notado eso – Respondió el moreno, con una expresión aterradora – ¡Que no se supone que iban a esperar! ¿No es eso lo que le dijiste a tu padre? ¿O es que todo eso solamente era una mentira de tu parte? – Stiles titubeo antes de responder, pensando correctamente en su respuesta –

-¿Acaso no escuchaste bien? ¡Llevamos tiempo intentando llegar al siguiente nivel y hasta ahora no lo hemos hecho! ¿Qué te hace pensar que lo haríamos en mi propia habitación, cuando mi padre y tú están en la casa? ¿Acaso nos crees exhibicionistas? ¡Por dios McCall, que tan poco me conoces! – Scott pareció pensarlo un poco más detenidamente. Era verdad; el Stiles que él conocía no era capaz de hacer tal cosa, sabiendo que su padre y él podrían escucharlos. Pero también, el Stiles que conocía no sería capaz de mantenerle ocultas las cosas, ni mucho menos salir con un completo desconocido y sin embargo  exactamente eso había pasado. –

 

-¿Y es que tú no piensas decir nada? – Pregunto rabioso al ojiverde. Este le miro arqueando graciosamente una ceja, antes de responder con una sonrisa cínica –

 

-¿Y porque tendría que responderte cualquier cosa a ti?  ¿Acaso eres alguien a quien yo deba rendirle cuentas? Porque si no lo has notado, Stiles tal vez sea tú amigo, pero él es mi novio - Recalco - y pronto vamos a comprometernos y sucesivamente a casarnos. Así que, ¿Qué habría de malo si ambos decidiéramos no esperar para estar juntos íntimamente? Y disculpa que lo pregunte, pero ya que tú empezaste, ¿Acaso Allison Argent y tú esperaron antes de casarse para tener sexo?

 

-Eso no te incumbe.

 

-Pues a ti tampoco. Como acabo de decirlo, tú podrás ser muy amigo de Stiles y decir y pensar lo que quieras, pero las decisiones que decida tomar, sean buenas o malas, solo le corresponden a él. Así que ya lo sabes, si no quieres que nadie se meta en tus asuntos, no te entrometas en los asuntos de los demás. – Stiles miraba enojado a su mejor amigo. Derek tenía razón. Con que cara Scott se atrevía a decir tales cosas, cuando él había tenido sexo con Allison innumerables veces, antes de casarse con ella. Y no solo con ella. Antes de que la pelinegra fuera su novia, ya se había metido a la cama con esa otra chica, Kira; e incluso se había besado un par de veces con Lydia. Pensar en eso último, hizo que la sangre le hirviera  y no pensara mucho en lo que estaba haciendo. El castaño salto de pronto de la cama y corrió a abrazarse a Derek, escondiendo detrás de él, como buscando su protección –

 

-Es verdad Scott. Eres mi mejor amigo y te considero casi como a un hermano, pero no pienso permitir que trates de meterte en nuestra relación. Yo jamás lo hice cuando saliste con Kira, ni con Allison. Ni juzgue el hecho de que fueras bastante promiscuo. Así que por favor, no te metas en nuestros asuntos. Yo necesito a Derek, como él necesita de mí. Sé que para ti en este momento puede ser demasiado difícil el asimilar todo esto, y lo entiendo, pero por favor acepta que nosotros tenemos una relación, y que necesitamos disfrutar de nuestro propio espacio. – Derek asintió con la cabeza –

 

-Ya lo oíste.

 

 

 

Scott de pronto se quedó sin palabras. ¿A dónde se había ido su amigo? Y más importante aún, ¿Quién era esa persona que estaba frente a él?

 

 

 

**************

 

 

Treinta minutos después de deambular sin rumbo por Beacon Hills, Scott decidió regresar por fin al lado de su esposa. El moreno estaba demasiado abrumado por todas aquellas emociones que sentía, que no lograba ponerlas en orden dentro de su cabeza. Algo andaba mal con él, y Scott lo sabía. ¿Pero qué era exactamente? El pelinegro negó lentamente con la cabeza, negando la idea que repentinamente había cruzado por su mente. – Es imposible – se dijo completamente convencido, mirando el cielo estrellado.

