Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jugando con el destino por ami4alice

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, regresamos de nuevo a encontrarnos, en realidad escribí los dos cap de un solo golpe. Es mejor así.

Quiero agradecerle a todos los que leyeron la historia y espero encontrarlos en otra nueva historia. <3

Gracias a Ivonne Gpe. Jade Pincay Cho-chan Bibi Juana reyna la rosa Hanakaeda Kuroki Maps. Y sobre todo a mi amor Pachi-sensei <3 

ha sido un placer traerles esta historia a todos ustedes <3 ¡Muchas gracias! <3 <3

 

De esa manera llego finalmente el día de la batalla final. Al fin se enfrentaría a aquella mujer que le había quitado el amor a Wolfram. Recuperaría todo aquello que se estaba derrumbando lentamente desde aquel momento en que el rubio fue engañado. Todo finalmente terminaría en aquel lugar donde se enfrentaría a Hana, aquella mujer que los quería destruir.

El lugar que habían llegado todos para buscar a Hana era en unas montañas, parecía una cueva el lugar donde se encontraban, unos dudaron sobre el hecho de que en ese lugar se encontrara algo, pero así había afirmado su soberado, no se podía equivocar de una manera tan horrible sobre todo en la posición en que se encontraban. Bajaron de los caballos donde habían llegado para poder entrar a aquel lugar. Sintieron un leve cosquilleo en la piel al entrar dejándoles ver que ese era el lugar.

Aun a pesar de verse como una cueva por fuera lo adentros no eran exactamente como los de una cueva. Parecía más un edificio abandonado, quizás la sensación que antes habían tenido había sido magia que los llevo a otro lugar. No tenían tiempo para analizar ese asunto así que continuaron su andar luego de ver como el moreno iba con paso seguro. El lugar era un desastre, pero la esencia de Mazoku les certificaba sus suposiciones, ese era el lugar donde se había ocultado la mujer.

Caminaron un poco antes de encontrarse con una entrada, era diferente a todo lo demás que habían observado en el camino. Sin ninguna duda el moreno señalo que ahí podía sentir a Hana. Dieron las indicaciones que seguirían, todos estaban listos, pero luego de que el moreno pusiera un pie dentro de aquel lugar algo sonó. Cuando se giró a ver pudo observar como los otros no podían entrar al lugar. Probaron varias cosas, pero nada más el moreno fue el único capaz de entrar al lugar.

-Saldré de aquí –dijo el moreno de inmediato, no iba a continuar sin los demás.

-No –dijo Cherry interrumpiéndolo -. Majestad, debe haber una razón para que usted sea el único que puede entrar al lugar. Continúe, nosotros estaremos bien.

-Es cierto Majestad, por algo debe ser… además que así podremos cubrir más el lugar –indico Conrad después.

-Bien. Entonces ustedes busquen de ese lado, yo continuaré por aquí –dijo antes de ver a los demás asentir con la cabeza.

Sin agregar más nada se giró para dar una mirada a aquel lugar. Era diferente a lo que había visto antes, más que un lugar abandonado esa zona si parecía una cueva, pero las luces que parecían ir al techo le causaban curiosidad. Sin más comenzó a caminar a ver si conseguía otra entrada, pero un ruido le hizo agudizar sus sentidos. Camino un poco más disimulando el hecho de haberse dado cuenta, así podía atrapar aquello que hacía ruido en aquel lugar.

-¿Quién anda ahí? –pregunto al rato cuando se dio cuenta que la otra persona no se mostraría por si sola.

Hubo un silencio en el lugar, solo escuchándose el eco de su voz. Suspiro levemente, ahora tendría que pensar en algo para hacer salir a aquel desconocido. Respiro hondo, no debía alterarse en ese momento, después de todo debía centrarse en detener a Hana.

-Por favor sal, no te haré daño, simplemente ando buscando algo… -dijo, intentando usar su amabilidad a su favor. A los minutos escucho un ruido y se giró para poder ver una pequeña niña asomarse.

-¿De verdad? –pregunto con una voz aguda y baja.

-Sí –dijo, preguntándose las razones del por qué había una niña en el lugar, pero cuando detallo mejor se percató de algo -. ¿Hana?

-¿Eh? –soltó la niña tensando un poco sus hombros.

