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In summae re por kuraitsukiyume

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola gracias por sus review xD bueno respondiendo una pregunta... realmente aun no tengo idea de que pareja quiero formar... asi qie segun vaya haciendo los capitulos y sus opiniones la historia se ira modificando

Por otro lado ahora tengo algo de tiempo libre pero en cuanto a constancia con mis capitulos cuando la Uni ejerza su yugo xD...sera cada sabado

:3 espero continuar contando con ustedes mis lectores <3

CAPITULO 2

 

Pasar el tiempo era terrible cuando eras quien eras… y en ese momento el seguía y seguiría siendo Harry Potter, últimamente sus investigaciones daban por demás a entenderse, comprender que estaba mal consigo mismo, y entre los pocos datos que tenía es que además de ser huérfano y las extrañas demostraciones que pasaban a su alrededor, él era el único en (al parecer) percibir pequeñas cosas que para algunos serian insignificantes, Harry se preguntó si aquello significaba ser un genio, él no se consideraba como tal, primero porque un genio no tenía desarrollado sus sentimientos, todo lo veían de manera racional, segundo y el que creía era el punto importante, un genio sabia librarse bien de cualquier problema con diplomacia o incluso con estrategia.

Aunque claro el tenia ciertas cosas, últimamente sus sueños eran más fijos, ya no existía la nitidez y recuerdos que debían estar borrosos en su subconsciente salían a flote conforme los días pasaban, eran cosas insignificantes, pero suficientes para dejarle en claro que… no era normal, inteligencia o no, él no era solo uno más del mundo.

Después de la golpiza y el encierro que tuvo por el escape de la serpiente, Harry había tenido suficiente tiempo de sanar, relajarse y simplemente pensar, pensar en cuando aborrecía a su familia, cuanto odiaba y deseaba incluso el que estos desaparecieran, ya habían comenzado las vacaciones de verano y Dudley había roto su nueva filmadora, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana Figg cosa que si bien no era lo correcto le había causado tanta gracia, pues su gordo primo también había ido a parar contra el suelo, azotando y dejando escuchar sus quejidos, eso había sido música para sus oídos, mas gustoso seria si hubiera conseguido alguna lesión más grave.

Las vacaciones para el usualmente significaban trabajo y golpes, trabajar bajo el yugo de sus tíos y con los golpes de tanto el padre como el gordo hijo, cierto que quizás a quien odiaba menos seria a la mujer que se dedicaba a lo mucho a mandarle miradas severas y de odio, oh pero si las miradas mataran el no sería el que estuviera enterrado tres metros bajo tierra.

A penas era la primera semana de las vacaciones mayores y el cuerpo delgado de Harry se perlaba en una capa de sudor, podar jamás era trabajo sencillo y por suerte para sus tíos podían aprovecharle a él sin necesidad de recurrir a alguien más que les exigiera paga.

-Mi señor

Harry levanto rápidamente su rostro, dirigiendo su verde mirada hacia uno de los matorrales que colindaban con la cerca, duvadito se acercó, agachándose e inclinando un poco su cuerpo para observar entre las sombras una mirada azul de pupila rasgada. El jadeo de Harry fue notorio al ver moverse lentamente aquel escamoso cuerpo, era la Boa que había escapado hace días en el Zoológico.

-¿Qué haces aquí?

-Le he buscado, pero he llegado a perderme antes, pasear por esta selva de concreto es complicado y molesto…

La mente de Harry hizo un clic

-¿Cómo puedes entenderme y yo a ti?

-Acaso no sabe usted que es un hablante

-…No sé a qué te refieres

-Un hablante de pársel, un don que se creía desaparecido entre los magos

-Magos… eso no existe

-Mi señor acaso no ahora mismo está hablando conmigo

Harry ladeo una sonrisa, ciertamente la serpiente tenía razón, aquel día Harry termino rápidamente cualquier deber que le hubieran dejado mientras su tía iba a Londres para simplemente comprar el uniforme de Dudley. Paso hasta la tarde charlando con la Boa, descubriendo interesante información y datos.

-Entonces soy un mago… eso explica muchas cosas

.

.

.

