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Shift por shipa-chan

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El cálido sol de la primavera comenzaba a despertar entre las colinas, el silencio del camino se detenía con el trotar de un caballo al jalar una carreta que transportaba tres personas, el primero un hombre ya mayor que era el que dirigía al equino, el segundo un peli-plateado con ropas con el emblema del ejercito al igual que el tercero de cabello castaño, ambos jóvenes recostados sobre sus bolsas de equipaje, dormían un poco, había sido un largo camino desde el fuerte militar del oeste. Los primeros rayos del sol tocaron gentilmente al peli plateado obligándolo a despertar, este un poco perezoso miro a su alrededor, un sentimiento de nostalgia y emoción recorrió su cuerpo al creerse cerca de su hogar, sin embargo el sentimiento se convirtió en preocupación cuando un fino olor a quemado se filtró por sus fosas nasales, alarmado se levantó de su sitio intentando detectar el lugar de origen, en su trayecto despertó a su compañero.

 

-Oh Gil, estaba soñando con aquella chica del cabaret-dijo a manera de queja dándose vuelta para intentar volver a conciliar el sueño.

 

-Toni, algo anda mal-dijo mientras se inclinaba un poco hacia delante del conductor- Anciano aquí nos bajamos-tomo su bolso y golpeo con este a su compañero.

 

-¿Está seguro joven? Aun no llegamos al pueblo.-

 

-Así está bien, el grandioso yo puede seguir a partir de aquí-dijo mientras entregaba algunas monedas de oro al anciano.

 

Ambos jóvenes bajaron de la carreta y tomaron camino por una desviación, atravesando el bosque. El peli-plateado más alerta y el castaño hambriento, siguieron caminando hasta que pronto dieron con un sendero que conectaba el camino principal de la ciudad con las tierras de la familia Kirkland, ambos chicos se quedaron a tonitos al ver como los cultivos estaban quemados y destrozados, el pali-plata se acercó a un hombre que intentaba recoger los escombros.

 

-Hey –llamo, aquel hombre al verlo le reconoció y soltó lo que tenía en sus manos.

 

-Oh joven Gilbert, me alegro mucho de que haya vuelto.-

 

-¿Qué ha pasado?-

 

-Solo desgracias desde lo del profesor - tanto castaño como oji-rojo se tensaron ante tal mención, uno por incomodidad y el otro por dolor

 

Aquel anciano se llevó ambos jóvenes a la sombra y comenzó a relatar lo sucedido las últimas semanas. Mientras tanto un poco más lejos en la hacienda Kirkland un joven de cabello dorado y mirada azul tomaba asiento en uno de los escalones de la gran casa, agotado limpio el sudor de su frente con el brazo, su rostro lleno de ceniza, sus manos heridas por el fuego al intentar salvar algunos trabajadores de la catástrofe y su ropa un poco húmeda para evitar que las llamas lo envolvieran, recién terminaba de llevar el ultimo herido a la enfermería. Levanto su azul mirada al cielo observando el amanecer al horizonte, los colores rojizos y naranjas daban una vista un poco perturbadora, siendo el humo y cenizas sus principales protagonistas. Pasos pesados se acercaron, no necesito voltear para saber de quien se trataba. Alto, de fornida musculatura, cabello rubio y mirada seria, al igual que él, sus ropas estaban manchadas por las cenizas, algo de sangre, su cara y cabello con barro y polvo. Tomo asiento alado del otro rubio soltando un suspiro cansado.

 

-Ya termine de llevar las provisiones al segundo almacén, también mande por el boticario, Zunwli y Lili no se dan abasto solos.- dijo mientras miraba a la nada- Feli y Lovino fueron por agua y vendas para los lesionados.-

 

-Bien hecho Lud…¿no sabes nada de…?-

 

-El doctor está terminando de examinarle…o al menos eso dijo Scott.-

 

-Me acercaría de no ser por aquel demonio rojo, parece buitre acechando su habitación-

 