-Tú… tú eres Hana, ¿Cierto? –pregunto a lo que la niña asintió.

-¿Cómo sabe mi nombre? –pregunto con curiosidad aquella niña.

-Ahora entiendo porque estoy aquí –murmuro el moreno en un suspiro para dar unos pasos hacía la niña, pero se detuvo cuando notó como se tensaba y ocultaba un poco más -. Está bien, no te haré nada, ¿Podemos hablar?

-Sí… -dijo con duda pero aun así se quedó ahí medio asomada mirando fijamente al moreno.

-¿Puedo preguntar qué haces aquí?

-Me he perdido –índico sacando un poco más su rostro -. Estoy buscando a mi padre –dijo después.

-¿Tu padre? –tuvo una asentida de cabeza como respuesta.

Era extraño que estuviera viendo a aquella niña, pero eso le hacía entender un par de cosas. Como hizo con Wolfram Hana había sacado de ella el amor que le quedaba, para poder llevar a cabo su plan. Le parecía un poco triste, pues aquella niña no estaba muy lejana de lo que posiblemente era Hana. Eso le hizo preguntar si así mismo le había sucedido al rubio.

Llevo su mano a su cabello pasándolo un poco por este, sin dejar de ver a aquella niña que le veía fijamente con una cierta curiosidad. Tenía que pensar una manera de hacer recapacitar a aquella Hana que estaba llevando a cabo aquel plan de destruir Shin Makoku. Para poder hacerlo necesitaba la ayuda de aquella niña, pero por su manera de actuar no le iba a ayudar tan fácil, debía de ganarse su confianza para eso.

-¿Sabes algo? –dijo teniendo un movimiento de cabeza de parte de la otra -. La verdad es que me encuentro en este lugar porque yo también estoy buscando a alguien –dijo después.

-¿También estas perdido? –pregunto la pequeña.

-No, en realidad creo que la otra persona es la que se encuentra perdida –comento -. Aunque seguro se me ha hecho difícil encontrarla porque yo también anduve vagando perdido.

-¿De verdad?

-Sí. Ambos anduvimos perdidos así que no podríamos encontrarnos sin importar qué, pero ahora tengo las cosas claras, por esa razón estoy seguro que lo encontraré, por esa razón ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente?

El moreno pregunto aquello estirando su mano en dirección de aquella pequeña niña, esta le miró con duda no sabiendo si confiar en aquella persona extraña delante de ella. Pero la sensación de comodidad no se iba de ella, desde que había cruzado miradas con aquel joven se sentía de alguna manera segura, como si pudiera confiar en aquel chico a unos pasos de ella. Era una extraña sensación, era una que no había sentido desde hace mucho tiempo.

 

 

 

 

 

 

La pequeña princesa luego de un rato decidiendo si quedarse en aquella habitación o salir a explorar, decidió abrir esa puerta que le daba el acceso a las afueras. No sabía qué lugar era ese, después de todo esa habitación no era en la que ella había estado con Wolfram, era un lugar completamente diferente. La puerta no se había abierto en todo ese rato por esa razón dudaba si estaría abierta, pero cuando sus pequeña manos se posaron en el pomo de la puerta y lo giraron descubrió que podía salir en cualquier momento.

Se asomó con cautela a las afueras viendo pasillo que no eran los de pacto de sangre. ¿Qué lugar era ese? Lo desconocía y eso le hacía tener miedo, pero no podía. Se golpeó levemente las mejillas para darse valor, no podía quedarse en la habitación llorando y menos si no se encontraban en una habitación del castillo pacto de sangre. Dio una mirada a los adentros de aquella habitación viendo como el rubio continuaba completamente inconsciente, así que se llenó de valor de nuevo para poner un pie fuera de la habitación.

No sabía cómo había llegado a aquel lugar, pero debía de buscar una manera de sacar a aquel Wolfram inconsciente. Respiro hondo unos minutos para dar una última mirada a su padre, entonces se decidió a explorar para buscar un lugar conocido o por lo menos un lugar para salir de ahí. Camino por el lugar viendo como había ventanas rotas, paredes caídas, el lugar era un completo desastre.

