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Jugando con el destino por ami4alice

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Notas del capitulo:

Muajajajaja.. ¿Creyeron que estaba muerta? ¡Pues no! Sigo bien vivita pensando en que debería hacer con todo esto.

Bueno, primero que nada KKM no me pertenece le pertenece a su dueño, yo solo disfruto de coftorturarcof utilizar a sus personajes 

Ahora espero que les guste el primer cap de la segunda parte! ~ 

 

-¡Yuuri! ¿Por qué no aceptas el compromiso? –Soltaba un histérico rubio enojado.

-Wolfram, ya hemos hablado de esto. Yo te quiero mucho, pero mi amor no es el de amantes. ¿No podemos quedarnos solo como amigos? –Pregunto Yuuri mirando fijamente a Wolfram. Este desvió la mirada en su frustración.

-¡Amigos! ¡Amigos! ¿¡Y qué pasa con mis sentimientos!? –Volvió a gritar sin mirar fijamente al moreno.

-Wolf…

-¡No me llames por mi nombre! –Interrumpió a Yuuri en un grito. Wolfram regreso su mirada a Yuuri mirándolo fijamente –Si no quieres corresponder mis sentimientos entonces no seas tan amable…

La cara que Wolfram le había mostrado en ese momento era una que jamás se esperó ver. Tenía el ceño aligerado, sus ojos estaban cristalizados esperando poder dejar salir cada una de las lágrimas y sus labios mostraban una sonrisa perdida. Iba a decir algo pero antes de que pudiera el rubio le dio la espalda para irse. Estiro su mano en dirección del otro, pero aun intentándolo con todas sus fuerzas no logro alcanzarlo.

-Wolfram…

 

Y todo se oscureció cambiando el escenario.

 

-¡Yuuri! No debes de preocuparte, yo siempre me quedaré a tu lado. –Decía con orgullo Wolfram mirando fijamente al otro.

-No digas algo como eso tan a la ligera. –Dijo con seriedad Yuuri antes de tomar la muñeca del otro –Prometer algo como eso es demasiado para tomarlo a la ligera.

Wolfram suspiro antes de agacharse al mismo nivel de Yuuri, quien estaba sentado en el piso desde hace rato. Lo miró fijamente con una pequeña sonrisa antes de decidirse a contestarle.

-Yuuri… -Le llamo para que el moreno le mirara fijamente. Con su mano libre tomo la ajena sin dejar de verlo –Mi mayor deseo es quedarme siempre a tu lado. Después de todo eres la persona que más amo en el mundo. A donde sea que tú vayas yo te seguiré. A donde decidas ir yo iré, a quien decidas salvar yo la salvaré. Porque lo que más deseo desde el fondo de mi corazón es estar a tu lado para siempre.

-Wol…

“Pero el para siempre no existe”

Una oración siendo pronunciada por una tercera voz. Yuuri llevo toda su vista por el lugar para ver como todo era cubierto por la oscuridad. Llevo su vista a donde estaba Wolfram para ver como lentamente desaparecía.

La desesperación le invadió.

Estiro sus brazos a aquel Wolfram intentando detener su partida, pero eso solo causo que desapareciera en sus brazos.

“El para siempre no existe Majestad. Tenga eso presente.”

La voz desconocida volvió a hablar a lo que Yuuri se giró para ver la cara de la persona que había hablado. Le dejo perplejo ver a Wolfram parado ahí mirándolo fijamente.

-Wol…

-Lo siento, pero ya no te amo… Majestad. –Le dijo aquel Wolfram interrumpiéndolo. Antes de que pudiera decir algo le vio girar dándole la espalda. Quiso gritar pero la voz no le salía.

Tenía que detener a Wolfram, no debía dejar que se fuera, pero su voz no salía y por mucho que intentara mover sus pies estos parecían pegados al suelo. Estiro su mano con desesperación en dirección de la espalda de Wolfram. Solo tenía que llamarlo, solo debía hacer eso para así lograr que se quedara. Estiro su mano lo más que pudo, quiso con todas sus fuerzas alcanzarlo antes de que desapareciera de su vista.

-Wolf…

 

-¡¡Wolfram!! –Grito su nombre con fuerza al despertar de golpe mientras tenía su mano elevada. Se sentó en su cama unos minutos pensando en que era lo que había pasado.

Cerró uno minutos sus ojos pensando en que era lo que había soñado encontrándose con que no lo recordaba, ¿Por qué no recordaba el sueño que acaba de tener? No sabía la respuesta, lo único que supo fue que no logro detener las lágrimas que habían comenzado a caer por sus mejillas. La tristeza le invadió llevando su mano hasta el pecho. Le dolía, le dolía como si le hubiesen atravesado una espada.

Giro un poco su cabeza para mirar a su lado encontrándose con que estaba completamente solo en aquella gran cama. Entonces recordó lo del día anterior. Recordó que ya Wolfram no era su prometido así que no había razón de que durmieran juntos. Se volvió a tirar en la cama sin soltar su mano de su pecho.

-Demonios, demonios. –Repetía sin parar el moreno en su desesperación.

Pasaron unas horas hasta que alguien entro en su habitación. Como de costumbre fue Conrad, el sueño había despertado a Yuuri bastante temprano, ni el sol había salido cuando despertó. Conrad entro luego de indicar que lo haría, lo normal sería ver al moreno ya listo para ir a correr, pero su sorpresa fue que este aún permanecía en cama. Camino hasta la cama para ver como el moreno aún seguía durmiendo. Soltó una risa traviesa para llevar su mano al otro para despertarlo, pero la detuvo de golpe cuando escucho un murmuro.

-Wolfram… -Le escucho murmurar al moreno mientras notaba como sostenía su pecho con fuerza.

Conrad suspiro levemente alejando su mano. A todos había afectado las palabras del día anterior de Wolfram, pero el castaño aún tenía la esperanza de que todo regresara a la normalidad al día siguiente, pero al ver a Yuuri completamente solo en la cama le hacía caer en cuenta que no fue un sueño lo que había pasado.

Decidió a la final que lo mejor era dejar descansar a Yuuri, así que se giró en sus talones para caminar a la salida de la habitación. Tenían que arreglar toda aquella extraña situación. Camino en dirección al despacho donde seguro estaría Gwendal para hablar sobre el asunto. Al llegar y abrir la puerta pudo ver al general suspirando con Gunter intranquilo.

-¿Qué sucede? –Pregunto mientras iba entrando.

-Esto es lo que pasa. –Comento colocando un papel en el escritorio para que el castaño lo viera. Era la letra de Wolfram, solicitando el rompimiento del compromiso.

-¿Qué es lo que le pasa a Lord mocoso? –Soltó Gunter, aunque más que broma era verdaderamente enserio su preocupación.

-Buena pregunta. –Soltó Conrad también intentando saber que pasaba.

Como había mencionado la vez anterior Wolfram entrego una solicitud de rompimiento del compromiso, nadie se creía lo que estaba pasando. ¿De verdad el mismo Wolfram había solicitado algo como aquello? Nadie se lo creía… No… Nadie aceptaba que estuviera pasando algo como aquello. Conrad volvió a leer aquel papel antes de soltar un suspiro.

-Tenemos que hacer algo con esto. –Indico Gunter a lo que los otros dos le miraron con evidente sorpresa.

-No espere que fueras tú el que soltara algo como eso. –Dijo Gwendal en su sorpresa. Gunter suspiro.

-No me malentiendan, no me sigue agradando Lord mocoso, pero sobre las otras personas lo prefiero a él como el prometido de su Majestad. –Indico de manera tranquila turnando su mirada -¡Es que piénsenlo! Si tuviera a alguien más a su lado no pudiera disfrutar más de su Majestad. –Soltó regresando a su típico comportamiento.

-Supongo que en eso tienes razón. –Soltó Gwendal en un suspiro.

-En el fondo todos apoyamos a Wolfram. Aunque siento que lo estamos haciendo por conveniencia. –Dije el castaño mirando a los otros dos.

-Quizás… -Murmuro Gwendal –Quizás desde el inició fue todo por conveniencia. –Continuó sin mucha alegría cruzándose de brazos.

-Patético. –Susurro Gunter caminando a la puerta –A pesar de ser los de más edad nos comportamos de manera patética. –Dijo antes de salir del despacho sin agregar más nada.

Ambos hombres se miraron sorprendidos del comportamiento del otro. Jamás esperaron ni en sus sueños más locos que Gunter actuara de manera tan seria, antes lo hacía, pero desde que había llegado el moreno su comportamiento siempre era infantil. Se miraron un rato más antes de que Gwendal tomara aquel papel y lo arrugara.

-Esto no debe llegar a manos de su Majestad. –Indico mientras arrugaba el papel.

-Pero… En algún punto lo hará y más con Wolfram actuando de esta forma. –Dijo el castaño.

-Es lo que podemos hacer por ahora. –Dijo no de manera muy alegre Gwendal.