Después de que el oji-azul supiera del incendio corrió a la casa del juez en compañía de su hermano, descubriendo a su fornido amigo dando indicaciones a los pueblerinos para cargar agua en carretas y acabar con el incendio, mientras tanto el juez daba indicaciones a los demás para llevar a los heridos al pequeño hospital del pueblo y llevaba otro grupo para intentar evitar la propagación del fuego. Los tres rubios llegaron a la hacienda que a lo lejos parecía ser devorada por las llamas, durante todo el ajetreo el oji-azul no logro ver a su rubio oji-esmeralda, sin embargo cuando su hermano le dijo que este estaba bien se concentró en ayudar a los desafortunados. Una vez las llamas se extinguieron, el rubio no perdió tiempo y subió a la habitación de Arthur, solo para encontrarse con un fastidiado y enojado pelirrojo que como perro guardián vigilaba la habitación del menor. Como era de esperarse de dos personas adultas y civilizadas, tuvieron una charla en la que el pelirrojo termino diciendo de groserías al rubio en otro idioma y este a su vez con el puño cerrado y listo para comenzar a pelear le gritaba que le dejara pasar, finalmente desistió cuando su hermano le pidió que le ayudara a trasladar a los heridos.

 

Después de algunos minutos una vocecita llamo la atención de ambos rubios, que un poco adormilados se asustaron al no ver al dueño de dicha voz, sin embargo una sombra de un pálido rubio ondulado ojeroso y aquel pequeño oso que aun sostenía en sus manos lo delataron.

 

-Oh matti me has dado un susto- se quejó el mayor

 

-Lo siento…solo quería decirte que Scott está en la cocina y crei que…-

 

El oji-azul no necesito saber más, se levantó y prácticamente corrió a la habitación de Arthur, antes de girar al pasillo comprobó lo que dijo su hermano y se aventuró, una vez frente a la puerta no dudo en abrirla revelando un escenario totalmente diferente a lo que había pensado.

 

-¿Arthur?-

 

A diferencia de lo que creyó encontrar detrás dela puerta, era algo inesperado ver a su rubio completamente ileso, ni una raspadura, no había vendas a simple vista, lucia perfectamente bien, entones ¿porque aquel gruñón no le dejaba verle?, curioso intento confirmar si no había rastro de sangre pero nada. El oji-esmeralda en cambio se quedó sin palabras al ver el estado del otro.

 

-Al ¿estás bien?-dijo mientras tomaba entre sus manos preocupado el rostro del más joven, este a su vez pareció entrar en algún tipo de crisis, que de un manotazo alejo su toque

 

-Are you crazy? ¿Se puede saber porque tanto drama? ¿Tienes idea de lo asustado que estaba, cuando escuche del incendio? ¿Qué rayos paso? ¿Cómo inicio el fuego? Y más importante ¿Qué demonios se trae tu hermano? ¿Es alguna clase de sádico? por un momento creí que estabas herido…-no pudo continuar su monologo ya que el otro le besaba con pasión.

 

Estuvieron algunos minutos de esa forma, el más alto abrazando al otro en un intento de confirmar una vez más que aquella persona estaba bien.

 

-..-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

El peli-plateado había salido corriendo una vez que el anciano le conto sobre lo sucedido, al parecer un grupo de hombres con túnicas oscuras comenzaron a quemar los sembradíos, según ellos una maldición terrible había caído en el pueblo, usaron las muertes del profesor y señor Kirkland como excusa, cuando su amigo el castaño pregunto sobre la identidad de aquel grupo de psicópatas el anciano respondió "La orden delos cuervos negros", esto solo alerto y preocupo más al albino.

 

-Espera gil- dijo el castaño mientras tomaba del brazo a su amigo

 

-Suéltame Antonio, tengo que llegar lo antes posible…Matthew puede estar en peligro

 

-Ya lose, pero ¿qué harás si aquellos psicópatas también están? …piensas arriesgar sus vidas y la tuya por un arranque de ira

 

-¡HE DICHO QUE ME SUELTES!-

 

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

 

Después de aquel beso, tomamos asiento en su amplia cama y paso a paso me comenzó a relatar lo sucedido.