Entonces entre tanto caos logro ver una puerta completamente sana, dedujo que como la habitación donde habían aparecido de pronto, esa también tendría a alguien ahí. Dudó en si debía abrir la puerta, pero al final coloco su mano en el pomo para abrirla. No debía ser una cobarde en ese momento, era momento de dejar de llorar y ponerse en acción. Como Yuuri se había decidido en salvar a Wolfram ella debía ser valiente y evitar llorar en esa situación. Al abrir aquella puerta se encontró con algo que no se esperó, siendo la sorpresa la expresión en su rostro.

-¿Princesa? –soltó la sacerdotisa sorprendida por aquel rostro familiar.

-¿¡Ulrike!? –dejo salir ella notando poco después el hecho de que se encontraba encadenada.

-¿Cómo ha llegado a este lugar? Eso significa… ¿Su majestad está aquí? –pregunto uniendo sus manos en un gesto de agradecimiento.

-No lo sé –confeso acercándose a la mujer -. De pronto hemos aparecido aquí.

-¿Hemos? –dijo con duda y curiosidad la sacerdotisa.

-Estaba en la habitación de Wolfram y Yuuri, junto a Wolfram y de pronto hemos aparecido en esa rara habitación –dijo ella de inmediato.

-¿Su excelencia se encuentra aquí? –dijo con tono asustada la mujer.

-Sí.

-Esto es malo… -murmuro la mujer mayor con nerviosismo -. Si él está aquí significa que Hana llevara a cabo su plan… -dijo Ulrike con miedo.

-¿Ulrike? –dejo salir con preocupación la pequeña princesa.

-Será mejor salir de este lugar princesa, no es seguro –dijo la mujer mayor.

-¿Eh? Pero Wolfram… -dijo ella con duda.

-Todo estará bien, vayamos por él para salir de aquí –dijo Ulrike con sus manos en los hombros de la menor.

-Sí, pero… -soltó llevando su vista a las cadenas que mantenían cautiva a la mujer.

-Está bien –dijo entendiendo la preocupación que tenía la niña -. Esto no es nada, mi mayor reto era esa puerta…

-¿La puerta?

-Sí, estaba cerrada. No podía hacer nada para poder abrirla, pero como la princesa es una humana no le ha afectado el conjuro que tiene la puerta. Estas cadenas no son un reto –dijo la mujer y volviendo a unir sus manos en gesto de rezo dejo salir unas cortas palabras antes de que aquellas cadenas que la mantenían cautiva fueran destruidas -. Ahora podemos ir por su excelencia.

-Sí –dijo en respuesta Greta para así tomar la mano de la sacerdotisa y salir de aquella habitación.

Al salir de la habitación la mujer mayor se sintió un poco debilitada, no era extraño si el ambiente también tenía encima un conjuro para evitar el movimiento o activación del Mazoku. Hana lo tenía todo cubierto, por lo menos la gran parte de ello, aun así Ulrike respiro hondo para así ir corriendo con todas sus fuerzas por aquellos pasillos, siendo guiada por Greta a la habitación donde se encontraba Wolfram.

Corrieron por unos cortos segundos antes de encontrarse delante de la puerta de la otra habitación. Ulrike sintió paz cuando estuvo delante de aquella puerta, sintiendo que todo iba a comenzar a mejorar, pero de pronto un escalofrío recorrió su cuerpo y soltó la mano de la pequeña princesa para abrir de golpe aquella puerta. Cuando lo hizo se dieron cuenta de un gran hecho, Wolfram ya no se encontraba en aquella habitación. La habitación estaba completamente vacía, más que el verse que había alguien ahí no había más nada que le dijera el paradero del rubio.

-¡Él estaba aquí! –dijo la pequeña princesa -. Estaba durmiendo en esa cama –soltó después entrando en agonía.

-Esto es malo… -murmuro Ulrike llevando una mano a su boca, si Wolfram no estaba ahí significaba que Hana posiblemente ya se lo había llevado.

¿Ahora qué podía hacer? No había logrado persuadir a la mujer de detener todos sus planes, todo se le estaba escapando de las manos. Lo único que podía hacer en esos momentos era rezarle a Shinou para que así Yuuri lograra derrotar a Hana para acabar con todo eso. Eso era lo único que podía hacer en esos momentos como sacerdotisa, rezar y cuidar de la pequeña princesa.

 

 

 

 

 

 

 

-¿Por qué no nos ayudamos mutuamente?