Es fácil caer en la desesperación, lo difícil es salir de ella. Todos en pacto de sangre estaban comenzando a caer en ella. Lentamente, paso a paso, se acercaban más al borde que los acabaría. Esa misma desesperación no les estaba dejando ver la realidad. No los dejaba ver que si observaban por encima del hombro de Wolfram podrían ver a alguien más atrás riendo sin parar. Nadie nunca en pacto de sangre se imaginaria que Wolfram se transformaría en la llave a la habitación de la desesperación.

Al pasar unas horas Yuuri decidió salir de su habitación. Era suficiente tiempo de haber estado en la cama, en ese lugar no iba a solucionar nada, además que mientras más se quedara en la cama más iba a tener aquel sueño que perdía al despertar. ¿Por qué le causaba tanta tristeza si no lo recordaba? Era algo que iba a averiguar sin importar qué. Camino por los pasillos del castillo hasta que se detuvo de golpe al sentir algo, giro su vista encontrándose con Wolfram quien estaba parado en el patio.

-Wolfram… -Susurro su nombre sin poder evitarlo. Se mordió el labio inferior sin poder evitarlo. Dudaba si acercarse al otro o no.

-Majestad. –Escucho ser llamado a lo que levanto su vista viendo que Wolfram le estaba llamando. Era tan raro ser llamado de esa forma por el rubio.

-Wolfram, no es necesario que me llames así, puedes llamarme como siempre. –Indico intentando calmar su propio dolor.

-No. –Dijo con seguridad mirándolo fijamente. Cada vez que Yuuri miraba fijamente a Wolfram sentía que se le iba el alma lentamente. No había nada en esos orbes verdes.

-Va…

-Lo siento mucho Majestad. –Le interrumpió Wolfram en un suspiro –No es cortés llamarlo por su nombre cuando no soy más que parte de su guardia. Soy un soldado que daría mi vida por usted, nada más que eso. Por favor no me pida algo como eso. –Le indico sin ninguna duda de sus razones. Razones que herían a Yuuri.

-Supongo… -Dijo sin venirle nada a la cabeza para argumentar –Supongo que tienes razón.

Sin decir más nada Wolfram hizo una reverencia para sin más marcharse por el pasillo. Yuuri se quedó en el lugar completamente inmóvil, aun no podía creer que todo eso estuviera pasando. ¿Wolfram continuaría con aquel comportamiento? No lo aceptaba y no lo quería aceptar. Miró un instante su mano recordando el momento en que Wolfram la había tomado en aquel instante cuando casi cae.

-¿No hay esperanza? –Susurro para él mismo antes de volver a iniciar su caminata.

Para olvidar todo el asunto sobre Wolfram decidió solo centrarse en el trabajo. Desde la mañana que había llegado a su despacho se encargó solo de eso. No hablaba con nadie y ni siquiera fue a comer junto a todos los demás. Tenía que pensar una manera de recuperar a Wolfram, pero la pregunta era ¿Cómo? ¿Cómo lo haría si cada vez que hablaba con el otro este tenía ese tono cortes? Suspiro para dejar un momento la pluma con la que firmaba.

Llevo su mano a su entrecejo volviendo a suspirar. Era bueno que se encontrara solo. Gwendal lo había dejado luego del almuerzo y a Gunter no lo veía en todo el día. Conrad había pasado antes pero entendió de una vez que era mejor dejarle solo por los momentos. Miró un instante por la ventana del despacho pensativo, ¿Qué sería lo que haría? Aun a esas alturas no lo sabía. Ni más adelante sabría qué hacer.

Mientras estaba en sus pensamientos comenzó a molestarle un ruido que resaltaba en aquel silencio. Se levantó de su escritorio buscando el origen del ruido, viendo como la punta de un papel arrugado era la que producía el ruido. Notó que eran los papeles de Gwendal, no le pareció correcto revisarlos así que lo iba a dejar, pero pronto el viento produjo que el ruido fuera más fuerte. Iba a acomodarlo rápidamente para no meterse en problemas pero una ráfaga de viento hizo que aquellos papeles salieran volando.

-¡Ah! –Soltó comenzando a recoger el desastre de papeles que ahora había en su despacho –Gwendal debería acomodar sus papeles. –Dijo en un suspiro mientras los volvía a guardar –Además. Si son tan importantes no debería arrugarlos de esta forma.

Quizás lo mejor en ese momento hubiese sido que no desarrugara el papel. Al tener desplegado el papel de nuevo pudo darse cuenta de la clase de documento que era. Sus piernas le traicionaron en ese momento provocando que cayera de rodillas. Aquel papel entre sus manos era la solicitud de rompimiento del compromiso. Era verdad. Era completamente verdad el hecho de que Wolfram había roto el compromiso.

Tanto era su shock que no se dio cuenta que las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. No dejaba de ver aquel papel en sus manos sin creérselo. Wolfram lo había hecho, lo que nunca imagino había pasado.

Wolfram había roto toda relación con él.

Saber eso era algo que comenzó a destrozar lentamente el corazón de Yuuri. Ya no tenía ningún tipo de relación con Wolfram. Si firmaba aquel papel todo llegaría a su fin. Wolfram no sería más que un soldado, pues se había dado cuenta por su comportamiento que ni siquiera iba a aceptar ser su amigo. Ya no había nada… Ya no habría nada.

 

Gunter caminaba por el pasillo de manera lenta. Venía de la entrada del castillo donde había mandado a un mensajero a entregar una carta, al acabar de hacerlo iba de regreso a los adentros del castillo. Mientras iba caminando pudo ver no muy lejos del camino que estaba por recorrer a Wolfram, se extrañó grandemente de verlo. Se le quedo unos minutos mirando en silencio. Sino fuese porque Gunter lo veía moverse cada cierto tiempo podría jurar que veía a una muñeca.

Se acercó de manera silenciosa al otro, sin quitarle la vista de encima para ver que iba a hacer, pensó un poco en si hacer lo que había venido a su mente realizar. A la final decidió realizarlo para probar algo que continuaba molestándole en su mente. Río levemente cuando ya estuvo enfrente de Wolfram quien le miró un instante al estar cerca de él.

-Lord mocoso ¿Qué hace por aquí parado? ¿Acaso está descuidando su trabajo? –Soltó de manera altanera con una pequeña risa. El rubio por su parte solo suspiro.

-No es nada de eso. Solo estoy tomando un pequeño descanso. –Le contesto. Gunter sinceramente esperaba que le gritara indicándole que no era ningún mocoso, pero eso jamás llego.

-Ya veo, no debe descuidar su trabajo. –Dijo poco después en un suspiro.

-Si no hay más nada que decir, entonces me retiro. –Comento Wolfram. Gunter sintió que estaba siendo demasiado cortes, pero quizás se debía a que se había acostumbrado a su comportamiento malcriado.

-Espere… -Indico Gunter provocando que Wolfram detuviera su andar para mirarle -¿De verdad dejo de amar a su Majestad?

-¿Amar? –Soltó Wolfram mirando un instante al mayor. Llevo su mano hasta su mentón un momento –Lo lamento. No comprendo la pregunta.

-¿Eh? –Y le dejo sin habla al tener aquella clase de respuesta -¡Amar! Ese que siempre vivía diciendo a todos que sentía. El de querer abrazar a su Majestad, el de besarlo, el de quedarse a su lado para siempre. –Dijo Gunter con un toque desesperado.

-Amar… -Soltó alejando su mano de su mentón y mirando fijamente al otro –El amor no es más que una fantasía. Eso no existe realmente. –Finalizo sin más para girarse y marcharse del lugar.

Por su parte Gunter se había quedado en su lugar con la boca abierta. Jamás se esperó tener una respuesta como esa de parte de Wolfram. Se lo hubiese esperado de cualquier otra persona pero jamás de Wolfram. Llevo una de sus manos a su garganta para chasquear un poco. De nuevo había algo que le estaba molestando en la garganta, desde el anunció de Wolfram el día anterior había tenido esa horrible sensación atrapada en su garganta.

-¿Qué pasa con esa respuesta? –Soltó con leve molestia  -No. Lo que me molesta más es que no lo dices en broma. ¿Qué paso Wolfram? –Pregunto a la nada mientras estaba completamente parado en mitad del pasillo.

Las cosas estaban saliéndose de control. Gunter lo sabía, había algo extraño en todo eso, no era normal todo lo que estaba pasando. Él quien también amaba a su Majestad podía certificar el amor que sentía Wolfram, aun a pesar de que siempre viviera metiéndose con él entendía perfectamente que no había nadie más que Wolfram que amara tanto a Yuuri. Por eso estaba preocupado, preguntándose donde se había ido todo aquel amor.

 

Aun no se podía creer lo que estaba viendo. Aun no podía aceptarlo de todo corazón. Yuuri Shibuya no creía que en sus manos estuviera el escrito de su rompimiento. Había intentado varias veces hablar con Wolfram sobre ese asunto, pero cada vez que lo hacía sentía más distante al otro. Yuuri por primera vez se sintió un idiota al no saber que debería de hacer. Cuando al fin sus piernas decidieron reaccionar camino hasta su silla donde estuvo sentado mirando aquel papel en sus manos. Aun a esas alturas no lo quería creer.