 

Era junio cuando la familia se había reunido tan solo para poder observar a su primo modelar su tonto y ridículo uniforme, para ese momento Harry ya tenía mayor conciencia de muchos asuntos, su vida era una vil mentira en la cual intentaban manipular más y más su persona, la Boa se había vuelto una gran aliada, dando información como sobre la vieja Figg que al parecer era una maga sin poderes, algo ilógico pero al fin y al cabo un hecho. Sus padres seguro habían sido magos, su madre siendo hija de simples personas normales, esta teoría la tomo tomando en cuenta que su tía no presentaba siquiera esa aura que a veces él podía sentir en los demás.

Por otro lado ahora sabia Dudley iría a un colegio diferente, algo bueno para él, sin embargo nuevamente detestaba y comenzaba a odiar aquel trato, cuando su tío le golpeaba su cuerpo directamente temblaba, se encogía y no podía evitar sentirse inferior, terminaba como un bulto arrinconado, para momentos después ser abandonado y llenado por odio y resentimiento, su corazón siempre apretado de ira deseando dentro de sí regresar multiplicado todo el dolor que sentía, quería gritarle mil y más maldiciones hasta quedarse afónico o que sus puños dejaran mismas marcas negras y moradas e incluso a veces verdes sobre los voluminosos cuerpos.

¿Pensó en el mismo abandonar toda vida? Claro que lo hizo cuantas veces no intento tener valor suficiente para tomar un cuchillo y enterrárselo el mismo o quizás hasta en los mayores, o asfixiarlos mientras duermen…

Respiraba siempre contadas veces, y reprimía de aceptar la solicitud de su amiga que a veces permanecía oculta debajo de su vieja y pequeña cama, siempre esta le decía poder estrangular entre sus aros a los humanos y él tenía que sujetarse de aquel pequeño y aun existente hilo de conciencia para negarse amablemente.

.

.

.

 

Era de mañana cuando Harry fue a tomar el desayuno, Dudley y Vernon entraron, el segundo abrió, como siempre, su periódico y Dudley golpeó la mesa con su bastón del colegio, que llevaba a todas partes.

Todos oyeron el ruido en el buzón y las cartas que caían sobre la pequeña alfombra de la entrada.

 —Trae la correspondencia, Dudley

—Que vaya Harry

—Trae las cartas, Harry.

—Que lo haga Dudley.

—Pégale con tu bastón, Dudley

Harry esquivó el golpe y fue a buscar la correspondencia. Había tres cartas, una postal de Marge, la hermana de Vernon; un sobre color marrón, y una carta para Harry.

Harry fruncido el ceño, intrigado con aquella carta que ni bien escondió entre las anchas ropas no sin antes mirar nuevamente si su mirada no comenzaba a fallarle y ciertamente no era asi, se leía en perfecta letra.

Señor H. Potter

Alacena Debajo de la Escalera

Privet Drive, 4

Little Whinging, Surrey

Se sentía ofendido, en una parte, porque aquello significaba que, quien sea que enviara la carta fuera solo una persona o más, sabia las malas condiciones en que vivía, y que al parecer no les importaba siquiera, dependiendo el contenido ya vería cómo reaccionar.

— ¡Date prisa, chico!

Harry volvió a la cocina. Entregó a tío Vernon la postal y la factura, se sentó y lentamente comenzó a comer lo que se le permitía, en esta ocasión siendo las sobras de la cena de ayer recalentadas. Vernon rompió el sobre de la factura, resopló disgustado y echó una mirada a la postal.

—Marge está enferma

El desayuno paso increíblemente con total tranquilidad, aunque Harry ocultaba esa sonrisa de satisfacción al saber que no descubrirían la carta que había recibido de quien sabe quién, cuando termino Petunia le había ordenado lavar los platos y demás vasos y cubiertos, el sin quejarse simplemente se dio a la tarea y se retiró cuando ya no fue necesario.

En cuanto entro a su “cuarto” Harry se dejó caer en la cama, escuchándola simplemente crujir por su peso, la Boa que como siempre o casi siempre, se encontraba bajo la cama subió por la pierna de Harry y se enrosco por su delgada cintura para terminar con su cabeza alzada en dirección a la carta que el de ojos verdes ahora sostenía entre sus huesudos dedos.