El moreno pregunto aquello estirando su mano en dirección de aquella pequeña niña, esta le miró con duda no sabiendo si confiar en aquella persona extraña delante de ella. Pero la sensación de comodidad no se iba de ella, desde que había cruzado miradas con aquel joven se sentía de alguna manera segura, como si pudiera confiar en aquel chico a unos pasos de ella. Era una extraña sensación, era una que no había sentido desde hace mucho tiempo.

-Esta bi…

-¿A quién ayudaras? –la respuesta de aquella niña fue interrumpida por una voz que ambos reconocieron al instante. Yuuri se giró para ver a la mujer culpable de todo aquel desastre.

-Hana… -dijo su nombre con un tono de ira.

-No sé cómo llego a este lugar Majestad, pero… será mejor que se largue.

El tono de voz de aquella mujer era de odio, Yuuri pudo verlo de inmediato ya que era demasiado obvio. También notó el hecho de que la pequeña niña se ocultó cuando apareció aquella Hana.

-¿Qué harás? Ya has destruido la mayoría de cosas que son importante para mí, ¿Qué más cosas me quitaras? –pregunto el moreno fijando su mirada en Hana.

-Le sorprendería las cosas que le puedo quitar para lastimarlo aún más –dijo con una corta risa la mujer.

-¿Y? ¿Qué sucederá ahora? Tienes el amor de Wolfram y dudo que me lo entregues tan fácil, ahora… ¿Cuál es tu siguiente movimiento? –pregunto mirando por un corto momento a la pequeña niña que se asomaba de vez en vez.

-¿Por qué tendría que decirle a alguien como usted eso? Lo importante es que le quede claro que las cosas recién empiezan –dijo con furia la mujer.

-Antes de todo, ¿Puedo preguntar algo? –dejo salir el moreno en un suspiro. Hana hizo un gesto indicando que podía preguntar -. Hana, ¿Esa niña eres tú, no?

-No diga estupideces, yo jamás sería alguien tan patética como ella –dijo Hana en respuesta. La pequeña niña hizo una expresión de tristeza ante aquellas palabras.

-¿Patética? Yo no creo que sea así… -dijo el moreno.

-¿¡Y qué puede saber alguien como tú de eso!? –grito con furia Hana -. Alguien como tú que lo tiene todo, que lo único que ha hecho es derrochar la felicidad que le sobra. Una persona como tú no podría saber cómo me siento…

-Eso es cierto, jamás lo entenderé –comento el moreno -. Después de todo soy un enclenque que no supo valorar lo que tenía –dijo observando un momento sus manos -. Deje que se escurrieran por mis dedos.

-¡Ja! Es bueno saber que te das cuenta de lo estúpido que fuiste.

-Sí lo fui, por eso puedo decirte una cosa –comento el moreno con una pausa -. Puedo decirte que no debes despreciarla a ella –dijo señalando a la niña que se ocultaba.

-¿Qué no debo? ¿Acaso se cree mi padre para poder decirme que hacer?

-No, no lo soy, pero… ¡Ella también es parte de ti! No puedes simplemente tirar una parte de ti porque no se ajusta a lo que tú querías –comento el moreno con seriedad.

-¿Parte de mí? ¡¡No sea un imbécil!! –grito antes de levantar su mano y sin más activar su Mazoku.

Antes de que el moreno pudiera reaccionar el lugar donde se estaba ocultando aquella niña exploto. Cuando pudo ver mejor notó como la pequeña niña salía volando cayendo a unos metros de donde se encontraba. Iba a ir con ella pero cuando dio el primer paso la mujer volvió de nuevo a activar su poder. El moreno abrió sus ojos con gran sorpresa cuando pudo ver como la misma Hana eliminaba por completo a aquella niña que era parte de ella.

-No necesito a alguien débil y patético. Lo único que necesito es poder, para destruir a todos aquellos que arruinaron mi vida.

El moreno aun no podía creerlo, que aquella mujer estuviera llena de tanto odio. Pero al ver desaparecer a aquella niña le hacía darse cuenta de algo, no es que estuviera llena de odio, era simplemente que lo único que quedaba en aquella mujer era ese sentimiento. La niña que había tenido el placer de conocer era todo lo bueno que tenía la persona llamada Hana, pero esta por el dolor y venganza había hecho lo mismo que le hizo hacer a Wolfram, había separado de ella el amor que le quedaba para poder llevar a cabo su plan.