Yuuri no quería quedarse de esa forma así que sin dudar se levantó arrugando un poco el papel para salir rápidamente de su despacho.  Camino por varios pasillos preguntando por Wolfram, teniendo siempre una respuesta negativa, al parecer nadie había podido entablar una conversación con Wolfram. En mitad de su búsqueda se encontró con Greta.

-Greta. –La llamo cuando la vio detrás de una columna. Sus hombros se tensaron nerviosos al oír su nombre, se vio la calma en su rostro cuando descubrió que era Yuuri.

-Yuuri… -Susurro su nombre mirándolo con una pequeña sonrisa.

-¿Qué vez? –Pregunto para asomarse por donde antes ella miraba encontrándose con Wolfram quien estaba practicando con su escuadra –Greta… -Soltó Yuuri mirando a la pequeña que miraba al rubio con cierto anhelo.

-Yuuri. Yo quiero hablar con Wolfram. Pero no importa cuántas veces intente acercarme él siempre me ignora. –Le dijo la pequeña en un suspiro.

-¿Te ignora? –Comento sorprendido, no se esperaba esa actitud de parte del rubio hacia su hija –No puede ser, seguro es porque está ocupado. –Comento intentando no creer que de verdad estaba pasando algo como eso.

-Yuuri. Yo también quiero creer algo como eso. –Dijo la pequeña. Yuuri había podido notar como sus manos apretaban con fuerza la columna.

-Greta… -Dijo a lo que apretó su mano dándose cuenta que aun cargaba aquel papel –Suficiente. –Soltó poco después decidido a ir a hablar con el otro.

A paso seguro y siendo seguido por la vista de su hija camino hasta donde estaba el otro. Al llegar de inmediato la escuadra hizo una reverencia al igual que Wolfram. Yuuri se sintió de cierta manera distante cuando le vio hacer ese gesto. Indico con impaciencia que quería hablar a solas con el rubio a lo que los demás se retiraron luego de hacer una nueva reverencia.

-¿Qué desea hablar conmigo Majestad? –Pregunto mirándole fijamente. De pronto Yuuri sintió un vacío en aquellos ojos.

-Wolfram, quiero saber ¿Qué es esto? –Dijo mostrándole el papel arrugado entre sus manos. Wolfram lo tomo para poder saber que era.

-Es lo que es. –Contesto sin mucha importancia –Tiene que firmarlo Majestad. Solo eso, así usted estará libre de hacer cualquier cosa.

Yuuri frunció levemente el ceño con dolor. No podía creer que el mismo Wolfram le estuviera diciendo que firmara. ¿Dónde estaba aquel chico que lo obligaba a mantener el compromiso? ¿Dónde estaba aquel chico que lo celaba por todo? ¿Dónde estaba el amor que le profanaba Wolfram? ¿Qué había pasado con su insistencia de casarse? Ahora parecía que no existía.

-No lo firmaré. –Indico con completa seguridad –No firmaré ese documento.

-Majestad. –Dijo mientras doblaba aquel documento en sus manos y se lo devolvía, pero el moreno no lo tomo –Hay otras maneras de que se rompa el compromiso. Aunque usted no firme no significa que no pueda romperlo.

-¿Qué? –Soltó sin creerse aquello -¿De qué estás hablando? –Pregunto pasando saliva no queriendo oír lo próximo.

-Una traición. –Casi susurro al decir aquello. Levanto su vista para mirar fijamente al otro –Si realizo una traición a su honor fácilmente los nobles romperán el compromiso por su bien. Engañarlo con otra persona, eso está mal visto, si realizara ese acto…Entonces no dudarían en romper el compromiso.

Yuuri no se creía para nada lo que estaba oyendo. ¿Acaso Wolfram sería capaz de realizar tal acto? Si hubiese sido el de antes jamás fuese cruzado tan siquiera la idea por su mente, pero con aquel chico que tenía enfrente no sabía que esperar.

-No lo harías. –Dijo casi en un susurro. Pudo escuchar cómo el contrario suspiraba y sin contestar comenzaba a caminar. El moreno no pudo evitar tomarlo del brazo antes de que se marchara -¡Tú no harías algo como eso! –Aseguro.

-Majestad. –Y de nuevo le dolía ser llamado así. Wolfram se soltó del agarré con delicadeza antes de poder agregar  -Si usted no firma tocara hacerlo.

-¡No! ¿No se supone que me amabas? ¿¡Dónde quedo ese amor!? –Soltó levemente desesperado de toda esa situación.

-¿Amarlo? –Soltó para mirar fijamente al moreno –Majestad… Yo jamás he sentido ese tipo de sentimiento hacía usted.

Y pudo sentir como en su interior algo moría al oír aquellas palabras. Podía aceptar o arreglar cualquier cosa que se propusiera, pero oír de la boca de Wolfram ese tipo de cosas era algo que jamás se esperó. Nunca pensó que alguna vez el rubio le diría algo como eso. Ya no lo amaba y podía darse cuenta al verlo directamente a los ojos, no había ninguna muestra de amor hacía su persona.

Se quedó completamente parado en aquel lugar luego de que el rubio se marchara. Aun no se lo podía creer. ¿Debía estar feliz? ¿Debía alegrarse? Si lo pensaba, eso era lo que siempre había buscado, no quería estar comprometido con otro hombre, entonces… ¿Por qué le dolía tanto ese asunto? ¿Por qué sentía como su pecho dolía con gran fuerza? ¿Esa era la clase de libertad que buscaba? El siempre busco una manera de huir del compromiso, pero ahora que podía hacerlo, ¿Por qué sentía un impulso para detener el rompimiento?

Miró un instante aquella mano con la que había golpeado a Wolfram por primera vez. La mano que había comenzado todo aquel compromiso. Y sintió impotencia, quería regresar para que nada de eso sucediera. Por primera vez Yuuri se dio cuenta que quería el amor de Wolfram.

Y en ese instante al sentir un latido en su pecho se dio cuenta por primera vez.

Él también correspondía a los sentimientos de Wolfram.

Yuuri Shibuya todo este tiempo estuvo huyendo de su amor. Del amor que le hacía sentir Wolfram.

Lo sabía, lo sabía porque con nadie más podía sentir esos latidos y ese dolor al ver como lo perdía. Y entonces se prometió en ese mismo momento que comenzaría a moverse.

Recuperaría al Wolfram que lo amaba.

 

Era más fácil pensarlo que hacerlo. Ya había pasado casi un mes desde que Wolfram tenía aquel comportamiento y no había logrado avanzar nada. Todas las veces que quería hablar con él siempre eran interrumpidos o Wolfram se excusaba para no hablar directamente con él. Lo trataba con decencia. Nunca creyó verlo actuar de manera decente, con cortesía y todo, pero ahora lo hacía, todas las veces que lograban hablar había esa cierta cortesía en sus palabras, como si lo tratara con gran respeto. Odiaba esa sensación pero no importaba cuando le dijera que no lo hiciera parecía que Wolfram no entendía.

-Majestad. –La voz de Conrad le saco de sus pensamientos.

-Conrad… ¿Qué crees que debería hacer? –Le pregunto en un suspiro.

-¿Con Wolfram? –Pregunto el castaño aunque sabía la respuesta –Ni siquiera nosotros mismos sabemos que hacer. –Le indico poco después.

-Cada vez veo más lejos una salida. –Dijo sin muchas ganas. Ambos iban caminando por el pasillo, ya habían terminado su entrenamiento matutino así que iban de regreso a las habitaciones.

-Lo entiendo perfectamente. No podemos siquiera detenerlo pues hace bien su trabajo como soldado así que realmente no hay quejas. –Dijo en un suspiro. No podían cruzar palabras pues sino era por asuntos de trabajo Wolfram no hablaba con nadie del castillo.

-¡Excelencia! –Ambos escucharon un grito a lo que miraron en dirección de dónde provenía, encontrándose con la escuadra de Wolfram.

-¿Se encuentra bien? –Dijo otro de la escuadra. Ambos se acercaron un poco pudiendo notar como el brazo de Wolfram estaba sangrando. Era una herida bastante profunda.

-¿Qué paso aquí? –Soltó Yuuri luego de que se dio cuenta.

-Majestad… -Soltó Wolfram mirándolo un momento.

-Estábamos practicando cuando paso este accidente. –Le explico otro.

-Llame de inmediato a la general Gisela. –Dijo Conrad de una vez. Era preocupante ver aquella herida, pero más aún lo era ver que Wolfram ni se inmutaba.

-Están exagerando. No es tan grave. –Comento de lo más tranquilo Wolfram.

-¡Claro que si es algo grave! Mira toda la sangre que tienes. –Soltó medio enojado el moreno. Intento tomarlo del brazo bueno pero el rubio de inmediato lo rechazo.

-Soy un soldado, este tipo de cosas son normal en las batallas. –Indico aun manteniendo la actitud tranquila.

-Aun así. Aunque pase en batallas debes de cuidarte Wolfram. –Dijo Conrad en un suspiro. No iban a llegar a ningún lado con esa discusión.