-Percibo magia

-Asi es

Harry antes de abrir la carta pudo sentir los pasos sobre él, las escaleras dejaban caer un poco de aserrín y polvo algunas cuantas y pequeñas arañas caían asustadas por el pequeño temblor y Harry solo miraba simpatizado a estos pequeños insectos, para él siempre le resultaron agradable todo tipo de animales salvajes especialmente los que pequeños o grandes que podían ser potencialmente peligrosos por sus venenos.

Harry leyó la carta.

 

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore (Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos).

Querido señor Potter:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall

 

Harry enarco una de sus cejas mostrando el claro desconcierto, sin conocerle simplemente era una invitación muy buena para ser verdad, además de la vanidad que se mostraba sobriamente a lado del nombre del director del colegio, deduciendo o especulando seguro sería un hombre suficientemente mayor con aires de grandeza y rostro de no matar ni a una mosca, pues que mejor forma tiene el lobo de mantener al rebaño bajo sus garras cuando el mismo esta vestido de oveja.

Por otro lado estaba aquel pequeño gusanito que picaba su curiosidad, su mirada la dirigió a la boa.

-Tu qué crees

-Que la carta la enviaron de una manera algo rudimentaria

Harry rio un poco ante lo acertado del comentario y solo asintió un poco, al parecer la comunicación entre los magos se daba por cartas como en la edad media y estas siendo transportadas por aves, seguro tendría que mandar una respuesta, asi que hurgo entre sus pocas pertenencias un bolígrafo de tinta negra y al reverso de la carta escribió su respuesta.

 

Privet Drive, 4; Little Whinging, Surrey.

Minerva McGonagall:

Agradezco su cordial invitación y la  información sobre esta oportunidad que se me ha dado, sin embargo temo decir que me veo en la desventaja de no contar con lo suficiente para  obtener el equipo y los libros necesarios. Ni apoyo o medio que me permita viajar al colegio. Aun con ello nuevamente agradezco la toma de su tiempo.

Cordialmente, Harry J. Potter.

 

Satisfecho con su respuesta Harry dio un perfecto dobles en la carta y sigilosamente salió de su espacio, el recibidor de la casa estaba silencioso y vacío aprovecho esto para abrir la puerta encontrando una hermosa lechuza gris moteada sobre el buzón, se acercó y extendió la carta, el ave no dudo en tomarla entre su pico y salir volando con esta. Al regresar simplemente se encerró pensando en que debería hacer, estaba ingresando a un espacio que no conocía, con costumbres y seguramente muchas cosas diferentes, y en el cual no pensaba mostrar la misma debilidad que el gordo de su tío le hacía, él les enseñaría de lo que era capaz, tarde o temprano.

.

.

.

 

Habían pasado los días, mientras él se mantenía terminando de sacar unas galletas que su tía había dejado al horno solo podía escuchar a su primo quejarse.

—Es lunes mi programa favorito es esta noche y quiero dormir hasta más tarde.

Lunes. Eso hizo que Harry se acordara de algo. Si era lunes, entonces, al día siguiente, martes, era el cumpleaños número once de Harry. Claro que sus cumpleaños nunca habían sido exactamente divertidos el año anterior, por ejemplo, los Dursley le regalaron un día completo de trabajo en el jardín e incluso dentro de la casa, su comida fueron sobras duras de orilla de pizza que Dudley no se había terminado, torta de papa ya medio comidas y quizás a punto de expirar y por supuesto agua de grifo. Sin embargo, no se cumplían once años todos los días.

Como pasar el tiempo, pues desde los últimos acontecimientos Harry los pasaba informándose a través de su amiga serpentina, quien a pesar de su gran tamaño era sigilosa y pasaba desapercibida, le comentaba a veces las pláticas que la vieja Figg tenía, el aborrecimiento que le tenía ahora era enojo, como se atrevía a reportarle su vida a otros y quedarse solo como espectadora, eso y el hecho más interesante que lo hacía a través de una grande chimenea donde el fuego era usado como una especie de pantalla donde se veía difusa otra persona, aunque Harry apostaba todo a que era el mismo director Albus Dumbledore.