 

Scott cruzo por el hermoso jardín, encontrando sentado bajo un enorme y frondoso árbol, al pequeño Liam; quien era además de su cuñado, al menos tres años menor que él. El rubio expresaba en su joven rostro preocupación, además de incertidumbre. Mordía su labio inferior y despeinaba sus cabellos con desesperación, como si se estuviera debatiendo internamente por hacer algo que tal vez considerara correcto, pero que en el fondo quizás tal vez no lo fuera. Scott lo observo largo rato en silencio. Comenzaba a conocerlo muy bien; a pesar de que Liam era el hermano menor de Allison, ellos dos eran tan diferentes, que compararlos incluso seria como comprar la noche con la mañana.

 

Liam era un gran muchacho, a pesar de sus pequeños fallos. El rubio era tan noble y leal a sus propios ideales, que siempre hacia lo que consideraba lo correcto, aunque muchas veces terminara lastimando a las demás personas por culpa de su honestidad. Aunque claro, jamás lo hacía con intención. Allison en cambio prefería guardase lo que realmente pensaba para ella misma, y actuar dependiendo de lo que los otros esperaban de ella. Por eso era que para Gerard Argent, Allison era perfecta y Liam no. Lo cual le parecía realmente injusto. Ambos hermanos no tenían comparación, porque cada uno era único a su manera, y para ser justos, a Scott le parecía que la personalidad del menor de los Argent era mucho mejor que la de su esposa; aunque a ella la amara mucho, algunas veces prefería que Allison fuera más honesta con sus sentimientos, como lo era Liam.

 

El pelinegro sonrió con ternura al ver el ceño fruncido del chico. Sus cejas se curveaban en forma diagonal, mientras que en su frente se formaban unas cuantas arrugas. El niño lucía tan adulto en ese momento, que sin poderlo evitar, Scott soltó repentinamente una risa. Liam levanto apresuradamente el rostro, sintiendo un leve mareo que le hizo sostenerse del banco donde se encontraba sentado, haciendo que la risa de Scott se hiciera cada vez más fuerte.

 

-D-Deja de reírte de mí, Scott – murmuro el rubio, enrojeciendo hasta las orejas. Scott rió aún más fuerte sin poderlo evitar. El niño era la cosa más tierna que había visto en su vida, después de Stiles. Pensando en eso, tal vez esa fuera la razón por la que le agradaba tanto. Liam se puso de pie de un salto, yendo hasta donde se encontraba él para sujetarle con fuerza de la playera y estamparlo contra el césped. Sin embargo eso no basto para que su risa disminuyera –

 

-Lo siento Liam, no puedo parar. –Pronuncio apenas Scott, sintiendo como lentamente unas cuantas lagrimas escapaban de sus ojos. Liam quedo en silencio, borrando de su rostro aquella expresión de enojo que tuviera segundos antes. Suspiro escuchando de fondo la incontrolable risa de Scott McCall. Era demasiado triste verlo. ¿Cómo se suponía que iba a decirle lo que acaba de descubrir de su hermana?... Simplemente ya no podía. –

 

Scott reía entre lágrimas. Su rostro parecía feliz, pero por dentro se sentía destrozado. Sus sentimientos cada vez no tenían mayor sentido. ¿Qué rayos le estaba pasando? Liam volvió a fruncir el ceño. Odiaba ver así al esposo de su hermana. Odiaba tener que guardarle secretos a esa persona que había sido bueno con él. Odiaba a la persona que había hecho llorar entre lágrimas a Scott, pero más se odiaba sí mismo por lo que estaba a punto de hacer. Sin que McCall se lo esperara siquiera, Liam unió sus labios con los suyos, deteniendo por fin así su llanto.

 

El moreno abrió muy grande sus ojos, y entonces acepto por fin la razón de aquellos sentimientos tan confusos que estaba sintiendo. Ya no había ninguna duda. Amaba a Stiles.

 

 

**************

 

 

Cuando Derek llego por fin a la mansión Hale, el frió viento había calmado por fin a su agitado corazón. Nuevamente la lógica y el razonamiento gobernaban sus sentidos. Inhalo profundamente y dejo que el aire retenido escapara lentamente de sus pulmones, mientras se ponía a pensar. Necesitaba una noche de sexo con alguien, o de lo contrario terminaría enredado en la cama con un chico. El panorama se estaba volviendo cada vez menos nítido con Stiles a su alrededor. Tal vez un poco de distancia sería bueno, el problema era que eso no era posible, pues tenía que mantener las apariencias, o todo el mundo – Comenzando por Scott McCall – terminaría por descubrir que su relación con el desesperante castaño, no era más que una completa mentira. Y no podía arriesgarse a que sucediera eso, aunque tampoco quería arriesgarse a cometer semejante locura.