-¡Es cierto! Si algo es doloroso debes decirlo sin importar que seas un soldado. –Comento Yuuri histérico.

-¿Dolor? –Soltó en un susurro, no entendía de que estaban hablando.

-Majestad. Ya estoy aquí. –Se escuchó la voz de Gisela cuando llego -¡Que herida! –Soltó al ver la herida en el brazo de Wolfram.

-Por favor trátala Gisela. –Le pidió Yuuri al ver que Wolfram no lo haría.

-Sí. –Indico acercándose al rubio para poder comenzar a tratar la herida del otro.

-No entiendo. –Soltó el rubio a lo que la mujer le miro un instante –No entiendo porque hacen tanto escándalo por la herida.

-Excelencia. –Le llamo Gisela a lo que el otro la miro -¿No le duele? –Pregunto con cierta curiosidad.

-¿Algo como esto debería doler? –La pregunta la descoloco. Gisela jamás se esperó que Wolfram le saliera con esa clase de pregunta.

-Debería…por la profundidad. –Comento dudando de sus propias palabras. Gisela al ver directamente a Wolfram sentía como si perdiera algo.

-¿Solo por eso debe doler? –Comento viendo la herida un instante –Entonces… No es necesario. El dolor no es algo más que algo de la mente.

-¿De la… mente? –Soltó incrédula Gisela sin dejar de verle. Cualquiera con ese tipo de herida se hubiese quejado del dolor, pero ahí estaba Wolfram sin siquiera preocuparle.

-Gisela, ¿Ya está todo bien? –Pregunto el moreno luego de un rato.

-¿Eh? ¡Ah! Sí. –Soltó la mujer tensando un poco sus hombros en la sorpresa. Se había sumido en las palabras de Wolfram –Ya está todo bien, solo necesita descansar.

-Qué bien. –Dijo en un alivio Yuuri para mirar a Wolfram –Ya la escuchaste, tendrás que descansar de todas tus tareas. –Iba a tomar al otro del hombro pero se negó al tacto.

-Por favor no exagere. –Fue lo que dijo sin más el rubio –No necesito algo como eso. Regresaré a mis tareas con normalidad.

-Wolfram… -Soltó Conrad preocupado de ese tipo de comportamiento.

-¿De qué estás hablando? –Dijo Yuuri evidentemente enojado -¡Estas herido!

-Es solo una pequeña herida, nada que me detenga. –Fue lo que dijo mirando a los otros dos fijamente de manera turnada.

-No permitiré que sigas con esto. –Dijo con seguridad Yuuri –Si las cosas son así, entonces… -E hizo una pausa mirando fijamente al otro –Wolfram von Bielefeld te ordeno que te tomes un descanso de todas tus deberes.

Wolfram miró un instante al otro. Yuuri sintió que por un momento pudo ver la duda en el rostro del rubio. Wolfram bajo la vista pensativo sobre lo que iba a contestar, esa era una orden directa del Maou, no podía desobedecerla. Volvió a subir su vista mirando fijamente al moreno.

-No me quedaré aquí siendo un completo inútil. –Aquello nadie se lo espero para nada –Si es así como desea entonces me iré de pacto de sangre.

-¿Qué? –Soltó Yuuri sin dejar de verle.

-Regresaré a tierras Bielefeld. Si desea que tome un descanso de mis deberes entonces regresaré a las tierras de mi tío. Ya está decidido, esta conversación se acabó, si me permite Majestad me retiro. –Y sin siquiera darle oportunidad dio una reverencia marchándose del lugar.

-Conrad… -Murmuro el moreno viendo la espalda del rubio alejarse – ¿Qué es lo que acaba de pasar?

-Majestad… -Soltó Conrad sin saber la respuesta de lo que acaba de pasar.

La conversación llego hasta ahí. No se dijo más nada no se comentó más nada, nadie tenía más nada que agregar. Todos se le estaba haciendo cada vez más difícil saber qué hacer con Wolfram, ¿Cómo debían actuar? ¿Qué debían decir? No lo sabían y mientras más tiempo pasaba la posible respuesta parecía más distante.

Como Wolfram había indicado este hizo todos los arreglos para irse a las tierras Bielefeld y sin siquiera esperar a avisar o decir algo Wolfram se marchó. Solo su escuadra fiel a él era el único cómplice del rubio en su decisión. Cuando los residentes de pacto de sangre se dieron cuenta de que el rubio se había marchado ya llevaba días de diferencia. A pesar de que todos estaban preocupados por la actitud de Wolfram no habían notado que se había marchado. Su comportamiento frío y el no poder dirigirle la palabra correctamente habían causado que no se dieran cuenta. Aunque el único que sabía, que aunque no existieran todos esos factores igual no lo hubieran notado, era el moreno.

Yuuri fue el primero en darse cuenta de la falta de Wolfram. Aunque en realidad había sido Greta quien fue la primera en darse cuenta, luego le siguió Yuuri cuando la pequeña se lo insinúo. Todos estaban en el comedor cada quien en sus propios pensamientos, analizando el porqué del comportamiento frío de Wolfram. Gwendal había sido el tercero en darse cuenta cuando encontró un escrito del rubio donde indicaba su ausencia indefinida en pacto de sangre.

El moreno llevo su vista a todos los presentes deteniéndose en el asiento a su lado completamente vacío, no era raro verlo en ese estado si desde hace días Wolfram no se sentaba ahí, aunque Yuuri lo sentía ya como años. ¿Cuánto había pasado desde que escuchaba la voz del rubio a su lado? Ya la estaba comenzando a olvidar. Un pequeño apretón en su manga le hizo girarse en sentido contrario viendo a Greta.

-Yuuri. –Dijo suavemente mirándole con un tenue triste -¿Dejaremos que Wolfram se marche?

La pregunta  quizás no le tomó por sorpresa, tal vez simplemente estaba esperando a ver quién sería el primero en que se lo diría. El moreno hubiese querido que alguien más se lo dijera, no porque pensara que Greta no era la indicada, sino por otro tipo de razones. Aunque se regañó internamente por solo haberse sentado a esperar a que alguien lo empujara. Que cobarde estaba siendo.

-Greta… -Hizo una pausa en la duda –No, creo que no lo haremos. –Dijo de manera baja antes de levantarse y mirar a todos los presentes.

Turno su mirada un momento entre el general y su padrino, pensando en lo próximo que iba a decir en ese momento. Luego de unos minutos bajo la mirada. Podía ir tras de Wolfram como lo había hecho hace tiempo, la primera vez que había roto el compromiso, pero entonces se preguntaba ¿Qué de diferente era esta vez? ¿Por qué se había esperado? Tal vez se debía a que no quería ser recibido por un Wolfram indiferente.

Respiro de manera pausada aliviando un poco sus hombros, no debía de pensar de esa forma. Aunque existía la posibilidad de no ser recibido por el otro, aunque sabía que le iba a tratar de usted aun así no debía simplemente sentarse a esperar a que todo pasara. Levanto de nuevo su vista mirando a todos los presentes, respiro de manera honda antes de decidirse a hablar.

-Iré tras de Wolfram. –Sus palabras sonaron más seguro que nunca –Iré a las tierras Bielefeld por Wolfram.

-¿Esta seguro Majestad? –Pregunto Conrad cruzándose de brazos.

-Ha sido otra vez su propia decisión. –Indico después Gwendal.

Aunque ambos habían soltado aquellas palabras quizás eran simples excusas que intentaban implantarse para no ir a buscar al otro. Porque tanto como el moreno ellos también les dolía ser tratado de aquella manera por Wolfram.

-Aun así. –Dijo aun teniendo la seguridad del principio –Iré a buscarlo, no creo correcto dejar todas las cosas como están o ¿Ustedes piensan que sí?

-¡Claro que no! –Dijo de manera alta Gwendal, golpeando levemente la mesa -¿Cree que me parece bien todo esto? ¡No bromee de esa forma!

-¡Entonces vayamos por Wolfram y arreglemos todo esto! –Le dijo mirándolo fijamente, siendo él quien fruncía levemente el ceño.

-No es tan fácil Majestad. –Dijo de manera suave Cherry luego de no haber intervenido antes.

-¿Fácil? Si no es así solo debemos volverlo de esa forma. –Indico ahora mirando a la mujer.

-Majestad. –Dijo haciendo una pausa mirándole con un semblante triste –No es fácil, porque ninguno de nosotros sabemos cómo enfrentar a Wolfram. Aunque vayamos y lo enfrentemos, ¿Qué le diremos? ¿Qué nos molesta su comportamiento? ¿Qué no queremos que siga actuando así? No es tan fácil, porque sería como estar diciéndole que despreciamos su manera de ser.

Yuuri se quedó en silencio ante las palabras de la mujer. Esta soltó un suspiro pasando su mano con suavidad por el cabello, de manera relajada siendo completamente extraño en ella. El moreno se volvió a sentar sin dejar de ver a Cherry.

-¿Cómo si lo estuviéramos despreciando? –Soltó la misma cosa que había dicho antes Cherry en la confusión de sus propios pensamientos.