-¿Tanto así quieres acabar con todo? –dijo Yuuri de manera ahogada sin dejar de ver en dirección en donde había desaparecido aquella pequeña niña.

-¿Acabar con todo? No Majestad, se equivoca. Ustedes mismo son los que han acabado con todo, yo solo he dado el toque final a esta actuación –dijo la mujer con una corta risa.

-Tú… -dijo con furia el Maou comenzando así a activar su Mazoku, no permitiría que esa clase de persona ganara esa guerra.

-Alto ahí Majestad –comento Hana para mostrarle un pequeño objeto, uno con forma de estrella -. Si continua con lo que piensa hacer entonces no lograra tener lo que más anhela.

No duro mucho para que el moreno se diera cuenta de qué estaba hablando Hana. Su Mazoku fue lentamente desapareciendo, aunque la expresión de enojo y odio que tenía en su rostro no desapareció. Esa mujer era horrible, no merecía para nada la paz. Esos pensamiento cruzaban la mente del soberado, por primera vez no deseaba conversar para resolver el problema, quería destruir a aquella persona delante de él.

-¿Ahora qué harás? –pregunto con enojo el moreno.

-Quién sabe… quizás también tome su amor Majestad… Ahora mismo siento que me daría todo lo que quisiera con tal de hacer lo que usted más desea, pero tristemente no siempre se puede tener lo que se quiere…

Aquella sonrisa hizo que se preocupara y no estaba demás ese sentimiento. Antes de que pudiera decir algo la mujer levantaba aquel pequeño objeto y lo lanzaba con fuerza al suelo pudiéndose ver como se rompía en un sinfín de pedazos. El moreno miraba el suelo y luego a Hana sin entender las razones de todo eso, pero lo que más le preocupaba era el hecho de que ahora sí, no podría recuperar el amor de Wolfram.

-¿Qué has hecho? –pregunto aun en su sorpresa el moreno.

-Quitándolo lo único que lo motivaba a estar aquí. Ahora no podrá volver a tener el amor de Wolfram. No lo ha salvado y no podrá hacerlo.

Las palabras de Hana las sentía como estacas en su pecho. El amor del rubio, por lo que había venido a ese lugar, lo que lo estaba motivando ya no podría recuperarlo. Hana había destruido el amor de Wolfram delante de sus ojos y no había podido hacer nada para impedirlo. Como algo de vidrió que se ha roto a tal punto que no se puede recuperar así se veía aquella estrella que antes había visto en las manos de la mujer. ¿Ahora qué debía hacer?

-¿Por qué? –fue las únicas palabras que logro dejar salir. En algún punto había terminado sentado en el suelo.

-¿Pregunta por qué? La respuesta es sencilla. Quiero que se sienta como yo, para de esa forma lograr hacer que odie todo lo que le rodea, así usted destruirá por mí a todo el mundo… ¡Ya no le queda nada! ¡¡No ha podido salvar nada!! Las cosas que eran más preciada para usted, todas ellas… ¡¡TODAS ELLAS LAS DESAPARECERE!!

La ira fue la emoción que domino en el cuerpo del Maou, estaba tan lleno de rabia que sin poder controlarse se levantó del suelo y se fue contra la mujer. Esta por su parte no hizo nada lo que causo que terminaran en el suelo. Convertiría al Maou en alguien como ella, él tenía el poder para acabar con todos los que odiaba en un segundo. Si se volvía como Hana ya no habría salvación para nadie y para eso solo debía suceder una cosa. El Maou debía de matar a Hana.

Hana no estaba lejos de lograrlo, pues luego de que cayeran al piso el moreno llevo sus manos al cuello de la mujer. No estaba pensando realmente con su cabeza, se estaba dejando llevar por toda la ira que tenía en su ser. Esa era la principal razón por la que su Mazoku estaba comenzando a activarse comenzando así a sentirse la tierra temblar, estaba liberando demasiado poder de golpe. Parecía como si  Hana estuviera ganando aquella batalla.