 

Peter sonrió a ver la mueca extraña que estaba haciendo el menor en ese momento. Era tan gracioso. A pesar de lo mucho que Derek se esforzara por actuar como un adulto, en el fondo no era más que un niño que no podía ver claramente las cosas que tenía enfrente, hasta que se topaba de lleno con ellas. El mayor negó con la cabeza. Detestaba esas platicas "padre e hijo" que siempre le hacían sentir demasiado incomodo, pero sentía que si no hablaba en ese momento con su sobrino, este no haría más que cometer puras tonterías, y su hermana, donde quiera que estuviera, jamás se lo perdonaría.

 

-Has llegado por fin. – Hablo el mayor, sonriéndole de medio lado. Derek al verlo gruño en respuesta – Últimamente no hacía otra cosa más que gruñir – Aquello le hacía gracia a Peter. Derek tal vez no se diera cuenta, pero desde que se le había metido en la cabeza aquella loca idea de convertir a Stiles Stilinski en su pareja, no dejaba de gruñir por cualquier cosa, lo cual en realidad no era para nada normal en su sobrino, que si bien era demasiado serio algunas veces, nunca había sido del tipo gruñón que frunce el ceño todo el tiempo, y se molesta y por cualquier cosa. Por más mínima que esta fuera. –"Los jóvenes de ahora son demasiado tontos" – Pensó con cierto pesar. ¿Por qué Derek no había salido un poco más él? Se preguntó. Tal vez las cosas serían mucho más fáciles así –

 

-Di lo que tengas que decir. Sabes que me molesta cuando solo me vez de esa forma, como si estuvieras analizándome. – Peter curvó sus labios, ladeando un poco la cabeza –

 

-Pues eso es exactamente lo que hacía – Respondió sin perder la sonrisa – Eres tan trasparente, así como obvio. – Negó lentamente – Aunque la verdad supuse que tardarías un poco más en caer.

 

-¿A qué te refieres?

 

-Stiles es un chico atractivo, ¿No es así? –Pregunto todavía aún más divertido. Las mejillas del menor se tiñeron de rojo, al mismo tiempo que los recuerdos de lo que estuvo a punto de suceder esa noche, volvían a invadir su pensamiento, formulando nuevamente en su mente aquella pregunta que se venía estado haciendo, desde que salió de la casa de Stiles. Si Scott no los hubiera interrumpido, ¿Hasta dónde hubiera sido capaz de llegar? Peter soltó una risita burlona al verlo así, tan sumido en sus pensamientos, y con la cara tan roja. Parecía que había vuelto a tener nuevamente quince años, y que las cosas estaban regresando nuevamente a su sitio. Tal vez todo eso estaba pasando por una razón. Después de todo, era cierto que la vida tenía sus propias razones. –

 

-Yo no diría exactamente eso

 

-¿Entonces, exactamente qué es lo que dirías?

 

-Bueno – hizo una pausa – no puedo negar que el chico tiene cierto encanto, pero...

 

-Te he dicho que hay ciertas cosas que no se pueden ocultar – Interrumpió el mayor – y esto es una de ellas. – Sonrió nuevamente – No has estado con nadie desde que terminaste con Braeden, y es normal que al tener a tu completa disposición a un chico como Stiles, sientas ciertas cosas al estar cerca de él.

 

-Él es un chico.

 

-¿Y eso qué? – Cuestiono el mayor restándole importancia al asunto – Es atractivo, joven y tiene unos deslumbrantes ojos color miel. – El ojiverde arqueo las cejas, como preguntando cómo es que sabía eso. Peter señalo una fotografía que se encontraba en la pequeña repisa de la chimenea – Malia la dejo esta tarde ahí. También dejo otras más en tu habitación "Para no levantar sospechas". Creo que mañana te conseguirá también algunas fotografías del anuario. En fin, como te decía. Stiles es un joven atractivo, y por ello es normal que te sientas de esa forma.