-Mi señor

-Que pasa

-Ha sido ya tiempo el que estoy a su lado y me encantaría solicitarle algo

-Adelante, habla

-Me encantaría que me tomara como su aliado

-Oh, pero si desde un principio ya eras mi aliado y mi amigo

-Sin embargo me gustaría que nos unieras en enlace mágico Harry

-¿Enlace mágico?

-Es cuando tu núcleo mágico se enlaza a otro, hay en términos simples una mezcla de nuestras magias y ambos somos equitativamente dotados dependiendo el nivel mágico que tengamos.

-Hum y como podría hacer eso

-Un ritual pero necesitaras primero despertar completamente tu magia

-En ese caso espera un poco más, prometo que te aceptare, pero si es asi porque nombre debo llamarte

-Ponme el nombre que desees

Harry le miro sorprendido pero asintió, pensándolo después de un momento sonrió ante un perfecto nombre.

-Sesha, también se puede decir como Shesha es una serpiente masculina divina, rey de todos los nagas , uno de los seres primigenios de la creación

-Me encanta ese nombre

.

.

.

 

Era ya martes, el día había pasado demasiado rápido para su gusto, Harry ahora se encontraba con una molesta sensación pues no había recibido respuesta alguna desde que envió a la lechuza y temía que hubieran declinado su solicitud hacia él, para la oportunidad de ir a un colegio de magia que le haría comprender más allá de todo quien era en realidad.

Esa noche todo se hallaba envuelto en silencio, sus tíos y su primo dormían, había tenido la suerte de no ser golpeado como en muchas otras ocasiones, el dolor de sus huesos crujir o la inflamación de su carne ante tales y brutas demostraciones de fuerza.

Escuchaba tan solo el ligero mover de las manecillas del reloj que colgaba de la sala, supo eran ya las doce. Algún delincuente, aunque tal vez le ignoraría a él y se iría en contra de sus tíos si eso ocurría.

Cuatro minutos. Tal vez realmente ya le habían olvidado y no tendría oportunidad de ir a ese colegio.

 Tres minutos para la hora y, faltaban dos minutos ¿qué era aquel ruido tan raro? Un minuto y tendría once años.

Treinta segundos... veinte... diez... nueve... tal vez despertara a Dudley o enviara a Sesha, sólo para molestarlo y ver como se orinaba en sus pantalones... tres... dos... uno...

PAF

El sonido le sobresalto, era como si intentaran golpear la puerta de la manera más estrepitosa posible, acaso un elefante, claro eso era tan solo una incoherencia para distraerse.

PAF, PAF

Realmente pensaba que se estaba volviendo loco, quizás un gigante tocando la puerta para pedir algo de azúcar para su café.

Llamaron otra vez. Dudley se despertó bruscamente eso supuso al escuchar pisadas sobre su cabeza mientras el prefería quedarse en aquella seguridad de su rincón.

Se oyó un crujido y supuso que estaba bajando apresurado las escaleras, Vernon apareció al final de los escalones, mientras Harry espiaba por un pequeño espacio que hizo al abrir lentamente la puerta.

 Llevaba un rifle en las manos  ya sabía lo que contenía el paquete alargado que había llegado a Vernon una vez departe de su hermana.

— ¿Quién está ahí? ¡Le advierto... estoy armado!

Hubo una pausa... ¡UN GOLPE VIOLENTO!

La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo.

Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos. El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin esfuerzo, la volvió a poner en su lugar.

—Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil...

Se desparramó en el sofá de dos plazas que crujió como si quisiera romperse ante el peso

Dudley que permanecía hasta arriba de las escaleras bajo y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de Vernon.

— ¡Ah! ¡Aquí está Harry!

Dijo el gigante al verle salir lentamente de la alacena, Harry levantó la vista ante el rostro feroz y peludo, y vio que los ojos negros le sonreían.

—La última vez que te vi eras sólo una criatura, te pareces mucho a tu padre, pero tienes los ojos de tu madre.

Harry analizaba todo lentamente, ciertamente el hombre tenía toda pinta de ser un gigante, sin embargo el anteriormente había solo estado bromeando, espero en silencio para que el hombre continuara si es que claro, tenía algún monologo que darle.

— ¡Le exijo que se vaya enseguida, señor! ¡Esto es allanamiento de morada!