 

-Después de que se marcharan, mi madre y Scott comenzaron a pelear en el despacho, cuando intente intervenir Scott me grito y salió enojado de la habitación, le pregunte a mi madre que era lo que pasaba, pero se negó a decirme.-

 

-¿Qué paso después?-

 

-Las campanas de alerta sonaron, yo salí para saber que ocurría y lo único que logre ver a distancia fue humo, algunos trabajadores corrían de un lado a otro con tinacos de agua y baldes, mientras que Scott estaba hablando con un grupo de personas de aspecto extraño-

 

-¿Quiénes eran?-

 

-Se hacían llamar la orden de los cuervos negros o algo así- la sangre se me congelo, ante tal revelación- Ellos fueron los que comenzaron el incendio-eh apartado a de mi pecho a mi rubio, necesitaba respirar

 

-…-

 

-¿Al?-

 

- …¿Q-qué es lo que querían?-

 

-¿Qué?-

 

-Los hombres encapuchados de negro, ¿Qué es lo que querían?-eh mirado a los ojos furico a Arthur que comenzó a temblar ante mi reacción

 

-N-nose, dijeron algo sobre purificar el lugar…no recuerdo bien, Scott fue quien se hizo cargo de ellos…unos hombres de la policía se los llevaron …¿sabes quiénes son?-

 

-Ellos fueron…los que asesinaron a mis padres…-

 

-¿Q-que?-

 

La puerta de la habitación se abrió de golpe, revelando a un peli-rojo de mirada fastidiada.

 

-¿Qué demonios haces aquí? Creí decirte que no tenías permitido entrar a esta habitación.

 

-Ya basta Scott, no entiendo porque demonios te importa tanto mi relación con Alfred.-

 

-Cállate conejo, yo sé más de lo que tú crees, y ese que haces llamar tu amante te esconde más de lo que dice- un silencio incomodo rodeo el lugar

 

-¿De qué hablas?-pregunto nervioso Arthur

 

-…-mire serio a Scott atento ante cualquier movimiento, si el sospechaba de mi verdadera naturaleza entonces todo estaba perdido.

 

Sin embargo solo me sonrió de manera hipócrita, Scott era listo y astuto, sabía perfectamente que tarde o temprano comenzaría a sospechar, la llegada de la orden solo complicaría más las cosas.

 

-Hay alguien que te espera ansiosamente en la puerta, vete una vez terminen de hablar- y nuevamente la puerta sufrió la ira de Scott.

 

Al bajar las escaleras un olor familiar me hizo sonreír, tome del brazo a Arthur y lo arrastre corriendo con migo hasta la entrada principal.

 

-wooaa espera me haces daño…maldito fuertudo

 

Reí escandalosamente al detectar un par de ojos rojos como la sangre y cabello blanco, Gilbert vestía el mismo uniforme con el que había partido hace tiempo al ejército.

 

-Oh pero si aún estas vivo-

 

Nos saludamos como solo nosotros lo hacíamos…peleando…valla sí que tenía fuerza pero no se igualaba a la mía, un chorro de agua helada nos obligó a separarnos, volteamos enojados para ver al responsable.

 

-¡Ludwig!-

 

-¡West!-

 

-Podrían dejar de actuar como animales y comportarse como se debe-regaño mientras aun sostenía entre sus manos su valioso balde

 

-Valla gil tu hermano menor es más maduro que tu-hablo burlonamente un chico de cabello color café y ojos verdes, que al igual que Gilbert vestía un uniforme militar.

 

-¿Y tú quién eres?-pregunte curioso, había algo en el que me hacía sentir incomodo

 

-Mi nombre es Antonio Fernández Carriedo-dijo de manera sonriente- un gusto el poder conocerlos-

 

-G-gill?-

 

Una delgada voz parecida a un sollozo llamo la atención de todos, temblando como un tallarín y con los ojos llorosos, Matt sostenía con fuerza su oso de peluche mientras miraba sonrojado al peli plateado, este sin embargo se levantó de inmediato y lo levanto mientras lo besaba en la mejilla.

 

-¡Oh! birdie, no sabes cómo te extrañe-

 

-Gil, espera…e-sstas mojado-el oji rojo ignoro sus quejas y comenzó a dar vueltas con el

 

Me sentía enojado por el contacto entre aquellos, pero sabía que tenía que hacerme a la idea ya que en unas semanas ellos se unirían en ceremonia de unión, unos ligeros tirones de mi camiseta desviaron mi atención, Arthur me veía confundido, ajeno de todo lo sucedido hace momentos, sonreí mientras lo tomaba entre mis brazos, fastidiándolo un poco e ignorando sus quejas.

 

.-.-.-.-.-.-.-

 

Ocultos entre los arboles un par de ojos observaban la escena a unos metros, vigilaban cada movimiento, aguardando pacientemente el momento para atacar. Dando media vuelta aquellos hombres con túnica negras se dirigieron a su siguiente objetivo.

 

- Empieza la diversión...-


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