Quería eliminar a aquella mujer que había arruinado todo a su alrededor, pero más que eso quería desaparecerla por haberle quitado lo que en esos instantes más anhelaba. Le había quitado el amor de Wolfram y ahora no iba a poder recuperarlo. Wolfram no iba a volver a verlo de la misma forma que lo hacía antes, para el rubio no sería más que el rey que debía de proteger. Lo había perdido, había perdido al hombre que amaba y que no se había dado cuenta si no fuera por todo lo sucedido. Todos esos pensamientos causaron así que por las mejillas del moreno comenzaran a caer las lágrimas. Entonces una pregunta cruzo su mente.

¿Qué hubiese hecho Wolfram en ese momento?

Su agarre en el cuello ajeno se fue aligerando produciendo que Hana se viera sorprendida. El moreno se separó sin decir alguna palabra y se quedó un rato observando a la nada. La mujer llevo su mano al cuello, ¿Qué era lo que había pasado? ¿Por qué no la estaba eliminando? Ella había acabado con todo lo importante para el moreno. ¿Por qué no la estaba matando en esos momentos?

-¿Qué sucede? ¿¡Acaso tienes miedo!? ¡¡No eres más que un cobarde!! –grito Hana para provocar al moreno. Este por su parte vio fijamente a la chica.

-Sí. Soy un gran cobarde que todo este tiempo estuvo huyendo, pero… -e hizo una pausa para llevar una mano a su pecho -. Aun así le seguía gustando a Wolfram.

-¿Qué? –dejo salir con sorpresa Hana.

El moreno sin más activo de nuevo su Mazoku que estaba un poco descontrolado a esas alturas, así que le costó un poco, pero aun así logro realizar lo que planeaba. Una pequeña estrella se encontraba ahora brillando en su mano. Camino para quedar más cerca de Hana y así agacharse para tomar con su mano libre las manos de aquella chica.

-Has hecho cosas horrible, pero… -e hizo una pausa colocando aquella pequeña estrella en la mano de la mujer -. En compensación del amor que has sacado de ti, te daré el mío –comento el moreno de manera calmada.

-¿Qué? –dijo Hana completamente confundida -. ¿Qué estás diciendo? ¿Acaso estás loco? ¡Yo destruí todo lo que te importa! ¿¡¡Por qué me das tu amor!!? ¡¡Es lo único que te queda!! –grito un tanto desesperada la mujer.

-Sí, has hecho cosas incorrectas, pero… No haré lo mismo que tú –dijo el moreno -. Ten este amor, y así, descansa en paz de toda esa ira.

Hana no entendía las palabras de aquel hombre delante de ella. Debía de estar enojado con ella por todo lo que hizo y aun así ahí estaba dándole lo único que le quedaba. ¿Por qué le estaba dando voluntariamente su amor? No podía entenderlo, su cabeza no podía procesarlo, pero aun así su cuerpo actúo por su cuenta. Sus manos se unieron teniendo entre ellas aquella pequeña estrella y sin darse cuenta las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

-Yo… -comenzó a decir entre lágrimas -. Yo lo siento… lo siento tanto…. –comenzó a decir antes de que se inclinara al frente pegando su frente con aquel piso -. ¡¡Lo siento!!

Los sollozos de la mujer comenzaron a cubrir aquel lugar. El moreno se inclinó hacia adelante colocando una mano en la cabeza de la mujer comenzando así a acariciarlo levemente. En completo silencio dejo que la mujer dejara salir todo aquello que había estado guardando esos años.

-Lo siento... lo siento mucho… lo siento papá…

Las últimas palabras que dejo salir Hana antes de que como las luces que antes había visto al entrar al lugar, Hana terminara volviéndose una luz que también subió hasta el techo de aquel misterioso lugar. El moreno miró un instante al techo antes de decidirse a levantar, pero para su suerte de pronto sintió un mareo que le hizo regresar al piso.

La suerte de Yuuri en esos momento no era la mejor, al caer se golpeó la cabeza sintiendo como algo caliente comenzaba a caer por su frente. Intento mover sus brazos pero fue inútil, estos no respondían a sus órdenes. Quizás el haber activado sus poderes sin darse cuenta era la causa de que ahora no pudiera moverse, pero pensando un momento en ese lugar llego a la conclusión que otro factor que impedía que pudiera moverse era el hecho de que ahora no tenía amor. El hecho de que el lugar comenzara a desplomarse tampoco ayudaba mucho al estado actual del Maou.