—Bah, cierra la boca, Dursley, grandísimo majadero

Se estiró tan solo un poco, arrebató el rifle a Vernon, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a un rincón de la sala. Vernon hizo otro ruido extraño, como si hubieran aplastado a un ratón.

—De todos modos, Harry  te deseo un muy feliz cumpleaños. Tengo algo aquí. Tal vez lo he aplastado un poco, pero tiene buen sabor.

Del bolsillo interior de su abrigo sacó una caja algo aplastada. Harry la abrió en el interior había un gran pastel de chocolate pegajoso, con «Feliz Cumpleaños, Harry»

Harry miró al gigante su mirada estrechándose un poco ante la desconfianza y al mismo tiempo el temor de que le fuera a perjudicar físicamente.

— ¿Quién es usted? 

—Es cierto, no me he presentado. Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves  y Terrenos de Hogwarts.

Se inclinó ante la chimenea. Los demás no podían ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la vuelta, había un fuego encendido, que inundó de luz toda la sala. Harry había dejado el pastel a un lado y simplemente se permitió colocar una pequeña mascara de indiferencia mientras su primo miraba de reojo el pastel.

—No toques nada que él te dé, Dudley.

El gigante lanzó una risa sombría.

—Ese gordo pastel que es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se preocupe.

—Lo siento, pero todavía sigo sin saber quién es usted.

—Llámame Hagrid todos lo hacen. Y como te dije, soy el guardián de las llaves de Hogwarts. Ya lo sabrás todo sobre Hogwarts, por supuesto.

—Pues... no... Lo lamento

Harry ahora se mostraba con una máscara de inocencia aquello con lo que sobrevivía a veces, pues vivir tanto tiempo con aquellos simios de los Dursley no le había enseñado simplemente a odiar, también a saber colocar mascaras en momentos indicados aunque pocas oportunidades tenía claro de usarlas.

—. ¡Ellos son los que tienen que disculparse! Nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te preguntaste dónde lo habían aprendido todo tus padres?

Para Harry le era molesto que ahora incluyeran a sus padres, unos que estaban muertos y que poco importaba el cómo habían fallecido.

— ¿El qué?

— ¿EL QUÉ? ¡Espera un segundo! ¿Me van a decir que este muchacho, ¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA? me refiero a nuestro mundo. Mi mundo. El mundo de tus padres.

— ¿Qué mundo?

— ¡DURSLEY! …Pero tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre. Quiero decir, ellos son famosos. Tú eres famoso.

Se controló de enarcar una ceja, si era famoso donde estaba el dinero que necesitaba para no tener una vida de muerto, donde estaban sus “adoradores” para protegerlo de cada maltrato que había recibido.

— ¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En serio?

—No sabías... no sabías... ¿De verdad no sabes lo que ellos eran?

— ¡Deténgase! ¡Deténgase ahora mismo, señor! ¡Le prohíbo que le diga nada al muchacho!

— ¿No se lo ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que Dumbledore le dejó? ¡Yo estaba allí! ¡Vi que Dumbledore la dejaba, Dursley! ¿Y se la ha ocultado durante todos estos años?

— ¿Qué es lo que me han ocultado?

— ¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO!

—Voy a romperles la cabeza. Harry debes saber que eres un mago.

Se produjo un silencio. Sólo podía oírse el crepitar del fuego y el sonido de las respiraciones.

— ¿Que soy qué?

—Un mago. Y muy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los tuyos ¿qué otra cosa podías ser?

Asi que dentro de ese otro mundo ciertamente tenía un nivel más alto que estando en casa de los simios Dursley pues estaba entonces ansioso de llegar a ese mundo de magos, aprender y que aprendieran a respetarlo, si podía incluso no sonaba mal amenazar a sus tíos y a su primo cuando tuviera la habilidad suficiente.

—Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo

Hagrid dio un pequeño brinco sobre sí mismo mientras de otro bolsillo sacó una lechuza, una lechuza de verdad, viva y con las plumas algo erizadas, una gran pluma y un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una nota que Harry pudo leer al revés.

 

Querido señor Dumbledore:

Entregué a Harry su carta. Lo llevo mañana a comprar sus cosas

 Espero que usted esté bien.

Hagrid


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