-Sí, aunque no nos guste la persona que tenemos delante de nosotros sigue siendo Wolfram. Aunque nos lastime que se comporte de esa forma ante nosotros, no deja de ser Wolfram.

-¡Aun así! –Dijo en su enojo -¡No podemos solo quedarnos aquí sentados sin hacer nada! –Grito golpeando fuertemente la mesa -¡¿Solo por qué no saben qué hacer dejaran las cosas de esta manera?! ¡No me vengan con ese tipo de broma! ¡¡Se supone que ustedes son su familia!!

-Majestad. –Dijo ahora con completa seriedad Cherry –Somos. –Le sentencio sin dejar de verle fijamente.

Quizás aquellas palabras dichas por la rubia le dolieron más de lo que los presentes pudieron pensar, después de todo al oír aquello el moreno se quedó helado. No dijo nada en un largo rato, ni siquiera se sintió su respiración. Era como la persona que estaba ahí se hubiese ido lejos y ahora solo estuviera un asiento vacío.

Yuuri se le había clavado esa palabra en el pecho. Era cierto, era completamente verdad las palabras de Cherry. No podía venir a regañar a todos los demás cuando ni él mismo quien era el prometido de Wolfram había hecho algo para detener su partida o tan siquiera haber ido a buscarlo.

Por inercia había regresado a su asiento, que en el momento del enojo se había levantado. Se quedó ahí sin decir nada o hacer algo, aun en su cabeza estaba aquella palabra. Él también se podía considerar familia de Wolfram, pero tampoco había hecho algo, ¿Qué había hecho él en todo eso? Solo esperando a que alguien más le diera la motivación para hacerlo al fin. Era un cobarde y continuaba aumentado su cobardía mientras más pasaban los días.

El sonido de una silla moverse hizo que todos se tensaran levemente y salieran de sus propias preocupaciones. Gunter se había levantado de su asiento. Todos le miraron un instante como esperando a que sería lo que haría. Este por su parte llevo su vista a todos los presentes antes de decidirse a decir algo.

-Majestad. Iré a preparar los caballos necesarios para el viaje. Preparé uno para cada uno a exención de Greta que no puede montar aun. De aquí será su decisión si irán o no a las tierras Bielefeld. –Dijo antes de caminar a la puerta y salir por esta.

En los rostros de todos se mostraba la sorpresa. Ninguno de los presentes esperaba que fuese Gunter quien dijera algo como aquello. Todo pensaron que soltaría su típica inconformidad hacía Wolfram, pero no fue así. Él único que se atrevió a hacer algo fue la persona menos esperada. Gunter.

Tres días tardaron para llegar al fin a las tierras Bielefeld. Entre todos los únicos que habían ido había sido Conrad, Gwendal, Gunter y Yuuri. Cherry había decidido que aún no se sentía preparada y había tomado la decisión de quedarse, Greta a pesar de haber querido ir había tomado la decisión de quedarse junto a la mujer mayor, después de todo sentía que no era muy bueno dejarla sola.

Al llegar habían sido recibidos por los soltados además de Waltorana. Como se habían imaginado Wolfram no los había recibido. Bajaron de sus caballos permitiéndole a los soldados llevárselos a los establos, el último en bajar había sido Yuuri, quien aún miraba a la distancia esperando ver a Wolfram recibirlo, pero aun a pesar de los minutos no apareció.

-Majestad. ¿Qué los trae por aquí? –Pregunto Waltorana cuando estuvo cerca de los cuatro hombres –Es inesperada su visita. –Finalizo en su sorpresa.

-Waltorana. –Dijo Gwendal en un leve suspiro –Hemos venido por Wolfram.

-¿Mi sobrino? –Soltó algo incrédulo mirando un instante a los adentros de su hogar –Ya me parecía extraño que había venido de pronto también. –Murmuro levemente.

-¿Dónde se encuentra hora? –Yuuri fue directo al punto de una vez -¿Dónde está Wolfram?

-Majestad, tendrá que esperar. Wolfram ahora mismo no se encuentra aquí, ha ido a las tierras de humanos que queda cerca. Al parecer está pasando algo extraño con esas personas.

-¿Extraño? –Soltó curioso Conrad -¿Cómo así?

-Bueno, últimamente los humanos están demasiado agresivos. –Dijo el rubio llevando una de sus manos al mentón.

-¿Agresivos? –Soltaron todos en su sorpresa.

-¿Cómo así? ¿No han lastimado a ningún humano, verdad? –Pregunto preocupado Yuuri.

-No, no, claro que no. Buscamos en lo posible una solución pacífica. –Dijo negando inmediatamente –Pero aun así, se ha intentado conversar con ellos pero parece que no tienen un razonamiento lógico pues actúan de una vez de manera salvaje. –Comento en un suspiro.

-Eso es bastante extraño. –Dijo Gwendal de una vez.

 

-Sí que lo es. Pero… –Comento Waltorana haciendo una pausa al final.

-¿Pero qué? –Pregunto Conrad mirándolo fijamente.

-No sé si sea correcto comentarlo. –Dijo cruzándose de brazos.

-Por favor díganos lo que tenga que decir. –Soltó Yuuri completamente serio.

-Está bien. –Dijo en un suspiro el rubio –Pero mejor entremos, este no es un lugar para hablar sobre ese tipo de cosas. –Comento señalando con su mano que entraran.

Sin protestar ni agregar más nada los cuatro hombres obedecieron al rubio entrando a su castillo. De inmediato caminaron al despacho de Waltorana donde se sentaron en una mesa que había delante del escritorio del otro, el rubio se quedó parado de brazos cruzados mirando un momento a los cuatro hombres antes de hablar.

-¿Qué es lo que pasa? –Pregunto Gwendal preocupado de lo que pudiera decir.

-Como dije no sé si sea correcto mencionarlo, pero supongo que a ustedes también les conciernen. Hace un día atrás paso algo con Wolfram. –Dijo de manera tranquila.

-¿Algo con Wolfram? ¿Acaso está herido? –Soltó Yuuri evidenciando su gran preocupación.

-No, no está herido, en realidad está bastante sano. A excepción de la herida que tenía no tiene ninguna otra. –Dijo Waltorana notando como el moreno se calmaba un poco.

-Aun así. ¿No sé supone que debe reposar? ¡Está herido aún! –Dijo ahora pasando su preocupación a enojo.

-Bueno, quise hacer que descansara pero no lo logre, al final gano sobre continuar haciendo su trabajo. –Comento en un suspiro. Wolfram le había ganado tan fácil para poder continuar con su trabajo que se sentía levemente herido.

-Ni siquiera Waltorana lo logro hacer descansar. –Comento en un suspiro Conrad.

Waltorana por su parte observo a los cuatro hombres notando que tenían un cierto ambiente extraño. Llevo su vista un momento a la ventana recordando que Wolfram al llegar también tenía ese mismo ambiente extraño, ¿Qué era lo que estaba pasando? No lo sabía, pero lo iba a averiguar.

-Sobre lo que antes mencione. –Dijo el rubio provocando que todos le miraran -¿A sucedido algo con Wolfram? Ya me parecía extraño que se apareciera por aquí de la nada, pero es aún más extraño su comportamiento, ¿Qué es lo que sucede? –Pregunto completamente serio.

No obtuvo respuesta aun a pesar de que miro fijamente a todos un cierto tiempo a ver si le decían algo, pero todos de inmediato apartaban la mirada como intentando evitar contar algo. Frunció levemente el ceño sin dejar de ver a los otros cuatros, le estaban ocultando algo, tanto ellos como Wolfram le estaba ocultando algo y no le gustaba para nada sentirse de esa manera.

-No les contaré lo que paso hace un día con Wolfram si ustedes no me dicen que es lo que pasa. –Sentenció Waltorana en su enojo.

-¿Cómo espera que se lo contemos si ni siquiera nosotros mismo sabemos que sucede? –Soltó Gunter luego de su largo silencio. Todos miraron en direcciones diferentes en su impotencia.

-¿No lo saben? –Dijo sorprendido el rubio. Gunter asintió con la cabeza.

-Nosotros también desconocemos que sucede. Lo único que sabemos es que Lord mocoso ha estado actuando extraño con todos. –Le contesto Gunter.

-¿Extraño? –Dijo llevando su mano al mentón mirando al vacío –Eso explica mucho. –Soltó de la nada.

-¿Explicar? –dijo Yuuri al fin mirando al mayor.

-Bueno, eso explica lo que paso hace un día con Wolfram. Creí que solo era mi imaginación, pero tal vez sea por eso. –Dijo encogiéndose levemente de hombros sin dejar de ver al moreno.

-¿Qué fue lo que paso? –Pregunto Conrad.

-Bueno… -Inició Waltorana golpeando levemente su escritorio con su dedo, dudando en lo que iba a decir –Hace un día Wolfram estuvo por llenar de sangre su espada. –Fueron las mejores palabras que le vinieron a la mente para decir.