 

-Claro que no es normal

 

-¿Admites entonces que te atrae?

 

-¡Claro que no! Eso no es lo que sucede.

 

-¿Entonces qué?

 

-¡No lo sé! – Gruño – Tal vez sea que, como has dicho, no he estado con nadie desde que termine con Braeden.

 

-Por eso mismo te sientes así. – Derek le miro sin entender – Es virgen – Dijo como si eso lo explicara todo –

 

-Sigo sin entender – el mayor suspiro –

 

-Por eso es que no puedo dejar que hagas las cosas tú solo. Algunas veces eres demasiado lento. Stiles es virgen, atractivo, confiado, joven e inocente y además un poco torpe. ¿Eso no te recuerda a alguien? –El cerebro del menor entonces hizo por fin clic. –

 

-Stiles no es como Paige.

 

-No, eso ya lo sé. Pero debes admitir que se asemeja un poco a ella. Por supuesto que no físicamente, ni tampoco en su actitud. Si algo recuerdo de ella, era que casi nunca sonreía a menos que estuviera contigo. Stiles en cambio parece sonreír todo el tiempo, aunque no tenga muchos motivos para sonreír. Él es fuerte a pesar de su apariencia. Paige en cambio no lo fue.

 

-¿A dónde quieres llegar con todo esto? – Pregunto molesto el menor –

 

-Quieres estar con ese chico. – Dijo directamente – así que déjate de una vez de poner tantas excusas y hazlo.

 

-¿Estas bromeando?

 

-Claro que no. Sentir atracción por una persona no es malo. ¿Qué, si es hombre? ¿A quién le importa eso? Después de todo, ¿Qué hay de malo en tener sexo?

 

-¿Qué, que tiene de malo eso? ¡Pues todo! ¿Acaso enloqueciste?

 

-No, pero tú si lo harás si continuas así. Aunque no lo aceptes, escogiste a ese chico porque inconscientemente te recuerda a Paige. Y a diferencia de las otras mujeres con las que te metiste en la cama, ella si era virgen, como Stiles. Por eso estas enloqueciendo ahora. No puedes resistirte a querer tenerlo y hacerlo tuyo, porque jamás tuviste la oportunidad de hacerlo con Paige.

 

-Por eso mismo, no puedo hacerlo. Estaría comparando a Stiles con ella y hacer eso lo lastimaría.

 

-Así que realmente ese chico te importa. – Derek respiro hondo antes de responder –

 

-Sé que no he actuado bien con él, y que me estoy aprovechando de su situación, pero no soy lo suficientemente vil, como para tomarlo como mío  teniendo en el pensamiento a otra persona.

 

-Me pregunto si realmente eso cierto. –Cuestiono el mayor, masajeando su frente –

 

-¿Acaso no crees lo que digo?

 

-Lo que en realidad pienso, es que te estás ocultando detrás del recuerdo de Paige, para no abrir tu corazón de nuevo. De esa forma te aseguras que no volverás a salir lastimado, sin darte cuenta que en realidad te estás haciendo más daño tú mismo. – Hizo una pausa, en la que se puso de pie – Derek, deja que tu propio cuerpo descubra lo que quiere por sí mismo, y deja de pensar demasiado las cosas. No pienses solamente en ti y en lo que sientes, también piensa un poco en lo que pueden sentir los demás. No pierdas el tiempo enfocándote en una sola flor, cuando tienes a tu alrededor todo un jardín. ¡Ah, por dios! - hizo un gesto -  ¡Qué les pasa a los niños de ahora, que son tan ciegos! Talía debió haberte dicho esto antes – Murmuro de mal humor – Escucha atentamente, porque no pienso repetirlo nunca más; "Si de noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejaran ver las estrellas" Ahora, analiza y piensa un poco.

 

Dicho esto, el mayor abandono rápidamente la sala de estar para ir a refunfuñar a su habitación. Derek bajo la cabeza, apretando muy fuerte los puños.

 

Mientras que esa misma noche, Stiles daba vueltas en su cama sin poder dormir.

 

Notas finales:

¿Les gusto? ¿Quieren más? Pues entonces no se pierdan mañana el siguiente capítulo. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).