Cualquiera se encontraría desesperado en ese momento, pero en vez de eso el moreno se encontraba calmado, más que calmado era el hecho de que no sentía nada. Ni dolor, ni irá, ni desesperación, ni remordimiento. Por un momento cruzó por su mente el hecho de que así debió de haberse sentido Wolfram, se sentí tan vació en esos momentos que lo único que quería hacer era dormir. La imagen delante de él comenzó a volverse borrosa y fue lentamente perdiendo la consciencia, había llegado a su límite y en ese preciso momento le estaban pasando factura. Vio algo borroso cerca antes de que todo fuera cubierto por una gran oscuridad.

De esa manera llego a su fin aquella batalla que estaba luchando. Sin haber un ganador ni haber un perdedor.

 

 

 

 

 

 

 

El Maou comenzó lentamente a abrir sus ojos, sentía todo su cuerpo pesado y le costaba enfocar bien, así que le llevo unos minutos darse cuenta de que se encontraba en su habitación. Se levantó de golpe por la sorpresa antes de soltar un quejido del dolor que aquel repentino movimiento le causo. Esa queja que dejo salir el Maou fue lo que hizo que la persona durmiendo en la orilla de la cama se despertara.

-Yuuri… -una voz que el moreno reconoció hizo que se girara, viendo a su pequeña hija.

-Greta…

-¡¡Yuuri!! –grito con fuerza antes de comenzar a llorar y lanzarse a los brazos del moreno. Ese grito alerto a los demás, pronto en la habitación se encontraron más personas.

-¡Majesta! –gritaron todos al ver a su soberado despierto.

-¿Qué sucedió? –pregunto el moreno.

-Hemos ganado –dijo Gwendal de inmediato -. Esa mujer, la persona que ha causado todo este caos ha desaparecido.

-Shinou y el gran sabio nos han dicho eso –comento Conrad después.

-Al parecer su presencia no se siente por ningún lado. Ha logrado derrotarla Majestad –dijo Gunter con una sonrisa.

-Ya veo… pero, ¿Cómo he terminado aquí? –pregunto el moreno con duda.

-Nos costó encontrarlo Majestad, pero… -inició Cherry a hablar -. Al final hemos logrado dar con usted y traerlo de regreso, aunque ha estado inconsciente por cuatro días.

-¡¿Cuatro días!? –soltó con sorpresa.

-Sí, pero ahora que ha despertado nos ha quitado un peso de encima –dijo Conrad con una sonrisa, más aliviado que minutos antes.

-Ya… ¡Esperen! ¿Dónde está Wolfram? –dijo evidentemente preocupado.

-Majestad, Wolfram se encuentra ahí –dijo Conrad para señalar en dirección del moreno. Yuuri se giró para poder ver como este dormía a un lado de donde él se encontraba.

-Fue una verdadera sorpresa encontrarlo junto a usted… pero supongo que es gracias al hecho de que usted ha ganado –dijo Cherry de manera alegre.

-Supongo que si… -dijo el moreno no muy convencido viendo un momento al Wolfram que dormía a su lado.

-Bueno, ha sido suficiente por hoy, es mejor dejarlo descansar –dijo Gwendal frunciendo levemente el ceño -. Nos retiraremos ahora.

-Eso es cierto, nos veremos Majestad –estuvo de acuerdo el castaño.

-Después nos cuenta como ha ganado Majestad –soltó Cherry siguiendo a sus dos hijos.

-Yo quiero oír la grandiosa historia de su Majestad –chilló Gunter antes de también dejar la habitación.

-¿De verdad estas bien? –pregunto la pequeña princesa dudosa.

-Sí, estoy bien, gracias por preocuparte Greta –comento el moreno sonriendo levemente. Greta no se vio muy convencida pero aun así de manera lenta dejo la habitación.

Al quedarse solo en aquel lugar llevo su mano al pecho, que recordara él había dado el amor que tenía, entonces ¿Por qué no se sentía diferente? No solo eso, le había sonreído sinceramente a Greta, no era una sonrisa falsa, como las de Wolfram quien no había sonreído desde el momento en que perdió su amor, ¿Por qué él podía hacerlo? Tenía muchas preguntas en su cabeza las cuales no encontraba la respuesta. Llevo su vista a un lado viendo al rubio dormir, ¿Wolfram había vuelto a la normalidad? No lo sabía y solo había una manera de saberlo.