-¿De sangre? ¿Qué quiere decir? –Pregunto Yuuri mirando un instante a Waltorana, luego de unos minutos miro a Conrad entendiendo al instante de lo que estaba hablando -¿Qué Wolfram iba a hacer qué?

-Bueno Majestad. Hace un día los humanos estaban más problemáticos, así que Wolfram fue conmigo a resolver el problema, pero entonces un humano casi lo logra apuñalar, por suerte Wolfram supo defenderse. Al tenerlo atrapado creí que solo iba a regañarlo por tal acción, pero en vez de eso lo que hizo fue sacar su espada listo para pasarla por su cuello. Fue una suerte que estaba en el lugar y lo detuve.

Todos miraban a Waltorana sin creerse lo que le estaba diciendo, no aceptando que Wolfram pudiera hacer algo como eso. Sabían que en una época el rubio odiaba a los humanos, pero jamás se atrevería a levantar su espada cuando no era estrictamente necesario. Que realizara tal acto era algo que no era propio de él.

-Es mentira… -Soltó entre balbuceos Yuuri.

 

-Quisiera decir que sí, pero no es así. La cosa que me dejo más impactado fue lo que me dijo cuándo le detuve. –Comento en un suspiro el rubio.

-¿Qué fue lo que dijo? –Pregunto Gwendal.

-Al detenerlo le pregunte por qué había tomado esa decisión. Él solo me contesto porque era la decisión correcta en esa situación. –Dijo en un suspiro, Waltorana.

-¿La decisión correcta? –Dijo de manera baja Yuuri.

-Por esa razón quería saber que estaba pasando. Normalmente mi sobrino no haría algo como eso, pero verlo ante mis propios ojos me hizo dar cuenta de que había algo extraño, luego llegan ustedes certificando mis preocupaciones. Lo que si me tomo por sorpresa fue el hecho de que ni ustedes supieran que sucede. –Dijo de manera calmada el rubio.

-Hace un tiempo ya que Wolfram ha estado actuando extraño. No se comporta como siempre. –Dijo Gwendal.

-Hasta ha pedido el rompimiento del compromiso con su Majestad. –le continuó Conrad.

-¿El rompimiento? ¡Eso es imposible! –Dijo con el ceño levemente fruncido Waltorana.

-Créalo. Su sobrino lo ha hecho sin ninguna duda. –sentenció Gunter.

-¿Wolfram? –Soltó el rubio en una pausa que se dignó a mirar al moreno, quien solo miraba al suelo procesando esa nueva información -¿Majestad?

-¿Eh? Ah… Lo siento ¿De qué hablaban? –Pregunto no yendo en el hilo de la conversación.

-Majestad. Estábamos hablando sobre el comportamiento de Wolfram y su posible rompimiento de compromiso. –Le dijo Conrad con una leve sonrisa.

-Sobre eso… -Dijo en un suspiro el moreno. Iba a agregar algo más pero en eso escucharon la puerta del despacho.

-Adelante. –Indico Waltorana antes de que se viera un soldado.

-Su excelencia ha regresado, señor. –Dijo luego de su correspondiente reverencia.

-¡Wolfram ha regresado! –Y antes de que alguien pudiera decir algo más el moreno se levantó de un golpe y salió corriendo por la puerta.

Tuvo que doblarse un poco hacía abajo cuando estuvo en la entrada pues había perdido el aire. Correr sin estar pendiente de la manera que respiras había causado que se quedara sin aliento. Miró levemente al frente viendo el caballo de Wolfram, quien bajaba de este de lo más tranquilo. Yuuri se incorporó sin dejar de ver al rubio, quien a los minutos se dio cuenta de su presencia.

Fueron unos cortos minutos, unos minutos donde Yuuri sintió que su mirada se encontró con la de Wolfram. Lo normal hubiese sido que Wolfram desviara la mirada avergonzado pues ya antes había pasado, pero en este caso no fue así. Wolfram al mirarlo la primera vez no le quito la vista de encima. Sus miradas estaban fijas en el otro, pero Yuuri pudo sentir como el sentimiento solo iba en una dirección y tristemente era la suya.

Al final decidió caminar a donde el otro aún se encontraba parado junto a su caballo. Cuando se encontró cerca sintió como algo se le atoraba en la garganta. Normal, tenía que hablar de manera normal, como siempre lo había hecho con Wolfram, pero había algo en él que no le dejaba hacerlo. Sus palabras se ahogaban y su mente quedaba en blanco como una página. Entonces Yuuri entendió que ese era su castigo, su castigo por no haberse dado cuenta antes de todos sus sentimientos.

 -¿No se supone que debes de descansar? Estas herido. –Logro al fin decir, teniendo como respuesta un bufido.

-Majestad, no soy ningún niño, yo estoy consciente de lo que puedo o no hacer. –Dijo con el ceño fruncido.

-Ese no es el asunto, podrías volver a lastimarte. –Dijo intentando convencerlo, pero mientras más hablaban sentía eso más lejano.

-Majestad. Sabía que le iba a molestar, por esa razón me he venido hasta aquí. Así que por favor no me impida hacer mi trabajo. –Comento en un suave suspiro.

-Si sabes que me molestara, ¿Entonces por qué lo haces? ¿No se supone que debes obedecer todo lo que yo diga? –Pregunto el moreno sin dejar de ver al otro. Sus miradas de nuevo se fijaron en la otra, pero Yuuri se sintió lejano de Wolfram a pesar de tenerlo enfrente.

-Vuelvo y repito, ese es el motivo por el que he venido hasta aquí. –Dijo mientras pasaba su mano por su rubio cabello.

-¿Entonces me estas desobedeciendo? –Soltó con seriedad ligado con enojo el moreno.

-No. –Sentenció el rubio –No lo estoy desobedeciendo, pero no dejaré mi trabajo. –Indico antes de girarse dispuesto a irse. El moreno le detuvo del brazo antes de su partida.

-Wolfram… -Dijo con un tono de súplica.

-Majestad. –E hizo una pausa mirando un instante aquella expresión llena de tanto sentimiento –Soy un soldado. Ese es mi deber, si usted me lo prohíbe… -Se pauso de pronto; en ese momento Yuuri sintió quizás un poco de duda por parte del rubio -¿Entonces qué es lo que quedara de mí? ¿Qué seré entonces?

La pregunta le sorprendió tanto que fue aflojando el agarre sin darse cuenta. Wolfram aprovecho esa oportunidad para apartar la mano del moreno y volverse a girar antes de marcharse del lugar dejando completamente solo a Yuuri. Al moreno le llevo unos minutos reaccionar ante todo lo que estaba pasando. ¿Qué era lo que le había querido decir Wolfram con aquellas dos preguntas? ¿Acaso tenía dudas de si mismo? No, no era eso.

Miro un momento su mano, estaba comenzando a sentir que su mano estaba empezando a acostumbrarse a dejar ir aquel calor. Río sin ganas sin dejar de ver su mano. Levanto su vista mirando en dirección a donde se había ido el rubio. Aun rondaban en su cabeza aquellas preguntas. Entonces de pronto se sintió como si comenzara a descubrir que era lo que tenía Wolfram. Había tratado a todos con frialdad y cuando él le había prohibido hacer su deber de soldado le había soltado aquellas preguntas, como si estuviera buscando una razón para continuar.

¿Una razón? ¿Wolfram estaba buscando una razón para vivir? No lo entendía, aunque se lo pensara mil veces seguían llegando al mismo callejón sin salida. Suspiro levemente antes de girarse para entrar de regreso al lugar, al hacerlo se encontró con Conrad quien estaba en las escaleras. Le miro un instante, buscando alguna respuesta, pero lo único que consiguió fue certificar que cuando miraba a Wolfram no había nada. En su padrino había preocupación, podía deducirlo al verlo a los ojos, eso era lo que gritaba su mirada, pero los de Wolfram… Los de él nunca le indicaban nada.

-Conrad, nos quedaremos aquí unos días, debemos resolver este problema, quizás con ayuda de Waltorana podamos llegar a Wolfram. –Dijo con completa seguridad.

-Sí es así como lo has decidido. –Indico con una pequeña sonrisa. De alguna forma el castaño se sentía aliviado de saber que Yuuri de verdad estaba poniendo de él para arreglar todo eso.

-Sí. Eso haremos, de alguna manera lograremos regresar a Wolfram a su estado normal. –Dijo mirando un instante a un lado, sintiendo como si hubiese sido hace años que había visto al rubio a su lado.

Los dos hombres volvieron a entrar al lugar sin decir más nada que lo dicho. La idea era lograr encontrar la razón del comportamiento de Wolfram, pero a pesar de tener la ayuda de Waltorana parecían que volvían a caer en el mismo hueco de siempre. De nuevo llegaban a aquel callejón sin salida. Ya llevaban más de tres días en ese plan y no habían logrado nada, hasta Waltorana estaba preocupado al darse cuenta del comportamiento de su sobrino.

Aun podía recordar lo que había pasado hace dos días antes con él. Nunca creyó que su propio sobrino se comportaría de esa manera con él, siempre había creído que jamás le dio razones para tener un comportamiento distante de él, pero parecía que estaba muy equivocado. Lo recordaba, perfectamente como si aún lo estuviera viviendo. Miro un instante por la ventana de su despacho cerrando un momento los ojos mientras recordaba todo ese suceso.

