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Pasado por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

 

 

 

Viernes 6 de mayo.

 

 

 

Pasado

VI

 

 

 

Fuera de la sala de la casa Uzumaki-Elric, cuatro pares de ojos espiaban a los ‘invitados’ de sus padres, como buenos estudiantes de la academia ninja y sobretodo como hijos de dos héroes de la aldea, hicieron uso de sus habilidades para acercarse sin ser detectados. Sintieron la llegada repentina de sus padres y tenían la intención de verlos, hablar con ellos… disculparse con su papi ahora que estaba en la sala y no el cuarto sellado por su papá, pero se detuvieron, había alguien más con ellos. Tras un par de segundos, cuatro presencias más se hicieron notar en la sala, en total había cinco extraños en la sala de su casa… y sus padres estaban con ellos, los habían invitado y transportado ellos mismos.

Era inusual, sus padres no suelen traer extraños a la casa, no sin antes comunicárselo para que no intenten ‘ataques’ sorpresa debido a sospechas, para prohibirles realizar bromas o para advertirles no acercarse si se trataba de algo referente a ‘asuntos de la aldea’. Es por ello que les extrañó la llegada de sus padres y no recibir ninguna ‘orden’… tal vez seguían enfadados por… por la discusión con su papi.

 

Jamás habían visto así a su papi, el más fuerte de quienes vivían en esa casa, el Capitán Anbu, el más temido/respetado ninja de Konoha… toda esa fuerza infinita, cayó con una simple frase, toda ese poder se quebró en mil pedazos ante las palabras de simples niños, no, simples no, palabras de sus propios hijos que “deseaban tener a alguien más como ‘mamá’.”

Luego que esas palabras retumbaran en el silencio que se expandió con tremenda fuerza, luego que notaron el efecto que tuvo en su papi… fue que cayeron en cuenta del significado de ‘esa’ frase.

Así, cuando intentaron retractarse, cuando intentaron arreglarlo, la presencia de su papá y la delicadeza con la que abrazó a su papi, sentir esa necesidad de protegerlo y desaparecer con su papi entre brazos… eso que le lastimaba les dolió aún más.

Su papá ni siquiera les miró, tomó a su papi y desapareció con él como temiendo que fuera a quebrarse. Se trasportaron a su habitación, la sellaron, nadie podía entrar, no se escuchaba sonido alguno y estaban convencidos que del otro lado tampoco escucharían nada que ellos dijeran, lo mucho que se disculparan o qué tan fuerte gritaran… tan solo les quedaba esperar.

Las horas que pasaron fueron agonizantes, en sus cortas vidas no habían sentido algo así, desesperados, solos de alguna manera, impotentes de no poder retroceder el tiempo y borrar esa discusión con su papi, escuchar otra vez la voz de quienes les entregan amor y protección a raudales… con la tormenta que se escuchaba afuera, tan solo deseaban a sus padres que les aseguraban no les sucedería nada malo puesto que siempre estarían protegidos.

Esperaban poder entrar al cuarto, hallar a su papi acurrucado en el pecho de su papá como cada que hay tormentas, esperaban acercarse a ellos y ser abrazados y consolados por esos ninjas que siempre fueron padres antes que “Hokage” y “Capitán Anbu”.

Los rayos tan solo les recordaban su error, se burlaban de su miedo y desesperación, les castigaban de haber rechazado a su papi. Lo único que les consolaba, era la compañía entre hermanos pues aún en su miseria no estaban completamente solos. Tenían la ilusión de ver llegar a sus padres a su lado, de darles la oportunidad de disculparse y prometer no volver a dañar así a su papi, se alejarían de Kotomi, la evitarían por toda la aldea si así se los ordenaran, aceptarían cualquier castigo… incluso aceptarían que suspendieran su 'entrenamiento familiar'. Tan solo rogaban que la puerta del cuarto de sus padres se abriera.