-Wolfram… -le llamo con duda mientras llevaba su mano al otro para moverlo un poco. Le llevo unos minutos lograr su objetivo de despertar al rubio.

-Hm… -dejo salir el rubio mientras se levantaba quedando sentado en la cama -. ¿Qué sucede? –pregunto de manera perezosa.

-Wolfram… -dejo salir de nuevo el moreno viendo como parecía ser el mismo Wolfram de antes -. ¿De verdad eres tú?

-¿Eh? –soltó el rubio para fijar su mirada en el contrario -. ¿Qué clase de preguntas haces a plena mañana Yuuri? –bufó el rubio en un suspiro.

Aquella reacción le hizo tener la piel de gallina. Era la típica reacción del rubio al levantarse, era el mismo Wolfram que él recordaba. ¿Cómo había regresado? Él fue testigo de cómo destruían el amor que había ido a buscar, ¿Por qué todo eso estaba pasando? ¿Acaso era una ilusión? No lo creía así. Aun así decidió certificarlo. Se acercó un poco al rubio sin dejar de verlo fijamente.

-Wolfram… ¿Yo te gusto? –pregunto directamente el moreno. El rubio se vio sorprendido por aquella pregunta, pero duro unos minutos en contestarla.

-Eso es algo que aún no lo sé –dijo minutos después el rubio. No era como antes que le contestaba de una vez, pero aun así se sintió satisfecho con esa respuesta.

-Está bien, podemos ir descubriéndolo, juntos –dijo el moreno de una vez de manera tranquila.

Todo hubiese quedado ahí, pero cuando Yuuri llevo su vista a Wolfram quien le miraba un tanto confundido no pudo evitar dejarse llevar por el impulso. Aunque había una posibilidad de que no tuviera el amor que tenía por Wolfram aún quedaban en él todos los recuerdos de todo lo que había pasado. Ese fue el motivo por el que el moreno se acercó al rubio y sin más le dio un beso. Aquello sí que tomo por sorpresa al rubio, tanto que termino rompiendo el beso al momento en que empujo al otro con fuerza. Eso causo que Yuuri terminara en el suelo.

-¡¿Q-qué?! –dejo salir Wolfram con vergüenza, teniendo un color carmesí en sus mejillas -. ¡¿Qué es lo que te pasa?! –dijo para pararse en la cama mientras señalaba al moreno.

-Je, je –dejo salir el moreno antes de acomodarse mientras se quejaba, aún estaba algo herido.

Las cosas no habían terminado como lo planeó, pero el hecho de poder volver a ver las expresiones y emociones en el rubio era algo que lo dejaba satisfecho. Había muchas cosas que quería saber, muchas preguntas que quería obtener una respuesta, pero en esos momentos lo importante era que Wolfram había regresado a la normalidad, no solo eso, sino que él mismo también podía expresarse correctamente. Eso era lo más importante en esos momentos, nadie había quedado sin amor al final.

Aunque no recupero el amor de Wolfram las cosas estaban bien, tenía la oportunidad de volver a empezar correctamente. Esta vez, a diferencia de la vez pasada no huiría como un cobarde de los sentimientos que pudiera tener por Wolfram. Ahora era que tenían tiempo para volver a construir todo aquello que habían perdido en esa batalla, y no les costaría mucho hacer de nuevo brotar aquella flor que reflejaba su amor, ya que el amor entre Yuuri y Wolfram era del tipo que podía volver a crecer las veces que fueran necesarias.

Porque cuando se siembra una flor como el amor. Esta no morirá, simplemente volverá a brotar con cada nueva oportunidad que aparezca.

Para así volverse en cada oportunidad cada vez más una hermosa flor.

Notas finales:

Bien hemos llegado al final de esta historia. Si tienen algunas dudas por favor publiquenlas y quizás les realice un extra respondiendo a cada una de ellas <3

Nos veremos en otras historias. Si desean leer más historias realizadas por mi les dejo este link 

https://www.amor-yaoi.com/user.php?action=stats&stat=stories 

pasense a leer todas las demás historias que tengo <3

Byebye. Gracias por todo <3 pero sobre todo por tenerme paciencia <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).