El día estaba nublado indicando que pronto caería una tormenta, lo que nadie se esperaba era que la tormenta ya estuviera viviendo con ellos. Wolfram a pesar de las suplicas de Yuuri y su tío continuó con su típico día. Era levantarse temprano para entrenar con su escuadra, luego de eso practicar por sí solo. En la tarde iba a arreglar cualquier asunto que su tío no pudiera resolver. Tan concentrado estaba en hacer su trabajo que ni siquiera paraba en comer con su tío e invitados.

Waltorana preocupado de no haber visto a su sobrino comer decidió pedirle a la servidumbre que le dieran una bandeja sencilla de comida para llevarle. Al tenerla se decidió a llevársela. Wolfram se encontraba en el patio completamente solo, al parecer estaba entrenando de nuevo. Al llegar Waltorana se quedó unos minutos observándolo, parecía obligarse a sí mismo a hacer aquellos entrenamientos, aunque claro que eso jamás se lo vio en la cara.

-Wolfram. –Le llamo al fin mientras se le acercaba.

-Señor Waltorana. –Dijo Wolfram.

Al inicio había pensado que era una broma de parte de Wolfram ser llamado así, pero luego de haber hablado con Yuuri y los demás e oír como Yuuri era llamado entendió que no era una broma. Wolfram de verdad le llamaba de esa forma, ni siquiera le decía tío, ni ahora que se encontraban completamente solos.

-Me he dado cuenta que no has comido nada, así que te he traído algo de comer. –Dijo con una pequeña sonrisa.

-¿Comida? Le agradezco mucho el gesto pero en estos momentos no tengo hambre. –Dijo con una pequeña reverencia tomando la espada de madera.

-Pero no has comido nada en casi todo el día. –Comento preocupado.

-Como he indicado antes, no tengo hambre en estos momentos. –Dijo frunciendo levemente el ceño.

-¡Wolfram! ¡Debes de comer algo! –Sentenció Waltorana con carácter mirando fijamente al rubio.

Wolfram por su parte le miró fijamente un momento, paso su mano libre por el cabello. Duro unos minutos sin contestar donde solo mantuvo los ojos cerrados. Los volvió a abrir mirando fijamente al mayor. Llevo su mano libre a la bandeja, Waltorana se animó de ver que al fin le hacía caso. Wolfram poso su mano en la bandeja y con un movimiento sutil la empujo hacía abajo, como Waltorana estaba distraído no se dio cuenta sino cuando escucho las tazas y platos caer al piso. Wolfram había tirado la bandeja.

Waltorana le miró fijamente con sorpresa cuando vio toda aquella comida en el suelo. Por su parte Wolfram se pasó la espada de madera a la otra mano sin dejar de ver a Waltorana que estaba sin palabras. Duro unos minutos en darse cuenta que Wolfram no recogería aquello. Dolido de lo que había pasado se agacho para intentar recoger todo aquello.

-Ahora no podré comer. –Logro escuchar al fin a Wolfram –Le pediré ahora por favor que no interrumpa mi trabajo, señor Waltorana. –Finalizo antes de darle la espalda y marcharse del lugar.

 

Waltorana no se lo podía creer. Había sido Wolfram, el que había causado todo eso, el que lo trataba de tú, el que le había pedido que dejara de ser un estorbo. Era su pequeño sobrino, el que él había cuidado con tanto amor, el que consentía sin importar qué. Esa persona que lo había rechazado era su sobrino. Waltorana sintió como si en su pecho algo se comprimiera y no quisiera admitir que aquel ser era su sobrino, el que adoraba y conocía. El que hubiese comido con él aquella pequeña merienda.

Recordar aquello aun le causaba dolor en su pecho. Entonces se dio cuenta de lo que estaban pasando Yuuri y los demás. Quizás ese era el mismo comportamiento que había tenido hacía los demás, ahora entendía porque ninguno se había atrevido a acercarse a Wolfram, a excepción de Yuuri que seguía insistiendo día a día. Se levantó de su asiento para acercarse aún más a la ventana, al hacerlo pudo observar al moreno hablando con Wolfram.

Ahí estaba de nuevo, intentando hacer razonar a Wolfram, pero Waltorana luego de habérselo pensado mejor entendió que no debía hacer razonar a Wolfram, por qué en realidad Wolfram no tenía un razonamiento o así había concluido él. Suspiro levemente sin dejar de ver aquella escena frente a él, aun no aceptaba que aquella persona era su sobrino. Aun no aceptaba a aquel sujeto que se hacía llamar su sobrino.

Pasaron los días luego de aquel asunto y aún no habían resuelto ninguna de las incógnitas que tenían. De nuevo se encontraban reunidos los cinco hombres. Ahora se les había unido Waltorana al grupo, en busca de una solución a aquel problema con nombre y apellido. El rubio estaba sentado en su escritorio mientras veía a los otros cuatro hombres en completo silencio. Nadie estaba aportando nada a una solución porque nadie sabía que solución podían aportar al problema. Todos estaban concentrados en sus propios asuntos hasta que un fuerte ruido de la puerta los hizo caer en la realidad.

-¡Tenemos problemas! –Grito un soldado mientras se atrevió a abrir la puerta del despacho de Waltorana.

-¿Problemas? ¿Qué clase de problemas? –Pregunto Waltorana levantando una ceja.

-Señor, son de nuevo los humanos. –Comento el soldado algo agitado.

-¿Los humanos? Eso tiene que ser un error. –Indico Yuuri levantándose de donde se encontraba sentado.

-Majestad quisiera creer que usted tiene razón en eso. –Le indico el soldado.

-Es mejor que vayamos a ver el problema. –Dijo de una Gwendal levantándose de una para comenzar a caminar.

-Majestad, yo recomiendo que se quede. –Dijo Waltorana cuando estuvo en la puerta.

-¿Quedarme? ¿Por qué? –Pregunto el moreno frunciendo el ceño.

-Porque lo más seguro es que no le gustara lo que verá. –Indico en un leve suspiro.

-Aun así iré. –Dijo con tono severo.

Luego de eso nadie dijo más nada y sin hacerse esperar fueron a donde se encontraban los caballos para dar marcha al lugar. Duraron solo unos pocos segundo en llegar a las tierras de humano cercanas, el asunto les había preocupado tanto que no habían notado que no los había acompañado Wolfram, aunque no era raro, Wolfram no pasaba rato con ellos a menos que fuese por trabajo.

Al llegar pudieron evidenciar lo que Waltorana les había indicado con anterioridad. Los humanos estaban actuando de manera extraña, no solo eso, Yuuri llego a pensar que solo estaban reflejando sus emociones negativas. Ira, envidia, egoísmo. Eso era lo que Yuuri podía ver en cada uno de aquellos humanos. No solo buscaban atacar a los Mazokus sino que también se atacaban entre sí mismos, lo cual era extremadamente extraño.

Yuuri se bajó del caballo de manera calmada, quizás haber estado enfrentándose a aquel frío Wolfram le había causado más comprensión en muchas cosas. Aun a pesar de las quejas de los mayores dejo su caballo a un soldado para caminar al grupo de humanos que estaban causando los problemas.

-Por favor cálmense un momento. Buscaremos una solución si nos sentamos a hablar. –Indico el moreno buscando que le prestaran atención, pero eso jamás llego.

-¡Cállate! Estoy segura que tú lo único que quieres es robarme a mi novio.

-¡Ha! ¿Tu novio? Si ese maldito lo único que hace es andar besando los traseros de los demás.

-¡Deja de pisar mi espacio! ¡Eres molesto!

-¡Este es mi espacio! ¡Tú eres el imbécil que se está metiendo al mío!

Gritos y más gritos llenos de histeria era lo que oían sin parar. Aun a pesar de haber vuelto a intentar detenerlo lo único que había provocado era llegar de una discusión a una pelea. Yuuri había intentado calmarlos colocando una de sus manos en los hombros de uno de los humanos, pero esto solo causo que se fuera de golpes con el otro. Al iniciar la primera pelea comenzaron las otras, comenzando así a golpearse entre sí por cualquier razón estúpida o así lo vio el moreno.

-Majestad, será mejor que se aleje un poco. –Le indico Conrad de inmediato al ver la agresividad con la que actuaban los humanos.

-Conrad. ¿Por qué está pasando esto?

-También nos preguntamos lo mismo. –Dijo el general viendo como los soldados buscaban calmar a todos.

-Creí que todo estaba solucionado y que no había ya ningún problema. –Dijo con un tenue triste. Aun no creía todo lo que estaba pasando, ni con Wolfram ni con los humanos.

De pronto comenzaron a venir más humanos de los que había con anterioridad, pero la diferencia era que estos venían con diferentes implementas en sus manos. Palos, escobas, cuchillos de cocinas, todo tipo de cosas diferentes usaron para atacar a los soldados. Los cuatro hombres mayores se dieron cuenta que la situación se estaba volviendo peligrosa así que desenvainaron su espada comenzando a intentar parar a los humanos sin tener que lastimarlos.