Pasaron más horas, los rayos cesaron y tras unos minutos fue que sintieron la presencia de sus padres en la sala… también sintieron a los extraños. Sin aguantar más, se levantaron y se vieron espiando lo que sucedía con sus padres y los extraños dentro de esa sala. Se sorprendieron de familiaridad con la que actuaban sus padres y los extraños, se sorprendieron de lo que su papá dijo al reconocerlos, se sorprendieron al escuchar que entre esos extraños se encontraban su supuesto ‘tío’, su supuesta ‘tía’ y su supuesto ‘abuelo’, además de esas otras personas que su papi tanto mencionaba.

Sin aguantar su curiosidad un poco más, buscaron la manera de observar detalladamente a quienes estaban en la sala, recordando las descripciones que su papi les relataba, lograron ubicar a cada uno… su tío Al, estaba en el regazo de su papi. Se le notaba cómodo, anhelante ante el contacto con su papi y, su papi, lo miraba con infinito cariño y ternura… ellos deberían estar en el regazo de su papi, ellos deberían estar recibiendo esa mirada, ellos y no su tío Al. No obstante, debido a la pelea anterior, no se sentían con el derecho de entrar y reclamar lo que pensaban.

Las palabras que su papá expresaba a su ‘tío’ y ‘abuelo’ les dejó más que claro lo mucho que amaba a su papi, se sintieron mal, su papá no les perdonará que hayan lastimado tanto a su papi. Y, las palabras de su tío Al… la amenaza que le hizo tan abiertamente, les hizo temer que si se enteraba de lo ocurrido hace unas horas, ellos serían quienes recibirían esa furia que se sentía en cada palabra. Debían disculparse ya. Se miraron entre ellos, acordaron entrar a la sala y rogar de ser necesario para que no les arrebataran a su papi.

Abrieron las puertas de la sala, los que estaban dentro posaron sus miradas en ellos, se toparon con miradas suspicaces, dudosas y, de reconocimiento. A pesar de estas miradas, no encontraron aquellas a las que buscaban… su papi miraba la mesa frente a él, su papá seguía con su expresión nerviosa debido a la amenaza de su tío Al.

--¿Fullmetal?... –rompió el silencio el Coronel.

--Nii-san… ¿Por qué la niña de pelo castaño se parece a mamá a pesar del color de sus ojos y uno de los rubios es una mini copia tuya? –preguntó su tío esperando cualquier otra explicación a la evidente.

--Y si no me equivoco, el otro rubio es una mini copia de Uzumaki-san con la diferencia del color de sus ojos… –exclamó la tía Winry.

--La niña de pelo rojo se parece a la mujer del retrato en la pared que si no me equivoco es la madre de Uzumaki-san. –añadió la teniente.

--Edward… –susurró el abuelo Hohenheim con un temblor en su voz y cierta ilusión en sus ojos dorados.

--Es… una larga historia… pero sí, ellos son nuestros hijos. –dijo papi con voz neutra y seguía sin mirar directamente a los pequeños.

--De izquierda a derecha, –siguió papá –son Katy Hime, Tiffany Joshira, Marcus Ritsu y Raiden Alexander Uzumaki-Elric. Nacieron en ese orden y efectivamente, Katy se parece a mi madre Kushina Uzumaki, Joshi-chan se parece a Trisha Elric, Ritsu se parece a mi padre y a mí y Railex se parece a Ed. –terminó de explicar.

Pero algo faltaba, hace falta ese orgullo en la voz del Hokage que sentía por sus hijos al hablar de ellos, y cuando papi los reconoció como hijos no estaba ese ligero tono amenazante que indicaba ‘tócales-un-solo-pelo-y-te-las-verás-con-migo’. ¿Por qué es hasta ahora que pueden ver lo maravillosos que siempre fueron sus padres?     

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>>Continuará...

 

Notas finales:

Gracias por leer.

 

 

Actualización martes 10 de mayo.


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