-Majestad. Será mejor que busque el caballo y se retire. –Le indico Gwendal a lo lejos mientras paraba a una mujer que lo atacaba con un cuchillo mientras murmuraba sin parar.

-¿Irme? ¡Yo también quiero ayudar! –Dijo algo histérico de que no le permitieran participar.

Antes de que pudiera opinar cualquier otra cosa casi fue atacado por un humano, si no hubiese sido porque Conrad estaba cerca lo más seguro era que lo fuesen lastimado. Yuuri chasqueo al ver lo inútil que estaba siendo en esos momentos. Apretando los dientes y acepto lo dicho por Gwendal girándose para ir por el caballo. Logro alcanzar a su corcel pero no se percató de que tenía a alguien atrás. El moreno se dio cuenta cuando el caballo comenzó a relinchar de pronto. Conrad se había dado cuenta de la situación e iba a protegerlo, pero el humano estaba más cerca del moreno que él.

Yuuri cerró los ojos con fuerza colocando su brazo enfrente esperando recibir la apuñalada o golpe, después de todo no quería usar sus poderes contra los humanos, eso sería incitar una nueva guerra. La impresión le llevo a caer el suelo mientras esperaba el golpe, pero este al final nunca llego. Volvió a abrir sus ojos mientras se preguntaba qué había pasado, encontrándose con una figura muy familiar.

-Wolf…

-Majestad. Usted es bastante descuidado. –Le indico el rubio luego de haber noqueado al humano dejándolo tirado en el piso. El moreno jamás se esperó ver a Wolfram ahí.

-Wolfram. –Soltó su nombre mientras se levantaba del suelo.

-Será mejor que se marche Majestad. No debe poner en riesgo su vida. –Dijo el rubio sin más mientras sostenía su espada con una sola mano.

El moreno se pensó un poco la situación. Wolfram estaba herido y aun así había salido a defenderlo, por lo menos agradecía que lo protegiera sin importar qué, aunque eso solo le hizo caer en cuenta que se debía a que era su guardia, era su deber protegerlo. Le miró un instante, lo suficiente para darse cuenta que se iba a marchar para formar parte de aquella batalla. Al darse cuenta de ese asunto no se hizo esperar su reacción, tomo a Wolfram del brazo deteniendo su partida, este se giró a verlo un momento.

-Solo me iré si tú vienes conmigo. –Sentenció con severidad sin dejar de verlo fijamente.

Wolfram pareció pensárselo un poco, pero llego a la conclusión que era inútil discutir en ese tipo de lugar con el moreno. Guardo su espada en la funda para girarse en dirección al moreno.

-Como ordene. –Dijo. Al oír aquella respuesta alivio al moreno, aflojando su agarre –Suba entonces al caballo, yo iré…

-Iremos en el mismo caballo, es más rápido. –Uso de excusa aquello, pero había pasado tanto desde que había tenido un contacto con Wolfram que usaría cualquier cosa para mantenerlo cerca.

-Si ese es su deseo. –Fue lo único que soltó Wolfram antes de subirse al caballo luego de Yuuri.

Sin hacerse esperar el moreno puso a andar al caballo. Dio una última mirada al lugar viendo como aun parecía difícil la situación. Era cierto, era verdad que los humanos estaban agresivos, sino lo hubiese visto en ese momento creería que era mentira, pero él lo estaba viviendo, él estaba viendo el comportamiento agresivo de los humanos. Aun en su mente quería creer que todo lo que estaba viviendo era una mentira, pero para su mala suerte, mientras más pasaban los días más veía que esa era la realidad que estaba viviendo.

Luego de andar a caballo un rato se detuvieron cuando notaron que el caballo no daba más. Yuuri en todo ese rato no se había fijado en la dirección que estaba yendo, estaba más preocupado por todo lo que pasaba que por el camino recorrido, provocando que terminaran completamente perdidos. Pudieron ver un río a lo que se detuvieron ahí para que el caballo descansara y bebiera agua.

-Realmente soy un henakochi, he provocado que nos perdiéramos. –Dijo con una risa el moreno.

-Majestad, eso solo se debe a que tiene muchas cosas de las que pensar. –Contesto Wolfram sin más.

Yuuri hubiese esperado que le dijera otro tipo de cosas. Que le gritara por haberse perdido, que le consolara por todo lo que estaba pasando, pero nada de eso llego, es más ni siquiera estaba cerca de él. Exceptuando su momento en el caballo Wolfram mantuvo su distancia todo ese rato. Solo lo veía cada cierto tiempo como certificando que aun estuviera ahí a salvo, de resto tenía su vista en los alrededores. Yuuri soltó un suspiro para mirar un momento el río que tenía a sus pies.

-Es realmente bonito. –Murmuro sin dejar de ver el agua correr.

De pronto Yuuri vio una sombra enfrente a una corta distancia. Darse cuenta de eso provoco que se exaltara dando unos pasos hacia atrás, cuando levanto la vista logro divisar a una mujer con ropas sencillas. La detallo un poco mejor notando que tenía el caballo castaño, sus ojos color miel era lo que resaltaba más en todo su rostro. Desvió su mirada de aquella mujer solo cuando sintió a Wolfram cerca, centrando su vista en él.

-¿Qué hace una humana como tú por estos lugares? –Pregunto Wolfram en guardia.

-Oh, yo lo lamento mucho, no era mi intención asustarlos. Yo solo he venido a tomar algo de agua. –Comento mientras mostraba un tobo de agua que llevaba en sus manos.

-Agua… Es solo agua Wolfram. –Comento el moreno cuando notó que este estaba listo para sacar su espada.

-Es demasiado descuidado. –Murmuro el rubio en un suspiro alejando su mano buena de la funda de la espada.

-Por favor no te preocupes por nosotros y continúa con tu tarea. –Le indico Yuuri a la castaña.

-Sí, muchas gracias y disculpa que te haya asustado. –Dijo con una pequeña risa mientras comenzaba a llenar el tobo de agua –Aunque debo decir que es raro ver a hombres tan guapos por estos lugares. –Dijo aun riendo por su comentario.

-No creo que sea de esa forma. –Soltó levemente avergonzado el moreno al otro lado del río.

-Créame, ustedes son realmente hermosos, no suelo tener una vista tan buena todos los días. Así que déjeme disfrutar un poco. –Comento con una pequeña sonrisa mirando al moreno.

-No es para tanto. –Dijo aun apenado pasando su mano por el cabello.

-Sí que lo es. Sobre todo aquel chico. –Dijo la castaña mientras señalaba con su dedo a Wolfram –El realmente parece salido de un cuento o algo así. –Continuó poco después.

-Ah… -Soltó mirando un instante a Wolfram que seguía alejado de él –Sí, tienes razón en eso…

-Sí, aquella persona que él quiera debe de cuidarlo mucho, no se ve a alguien así todos los días. –Y de pronto sintió las palabras de aquella chica como un puñal –Personas como él son especiales ¿Lo sabía?

-¿Especiales? –Soltó medio dudoso y herido.

-Sí. Lo son, se dice que las personas como él son como las sirenas. ¿Ha escuchado los rumores que hablan de las sirenas? Ellas solo aman a una persona en toda su vida. Si se enamoran de alguien será para siempre, por esa razón es que evitan enamorarse. Por eso digo que es especial, porque parece que él es como una sirena. –Dijo con una pequeña risa traviesa mirando el agua del río.

-Sirena. Una sola vez. –Murmuro en el dolor que estaba dándole en el pecho. Las palabras de la castaña le llegaban como espadas al corazón.

-Espero que su amor no sea desperdiciado nunca. –Comento viendo ahora al moreno directamente con una sonrisa.

-Sí… -Dijo haciendo una pausa el moreno –Espero eso mismo. –Fue lo único que se le ocurrió decir mirando de reojo la espalda del rubio.

-Majestad… Usted lo desperdició.-Y ser llamado de esa forma le sorprendió girando su vista en dirección a donde antes estaba la chica encontrándose con que no había nadie.

Dio un paso hacia atrás mientras procesaba las palabras que acaba creer oír. Desperdiciar, así que así podía llamar la manera en que había hecho las cosas, había desperdiciado el amor de Wolfram al igual que el tiempo que habría podido pasar con él. Yuuri había provocado que el amor de la sirena se desperdiciara. Río sin ganas llevando su mano hasta su rostro para pasarla un poco, ¿Por qué las cosas tenían que volverse más complicadas? Él solo era un chico de dieciséis años. ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles? 

Notas finales:

Bien esperen pacientes el siguiente cap... soy lenta para escribir (Mi inspiración va y viene cuando quiere) además estan las actividades de la uni...

 

Bueno, dejando de lado todo eso, esperen pacientes el siguiente, quizás tenga lemon~ 

Posdata: Recuerden que Wolfram no tiene amor, ni nada. Ni simpatía, ni enojo... o ¿Quizás si? 

¿Quién lo sabe? ~ 

Nos veremos pronto~ 


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